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El cumpleaños de TaeMin.


...

-Pequeño puto... ¿no te bastó con ser rechazado por Minho? ¿Ahora vienes a querer probar suerte con Jonghyun? Oh, déjame decirte que tuviste suerte la última vez, porque Taeminnie es compasivo por naturaleza y te dejó ir sin mayores repercusiones. Pero yo, querido... se podría decir que también soy bastante benevolente, aunque claro, todo tiene un límite y tú acabas de traspasarlo.- Sentenció mientras sacaba de su bolsillo una manopla de oro y se la colocaba en su mano derecha.- ¿Últimas palabras?- Preguntó en un hilo de voz que helaba la sangre.

Taemin estaba sorprendido, era la primera vez que veía a su Umma actuar así. El rubio siempre se mostró amable y carismático frente a él, ver esa nueva faceta de Key era algo completamente nuevo para el pelirrojo. En esos momentos se sentía afortunado de ser considerado el "bebé" de Key, ya que debía ser peligroso ser un enemigo de la Diva de aquella prisión.

-Po-Por favor perdóname... yo n-no volveré a ha-hacerlo.- Tartamudeó un adolorido Kwang. Mientras se arrastraba en el suelo, como una cucaracha. Alejándose lo más rápido posible de Key, quien se acercaba lentamente a él, preparando su manopla de oro para golpearlo hasta el cansancio.

-Tendrás que atenerte a las consecuencias de tus actos.- Sentenció el rubio fulminándolo con su mirada.

-¡Por favor! ¡Me duele!- Suplicó el chico, quien no podía levantarse del suelo y salir corriendo de aquel gimnasio. Puesto que el golpazo que se había dado contra la pila de pesas gracias al empujón de Key, en verdad le había lastimado demasiado.

-¡Umma, no!- Exclamó el pelirrojo, cuyo corazón se ablandó al ver a aquel rubio tirado en el suelo rogando misericordia. Taemin realmente no soportaba la violencia ni le gustaba ver el sufrimiento ajeno. No importaba cuánto lo lastimaran, él simplemente no podía ver a una persona sufrir y quedarse de brazos cruzados.

-Jonghyun, saca a Taemin de aquí. No quiero que vea esto.- Ordenó Key y el castaño enseguida obedeció. Se acercó al menor con el afán de sacarlo de allí, no obstante el pelirrojo, terco como ninguno se zafó del agarre del perro y corrió hacia donde la Diva se encontraba.

-¡Puta madre! ¡Vuelve aquí mocoso!- Exclamó Jonghyun con una vena asomándose en su sien derecha.

-¡Umma, detente por favor!- Le rogó Taemin mientras abrazaba a Key por detrás, hundiendo su rostro en la espalda del rubio.

-Bebé, suéltame.- Le ordenó la Diva en un hilo de voz, inspirando y exhalando para lograr tranquilizarse. Realmente estaba enojado y no quería gritarle a Taemin. De hecho, él nunca le había gritado y no quería que esa fuera la primera vez.

-Umma... él está herido y te está rogando piedad. Por fa...- Sin embargo Key lo interrumpió y no le dejó terminar la oración.

-¡Lee Taemin suéltame ahora mismo o no respondo!- Le gritó y entonces los ojos del pelirrojo se humedecieron, en verdad estaba a punto de largarse a llorar. Su Umma nunca le había gritado ni mucho menos llamado "Lee Taemin". Él estaba acostumbrado a que le llamase "Taeminnie" o "Bebé".

Key sólo reaccionó cuando escuchó un sollozo detrás de él. Automáticamente se puso blanco y sus puños se desvanecieron, dejando caer su manopla de oro al suelo. Había hecho llorar a su bebé. Por su parte Jonghyun, al percatarse de la escenita que se estaba montando en aquel gimnasio, decidió echar a todos los reos que estaban mirando muy atentos el "espectáculo". Los únicos que quedaron en aquel lugar fueron el perro, Taemin, Key y Kwang.

-Taeminnie, yo... lo siento mucho.- Se disculpó la Diva en un susurro. Dándose la vuelta para poder mirar de frente a Taemin.

-No, perdóname tú a mí por ser un llorón.- Le respondió el pelirrojo, quien poco a poco logró tranquilizar su respiración.

-No eres un llorón. Lo que pasa es que seguro te sorprendiste porque yo jamás te he gritado y no debí haberlo hecho. Actué como un idiota... o mejor dicho actué como el tonto de Minho. Tú no mereces que nadie te trate mal, bebé.- Le consoló Key mientras acariciaba tiernamente una de sus mejillas.

-Gracias Umma. En verdad te quiero mucho.- Le dijo el menor para después abrazar fuertemente al rubio, quien enseguida correspondió al abrazo e incluso acarició suavemente los rojos cabellos de Taemin.

-Tú sabes y de sobra que yo también te quiero mucho.- Le respondió Key dedicándole al menor la mejor de sus sonrisas.

-¡Ah!- Se escuchó un grito de dolor y entonces tanto la Diva como el pelirrojo giraron sus rostros y se encontraron con Jonghyun pisando la espalda de Kwang. Mientras Key y Taemin hablaban, el rubio aprovechó la oportunidad para poder arrastrarse hacia la salida con el afán de escaparse.

-¡Qué cursis!- Exclamó Jonghyun mirándolos a ambos.- Hasta me dieron ganas de vomitar y todo.- Agregó haciendo una mueca de asco para después pisotear con más fuerza la espalda del rubio, quien chilló de dolor.- ¿Qué harán con esta escoria?- Les preguntó el perro y entonces un escalofrío le recorrió la espina dorsal a Kwang, quien comenzó a hiperventilar mientras oraba en silencio.

Key fulminó con su mirada a aquel reo. Él en verdad tenía ganas de darle su merecido, porque NADIE podía intentar seducir a su perro. Además, a ese rubiecito se le habían subido los humos a la cabeza y debía entender que allí dentro él no era nadie. Los únicos que mandaban en ese lugar eran Minho, Jonghyun y él mismo, no podía permitir que nadie (excepto Taemin, claro) pasase por encima la autoridad que ellos tres tenían. No obstante, la fría mirada de la Diva se encontró con los tristes ojos de su bebé, quien había sido bendecido con un corazón increíblemente bondadoso. Definitivamente aquel pelirrojo no pertenecía al mismo mundo de ellos tres. Era demasiado bueno. Al final, luego de pensarlo durante unos cuantos minutos, Key suspiró resignado.

-No tienes idea de lo que te salvaste.- Sentenció el rubio mientras agarraba su manopla de oro, la cual se le había caído al suelo cuando escuchó a Taemin llorar; para guardarla rápidamente en el bolsillo delantero de su pantalón y luego clavó su mirada sobre aquel reo.- Agradéceselo a Taeminnie, él literalmente te acaba de salvar la vida.- Le exigió la Diva y Kwang suspiró aliviado.

-Gra-Gracias Lee Taemin.- Tartamudeó y el pelirrojo simplemente asintió.

-Ya no vuelvas a causar más problemas.- Le riñó Taemin con el ceño fruncido y Kwang se limitó a asentir en silencio, realmente se sentía muy humillado en esos momentos.

-Llévatelo de aquí, Jonghyun. No soporto respirar el mismo aire que él.- Le ordenó la Diva a su pareja haciendo una mueca de asco y el castaño asintió.

-Vamos basura, levántate.- Le exigió el perro a Kwang, sin embargo éste último no le hizo caso y comenzó a tiritar.

-No puedo pararme, me torcí el tobillo con el golpe que me di al estrellarme contra las pesas.- Se justificó y Jonghyun simplemente puso sus ojos en blanco para después escupir sobre la espalda del rubio.

-¿Y a mí qué mierda me importa? ¡Levántate o te levanto yo a los golpes! ¿O qué? ¿Acaso quieres que te cargue como una puta princesita, eh?- Le preguntó el perro mofándose del deplorable estado en el cual se encontraba aquel rubio. Kwang siguió temblando en su sitio y temió que Jonghyun realmente lo matara, ya sabía que esos tipos eran peligrosos y que no podía fiarse de ellos.

-Anda, te ayudaré a levantarte.- Se ofreció Taemin mientras se acercaba a donde el rubio se hallaba tirado.

-¡No, Taeminnie! Deja que él solo se levante. Tiene que aprender la lección.- Se quejó la Diva cruzándose de brazos.

-Eres demasiado blando, cabeza de fresa.- Gruñó Jonghyun mientras veía cómo Taemin ayudaba a Kwang a levantarse del suelo, haciendo que este último pasara uno de sus brazos alrededor de su cuello. Fue así como el rubio pudo apoyar gran parte de su peso sobre el menor y logró incorporarse. Kwang aceptó la ayuda del pelirrojo a regañadientes.

-Y ustedes dos son demasiado duros. Lo siento, pero no puedo quedarme de brazos cruzados mientras veo cómo una persona sufre. Además, yo creo que él ya aprendió la lección ¿verdad?- Le preguntó Taemin a Kwang y éste asintió en silencio, sin mirar nunca a los ojos del pelirrojo.

-Pero bebé...- La Diva trató de renegar, no obstante, el menor lo interrumpió.

-Está bien, en serio. Estoy seguro de que él no nos volverá a molestar. Ahora vuelvo, lo llevaré a la enfermería.- Tanto Key como Jonghyun se miraron a los ojos y suspiraron resignados, sabían que sería inútil tratar de hacer desistir a Taemin de su intento por ayudar a Kwang.

-Te acompañamos.- Se ofrecieron tanto el perro como la Diva al unísono. Taemin sintió cómo Kwang empezaba a temblar otra vez, se notaba que estaba realmente asustado, así que suspiró profundamente y negó.

-Puedo llevarlo yo solo, no se preocupen.- Dijo el pelirrojo mientras comenzaba a caminar, junto con el rubio, hacia la salida de aquel gimnasio.

-Pero Taeminnie....

-Ya déjalo, Key. Si quiere irse solo que lo haga.- Espetó un malhumorado Jonghyun cruzándose de brazos. La Diva suspiró profundamente y asintió, mientras veía cómo su bebé se alejaba de aquel lugar junto con el insolente de Kwang.

...

Para fortuna de Taemin, la enfermería no quedaba tan lejos del gimnasio, por lo tanto no tenían que caminar demasiado. Sin embargo, no podía negar que le resultaba sumamente incómodo caminar al lado de aquel rubio, quien durante todo el trayecto no le dirigió la palabra ni una sola vez. Es más, hasta podría jurar que Kwang lo miraba de reojo con desprecio. Y él no entendía por qué, es decir... ¡le había salvado la vida! Debería ser más agradecido, pero no.

-Ya llegamos.- Sentenció Taemin cuando finalmente se pararon enfrente de la puerta de la enfermería.

-Bien, eso es todo.- Susurró Kwang mientras se alejaba del pelirrojo como si éste tuviera la peste. Taemin enseguida frunció el ceño, bastante desconcertado por la repentina actitud del rubio.

-¿No tienes algo que decirme?- Insinuó el pelirrojo y Kwang lo fulminó con su mirada.

-Si esperas que te dé las gracias... siéntate a esperarla. Porque yo no pedí tu ayuda en primer lugar, tú solito me la ofreciste. Por lo tanto no te debo nada.- Sentenció altanero y Taemin apretó fuertemente sus puños.

-¡Nunca más volveré a salvarte el culo, malagradecido!- Exclamó enfadado y Kwang le enseñó su dedo medio.

-¡Mejor preocúpate por tu culo, muerde almohadas! Ya me vengaré después de la humillación que me hiciste pasar.- Le amenazó justo antes de abrir la puerta de la enfermería e ingresar cojeando a la misma, agarrándose de la pared para no caerse al suelo.

-Haz lo que quieras, imbécil.- Sentenció Taemin enseñándole también su dedo medio, dando por finalizada tan absurda discusión. Luego de eso, dio media vuelta y se encaminó nuevamente hacia el gimnasio donde la Diva y el perro se encontraban esperándolo.

Taemin caminó despreocupado sin saber que la amenaza de Kwang se haría realidad en un futuro no muy lejano...

...

Mientras tanto, en otra parte de aquella prisión, más específicamente en la celda que compartían Joon y Onew. Ambos reos se encontraban charlando en un ambiente muy ameno, el pollo estaba recostado en la cama de abajo y Joon se hallaba sentado en el suelo, justo a un lado del castaño, acariciando la mano de éste último con suavidad.

-¿Seguro que no te duele? Ya que de ser así puedo ir a buscarte un analgésico.- Se ofreció el mayor por enésima vez y el pollo rodó los ojos.

-Ya te dije que no, de verdad estoy bien.- Le respondió un tanto cansino. Y es que Joon en serio podía ser un exagerado cuando se lo proponía.

-La enfermera me dijo que en cuatro días más te sacarán el yeso.- Le reveló el pelinegro y entonces una sonrisa de felicidad adornó el rostro de Onew.

-¡¿En serio?! ¡Eso es genial!- Exclamó más animado que nunca, ya no veía la hora de que le quitaran ese molesto yeso de la pierna. Por suerte sus costillas rotas ya se habían recuperado, no obstante batalló bastante con su pierna izquierda.

-Pronto podrás caminar por tu propia cuenta.- Agregó Joon y Onew sonrió de oreja a oreja mientras asentía eufórico.

-¡Sí! Y una vez que pueda caminar por mí mismo yo...- Hizo una pausa antes de continuar, Joon se le quedó mirando y pudo percatarse de cómo el pollo tragaba de forma audible, notablemente nervioso.-... tenía planeado hablar con Taemin, pero... ¿tú crees que él quiera hablar conmigo después de todo lo que le hice?- Preguntó Onew y su pareja simplemente le sonrió para después asentir con la cabeza.

-Estoy seguro que sí. Después de todo, Lee Taemin es una buena persona y sinceramente yo creo que él ya te perdonó.- Le comentó Joon y al ver que el pollo seguía indeciso le siguió hablando.- Si te da miedo hablar con él, yo puedo ir en tu lugar a darle las gracias.- El pollo negó repetitivas veces ante tal ofrecimiento.

-¡Claro que no! Yo mismo me disculparé con él y le daré las gracias. Si él no hubiese frenado a Minho en aquel instante, lo más probable es que ambos...- Onew no quiso terminar la idea y entonces Joon lo hizo.

-Lo más probable es que tanto tú como yo hubiésemos muerto en manos del mandamás.

-Yo... en verdad lo siento tanto Joon.- Se disculpó Onew cabizbajo.- Te arrastré conmigo e injustamente desprecié tus sentimientos. No sé cómo remediar todo el daño que te hice.- El pelinegro se levantó del suelo y besó la frente de Onew, para luego volver a sentarse en el piso con una sonrisa adornándole el rostro.

-Ya te has disculpado muchas veces. No es necesario que sigas haciéndolo. Te perdoné el día que fui a detener a Minho.- Le dijo con suavidad y Onew infló sus mejillas.

-¡Pero es que...!

-Pero nada.- Le cortó de forma rápida y luego agregó, para cambiar de tema.- Oye, ¿sabías que en los últimos días llegó un nuevo reo que le declaró la guerra a Taemin?- Al oír esto último, el pollo abrió sus ojos sorprendido.

-¡¿En serio?! Pues no, no lo sabía, ¿y quién es?- Preguntó con el ceño fruncido.

-Un tal Kwang, lo he visto un par de veces y no creo sobrepase los 20 años. Es un rubiecito prepotente que cree que puede llevarse al mundo por delante.- Le comentó Joon mientras rodaba los ojos, bastante fastidiado.- Trató de seducir a Minho pero fue patéticamente rechazado y humillado en pleno comedor.

-¡Wow! Se nota que Minho va muy en serio con Taemin. En el pasado él no hubiese rechazado una oferta para tener sexo, mucho menos si se trataba de un reo nuevo y joven.

-¡Y que lo digas! Además, ¿sabes qué es lo peor de todo esto...?- Continuó diciéndole el pelinegro y Onew lo incitó con un ademán a que siguiera contándole el chisme.- Lo peor es que algunos reos me han dicho que Kwang está planeando seducir a Jonghyun, puesto que sabe que con Minho no tendrá ninguna oportunidad.

-¡Dios mío! ¿Nadie le dijo lo peligroso que puede ser Key si se pone celoso? ¡Va a matarlo!- Exclamó un horrorizado pollo. Joon se carcajeó divertido.

-¿Por qué tendríamos que avisarle? Cuando la Diva le dé su merecido va a entender a dónde está y cuál es su posición. Esto no es la escuela secundaria, es una jodida prisión.- Comentó el pelinegro encogiéndose de hombros y Onew asintió, dándole la razón.

-Pobre diablo... ojalá que Key no lo mate.

-Pues la verdad a mí me da igual si le da una paliza o si lo mata, no me cayó nada bien ese rubio.

-Yo no lo conozco. Por lo tanto no puedo opinar, ¿pero en verdad es tan insoportable?

-¡Demasiado insoportable! Además... está buscando atención y protección de una forma patética y eso le cae mal a cualquiera.- Ante tal respuesta, Onew simplemente optó por asentir. No obstante, luego de pensarlo durante unos segundos, frunció el ceño desconcertado.

-Espera... hay algo que no me cuadra.

-¿Qué cosa, pollo?

-Dijiste que ese tal Kwang es joven y atractivo, ¿cierto?

-Bueno, en realidad yo nunca dije que fuese atractivo pero supongo que sí lo es. Aunque tú lo eres mucho más.- Le elogió el pelinegro guiñándole un ojo y Onew se sonrojó, porque no se esperaba tal elogio.

-¡Ya!

-Ok, Ok.

-El caso es... ¿aún no ha sido violado por los reos?

-Pues... la verdad es que no. Al menos no que yo sepa. Es decir, los reos sí le gritan obscenidades pero hasta ahí.

-¡A eso quería llegar! Un reo nuevo no pasa más de tres días sin ser violado. Y más si es joven y lindo. Usualmente esos no duran vírgenes más de 24 horas aquí dentro.

-No entiendo Onew, ¿qué me quieres decir con todo esto?

-Que ese chico ya tiene protección.

-¿Cómo? ¿Pero de quién? Eso es imposible, ¿acaso no me oíste cuando te dije que ha tratado de seducir a Minho e intentará hacer lo mismo con Jonghyun justamente para obtener protección?

-¿Vino del exterior o lo transfirieron de otra cárcel?- Le preguntó Onew con seriedad, evadiendo la pregunta anterior que le hizo su pareja.

-No lo sé... pero creo haber oído que lo transfirieron de otra cárcel por buen comportamiento.

-Sí, sí. El mismo cuento de Sung, eso del "bueno comportamiento" ni ellos mismos se lo creen.- Espetó el pollo cruzándose de brazos.

-¿A qué quieres llegar?

-Aún no lo sé. Pero esto me da mala espina.

-¿Mala espina? ¿Cómo así? Explícate.

-Es que no quiero sacar conclusiones apresuradas. Pero yo... tengo un mal presentimiento.- Comenzó a decir Onew mientras se mordía las uñas de los dedos, él sólo hacía eso cuando estaba muy nervioso.- Sung no volvió aquí porque sí nada más, él detesta a Minho y cuando vea la oportunidad le va a clavar un cuchillo por la espalda. Y me temo que finalmente ha encontrado su punto débil.

-¿Te refieres a Taemin?- Preguntó Joon con el ceño fruncido.

-Sí. Estoy seguro de que utilizará a Taemin para vengarse de Minho.

-¿Vengarse de qué? ¿Qué le hizo el mandamás a Sung?

-No lo sé, pero una vez oí a Key hablar con Jonghyun sobre eso. Creo que Sung le guarda rencor a Minho por algo que sucedió en el pasado.

-¿Y qué tiene que ver Lee Taemin con el pasado de esos dos locos?

-Nada. Pero como bien dice una frase el inocente paga por los pecadores.

-Onew... ¿quieres hablar de todo esto con Taemin?

-Sí. Cuando me saquen este yeso y pueda caminar de nuevo lo haré. Sólo espero que él quiera escucharme. Aunque la verdad no podría culparlo si decide no hacerlo, después de todo lo que le hice... sería compresible.

-Él te escuchará. Estoy seguro de eso, pollo.- Le dijo Joon mientras acariciaba su mano con delicadeza. El castaño sonrió enternecido, gracias a ese hombre no había vuelto a pensar en drogarse en esos últimos días y no podía estar más agradecido. Nunca antes se había sentido tan querido en toda su vida.

-Bésame.- Le exigió el castaño y Joon obedeció. Se levantó de suelo y se inclinó sobre Onew para poder besar sus labios.

Onew hundió sus dedos en los negros cabellos de su pareja y profundizó el beso introduciendo su lengua en la boca de Joon, sintiéndose caliente cuando la saliva de cada uno se mezcló. Muy pronto, las lenguas ambos se entrelazaron y sus jadeos murieron en la garganta ajena. Sus miembros comenzaron a excitarse, no obstante; ellos sabían que aún no podían tener sexo por el yeso que Onew tenía en su pierna, por lo tanto (y a regañadientes), ambos reos se separaron y trataron de normalizar su respiración.

-Duérmete, necesitas descansar.- Le dijo Joon mientras acariciaba la mano del castaño.

-¡No quiero! Sigamos hablando un ratito más.

-Ya hemos hablado suficiente y tú debes guardar reposo.

-¡No estoy enfermo!

-No estás enfermo pero sí tienes una pierna rota y si no quieres que te saquen ese yeso dentro de un mes más, ¡entonces duerme!- Ante tal regaño, Onew infló sus mejillas, malhumorado por no poder rebatir el argumento de su pareja.

-Está bien, está bien.- Espetó resignado mientras se daba la vuelta sobre la cama y se acomodaba para dormir.

-Tranquilo, yo velaré tus sueños.- Le susurró Joon mientras acariciaba suavemente la espalda del castaño.

Onew bufó, no obstante, una cálida sonrisa adornó su rostro mientras trataba de conciliar el sueño. Nunca nadie había velado sus sueños como Joon lo hacía. Se sentía muy amado en esos momentos y una extraña pero agradable calidez se había instalado en su pecho. No sabía qué era exactamente esa nueva sensación pero se sentía bien, de hecho, se sentía demasiado bien.

-Te quiero...- Dijo Onew en un susurro casi inaudible, sin embargo Joon pudo escucharlo y sus ojos brillaron a causa de la emoción que sintió.

-También te quiero.- Le respondió en un hilo de voz y el pollo se sonrojó hasta la orejas. Luego de eso, se acurrucó todo lo que pudo y cerró fuertemente sus ojos para tratar de conciliar el sueño lo antes posible. Asimismo sentía cómo la gran mano de Joon acariciaba dulcemente su espalda, dándole a entender que él estaría allí protegiéndolo mientras dormía...

...

Luego de los hechos anteriormente narrados pasaron un par de días. Las cosas en la Underground Prison volvieron a la normalidad y ya todos los reos olvidaron la sobredosis que sufrió el mandamás. Por otra parte, Taemin se mudó oficialmente a la celda de Minho y ahora que todos sabían que él era la pareja del reo más peligroso de la cárcel, ya nadie se atrevía a molestarle.

Además, en esos días el azabache castigó a todos los convictos que quisieron pasarse de listos mientras él se encontraba en rehabilitación y los mandó a azotar al sótano, e incluso sobornó a algunos guardias para que los encerraran en el hoyo durante unos cuantos días. Hizo todo eso porque muchos reos trataron de estafarlo infiltrándose en su negocio de tráfico de drogas mientras él estaba en la enfermería recuperándose. No obstante, al final les salió el tiro por la calata y los que lideraron esa manifestación en contra suya no fueron simplemente castigados... sino que directamente los mandó a matar. Esperando que con eso el resto de los reos entendieran que así terminaría cualquiera que tratara de estafarlo.

En fin, ese día era especial porque Taemin cumplía 19 años de edad. El pelirrojo esa mañana se despertó antes que Minho y más feliz que nunca. Se cepilló los dientes, orinó, se arregló un poco el cabello y luego corrió hacia la celda que compartían Bae y Chin para saludarlos. Ambos reos al verlo lo primero que hicieron fue abrazarlo y felicitarlo por cumplir un año más de vida. Luego de eso, los tres se dirigieron a la celda que compartían Jung y Saejin, estos dos últimos también abrazaron al pelirrojo y lo felicitaron a la vez que bromearon con que después de los 20 los años pasan volando.

Taemin estaba realmente contento por su cumpleaños, no obstante, lo que en verdad lo tenía tan entusiasmado era recibir una visita de su familia. Por lo tanto les pidió a sus amigos que lo acompañaran hasta el sector de visitas que poseía aquella cárcel y ellos accedieron a acompañarlo encantados. No obstante, cando finalmente llegaron allí, Taemin se desilusionó al enterarse de que nadie había reservado una cita para visitarlo aquel día. Por lo tanto, abandonó ese lugar cabizbajo y toda su alegría se disipó por completo.

Sus amigos trataron de reanimarlo, sin embargo todos sus esfuerzos fueron inútiles. Taemin se sentían realmente mal, es decir, hace rato que las visitas de su familia eran cada vez más escasas, pero en el último mes había empeorado. Tenía miedo de que ellos se hubiesen enfadado por decidir no reabrir su caso por desear permanecer al lado de Minho (aunque obviamente eso último no se los dijo). Sin embargo, jamás imaginó que su querida familia no haya programado una cita para ir a visitarlo el día de su cumpleaños, ¿acaso... lo habían olvidado?

Al pensar en eso, los ojos de Taemin se llenaron de lágrimas y no pudo seguir caminando, fue como si sus pies se hubiesen pegado al piso rehusándose a moverse de allí. Sus amigos lo consolaron con palabras alentadoras, sin embargo el pelirrojo no los escuchaba; estaba empeñado en pensar que poco a poco su familia lo iría olvidando. Después de todo, debía ser tedioso invertir tiempo y dinero en ir a visitar a alguien que está encerrado y que seguramente lo seguirá estando por 24 años más. Él se estaba volviendo... ¿una carga para su familia? ¿En eso se estaba convirtiendo? ¡No! Lo último que quería era ser una carga para sus seres queridos.

Bae conocía muy bien a Taemin y sabía que cuando se ponía en plan de quedarse parado mirando a la nada, sólo significaba que estaba pensando demasiadas estupideces juntas. Por lo tanto, aspiró una gran bocanada de aire y comenzó a pensar en las palabras correctas que debía decirle a su amigo para subirle los ánimos. No obstante, de la nada y sin previo aviso se escuchó una voz chillona detrás de ellos.

-¡Bebé! ¿Qué te pasa? ¡¿Estás llorando?!- Exigió saber la Diva, quien como siempre se encontraba acompañado de su inseparable perro guardián. El rubio clavó sus ojos sobre los amigos de Taemin.- ¿Qué le hicieron?- Les preguntó enfilando peligrosamente su mirada. Todos los chicos dieron un paso hacia atrás atemorizados, menos Bae, quien encaró a Key.

-Nosotros no le hicimos nada malo. Simplemente estamos tratando de reanimarlo.- Le dijo el castaño cruzándose de brazos, entonces Key frunció el ceño desconcertado.

-¿Reanimarlo? ¿Por qué? ¿Qué le pasó?- Cuestionó el rubio mientras se acercaba a donde el pelirrojo se hallaba parado.

-No me pasó nada, Umma. Estoy bien.- Mintió descaradamente el menor y Bae enseguida negó.

-¡Taemin deja de mentir! Es mejor que expreses lo que sientes y así te desahogarás.

-¡Bae cállate!- Le gritó el pelirrojo y su ex compañero de celda volvió a negar.

-Hoy es el cumpleaños de Taemin.- Empezó a decir Bae y Key se abofeteó mentalmente por haber olvidado una fecha tan importante, ¡se sentía tan mala madre en esos momentos!- Nos pidió que lo acompañemos al sector de visitas...-El castaño iba a continuar, sin embargo Taemin lo interrumpió.

-¡Basta! En serio me enojaré si continúas, ¡Estoy bien!- Exclamó Taemin más rojo que un tomate. Se sentía tan patético en esos momentos... lloriqueando porque ni su mamá ni sus hermanitos fueron a saludarlo el día de su cumpleaños, ¡Patético nivel Dios!

-No estás bien, Taeminnie.- Le riñó Bae y luego continuó contándoselo a Key.- El caso es que... nadie programó una cita para visitar a Taemin el día de hoy. Por eso está así, él tenía la esperanza de que su familia...- Sin embargo el castaño se calló porque fue empujado por un molesto pelirrojo.

-¡Eres un tonto Bae!- Fue lo último que dijo Taemin antes de darse la vuelta y emprender la retirada.

-¡Bebé!- Exclamó Key mientras hacía un ademán para perseguir al menor, sin embargo Bae lo sujetó del brazo.

-Por favor... te pido que lo reanimes. Después de todo hoy es su cumpleaños, se supone que debería estarla pasando bien y no llorando. Sé que Taeminnie se enojó conmigo, pero en verdad sentí que debía decírtelo para que puedas ayudarlo. Nosotros hemos tratado de consolarlo pero no nos escucha. Y tú... bueno él se entiende mejor contigo.- Reconoció Bae agachando su cabeza y entonces el rubio sonrió, feliz de que su bebé estuviese rodeado de amigos tan sinceros.

-Quítale tus sucias manos de encima a Key.- Exigió un malhumorado Jonghyun y Bae, asustado por el tono de voz del otro castaño, soltó inmediatamente el brazo de la Diva.

-¡Pe-Perdón!- Se disculpó retrocediendo unos cuantos pasos. Realmente el perro imponía respeto (o mejor dicho miedo) con su sola presencia.

-Andando que se nos escapa la fresa.

-Sí, tienes razón.- Asintió Key mientras se daba la vuelta junto con su pareja para perseguir a Taemin, no obstante antes de irse clavó su mirada sobre Bae y los demás.- Tranquilos, reanimaré a Taeminnie. Después de todo hoy es su cumpleaños y haré que lo pase bien.- Prometió la Diva antes de irse.

-¡Gracias!- Exclamó Bae mientras veía cómo ambos corrían detrás del pelirrojo.

...

-¡Maldita sea! Si no te detienes ahora, juro que te golpearé cuando te atrape.- Amenazó un cabreado Jonghyun mientras perseguía junto con su pareja a un angustiado Taemin.

-¡Déjenme en paz! ¡Simplemente quiero estar solo!- Exclamó el pelirrojo, quien ya comenzaba a cansarse de tanto correr. Definitivamente los deportes no eran su fuerte.

-¡Bebé, por favor! ¡Sólo queremos hablar contigo!

No obstante, de un momento a otro, Taemin chocó contra alguien y automáticamente cayó de culo al suelo. Eso le pasaba por correr mirando hacia abajo. Su pobre trasero quedó resentido debido al impacto y entre quejidos de dolor fue abriendo lentamente sus ojos, sorprendiéndose al ver enfrente de él dos firmes piernas cubiertas por unos pantalones vaqueros. Se sorprendió porque eso significaba que la persona a la cual él había chocado, no sólo aguantó el impacto sino que ni siquiera se movió un centímetro de su posición. Como si estuviese hecho de acero. Y Taemin sólo conocía a una persona con esa característica.

-Es como un déjà vu...- Susurró Taemin recordando el día que conoció al azabache, hace ya un año de eso. Lentamente levantó su mirada y se encontró con los fríos ojos negros del mandamás de aquella cárcel. Tal cual como lo había hecho el primer día que pisó la Underground Prison; aunque esta vez era diferente, puesto que en aquella ocasión no sintió más que miedo y en esos momentos sentía un gran alivio por tener a Minho a su lado.

-Como el primer día que nos conocimos, ¿no?- Dijo el mandamás en un hilo de voz y luego sonrió de forma ladina.- ¿Sabes? Me caíste mal desde el primer momento en que te vi, pero aun así algo en mi cabeza me decía que tarde o temprano serías mío. Por eso te salvé de aquel violador que te estaba persiguiendo.

Al oír semejante cosa, las pálidas mejillas del pelirrojo se tiñeron de carmín. Y en esos instantes olvidó todo, a Key y a Jonghyun que estaban detrás de ambos observando todo con lujo de detalles, a Bae y a sus otros amigos... e incluso a su familia. Cuando su mirada se encontraba con los ojos negros de Minho todo lo demás dejaba de existir para Taemin. Nadie más existía y nada más importaba, sólo ellos dos.

El mandamás extendió su mano y Taemin, como si estuviese hipnotizado, aceptó sin pensarlo dos veces la mano del azabache, logrando así levantarse del suelo. Minho abrió la boca para seguir hablándole, no obstante la volvió a cerrar al sentir cómo el pelirrojo lo abrazaba desesperadamente, hundiendo su rostro en el hueco que se hacía entre el cuello y la clavícula del mandamás. Minho abrió sus ojos sorprendido, no sabía cómo reaccionar. Por primera vez en su vida no sabía cómo reaccionar. Así que dejó sus brazos suspendidos mientras sentía cómo Taemin se aferraba más y a más a su cuerpo. Algo no estaba bien, el azabache sentía la tristeza del menor.

Key y Jonghyun guardaron silencio mientras presenciaban aquella escena. El castaño se cruzó de brazos un tanto desinteresado y la Diva sonrió enternecido. Aunque le constara trabajo aceptarlo... al único que Taemin necesitaba en esos momentos era a Minho. El mandamás intuía que el pelirrojo estaba mal, no obstante también sabía que era pésimo usando las palabras para consolar a alguien. Así que, luego de pensarlo durante unos cuantos segundos, rodeó con sus fuertes brazos el delgado cuerpo de Taemin, quien embelesado se acurrucó aún más e incluso inhaló ese olor a hombre que sólo su Minho poseía y el cual lograba tranquilizarlo por más angustiado que se encontrara.

Minho se sentía extraño, era la primera vez que tenía un contacto así con Taemin. Era la primera vez que él mismo decidía abrazarlo de esa forma. No había lujuria, no había deseo sexual, no había lascivia... era un abrazo sincero, cálido y desesperado. Su primer abrazo. Al pensar en eso Minho se sintió realmente descolocado, incluso fuera de lugar. Pero no pudo evitar abrazar más fuerte al menor, hundiendo su nariz en las hebras pelirrojas e inhalando ese exótico olor a cítricos que sólo Taemin poseía.

Luego de varios minutos, el pelirrojo finalmente deshizo el abrazo al despegarse lentamente del fornido cuerpo del mandamás. Este último cogió de la barbilla a Taemin y lo forzó a levantar el rostro, dándose cuenta así de que los lindos ojos del menor estaban enrojecidos y húmedos. Había estado llorando. Y Minho odiaba ver a Taemin llorar.

-¿Por qué estabas llorando? ¿Quién te hizo llorar?- Fueron las dos preguntas que salieron de la boca del mandamás. Apretó fuertemente su puño libre más no soltó en ningún momento el mentón de Taemin, obligándolo a sostenerle la mirada.

-N-Nadie m-me hizo nada. N-No estuve llorando.- Tartamudeó el menor mientras comenzaba a temblar de forma involuntaria. No quería hablar sobre eso, no deseaba recordar que se estaba convirtiendo en una carga para su familia.

Minho al oír la respuesta de su pareja frunció el ceño, no le creía ni media palabra a Taemin. Sabía que el pelirrojo nunca lloraba simplemente porque sí, siempre existía una razón detrás de sus lágrimas. Y el mandamás juraba que si una persona había sido la causante de su llanto, él mismo la haría llorar pero del dolor debido a todos los golpes que le daría. Minho podría ser muy despistado la gran mayoría de las veces, pero sabía que ese día Taemin estaba cumpliendo 19 años. Y el menor no merecía pasarse su cumpleaños llorando; lloriqueando excitado debajo de su cuerpo mientras era brutalmente embestido sí, pero no así.

Jonghyun estornudó y sólo por eso el mandamás se dio cuenta de la presencia de sus amigos detrás del pelirrojo. Era increíble, ni siquiera los había notado hasta entonces. Realmente cuando se concentraba en Taemin, todo lo demás a su alrededor se volvía invisible. Era como si sólo existiesen ellos dos.

-Eh, rubio oxigenado.- Empezó a decir Minho para llamar la atención de Key.

-¿Qué sucede?

-¿Por qué Taemin estaba llorando?- Le preguntó sin rodeos y entonces el pelirrojo comenzó a tiritar. No quería que el azabache se enterara de porqué había llorado, seguro se reiría en su cara por su bobería.

-¡Ya te dije que no estaba llorando!- Exclamó un sonrojado Taemin, no obstante Minho le tapó la boca con una mano y con la otra lo cogió por su pequeña cintura, forzándolo a apoyarse sobre su pecho e imposibilitándole así el movimiento y el habla.

-¡Shh!- Espetó el mandamás para luego clavar su mirada nuevamente sobre Key, quien comenzó a acercarse a ellos con su típico andar de diva, siguiéndolo obviamente detrás su inseparable perro guardián.

-Ha estado llorando porque su familia no ha programado una cita para visitarlo el día de hoy.- Soltó de una y entonces Minho sintió cómo el menor temblaba entre sus brazos, aferrándose a su camiseta y ocultando su mirada debajo de su espeso flequillo pelirrojo.

El esos momentos el mandamás se encontraba ante un gran dilema, puesto que no sabía qué carajo decir o hacer. Por una parte sentía rabia, porque la causante del sufrimiento de Taemin era su propia familia y por lo tanto no podría hacerlos sufrir como lo había planeado desde un principio. Y por otra parte... tenías ganas de decirle algo al pelirrojo, cualquier cosa cursi que comúnmente dice la gente que no entiende una mierda del dolor ajeno, pero que aun así lo hace simplemente para quedar bien ante la sociedad. En verdad le gustaría tener al menos un poquito de toda esa hipocresía en circunstancias como esa... pero no podía. Porque él no era ningún hipócrita y si realmente no sentía empatía por el sufrimiento que Taemin estaba experimentando en esos momentos, no podía simplemente "consolarlo" usando frases de apoyo clichés. Porque sencillamente no le nacía ser así, es decir ¿cómo puedes "consolar" a alguien si no tienes idea por lo que esa persona está pasando?

Y es que Minho no podía entender a Taemin, porque a él nunca le importó que alguien lo felicitara por su cumpleaños y mucho menos sus familiares. Él jamás amó a su familia, es más, los mató a cada uno de ellos a sangre fría y hasta el día de hoy no se arrepentía de lo que hizo. Nunca sintió eso que todos llaman "amor familiar", así que por esa razón no sabía cómo consolar al menor.

-Deja de pensar tonterías. Tú ya no perteneces al mundo exterior, ahora estás encerrado en esta prisión y aquí dentro no necesitas a nadie más que a mí. Así que será mejor que empieces a olvidar a tu familia.- Comenzó a decir el mandamás mientras sacaba su mano de la boca del menor. Taemin abrió sus ojos sorprendido y levantó su cabeza para poder mirar directamente a los ojos de Minho.- Es hora de que entiendas que tú no le importas a los que están afuera y por lo tanto a ti tampoco deberían importante ellos.

-¡Pero son mi familia! ¡Yo en verdad los amo!- Exclamó el pelirrojo mientras sentían cómo su sangre se concentraba en sus mejillas, estaba empezando a enojarse.

-¿Ah, sí? ¡¿Y dónde está tu familia ahora, eh?! Divirtiéndose allá afuera mientras tú te pudres aquí dentro, ellos van a olvidarte tarde o temprano y tú tendrás que aprender a lidiar con eso. Es eso o volverte en un puto depresivo. – Espetó un cabreado azabache y entonces Taemin lloró con más fuerzas, cubriendo su rostro con ambas manos porque le daba pena que Minho lo viese así de vulnerable. Realmente le había dolido lo que el mandamás le dijo.

-¡Choi Minho! ¡Te has pasado!- Le gritó Key y el susodicho simplemente chasqueó la lengua molesto.

-Tú no te metas en esto, diva.- Le advirtió el mayor y luego clavó su mirada nuevamente sobre Taemin, quien se ahogaba en sus propios sollozos. Rara vez (por no decir nunca) el mandamás sentía culpa, ni siquiera la sentía cuando mataba a alguien a sangre fría. Pero al ver a Taemin así de destrozado, ese odioso sentimiento se apoderó de su ser y se maldijo a sí mismo por ser tan hijo de puta; de verdad quería detener el llanto del menor y lo único que había logrado hasta el momento es hacerlo llorar aún más. Luego de suspirar profundamente, volvió a intentar hablarle; agarrando sus pequeñas manos con una delicadeza inusual en él y forzándolo a que lo mire directamente a los ojos, sintiéndose la peor escoria del planeta al ver el rostro empapado y rojo del menor. Realmente odiaba verlo llorar y odiaba aún más ser él el causante de sus lágrimas.

-Escucha, deja de llorar que te vas a arrugar antes de tiempo.- Comenzó a decir el mandamás mientras carraspeaba nervioso, en verdad se estaba esforzando aunque no se notara a simple vista. Key estaba muy furioso apretando sus puños, conteniendo las ganas que tenía de saltar sobre el insensible de Minho y darle unas buenas bofetadas. Por otra parte, Jonghyun comprendía perfectamente a su hermano, él sabía cuán difícil era para el azabache expresar lo que sentía a través de las palabras. Lo entendía porque él mismo era así también, aunque con Key ya no le costaba tanto expresarse porque su relación había avanzado a pasos agigantados en los últimos meses.- ... Nosotros somos los que estamos contigo ahora. Por lo tanto no necesitas a nadie más, TaeTae. No tienes porqué sentirte solo.- Le susurró Minho al oído con un tono de voz mucho más suave de lo habitual, mientras acariciaba una de las sonrosadas mejillas del pelirrojo con su gran mano y secaba con el dedo pulgar las lágrimas que el menor había derramado, haciéndolo temblar a causa de la emoción. Cómo le gustaban a Taemin esos momentos en los que Minho lo trataba con tanta dulzura, como si fuese un delicado cristal que estuviera a punto de romperse en cualquier momento. Simplemente lo derretían.

El azabache se sorprendió cuando Taemin lo obligó a agacharse un poco y luego dio un saltito para poder alcanzar sus labios, enredando sus brazos alrededor de su cuello y profundizando el beso al introducir su lengua en la boca del mandamás. Minho enseguida tomó la iniciativa cogiéndolo por la cintura y pegándolo a su bien trabajado cuerpo; mientras devoraba con ansias la boca del pelirrojo, el mayor se frotó de forma deliberada contra el pequeño pero sexy cuerpo de Taemin, para que éste último sintiera su dura erección matutina. El pelirrojo detuvo el beso para poder relamerse los labios con lascivia mientras miraba la potente erección del mandamás. Taemin estaba a punto de arrodillarse enfrente del mayor, desprenderle sin miramientos el cinturón, bajarle los pantalones junto con los bóxers y hacerle la mejor mamada de su vida a Minho, importándole una mierda que alguien más los vea haciendo eso. No obstante, reaccionó cuando escuchó la inconfundible voz de Jonghyun.

-¡Oigan, oigan! Están en medio de un jodido pasillo, al menos vayan a su celda para hacerlo.- Les molestó el perro sólo para arruinarles el momento. Aún no era hora de la orgía masiva que él mismo había planeado desde hacía meses atrás.

-¡Puta madre, perro! ¿No ves lo excitado que estoy?- Se quejó el mandamás mirando a su mejor amigo con el ceño fruncido mientras apuntaba su dolorosa erección. Taemin se sonrojó hasta las orejas debido a la vergüenza, ¡Dios, estuvo a punto de chupársela a Minho enfrente de su Umma y de Jonghyun!

-Tranquilos, eso se soluciona fácil. Conozco un método que me enseñaron para hacer que una erección desaparezca sin necesidad de masturbación o sexo.- Comenzó a decir Key mientras caminaba hacia donde Minho y Taemin se encontraban parados.- Lo único que tengo que hacer es apretar con mi dedo índice un lugar específico que se encontraba entre las bolas y el ano. Dicen que duele bastante, pero vale la pena porque en cuestión de segundos tu dolorosa erección desaparecerá.- Continuó diciendo mientras seguía acercándose a donde ellos se encontraban, el pelirrojo se puso azul al oír semejante explicación y el mandamás retrocedió dos pasos por puro instinto.- Anda rana, bájate los pantalones ahora mismo. Me encargaré de esa erección tuya.- Luego de que Key dijera eso, toda la excitación de Minho se esfumó, su pene se puso flácido y un terrible escalofrío le recorrió el cuerpo, desde la punta del pie hasta el último de sus cabellos.

Jonghyun se descojonó detrás de ellos y Key enseguida lo imitó, agarrándose el estómago con ambas manos porque le dolía de tanto reírse. Taemin por su parte frunció el ceño completamente desconcertado por la reacción de la pareja; sin embargo, luego de analizar la situación durante unos segundos él también comenzó a carcajearse. El único que no se estaba divirtiendo allí era Minho, cuya sien derecha ya estaba siendo marcada por una vena debido a la frustración que sentía en esos momentos, ¡el desgraciado de Key lo había timado! Y no era la primera vez que lo hacía, pareciera que tomarle el pelo era el hobby favorito de la Diva.

-Voy a matarte, rubio oxigenado. En serio que lo voy a hacer.- Susurró el mandamás enfilando su mirada. Key, luego de reírse todo lo que quiso de su amigo, le sacó la lengua mofándose del azabache.

-¡Oh, vamos rana! Mira el lado positivo de todo esto: tu erección ha desaparecido. Ya no debe dolerte, ¿verdad?

-Jonghyun, cállalo o te juro que lo callo yo.- Amenazó el mandamás cruzándose de brazos. El castaño simplemente se encogió de hombros y escondió sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.

-¡Ja! Como si mi perrito fuera a callarme. Él será quien me la mete por las noches, pero el que lleva los pantalones en esta relación soy yo.- Espetó la Diva con orgullo y Taemin asintió dándole la razón a su Umma. Y es que eso nadie se lo podía negar, Jonghyun podría ser muy machote, pero siempre le hacía caso a Key.

-Maldita sea, aun no entiendo cómo es que he podido soportarte durante tantos años.- Se quejó Minho mientras chasqueaba la lengua y miraba hacia otro lado.

-¡Lo mismo digo! He tenido que armarme de mucha paciencia para soportarlos a ustedes dos. Qué suerte que Taeminnie llegó a mi vida para ayudarme con este martirio.- Le respondió el rubio, agarrándose el puente de la nariz con dos de sus dedos, dramatizando como siempre la situación. Taemin se carcajeó divertido, le gustaba mucho ver las "peleas" de Minho y Key, porque él sabía que las amenazas del mandamás hacia la Diva eran falsas y sólo fingían odiarse, ya que en el fondo se notaba a leguas que se querían.

Los tres reos con más poder en la prisión sonrieron al ver a Taemin carcajeándose. Así querían ver al pelirrojo el día de su cumpleaños: riéndose y siendo feliz, no querían verlo amargado ni mucho menos llorando. Luego de que Taemin terminara de reírse, el mandamás carraspeó y le habló nuevamente.

-La verdad es que soy malo para estas cosas, pero...- Comenzó a decir Minho mientras llevaba su mano al bolsillo trasero de su pantalón, sacando algo de allí atrás.- Feliz cumpleaños.- Le dijo mientras depositaba sobre las manos de Taemin un IPhone con auriculares. El pelirrojo observó aquel regalo conmocionado.

-¿Q-Qué es esto?- Preguntó en un susurro.

-Un IPhone, ¿no sabes qué es?

-¡Sí sé lo que es! P-Pero... ¿por qué?

-Siempre te andas quejando de que quieres escuchar música y que no puedes. O de que quieres leer buenos libros pero en la biblioteca no hay. Con esto sí podrás hacerlo, por eso incluí los auriculares, para que puedas oír la música que te plazca. Además hice que le incorporaran un chip para que tengas acceso libre a Internet, así también podrás leer libros online, descargarlos o incluso ver vídeos.- Luego de que Minho terminara de explicarle todo eso, Taemin quedó con la boca abierta, no podía creer lo que acababa de escuchar.

-P-Pero... Dios, en serio no era necesario que me lo compraras.- Comenzó a decir el pelirrojo mientras miraba aquel aparato con estupefacción.- A-Además... está prohibido tener celulares en la cárcel, me lo van a quitar.- Le dijo el menor más cohibido que nunca, no podía aceptar esa clase de regalos por parte de Minho. Los reos pensarían que era un jodido arribista.

-Oh vamos, la mitad de las cosas que hacen aquí dentro están prohibidas y aun así las siguen haciendo todos los días.- Soltó Minho rodando los ojos y desde atrás Jonghyun lo apoyó.

-Eso es verdad; por ejemplo beber alcohol, fumar cigarrillos o marihuana, vender y comprar drogas, drogarse, tener sexo con policías, violar a otros reos, chantajear, matar; toda esa mierda es ilegal y aun así las siguen haciendo, además ¿en serio crees que serás el único que tendrá un celular dentro de la cárcel? No seas estúpido, cabeza de fresa.- Le dijo Jonghyun y Taemin se sonrojó debido a la vergüenza que sintió. Realmente se sentía un tonto por pensar que los convictos en serio respetaban la regla de no usar celulares dentro la cárcel. Era obvio que muchos de ellos sí los tenían, aunque claro no los iban a usar en pleno comedor o en algún sitio muy transitado por los guardias de seguridad. Los usaban a escondidas.

-Anda bebé, así ya no te aburrirás más y tendrás algo para matar el tiempo.- Le dijo Key colocado una mano sobre el hombro de Taemin.- Además es un lindo detalle por parte de la rana, él lo compró y se encargó de que lo trajeran hasta aquí sólo para dártelo a ti, acéptalo.- Le animó el rubio dándole un suave codazo y entonces el pelirrojo asintió con una sonrisa adornándole el rostro.

-Está bien, lo aceptaré.-Asintió para luego girar su rostro y mirar directamente a los negros ojos del mandamás.- De verdad muchas gracias, Minho.- Le agradeció de forma sincera haciendo una pequeña reverencia con su cabeza, para después dar un pequeño saltito y depositar sobre los labios del azabache un casto beso lleno de amor.

¿Cómo podría rechazar un regalo de su pareja? Taemin en verdad se sentía mal por haber pensado que el mandamás no recordaría que ese día era su cumpleaños. Y al final el azabache se había acordado cuando ni su propia familia lo hizo. Lo que es más, Minho no sólo lo felicitó, sino que hasta le compró un regalo, porque sabía que había momentos del día en el que se aburría y tenía ganas de escuchar música o de leer un buen libro, ¡eso significaba que el mayor sí prestaba atención a las quejas y necesidades de Taemin!

¡A la mierda todo! Si querían pensar que era un interesado por aceptar el IPhone, que lo hicieran. ¡Sí, y de paso que se ahoguen en su envidia! Él era feliz y tenía la conciencia tranquila. Aunque debía admitir que él no estaba tan contento sólo por haber recibido aquel Smartphone, sino porque sentía que su relación con Minho estaba avanzando, poquito a poquito, sí ¡pero lo hacía! Taemin estaba casi seguro de que el mandamás se estaba enamorando de él y eso lo llenaba de una alegría que no se podría describir usando las palabras. Era inmensa.

-No hay de qué.- Comentó Minho mientras cogía al pelirrojo por la cintura y lo pegaba a su cuerpo.- Pero ni creas que ese será tu único regalo. He reservado lo mejor para esta noche.- Le reveló el azabache mientras una sonrisa ladina adornaba su rostro. Taemin se relamió los labios asintiendo, mientras sentía cómo un delicioso escalofrío le recorría todo el cuerpo, realmente estaba ansioso de ser follado por el mandamás.

-Oye, cabeza de fresa.- Llamó su atención el perro que se encontraba parado, junto con Key, detrás de Minho y del pelirrojo.- No creas que tu "regalo reservado" para esta noche es simple sexo, como el que tienen todos los días.- Le comentó el castaño y entonces Taemin frunció el ceño sin entender lo que el otro trataba de decirle.

-No entiendo, ¿qué quieres decir con eso?- Antes de que Jonghyun la cagara, Key decidió hablar en su lugar.

-Lo que él quiso decir, bebé, es que Minho ha mandado a llenar el sótano de birras para que nosotros disfrutemos esta noche, sólo eso.- Comentó el rubio mientras se colgaba del musculoso brazo de Jonghyun, pellizcándolo un poco para que entendiera que debía callarse.

-¿Birras? ¿Qué son birras?- Preguntó un inocente Taemin. El mandamás tuvo que contenerse para no reírse de la ingenuidad de su pareja.

-Birras es lo mismo que decir cervezas.- Le aclaró el azabache y entonces Taemin hizo una mueca de asco.

-¡Pero a mí no me gusta la cerveza!- Se quejó haciendo un tierno puchero.

-Tranquilo, también ordené que llevaran whisky, ya que a mí me gusta más eso que la cerveza.- Le dijo Minho; no obstante, el pelirrojo otra vez negó con la cabeza.

-¡El whisky menos! Es demasiado agrio y fuerte. No lo beberé.- Sentenció y entonces tanto Jonghyun como Minho chasquearon la lengua. El único que no se molestó con Taemin fue Key, quien se acercó al menor y revolvió sus rojos cabellos como siempre lo hacía, regalándole una cálida sonrisa.

-Entonces, ¿qué te gusta, Taeminnie? Dinos.- Le animó a decir el rubio y Taemin simplemente agarró su barbilla, pensativo.

-Nada en realidad.- Le respondió luego de pensarlo por unos segundos.- La verdad es que a mí no me gusta beber alcohol.

-¡Pues aprenderás! Ya tienes 19 años, hace rato debiste haberle tomado el gusto al alcohol.- Espetó un malhumorado Jonghyun, sin poder entender cómo diablos no le gustaba la cerveza a ese mocoso, ¡si para él la cerveza era lo más rico que había!

-Taeminnie, has dicho que el alcohol no te gusta porque es agrio y fuerte, ¿verdad? Eso quiere decir te gustan las cosas dulces, ¿o me equivoco?- Le preguntó Key ladeando un poco su cabeza. El pelirrojo asintió de inmediato.

-Sí, definitivamente creo que me gustan más las cosas dulces. Y como la mayoría de las bebidas alcohólicas que he probado son amargas y fuertes... pues creo que por eso no me gustan.- Explicó el menor y entonces Minho asintió.

-Entiendo, si dices que te gustan las bebidas dulces haré que lleven licor de dulce de leche, de fresa y chocolate. Seguro esos te gustarán.- Sentenció el azabache mientras se daba la vuelta y comenzaba a encaminarse hacia el sótano.- Cuiden de Taemin mientras yo no estoy. Iré a encargar que traigan esas bebidas para esta noche.

-¡E-Espera Minho! De verdad no es necesario que te tomes tantas molestias. No necesito beber alcohol para divertirme, con una leche de fresas estaré más que satisfecho.- Le dijo Taemin y entonces el mandamás giró su rostro hacia atrás para poder fulminarlo con su mirada.

-Beberás quieras o no. Y te va a gustar.- Sentenció el azabache para después seguir caminando por aquel interminable pasillo blanco. El pelirrojo tragó grueso, las palabras de Minho sonaron muy convincentes y en cierta forma autoritarias.

-¿Saben lo que le pasa a Minho? ¿Por qué insiste tanto en que beba alcohol esta noche?- Les preguntó el menor a la pareja.

-Eso es sencillo.- Comenzó a decir Jonghyun mientras bostezaba.- Porque él sabe que si te emborracha será mucho más fácil hacerte participar en la or...- Sin embargo el perro no pudo terminar su oración, puesto que Key le pellizcó el brazo tan fuerte, que incluso hizo gemir de dolor al castaño.

-¿Que participe en qué?- Preguntó un confundido Taemin.

-¡En la orquesta!- Exclamó el rubio y el menor frunció el ceño.

-¿En la orquesta...?

-¡Sí! ¿Sabías que cuando éramos niños participamos en una orquesta? En nuestra época de estudiantes. Fue muy divertido.- Comentó Key con una gotita de sudor frío sobre su sien; decidió seguir hablando para que Taemin no siguiera preguntándole más cosas- Hablando de eso, ¿no te gustaría que te contara anécdotas de cuando nosotros tres éramos niños, Taeminnie?- Al oír semejante ofrecimiento, el pelirrojo saltó de emoción y olvidó todo lo que Jonghyun le había dichos minutos atrás.

-¡Sí, sí! ¡Por favor!- Exclamó más eufórico que nunca.

-De acuerdo, entonces sentémonos en esas escaleras para estar más cómodos.- Dijo Key mientras apuntaba con su dedo unas escaleras blancas que te conducían a un segundo piso. Los tres reos caminaron hasta allí y se sentaron esperando que el rubio comenzara con su monólogo. El castaño optó por permanecer callado mientras se sobaba su adolorido brazo, ese pellizco de Key en verdad le había dolido bastante. Y para colmo ahora su pareja pensaba contarle al cabeza de fresa sobre su niñez. La verdad es que aquí entre nos, si Key decidiese contarle algo tan íntimo como lo era el pasado que compartían ellos tres a cualquier otra persona, Jonghyun le montaría tremenda escena al rubio, pero tratándose de Taemin lo permitiría. Jonghyun no sabía exactamente desde hace cuánto tiempo, pero él realmente se había encariñado con el pelirrojo e incluso podía confiar en él. Quizás Taemin aún no lo sabía, pero el perro le había dejado entrar a ese reducido círculo de personas importantes para él.

-La verdad es que no sé cómo empezar.- Dijo la Diva luego de carraspear un par de veces.- Nosotros hemos vivido muchas cosas juntos, por ende si tuviera que contarte cada una de ellas no me alcanzaría el día para hacerlo. Así que hagamos algo más sencillo, ¿qué te gustaría saber sobre nosotros, Taeminnie?

Al oír esa pregunta, el corazón del menor comenzó a latir más rápido de lo normal. ¡Dios, es que había tantas cosas que deseaba saber! Sin embargo trató de tranquilizar su taquicardia y concentrarse en hacer la pregunta correcta. Luego de pensarlo por unos minutos, llegó a la conclusión de que lo primero que quería saber era lo básico. Así que...

-Pues quisiera saber cómo es que se conocieron ustedes tres. Es decir, sé que se conocen desde que son niños pero sólo sé eso.- Le dijo Taemin ladeando un poco su cabeza. Key le sonrió y asintió, por su parte, Jonghyun se notó bastante incómodo, más no renegó.

-Nos conocimos en la escuela, bebé. Habremos tenido... hmm... ¿cuántos años, perrito?- Le preguntó el rubio a su pareja y él también hizo memoria.

-Nosotros dos nos conocemos desde los 7 años pero a Minho recién lo conocimos a los 9.- Le respondió el castaño y la Diva asintió. Taemin ponía mucha atención a lo que ambos reos le decían. Y es que estaba realmente fascinado, puesto que él tenía mucha curiosidad sobre el pasado de sus amigos y más si este involucraba a Minho.

-Es decir... ¿ustedes dos iban a la misma escuela y luego llegó Minho?- Cuestionó el menor con el ceño fruncido. Tanto Jonghyun como Key asintieron.

-Sí bebé. Así es.

-¡Genial! ¿Y cómo fue su primer encuentro?- Preguntó un emocionado Taemin. Luego de oír esta última pregunta, la Diva se descojonó y el perro carraspeó. El pelirrojo, por su parte, frunció el ceño confundido ¿acaso había preguntado algo indebido?

-Nuestro primer encuentro con Minho, pues... ¿le cuestas tú o lo hago yo?- Le dijo la Diva a su pareja y este último rodó los ojos.

-La rana y yo ya nos conocíamos desde antes. Porque ambos íbamos al mismo orfanato.- Le reveló el perro y entonces Taemin abrió sus ojos sorprendidos, él no sabía que Minho y Jonghyun habían vivido en un orfanato.

-Pero ellos no se hablaban, porque ambos eran muy solitarios y cada uno iba por su lado dentro de aquel orfanato.- Agregó Key y el pelirrojo asintió, muy concentrado en la historia que sus amigos le estaban contando.

-Y antes de que lo preguntes: no. Key no vivía en ese orfanato con nosotros.- Le dijo Jonghyun y Taemin abrió la boca para formular una pregunta, pero enseguida la cerró porque prefería seguir escuchándolos. La Diva fue quien siguió hablando.

-Yo era el hijo mayor de una familia asquerosamente rica de Seúl. Con toda seguridad puedo decirte que lo único bueno de mi familia éramos mi hermano pequeño y yo.- Dijo Key y entonces el pelirrojo notó cómo los ojos del rubio se oscurecieron durante unos segundos. Al notar la tristeza en la voz de su pareja, Jonghyun decidió cambiar de tema.

-Yo ya conocía de vista a Minho porque me crucé varias veces con él en el orfanato, aunque nunca nos hablamos. Hasta que...- El castaño recordó ese momento e hizo una mueca de desagrado, Key por su parte se carcajeó divertido y continuó hablando él.

-Hasta que un día Minho trató de ligarme.- Le reveló el rubio y entonces toda la sangre de Taemin se aglomeró en sus mejillas. No podía creer lo que oía.

-... ¡¿Q-Qué?!- Exclamó el pelirrojo y Key se enterneció al ver el lindo rostro de su bebé casi tan rojo como el color de una manzana madura.

-Así como lo oyes, bebé. La rana me intentó ligar.

-¡Pero eran unos niños! ¡Tenían sólo 9 años!- Exclamó Taemin horrorizado.

-¿Y?- Soltó Jonghyun con el ceño fruncido.- Ya desde esa edad Key andaba repartiendo besos a cuantos niños pudiera.- Espetó un malhumorado castaño, recordando esos horribles momentos en los que se tuvo que aguantar ver a su rubio con otros hombres.

-¿Celoso, perrito?- Le preguntó la Diva con una sonrisa ladina adornándole el rostro.

-Muchísimo.- Reconoció de inmediato Jonghyun y entonces Key no pudo evitar besarlo de forma demandante. Taemin se sonrojó y carraspeó para que notaran su presencia.

-¡Antes de que empiecen con sus cosas terminen de contarme la historia!

-Bueno bebé, te explico...- Comenzó a decir Key una vez que terminó a de besar a su pareja. Hizo memoria para recordar los detalles de aquel encuentro, ¡es que habían pasado tantos años ya!- La rana ingresó a la escuela en la que Jonghyun y yo estudiábamos cuando los tres teníamos 9 años. Recuerdo que cuando él llegó, todas las niñas se volvieron locas porque Minho siempre ha sido apuesto, incluso siendo un crio lo era. Pero lo extraño es que él nunca mostró ninguna clase de interés por las niñas, simplemente las ignoraba. En cuanto a los niños... ellos le tenían celos a Minho, porque desde el día que él piso la escuela, toda la atención de las féminas estaba centrada en él. Por lo tanto trataron de intimidarlo y lo único que consiguieron fue ganarse una buena paliza a manos de Minho.- Taemin intentaba hacerse una imagen mental de su pareja siendo un niño, se rio divertido al imaginarse al pequeño azabache arreglándoselas solo para darle una paliza a un grupo de niños que lo asechaban en algún pasillo oscuro.- Como bien lo habrás notado, Minho ya era un solitario buscapleitos desde niño. Nunca lo vi huir de una intimidación por parte de otros niños, ni siquiera cuando era un grupo de 6 o 10 contra él solo, aun así les hacía frente y siempre ganaba.

- Minho es increíble.- Susurró Taemin en un hilo de voz, tanto Jonghyun como Key sonrieron al ver los ojos del pelirrojo brillar, se notaba a leguas lo enamorado que estaba del mandamás.

-Incluso era muy inteligente, siempre se sacaba sobresaliente en todos los exámenes, aunque los profesores lo odiaban porque parecía como si a Minho le importara unja mierda la autoridad que ellos tenían sobre él. Odiaban que la rana siempre hiciera lo que quería. Si una clase le aburría, él simplemente se salía, sin hacer caso a los gritos de los profesores.- Le comentó el rubio y Taemin asintió, mientras trataba de imaginarse con lujo de detalles todo lo que Key le estaba contando.

-Lo que debes saber, cabeza de fresa, es que a Minho siempre le han gustado los penes y no las vaginas. Y eso él lo ha sabido desde que era un crío. Por lo tanto, no es que él se acueste con hombres aquí dentro simplemente porque no tiene otra opción. Aunque él estuviese allá afuera seguiría follándose únicamente a hombres, porque las mujeres no logran excitarlo.- El pelirrojo abrió sus ojos sorprendido, algo dentro de él le decía que Minho era homosexual, pero aún prevalecía en él la duda existencial de que si acaso podía ser bisexual. Gracias a Jonghyun ahora sabía que no, se sentía aliviado de saber que a Minho sólo le gustaban los hombres, así tendría menos competencia. Al pensar en eso último Taemin se sonrojó, ¡mierda! Tenía que dejar de pensar en tonterías.

-El caso es que yo también siempre he sabido que me gustaban sólo los penes, bebé.- Le dijo Key mientras abrazaba melosamente al castaño.- El único que siempre ha estado indeciso, hasta hace poco claro está, era Jonghyun. Quien decía ser muy heterosexual, pero la verdad es que yo siempre le he gustado, desde que éramos unos críos.- Taemin se rio con ganas, imaginándose a Jonghyun de niño siguiendo a un pequeño pero arrogante Key por todos lados, justo como lo hacía actualmente de hecho. No obstante, se calló la boca cuando sintió la fulminante mirada del castaño sobre él. Mejor no tentar a su suerte.

-Key desde los 8 andaba repartiendo besos a todos los niños guapos que podía, entonces más temprano que tarde la rana se enteró de eso y centró su atención en Key.- Le comentó Jonghyun y entonces Taemin apretó con fuerza sus puños, sabía que eso pasó hace muchos años ya pero aun así le daba rabia, ¡ese pervertido de Minho, era el colmo!

-Yo no tuve problemas en darle un beso. Después de todo Minho era guapo.- Empezó a decir Key mientras hacía memoria de aquel día tan lejano.- El problema se desencadenó cuando la rana no estuvo conforme con un simple beso. Ese pervertido quería más y yo no estaba dispuesto a dárselo.- Al oír eso, Taemin dejó de respirar durante unos segundos y abrió de forma desmesurada sus ojos, ¡¿nueve años y quería más que un beso?! ¡¿Qué clase de maniático sexual era Minho?!

-Como Key no quería colaborar, la rana lo golpeó en la cara, lo tiró al césped y se colocó encima de él.- Siguió contándole Jonghyun y Taemin notó la hostilidad reflejada en el semblante del castaño.

-Recuerdo que quedé atontado por el golpe y entonces Minho aprovechó para levantarme la chomba y empezar a manosearme. Yo grité por ayuda, pero estábamos en la parte alejada del gran patio que tenía aquella escuela, debajo de un enrome árbol y nadie me escuchaba. O bueno eso pensé hasta que...

-Hasta que llegué yo y agarré a Minho desde atrás por el cuello de su chomba, quitándolo de encima de Key.- Continuó Jonghyun y el pelirrojo estaba imaginándose toda aquella escena en su mente.

-Luego de eso ambos empezaron a pelear, se dieron puñetazos y patadas a reventar, yo quería detenerlos pero tenía miedo de salir gravemente herido si me metía en medio de esos dos salvajes. Parecía como si dos gorilas estuviesen peleando, ninguno de los dos quería dar su brazo a torcer.- Le contó Key y entonces el pelirrojo se estremeció de pies a cabeza. Taemin en verdad rogaba al cielo no tener que ver a esos dos pelear, prefería mil veces verlos como los buenos amigos que eran hoy en día.

-Al final los profesores tuvieron que intervenir para poder separarnos y después de eso nos llevaron a ambos la enfermería.- Empezó a decir Jonghyun mientras se rascaba la nuca.- Lo que me dio gracia fue que cuando estuvimos frente a frente en la enfermería, cada uno en una camilla distinta; Minho me sonrió y me dijo que yo peleaba muy bien, me confesó que él sabía que ambos vivíamos en el mismo orfanato, pero que nunca me habló hasta entonces porque pensaba que yo era débil y él odiaba a la gente débil. Yo obviamente lo mandé a la mierda y entonces él se disculpó, esa fue la primera y única vez que lo oí disculparse. Dijo que no sabía que Key me pertenecía y que como yo le había demostrado que merecía su respeto porque sabía pelear, entonces me prometió no volver a tratar de ligar con Key.

Al oír aquello, tanto la Diva como Taemin se carcajearon y Jonghyun no pudo evitar imitarlos. Y es que esa escena parecía tan surrealista que hasta daba gracia. En serio el pelirrojo no podía imaginarse a Minho decirle semejantes cosas al castaño y mucho menos se lo imaginaba pidiendo disculpas.

-Ahora me rio, pero en ese momento mi cara quedó tan roja como un tomate y tuve ganas de levantarme de aquella camilla y matar a Minho con mis propias manos. Le dije que no me gustaba Key y que él no le pertenecía a nadie, ni siquiera a mí. Pero que aun así lo mataría a golpes si volvía a tratar de sobrepasarse con Key. La rana asintió sin más. Y ese día no nos volvimos a dirigir la palabra.

-Pero fue así como inició la amistad de esos dos salvajes. Al vivir en el mismo orfanato, Minho y Jonghyun siguieron hablándose poquito a poquito, hasta volverse buenos amigos.- Le dijo el rubio dedicándole un sonrisa a Taemin.

-Pero y tú Umma... ¿cómo fue que ustedes dos llegaron a ser amigos?- Preguntó un intrigado Taemin. Es decir, la forma en la cual Key y el mandamás se conocieron no había sido la mejor que digamos. Por eso no entendía cómo es que ellos dos lograron llevarse bien.

-Pues como verás hasta el día de hoy Minho y yo seguimos teniendo nuestras diferencias. Pero la rana sabe que puede confiar en mí y yo también confío en él.- Comenzó a decir Key mientras sonreía al recordar todos los malentendidos que había tenido con Minho desde el día que se conocieron.- Luego de ese incidente, Minho nunca más trató de ligar conmigo porque según él, yo le pertenecía a Jonghyun. Y aunque Jonghyun siempre se enojaba con él cuando decía ese tipo de cosas... Minho seguía diciéndolo de todas formas.

-Key tuvo que aprender lidiar con Minho cuando él y yo nos volvimos amigos.- Dijo Jonghyun y entonces Taemin centró toda su atención en el castaño.- Al principio los dos eran como agua y aceite, simplemente no se soportaban. De hecho, hasta ahora siguen peleándose casi que todos los días, pero con los años aprendieron a aceptar sus diferencias y hasta se volvieron buenos amigos.- Le reveló el perro y luego dijo lo siguiente en un susurro casi inaudible.- Creo que Minho y tú son los únicos hombres que puedo soportar ver al lado de Key... sin enfermarme a causa de los celos.- Al oírlo decir esto último, Key lo abrazó más fuerte mientras una cálida sonrisa adornaba su rostro. Taemin se enterneció al presenciar aquella escena, le daba envidia de la buena ver cuánto se querían esos dos. Ojalá algún día él también pueda hacer ese tipo de cosas con su azabache.

-¿Qué tanto están hablando ustedes tres?- Al oír aquella inconfundible voz, los reos giraron sus rostros encontrándose con el mandamás de aquella prisión, quien los observaba con el entrecejo fruncido.

-Pues estábamos hablando... de que tenemos hambre y que por tu culpa nos hemos perdido el jodido desayuno.- Mintió Key mientras se levantaba de la escalera en la cual habían estado sentados para poder charlar más a gusto. Los otros dos imitaron el actuar del rubio levantándose también. El azabache frunció el ceño sin creerle una sola palabra a su amigo; sin embargo, luego de estar sosteniéndole la mirada durante unos cuantos segundos a la Diva, el mandamás suspiró y se dio la vuelta para empezar a caminar hacia el comedor, escuchando detrás de él los pasos de los otros tres reos siguiéndolo.

-Vamos a almorzar, muero de hambre.- Sentenció el mandamás ocultando sus manos en los bolsillos traseros de su pantalón.

-¿Pudiste conseguir las botellas de licor dulce para Taemin?- Preguntó la Diva y el azabache asintió.

- Sí, ya les pagué a los guardias para que las trajeran. Esta noche estarán en el sótano.- Al oír esto último, el pelirrojo tragó grueso y rogó a todos los dioses que esos dichosos licores en verdad le gustaran. Después de todo no quería decepcionar a Minho, se notaba que el mandamás en serio se había esforzado en conseguir todo ese alcohol solamente para hacerlo feliz a él.

-Esta noche será espléndida.- Dijo Jonghyun con una sonrisa ladina adornándole el rostro.

-Eso dalo por hecho, amigo.- Le respondió Minho también con una sonrisa traviesa en su semblante.

Por su parte Key carraspeó nervioso y se sonrojó levemente. Taemin notó el sonrojo de su Umma y frunció el ceño desconcertado, ¿por qué se había sonrojado el rubio? Tuvo ganas de hacer preguntas al respecto, sin embargo su estómago rugió y lo cubrió con ambas manos. Debido a todo el drama y a las interesantes charlas que tuvieron, habían olvidado ir a desayunar y ahora su estómago le estaba pasando factura, en verdad se moría de hambre. Aceleró el paso para poder llegar lo antes posible al comedor.

Definitivamente disfrutaría al máximo de su cumpleaños junto con sus amigos, aunque estuviera encerrado en aquella cárcel. No pensaría más en la ausencia de su familia por el momento, ya que no tenía ganas de deprimirse. Y mientras el día pasaba, esperaría ansioso lo que Minho le tenía preparado para esa noche en el sótano de la prisión.

...

Mientras tanto, en otra parte de aquella prisión, más específicamente en la enfermería. Un enfadado rubio se encontraba recostado sobre una de las tantas camillas que allí había y la enfermera estaba terminando de vendarle su inflamado tobillo al joven.

-Muy bien, ya terminé de vendarte. Asegúrate de dejar esa bolsa refrigerante sobre tu tobillo durante unas dos horas más, así la inflamación se reducirá.- Le indicó la mujer para luego darse la vuelta e irse a la oficina donde se encontraba el doctor de ese turno.

Kwang empezó a maldecir en su mente tanto al pelirrojo como a esa tal Diva, todo lo malo que le estaba pasando era culpa de esos dos bastardos. Realmente los odiaba. Chilló adolorido al tratar de mover su tobillo torcido, rogando que el analgésico que la enfermera le había dado hiciera efecto lo antes posible para reducir el dolor que sentía en esos momentos.

-Voy a disfrutar vengarme de ti, Lee Taemin.- Susurró más resentido que nunca mientras se acomodaba mejor sobre la camilla de aquella enfermería.

-Oh, claro que lo disfrutarás. Tanto o más que yo.- Dijo una voz conocida para el rubio y entonces éste último giró su rostro hacia la izquierda, encontrándose con Sung.

-¡Lárgate de aquí! Por tu culpa estoy así.- Se quejó Kwang cruzándose de brazos. Sung sonrió y aun así caminó hasta aquella camilla, sentándose en el borde de la cama, justo a un lado del rubio y entonces aprovechó para acariciar suavemente su rostro.

-Perdóname, lindo. No pensé que Key fuese a reaccionar de esa forma.- Se justificó Sung y el rubio apartó su mano de un manotazo, fulminándolo con su mirada.

-¡Sí sabías!- Exclamó cabreado.- ¡Yo no te importo! ¡Admítelo!- No obstante Kwang no pudo seguir quejándose, porque Sung lo calló con un fogoso beso en los labios. El rubio al principio trató de resistirse, sin embargo al final cedió y correspondió al beso con ganas.

-Claro que me importas y en serio no pensé que esa diva de mierda reaccionaría tan mal. En verdad lo lamento.- Le dijo Sung una vez que separaron sus labios. El rubio bufó y miró hacia otra parte.

-No es justo, cuando haces esa cara no puedo enojarme contigo.- Susurró Kwang haciendo un puchero que hizo sonreír a Sung.

-Has sido una perfecta capa de humo para que todos se olviden de mí. Te felicito, amor.- Al recibir tal elogio, Kwang no pudo hacer más que sonreír orgulloso.

-¿Ya puedes poner en marcha tu plan?

-Sí, de hecho ya estaba en marcha desde hace bastante pero necesitaba tiempo para que algo se concretará y ya lo hizo. Muy pronto podrás vengarte de Taemin.- Le dijo Sung mientras besaba nuevamente al rubio.- Realmente es una lástima, le di la oportunidad de salvarse y el muy tonto la rechazó. Ahora tendrá que sufrir las consecuencias de su estupidez.

-Y yo estaré encantado de verlo sufrir.- Susurró Kwang mientras una sonrisa malvada adornaba su rostro.- Me voy a vengar de cada momento de mierda que me hiciste pasar, Lee Taemin. Eso te lo juro.

...

...Continuará...

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