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La confesión


...

-Si no es protección lo que quieres a cambio, ¿entonces qué es?-Le cuestionó con un siseo frío de voz.

-Lo que quiero a cambio... es dinero.-Minho sonrió de lado, levantándose de su cama y acercándose a un nervioso Taemin, cuando estuvo frente a él lo tomó del mentón y lo obligó a mirarlo a la cara.

-Acepto.-Le dijo al final el azabache muy cerca de sus labios.

-¿Ni siquiera me preguntarás qué cantidad quiero y para qué?-Le cuestionó un confundido Taemin.

-No importa cuánto o para qué sea. Mientras seas mi juguete, me da igual lo que pidas a cambio.-Fue lo último que le dijo antes de comenzar a besarle demandante, el pelirrojo muy a su pesar se dejó hacer, ya no había vuelta atrás de todas formas.

"Espero que logres recuperarte, mamá" Fue lo último que pasó por la mente del pelirrojo en aquellos momentos mientras era besado por el mandamás de aquella cárcel.

Minho comenzó a deslizar su adiestrada mano por todo el torso cubierto de ropa del menor mientras seguía besándolo con ímpetu, entrelazando sus lenguas y saboreando uno la saliva del otro. Al azabache le encantaba el sabor de la boca del pelirrojo, era adictiva, pero estaba seguro de que su culo sería mucho más adictivo.

En un arrebato, el de ojos negros alzó al más delgado por la cintura y lo llevó casi con desesperación hacia la cama de abajo, tirándolo allí y posicionándose encima de él para luego comenzar a atacar su cuello. Lo mordisqueó, lo besuqueó y lo lamió varias veces con gula, sonriendo entre dientes al percatarse de que el joven que tenía debajo suyo estaba mordiéndose el labio inferior fuertemente para no gemir, el desgraciado se negaba a emitir sonido alguno, Minho se estaba divirtiendo, puesto que a él le encantaban los retos. De un momento a otro chupeteó intensamente el pálido cuello del pelirrojo, arrancándole un gemido de dolor y placer a la vez, el mayor se deleitó al oír tan erótico sonido y más aún al ver el gran chupón que provocó en el frágil cuello del menor. Exactamente eso quería, marcarlo.

-Al fin te dignas a gemir, pero tranquilo que te haré gritar muy fuerte del placer.-Le advirtió con prepotencia, el menor simplemente miraba hacia otra parte, sin decir absolutamente nada y tapaba sus ojos cafés con su espeso flequillo rojo. Estaba completamente sonrojado, maldición, estúpidas hormonas ¿por qué su propio cuerpo le traicionaba y respondía ante los estímulos de esa forma? Y para colmo el mandamás había atacado su punto débil: su cuello era su zona más erógena.

-Levanta los brazos.-Le ordenó el azabache y el otro obedeció, al hacerlo sintió cómo era despojado de su playera blanca, quedando solamente con los pantalones puestos. Minho se relamió los labios al observar su delgado, pálido y frágil torso al descubierto, centró su oscura mirada en los dos botones rosados del otro y se inclinó para comenzar a lamer uno de ellos de forma premeditadamente lenta, sonrió al ver cómo el menor nuevamente se mordía los labios, completamente ruborizado, tratando de retener sus gemidos. Siguió lamiendo el pezón derecho mientras que con su mano jugaba con el izquierdo, luego pasó a mordisquear el botón mirando siempre con intensidad y lujuria líquida reflejada en sus orbes oscuras al pelirrojo. Cuando empezó a succionarlo, Taemin no puedo retener más sus alaridos y gimió del placer que sintió ante tal contacto. Minho sonrió para sus adentros y prosiguió a realizar el mismo procedimiento con el botón izquierdo del chico, dejando ambos pezones completamente erectos y ensalivados, relamiéndose gustoso los labios una vez terminada su labor.

-¿Te gustó?-Le preguntó con morbo antes de comenzar a besarlo apasionadamente mientras bajaba su poderosa mano por el frágil pecho del menor hasta llegar a su abultada entrepierna, se separó del beso y le sonrió ladino al pelirrojo.-Se ve que sí te ha gustado, por lo excitado que está tu amiguito.-Le comentó de lo más burlón mientras toqueteaba la erección del otro por sobre la ropa, Taemin gimió nuevamente del placer y se maldijo así mismo y a ese desgraciado por provocarlo de esa manera. Realmente nunca se imaginó haciendo esas cosas con un tipo, jamás en su vida, pero ahí estaba ese maldito mandamás de la Underground Prison, con toda esa seguridad, sensualidad y soberbia que lo caracterizaba tan bien. Incentivándolo a pecar de aquella forma, porque muy a su pesar, estaba sintiendo un gran placer, pero a su vez trataba de auto convencerse de que eso se debía a la falta de sexo que padecía desde que entró a la cárcel.

-Ahh... hmm...-Fue el alarido erótico que soltó y Minho, muy divertido, comenzó a bajar lamiendo y dejando una leve capa de saliva por todo el torso del chico, desde su cuello hasta su ombligo, en donde se detuvo para hundir su lengua en ese orificio varias veces, deleitándose con los provocativos sonidos emitidos por Taemin, luego de hacer aquello prosiguió a bajarle los pantalones y los boxers, ordenándole al menor que lo ayudara flexionando sus delgada piernas, éste le hizo caso y así el azabache logró desnudarlo por completo.

El poderoso miembro de Minho comenzó a palpitar dolorosamente al ver a Taemin completamente desnudo, debajo de él, sudado, con su bello rostro completamente ruborizado y sus cabellos rojos ligeramente desordenados. Era un panorama exquisito, el mayor tragó grueso y deseó enterrarse profundamente en el menor, hundirse en él tan fuerte y tan duro como sus caderas se lo permitieran, sentir la estrechez que seguramente poseía aquel trasero tan pequeño, firme y redondo por el cual varias veces sus fríos ojos se habían desviado para contemplarlo con deseo contenido.

Con esa idea morbosa persistiendo en su cabeza, el más alto agarró con algo de brusquedad el pene erecto del pelirrojo y comenzó a meneárselo, con un vaivén que por unos momentos iba lento, a fin de torturar al menor, y otras iba rápido, para arrancarle aquellos alaridos que eran música para los soberbios oídos del mandamás, "así te quería ver, maldito bastardo, debajo de mí, desnudo y gimiendo por más placer" fue el cínico pensamiento que pasó por la mente de Minho en esos momentos.

-Ahhh... hmm... pa-para, no m-más... por favor, de lo contrario yo... me...-No logró terminar la frase, ya que se vino en la mano del azabache, éste llevó la misma a la altura de su boca y comenzó a lamer la palma con premeditada lentitud. Saboreando el dulce sabor que poseían los fluidos del pelirrojo.

Taemin al ver al mandamás hacer aquello se ruborizó más de lo que ya estaba, a tal punto de que su cara casi adquirió el mismo color de su cabello, simplemente no podía creer lo que veía, le parecía tan irreal más no asqueroso, para nada desagradable, sólo extraño. Luego de eso bajó su mirada hasta su propia entrepierna y recién allí se dio cuenta de su propia desnudez, todo ese tiempo había estado tan concentrado en el placer carnal que el otro le brindaba que no se había percatado de ese importante detalle; inmediatamente tapó sus partes nobles con sus dos manos y miró hacia otra parte de la celda. Completamente abochornado.

Minho se percató de esa actitud y no hizo más sino sonreír de lado, muy entretenido con aquella situación, le parecía curioso ese deje de inocencia e inexperiencia que caracterizaba a Taemin, debido a que el mandamás estaba acostumbrado a follar con Onew, el cual era de todo menos inexperto en el sexo y no sólo el pollo sino que todas las personas con las cuales el azabache acostumbraba a coger también eran experimentadas a la hora de tirar. El pelirrojo para él era todo un misterio.

De un momento a otro el mayor se quitó su playera blanca y la tiró al suelo, automáticamente los ojos de Taemin se fijaron en el trabajado torso de Minho, lo envidió sanamente, eso sí que era un hombre de verdad, el pelirrojo obviamente se consideraba así mismo un hombre hecho y derecho, sin embargo no se imaginaba ni por casualidad ostentando aquellos pulidos abdominales y esos sobresalientes pectorales que el mayor poseía, el de ojos negros se percató de la miradita que el otro le estaba echando y sonrió divertido.

-¿Tanto te gusta mi cuerpo, niño?-Le preguntó con burla y recién allí Taemin se percató de que había estado mirando como un bobo el torso del otro, enseguida apartó su cabeza y negó varias veces.

-¡Cla-claro que no!-Se defendió sonrojado.-Y no soy ningún "niño".-Le aclaró fulminante, el mandamás soltó una risotada.

-Pues tienes el cuerpo de uno.-Le dijo refiriéndose, claramente, a la delgada anatomía del chico, éste de inmediato se sintió ofendido y bufó colérico.

-Pues si no te gusta entonces...-Sin embargo no pudo terminar la frase pues el otro le besó demandante callando todas sus protestas, al separarse técnicamente lo devoró con su oscura y sensual mirada.

-Nunca dije que no me excitaran los cuerpos menudos, niño.-Le recalcó y el pelirrojo frunció el ceño enojado, sin embargo el mandamás fue más rápido y prosiguió a agarrar con su fuerte mano la del menor y lo obligó a dirigirla hacia su fornido y varonil torso, donde lo forzó a que la deslizara por toda la extensión de su pecho, haciendo que el menor lo tocara como a él le gustaba, Taemin no podía estar más ruborizado y avergonzado, enseguida notó, ni bien lo tocó, la dureza y firmeza de sus abdominales, pectorales y oblicuos. Mierda, ¿Por qué carajo se estaba excitando? ¿Y por qué rayos Minho lo penetraba con esa mirada tan calculadora y seductora a la vez? ¡Le iba a volver loco, enserio!

De un instante a otro la mano del mandamás llevó la del menor hasta su entrepierna, Taemin reprimió un jadeo de sorpresa ante tal acción, el jamás había tocado el pene de otro hombre, estaba muy nervioso, demasiado para ser sinceros. Minho le indicaba con su propia mano los movimientos que tenía que hacer para complacerlo y un sonrojado menor sólo seguía sus indicaciones, notando cómo cada vez el miembro del otro se ponía más y más duro, caliente y palpitante. El pelirrojo comenzó a sudar frío, mierda, la "cosa" de Minho era demasiado larga y ancha, él mismo lo había comprobado al verlo desnudo tiempo atrás en el baño de la prisión y eso que en aquella ocasión su pene estaba flácido, no quería ni imaginar lo monstruoso que sería cuando estuviera excitado. Le iba a partir en dos.

-¡Mierda! Ya déjalo o esto acabará rápido.-"Y no podré hacerte todo lo que pretendo hacerte" pensó el cínico azabache. Taemin enseguida retiró su mano de la entrepierna aún cubierta por ropa del otro, con horror vio cómo el mandamás de deshacía de sus pantalones y también de sus boxers, quedando completamente desnudo ante el menor, quien se hubiera quedando observando maravillado ese cuerpo de hombre fornido que tanto había él deseado poseer unos años antes pero que sin embargo jamás pudo obtener, sin embargo en aquella ocasión lo único que captó toda su atención fue el miembro erecto, poderoso, con una textura venosa y lubricado por el líquido pre-seminal de Minho. ¡Maldición! Le estaba doliendo el culo de sólo imaginar esa cosa gigante dentro de él, moviéndose sin consideración alguna.

-¿Eres virgen, verdad?-Le preguntó con la voz ronca por el deseo, Taemin tragó grueso y asintió casi temblando.-Eres la segunda persona virgen con la que follaré.-El pelirrojo podría haber jurado que por una milésima de segundos vio cómo los ojos tan negro de Minho brillaban debido a la melancolía, como si hubiera recordado algo o a alguien. Sin embargo tan rápido como apareció se esfumó.

-¿T-tú quieres de-decir que n-nosotros vamos a...?-No se animaba a terminar la oración, estaba temblando del pánico. El azabache frunció el ceño confundido y luego agarró a un aterrado Taemin por las caderas, atrayéndolo hacia su varonil anatomía.

-Vamos a follar, así de simple. Date la vuelta.-Le dijo fríamente, el menor negó con la cabeza y el mandamás lo fulminó con la mirada, mientras apretaba fuertemente sus caderas, causándole dolor por la presión que ejercía sobre ellas.- ¿Disculpa? ¿No que teníamos un trato? ¿O ya te arrepentiste?-Le cuestionó demandante, el más pequeño nuevamente negó con la cabeza.

-No me arrepentí. Y como tú acabaste de decir, tenemos un trato. Cuando me entregues el dinero que necesito, entonces ahí sí podrás follarme, antes no.-Le aclaró retando con la mirada al más alto. Se quedaron unos cuantos segundos penetrándose con sus miradas, negro contra café. Al final Minho suspiró resignado pero luego sonrió ladino.

-De acuerdo, ¿cuántos quieres?-Le preguntó de la nada, Taemin abrió sus ojos sorprendido pero luego le respondió.

-Cien mil dólares.-Le respondió de inmediato, Taemin pidió esa cantidad debido a que la bomba de insulina de mejor calidad en el mercado de Seúl salía cincuenta mil dólares aproximadamente y los otros cincuenta su madre los utilizaría para el mantenimiento de la misma. Minho simplemente asintió con la cabeza sin emoción alguna en su frío rostro.

-Mañana mismo tendrás esa cantidad en tus manos.-Le respondió mientras lo recostaba nuevamente y comenzaba a lamer su cuello con gula.-Pero si hoy no voy a follarte entonces me tendrás que hacer una mamada, niño.-El pelirrojo abrió sus orbes sorprendido, eso realmente no se lo esperaba.

-¿Q-qué?-Tartamudeó estupefacto, sin poder creerse lo que el mandamás le estaba pidiendo.

-Lo que oíste.-Fue lo último que le dijo antes de morderle fuertemente el lóbulo de la oreja al menor, quien inmediatamente gimió de dolor.

-P-pero yo no sé cómo...-Trató de excusarse pero Minho ya se había acomodado en la cama y había abierto sus fuertes piernas para que Taemin se acomodara entre ellas y le realizara la felación con esa dulce boquita que se cargaba.

Un aterrorizado pelirrojo tragó grueso y, temblando, fue inclinándose hacia abajo, hasta que su rostro quedó de frente con aquel monstruoso miembro que el otro portaba. Aspiró una gran bocanada de aire para luego exhalarla y luego, muy tembloroso, agarró la base de aquel pene con una de sus manos y la otra la posó sobre el generoso muslo derecho del mandamás para posteriormente comenzar un vaivén lento de sube y baja. Haciendo suspirar de deseo al hombre que tenía enfrente. Cuando tuvo un poco más de confianza trató de no pensar ni razonar nada, porque mientras más lo hacía, más ganas tenía de salir corriendo y esconderse debajo de una mesa, por lo tanto dejó de pensar en todo y se concentró en lamer tímidamente la punta de aquel erecto miembro, enseguida escuchó al mayor gruñir de placer, siguió dándole inexpertas lamidas al pene durante algunos minutos más.

A Minho realmente ese mocoso le estaba excitando más que nada, podría jurar que sin duda alguna esa era, hablando enserio, la peor mamada que la habían hecho en su puta vida, la más tímida, inexperta y hasta inocente, sin embargo lo tenía más cachondo que ninguna. Y todo por el simple hecho de que era Lee Taemin quien se le estaba haciendo, con esa boca pura, cálida y sabrosa que poseía, le estaba volviendo loco aquel muchacho, ya no esperaba porque sea mañana para darle el puto dinero que quería, abrirle las piernas y cogerlo tranquilamente. Sí, definitivamente eso es lo que quería, penetrar fuertemente esa virgen entrada. Hasta hacerlo perder la razón por culpa del placer, hasta que él mismo pierda la razón, eso quería.

-Hmm... abre la boca.-Le ordenó en un siseo de voz, el pelirrojo, más sonrojado que nunca, abrió la boca y entonces Minho aprovechó para meter su pene en aquella cavidad oral, el pobre Taemin casi se atraganta, por lo que el mandamás retiró su pene y esperó hasta que terminara de toser.

-Debes abrir bien tu boca si no quieres atorarte y no uses tus dientes. Te mataré si muerdes mi polla.-Le advirtió, el otro no dijo nada, sólo abrió más su boca para recibir mejor a aquel enorme miembro. Minho comenzó a embestirlo miembros gruñía debido al placer que sentía, ya comenzaba a sentir sudor en su frente, estaba cerca de venirse.

Por su parte Taemin sólo se concentraba en abrir bien su boca y recibir aquel falo, agradecía que no supiera mal, él realmente pensaba que chupar un pene sería asqueroso, sin embargo el miembro del mandamás tenía un sabor saladito y a la vez algo dulzón con una textura algo pastosa la cual, para tratarse de un pene, no sabía nada mal. Sintió cómo Minho alzaba sus caderas hacia él, como si buscara enterrar su "cosa" en la garganta del menor, unas cuentas embestidas más y escuchó al azabache gemir, arquear su espalda y momentos después pudo percibir cómo un líquido caliente y espeso se deslizaba por su boca y garganta, enseguida se separó del miembro del otro y escupió lo que pudo del esperma al piso, tosiendo sin parar.

El mayor notó eso de inmediato, se sintió ofendido al ver cómo aquel bastardo rechazaba tan abiertamente su semen, sin embargo le dio algo de lástima, debido a que parecía que de verdad estaba atorado, porque incluso sus ojos tenían lagrimillas, por lo tanto se levantó y sacó del cajón de un mesita de luz pañuelos descartables y le entregó uno al menor, éste enseguida lo tomó y comenzó a limpiarse el semen que tenía en parte de sus manos y boca.

...

-¿Qué diablos?-Preguntó una voz externa a la celda, ambos giraron sus rostros y se encontraron con un sorprendido Key, alado suyo estaba Jonghyun y de paso también Onew.

Taemin, increíblemente avergonzado, se tapó con las sábanas y escondió su mirada en su flequillo. No obstante, Minho se paró, limpió su pene con un pañuelo y luego se vistió con parsimonia, importándole un bledo que sus amigos le vieran desnudo. Sólo se puso sus boxers y sus pantalones, sin playera y los miró de mala gana, como era común en él.

-¿Qué pasa?-Les preguntó a los tres, bastante malhumorado, el perro fue el primero en responderle.

-Ya hicimos lo que nos ordenaste, la fecha que dijiste para distribuir la mercadería está fijada y los precios correctamente colocados.-Le informó su mejor amigo.

-Buen trabajo.-Fue simplemente lo que dijo, después de aquello prosiguió a colocarse su playera blanca y caminó pasando por alado de los tres reos.-Me iré a las duchas a darme un baño, luego hablaremos mejor acerca de eso.-Le dijo sin darse la vuelta.-Por cierto, Taemin, mañana pasa de nuevo por aquí, el trato sigue en pie.-Fue lo último que dijo, sin siquiera mirar al pelirrojo que seguía sentado en aquella cama, increíblemente abochornado por semejante situación tan embarazosa. Una vez dicho eso, Minho se retiró de la celda y se perdió entre los pasillos infinitos.

Luego de unos cuantos segundos incómodos, en los cuales Jonghyun leyó datos que contenían los papeles que llevaba en mano, mientras Key miraba comprensivo a un avergonzado Taemin y Onew, obviamente, se concentraba en acribillar al pelirrojo con su mirada cargada de ira, con el fin de destensar ese ambiente, el rubio habló.

-Bueno, creo que es hora de volver cada uno para su celda, ¿no lo creen?-Preguntó con una sonrisa reluciente en su rostro, sin embargo nadie dijo nada, salvo el pollo después de un pequeño lapso de tiempo.

-¿No que no serías la "puta" de ningún reo, Lee Taemin? ¿Eh? ¡Responde!-Le gritó un enojado castaño, Key comenzó a preocuparse, no quería que eso terminara en disputa, sabía que Minho estaba de malhumor por la interrupción de recién y no soportaría peleas de niños, como él estaba acostumbrado a llamar a ése tipo de pleitos.

-Lo que haga o no con mi vida no es de tu incumbencia, Onew.-Le respondió un molesto pelirrojo, lo último que le faltaba, que la putita arrastrada de Minho le viniera a dar un sermón, ese estúpido no tenía la más puta idea de por qué él había aceptado la oferta del mandamás y no se rebajaría a contarle a alguien como él la verdadera razón, que le jodan. Fue el pensamiento que pasó por la mente del menor, quien se sentó mejor en la cama, agarró su ropa y comenzó a vestirse rápidamente.

-No me llames Onew nunca más, así sólo me llaman las personas de mi confianza, no las personas que detesto, o sea tú. Mi nombre es Lee Jin Ki.-Taemin frunció el ceño molesto al percatarse de que tenían el mismo apellido.

-Como quieras, me da igual cómo te llamas de todos modos.-Le respondió desinteresado mientras se levantaba de la cama y comenzaba a caminar hacia la salida.

-¿Por qué aceptaste el trato de Minho?-Le cuestionó con la voz ronca de la rabia que sentía en esos momentos el pollo.

-Qué te importa, pregúntaselo a él mismo si quieres saber.-Le respondió y entonces sintió cómo era fuertemente agarrado por el brazo izquierdo.

-¡Respóndeme, Lee Taemin!-Le reclamó bastante sacado de quicio, el pelirrojo se le quedó examinando unos cuantos segundos y luego se zafó del agarre del otro y suspiró resignado, ya qué.

-Acepté el trato por dinero.-Lo dijo con tanta simpleza que hasta sorprendía, automáticamente Onew frunció el ceño confundido, Key abrió sus ojos sorprendido, sin poder creer lo que oía y Jonghyun siguió leyendo esos papeles y, a pesar de que estaba escuchando la discusión, no le daba importancia puesto que ambos menores le eran indiferentes al perro, le daba igual si se mataban a cachetazos ahí mismo, es más, le harían un gran favor. Sobre todo ese tal Lee Taemin, no lo soportaba, ya que no le gustaba para nada que la Diva esté tan interesado en aquel enclenque.

-Vaya, o sea que al final sí resultaste ser una puta que encima se vende por dinero, eres patético.-Le dijo el pollo con aires de superioridad, Taemin se encogió de hombros, como diciéndole al otro que le importa un bledo la imagen que tuviera de él. Onew apretó sus puños enfadado, odiaba que lo ignoraran. El pelirrojo terminó de darse la vuelta para irse, sin oír lo reclamos de la pareja.

-¡Que no se te olvide que tú sólo eres la puta o juguete de turno de Minho, su verdadera y única pareja soy yo! ¡¿Entendiste eso?!-El pelirrojo rodó sus ojos y siguió su camino.

-Sí, sí, como tú digas.-Le dijo bastante hastiado y el otro prácticamente ya estaba soltando humo por las orejas a causa de la cólera

-¡Espera, Taeminnie! Quiero hablar contigo.-Le gritó Key mientras corría hacia donde se encontraba el menor, sólo ante eso Jonghyun despegó su mirada de los papeles y vio a su rubio correr hacia donde ese maldito pelirrojo se encontraba. Gruñó audiblemente y salió de la celda hecho una fiera chocando de paso al pollo. Quien sólo le sacó la lengua y también se fue de allí enfadadísimo en dirección a las duchas, quería ver y hablarle al mandamás. Ahora mismo.

-Oh, eres tú.-Dijo el pelirrojo un poco más calmado, de todo el grupo extraño del mandamás el único que le caía bien era aquel rubio que tan dulce parecía, nada que ver con el resto.

-Sí, el mismo ¿te apetece un licuado de durazno?-Le preguntó alegre mientras comenzaban a caminar por los pasillos, el menor frunció el ceño confundido.

-Pues sí, pero no estamos en horario y además aquí sólo nos sirven agua y jugo del barato.-Le respondió, inmediatamente el rubio comenzó a reír.

-No te preocupes, sí nos darán licuado, tú sólo confía.-Le comentó seguro de lo que decía, Taemin simplemente le hizo caso, ambos se dirigieron hacia la cafetería y allí el gordinflón de siempre estaba entretenido con su teléfono celular.

-Oye.-Soltó la Diva para que el otro se percatara de su presencia, enseguida el gordo levantó la mirada malhumorado, a punto de putear a la persona que lo interrumpió pero al darse cuenta de quién era le sonrió nervioso.

-¡Ho-hola Key!-Taemin abrió los ojos sorprendido.

-Danos dos licuados de durazno.-Le ordenó simplemente, el otro asintió de inmediato.

-Claro Key, enseguida.-Le respondió sonriente, mostrando sus amarillos dientes.

-Vaya, sí que se aprovechan del poder que tienen aquí dentro, ¿cierto?-Le preguntó un sorprendido Taemin, el rubio lo miró y asintió sonriente.

-Sí, hay que aprovecharlo supongo.-Le contestó.

-Aquí tienes.-Le dijo un apurado gordinflón, entregándole en mano los dos licuados al chico.

-Muy bien, adiós.-Luego de despedirse se dio media vuelta y salió de la cafetería junto con el pelirrojo, quien agarró su bebida y comenzó a beberla, deleitándose con su sabor, rayos, ¿hace cuántos tiempo que no tomaba o comía algo rico? Ya lo había olvidado.

-Muchas gracias, Key.-Le dijo sinceramente mientras seguían caminando sin rumbo alguno por la Underground Prison, todos los reos que se le cruzaban no decían ni intentaban nada con el menor, puesto que la Diva estaba acompañándolo.

-No tienes que agradecérmelo bebé, es sólo un licuado.-Le respondió rascándose la nuca, una leve pero tierna risilla escapó de los labios rosados de Taemin.

-No te estoy agradeciendo solamente el licuado, sino el hecho de que hayas arriesgado tu pellejo hace algunos cuantos días al pararte enfrente de todos y decir que yo tenía tu protección, seguramente te causó muchos problemas con Minho.-Le comentó estremeciéndose al pronunciar el nombre del mandamás. El rubio le revolvió los cabellos al más pequeño, dándole a entender que todo estaba bien.

-No te preocupes, conozco a Minho desde hace varios años y se podría decir que la mayor parte del tiempo terminamos entendiéndonos y lo que pasó contigo él también lo acepto pasado un tiempo.-Le comentó mientras bebía su licuado.

-¿Pero no se supone que tú eres... algo así como un vasallo de Minho? ¿Está bien que actúes en contra de "su voluntad"?-Al oír aquello el más alto se carcajeó un buen rato.

-No bebé, yo no soy ningún esclavo de Minho, soy su amigo y yo puedo tomar mis propias decisiones, eso él lo sabe perfectamente. Esclavos a él le sobran tanto aquí dentro como fuera de la Underground Prison, pero Jonghyun y yo no somos sus siervos, estamos a su lado porque lo apreciamos y porque así nosotros lo decidimos, ni él ni nadie nos obligó. Bueno, no mencioné a Onew debido a que, por la obsesión que siente hacia Minho, se podría decir que sí es un esclavo, ya que siempre hace lo que él le ordena.-Le comentó el rubio colocando uno de sus delgados dedos en su mentón, pensativo. Taemin arrugó su frente disgustado al oír el nombre de ése castaño insoportable, de verdad que parecía una novia en su período, cada día le hartaba más.

-Él es insoportable.-Comentó el pelirrojo mientras le daba un sorbo a su licuado.

-En realidad es agradable si llegas a conocerlo mejor, sólo que tiene miedo de perder a Minho, es lo único que posee dentro de esta cárcel y por lo tanto se aferró tanto a él que no podría pensar en una vida sin Minho a su lado.-Le comentó con parsimonia.

-Es enfermizo aferrarte tanto a una persona, a la larga sólo sufrirá.-Le comentó un tanto triste y enojado, pensando en la obsesión que desarrolló Young para con él, una obsesión enfermiza que logró destruirle la vida a Taemin. Jamás se lo perdonaría.

-Lo sé, pero eso es algo que Onew no entenderá hasta que sufra lo que tiene que sufrir.-Le contestó.-De cualquier modo, yo no creo eso de que hayas aceptado la oferta de Minho sólo por dinero. ¿Era mentira, cierto bebé?-Le preguntó sonriéndole tan cálidamente como sólo ese rubio podía hacerlo.

-No, es la verdad.-El más alto se quedó examinando la expresión facial del menor mientras caminaban y llegó a la conclusión de que no le estaba mintiendo, pero que tampoco le estaba diciendo toda la verdad, sólo a medias. Se percató de que, raramente, ningún reo estaba alrededor de ellos en aquel pasillo y de que encima muy cerca de su posición había una escalera, le dijo a Taemin para sentarse allí y así lo hicieron.

-De acuerdo, te creo, ¿pero puedo decirte algo, Taeminnie? Yo tengo una gran facilidad para percatarme de si una persona me miente o no. Es un don que he adquirido a través de los años. Y sin duda tú no me estás mintiendo, sin embargo no me estás diciendo toda la verdad. ¿Cierto?-Le preguntó dándole otro sorbito a su bebida, el menor abrió sus orbes cafés sorprendido de la capacidad que poseía aquel rubio para darse cuenta de aquel detalle. Luego un lapso pequeño de tiempo sonrió para sí mismo, había algo en Key que le hacía confiar en él.

-Sí, tienes razón. En realidad necesito ese dinero para ayudar a mi madre enferma. Como mi padre está muerto y no tengo otros familiares cercanos, mi madre es la única que sostiene a mi familia, pero cayó internada y necesita de una bomba de insulina la cual no puede comprar porque el dinero no alcanza. Y además mis hermanos menores están en casa de un amigo mío, en sí, la situación está muy fea allí a fuera y yo aquí, encerrado como estoy, no puedo hacer nada más aparte de esto para ayudarles.-El rubio apretó sus puños conmovido por lo que Taemin le acababa de contar, él perfectamente entendía lo que era sentirse inútil e impotente. Y era horrible. De la nada abrazó muy fuerte al menor, quien se sorprendió demasiado más sin embargo correspondió al abrazo y comenzó a llorar para desahogarse, cada día se sentía más muerto, sin embargo soportaba estar allí, encerrado injustamente, por el amor que le tenía a su familia y por las ganas de vengarse de ese desgraciado de Young, quien fue el verdadero asesino de Yun y encima ahora estaba afuera, disfrutando de la vida, feliz y coleando, el odio que sentía hacia ése chico era también lo que le daba las fuerzas al pelirrojo para soportar todo aquello.

-Todo saldrá bien Taemin, tu madre pronto se mejorará, cualquier cosa que yo pueda hacer, sólo házmelo saber.-Le consoló tiernamente mientras acariciaba con delicadeza la cabeza del pelirrojo, éste se sintió tan alegre, ése rubio tenía una voz muy dulce, un olor dulzón y además era increíblemente cálido, le recordó mucho a su querida mamá.

-Gracias, de verdad muchas gracias Key.-Le dijo con una sonrisa sincera en su bello rostro.

-No tienes nada que agradecerme, Taeminnie.-Le respondió mientras peinaba sus rojos cabellos con sus largos y finos dedos, luego de algunos minutos el menor se despegó del abrazo y encaró al más alto.

-Pero no entiendo por qué me ayudas tanto, es decir, no obtienes nada a cambio. ¿Por qué lo haces?-Le cuestionó confuso, el rubio le quedó mirando inexpresivo unos cuantos segundos, pero luego el más pequeño notó melancolía y nostalgia en la mirada velada del otro.

-La verdad es porque te pareces mucho a mi hermano menor.-Le reveló y Taemin abrió sus ojos sorprendido.

-¿Enserio? ¿Físicamente?-Le cuestionó, el otro asintió.

-Sí, pero no sólo en lo físico sino también en su forma de ser. Son tan parecidos, supongo que es por eso que te ayudo.-El pelirrojo aún seguía impactado debido la revelación del otro.

-¿Y tu hermano dónde está?-Le preguntó curioso, enseguida se arrepintió, ya que la mirada de Key se oscureció muchísimo más ante esa pregunta.

-Está muerto.-Taemin se mordió la lengua, fue un estúpido por haberle preguntado aquello.

-Lo lamento mucho, yo no quise...-Trató de justificarse pero el otro enseguida negó con la cabeza y le sonrió como siempre lo hacía.

-Está bien, igual tú no sabías. De una forma u otra ya lo he superado, tenía que superarlo.-Le comentó volviendo a ser el alegre chico de antes, Taemin no entendía cómo ese rubio podía sonreír todo el tiempo, si Eunji, el hermanito pequeño de Taemin, se muriera, el pelirrojo no podría volver a sonreír como antes, realmente no lo soportaría y aun así, la Diva supo sobrellevar esa tragedia y volver a sonreír. Y lo peor de todo eso, era que Taemin sabía, no entendía bien por qué, pero sabía de antemano que aquel rubio había sufrido más y aun así se mostraba tan alegre todo el tiempo.

-Gracias por perdonar mi imprudencia, Umma.-La Diva abrió sus orbes muy sorprendido, al oír que Taemin al fin lo llamó como desde el principio él se lo había pedido, le entraron ganas de lagrimear, debido a que así mismo lo llamaba su hermano pequeño varios años atrás, en su pasado, sin embargo no lo hizo y le dedicó a Taeminnie la mejor de sus sonrisas, para después revolverle los cabellos de forma fraternal.

-¡Eres tan dulce, bebé!-Chilló exageradamente feliz y Taemin no puedo evitar carcajearse debido a la actitud infantil del rubio.-Tan dulce que de verdad no puedo creer que hayas realizado un crimen como para estar aquí dentro encerrado.-Le comentó observando la reacción del pelirrojo. Quien de inmediato dejó de sonreír recordando a aquel bastardo.

-No, según los registros yo maté a mi novia. Sin embargo yo no la asesiné, más bien fue un tipo que estaba obsesionado conmigo pero me culparon de todo a mí. Alegando que se trató de un acto de femicidio.-El rubio colocó una mano sobre el hombro del pelirrojo, apoyándolo.

-Qué hijo de puta ése maldito.-Comentó con bronca el rubio, el otro asintió con la cabeza.

-No sabes cuánto. Justamente, el odio que siento hacia él y el amor que siento hacia mi familia son los pilares que me ayudan a mantenerme de pie aquí dentro.-El más alto sonrió al escucharlo hablar de aquella manera, a pesar de que era menudo y débil físicamente hablando, ese pelirrojo sí que tenía su carácter y era muy fuerte, debido a que tenía mucha fuerza de voluntad, esa cualidad era realmente de admirar en una persona.

-Eres fuerte Taeminnie, debes seguir así. Yo también estoy aquí por algo parecido.-Le reveló y el pelirrojo abrió sus ojos cafés sorprendido.

-¿A ti también un loco te culpó por la muerte de tu novia?-El rubio se carcajeó un buen rato al oírle preguntarle aquello al menor.

-No, no exactamente me pasó lo que a ti, Taeminnie. Más bien una persona me traicionó.-"O mejor dicho, nos traicionó" fue el pensamiento que pasó por la mente del rubio.-Y por su culpa estoy aquí dentro.-Comentó con odio reflejado en sus ojos, el pelirrojo simplemente esperó, para ver si seguía hablando pero no lo hizo, por lo tanto el menor comprendió que seguramente el mayor no quería hablar sobre el tema, así que decidió no hacer más mella en el asunto.

-Entiendo...-Comentó Taemin mientras llevaba una de sus pálidas manos al hombro del rubio y trataba de animarlo, el más alto le miró y le sonrió, Taemin le correspondió la sonrisa.-Todo saldrá bien Umma, los hijos de puta que causaron que nos encerraran aquí la pagarán algún día y muy caro.-Key asintió con la cabeza y entonces escucharon una voz algo chillona acercarse a ellos corriendo.

-¡Taemin!-Gritó Bae quien venía corriendo desde un pasillo perpendicular al suyo, se le veía sudado y agotado.

-¡Bae! ¿Qué haces aquí?-Le preguntó sorprendido mientras se paraba y se acercaba a su amigo quien trataba de recuperar el aire.

-¿Que qué hago yo aquí? Eso mismo te pregunto yo, me quedo dormido unos minutos, despierto y tú te desapareces. ¡Qué mal compañero eres, Taeminnie!-Le gritó dándole un golpecito en la cabeza al pelirrojo, quien sólo se rascó la nuca nervioso y se disculpó.

-Lo lamento Bae.-Se lo dije con sinceridad y el otro chico no hizo sino suspirar y luego sonreírle.

-Está bien, pero por favor ya deja de desaparecer así de la nada.-Le pidió con un puchero.

-Sí, trataré de no hacerlo más.-Le prometió, aunque sabía que quizás rompería esa promesa.

-Gracias, Taeminnie.-Luego de decir aquello recién cayó en cuenta de la presencia de Key detrás del pelirrojo y se alertó.- ¿Qué hacías con él?-Le preguntó asustado.

-Estábamos charlando.-Le respondió la Diva, Bae le miró desconfiado.

-Taemin, vámonos ya.-Le recomendó y justo en ese momento notó el gran chupón que su compañero de celda tenía en el cuello.- ¿Taemin de quién es ese chupón que tiene allí?-Le preguntó entre serio y asustado. Enseguida notó cómo el pelirrojo se tensó y comenzó a sudar frío.

-Yo... Bae vámonos a nuestra celda y allí te explico todo.-Le dijo al final, el castaño asintió a regañadientes. Luego el menor se dio la vuelta y encaró al rubio, quien lo miraba extrañado por la interrupción.- Gracias nuevamente, nos veremos después Umma.-Se despidió y el más alto le sonrió y asintió.

-Claro, hasta luego bebé.-Fue lo último que dijo antes de darse la vuelta y desaparecer por lo grises pasillos, no sin antes tomar el vaso vacío de Taemin y llevar ése y el suyo a la cafetería para devolverlos.

-¿Umma, bebé? ¿Taemin qué rayos significa todo esto?-Le preguntó un alarmado castaño. El pelirrojo suspiró resignado.

-Vamos a nuestra celda y allí te lo diré.-Le dijo simplemente mientras Bae asentía y ambos se dirigían hacia su respectiva celda.

...

-¡Ya llegué perrito!-Informó un energético rubio mientras entraba a la celda que compartía junto con Jonghyun en la prisión. Éste se encontraba sentado en la cama de arriba, con sus poderosos brazos cruzados, la mirada brillante de la cólera que sentía y la mandíbula más tensa que nunca. El rubio se extrañó al verlo así, es decir, era normal ver al perro malhumorado, pero tampoco para tanto.

-¿Te ocurre algo, Jonghyun?-Le preguntó un poco más serio mientras terminaba de ingresar a la celda y comenzaba a estirar sus músculos. El otro seguía sin responderle, sólo se dedicaba a matarlo con la mirada.

-Oye, no sé qué diablos te pasa, pero si no me lo dices jamás lo sabré.-Le dijo con bastante ánimo mientras se acercaba a la cama del otro caminando, alzaba su finas manos y comenzaba a estirar las mejillas del perro para tratar de hacerlo sonreír, jugando con él como siempre lo hacía, con esa sonrisa tan perfecta que volvía loco al perro. Enseguida Jonghyun gruñó enojado y tomó las finas muñecas del otro con sus fuertes manos y las apretó con más fuerza de la necesaria, causándole dolor al más alto, quien de inmediato se quejó por la brutalidad del otro.

-¡Duele Jonghyun, suéltame!- Le gritó el rubio pero el castaño no le hizo caso y, sin soltarlo en ningún momento, bajó de un solo salto de su cama y estampó al rubio contra la pared. Acercando sus rostros peligrosamente. Y sosteniendo todavía las dos muñecas adoloridas del otro a cada lado de su cabeza.

-¿Te duele, enserio? ¿Y pensaste alguna vez acaso en cómo a mí me duele cada vez que decides irte a que te den por culo otros hombres? ¿Te haces una puta idea de cómo mierda me sentí cuanto decidiste irte con ése imbécil de Lee Taemin hace un rato? Sin si quiera percatarte de que yo salí de allí hecho una fiera. ¡¿Tienes una maldita idea de cómo me duele que me hagas eso todos los días?! ¡Por un coño!-Le gritó completamente encolerizado mientras apretaba con mayor fuerza las muñecas del otro, quien comenzó a chillar del dolor.

-¡Para Jonghyun, por favor, enserio me estás lastimando!-Trató de librarse del agarre, y no es que él fuera débil, al contrario, era muy ágil y fuerte, pero en cuanto a fuerza bruta obviamente el perro le ganaba y por mucho.

Recién cuando oyó el por favor reaccionó el perro, el cual se hallaba cegado por los celos y la rabia que sentía. Enseguida el rubio comenzó a sobarse sus adoloridas muñecas varias veces, mierda que le había apretado fuerte el más bajo.

-¿Qué te ocurre, Jonghyun?-Le preguntó más serio.- ¿Por qué te enoja que me acueste con los reos? Es mi cuerpo después de todo, puedo hacer lo que quiera con él. Además, yo no tengo nada con Taemin, simplemente lo quiero proteger porque tiene un gran parecido con mi hermano Taki, quien tú sabes perfectamente fue asesinado por ése maldito traidor.- Le recordó y entonces el perro se acordó del niño y cayó en cuenta de que era verdad, Taki se parecía mucho físicamente a ese tal Lee Taemin, se sintió un verdadero estúpido.

-Yo no...-No sabía qué decir.

-Jonghyun, dime la verdad, ya no más mentiras ni evasivas por favor.-Le rogó el rubio mientras lo encaraba completamente, el más pequeño tardó unos cuando minutos en responder pero al final se decidió a hacerlo. Aspiró y exhaló una gran bocanada de aire y luego miró decido al más alto.

-¡No quiero que te acueste con otros tipos porque me gustas, maldita sea! No quiero verte coqueteándole ni sonriéndole a otros aparte de a mí. Sólo te quiero para mí y éste estúpido nudo que tengo en la garganta cada día me la pone más difícil y hoy no lo soporté más y exploté. ¡Me has gustado desde hace años Key! Tú y tu maldita sonrisa, tu boba obsesión por el maquillaje, tu blanca y perfecta piel y tu estúpido cabello con ese exótico olor que todo el día logra cautivar mi nariz. ¡Me estás volviendo loco, y no sabes cuánto te detesto por no poder dejar de sentir esto que siento! ¡Maldición!-El rubio se quedó boquiabierto durante unos cuantos minutos, tratando de procesar la información.

¿Jonghyun gustaba de él? ¿De verdad había cautivado a su indomable perro? ¿Enserio todos los días ardía de los celos como ahora pero se esforzaba en reprimirlos?

¿De veras se le había confesado? Sí, definitivamente eso había sido una especie de "confesión", bastante agresiva podría agregar. Pero es comprensible viniendo de Jonghyun, a él le cuesta mucho expresarse por otros medio que no sean los insultos.

No lo podía creer, era realmente increíble todo aquello que le estaba ocurriendo.

...Continuará...

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