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Enredos amorosos


...

Key dejó caer la lima con la cual se estaba limando sus uñas al suelo debido a la impresión que le produjo presenciar semejante escena. Simplemente no lo podía creer.

¿Onew le era infiel a Minho con otro reo? Increíble.

El pollo y Joon al oír aquel ruido giraron sus rostros palideciendo al ver al rubio parado enfrente de ellos.

-¿K-Key?-Soltó el castaño en un hilo de voz mientras sentía cómo todo su mundo se derrumbaba. Pudo sentir un tiro imaginario atravesándole el cráneo. Él sabía que tenía prohibido serle infiel al mandamás y aun así se atrevió a jugar con fuego...

...Pero ahora tenía mucho miedo de quemarse...

Rápidamente, tanto el castaño como el pelinegro, separaron sus cuerpos para a continuación cubrir sus partes nobles con un par de toallas ante la atónita mirada de la Diva.

-Yo... esto no... es decir...-Onew no sabía qué demonios decirle, o sea, no es como si pudiera negar toda la situación excusándose con la típica frase: "¡Juro que no es lo que parece!" porque esa situación en particular sí era lo que parecía. Obviamente estaban follando antes de que él los interrumpiera, ese hecho era innegable.

-¡Fui yo quien lo forzó a tener sexo conmigo!-Exclamó Joon sin una pizca de vacilación en sus palabras. Onew abrió desmesuradamente sus ojos, sin poder creer lo que acababa de oír, ¿Acaso el mayor se había vuelto loco? ¿En verdad se estaba culpando ante Key? ¡¿Por qué diablos haría algo tan estúpido como eso?! ¡Se estaba poniendo él solito la soga al cuello!

La Diva permaneció unos cuantos segundos en silencio procesando con exhaustivo esfuerzo toda la información que su cerebro acababa de recibir en los últimos minutos. Una sonora carcajada proveniente de la garganta del rubio retumbó contra los blancos azulejos de aquel baño, logrando así destensar la rígida atmósfera que se había formado.

-¡Oh vamos! Invéntate una mejor para la próxima.-Bromeó Key mientras recogía su lima del suelo para luego guardarla nuevamente en su bolsillo.- ¿Dices que lo forzaste?-Le cuestionó conteniendo las ganas de reírse.-"¡Sí Joon, ahí me gusta! ¡Más rápido!"-Repitió Key tratando de imitar la voz de Onew.- ¿Sabes? Dudo mucho que una persona que esté siendo abusada sexualmente gima de esa manera, ¿O acaso me equivoco, pollito?-Preguntó el rubio clavando su mirada sobre la del castaño, quien comenzó a temblar en su sitio mientras sentía cómo miles de lágrimas se aglomeraban en la línea de agua de sus ojos.

-Yo... yo...-No sabía qué decirle, sentía cómo poco a poco un doloroso nudo se formaba en su garganta impidiéndole hablar.

-Tranquilo...-Susurró la Diva mientras se acercaba a un tembloroso pollo y colocaba sus manos sobre los hombros del mismo.-No le diré nada a Minho, te lo prometo.-Le juró y entonces Onew alzó su vista inundada en lágrimas increíblemente sorprendido por lo que acababa de oír.

-¿Q-Qué? P-Pero... ¿Por qué?-Le preguntó en un hilo de voz completamente anonadado, ¿Escuchó bien? ¿Acaso la Diva le había dicho que no le contaría nada de lo que vio a Minho?

-Por el simple hecho de que me parece injusto que él te restrinja el derecho a ser feliz.-Le respondió el rubio, los ojos de Onew se abrieron de forma desmesurada, ¿Kibum en verdad deseaba que él fuera... feliz?

-Yo... Key... muchas gracias.-Fueron las entrecortadas palabras pronunciadas por el pollo. Realmente aquel rubio era una excelente persona y un gran amigo. Algo muy difícil de encontrar no sólo dentro de aquella prisión sino también en el mundo exterior.

-No tienes por qué darme las gracias, pollito. Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, por algo somos amigos, ¿verdad?-Le dijo el rubio mientras le revolvía cariñosamente los cabellos al más bajo, él era el único que conocía el oscuro pasado de aquel castaño... estaba al tanto de cuánto había sufrido durante toda su existencia. Si Onew en verdad quería a aquel reo y éste último correspondía a sus sentimientos... ¿Entonces quién diablos era Minho o él para prohibirle la oportunidad de ser finalmente feliz? El pollo merecía que por lo menos una vez en su vida le pasara algo bueno.-Pero quiero darte el siguiente consejo: ve pensando en una buena excusa para darle un fin definitivo a la "relación" que aún te mantiene unido a la rana, después de todo... ¿Para qué seguir siendo su pareja si estás con él?-Le comentó apuntando con su dedo índice a Joon, el pollo comenzó a tiritar producto del pánico que lo invadió al oír semejante cosa. Éste hecho no pasó de ser percibido por Key, quien frunció el ceño extrañado ante el silencio de Onew.

-Muchas gracias por mantener esto en secreto.-Intervino Joon haciendo una pequeña reverencia. La Diva le dedicó una sonrisa.

-No me lo agradezcas, simplemente te pido que cuides de Onew.-El pelinegro enseguida asintió.

-Lo haré.- Juró solemne.

-Por cierto, yo he venido aquí con el único propósito de echar a todos los reos que pudieran estar ocupando este baño, porque Minho vendrá en breve a ducharse.-Les reveló y automáticamente ambos reos se tensaron.-Deben marcharse inmediatamente de este lugar.-Sentenció y tanto Joon como Onew asintieron en silencio.

-Pero... hay dos guardias afuera.-Le recordó el pollo y entonces Key se mordió el labio inferior recordando aquel detalle.

-Tienes razón. Espérenme aquí, los mandaré a volar enseguida.-Les dijo antes de darse la vuelta y encaminarse hacia la salida. Sin embargo, al abrir la puerta se percató de que el pasillo se encontraba completamente desierto, los convictos que vigilaban la entrada de aquel baño ya no estaban allí, seguramente fueron a la enfermería después de la paliza que él les propició minutos atrás. Al notar esto, Key cerró la puerta y les dedicó una sonrisa cómplice tanto a Onew como a Joon.-El área está despejada, ésta es su oportunidad para escapar, yo me quedaré aquí esperando a Minho, aléjense lo más rápido posible de este lugar.-Sentenció y entonces ambos reos asintieron antes de emprender la retirada. No obstante, el pollo se detuvo a medio camino y giró el rostro para así poder clavar su mirada sobre los ojos del rubio.

-Muchas gracias Key.-Le agradeció nuevamente de forma sincera y ante esta acción, la Diva simplemente optó por sonreírle con esa calidez que tanto lo caracterizaba.

-Ya te dije que no me lo agradecieras, pollito. Solamente te pido... que tengas en cuenta mi sugerencia.-Le recordó y entonces el castaño se mordió la lengua para luego desviar su mirada hacia otra parte. De eso ni hablar, él no estaba dispuesto a dejar a Minho bajo ninguna circunstancia.

-Lo haré...-Mintió con descaro antes de salir de aquel baño acompañado del pelinegro. No obstante, en cuestión de segundos el pollo dejó atrás al otro reo, ya que aceleró demasiado su paso. Joon tuvo que trotar para poder alcanzar al pollo, quien luego de una larga "caminata" se detuvo de la nada y se dio la vuelta para encarar al mayor.

-¿Se puede saber qué demonios te pasa?-Le preguntó Onew en un siseo de voz acribillándolo con su mirada. El pelinegro por su parte frunció el ceño confundido.

-¿De qué carajo me estás hablando?-Le cuestionó completamente desconcertado. El pollo bufó exasperado.

-¡No te hagas el tonto! ¡Sabes perfectamente de lo que te estoy hablando! Dime por qué le dijiste esa estupidez a Key en el baño.-Le exigió saber y recién entonces Joon pareció comprender a qué se refería el otro.

-Oh, te refieres a eso... ¿Acaso te molestó que haya intentado salvarte el pellejo?-Le preguntó sin lograr entender la razón por la cual el pollo lucía tan molesto.

-¡No me cambias el tema! A lo que voy es a... ¿Por qué culparte a ti mismo para "salvarme" a mí? Es decir, ¿Sabes lo que te podría haber pasado si Key de verdad se creía el cuento de que tú me violaste? ¡Te pusiste la soga al cuello tú solito!-Exclamó alterado y Joon simplemente optó por asentir más serio que nunca.

-Lo sé.-Fueron las dos simples palabras que salieron de su boca. Onew frunció el ceño desconcertado.

-¿"Lo sé"? ¡¿Sólo me dirás eso?! ¿Por qué dijiste eso en el baño?-Le volvió a preguntar y entonces el pelinegro desvió su mirada hacia la gris pared de aquel pasillo, no podía clavar sus ojos sobre la interrogante mirada del pollo. Simplemente no podía hacerlo.

-...-Joon guardó silencio y esto sólo logró desesperar aún más a Onew.

-Y lo peor de todo... es que no es la primera vez que esto ocurre. Llevas varias semanas actuando de forma extraña, pero definitivamente esto fue la gota que derramó el vaso. Ya dime de una buena vez por todas... ¿Qué mierda te pasa?-Le preguntó penetrándolo con su mirada. El pelinegro no sabía qué decirle, o mejor dicho, no sabía cómo decirle lo que sentía por él.

-...-Más silencio. El castaño mordió su labio inferior con la impaciencia a flor de piel.

-¡Vamos, habla! ¿Acaso te comieron la lengua los ratones... o es que te has enamorado de mí?-Le preguntó en tono burlón, buscando hacer enojar a Joon para que así éste último le contestara. Sin embargo, lo que Onew jamás se imaginó es que el mayor aspirara una gran bocanada de aire y le dijera lo siguiente.

-¿Y qué pasaría si te dijera que tu segunda suposición es cierta?-Ante ésta inesperada respuesta la quijada del pollo se desencajó y su rostro palideció.

-¿Q-Qué?-Fue la única palabra que Onew pudo formular en esos momentos debido a la impresión que lo había invadido. Luego de parpadear un par de veces finalmente reunió la fuerza necesaria para seguir hablando.-Debes estar bromeando...-Comenzó diciendo pero se asustó cuando Joon negó con un semblante completamente enseriado.

-Jamás bromearía con algo como esto.-Sentenció y entonces el menor comenzó a negar de forma frenética con su cabeza.

-¡Tú no puedes enamorarte de mí! ¡Yo amo a Minho!-Exclamó alarmado y en respuesta el pelinegro simplemente negó mientras se acercaba con parsimonia hacia donde el pollo se encontraba parado.

-Te equivocas, lo que tú sientes por él no es amor, es una obsesión insana que te está destruyendo cada día un poco más.-Le reveló y automáticamente el castaño cubrió sus ojeras con la palma de sus manos. No quería oír esa verdad, le dolía y le asustaba al mismo tiempo.

-¡Cállate! ¡Es mentira! ¡Yo sí lo amo, eres tú el que no sabe nada!-Le gritó cerrando fuertemente sus ojos mientras mantenía sus ojeras tapadas con sus manos. Joon suspiró profundamente, para luego sostener las muñecas del pollo y forzarlo a que las bajara, dejando así descubiertas sus orejas.

-Mírame.-Pidió el mayor al castaño quien mantenía sus párpados fuertemente cerrados.- ¡Mírame!-Le gritó con un tono de voz autoritario y entonces el pollo abrió sus ojos bastante asustado.- ¿Por qué te lastimas de esa manera? ¿Por qué insisten en un "amor" que jamás te será correspondido? ¿Acaso no te das cuenta que él ya no está interesado en ti y que sus ojos solamente ven a Lee Taemin?-Estas palabras golpearon fuertemente el corazón de Onew, quien más dolido que nunca, empujó con todas sus fuerzas a Joon para lograr así alejarlo de su cuerpo.

-¡No necesito que me lo recuerdes!-Exclamó dolido tratando de contener sus lágrimas mientras apretaba fuertemente sus puños que reposaban en sus costados.-Minho... él es lo único que tengo no solo en ésta prisión sino también en el mundo entero.-Le reveló mientras varias lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos.- ¿Sabes cómo se siente ser la pareja de la persona que tanto amas y que de la nada llegue "el nuevo" y te lo arrebate? ¿Tienes una idea de lo injusto que es eso? ¿Cómo podría simplemente aceptarlo, hacerme a un lado y dejarle el camino libre a ese maldito de Taemin? ¡Ni hablar!-Negó secándose con rabia las lágrimas que rodaban por sus mejillas.

-¡Lo único que lograrás con todo esto será lastimarte aún más!-Exclamó Joon colocando sus fuertes manos sobre los hombros del menor.-Además... te estoy diciendo que me he enamorado de ti, si tan solo me aceptaras entonces ya no estarías solo nunca más, quiero salvarte Onew.-Le reveló el pelinegro de forma sincera, sin embargo el pollo le dedicó una de sus más tristes miradas.

-Lo siento... pero a mí ya nadie puede salvarme y mi corazón le pertenece a Minho, por lo tanto aunque quisiera no podría corresponder a tus sentimientos. Así que quítame tus manos de encima, por favor.-Le dijo apartándose nuevamente del mayor.-Si lo que quieres es enamorarte de alguien, entonces te recomiendo que te busques a otro. Se nota que eres un buen tipo... no desperdicies tu tiempo conmigo.-Fue lo último que le dijo antes de darse la vuelta y emprender la retirada, tratando de contener las lágrimas que pugnaban por salir nuevamente. Sin embargo, Joon sostuvo la mano del castaño reacio a dejarlo ir, el pollo se negó a girar su rostro, no quería que el otro viera la debilidad reflejada en su semblante.

-¿Por qué te cuesta tanto creer que alguien pueda amarte? Tú ni siquiera crees que Minho algún día llegue a enamorarse de ti, ¿verdad?-Le cuestionó en un hilo de voz, ante ésta pregunta el pollo dejó escapar una pequeña lágrima que rodó por su sonrojada mejilla. Joon había dado justo en el clavo. Una triste sonrisa surcó el rostro de Onew.

-Bingo... acertaste.-Comenzó diciendo mientras borraba esa traicionera lágrima que se le había escapado.-Sé que él jamás llegará a enamorarse de mí, pero aun así deseo seguir amándolo incondicionalmente. Aunque ese amor no sea recíproco. Puede que te parezca una idea masoquista... sin embargo es esa mi filosofía de vida.-Sentenció y entonces el pelinegro frunció el ceño más desconcertado que nunca.

-¿Por qué?... ¿Por qué tu autoestima está tan deteriorada?-Fue lo único que le pudo preguntar, necesitaba respuestas con urgencia.

-Porque eso fue lo que me enseñaron desde que era pequeño: "Eres un inútil. Nadie podría jamás amar a un inútil como tú, para lo único que sirves es para abrirte de piernas y ser follado, nada más" Y creo que al fin y al cabo ellos tenían razón.-Al oír semejantes palabras, Joon soltó boquiabierto la mano del pollo, ¿Qué clase de hijos de puta le dirían ese tipo de cosas tan denigrantes a un niño?

Al sentirse finalmente liberado del agarre, Onew comenzó a caminar con un andar tambaleante alejándose lentamente del pelinegro, quien observó con impotencia cómo el pollo desaparecía por aquel interminable pasillo gris.

-Creo que jamás lograré comprenderlo... si antes no conozco su pasado.-Fue lo que susurró en un hilo de voz antes de darse la vuelta y encaminarse por un pasillo contrario al que el pollo había tomado.

...

Mientras tanto, en otra parte de aquella prisión.... El mandamás se encaminaba hacia las duchas para poder quitarse ese hedor a sangre que despedía su cuerpo, debido al doble asesinato que había cometido horas atrás. No obstante, al abrir la puerta del baño, sus ojos se toparon con la esbelta figura de Key, quien al percatarse de su presencia clavó su felina mirada sobre la del azabache.

-Bien hecho.-Soltó Minho al percatarse de que en aquel lugar no se encontraba absolutamente nadie, a excepción de ellos dos.-Acabo de ordenarle a un hacker, que divulgue por toda la red de la Underground Prison la foto que le saqué a los cadáveres de los reos que torturé. Después de ver esa imagen... a ninguna sabandija le sobrará ganas de volver a intentar ponerle un dedo encima a Taemin.-Le informó mientras una sonrisa ladina adornaba su rostro. La Diva, acostumbrado a la retorcida forma de ser que caracterizaba a Minho, simplemente optó por asentir para luego aspirar una gran bocanada de aire y decirle lo siguiente a su amigo.

-Rana, necesito hablar contigo.-Le dijo y el azabache frunció el ceño extrañado, ya que el rubio lucía más serio que nunca.

-¿Sobre qué?-Le preguntó mientras se quitaba su camiseta blanca manchada con sangre, producto de la carnicería que había cometido en el sótano que poseía aquella cárcel.

-Sobre Taemin.-Le reveló y al oír aquel nombre el mandamás le prestó mayor atención.

-¿Le pasó algo malo?-Le cuestionó un tanto alarmado, aunque su rostro seguía viéndose igual de imperturbable.

-No, aún no le ha pasado nada. De lo que quiero hablarte es más bien de lo que podría llegar a pasarle.-Le aclaró y entonces el azabache frunció el ceño más confundido que nunca.

-Explícate mejor, rubio oxigenado.-Le ordenó y ante estas palabras, Key se limitó a suspirar reuniendo las agallas para hablar con Minho sobre ese tema tan delicado.

-A lo que me refiero es a que...-Sin embargo enseguida se detuvo, no quería decirle directamente a Minho que Taemin se había enamorado de él, porque muy probablemente el azabache reaccionaría de mala manera al recibir semejante noticia.-Rana, respóndeme la siguiente pregunta: ¿Qué harías si Taeminnie llegara a enamorarse de ti?-Le cuestionó el rubio con cierto temor a oír la respuesta, no obstante, lo que jamás esperó es que el mandamás soltara una cínica carcajada.

-¡Qué buen chiste Key!-Exclamó sin dejar de reír en ningún momento, la Diva parpadeó varias veces completamente anonadado por la inesperada reacción de su amigo.-Taemin sabe que nuestra "relación" se basa únicamente en lo sexual, nada tiene que ver el "amor" con el simple hecho de follar.-Le aclaró mientras trataba de contener su risa. Key sintió una fuerte punzada de dolor atravesarle el pecho, pues comprendió cuánto tendría que sufrir su pequeño Taeminnie... antes de lograr "ablandar" el frío corazón de ese hombre tan insensible que tenía parado enfrente de él.

-Pero... ¿Y si pasara? Si Taemin en verdad se enamorara de ti, ¿Qué harías?-Le cuestionó en un hilo de voz, rogando porque el azabache se tomara en serio sus preguntas. Ante el insistente interrogatorio, el mandamás optó por dejar de reírse y enfilar peligrosamente su mirada, haciendo temblar al rubio en el acto.

-Le dejaría las cosas bien claras. Simplemente le diría que yo jamás correspondería a sus sentimientos, ni a los de él ni a los de nadie. Yo no "hago el amor" sólo follo, nada más.-Le respondió cruzándose de brazos, ese hombre era increíblemente terco y no cambiaba tan fácilmente de opinión. La Diva miró con tristeza al azabache, él sabía la razón por la cual Minho le tenía tanto recelo a la idea de enamorarse.

-¿Es por él, verdad? ¿Aún te duele?-Le preguntó el rubio con pesar y ante estas palabras los ojos color ónix del mandamás se opacaron todavía más.

-Siempre me dolerá.-Sentenció mirando hacia otro lado, carajo, le dolía demasiado recordarlo.

-¿No crees que ya es hora de dejar el pasado atrás?-

-Nunca lo dejaré atrás, Key. Solamente me enamoré una vez en mi vida y no pienso volver a pasar por lo mismo dos veces.-Le respondió el azabache en un siseo de voz.

-Yo sé que él hubiese querido que tú seas feliz.-Soltó con imprudencia la Diva y enseguida se arrepintió de lo que dijo, puesto que su amigo lo fulminó con su mirada.

-¡Tú no lo conociste! ¡Así que no te atrevas a hablar como si supieras lo que él hubiese querido!-Exclamó colérico, sin embargo Key en lugar de acobardarse, le hizo frente con más ímpetu que antes.

-¡Tienes razón, no lo conocí! Pero puedo jurarte Minho... que cuando alguien ama de verdad, siempre antepondrá la felicidad de la persona amada. Por lo tanto: si él realmente te amaba tanto como tú lo amaste, sé que hubiese deseado que seas feliz.-Le aclaró y el mandamás, ante la incapacidad de refutar tal argumento, simplemente se limitó a chasquear la lengua con molestia.

-Lárgate de aquí Key, quiero bañarme en paz.-Sentenció Minho dando así por finalizada la conversación, para luego encaminarse hacia una de las cientos de duchas que poseía aquel baño.

El rubio suspiró derrotado, quería seguir hablando con el azabache pero sabía que si le insistía... lo único que lograría es hacerlo enojar, no era el momento ni el lugar. Por lo tanto, decidió retirarse y dejar las cosas así por esa vez. No obstante, cuando estuvo a punto de atravesar el umbral de la puerta, giró un poco su rostro y le dedicó unas últimas palabras a su mejor amigo.

-Rana... antes de irme quiero decirte esto: sé que Taemin es especial, él es el único que puede sanar tu corazón, así que te pido que por favor no desperdicies esta nueva oportunidad que la vida te está ofreciendo.-Después oír tales palabras, el mandamás se giró con el único propósito de putear a la Diva, sin embargo para cuando lo hizo, el rubio ya se había marchado.

A regañadientes, Minho terminó de desvestirse y se colocó debajo de la regadera esperando que el agua caliente que recorría cada centímetro de su fornido cuerpo, se llevara consigo todos esos recuerdos tan amargos que asaltaban su mente en esos momentos. Le dolía tanto recordar su pasado, le dolía tanto recordar ese bello rostro y esa sonrisa angelical.

Con rabia golpeó los blancos azulejos que tenía enfrente de él. Y a ese golpe le siguieron muchos más, hasta que finalmente cayó de rodillas al suelo aún con el agua recorriéndole el cuerpo. Mordió con fuerza su labio inferior hasta hacérselo sangrar, debía retener las ganas de llorar.

-No lloro desde aquel día...-Comenzó diciendo mientras reunía las fuerzas necesarias para levantarse y mirar hacia el techo.-Y no pienso hacerlo ahora. Llorar es para débiles... yo soy fuerte.-Sentenció mientras comenzaba a restregar un jabón contra su pálida piel.-Yo fui el causante de su infelicidad... ¿Cómo se le ocurre a Key decir que yo tengo derecho a ser feliz? ¡Tonterías! No merezco nada de eso, porque yo mismo me encargué de destruirle la vida a la única persona que en verdad amé. Jamás lo olvidaré.-Se juró mientras seguía duchándose tratando de olvidar las palabras que la Diva le había dedicado.

...

Mientras tanto, en la celda del mandamás de aquella prisión, un lindo pelirrojo dormía plácidamente sobre la cama del azabache con el cual, horas atrás, había mantenido relaciones sexuales. Una sonrisa risueña adornaba el rostro del bello durmiente, como si estuviese soñando algo que le hacía inmensamente feliz.

Los párpados de Taemin lentamente comenzaron a abrirse, el chico se desperezó y al bajar su mirada pudo observar su desnudez, ésta acción provocó que sus mejillas se tiñeran de un tierno color carmesí. Muchas imágenes calientes cuyos protagonistas eran Minho y él mismo asaltaron su mente. Avergonzado, cubrió su cuerpo con las sábanas que estaban impregnadas con la esencia del mandamás, sus fosas nasales inhalaron ese maravilloso aroma que olía a hombre. Era un olor tan varonil que simplemente lo volvía loco.

¿Desde hace cuánto le gustaba tanto Minho? Sinceramente no lo sabía. Pero lo que sí sabía es que, aunque sintiera algo especial por aquel azabache, éste último jamás correspondería a sus sentimientos. Antes no le importaba, pero ahora le empezaba a doler que el mandamás le recordara a cada rato que él era solo un simple "juguete".

-Soy su maldito juguete...-Susurró mientras se levantaba de la cama y comenzaba a vestirse con pereza.-Un día de estos Minho podría aburrirse y deshacerse de mi.- De sólo pensar en esa posibilidad, un escalofrío le recorrió toda la columna vertebral y sus ojos se humedecieron, le invadieron unas ganas terribles de llorar.- ¡Deja de pensar en tonterías Taemin!-Se regañó a él mismo tironeando con sus manos sus rojos cabellos.

"Cómo me gustaría saber al menos un poco de él. No sé absolutamente nada, la poca información que tengo sobre su pasado me la ha proporcionado mi Umma... pero Minho jamás me contó nada por motu propio. Quizás se deba a que no me tiene la suficiente confianza. Me pregunto si él accedería a hablar conmigo acerca de su pasado. ¡Yo ya le dije la razón por la cual estoy aquí! Lo justo sería que él también me la dijera, ¿verdad? ¡Pues claro que sí! Definitivamente le preguntaré y más le vale responderme." Esos fueron los imprudentes e inocentes pensamientos que surcaron la mente de Taemin en esos momentos. Él estaba decidido a dar el primer paso para lograr acercarse un poco más al frío azabache. No sabía cómo, pero él conseguiría que Minho le dijera por qué estaba encerrado en esa cárcel.

De un instante a otro, los pensamientos de Taemin fueron interrumpidos por el sonido de unos pasos justo detrás de él, enseguida giró su cuerpo y sus ojos se toparon con los del pollo. El pelirrojo frunció el ceño disgustado, lo último que quería era encontrarse con ese castaño que tan mal le caía. El menor siempre trataba de no cruzarse con Onew, porque sabía que sus encuentros siempre terminaban en disputas y la verdad prefería evitarlas. Sin embargo se extrañó al notar que los ojos del pollo estaban enrojecidos, como si hubiese estado llorando antes de llegar allí.

-¿Qué haces aquí?-Le preguntó el pollo en un siseo de voz.

-Estaba con Minho.-Le informó y ante éstas palabras Onew tembló a causa de la rabia e impotencia que sentía.-Pero ya me iba.-Terminó la oración antes de encaminarse hacia la salida de aquella celda. No obstante, el castaño lo sostuvo de un brazo impidiéndole avanzar.

-¿Por qué todavía sigues con él...?-Comenzó diciendo Onew mientras clavaba su mirada sobre los ojos del menor.-Es decir... ya han follado durante muchos meses, ¿No es tiempo de que Minho se aburra de ti?-Al oír esto, Taemin lo empujó bruscamente, le dolía pensar en la posibilidad de que el azabache se aburriera de él.

-¡No te metas en donde nadie te llama, Onew!-Exclamó el pelirrojo más enojado que nunca.- ¡Minho no se ha cansado de mí! ¡Más bien del que parece estar aburrido es de ti!-Le gritó enrabiado pero se sorprendió al ver cómo el castaño cubría sus oídos con la palma de sus manos, notablemente afectado por sus palabras.

-¡Cállate!-Exclamó Onew muy dolido tratando de contener sus lágrimas.- ¿Por qué...? ¿Por qué ahora me estás respondiendo? Generalmente, siempre que te hablo sobre este tema me ignoras y te largas... ¿Acaso algo ha cambiado?-Le cuestionó en un hilo de voz, retirando lentamente sus manos de sus orejas. Taemin guardó silencio durante unos cuantos segundos mientras miraba al suelo para luego levantar su mirada y clavarla sobre el pollo.

-Sólo te diré que a partir de ahora yo también lucharé por Minho. Así que... te recomiendo que te esfuerces en tratar de conquistarlo, porque cada vez lo veo más lejos de ti y más cerca de mí.-Sentenció el pelirrojo antes de darse la vuelta y, sin mirar atrás, salir de aquella celda dejando al pollo en completa soledad.

Una vez que Taemin se marchó, el pollo cayó de rodillas al piso y rompió en llanto sin poder evitarlo. Nunca pensó que ese día llegaría. Jamás imaginó que Lee Taemin lo enfrentaría de esa manera y le diría, tan abiertamente, que él también lucharía por Minho. Comenzó a golpear el piso repetidas veces hasta que sus nudillos sangraron.

-Y lo peor de todo... es que él tiene razón, cada vez siento que Minho se aleja más y más de mi lado. Lo estoy perdiendo... lo estoy perdiendo y no sé qué hacer.-Susurró mientras se levantaba tiritando del suelo, le dolían los ojos de tanto llorar y sus manos ensangrentadas temblaban a causa de la ansiedad que sentía.

Sin pensárselo dos veces, el pollo se sentó en la cama del mandamás y abrió el cajón de la mesita de noche para poder sacar de allí un pequeño papel blanco enrollado. Con desesperación, lo acercó a su nariz e inhaló aquel narcótico que lograba tranquilizar sus nervios por unos cuantos minutos, aunque el precio a pagar era muy alto. Cada vez estaba destruyendo más su cordura.

Dicen que la droga siempre te hace cometer estupideces de las cuales luego te arrepientes, pero a Onew nada de eso le importaba. Lo único que él quería, era escapar de su realidad al menos durante unos pocos minutos. Solo eso deseaba, imaginar que todo estaba bien con Minho y que éste último jamás lo abandonaría. Aunque al fin y al cabo él supiera que todo eso no era más que una simple ilusión, aun así le hacía feliz creérsela.

Una sonrisa se dibujó en el rostro drogado del pollo... poco a poco la cocaína estaba deteriorando su estado mental. Si no se detenía pronto, sería demasiado tarde.

...

En otra parte de aquella prisión, más específicamente en el gran comedor; Key caminaba mientras bebía de a sorbitos un delicioso licuado de fresas.

-Me pregunto dónde estará mi Jonghyun.-Se preguntó el rubio mientras observaba ambos licuados que sostenía con sus manos. El de fresas era para él y el de durazno era para su perro.-Seguramente ha de estar entrenando en el gimnasio.-Supuso mientras bufaba con molestia antes de agarrar un pasillo que lo llevara directamente hacia ese lugar.-Ayer no me hizo el amor por estar tan cansado a causa de levantar sus putas pesas. Le cortaré las bolas si esta noche me vuelve a decir que está cansado. Necesito que me haga el amor con urgencia.-Sentenció mientras seguía caminando con ese andar de diva tan típico de él.

No obstante, de un momento a otro, los oídos de Key oyeron algo que captó poderosamente su atención. Por ende, clavó sus pies al suelo y escuchó lo que decían dos reos que estaban cerca de su posición.

"Me pregunto cómo reaccionará el mandamás cuando se entere" Susurró uno de ellos.

"No lo sé, pero seguro no le hará gracia enterarse de que Lee Taemin lo ha traicionado" Le contestó el otro.

Tras escuchar semejantes palabras, Key no pudo evitar acercarse rápidamente a esos convictos, quienes al verlo, palidecieron y retrocedieron varios pasos hacia atrás.

-¿Qué era lo que estaban diciendo? Repítanlo.-Les ordenó fulminándolos con su mirada. Ambos tipos tragaron grueso y decidieron permanecer en silencio, tenían miedo de decir algo indebido y provocar la ira del rubio. Sin embargo, la paciencia de la Diva se estaba agotando, por lo que decidió aspirar una gran bocanada de aire y gritarles para que se dignaran a reaccionar de una buena vez por todas.- ¡REPÍTANLO! -Exclamó y entonces ambos reos saltaron en su sitio atemorizados.

-No-Nosotros no hicimos nada, se lo juro.-Empezó diciendo uno de ellos mientras comenzaba a hiperventilar.

-So-Solo repetimos lo que oímos. No tenemos nada que ver con eso.-Le juró el otro y la Diva por su parte simplemente optó por masajear el puente de su nariz tratando de tenerle más paciencia a ese par de inútiles. Si en su lugar hubiese estado Jonghyun, seguramente ya les habría roto algunos huesos a esos reos. Pero él tenía mucha más paciencia que su perro.

-Ya, les creo. Entonces díganme lo que oyeron si no quieren que me ponga violento.-Les amenazó y ambos tipos asintieron de inmediato.

-D-De acuerdo Key, te lo contaré todo, verás...-A medida que el reo le iba diciendo todo lo que escuchó de la boca de un policía, el semblante de la Diva se fue desfigurando. Llegó incluso a dejar caer al suelo los dos licuados que sostenía con sus manos a causa de la impresión. No lo podía creer, debía llegar cuanto antes a la celda de su bebé.

...

Mientras tanto, Taemin caminaba tranquilamente por un pasillo en dirección hacia su celda, tratando de olvidar la discusión que había tenido con Onew minutos atrás. Es por esa razón que odiaba cruzarse con aquel castaño, porque siempre que se veían el pollo lograba sacarlo de sus casillas. Aunque también reconocía que en esa ocasión se había pasado de la raya. No debió haberle dicho lo que le dijo. Ya que se notaba a leguas, que Onew había estado llorado antes de encontrase con él en la celda del mandamás.

-Pero se supone que eso no debería importarme, ¿cierto? Onew me odia, yo también debería odiarlo o mínimo ignorarlo.-Sentenció mientras suspiraba profundamente. Sin embargo, él era tan bueno que simplemente no podía odiar a nadie. Ni siquiera sintió rencor por los hijos de puta que lo envenenaron, es más, hasta tuvo intenciones de ayudarlos y se sentía culpable de que ahora ellos estuvieran muertos.-Quizás ser tan bueno a la larga me origine problemas... pero a mí no me gusta odiar a las personas y mucho menos hacerles daño. Mi familia no me enseñó a ser así de malvado.-Susurró justo antes de llegar a su celda. No obstante, se sorprendió al ver a un policía parado enfrente de él.

-Al fin llegas. Tu compañero de celda no está, por lo que no sabía dónde diablos estabas, así que decidí esperarte aquí.-Le informó el tipo escupiendo cada palabra con ese malhumor tan característico en los guardias y/o policías de aquella prisión.

-¿Esperarme? ¿Para qué?-Le preguntó Taemin un tanto extrañado por las palabras de aquel hombre.

-¿Tú eres el reo nº 4765 Lee Taemin, verdad?-Le cuestionó y el pelirrojo se limitó a asentir.-Pues entonces ten.-Le dijo mientras le pasaba un papel blanco que tenía muchas letras negras impresas en él. El menor lo agarró desconcertado pero no lo leyó, simplemente frunció el ceño y volvió a clavar su mirada sobre la del policía.

-¿Qué es esto?-

-Es una orden omitida por un juez. Lo que debes hacer con ella básicamente es firmarla y aclarar que estás dispuesto a comenzar un juicio.-Le reveló y al oír estas palabras los ojos de Taemin se abrieron desmesuradamente.

-¿U-Un Ju-Juicio?-Preguntó tartamudeando.- ¿Un juicio para qué?-Le cuestionó completamente atónito sin poder creer lo que oía. El tipo rodó los ojos bastante harto de las preguntas que le hacía el menor.

-Un juicio para demostrar tu supuesta inocencia. Tienes suerte mocoso, parece que hay una personita importante allá afuera que quiere salvarte el culo.-Se mofó del otro mientras una retorcida sonrisa adornaba su rostro.-Pero, ¿sabes?... Espero que pierdas el juicio y te pudras en la cárcel como realmente te lo mereces, maldita ramera de cuarta.-Le insultó antes de darse la vuelta y comenzar a caminar alejándose rápidamente del pelirrojo.

Sin embargo, a Taemin poco y nada le importaron los insultos de aquel policía, estaba más ocupado en tratar de procesar la información que le acababan de brindar. ¿Iniciar un juicio para demostrar su inocencia y sacarlo de la prisión prácticamente un año después de que lo habían encerrado? ¿Justo ahora? Justo ahora que tenía que cumplir con un contrato que había "firmado" con el mandamás de esa cárcel, a cambio de obtener dinero para salvar la vida a su madre. Justo ahora que había hecho tan buenos amigos dentro de la Underground Prison. Justo ahora que empezaba a... sentir "algo especial" por Minho. ¿En verdad tenía que ser justo ahora?

-Con que así son las cosas...-Al oír esa fría voz que Taemin reconocería en cualquier parte, un escalofrío le recorrió toda la columna vertebral. Dejó caer aquel papel al suelo y enseguida giró su cuerpo hacia atrás.

Enfrente de él estaba parado nada más y nada menos que Minho, quien en esos momentos lo estaba fulminando con su mirada. El mayor comenzó a acercarse lentamente al pelirrojo, con un andar entre parsimonioso y peligroso al mismo tiempo, muy parecido al que emplean las serpientes cuando están asechando a sus presas antes de devorarlas. Taemin por instinto retrocedió asustado hasta chocar contra una pared maciza. El mandamás posicionó sus fuertes brazos a la altura de la cabeza del menor, evitando así que este último pudiese escapar.

-Minho...-Fue la única palabra que el pelirrojo pudo articular, jamás vio al mayor tan enojado. Sinceramente en esos momentos el azabache le daba miedo, se sentía tan pequeño en comparación a ese hombre.

-¿Pretendes marcharte?-Le preguntó en un siseo de voz mientras acercaba su boca al oído del menor, quien comenzó a temblar de forma inconsciente.-Dime... ¿Cómo te atreves a traicionarme, Taemin?-Le susurró al oído antes de morder violentamente el lóbulo de su oreja hasta hacérsela sangrar.

El pelirrojo soltó un alarido de dolor mientras intentaba escapar de los brazos de Minho, pero éste sujetó las delicadas muñecas de Taemin y lo empotró contra la pared bruscamente.

-¡Me duele! ¡Suéltame!-Chilló adolorido. El mandamás dejó la oreja del menor en paz y entonces Taemin se sorprendió al ver cómo Minho se relamía los labios saboreando el sabor metálico de su sangre.

-Eres mío.-Sentenció de forma posesiva entornando peligrosamente su mirada.- ¿En verdad crees que dejaré que te largues así sin más? Pues déjame decirte que estás muy equivocado.-Le advirtió mientras sostenía las dos muñecas del menor con una sola de sus manos y la otra la llevaba a la altura del cuello de Taemin, quien entró en pánico al sentir cómo el mandamás ejercía una leve presión sobre su cuello.

-¿Q-Qué vas a...?-Sin embargo el azabache lo interrumpió.

-¿Quieres que te enseñe qué les ocurre a aquellos que osan traicionarme?-Le preguntó mientras presionaba nuevamente el cuello del pelirrojo.

A Taemin enseguida se le humedecieron los ojos. La imagen de Minho, desde que había llegado a esa presión, siempre le había trasmitido una sensación de seguridad. En todas y cada una de las ocasiones en las cuales él había estado en peligro, el mandamás siempre había aparecido como un súper héroe para salvarlo.

La sola idea de pensar en que aquel azabache podría llegar a producirle una herida mortal... hacía que sus delgadas piernas temblaran como si estuviesen hechas de gelatina. No quería eso, ese Minho no le gustaba. El Minho que a él le gustaba... sí, podría ser un gánster hijo de puta que distribuyera droga y matara gente... pero... lo protegía, le hacía sentirse seguro y no le hacía daño.

"¡Qué alguien me ayude por favor!" Fue el desesperado pensamiento que pasó por la conmocionada mente de Taemin. Ni siquiera podía gritar a causa de lo impactado y aterrorizado que se encontraba en esos momentos...

...

...Continuará...

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