MinHo, acepta tus sentimientos. El plan de Sung.
...
La luz en aquel sótano era casi inexistente, pues la mayoría de las velas aromáticas ya se habían consumido por completo y sólo un débil manto de luz iluminaba el ambiente.
Luego del sexo, tanto Key como Taemin quedaron exhaustos y se acurrucaron sobre la mesa acolchada, con la intención de dormitar aunque sea un ratito para reponer energías. Jonghyun y Minho se quedaron al lado de sus respectivas parejas velando sus sueños; sólo se levantaron cuando corroboraron que tanto el pelirrojo como el rubio estuviesen completamente dormidos.
-Joder, qué buena sesión de sexo nos montamos.- Dijo el castaño mientras se levantaba de la mesa solamente con su camiseta de tirantes puesta.
-Sí y definitivamente habrá repetición.- Sentenció Minho con una sonrisa ladina adornándole el rostro. Luego de decir esto último, el mandamás se levantó de la mesa sin demostrar una pizca de pudor al encontrarse completamente desnudo y comenzó a recoger su ropa, la cual se hallaba regada en el suelo de aquel sótano.
-Esos dos se van a enfermar si no los tapamos con algo.- Comentó Jonghyun mientras veía cómo Key y Taemin titiritaban dormidos sobre la mesa.
Minho asintió en silencio a la vez que terminaba de recoger toda su ropa y comenzaba a vestirse. El castaño bostezó y se acercó al pequeño frigobar para sacar dos botellas llenas de agua fría; tanto alcohol había logrado deshidratarlo por completo y su boca estaba tan seca como un desierto. Suponía que Minho debía estar igual así que por eso sacó dos.
-Toma, cubre a Key con esto y acuéstalo sobre el sofá para que esté más cómodo, yo haré lo mismo con Taemin.- Le indicó el mandamás mientras le triaba a Jonghyun una tela de terciopelo bordó.
-¿De dónde sacaste esto?- Preguntó con el ceño fruncido. No obstante decidió hacerle caso y dejó las botellas sobre la mesa, para proseguir a cubrir el cuerpo del rubio con la tela y cargarlo en brazos hasta el sofá que tenía más cerca, dejando al susodicho acostado sobre la mullida superficie. La Diva gruñó entre sueños pero enseguida se acurrucó y continuó durmiendo.
Por otra parte, el azabache hizo exactamente lo mismo con Taemin, sólo que cuando quiso dejarlo sobre el otro sofá el pelirrojo hizo a un lado la tela de terciopelo y rodeó el cuello del mandamás con sus brazos. Entonces una sonrisa sincera surcó el rostro de Minho, no obstante enseguida se repuso y deshizo el "abrazo" del pelirrojo, quien se acurrucó para seguir durmiendo con un enternecedor puchero adornando su semblante.
-Estas telas de terciopelo son las que sobraron luego de que mandé a tapizar la mesa.- Le aclaró el mandamás mientras veía a Taemin, le gustaba la expresión serena que poseía el rostro del mismo cuando dormía.
-¿La mandaste a tapizar? Pensé que ya la habías comprado así.
-No seas idiota perro, las mesas no se venden tapizadas con terciopelo.
-Venga ya, ¿qué voy a saber yo sobre mesas?- Se defendió Jonghyun mientras abría una de las botellas con agua bien fría y bebía su contenido, hidratando así su cuerpo.- Pero vaya que te has tomado muchas molestias para complacer al cabeza de fresa en su cumpleaños, ¿eh?
-TaeTae lo vale.- Dijo un idiotizado azabache sin despegar su mirada del rostro durmiente del pelirrojo.
-Mierda hermano, ya acepta lo que sientes por él de una vez por todas.
-¿De qué carajo estás hablando, Jonghyun?- Espetó Minho mientras se daba la vuelta y clavaba sus negros ojos sobre el castaño, quien por cierto seguía desnudo (únicamente vestido con su camiseta blanca de tirantes)
-No te hagas el tonto, sabes perfectamente a lo que me refiero. Sé que no sólo es atracción sexual lo que sientes por él, es mucho más que eso. Créeme, te sentirás mejor cuando lo aceptes y todo será más fácil; joder hermano, si te aconsejo que hagas esto es porque en verdad me importas y también porque... aprendí a confiar en Taemin, ese cabeza de fresa es un buen chico, ya no tengo dudas con respecto a él.
-¡Wow! Parece que tanto alcohol en verdad te ha afectado el cerebro.
-Oh vamos rana, ambos sabemos cuánto aguante tenemos a la hora de beber bebidas alcohólicas. Yo estoy muy sobrio y sé que tú también lo estás.- Sentenció el castaño dándole un trago a su botella con agua.- Lo que sí es cierto es que tanto Key como Taemin estaban ebrios a la hora de tener sexo y por esto último es que quiero recordarte una frase muy popular: "los niños y los borrachos siempre dicen la verdad"
-Ajá, ¿y qué rayos tiene que ver esa frase con nuestra conversación?
-¿Acaso no escuchaste lo que Key me dijo justo después de corrernos?
-¿Cómo no escucharlo? Si la Diva tiene una voz extremadamente chillona y cuando habla parece que grita.
-Ya, ya ¿y qué me dijo?
-Pues que te ama y todas esas cursilerías que siempre dice.
-¿Y qué te dijo Taemin cuando acabaron?- Al oír esa pregunta, Minho parpadeó repetitivas veces y tragó grueso, optando por permanecer en silencio.- ¿Qué? ¿No piensas contestarme?
-No recuerdo lo que me dijo.- Le respondió al final carraspeando, entonces el castaño afiló su mirada.
-No seas mentiroso, claro que lo recuerdas. Lo que pasa es que no quieres decírmelo porque eres un cobarde.
-Ya, me vuelves a llamar cobarde y olvidaré que eres mi mejor amigo.- Le amenazó el mandamás con el ceño fruncido.-... Me dijo que me ama, ¿contento?- Espetó rodando los ojos hastiado.
-¿Ves, rana? No fue tan difícil decirlo y era a eso a lo que quería llegar. Como te dije antes, los borrachos siempre dicen la verdad y eso significa que Taemin fue sincero cuando dijo que te ama.
-Joder Jonghyun, dame algo de agua, siento mi garganta muy seca.- Dijo el mandamás mientras extendía su brazo hacia donde el otro reo se encontraba. El castaño frunció el ceño molesto, no obstante decidió darle la otra botella llena de agua al azabache.
-Dale, cámbiame de tema no más.
-No te estoy cambiado de tema, en verdad necesito beber agua.- Se justificó Minho mientras abría la botella y bebía su contenido.
-Sí claro, cómo no.- Le respondió Jonghyun justo antes de darle un último trago a su botella, dejándola completamente vacía.
-Por cierto Jjong, está bien que haya confianza entre nosotros y que seamos como hermanos, pero... ¿podrías hacerme el favor de ponerte unos míseros bóxers? Porque créeme que no es nada agradable estarte viendo la polla.
-¡Oh! Me había olvidado por completo que estoy desnudo, tranquilo me vestiré enseguida.- Le respondió el castaño mientras dejaba la botella vacía sobre la mesa para empezar a recoger su ropa, la cual se hallaba regada por el suelo.
-¿Te apetece fumar?- Preguntó Minho al perro cuando éste terminó de juntar toda su ropa.
-Vaya, pensé que ya habías dejado ese vicio.- Dijo Jonghyun mientras comenzaba a vestirse rápidamente. El azabache por su parte se encogió de hombros y terminó de beber toda el agua que poseía su botella.
-Y lo dejé, es decir no fumo casi nunca. Pero una vez al año no hace daño.- Se justificó mientras dejaba la botella vacía sobre la mesa acolchada. Cuando sus manos estuvieron libres, metió una de ellas en el bolsillo izquierdo delantero de su pantalón y sacó un mechero dorado junto con una cajetilla de cigarrillos importados. La marca de dichos cigarrillos era "Treasurer".
-Está bien, pero alejémonos de Key y Taemin para que no les moleste el humo.- Aconsejó Jonghyun mientras terminaba de vestirse. Minho simplemente asintió, para a continuación encaminarse hacia la puerta de aquel sótano, lo más alejado posible de los sofás donde se encontraban durmiendo el rubio y el pelirrojo.
Jonghyun, ya completamente vestido, agarró dos sillas metálicas que estaban arrumbadas en el fondo del sótano y las llevó hacia donde el mandamás se encontraba parado. Minho encendió un cigarrillo con el mechero dorado y se lo llevó a la altura de su boca, dándole una primera calada mientras veía a Jonghyun acomodar ambas sillas y sentarse en una de ellas.
-Nunca entenderé tu manía con eso de sentarte usando la silla al revés.- Comentó el azabache mientras le pasaba un cigarrillo al otro, quien lo agarró sin pensárselo dos veces.
-No sé. Me resulta más cómodo sentarme así y además me veo cool.- Fue la simple respuesta que le dio el castaño y Minho no pudo evitar reírse en voz baja.- Ya deja de reírte y mejor pásame el mechero, idiota.
-Vale, vale, toma.- El mandamás le pasó aquel objeto dorado a su mejor amigo y éste lo aceptó aunque a regañadientes; Minho se sentó enfrente del castaño y siguió fumando tranquilo. Jonghyun por su parte encendió el cigarrillo, le devolvió el mechero al azabache y le dio una primera calada mientras pensaba en qué decirle al más alto. No obstante, enseguida recordó que él era Kim Jonghyun y que nunca se iba por las ramas, pues siempre era muy claro y conciso a la hora de hablar con alguien.
-Oye rana, hablemos de un tema más serio...-Comenzó a decir mientras le daba otra calada a su cigarrillo.- ¿No has pensado que ya es hora de largarnos de este lugar?
Al oír esto, Minho casi se ahogó con el humo de su propio cigarrillo. Miró fijamente al castaño con el ceño muy fruncido, como si el más bajo hubiese perdido la razón.
-¿Estás de coña, verdad?- Le preguntó una vez que se repuso del shock inicial. Entonces Jonghyun negó rápidamente con la cabeza.
-Sabes que yo casi nunca bromeo Minho y menos si se trata de un tema como este.
-¡Aún no estoy listo!- Exclamó el mandamás mientras seguía fumando, tratando de tranquilizarse pues no quería despertar al pelirrojo o a la Diva, quienes seguían durmiendo plácidamente sobre los sofás.
-Sí lo estás, lo que pasa es que no quieres reconocer que ya lo has superado. Maldita sea Minho, ¿Cuántos años más seguirás culpándote por lo que pasó?
-Pero es que sí fue culpa mía Jonghyun, yo lo maté y su muerte me perseguirá por siempre.- Sentenció el mandamás mientras giraba su rostro y clavaba sus negros ojos sobre el semblante durmiente de Taemin.- ¿Sabes? maté a tantas personas que ya perdí la cuenta... pero cargar con la muerte de la persona que amas es demasiado, incluso para mí.
-Lo sé Minho... y no quisiera imaginar tener que vivir mi vida sin Key, pero también debes entender que las cosas suceden por algo. Y esa cosa que muchos llaman "destino" se ha encargado de mover hilos para que tú tengas chance de volver amar; te están sirviendo en bandeja de plata una nueva oportunidad para ser feliz y tú no lo estás aprovechando como se debe, idiota.
-Maldita sea Jjong, deja de decir tantas cursilerías que eso a ti no te va. Eso es más de la Diva.
-¡Joder, hermano! Estoy intentándolo, al menos dame algo de crédito por hacerlo.- Se quejó el castaño mientras se rascaba la nuca irritado y seguía fumando.- Es que a veces eres tan terco que ya fastidias. Esa oportunidad de la que te estoy hablando es Taemin y eso está más que claro, lo que pasa es que tu terquedad no te permite aceptarlo.
-¿Y qué si lo fuera? Es decir, de todas formas no funcionaría. Porque nuestra relación no tiene futuro, pues sé que otra vez terminaría todo mal. Jonghyun, yo de verdad no sirvo para amar.
-Minho... te conozco mejor que nadie en éste mundo, así que no me salgas con esa mierda de que no sabes amar o que no sientes nada por él. Sé que ese pelirrojo te mueve el piso y Taemin ni se diga, el chico está loco por ti, ya deja de ponerle tantos peros al asunto. No se repetirá tu historia con Daehyun, porque ahora estaremos Key y yo para pararte el carro si te quieres exceder con Taemin; no permitiremos que tú te descontroles ni que él se sobrecargue.
-No vuelvas a repetir ese nombre, sabes que me sigue doliendo su recuerdo.- Le advirtió Minho con el ceño fruncido y el castaño simplemente asintió en silencio.- Y entonces... ¿qué me propones, eh? ¿Quieres que me arrodille a los pies de Taemin y le pida matrimonio? Puta madre Jonghyun.
-No seas imbécil, ¿en qué momento te dije que te pusieras a hacer cosas cursis?- Le riñó el castaño con el ceño fruncido.- Lo que te estoy diciendo es que los cuatro juntos nos fuguemos de aquí y lo antes posible. Ya fue suficiente de estar encerrados en esta pocilga, sabes que tarde o temprano tenemos que salir porque hay asuntos pendientes que debemos resolver allá afuera. Y Taemin... no sé por qué pero presiento que él corre peligro aquí dentro; ya hablé de este tema con Key y él también está de acuerdo con que nos larguemos de aquí y en el menor tiempo posible.
-No entiendo Jjong, ¿por qué dices que corre peligro?
-Ya te dije que no sé exactamente por qué, pero presiento que Sung está tramando algo en contra del cabeza de fresa.
-Si es esa tu preocupación puedes quedarte tranquilo, pues Taemin no corre ningún peligro; al menos no mientras esté al lado mío.- Aclaró el mandamás mientras le daba una calada a su cigarrillo.- Yo jamás permitiría que alguien le hiciera daño.
-¿Sabes que Sung no necesita hacerle daño directamente? Puede hacerlo a través de otros medios.
-Habla claro Jjong, ¿a qué te refieres?
-No lo sé Minho, creo que ya estoy empezando a delirar y decir estupideces pero la verdad es que cuando se trata de Sung, uno puede esperarse cualquier cosa. Porque ese tipo está realmente loco, yo que tú lo hubiese mandado a dormir hace rato, le has dado demasiado poder y libertades.
-¿Sabes? Ese chico siempre ha padecido de problemas mentales, pero se mantenía estable gracias a Daehyun, pues él era el único que podía apaciguar los demonios internos de Sung. El amor fraternal que existía entre ellos era inmenso y es justamente por eso que nunca maté a Sung.
-No lo has matado a pesar de su insolencia por el recuerdo de Daehyun ¿cierto?- Le cuestionó Jjong mientras seguía fumando. Entonces el mandamás asintió en silencio.
-Sung tiene todo el derecho del mundo a odiarme, después de todo asesiné a su hermano. Y yo sé cuánto quería a Daehyun, por eso nunca me atreví a asesinarlo, a pesar de que me ha dado muchas razones para hacerlo. Sería como matarlo dos veces a él, lo mínimo que puedo hacer por respeto a su recuerdo es dejar que su hermano menor viva cómodamente.
-¿Cómodamente? Les has regalado una fortuna y un poder que Sung no se merece, no puedes llamar a eso vivir "cómodamente". Y lo peor de todo es que ni siquiera te ha dado las gracias, sino que está buscando la forma de destruirte.
-Lo sé, Jonghyun. Sé todo eso.
-¿Y no te importa, Minho? ¿No te importa que esté buscando la forma de hacerte daño?
-¿Y tú sabes cuántas personas más están buscando lo mismo? He vivido toda mi vida lidiando con gente que ha querido destruirme. Una o cien más que se agreguen a esa lista no hace la diferencia, así que me da igual.
-¡¿Y Taemin qué?!- Exclamó el castaño tirando el cigarrillo al suelo para pisotearlo con la suela de su zapatilla.- Tú podrás ser todo lo fuerte que quieras Minho, pero Taemin es solamente un niñato incrédulo que cree que todo el mundo es bueno y que encima está en la boca del lobo, pues ya Sung sabe que él es tu punto débil; y créeme que es sólo cuestión de tiempo para que todos tus enemigos se enteren de eso.
El mandamás se quedó sin palabras luego de oír el monólogo de su mejor amigo. Sabía que Jonghyun tenía razón en todo lo que dijo, pero no entendía a qué quería llegar exactamente con todo eso. Por lo tanto, chasqueó la lengua con evidente molestia y arrojó su cigarrillo al suelo, para luego pisotearlo con la suela de su zapatilla.
-Pues no me importa nada, lo único que sé es que protegeré a Taemin y me encargaré de que nadie le haga daño.
Al oír estas últimas palabras, Jonghyun no pudo evitar suspirar resignado, pero después de unos minutos sonrió de forma sincera. Sabía que nadie sería capaz de quitarle lo cabezota a su amigo, puesto que Minho nació terco y morirá terco. Pero al menos se alegraba de saber que sin importar lo que pasara, el azabache permanecería al lado de Taemin y lo protegería de cualquier cosa.
El azabache abrió la boca para empezar a hablar nuevamente, no obstante la volvió a cerrar cuando escuchó un sonoro estornudo. Entonces tanto Minho como Jonghyun giraron sus rostros hacia el interior de aquel sótano y vieron la roja cabellera de Taemin removerse incómoda sobre el sofá.
-¿Estás bien?- Preguntó el mandamás y a modo de respuesta el pelirrojo volvió a estornudar.
-S-Sí.- Le contestó somnoliento, mientras se frotaba los ojos y se sentaba lentamente sobre el sofá.
-Key está temblando.- Comentó Jonghyun viendo atentamente el cuerpo de su pareja. A pesar de que lo había arropado con la tela de terciopelo, el rubio seguía temblando.
-¿Por qué me siento tan pegajoso?- Se preguntó a sí mismo el pelirrojo en un susurro casi inaudible. No obstante, fue escuchado por los otros dos reos.
-Porque por primera vez me vine dentro de ti y no estás acostumbrado a esa sensación.- Explicó el mandamás mientras se levantaba de la silla.- Muy pronto sentirás mi semen bajar.
Entonces Taemin se sonrojó hasta las orejas e inconscientemente juntó sus piernas cuando sintió el espeso semen del mandamás resbalar por entre sus nalgas. Joder, era la primera vez que el azabache se corría dentro de él y se sentía rico pero a la vez extraño. Un año conviviendo con Minho había sido suficiente para convertirlo en un jodido pervertido.
-Creo que lo mejor será darnos un baño ¿no te parece, TaeTae?- Preguntó Minho con una sonrisa ladina adornándole el rostro. El pelirrojo asintió avergonzado mientras trataba desesperadamente de cubrir su desnudez.
-Yo... me vestiré enseguida.- Dijo Taemin pensando en cómo le haría para ponerse su ropa sin que Jonghyun le viera desnudo. Los efectos del alcohol ya habían pasado y en esos momentos sentía mucho pudor de estar desnudo, tapado únicamente por esa tela tan delgada.
-Tranquilo, no es necesario que te vistas enfrente de nosotros. Te llevaré en brazos hasta el baño.- Se ofreció el mandamás y entonces el menor negó frenéticamente con la cabeza.
-¡No quiero! ¡Los reos seguramente me verán y se burlarán de mí!- Chilló el pelirrojo completamente ruborizado y su grito despertó a la Diva de inmediato.
-¡Joder, dejen de gritar que quiero dormir!- Se quejó sentándose de sopetón sobre el sofá, con su rubio cabello completamente desordenado.
-Siento haberte despertado Umma...- Se disculpó un apenado pelirrojo.
-¿Taeminnie? ¿Por qué estabas gritando?- Preguntó la Diva suavizando su tono de voz al percatarse de que el que había gritado había sido Taemin.
-Pues porque Minho...-El menor iba a explicarle lo que pasó al rubio, no obstante el susodicho lo interrumpió.
-¿Minho? ¡Ah! No es necesario que me digas más.- Key se acomodó mejor sobre el sofá y giró su rostro hacia donde el mandamás y Jonghyun se encontraban, pero clavó sus ojos sobre el azabache, fulminándolo con su mirada.- ¡¿Y ahora qué le hiciste a mi bebé, rana estúpida?!
-¡Umma! Él no me hizo nada malo, simplemente se ofreció a cargarme en brazos hasta el baño pero... yo negué porque me da pena que los reos me vean así y se burlen de mí.
-¿Al baño? ¿Para qué?- Preguntó Key bostezando y cubriendo su desnudez con la tela de terciopelo.
-Pues para ducharnos, sobre todo ustedes dos que seguramente sienten cierta área demasiado pegajosa.- Dijo Jonghyun guiñándole un ojo a su pareja, quien se sonrojó y chasqueó la lengua con molestia.
-Un comentario más fuera de lugar y no tendrás sexo mañana.- Amenazó la Diva mientras se levantaba a duras penas del sofá.- Joder, la resaca ya ha empezado a hacer estragos en mí y mañana será mucho peor.
-Key, no te levantes solo que puedes caerte.- Le dijo Jonghyun mientras se levantaba rápidamente de la silla y caminaba hacia donde su pareja se encontraba. Las delgadas piernas del rubio temblaban y se no animaba a dar un paso porque sabía que se caería.
-Perrito... dame algo de agua.- Pidió la Diva justo antes de dejarse caer sobre el sofá. El castaño asintió y enseguida se dirigió hacia el frigobar para sacar una botella llena de agua fría.
-A mí también, por favor.- Pidió Taemin desde el otro sofá y Jonghyun simplemente asintió, sacando dos botellas en lugar de una.
-Tomen.- Dijo el castaño pasándole una a su pareja y otra al pelirrojo.
-Taemin.- Empezó a decir Minho llamando la atención del menor.- Son las 3 am y a estas horas todos los reos están encerrado en sus celdas, lo que quiere decir que nadie te verá si te llevo alzado hasta el baño, así que no tienes nada de qué preocuparte.
-¡¿Las 3 am?! No pensé que fuese tan tarde ya.- Dijo el pelirrojo una vez que sació su sed de agua.- Por cierto, ¿no tendremos problemas? Es decir, nosotros también deberíamos estar encerrados en nuestras celdas a esta hora.
-Bueno, esa es una de las tantas ventajas que tiene ser el mandamás.- Comentó Minho encogiéndose de hombros, como restándole importancia al asunto.
-Pues la verdad es que una ducha nos sentaría de maravilla a los cuatro.- Dijo Key mientras terminaba de beber agua y le entregaba su botella vacía a Jonghyun.
-¿Puedes caminar? ¿O prefieres que te lleve en brazos?- Le preguntó el castaño a su pareja mientras colocaba la botella encima de la mesa, Minho hizo lo mismo con la botella de Taemin.
-Me siento un poco mareado, mejor cárgame hasta el baño.- Le respondió la Diva mientras se cubría completamente con la tela y luego procedía a levantar los brazos, dándole a entender a Jonghyun que ya podía alzarlo. El castaño sonrió asintiendo y cargó fácilmente a su pareja.
-¡Yo puedo caminar solo!- Exclamó Taemin mientras hacía un nudo con la tela de terciopelo alrededor de su torso, para luego levantarse rápidamente del sofá. Sin embargo, ni bien se paró, sintió un fuerte mareo y se hubiese estrellado contra el suelo de no ser por el mandamás, quien lo agarró de la cintura y lo cargó fácilmente en brazos, haciendo sonrojar al pelirrojo.
-Sí claro, puedes caminar perfectamente.- Se mofó Minho con una sonrisa burlona adornándole el rostro.
Taemin prefirió no decir nada más, pues no quería seguir haciendo el ridículo; por ende, permitió que Minho lo cargara y trató de no pensar en la humedad que sentía entre sus nalgas. Pronto llegarían al baño los cuatro y entonces correría a las duchas para poder higienizarse a gusto. Lo que sí tenía preocupado al pelirrojo, era la resaca que tendría cuando despertara ese día, pues había ingerido demasiado alcohol y para rematarla él nunca antes había bebido en toda su vida, por lo tanto, estaba segurísimo de que la resaca le iba a pegar y bien duro. Mientras Minho lo cargaba en brazos, Taemin estaba pidiéndole a Dios que por favor Key tuviese algún medicamento para el dolor de cabeza en su botiquín de primeros auxilios...
...
Mientras tanto, en otra parte de aquella prisión, más específicamente en la celda de Sung. El castaño se encontraba sentado sobre su cama, terminando de hablar por teléfono con alguien más. La expresión de su rostro era neutral, pero se podía sentir la malicia con sólo escuchar sus palabras.
-No, ya te dije que por ahora no quiero que te muevas de allí.- Repitió Sung por cuarta vez consecutiva mientras rodaba sus ojos hastiado.- Permanece ahí y llámenme sólo si surge algún contratiempo. Yo te avisaré cuando debas empezar la masacre, no me importa que sean niños, te estoy pagando para eso así que no te contengas, ¿entendido? Pues bien, no fracases.- Sung cortó la llamada y tiró su celular a la cama. Una sonrisa maliciosa adoró su semblante y giró su rostro para ver las rejas de su celda, las cuales se encontraban cerradas en esos momentos.- Juro que vas a lamentar el día que rechazaste mi oferta de vengarnos juntos de Minho, Lee Taemin.- Susurró el castaño mientras se levantaba de la cama y miraba el techo melancólico.- Tranquilo Daehyun, muy pronto vengaré tu muerte hermano. Te prometo que haré llorar lágrimas de sangre a Taemin por amar a un bastardo como Minho, ese mocoso experimentará lo que se siente que te arrebaten lo más preciado que tienes. Y en cuanto a Minho... oh, a ese hijo de puta lo mandaré a donde se merece, a revolcarse en las profundidades del infierno. Así que Taemin y Minho, espero que hayan pasado una muy buena noche, porque será la última que tendrán...
...
Eran las 7:30 am y la alarma matutina que indicaba la hora del desayuno había sonado hace más de una hora. Todos los convictos se dirigieron al gran comedor para desayunar, todos menos los cuatro reos que la noche anterior se montaron tremenda orgía en el sótano. Ninguno de ellos había podido despertarse a causa de las grandes cantidades de alcohol que aún recorrían su organismo.
No obstante y para mala suerte de Taemin, un policía llegó a la celda que compartía con el mandamás de aquella prisión. El oficial despertó al pelirrojo sin tacto alguno golpeando su cabeza con un cuaderno que tenía en la mano, entonces Taemin abrió sus ojos completamente desorientado y se sentó con dificultad sobre su cama, mirando extrañado al hombre uniformado que tenía a un lado de él.
-¿Q-Qué pasa señor?- Susurró el menor mientras frotaba sus ojos pues veía algo borroso. Recién ahora que se despertaba estaba empezando a sentir los efectos de la resaca.
-Tú eres el reo nº 4765, Lee Taemin, ¿verdad?- Preguntó el oficial y el pelirrojo asintió sin pensárselo dos veces, pues sin lugar a duda ese era él.- Acompáñame, tienes una visita.
-¿U-Una visita?- Cuestionó un sorprendido Taemin.
-Sí, así que camina.- Ordenó el policía dándose la vuelta para emprender la retirada de aquella celda. El pelirrojo a duras penas se sentó sobre su cama y luego bajó al suelo de un solo salto. El menor realmente pensó en avisarle a Minho que se iría al sector de visitas, pero al ver a su pareja dormir tan plácidamente en la cama de abajo, a Taemin se le fueron las ganas de despertarlo, pues no deseaba interrumpir sus sueños. Así que sin más, el pelirrojo empezó a caminar detrás de aquel oficial.
Taemin se preguntaba quién lo había ido a visitar, tenía el presentimiento de que se trataba de su familia y eso lo llenaba de alegría, pues el día anterior los había estado esperando pero lamentablemente nunca llegaron. De igual forma, el menor estaba seguro de que su madre tenía una muy buena justificación para no haber ido a visitarlo el día de su cumpleaños.
Mientras seguía al policía, Taemin se agarró la cabeza con sus dos manos pues sentía que ésta en cualquier momento estallaría. Nunca en su vida le había dolido tanto la cabeza, definitivamente la resaca era una mierda, ahora entendía el lado malo de beber tanto alcohol, pero bueno, el sexo de la noche anterior fue fantástico así que no se arrepentía de nada. Cuando el menor se dio cuenta que estaban llegando al área de visitas, disimuló rápidamente su malestar y se alegró al ver que los cubículos estaban vacíos por la hora que era, ya que eso significaba nada de bulla. El policía lo guio hacia uno de esos cubículos y ni bien abrió la puerta, Taemin sonrió emocionado al ver a su querida mamá del otro lado de aquel vidrio blindado, ella al verlo también sonrió emocionada. Aunque Taemin se desilusionó un poco al percatarse de que no estaban sus pequeños hermanitos ni su mejor amigo, pero bueno, al menos su mamá sí pudo venir a verlo.
-¡Mamá! ¡Te he extrañado tanto!- Exclamó el pelirrojo mientras se sentaba en la silla y pasaba su mano por el único agujero que tenía aquel vidrio. Su madre estrechó la pequeña mano de su hijo con la suya y le dedicó una de sus cálidas sonrisas.
-Yo también te he extrañado muchísimo Taemin, no te imaginas cuánto.
-Si me extrañabas tanto como dices, ¿por qué hace rato que no venían a visitarme?- Se quejó Taemin haciendo un tierno puchero que derritió y apenó a su madre.
-Oh mi amor, lo siento tanto. Hea, Eunji y yo en verdad queríamos venir a visitarte ayer que fue tu cumpleaños... pero...
-¿Pero? ¿Pero qué?- Preguntó el menor con el ceño fruncido. Taemin notó cómo su madre empezaba a ponerse nerviosa y entonces se preocupó, inconscientemente apretó la delicada mano de su mamá para darle a entender que sea lo que sea, él la iba a apoyar. Entonces Haneul inhaló y exhaló aire intentando tranquilizarse.
-Taemin, mi niño... hay un tema del que he querido hablar contigo desde hace meses y no he reunido el valor para decírtelo. Pero creo que ya es hora de hacerlo.
-Mamá por favor ya dilo, empiezas a preocuparme. ¿Es algo malo?
-Pues... eso depende de cómo tú te lo tomes.
-¿Es sobre tu enfermedad? ¿Acaso se ha vuelto a complicar?
-No, no tiene nada ver con eso. En ese sentido estoy muy estable.
-¡Entonces dime qué carajo pasa!- Exigió Taemin ya perdiendo la poca paciencia que le quedaba. Haneul se mordió el labio inferior antes de continuar.
-Taemin, hijo yo... estoy embarazada.
...
...Continuará...
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