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It's a promise


...

El estruendo provocado por varias alarmas sonando a la vez, indicó a todos los reos que era hora de levantarse, automáticamente los barrotes se desplazaron de forma horizontal y todas las celdas de la Underground Prison fueron abiertas.

Taemin ya no se tapaba los oídos como antes lo hacía, debido a que, con el correr de los meses, se había acostumbrado a ese horrendo sonido. Abrió sus ojos lentamente, luego se desperezó y después salió de su cama sólo para ver cómo su amigo se acurrucaba entre las sábanas, sin la más mínima intención de levantarse. El pelirrojo frunció el ceño cabreado, siempre pasaba lo mismo, a Bae le costaba horrores salir de su cama por las mañanas y casi siempre corrían el riesgo de perder el desayuno. Y el menor moría de hambre.

-Bae, levántate ahora mismo de esa cama.-Le exigió serio mientras le palmeaba la cabeza, el mayor simplemente gruñó.

-¡Bae, te lo digo enserio, despiértate de una vez por todas o perderemos el desayuno!-Le gritó y el castaño se acurrucó aún más entre las sábanas.

-Cinco minutos más, Taeminnie.-Rogó con un tono de voz por demás aniñado y el pelirrojo simplemente suspiró agotado, se dio media vuelta y caminó hacia el lavamanos para cepillarse los dientes y mojarse la cara con agua. Realmente su compañero de celda era un dolor de cabeza durante las mañanas.

Sin embargo Taemin estaba feliz, sonreía embelesado, por fin podría ver nuevamente a su amada familia, estaba ansioso de que fueran ya las 18:00 pm. No podía contener la alegría que sentía.

Una vez que el menor terminó, miró a Bae y se percató de que el desgraciado aún seguía roncando, una venita se asomó en la frente del pelirrojo, quien ya harto, juntó sus manos y las llenó del agua fría que salía de la canilla del lavamanos, luego caminó hacia la cama de su amigo y le tiró esa agua en la cabeza, inmediatamente el mayor se despertó asustado y con su cabello castaño completamente empapado, al percatarse de lo que había pasado simplemente se bajó de la cama y sacudió su cabeza a fin de escurrir todo el agua que había allí, para posteriormente adornar su rostro con un tierno puchero y mirar con ojos de borrego a Taemin.

-¡Eres malo Taeminnie, no era necesario que hagas eso!-Chilló mientras caminaba hacia el lavamanos para cepillarse los dientes y lavarse el rostro. El pelirrojo simplemente sonrió victorioso y negó con la cabeza.

-Claro que era necesario Bae, de lo contrario jamás despertarías.-Le dijo en tono burlón sonriendo enternecido por la "trompita" que el otro le dedicó al terminar de asearse.

-Mejor vámonos a desayunar, Taeminnie malvado.-Le dijo el castaño aun refunfuñando por lo bajo, él realmente quería seguir durmiendo; ambos jóvenes se encaminaron hacia el gran comedor.

-¿Por qué estás tan cansado? Es decir, todas las mañanas es un desafío despertarte, pero hoy fue peor que nunca.-Le comentó el pelirrojo mientras caminaban tranquilamente por los extensos pasillos de la prisión.

-Cúlpalo a Chin, él es el responsable de que esté tan cansado, ayer tenía más ganas que nunca y lo hicimos unas cinco veces.-Le contestó bostezando y tocándose su retaguardia con suavidad, Taemin se sonrojó hasta las orejas.-Maldición, mi trasero duele horrores.-Se quejó y el pelirrojo apoyó una mano en el hombro del otro y le sonrió cálidamente.

-Tranquilo. Regañaré a Chin por haberte forzado a hacerlo cinco veces.-Le aseguró y el castaño frunció el ceño confundido.

-¿Forzarme? ¡No Taeminnie, te equivocas! A mí me encanta el sexo y más si es con Chin, está muy bien dotado.-Le aseguró guiñándole un ojo, nuevamente la cara del menor se ruborizó hasta asemejarse al color de un jitomate.

-Dios mío... y yo que pensaba que tú eras un ángel puro e inocente, Bae.-Soltó carcajeándose un poco, su amigo también lo acompañó y se rio junto a él.

-Pues qué errado has estado, Taeminnie. Yo podré ser amable y alegre, pero soy un pervertido de primera.-Le aseguró y el castaño le dio la razón asintiendo con la cabeza. Justo en ese momento llegaron por fin al comedor.

Al ingresar, ambos jóvenes se percataron de que todas las miradas de los reos se posaron sobre ambos, o mejor dicho, sobre el pelirrojo. Luego de que Minho haya dicho el día anterior que Taemin le pertenecía, el pobre muchacho era el tema principal de conversación en la Underground Prison. El pelirrojo odiaba ser el centro de atención, él prefería pasar de ser percibido, sin embargo levantó su cabeza dignamente y caminó junto con Bae hacia la mesa donde los esperaban sus otros dos compañeros.

-Buenos días.-Saludaron Jung y Chin al mismo tiempo.

-Buenos días.-Les respondieron Taemin y Bae al unísono, luego de eso los cuatro fueron a la cafetería para retirar su desayuno. Después de hacerlo volvieron a su mesa y comenzaron a charlar sobre trivialidades mientras comían, incluso el pelirrojo les comentó a Chin y a Jung que ese día le visitaría su familia, ellos se concentraban en su conversación e ignoraban olímpicamente las miradas de los demás reclusos. Aunque algunos hombres tenían ganas de insultar, golpear o incluso violar al pelirrojo, no se animaban debido a que sabían de antemano que estarían arriesgando su pellejo por una estupidez; ya que si le decían o le hacían algo a Taemin, Minho se enteraría y seguramente los haría añicos como a los tres reos que días atrás habían intentado abusar del menor. No eran idiotas, mejor ni arriesgarse.

El gran bullicio de aquel comedor se detuvo de un instante a otro cuando los cuatros reos más temidos de la prisión ingresaron allí. Todos los presos, como siempre, se hacían a un lado y los dejaban pasar sin mayores interrupciones, fueron hacia la cafetería sin hacer fila y retiraron su "comida especial". Taemin miró de reojo a la banda del mandamás, los cuales ya se habían sentado en su reluciente mesa, observó a Onew colgando melosamente del brazo de un inexpresivo Minho, no supo por qué, pero sintió rabia. ¿Qué acaso ese castaño no tenía dignidad ni amor propio? Minho ni siquiera lo miraba y lo trataba como si fuera una mascota ¿Enserio a eso se le podía llamar "amor"? ¿De verdad eran una "pareja"? ¡Él jamás aceptaría que su pareja le tratara de esa forma, ni mucho menos que se acostara con otras personas! ¡Era inaceptable! Taemin tenía que soportar aquello porque hizo un trato con Minho, sin embargo Onew lo hacía de forma voluntaria, ¡Eso sí que era patético! El pelirrojo suspiró profundamente, tratando de contener la cólera que sentía. Luego miró a aquel perro que tanta bronca le tenía y él ni siquiera sabía por qué. Por último su mirada se posó sobre su Umma, aquel rubio que tan bien le trataba, éste enseguida se percató de su mirada y le saludo sonriente agitando su mano, Taemin se sonrojó pero le correspondió el saludo con una sonrisa en su hermoso rostro. Luego de eso apartó la mirada y terminó rápidamente su desayuno.

-¿Regresamos a nuestra celda, Taeminnie?-Le preguntó Bae, quien también había terminado de comer. El menor simplemente asintió levantándose para irse.

-¿Puedo acompañarlos, chicos?-Preguntó Jung y tanto el castaño como el pelirrojo asintieron.

-Yo también los acompañaré.-Se unió Chin parándose y tomando a Bae por la cintura, éste se ruborizó un poco y el mayor le plantó un beso fugaz en los labios. Taemin apartó su mirada completamente abochornado.-Ésta noche pasa por mi celda.-Le susurró al oído y el castaño negó con la cabeza de forma frenética.

-¡No! Aún me duele el culo por lo de ayer, no jodas.-Le contestó fulminándolo con la mirada, Chin se carcajeó un buen rato y luego lo soltó no sin antes plantarle un beso casto al menor.

Luego de aquella escenita, los cuatro se encaminaron hacia la puerta de salida del comedor, sin embargo una voz chillona atrás de ellos se lo impidió.

-¡Bebé, espera!-El pelirrojo enseguida reconoció aquella voz, al darse la vuelta vio a un rubio sonriente en frente de él.

-Hola Umma.-Saludó alegremente Taemin. Los tres compañeros del menor no dijeron nada, sin embargo Bae tenía el ceño fruncido, ese rubiecito le estaba robando a su mejor amigo, era muy injusto.

-¿Tienes tiempo? Quisiera hablar un rato contigo, Taeminnie.-Le preguntó y el pelirrojo asintió de inmediato, el castaño estaba que se moría de los celos ¡Él le había dado ese apodo a Taemin! Y ahora Key también lo llamaba así, él era el mejor amigo del pelirrojo dentro de la prisión, definitivamente la vida era demasiado injusta.

-Claro Umma. Chicos, los alcanzo después.-Les dijo a los otros tres para luego salir junto con Key del comedor a caminar mientras charlaban. Jung, Chin y Bae también salieron de aquel lugar dirigiéndose hacia la celda del castaño, los otros dos se lo tomaron con naturalidad, debido que últimamente Taemin pasaba mucho tiempo con la Diva, sin embargo Bae seguía celoso y malhumorado, ya que temía a que muy pronto el pelirrojo lo cambiaría por ese rubio oxigenado. Un dulce puchero se asomó en su rostro aniñado. "No es justo" fue el único pensamiento que pasó por la mente del castaño en esos momentos.

...

Por otra parte, en la reluciente mesa ocupada por la banda del mandamás... Jonghyun se encontraba cruzado de brazos, con el ceño fruncido y la mandíbula bastante marcada, claramente celoso de que su Key se haya ido a caminar con el cabeza de fresa. El perro confiaba en el rubio, más no en aquel pelirrojo ¿Y qué si Lee Taemin se enamoraba de SU Diva? ¡Le molería la cara a puñetazos! ¡Y no mentía, de verdad que lo haría, Key era suyo y de nadie más! Más le valía a ese mocoso no meterse con lo que por derecho le pertenecía o saldría muy malparado.

Mientras que el perro divagaba en sus posesivos pensamientos, Onew seguía colgando cariñosamente del brazo de su pareja, quien seguía igual de imperturbable como de costumbre. Realmente al pollo le daba exactamente igual qué le ocurriese a Taemin o qué hiciese éste, siempre y cuando no influyera en su relación con Minho, claro está. Es más, ya no veía la hora de que el azabache se aburriera de aquel entrometido pelirrojo y lo botara de una buena vez. Por otra parte, al pollo tampoco le gustaba nada la idea de que la Diva pasara tanto tiempo con Taemin, debido a que si tenía a Key como aliado podría utilizarlo para acercarse más a Minho. Pero más allá de todo eso... Onew realmente consideraba a Key un amigo y viceversa, por lo tanto no le gustaba para nada que anduviera tan pegado a ese mocoso, ¡Maldición! Lee Taemin no solamente quería arrebatarle a su pareja sino también a su amigo, enserio que lo odiaba y lo peor de todo es que cada vez su odio iba en progresivo aumento.

Por su parte, al mandamás se le veía tan frío como siempre, sin embargo estaba increíblemente enojado e inmerso en sus propios pensamientos. Ese mocoso el día anterior no sólo se había atrevido a rechazar su jugosa oferta la cual consistía en formar parte de su banda, sino que además le insultó y básicamente lo mandó a la mierda. ¿Quién diablos se creía que era ese mocoso? Más pequeño que él en edad y en estatura, escuálido, sin dinero, delicado y extremadamente débil. Con un solo puñetazo podría matarlo, con un solo golpe podría desnucarlo, ejerciendo un poco de presión sobre ese frágil cuello podría estrangularlo, pero entonces nuevamente surgía la pregunta del millón... ¿Por qué no lo hacía? ¿Por qué no se deshacía de aquel pelirrojo? Ya lo había follado muchas veces desde que Taemin aceptó su oferta, obviamente obligado por el delicado estado de salud de su madre. Usualmente luego de algunas sesiones de sexo, Minho se aburría de sus "juguetes" y los desechaba, con el único que no se había cansado de follar era con el pollo. ¿Será entonces que siente ese mismo "cariño" por Taemin? No, definitivamente no; debido a que él jamás le permitiría a Onew renegarle y mucho menos insultarle, aunque se trate de su "pareja" aun así le daría una buena golpiza como lección para que no lo hiciera de nuevo. A pesar de eso, Onew jamás le dio motivos para golpearlo. Pero entonces... ¿Por qué diablos no podía propiciarle una buena golpiza a ese pelirrojo? ¿Qué se lo impedía? Desde que Minho lo perdió a él... a esa persona tan importante... se juró jamás volver a acostarse con un tipo que se le pareciera en cualquier aspecto: tanto físico como emocional. Onew era obediente, sumiso y pervertido, todo lo contrario a aquel chico que tanto amó y que amaría por el resto de su vida. Justamente por eso el pollo era perfecto, debido a que no le recordaba el pasado que día tras día perseguía a Minho como si se tratara de un fantasma que buscaba enloquecerlo. Sin embargo Taemin era muy diferente a Onew, él era rebelde, impulsivo y aunque siempre llevaba las de perder, jamás cerraba la boca, siempre decía lo que sentía. "Son tan parecidos..." y ese hecho lo enojaba muchísimo pero a la vez lo atraía de forma casi enfermiza. ¿Por qué Taemin insistía tanto en rechazarlo? A pesar de que todos los días lo tenía en su cama, era como si realmente no le perteneciera ¿Y por qué diablos le importaba tanto? No tenía la más remota idea y tampoco le interesaba, lo único que sabía era que deseaba a Lee Taemin, quería que fuera completamente suyo, que dejara de rechazarlo, anhelaba tenerlo comiendo de su maldita mano. A Choi Minho no le gustaba perder, siempre ganaba y ésta vez no sería la excepción. La palabra perder no existía en su vocabulario.... Además, por otra parte, ¿Por qué carajo sonreía tan bobamente cuando estaba con ese compañero de celda o con Key? ¿Le estaba insinuando muy sutilmente que ellos eran mejor que él? ¿Por qué cuando estaba con él siempre estaba a la defensiva y jamás sonreía? ¿Le daba asco acaso? ¡Por un coño, ya se las cobraría caras al muy maldito!

-Oye, Jonghyun.-Llamó Onew al perro y éste alzó su ruda mirada clavándola en el otro.-Yo que tú cuidaría mejor a Key, quién sabe si ese pelirrojo quiere robártelo como lo hizo conmigo.- Soltó burlón y automáticamente Jonghyun agarró un tenedor de la mesa y lo tiró hacia el otro castaño, éste jadeó asustado, sin embargo el cubierto de metal pasó volando por alado del castaño y se incrustó varios centímetros en la pared, denotando así con claridad la fuerza que había empleado el otro al arrojarle aquel tenedor.

-Yo que tú cierro el pico, Onew. Claro, sino quieres que hoy cene pollo frito.-Le amenazó Jonghyun fulminándolo con la mirada, el otro simplemente tragó grueso, por un momento pensó que ese objeto filoso en verdad se incrustaría en su cuello, por suerte se equivocó.-De nada te servirá esconderte entre las faldas de Minho, si me enojas, te aguantas, ¿Entendido?-Onew asintió rápidamente, no le convenía hacer enojar a ese perro, mucho menos si se encontraba rabioso a causa los celos, realmente había sido un idiota al tratar de bromear con aquel castaño, quien todo se lo toma muy a pecho.

-Jonghyun tiene razón, deja de decir idioteces, Onew.-Le regañó Minho también, el castaño asintió cabizbajo, él por un momento pensó que su pareja le defendería, sin embargo no fue así. Luego de aquello Jonghyun se levantó y salió de allí, empujando e insultando a todo reo que se le interpusiera en el camino. Posteriormente el mandamás también se levantó en silencio para marcharse de allí.

-¿A do-dónde vas?-Le cuestionó tartamudeando el pollo, el otro no se dignó a mirarlo y continuó caminando.

-Al gimnasio, estoy estresado y quiero desahogarme, no me sigas.-Le respondió tan frío como siempre y el castaño simplemente bufó derrotado, no importaba cuánto se esforzara, cada vez sentía que su Minho se alejaba más y más. Todo era culpa de Lee Taemin, maldita sea. "No quiero volver a estar solo" Fue el pensamiento que pasó por la mente del chico en aquellos momentos.

...

Mientras tanto, en otra parte de la prisión, un rubio y un pelirrojo charlaban amenamente sentados en unas escaleras.

-¿De verdad, Taeminnie?-Le preguntó sonriente la Diva, el menor asintió eufórico.

-¡Si, no sabes lo emocionado que estoy por ver a mi familia! Hacía meses que no los veo, los he echado de menos a todos.-Le contestó con sus ojos más alegres que nunca y con una sonrisa anhelante adornando su bello rostro.

-En verdad me alegro mucho por ti, Bebé. Seguramente tu familia estará feliz de verte y qué bueno saber que tu mamá ya está bien de salud.-Soltó revolviéndole los rojos cabellos de forma maternal al menor, éste le devolvió el gesto acariciando suavemente la mejilla de un sorprendido rubio.

-Muchas gracias Umma, por ser tan bueno conmigo, enserio no sé cómo agradecértelo.-Le dijo sinceramente y la Diva negó con su cabeza.

-No es necesario que me agradezcas nada, Taeminnie. Lo hago porque así lo quiero y porque me encanta verte sonreír.-Le dijo el carismático rubio y Taemin simplemente optó por devolverle la sonrisa y asentir sintiéndose afortunado, realmente había tenido mucha suerte de encontrarse tipos como Bae, Key, Chin y Jung allí dentro, jamás se lo imaginó. Jamás.

-Por cierto bebé... ¿Qué piensas respecto de lo que dijo Minho ayer en el comedor?-Le preguntó de la nada y Taemin no pudo evitar jadear sorprendido, de sólo recordar aquel incidente y la discusión que tuvo con el mandamás el día anterior, hacían que su estómago quisiera devolver la comida que había ingerido anteriormente. La cólera lo invadió y como siempre habló sin pensar.

-Pues pienso que es un maldito egocéntrico el cual cree que el mundo gira alrededor suyo y de nadie más. Importándole una mierda si las demás personas están o no de acuerdo con las decisiones que él solito toma, sin consultar a nadie primero. Un cretino que se enoja cuando le dicen la verdad y está convencidísimo de que todo en ésta maldita vida se soluciona con dinero o a los golpes.-Finalizó escupiendo palabra por palabra y desquitándose por completo, cuando terminó de hablar recién se dio cuenta de todo lo que había dicho y recordó que Umma era un amigo muy cercano del mandamás, inconscientemente se tapó su boca con ambas manos. Key parpadeó unas cuantas veces sorprendido y luego se carcajeó un buen rato, al final el pelirrojo también comenzó a reír junto con el mayor.

-Vaya, sí que te desquitaste Taeminnie.-Soltó burlón la Diva una vez que ambos pararon de reír. El menor se rascó la nuca, avergonzado.

-Disculpa, olvidé que tú eres su amigo, Umma.-Se disculpó sinceramente y el rubio oxigenado negó con la cabeza.

-No te preocupes, todo lo que dijiste es cierto después de todo.-Le contestó guiñándole un ojo y nuevamente ambos jóvenes comenzaron a reír, cuando por fin pararon las risotadas, fue nuevamente Key quien rompió el cómodo silencio.

-¿Te acuerdas lo que te dije la primera vez que charlamos meses atrás, bebé?-Le cuestionó y el menor arrugó su nariz tratando de hacer memoria, más no pudo recordar de qué hablaron.

-Sí me acuerdo cuándo charlamos por primera vez, fue cuando me acompañaste a la enfermería. Sin embargo no recuerdo exactamente de qué hablamos en aquella ocasión.-Le respondió y nuevamente el rubio le acarició los cabellos con suavidad al menor, sonriéndole.

-Te dije que eres especial, Taeminnie. Y lo que te susurré, que en aquel momento no oíste, fue que sin duda tú pondrías el mundo de Minho patas arriba.-Le reveló y los ojos del pelirrojo se abrieron demasiado debido a la impresión.

-¿Pero de qué hablas, Umma? Yo para Minho no soy na...-Sin embargo no pudo terminar porque la Diva colocó su dedo índice sobre los labios del menor, callándolo.

-No le eres indiferente a Minho, créeme.-Le informó y Taemin frunció el ceño confundido, el mayor retiró su fino dedo de los labios de su bebé y luego continuó hablando.-Si no le importaras realmente, hace rato se hubiera desecho de ti, como lo hace con la mayoría de sus "juguetes"... sin embargo, por más que te vuelvas especial para Minho, él jamás lo aceptará. Es demasiado orgulloso.-Finalizó mirando al techo.

-¿Por qué?-Taemin no supo la razón, simplemente lo preguntó.

-Porque Minho es de ese tipo de personas que por tanto sufrir, se cierran completamente ante el mundo. En pocas palabras, es rarísimo verlo: llorar, reír o amar a alguien. Se hace el fuerte todo el tiempo pero en realidad está lleno de temores, oculta su gran debilidad valiéndose de un puñado de indiferencia, agresividad y lujuria. Pero te aseguro que si sacas toda esa mierda, te encontrarás con el verdadero Minho: un hombre con muchos traumas que ha vivido una vida demasiado difícil, soportando más de lo que podía aguantar y el cual simplemente no quiere sufrir más.-Taemin quedó mudo ante el monólogo que su Umma le estaba dedicando, él siempre creyó que Minho era el típico niño rico que nunca tuvo que mover un dedo para conseguir lo que tiene, pero resulta que no era así, tal parece que aquel mandamás tan frío sufrió mucho y simplemente estaba asustado, tratando de hacerse el fuerte a cada rato para no salir herido nuevamente.-Como te lo dije antes: tú eres especial Taeminnie, eres de ese tipo de personas que no se rinden fácilmente, tienes un carácter fuerte y siempre dejas en su lugar a Minho de una forma u otra, sin importarte las consecuencias. Y como bien te dije antes: tú no le eres indiferente. En circunstancias normales Minho hace rato hubiera matado a una persona que se atreviera a contradecirlo o peor aún a insultarlo... sin embargo tú en todas las ocasiones has salido bien parado, lo máximo que te ha hecho por desafiarlo es darte una bofetada en la cara y créeme que eso no es nada. En fin, por todo lo anteriormente dicho, puedo asegurarte lo siguiente: tú lograrás cambiarlo, de eso no me cabe la menor duda.-Le aseguró y el pelirrojo seguía impactado por lo que había oído, simplemente no podía creérselo, luego de algunos segundos al fin reaccionó y negó con la cabeza de forma frenética.

-¡Claro que no! ¡No digas tonterías Umma! Además... a mí Choi Minho no me gusta, simplemente estoy con él por un trato que hicimos.-Al terminar de decir aquello, Key le sonrió dulcemente y le acarició los cabellos.

-Por ahora sí, solamente están juntos por ese trato que hicieron. Pero... miénteme y dime que Minho no te resulta atractivo físicamente.-Taemin se sonrojó hasta las orejas, qué descarado era su Umma, haciéndole ese tipo de preguntas que encima no podía negar, es decir ¿Quién en su sano juicio negaría que el mandamás era guapísimo? Ni siquiera él tenía la cara para decir tamaña mentira. Porque efectivamente aquel azabache sí era muy atractivo físicamente hablando. ¡¿Pero qué tonterías estaba pensando?! El pelirrojo avergonzado miró hacia otro parte tan rojo como un jitomate, el rubio sintió tanta ternura por su bebé que le dio un beso en la mejilla para calmarlo.-Tranquilo bebé, no tienes que responder... el caso es que si te resulta atractivo, quizás poco a poco puedas ir interesándote en otras facetas de él.-El menor suspiró derrotado, mejor no seguir contradiciendo a ese rubio, siempre veía la forma de quedarse con la última palabra.

-De acuerdo Umma, piensa lo que quieras.-Le dijo suspirando cansado y enseguida notó la sonrisa victoriosa asomándose en el rostro del más alto.-Pero... ¿Por qué estás tan interesado en que yo termine estando con el odioso de Minho? ¿Y cómo le conoces tanto?-Le preguntó con el ceño fruncido.

-Pues quiero que estés con él porque me caes muy bien; porque estoy seguro que tú eres el tipo de Minho y también porque desde que llegaste he notado algunos cambios en él, muy pequeños obviamente pero al fin y al cabo son cambios. Y me agradan.-Le contestó guiñándole un ojo y el menor simplemente sonrió.-En cuanto al por qué le conozco tanto... pues eso es debido a que Minho, Jonghyun y yo somos mejores amigos desde la infancia.-Taemin abrió sus ojos desmesuradamente ¿Desde hace tantos años que se conocen esos tres?-Es por eso que conozco a esos dos roñosos como la palma de mi mano. Jonghyun y Minho son idénticos en muchos aspectos, justamente por eso sé tratar con ambos.-Le comentó sacando la lengua juguetón, el pelirrojo aún seguía en estado de shock, realmente no se esperaba eso.

-¿Hace t-tanto tiempo se conocen?-Fue lo único que pudo preguntar, el mayor simplemente se carcajeó asintiendo, para luego mostrarle su muñeca, Taemin no comprendió hasta que notó una delgada pulsera de plata muy varonil en ella.

-¿Por qué me enseñas esa pulsera, Umma?-Le cuestionó confundido.

-¿No la has visto ya antes en otra persona?-Le preguntó la Diva y el menor arrugó su frente, tratando de recordar, enseguida cayó en cuenta en quién más la había visto puesta. ¡La vio en Minho! Siempre que tenían sexo el mandamás se quitaba toda la ropa y lo único que permanecía en su cuerpo era aquella pulsera. Taemin no dijo nada, simplemente parpadeó varias veces seguidas mostrándose sorprendido, Key tomó ese gesto como que se había dado cuenta.

-Minho, Jonghyun y yo tenemos la misma pulsera.-Le informó y el otro frunció el ceño confundido.-Si te fijas bien en ella, está gravada la frase "It's a promise" que en inglés significa "Es una promesa". Las tenemos desde que somos unos niños y jamás nos la quitamos.-Taemin no podía creer lo que oía, eso sonaba tan cursi, hasta los gánsteres tenían sentimientos había sido.

-¿P-promesa de qué?-Le preguntó intrigado y entonces notó cómo la tristeza se asomaba en los ojos de su Umma.

-De volvernos a encontrar algún día... ¿Sabes? Incluso los gánsteres como nosotros tenemos sentimientos y sufrimos como cualquier persona. Por eso Taemin... te pido que tengas paciencia con Minho, por favor.-Le pidió y el menor simplemente agachó la cabeza sintiéndose de cierta forma culpable, él siempre pensó que los mafiosos eran escoria, que no eran personas ni sentían nada por nadie, pero se había equivocado demasiado... Sin embargo, a pesar de saber un poco más acerca de ese exótico trío, él quería saber más... Quiso preguntar de nuevo, sin embargo el mayor notó enseguida que el pelirrojo quería hacerle más preguntas y le revolvió los cabellos con cariño.

-No estoy listo para revivir el pasado, bebé. Por favor, no me sigas preguntando.-Le pidió en tono suplicante, el menor solo se limitó a asentir con su cabeza y a abrazar fuertemente al rubio, notaba a leguas que su Umma estaba triste y simplemente quería alegrarlo un poco, el rubio de inmediato correspondió al abrazo del pelirrojo. Así estuvieron unos cuantos segundos hasta que...

-¿Interrumpo algo?-Preguntó una voz al fondo del pasillo, ambos chicos se despegaron del abrazo y observaron a un cabreado Jonghyun acercándose a ellos, tenía la mirada más afilada que nunca, la mandíbula muy marcada y las manos las tenía transformadas en puños. Enseguida el rubio se levantó y se puso delante de Taemin. Protegiéndolo.

-No es lo que piensas, solamente estábamos abrazándonos, Jonghyun.-Le aseguró y el otro no le creyó ni media palabra.

-¡Si claro! ¡¿Crees que no me doy cuenta que ese maldito pelirrojo quiere arrebatárteme?! ¡Voy a matarte, Lee Taemin!-Gritó encolerizado queriéndose acercar al menor, sin embargo la Diva se interpuso y fulminó a su pareja con la mirada.

-Ponle un solo dedo encima a Taemin y te juro que ahora mismo lo nuestro termina para siempre.-Le advirtió más serio que nunca y sólo así el perro pudo reaccionar, calmando lentamente todos los celos que sentía. Él conocía mejor que nadie a Key, por lo tanto sabía de antemano que en esos momentos estaba hablando muy enserio y no bromeando como usualmente lo hacía. Al final no le quedó de otra más que tranquilizarse a regañadientes.

-Taemin, no te asustes y discúlpalo por ser tan ofensivo contigo.-Comentó el rubio girando su rostro para mirar a un estupefacto pelirrojo, le sonrió de forma cálida para calmarlo y sólo así el menor salió del shock en el que estaba inmerso para luego levantarse de las escaleras en las cuales se hallaban anteriormente sentados.

-U-Umma... yo...-Sin embargo la Diva negó lentamente con su cabeza.

-Está bien, no digas nada bebé, tú no hiciste nada malo. Ahora por favor déjame hablar a solas con Jonghyun y vuelve a tu celda, pronto será la hora del almuerzo.-Le recomendó y el pelirrojo dudó en dejar solo a su amigo con ese perro tan agresivo ¿Y si lo golpeaba por su culpa? Después de todo fue él quien abrazó a Key al verlo así de triste. Jamás se lo perdonaría. Key se percató enseguida del miedo reflejado en los ojos cafés del menor, debido a esto le revolvió los cabellos cariñosamente como siempre lo hacía.-No te preocupes, Jonghyun no me hará nada.-Le dijo guiñándolo un ojo sonriente. El menor le devolvió la sonrisa y asintió más tranquilo.

-De acuerdo, nos vemos después, Umma.-Se despidió con su mano y se dio la vuelta para irse.

-Hasta luego, Taeminnie.-Una vez que el pelirrojo haya desaparecido por los interminables y grises pasillos de la Underground Prison, recién ahí la Diva se dio la vuelta para encarar a su pareja.

-¿Se puede saber qué diablos te pasa, Jonghyun?-Le preguntó con el ceño fruncido, estaba realmente molesto, el castaño arrugó la frente también cabreado.

-¿Disculpa? ¿Ahora el enojado eres tú? ¡Yo soy quien debería estar reclamándote, maldita sea!-Le gritó celoso a flor de piel.

-¡¿Y por qué diablos tendrías que reclamarme algo?!-Le gritó acercándose varios pasos hacia el perro.

-¡¿Y por qué más va a ser?! ¡¿Por estar cariñosamente pegado al cabeza de fresa quizás?!-Le gritó también acercándose al más alto y tomándolo por los brazos con fuerza, la Diva le fulminó con la mirada.

-¡Ni se te ocurra querer hacerte el macho conmigo, Jonghyun, porque donde te pases de la raya con tu fuerza bruta, te cortaré el pito! ¡¿Entiendes?!-Le amenazó zafándose con facilidad del agarre del castaño, aunque obviamente éste al oír que le cortaría el pene aflojó muchísimo el agarre adrede. Sin embargo el perro aún se sentía celoso e inseguro, tenía miedo de perder a su rubio, desde que eran unos malditos críos le gustaba, no obstante el castaño siempre había sido del tipo de personas que le costaba horrores expresar sus sentimientos. Porque sí, aunque ustedes no lo crean, Jonghyun era una persona increíblemente insegura y miedosa, a pesar de aparentar ser fuerte, rudo y seguro de sí mismo. Cuando se trataba del amor y de todo ese rollo, él era un verdadero desastre. Simplemente sentía pánico de perder a su Diva, no soportaría una vida sin él a su lado, tantos años le había costado confesarle sus sentimientos y ahora que al fin lo tenía, que finalmente era su pareja, su Key, suyo y de nadie más... si lo perdía por culpa de un tercero... primero que nada mataría a esa persona y luego se suicidaría. Nunca vivió sin ese rubio oxigenado y jamás aceptaría vivir sin él. Agachó la cabeza y suspiró profundamente, tapando sus ojos marrones con su espeso flequillo castaño. Si Kim Kibum no estaba a su lado, él prefería mil veces estar muerto.

-¿Por qué tienes que estar abrazando a todo lo que te rodea, Key? ¿Por qué no solo me abrazas a mí cada noche luego de hacerte el amor? ¿Por qué? ¿Acaso no soy suficiente para ti?-A Key casi se le cae la quijada al oír aquello, realmente no podía creer lo que el perro le acababa de decir, ese castaño decía algo "decente" una vez cada año, que bah no recordaba la última vez que el perro hubiera dicho algo "lindo" para ser sinceros. Lo que dijo le conmovió realmente... vio con ternura a su perro, se le veía tan vulnerable en esos momentos, tan diferente a como usualmente lucía, sus poderosos brazos reposaban en sus costados, formando puños que temblaban como hoja de árbol en pleno otoño, tenía la mirada tapada por su flequillo castaño, evidentemente no quería mostrarle su debilidad a Key, esto simplemente logró conmover aún más al rubio, quien se acercó lentamente a su pareja y levantó el rostro del castaño, plantándole un beso dulce y lleno de amor... ¿Cómo podría enojarse con su perro? Simplemente no podía. Y sí, ese apodo "perrito" le sentaba perfecto, ya que Jonghyun era increíblemente leal tanto con Minho como con Key y éste último sabía de antemano que aunque lo dejara o se enojara... tarde o temprano ese castaño regresaría a él. Siempre le iría a buscar. Nunca lo abandonaría, era tan fiel como "el mejor amigo del hombre".

El beso fue intenso y apasionado, ambos transmitieron sus sentimientos a través de aquel íntimo contacto, desde que eran unos niños estaban juntos y lo que menos deseaban era separarse por alguna estupidez. El más alto enredó sus finos pero firmes brazos alrededor del cuello del más bajo, mientras tanto éste último rodeó la estrecha cintura del más alto con sus fuertes brazos, atrayéndolo hacia su cuerpo e introduciendo su candente lengua en la cavidad oral ajena. Cómo lo deseaba, cómo lo quería. Definitivamente prefería estar muerto a estar sin aquel rubio entre sus brazos. Al separarse por la falta de aire, ambos jadearon tratando de regularizar sus respiraciones, al final Key fue el primero en hablar.

-Le conté a Taemin sobre nuestras pulseras...-Comenzó diciendo y el perro frunció el ceño extrañado, qué raro, Key no era del tipo de personas que contara sus cosas así como así, eso quería decir que en verdad confiaba en el cabeza de fresa.-...Le dije que éstas pulseras significaban una promesa, de volver a vernos.-Finalizó y Jonghyun observó cómo la mirada de su pareja se oscurecía, sin poder evitarlo lo abrazó con fuerza.-...Recordé el pasado y me dolió... Taeminnie lo notó y me abrazó para consolarme, sólo eso pasó, Jonghyun... ¿Por qué no entiendes que tú eres el único para mí? Nunca te engañaría.-El castaño no le respondió, simplemente lo apretó con más fuerza, tratando de transmitirle sus "disculpas" sin palabras. Luego de algunos minutos, el perro se despegó lentamente de aquel cálido abrazo.

-¿Entonces me crees?-Le preguntó con una tenue sonrisa en su rostro el rubio, el agresivo reo simplemente asintió con la cabeza. Mejor callarse la boca y dejar de decir estupideces que hacían sentir mal a su Diva.

Key le sonrió y le dio un casto beso en los labios. Pero luego sonrió con malicia y el perro tragó grueso, esa mirada nunca significaba nada nuevo, al menos no para él.

-Pero ni creas que te he perdonado, me hiciste pasar un mal momento frente a mi bebé, te mereces un castigo.-Le dijo guiñándole un ojo juguetón. Jonghyun frunció el ceño ¿Había oído bien?

-¿Qué? ¿Acaso me "castigarás"?-Le preguntó burlón el perro, la Diva le miró de forma intensa y asintió con la cabeza. El castaño nuevamente tragó saliva de forma audible, carajo. Se maldecía por ser tan estúpidamente celoso, pero no podía cambiar de un día para otro su forma de ser.

-No tendremos sexo durante un mes y tanto tú como yo nos "consolaremos" con la mano, como lo hacías tú de hecho antes de declarárteme.-Soltó con una sonrisa maliciosa en su bello rostro, una gota de sudor frío se asomó en la frente del más bajo ¿Satisfacerse solo? ¡Qué desgraciado! ¿Le hacía probar el maldito paraíso para luego tirarlo de sopetón hacia el infierno? ¡Ahora que había probado el sexo con Key no podía dejarlo, se había vuelto una puta adicción, no volvería a usar su mano nunca jamás!

-Me niego rotundamente.-Rectificó completamente reacio a aquel castigo, el rubio sonrió complacido, su perro reaccionó justo como lo había planeado.

-Entonces... tendrás que cumplir una petición que te haré, perrito.-Le informó sonriendo de forma astuta, el más bajo frunció el ceño inseguro.

-¿Qué es?-Preguntó.

-Fácil: quiero que a partir de mañana pases tiempo Taemin y conmigo, no entiendo la bronca que le tienes a mi bebé, él es idéntico a Taki y tú te llevabas muy bien con mi hermanito.-Le dijo acercándose a él y haciéndole ojitos de borrego. Jonghyun en circunstancias normales se negaría de forma tajante, pero era Key quien se lo estaba pidiendo y lo peor de todo era cómo se lo estaba pidiendo, simplemente no podía decir que no. No podía. Suspiró profundamente y asintió con la cabeza.

Key sonrió emocionado y dio un pequeño saltito.

-¡Gracias perrito!-Gritó colgándose de su cuello y besándolo de forma intensa, obviamente el castaño correspondió a aquel contacto íntimo. Ni modos, a pesar de que no le agradara nada Lee Taemin, por Key tendría que conocerlo mejor... seguramente se arrepentiría de haber accedido a la "penitencia" de Key por no haber aceptado su "castigo", pero sin duda alguna prefería mil veces "tratar" con el cabeza de fresa a tener que estar un mes sin sexo. Eso sí que era el infierno.

...

Por otra parte, en el ala oeste de la Underground Prison, se encontraba Taemin leyendo un libro sobre la historia de los zares de la antigua Rusia Imperial en la biblioteca, había decidido no ir a su celda para no ser aturdido por una avalancha de preguntas que seguramente le harían sus tres compañeros sobre qué le dijo Key. Ellos no confiaban en su Umma, debido a que formaba parte de la banda del mandamás, sin embargo hoy nuevamente la Diva le había demostrado a Taemin lo buena persona que era, encarando a su propia pareja con tal de defenderlo. Realmente se lo agradecía muchísimo y sólo esperaba que nada malo le haya ocurrido, le rogaba a Dios que Jonghyun no lo golpeara o dejara por culpa suya, no se lo perdonaría.

Estuvo leyendo un par de horas más hasta que la alarma que indicaba la hora del almuerzo sonó, suspiró profundamente y se paró para depositar en su lugar aquel interesante libro. Masajeó sus sienes para luego tratar de sonreír, ese día aún no terminaba y pronto vería a su amada familia, con ese alegre pensamiento en su mente salió de la biblioteca y se encaminó hacia el gran comedor de la prisión. Se contentó al cruzarse con reos que simplemente lo miraban pero no le decían nada y mucho menos trataban de acercársele, más allá de toda la discusión que había tenido el día anterior con el mandamás... realmente en el fondo le agradecía lo que había dicho en el comedor, debido a que, gracias a eso... ahora los reclusos ya no lo insultaban ni trataban de violarlo. Sin embargo, como ya lo había dicho anteriormente, a Taemin en verdad no le había molestado tanto lo que dijo Minho sino cómo lo dijo.

Luego de un corta caminata, al fin llegó a su destino y al ingresar nuevamente todas las miradas se posaron sobre él, buscó la mesa en la cual se encontraban sus amigos y al localizarla se dirigió hacia allí, ellos como siempre le sonrieron y, tal como lo esperaba, tanto Jung como Chin le preguntaron sobre qué había hablado con Key, el pelirrojo obviamente les respondió con la verdad, sin embargo se extrañó al notar a Bae tan apagado, prácticamente no había dicho ninguna palabra durante todo el almuerzo. Definitivamente después hablaría con él a ver qué le andaba pasando, no era normal ver a ese castaño deprimido, él siempre estaba alegre a pesar de estar encerrado en aquella prisión.

El almuerzo trascurrió de forma tranquila, todos hablaban sobre trivialidades y Taemin se sentía muy animado, ya que había mirado de reojo la mesa del mandamás y allí pudo ver a Jonghyun y a Key juntos, éste último le saludó enseñándole el dedo pulgar, lo cual obviamente en su idioma significaba que todo estaba bien, que no se preocupara. El pelirrojo sonrió al percatarse de eso y suspiró aliviado. Qué bueno que habían solucionado sus problemas el rubio y el castaño.

Sin embargo, cuando los cuatro terminaron de almorzar y estaban parándose para dirigirse como siempre hacia la celda que compartían Taemin y Bae; sintieron una presencia frente a su mesa, al girar sus rostros los jóvenes reprimieron un jadeo de sorpresa, allí enfrente de ellos estaba el frío Choi Minho, tan imponente y altivo como siempre. Mirándolos de forma despectiva. Luego su carbónica mirada se posó en un sorprendido pelirrojo.

-Taemin, nos vamos ahora.-Fue el siseo de voz demandante que salió de la garganta de aquel azabache, luego de decir aquello, lo tomó de un brazo y lo arrastró por el comedor hacia su celda. El menor tardó unos cuantos segundos en reaccionar, sin embargo cuando lo hizo obviamente trató de librarse de ese agarre, pero le era imposible, como varias veces ya le había pasado: ese hombre no era mucho, sino muchísimo más fuerte que él. Poco y nada podían hacer sus delgados y delicados brazos contra las extremidades trabajadas y pétreas que poseía el mandamás de aquella prisión.

-¡Suéltame Minho!-Le gritó el menor tratando de zafarse inútilmente de su agarre, el mandamás ya lo había sacado a rastras del comedor, ahora caminaban por los extensos pasillos de la cárcel.

-Deja de forcejar, no lograrás liberarte por ti mismo y yo no pienso soltarte.-Le advirtió tan imperturbable como siempre, una venita se asomó por la frente del menor, era injusto... él estaba desviviéndose por lograr soltarse y el desgraciado no solamente lo tenía sujetado con una sola mano, sino que la otra la tenía cómodamente escondida en el bolsillo de su pantalón y tenía una expresión apática en el rostro, como si los golpes que le estaba encestando a su espalda para que lo liberara ni cosquillas le hicieran ¡¿Por qué carajo ese tipo tenía que ser tan fuerte?! ¡O Minho era muy fuerte o él era muy débil! Esperaba que la primera sea cierta solamente.

-¡Ya enserio suéltame, no es gracioso!-Le gritó y Minho, ya cansado de sus protestas infantiles, lo estampó contra la pared, acorralándolo por completo entre la misma y su fornido cuerpo. El menor no pudo evitar sonrojarse. No lo aceptaría jamás, pero le resultaba endemoniadamente excitante que le acorralara de esa forma.

-Ya has huido lo suficiente, ahora te toca a ti escucharme a mí, como yo lo hice ayer contigo.-Le susurró al oído con esa voz tan malditamente sexy que poseía antes de tomarlo del mentón con algo de brusquedad y besarlo de forma demandante y posesiva. A pesar de todo, Taemin correspondió el beso, éste fue húmedo y candente... sus lenguas se entrelazaron intercambiaron saliva. Cuando por fin se separaron todavía un hilillo de saliva unía ambas comisuras bucales. Minho sonrió ladino y el pelirrojo solo se sonrojó más de lo que ya estaba.

-Ahora vámonos a mi celda, de nada te servirá resistirte.-Le dijo para posteriormente dar media vuelta y seguir caminando por el pasillo. Taemin le siguió hipnotizado. ¿Por qué demonios tenía que ser tan buen besador? ¿Por qué lo acorralaba de esa forma tan sensual y le susurraba con esa voz erótica que lo derretía como helado bajo el sol? ¡¿Y desde cuándo a él le gustaba todo eso?! ¡Se estaba volviendo loco, realmente loco, maldita sea!

De un momento a otro, mientras caminaba detrás del mandamás, recordó las palabras que le había dicho su Umma: "¿Sabes? Incluso los gánsteres como nosotros tenemos sentimientos y sufrimos como cualquier persona. Por eso Taemin... te pido que tengas paciencia con Minho, por favor." Arrugó la frente al recordar aquello, en verdad que le era demasiado difícil ser paciente con ese tipo, pero trataría de hacerlo. A ver si así su "relación" (si es que así se le puede llamar a lo que tienen esos dos) mejoraba un poco, porque la verdad Taemin estaba harto de terminar peleándose con el azabache cada vez que se cruzaban, es decir, todos los días.

Además... más allá de todo eso... muy en el fondo de su ser, tan en el fondo que de hecho jamás lo aceptaría voluntariamente... a Taemin le gustaba y le parecía excitante esa posesividad que Minho demostraba casi todo el tiempo para con él. No sabía por qué, pero le agradaba la idea de que alguien lo celara de esa forma tan fogosa, más aún si era dentro de la Underground Prison, donde un 88% de los malditos reos se lo querían follar a como dé lugar.

Con ese pensamiento tan extraño rondando su mente, el pelirrojo siguió al mandamás hacia la celda de éste, preguntándose mentalmente de qué querría hablarle el azabache.

...

...Continuará...

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