Dulce venganza
¡Hola! Muchísimas gracias por cada uno de sus comentarios y por todo el apodo, en serio me hacen muy feliz ♥ acá les vengo a dejar un nuevo capítulo. Por fin todo se va solucionando poco a poco para el 2Min y el JongKey. :)
...
Habían pasado dos semanas desde aquel fatídico día en el que encontraron a Key abusado en esa habitación y en el cual también MinHo fue torturado por Paek. Los días siguientes fueron difíciles, la tensión se podía casi palpar en el ambiente pero tanto JongHyun como TaeMin se esforzaron muchísimo por atender lo mejor posible a sus respectivas parejas.
Mientras TaeMin y JongHyun dedicaron todo su tiempo en cuidar de sus enamorados, Karin junto con JungKook y JiMin se encargaron por órdenes de BaekHo de investigar quién había sido el que abusó de Key aquel día. No obstante, se sentían frustrados porque luego de tantos días aún no tenían una sola jodida pista sobre quién podría haberse infiltrado a Paradise y burlar tan fácilmente todas las barreras de seguridad que tenía el complejo de edificios.
—¡Maldición!— exclamó JiMin golpeando el escritorio en el que se encontraba sentado.—No hay nada, ésta también está hackeada.— avisó luego de revisar una más de las cientos de cámaras de seguridad que tenía Paradise.
—Esa era la última ¿no?— preguntó JungKook colocándose justo detrás del rubio, con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
—Sí, fue la última y pasó exactamente lo mismo que con las demás, carajo.— le respondió jalándose los cabellos, exasperado. El pelinegro colocó sus manos encima de las de JiMin, apartándolas con delicadeza de su pelo. El más bajo no pudo evitar estremecerse por aquel contacto pero no hizo más sino tragar grueso.
—Deja ya de maltratar tu cabello, con el tinte rubio más los constantes jalones que le has estado dando estas semanas quedarás calvo antes de tiempo.— justo cuando JiMin abrió la boca para mandarlo a la mierda, Karin entró a la habitación con cara de pocos amigos.
—¿Nada?— les preguntó y los dos respondieron al unísono.
—Nada.
—¡Maldita sea!— exclamó la mujer golpeando con su puño la pared, sentía que no habían avanzado nada en las dos últimas semanas.
—¿Qué diablos le diremos a BaekHo cuando nos pregunte qué averiguamos?— susurró JiMin sintiéndose un inútil, él siempre cumplía con lo que su jefe le encomendaba pero justo en esos momentos se sentía entre la espada y la pared, sin poder avanzar. JungKook colocó sus manos sobre los tensos hombros del rubio, tratando de tranquilizarlo.
—Cálmate, tarde o temprano encontraremos al culpable. BaekHo no te culpará de nada, te lo aseguro.— sin embargo la única respuesta que recibió por parte de JiMin fue un chasquido de su lengua. La siguiente en hablar fue Karin.
—A ver, no puede ser que cientos de cámaras dejaran de grabar a la vez justamente media hora después de que MinHo y JongHyun abandonaran Paradise para ir a la prisión. No tiene ningún maldito sentido, carajo ¿se puede hacer eso siquiera?
—Y todas las cámaras vuelven a grabar simultáneamente 12 horas antes de que JongHyun y MinHo regresen a Paradise ¿en serio se puede hacer algo así sin que nadie lo note?— continuó el interrogatorio JiMin acariciando su mentón, pensativo.
—Sólo podría hacerlo un hacker con demasiados conocimientos, quizás uno tan bueno como Key.— respondió JungKook y su compañero bufó.
—Ya sabemos que es un hacker, Kookie.— se burló y el pelinegro lo fulminó con su mirada, odiaba ese sobrenombre que JiMin le había dado.—La pregunta es ¿Devril en serio tiene un hacker tan bueno? Digo, ellos jamás se han caracterizado demasiado por tener buenos hackers, en eso siempre se destacó Paradise.
—Quizás es un hacker recientemente reclutado por Devril.— dedujo JungKook y entonces abrió muchísimo sus ojos, pues se le había ocurrido una idea.—Karin ¿se le puede pedir a Paek un registro de todos los hackers recientemente reclutados por Devril?
—No, no se puede.— enseguida se notó la desilusión en los ojos del pelinegro.—No se le puede pedir nada a Paek porque no tenemos ninguna sola prueba contundente que asegure que él haya sido el culpable de lo que pasó, aunque todos sabemos que sí lo fue.
—Joder.— maldijo JungKook, algo inusual en el siempre tranquilo pelinegro.
—Además, dudo que haya sido recientemente reclutado por Devril.— habló JiMin, tirando su cabeza hacia atrás para ver el techo.
—¿A qué te refieres?— preguntaron Karin y JungKook al unísono.
—Sólo piénsenlo un poco, pudo hacer todo lo que hizo sin que nadie sospechara nada y sabía exactamente la localización de cada una de las cámaras que tiene Paradise, las cuales son demasiadas. E hizo todo demasiado rápido, sin dejar ninguna sola pista mientras lo hacía y para colmo desapareció como por arte de magia.
—Es decir que no fue sólo un infiltrado ocasional como ya ha pasado anteriormente.— dijo Karin, empezando a atar cabos. JiMin asintió y JungKook respiró pesado.
—Exacto.— asintió JiMin y tanto Karin como Kook prestaron atención a sus palabras.—Es decir piénsenlo, no es la primera vez que alguien se infiltra en Paradise para robar algo, tratar de incendiar los edificios o para matar a MinHo; no obstante en todas esas ocasiones no hemos tardado más de dos o cuatro días máximo en encontrarlo en las instalaciones ya que nadie conoce mejor este laberinto que nosotros mismos. A lo sumo un par de ellos logró escapar de Paradise pero no llegó ni siquiera a la ciudad porque lo atrapamos antes de que lo lograra.
—¿Insinúas que la persona que hizo esto conoce los edificios de Paradise tanto como nosotros?— preguntó JungKook con una gota en la sien y tragó grueso cuando JiMin asintió.
—No lo insinúo Kook, lo afirmo. Y estoy seguro de que nunca escapó sino que sigue aquí sin ninguna máscara que cubra su rostro, ayudando a buscar pistas del infiltrado y viéndonos la cara de imbéciles a todos nosotros.
—O sea que quien violó a Key es un traidor.— dedujo Karin cruzando sus brazos.
—Puede ser pero la verdad tampoco creo que sea un traidor, más bien creo que es alguien de Devril que se infiltró aquí hace mucho tiempo con quién sabe qué fines.
—Eso es imposible, nadie de Devril puede hacerse pasar por un miembro de Paradise.— negó JungKook de inmediato.—Sabes los controles estrictos que tenemos a la hora de reclutar a alguien y además, Devril al igual que nosotros tiene la regla de tatuar a cada miembro nuevo que se suma, ¿no crees que hubiéramos notado el tatuaje de Devril en la revisión que hacemos siempre que reclutamos a una persona?
—Quizás Paek reclutó a esa persona específicamente para que se infiltre en Paradise y por eso nunca lo tatuó; aunque de ser así él realmente se meterá en muchos problemas si lo describimos porque rompió muchas reglas.
—Pero... ¿por qué una persona aceptaría hacer una misión suicida sólo por lealtad a Devril? Está bien que algunos gángsters son idiotas pero no creo que nadie lo sea hasta tales extremos.— espetó JungKook sacándose sus lentes para hacer presión sobre el puente de su nariz, todas esas deducciones le estaban causando dolor de cabeza. Sólo quería que todo se resolviera pronto.
—Puede que haya aceptado hacerlo porque esté mal de la cabeza, porque realmente siente mucha lealtad hacia Paek... o porque Paek lo haya amenazado con algo... o con alguien.— agregó Karin y JiMin no pudo estar más de acuerdo con esa última conclusión.
—Eso de amenazar a la gente para obtener lo que quiere es típico del hijo de puta de Paek. Así que me tiro más por esa última opción.— dedujo el rubio y justo cuando iba a aportar una idea más, se escucharon unos golpecitos contra la puerta de esa habitación.—Adelante.
Entonces la puerta se abrió y todos centraron sus miradas en un bonito pelirrojo. TaeMin se encontraba resplandeciente como siempre aunque vestido con una ropa que definitivamente no era su estilo aunque aún así le sentaba de maravilla. Su rojo cabello de fuego estaba más largo y desordenado, tenía una sudadera gucci blanca con un estampado floral precioso, pantalones negros increíblemente ajustados y rotos que dejaban entre ver la blanca piel de sus piernas y para finalizar unos slippers gucci negros con hebilla dorada y peludos a sus costados.
—Wow, ese definitivamente es el estilo de Key.— se burló Karin y TaeMin se sonrojó.
—No es mi culpa, vine aquí de imprevisto y no traje ropa conmigo, así que tengo que usar la ropa de Key hasta que consiga la mía.— entonces el pelirrojo vio los slippers de los cuales se enamoró a primera vista ni bien JongHyun le enseñó el armario de la diva para que eligiera la ropa que más le gustara.—Aunque admito que amo estos zapatos, son muy cómodo y suavecitos.
—Son horribles.— JiMin, tan directo y sin tacto como siempre. TaeMin cada vez se convencía más de que el rubio y MinHo se parecían demasiado y que por eso se llevaban tan mal. JungKook le dio un codazo a su compañero pero éste simplemente se encogió de hombros.—¿Qué? Sólo dije la verdad.
—A MinHo tampoco le gustan.— reveló TaeMin haciendo un puchero, las palabras textuales del ex mandamás al ver sus slippers fueron "A mi no me engañas, mataste a una ardilla, amputaste su pobre cola y la pegaste a esos horribles zapatos" TaeMin lo hubiese golpeado si MinHo no estuviera ya lo suficientemente herido.
—No te lo tomes personal, MinHo tiende a odiar cualquier cosa que salga del armario de Key.— bromeó Karin con una sonrisa y TaeMin se la devolvió.
—¿Irás a alguna parte?— preguntó JungKook al ver al pelirrojo decentemente vestido.—Es que... no te ofendas pero normalmente andas vestido con puros pijamas de Key y claro, con esos slippers de los cuales no te despegas. Es raro verte vestido para salir luego de tantos días.
—Sí, me vestí así porque pienso salir pero antes quería preguntarles ¿han hallado alguna pista?
—No, el hijo de puta alteró todas las cámaras de seguridad de Paradise.— respondió Karin.
—Justo recién terminé de revisar la última y efectivamente también fue hackeada.— respondió JiMin rodando los ojos.—Suponemos que el culpable es un infiltrado de Devril, que hace meses está haciéndose pasar por un gángster de Paradise. Ahora, el problema será descubrir quién coño es.
—¿Qué?— TaeMin definitivamente se horrorizó por la noticia.—Pero... eso significa que el culpable de lo que le pasó a Key aún puede seguir aquí ¿verdad?
—Es probable.— asintió Karin.—Podría ser cualquiera de nosotros, de hecho.— sentenció mirando a la pareja con los ojos entrecerrados, tanto JungKook como JiMin saltaron a la defensiva.
—Tengo mejores cosas que hacer con mi tiempo que andar violando gángsters afeminados, gracias.— obviamente quien dijo eso fue JiMin. JungKook por su parte arregló sus lentes y negó con la cabeza, disgustado por lo altaneramente grosero que podía llegar a ser su compañero.
—Yo jamás haría nada que lastimara a MinHo.— la solemnidad en su tono de voz era admirable para todos salvo para cierto rubio. JiMin rodó los ojos y carraspeó antes de aportar uno de sus oportunos comentarios.
—Lamebotas.— Kook bajó su mirada para fulminar con ella al rubio, quien en respuesta le enseñó el dedo medio desde su posición con una sonrisa burlona adornando su rostro.
—Sé que no harías nada para lastimar a MinHo...— empezó a hablar Karin mientras veía fijamente al serio pelinegro.—Pero sí harías algo para lastimar a JongHyun ¿verdad? Ya sabes, por el pasado que comparten en común y todo eso.
—¿Pasado en común?— preguntó TaeMin frunciendo el ceño.—¿JungKook y JongHyun se conocían desde mucho antes?
"Hay tantas cosas que no sabes de Jjong, TaeMin" la que pensó eso fue Karin más no lo dijo en voz alta y mejor optó por responder a su pregunta.
—Sí, te lo resumo: ambos eran luchadores clandestinos y un día se terminaron por enfrentar, JongHyun le ganó y... le rompió una pierna, entre tantas otras cosas muy crueles, ya sabes que él disfruta infringir dolor a sus oponentes.— TaeMin se tapó la boca, horrorizado y sin saber qué decir. Sí, él sabía que JongHyun disfrutaba torturar a las personas pero simplemente prefería omitir ese detalle a la hora de tratar con el castaño.—El caso es que MinHo terminó encontrando a JungKook medio moribundo y, por petición de DaeHyun, lo ayudó. Ahora Kook cree que le debe la vida a MinHo, por eso le es tan leal. Pero... también sé que siente resentimiento por Jjong y aunque es entendible su rencor, necesito asegurarme de que no haya llevado más allá ese rencor.
—Puedes investigarme todo lo quieras Karin, no tengo nada que ocultar de todos modos.— el pelinegro se notaba molesto más no nervioso.—Es verdad, siento un gran resentimiento por JongHyun por haber sido un sádico hijo de puta conmigo pero también soy lo suficientemente maduro como para entender que ahora estamos en el mismo bando y aunque sea un gángster, tengo principios.— Karin simplemente le sonrió, no esperaba menos del pelinegro.
—De acuerdo Kook, de todos modos dudo que hayas sido tú pero es necesario investigar a todos para descartar sospechosos.
—A pesar de trabajar en esto JungKook es una persona sumamente moralista, así que dudo que haya sido él.— dijo JiMin mientras se sacaba cera del oído con su dedo meñique, el pelinegro hizo una mueca de asco desde su posición.—Yo, sin embargo, soy de los que se pasa la moral por el forro así que... ¿yo no sería un potencial sospechoso? Además ya saben, la cereza sobre el pastel es que no soporto a MinHo.— sentenció soplando la cera seca de su dedo. TaeMin frunció el ceño desconcertado ¿por qué JiMin acababa de ponerse una soga al cuello él mismo?
—Es cierto que no toleras a MinHo e incluso cuando te lo propones, demuestras que tienes una gran inteligencia.— empezó a hablar la azabache.—Pero también es cierto que eres la persona más floja que conozco en todo Paradise. Así que dudo mucho que te tomes la molestia de pulir tantos detalles como los pulió el culpable.— JiMin no pudo hacer más sino soltar una gran carcajada y dar un par de vueltas en la silla giratoria en la que estaba sentado.
—Tienes razón, qué paja hacer todo lo que hizo ese tipo... o tipa, quién sabe.— respondió tirando su cabeza hacia atrás y TaeMin tuvo que tapar su boca para que nadie viera su sonrisa, siempre se divertía al oír las ocurrencias de ese rubio nalgón.
—Entiendes la gravedad de este asunto ¿verdad?— le preguntó JungKook a TaeMin y éste dejó de reír para asentir más serio.—El culpable puede estar aquí mismo, así que siempre debes andar con alguno de nosotros al lado.
—Yo sé cuidarme muy bien solo.— protestó el pelirrojo cruzándose de brazos.—No me pasé todos esos meses entrenando para que me sigan cuidando como lo hacían en la prisión, ya no soy un bebé.— las cejas del menor estaban muy juntas, realmente podías notar su molestia pero aún así se veía tierno.—Es más, incluso hice que el imbécil de Paek se orinara sobre sus pantalones en ese galpón. Así que por favor, no me subestimen.
—Nadie te está subestimando,Tae.— le respondió Karin rodando los ojos.—Pero debes entender que actualmente tú eres la debilidad de MinHo, así que sus enemigos irán directamente a por ti. Y por eso debemos protegerte, te guste o no no te guste.— sentenció y por su tono de voz podías deducir que no aceptaría réplicas.
—Ok, está bien.— asintió a regañadientes con los ojos en blanco.—Pero quiero tener un arma para sentirme seguro, no sólo mi navaja... un arma de verdad.— Karin le sonrió de oreja a oreja.
—Claro Tae, de hecho ahora mismo tengo una perfecta para ti.— dijo mientras se dirigía casi al final de ese cuarto, donde se hallaba un cofre de gran tamaño. La andrógina mujer se agachó, abrió el cofre con una llave que tenía oculta entre sus ropas y dentro habían un montón de armas diversas, con sus respectivos cartuchos para cargarlas. Sacó un arma de color negro inmaculado de tamaño compacto, perfecta para poder ocultarla entre las ropas. Luego de cargarla con sus respectivas balas y colocarle el seguro, Karin cerró el cofre nuevamente, guardando la llave entre sus ropas.—Toma, es una Glock 42 tamaño de bolsillo.— dijo mientras le entregaba el arma para salvaguardar su seguridad.
—Muchas gracias, Karin.— agradeció inclinando levemente su cabeza con una sonrisa en su rostro, escondiendo la pequeña pero letal arma en el elástico de su pantalón.
—No hay de qué.— respondió quitándole importancia.—Por cierto ¿a dónde irás?
—A casa de HyunBin.— todos fruncieron el ceño al oír ese nombre, a nadie le caía bien ese rubio engreído que se creía de la realeza o algo así.—Necesito saber cómo están mi madre y mi hermano.— TaeMin no tenía idea a dónde podía estar su celular, seguramente lo perdió cuando fue a ese galpón dos semanas atrás. Por ende, no sabía nada de HyunBin y la verdad es que tampoco tuvo ganas durante esos días de oír la voz un tanto irritante de su amigo. Esas semanas se la pasó completamente concentrado en sanar las heridas de MinHo.
—¿Con quién irás?— preguntó Karin acercándose y entonces TaeMin se sonrojó. Sentía que era un bebé o algo así, porque no le dejaban ir solo ni a la esquina.
—JongHyun se ofreció a llevarme.— todos se sorprendieron, puesto que el castaño no se despegaba por nada del mundo de Key.
—¿Se lo pediste tú? ¿y él simplemente aceptó?— le cuestionó la mujer anonadada y TaeMin negó con su cabeza.
—No, fue él mismo quien se ofreció a llevarme cuando le dije que iría. Yo traté de negarme varias veces pero al final terminé por ceder ante su insistencia.— la mirada de TaeMin se entristeció.—Le inyectaron un calmante a Key, para que pudiera dormir tranquilo mientras Jjong no está.
—Aún no puede dormir sin JongHyun a su lado ¿verdad?— Karin también se notaba triste, pues de todos ellos Key era quien menos merecía que le ocurriera lo que le pasó.
—Exacto, todo el tiempo está con miedo de que el tipo que lo violó vuelva y le haga lo mismo. Se la pasa casi todo el día temblando, llorando y aferrándose a JongHyun.— entonces una pequeña sonrisa de esperanza iluminó el semblante de TaeMin.—Aunque pronto comenzará su terapia y seguramente eso le ayudará a mejorar. Al menos los moretones y desgarros están casi curados en su totalidad.— justo cuando les iba a seguir contando los avances de Key, JongHyun hizo acto de presencia. Todos guardaron silencio y miraron lo devastado que se encontraba el guapo castaño.
Se notaba más delgado que nunca, aunque sus trabajados músculos seguían allí. Las bolsas y oscuras ojeras que tenía debajo de los ojos le daban un aspecto que denotaba cansancio, tenía la típica barba que te crece luego de lo afeitarte por tres o cuatro días, su piel estaba más pálida que nunca y, aunque se encontraba decentemente vestido podías saber que no se encontraba bien al ver sus ojos. Era la mirada de un cachorro angustiado porque su dueño se halla enfermo.
—TaeMin, vámonos.— su voz apenas sonó como un ronco susurro.
—Claro. Yo te sigo.— asintió el pelirrojo pero Karin habló antes de que se fueran.
—Jjong, luego quiero que hablemos sobre el posible...— no obstante fue interrumpida.
—¿Ya saben quién fue?— el castaño ni siquiera giró su cabeza para verla a la cara.
—No, aún no.— admitió avergonzada, a pesar de sus esfuerzos no habían dado con el culpable pero al menos habían avanzado algo o eso quería creer.
—Entonces no me interesa. Háblame de eso cuando sepas quién fue.— la indiferencia y arrogancia que JongHyun mostraba molestó a Karin más no dijo nada por respeto. Es decir, ella tenía empatía después de todo y entendía porqué Jjong actuaba así, él también estaba destrozado por todo lo que pasó.—Por cierto, te encargo a Key mientras yo me ocupo de llevar a TaeMin.— dijo mientras sacaba una llave rosada que tenía escondida en su pantalón, era de la habitación de la diva.
—Claro, yo lo cuido.— dijo mientras cogía la llave.—Vayan con cuidado y Jjong... trata de no desquitar tu rabia con HyunBin, sé que es un capullo pero solo contrólate ¿si?
—No prometo nada.— sentenció mientras escondía sus manos en los bolsillos de su pantalón y salía de esa habitación. TaeMin quiso replicar pero el perro no le dio tiempo, así que sólo suspiró resignado. Aún no entendía porqué a todo el mundo le caía tan mal HyunBin, incluido JongHyun.
—¿Dejaste a alguien a cargo de la seguridad de MinHo?— preguntó Karin a TaeMin y éste asintió.—¿De quién?
—De la mole. Él se me hace un hombre de confianza.— dijo con una bonita sonrisa adornando su rostro.—En estas dos semanas que pasé en Paradise... quienes más me han generado confianza además de ti han sido JungKook, JiMin, la mole y Rain.
—¿Y quién coño es Rain?— preguntó el rubio con el ceño fruncido.
—Un novato, tú fuiste uno de los que lo entrenó cuando entró a Paradise ¿no te acuerdas?— le preguntó JungKook.
—No, no me acuerdo. Mi mente sólo retiene datos importantes.— se justificó.
—Los nombres de tus videojuegos no son importantes y aún así los retienes.— susurró rodando los ojos.—Yo sí sé quién es Rain. Es el tipo de labios de salchicha.
—Sí, ese mismo.— asintió el pelirrojo feliz.—Es un buen chico y tenemos cosas en común, me cae bien.
—A mi también me cae bien la mole y realmente confío en él pero debemos entender que todos son sospechosos de traición ahora mismo. Así que trata de no fiarte 100% de nadie, Tae.— le aconsejó Karin y el menor asintió, serio.—Kook, JiMin.
—¿Si?— preguntaron al unísono.
—Vayan a la habitación de mi hermano, confío en la mole pero no lo suficiente.
—Aunque no lo hubieras ordenado, hubiese ido de todas formas.— sentenció JungKook mientras se encaminaba hacia la salida de ese cuarto, con la intención ir a vigilar la habitación de MinHo.—Nos vemos después.— fue lo único que dijo el pelinegro antes de irse.JiMin por su parte chasqueó la lengua mientras se levantaba de la silla giratoria y rascaba su nuca, exasperado.
—Jodida rata lamebotas.— susurró y se retiró de allí a regañadientes. TaeMin no pudo evitar soltar unas risitas, JiMin realmente le caía bien porque era tan gruñón que simplemente le causaba ternura.
—Bien, mejor me voy yo también o JongHyun se va a enojar.— dijo TaeMin y Karin asintió.
—Sí, yo iré a vigilar a Key. Hasta luego, Tae.— ambos se despidieron con un abrazo, TaeMin aún sentía raro que una mujer fuera más alta que él. Karin fácilmente rozaba los 1.80 y eso era algo que normalmente molestaba JongHyun, más a TaeMin sencillamente se le hacía curioso.
...
El trayecto en auto desde el cuartel hasta la mansión de HyunBin estuvo plagado de un absoluto silencio. TaeMin moría de ganas por hacerle muchas preguntas a JongHyun, sobre los avances de Key en esas dos últimas semanas pero por la rígida expresión de Jjong, podía suponer que no habían sido muchos avances sino retrocesos. Realmente esperaba que con el tiempo y la terapia la diva volviera a ser como era antes. Tan inmerso estaba en sus propios pensamientos, que no se dio cuenta cuando JongHyun estacionó el automóvil enfrente de la gran mansión.
—Ya llegamos.— avisó y entonces por fin TaeMin volvió a la realidad.
—Oh, de acuerdo. Muchas gracias Jjong, volveré enseguida.— dijo mientras se quitaba el cinturón de seguridad.
—Hey— captó su atención y el pelirrojo se sorprendió al ver que un leve rubor se dejaba entrever en las mejillas del castaño.—Perdón, por el golpe que de di aquel día. Estaba realmente enojado y simplemente me desquité contigo.
—No tienes porqué disculparte, fue mi culpa después de todo.— le restó importancia el pelirrojo, aunque no pudo evitar estar sorprendido de que JongHyun se disculpara. Es decir, teniendo en cuanto lo orgulloso que es el castaño, es normal que simplemente prefiera evitar el tema pero él mismo lo sacó.
—No, no está bien. No medí las consecuencias de mis actos y te hubiera seguido golpeando de no ser porque MinHo intervino.— las mejillas de Jjong se sonrojaron aún más.—Así que... ¿estamos en paz?
—JongHyun, nunca hemos estado mal. Yo no guardé resentimientos hacia ti por golpearme, pues sentía que lo merecía por actuar de forma tan caprichosa.— TaeMin le dedicó la más sincera de sus sonrisas y entonces el más bajo suspiró aliviado.
—Genial y entonces ahora que estamos en paz...— el sonrojo de Jjong se intensificó tanto que ya parecía una manzana madura y el menor frunció su ceño, desconcertado por el comportamiento extraño del castaño.—No le dirás a Key que te golpeé ¿verdad? Él realmente me matará si se entera.— pidió en un susurro casi inaudible más TaeMin lo escuchó. Entonces el pelirrojo no pudo evitar soltar una gran carcajada, haciendo que JongHyun ocultara su avergonzado rostro en el centro del volante.—¡No te rías! Esto es serio, cabeza de fresa insolente.
—Ok, Ok.— asintió limpiándose una lagrimilla a causa de la gracia que le daba toda esa situación.—Lo prometo, Jjong. No le diré nada a Key.
—Muy bien, gracias.— dijo aliviado mientras una tenue sonrisa surcaba su rostro, sin embargo desapareció al ver la fachada de esa mansión que tanto odiaba a su derecha.—Bien, entonces andando.— sentenció mientras se quitaba el cinturón de seguridad.
—¿A dónde vamos?
—Duh, pues a la mansión ¿a dónde más?
—¡¿QUÉ?!— chilló horrorizado. Enseguida comenzó a negar repetidas veces con la cabeza.—No, no. Tú no entrarás conmigo allí. Te quedarás aquí adentro del auto y me esperarás.
—Oh, claro que entraré contigo.— dijo abriendo la guantera del auto para sacar un arma de fuego y esconderla en su espalda baja, cubierta por su camiseta.
—¡¿Para qué demonios es esa arma?!— JongHyun simplemente se encogió de hombros.
—Por si las moscas.— TaeMin rodó los ojos, exasperado.
—Por favor Jjong, quédate aquí. Te juro que yo estaré bien, no hay peligro allí dentro.
—No importa lo que digas, entraré ahí quieras o no. Tú no conoces a ese imbécil de HyunBin y estoy seguro de que no va a reaccionar bien luego de que esfumaras por dos semanas.
—¿Dices que no lo conozco? Es mi amigo desde la infancia, así que claro que lo conozco. Eres tú quien no lo conoce, ni siquiera se han visto una sola vez ¿o si? así que deja de juzgar.
—No necesito verlo para saber la mierda que es.— TaeMin estaba confundido, es decir sí, HyunBin podía llegar a ser un grano en el culo si se lo proponía y era muy insistente pero jamás le haría daño a nadie ¿verdad?
—En serio Jjong, no es necesario que vengas conmigo, puedes quedarte en el auto. Estaré bien solo.— insistió una última vez más TaeMin, no obstante JongHyun volvió a negar.
—Ya te dije que no, debo acompañarte porque si algo malo te ocurre Key y MinHo seguramente me van a cortar las pelotas. Eres mi jodida responsabilidad, te guste o no. Así que sólo haz lo que te digo y deja de protestar, cabeza de fresa.— no era broma, JongHyun realmente sentía que ahora mismo la seguridad de TaeMin dependía completamente de él y si algo malo le pasaba, toda la culpa recaería sobre sus hombros.
¿Por qué? Pues porque al estar MinHo y Key incapacitados por las heridas para cuidar de TaeMin, JongHyun sentía que tenía la obligación de cuidar de él, nadie le había dicho directamente "cuídalo" pero él sentía que debía hacerlo. Normalmente no dejaría solo a Key por nada del mundo en Paradise pero bueno, era para llevar a TaeMin a la casa del psicópata de su medio hermano y además él confiaba lo suficiente en Karin como para dejar a Key bajo su vigilancia.
Suspirando resignado, TaeMin asintió no sin antes ver disimuladamente la ropa que tenía puesta el castaño ese día. Jeans claros rasgados y ajustados a sus fibrosas piernas, un par de cadenas que colgaban del mismo, botas militares que últimamente eran sus favoritas y una camiseta de tirantes negra con el símbolo de la anarquía como única decoración, dicha camiseta dejaba ver sus trabajados bíceps y todo en él gritaba "cuidado, chico malo". Joder, sólo esperaba que en la casa de HyunBin no se escandalizaran por el aspecto intimidante del castaño.
—Andando.— fue lo único que dijo Jjong antes de abrir la puerta del auto. TaeMin lo imitó y ambos bajaron del automóvil para dirigirse a esa mansión que tanto odiaba el mayor.
TaeMin tenía las llaves de la casa pero prefirió tocar a la puerta por educación. Quien lo recibió fue una de las mucamas, más al verlo enseguida abrió mucho sus ojos sorprendida y corrió a avisarle a HyunBin, quien no tardó en llegar corriendo hacia la puerta principal de la casa.
—¡TaeMin!— exclamó respirando de forma irregular por haber corrido desde el primer piso hasta allí.
—HyunBin, tanto tiempo.— fue lo único que le dijo con una sonrisa en el rostro. No obstante TaeMin frunció el ceño al ver que el semblante de su amigo se ensombrecía al ver a JongHyun, quien se hallaba parado justo a un lado del pelirrojo.
—¿Quién es este?— preguntó a la defensiva el rubio, fulminando con su mirada al castaño. Jjong le respondió con la misma hostilidad.
—¿Y a ti qué coño te importa?
—Dios, sólo hay que verlo y oírlo hablar para darte cuenta que es parte de la plaga de los barrios bajos, un don nadie sin educación ni futuro.— espetó HyunBin usando dos de sus dedos como un gancho para su nariz, como si JongHyun oliera mal o algo así (cosa que está muy lejos de la realidad) el castaño abrió la boca para mandarlo a la mierda pero TaeMin se le adelantó.
—¡HyunBin!— le gritó.—Te prohíbo que le hables así ¿qué rayos te pasa? ¿desde cuándo eres así de grosero?— le preguntó pestañeando repetidas veces, confundido al ver la verdadera faceta de HyunBin por primera vez.—Discúlpate con él, ahora.— exigió.
—¿Disculparme? ¿yo le tengo que pedir perdón a este resentido social?— espetó riendo.—Jamás pensé que una persona tan inteligente como tú pudiera enamorarse de un ex reo malhablado y sin futuro como él, TaeMin. Realmente estoy decepcionado de ti.— la mirada de HyunBin denotaba enojo y decepción a la vez.
—¿Enamorarse?— preguntaron al unísono JongHyun y TaeMin, ladeando su cabeza confundidos.
—Sí, tu madre ya me ha contado que andas saliendo con un tal MinHo. Es él ¿verdad?— dijo el rubio mirando con desprecio a un sorprendido JongHyun. Por su parte TaeMin estaba estupefacto, sin embargo enseguida reaccionó.
—T-te equivocas HyunBin, él no es...— no obstante TaeMin fue interrumpido.
—Jamás pensé que tuvieras tan mal gusto a la hora de elegir pareja, TaeMin. Al parecer te gustan los ex convictos, sin futuro ni educación, malhablados, con mal gusto a la hora de vestir y para colmo enanos.— eso último fue la gota que derramó el vaso. JongHyun podía ignorar muchas cosas pero no que se metieran con su mayor complejo: su limitada estatura. Sin pensarlo dos veces, atravesó el umbral de la gran puerta de aquella mansión y saltó como si fuera un león sobre su presa.
—Agrégale a tu lista "un experto en romper huesos"— le susurró mientras lo cogía violentamente del cuello, asfixiando a un asustado HyunBin quien no se esperaba semejante reacción por parte del castaño. Cuando el rubio, en un intento desesperado por respirar, trató de apartar las manos de JongHyun de su cuello, se dio cuenta de la fuerza que tenía el "pequeño gángster" y empezó a hiperventilar.
—¡Por favor JongHyun, detente!— exclamó TaeMin abrazando al castaño por detrás, haciendo fuerza para tratar de separarlo del rubio. No obstante y a pesar de que TaeMin había ganado fuerza a través de su entrenamiento con Karin (y que Jjong estaba debilitado por pasarse esas dos semanas cuidando de Key) seguía siendo nada al lado de la masa de músculos que representaba el castaño.
—Ya fue suficiente, JongHyun.— esa voz hizo que el castaño se detuviera y finalmente deje de asfixiar al más alto. Entonces HyunBin cayó de rodillas al suelo, tosiendo desesperado por respirar regularmente otra vez y TaeMin se separó de la espalda del más bajo para ver hacia el frente. Allí se encontraba un tipo de aproximadamente 50 años, con el pelo castaño lleno de canas, un elegante traje cubriendo su cuerpo y una mirada severa.
—¿Señor SeungHyun?— preguntó TaeMin ladeando su cabeza.—¿Cómo sabe el nombre de JongHyun?
—De tal palo, tal astilla.— empezó a decir Jjong cruzándose de brazos.—Tu hijo es detestable, igual que tú.
—Si empleamos ese dicho de forma general, tú también serías detestable ¿o no?
—Claro, yo soy un hijo de puta pero a diferencia de ustedes dos, no finjo ser alguien que realmente no soy.
—¿Qué es todo esto...?— preguntó TaeMin desconcertado, no entendía nada de lo que estaba pasando.
—Joder, no puede ser.— empezó a hablar HyunBin luego de recuperarse del intento de Jjong de asfixiarlo.—Papá, no me digas que él es...
—Sí, HyunBin. Él es JongHyun, tu hermano.
TaeMin dejó de respirar y se tambaleó hacia atrás. ¿Acaso había oído bien? ¿realmente SeungHyun dijo la palabra "hermano"? El anonadado pelirrojo miró a JongHyun esperando que el más bajo estuviera tan sorprendido como él lo estaba, no obstante el castaño permanecía completamente neutral aunque si veías bien podías ver que una vena se asomaba sobre su sien. Más que sorprendido se veía realmente enojado.
—¡¿Her-hermanos?!— exclamó el menor estupefacto, quería una explicación y la quería ya.
—Medio hermano.— aclaró Jjong con un gruñido.
—Alguien explíqueme, por favor.— pidió el pelirrojo mientras trataba de regular su respiración y recomponerse de la sorpresa inicial. Fue como si de la nada le hubieran tirado una cubeta con agua helada.
—Lo típico, en realidad.— empezó a hablar JongHyun y HyunBin comenzó a temblar, pues no quería que TaeMin supiera la verdad.—Ese hijo de puta de SeungHyun enamoró a mi ilusa madre con promesas falsas y palabras vacías.— TaeMin abrió los ojos sorprendido. Ahora entendía todo, eso quería decir que JongHyun y HyunBin compartían sangre por parte de SeungHyun.—Ya para ese entonces ese desgraciado estaba casado con esa bruja rubia, la madre de éste.— espetó apuntando con el dedo índice al rubio.—Así que básicamente estaba cometiendo adulterio y realmente daría lo que sea por ver su jodida cara cuando se enteró de que mi madre quedó embarazada de mi.— JongHyun le dedicó una sonrisa maliciosa a su padre y SeungHyun chasqueó la lengua molesto.—Entonces finalmente mi madre entendió que él sólo la veía como una aventura, pues cuando se enteró que quedó preñada, la mandó a la mierda. O mejor dicho... nos mandó a la mierda a los dos.
—¡Mi padre les daba sustento económico!— exclamó HyunBin, desesperado por defender a su abominable padre ante los ojos de un horrorizado y enojado TaeMin.
—¡Ja! ¿en serio eso fue lo que te dijo tu papi?— se mofó JongHyun mientras fulminaba con su mirada a su progenitor, causante de gran parte de las desgracias que vivió en su infancia.—Lo único que hizo fue darle un fajo de dinero a mamá para apartarla en cuanto se enteró de que estaba embarazada, dejándole bien claro que tenía esposa y que no iba a perjudicar su matrimonio por una aventura. Incluso le propuso abortar pero mamá decidió tenerme y mandarlo al carajo.
—¿Y qué se supone que debería haber hecho mi padre?— espetó HyunBin, con esa típica altanería que lo caracterizaba.—Obviamente que no iba a abandonar a mi madre, que es una mujer de buena familia, por tu madre que al igual que tú, pertenecía a los barrios bajos.— JongHyun abrió la boca para responderle pero TaeMin se le adelantó.
—En primer lugar, si el señor SeungHyun en serio amara a la señora Min, no le hubiera sido infiel con la madre de JongHyun.— empezó a hablar un encolerizado pelirrojo, era como si de un momento a otro le estuvieran quitando una gran venda de los ojos.—¿Así eres tú en realidad, HyunBin? Me decepcionas, en serio. No te reconozco.
—Espérate, que aún no termino. Escucha atentamente mientras te terminas de decepcionar de estas dos lacras.— prosiguió JongHyun con una media sonrisa de satisfacción y HyunBin lo fulminó con su mirada.—¿Dijiste que tu padre me dio sustento económico? Pues déjame decirte que si él te dijo eso, te mintió. Porque yo nunca vi un solo centavo que viniera de parte de ese desgraciado. Lo poco que tuvimos fue gracias al trabajo de mi madre y cada vez que ella amenazó a SeungHyun con ponerle una denuncia por ni siquiera pasarle la pensión alimenticia que por Ley debía darnos, él se reía en su cara diciéndole que tratar de denunciarlo le traería más problemas a ella que a él, pues era y es la cabecilla de una de las firmas de abogados más importantes de la ciudad.
—¡Está mintiendo, TaeMin!— exclamó HyunBin, con la frente perlada en sudor debido al pánico que sentía de perder al pelirrojo.—¡Papá, di algo!— sin embargo SeungHyun permanecía serio, sin decir una sola palabra.—¡Dile a TaeMin que él miente!
—Supongo que incluso una lacra como él siente vergüenza y no puede negar la verdad.— espetó JongHyun cruzándose de brazos. TaeMin por su parte estaba mudo, analizando toda la información que acababa de recibir y convenciéndome de que quien estaba hablando con la verdad ahí, era JongHyun. Es increíble cómo todos los caminos de ellos cuatro estaban conectados desde antes incluso que él pisara aquella prisión.—La única vez que mostró compasión fue cuando mi madre vino a él llorando, pidiendo su ayuda económica pues se había enfermado de cáncer.— una silenciosa lágrima cayó por la mejilla de TaeMin, quien miró fijamente a JongHyun. A pesar de ser un tema que realmente le afectaba, el castaño se mostró con toda esa entereza que tanto lo caracterizaba.—Él la ayudó durante un tiempo pero dejó de hacerlo cuando se dio cuenta que lo gastos irían en aumento, pues su enfermedad empeoraba conforme los meses pasaban.— TaeMin apretó tanto sus puños que sus nudillos adquirieron un color blanco e hizo rechinar sus dientes, colérico.
—¡Es un desgraciado!— explotó el menor.—¡Está forrado en dinero y aún así la dejó morir!
—Sí... la dejó morir y yo quedé huérfano a muy temprana edad. Pero preferí escapar de casa cuando ella murió para no ser adoptado por él y por ende criado por este trío de víboras. Y fue entonces que caí en aquel orfanato en el que conocí a... ya sabes a quiénes.— JongHyun prefirió no decir sus nombres enfrente de esos dos, aunque al parecer HyunBin ya sabía de MinHo.
—Escucha TaeMin... no importa lo que haya hecho mi padre. Yo en ese entonces era un niño, no sabía lo que él hacía y tampoco hubiera estado de acuerdo con su forma de actuar. Yo soy bueno, de verdad.— trató de justificarse, sin embargo JongHyun no se lo permitiría. Iba a hundir tanto al padre como al hijo y hacerle saber al pelirrojo la clase de hijos de putas que eran esos dos en verdad.
—¿En serio eres una buena persona? Porque yo recuerdo perfectamente lo que nos dijiste cuando mi madre y yo vinimos aquí a hablar con tu padre, esa fría noche de invierno.— HyunBin hizo crujir sus dientes, odiaba a JongHyun y realmente deseaba que se callara de una vez por todas.—Mi madre estaba en su lecho de muerte y vino aquí junto conmigo para pedirle a ese desgraciado que, cuando ella muriera, él se hiciera cargo de mí y ¿qué fue lo que nos respondió tu querido padre, HyunBin?
—No lo sé. No estaba ahí cuando eso ocurrió, nunca te vi ni a ti ni a tu madre.— respondió entre dientes y JongHyun sonrió, después de tantos años finalmente iba a obtener su venganza, le iba a quitar a HyunBin lo que más quería en el mundo aparentemente: el amor de TaeMin. Oh y podían dar por sentado que se iba a regocijar en la desdicha de su medio hermano segundo a segundo. Ese era un gran defecto de JongHyun, que era muy vengativo (aunque aquí entre nos, él no lo veía como un defecto y yo tampoco)
—Claro que estabas allí jodido mentiroso, incluso saliste como el mocoso engreído que eras y que sigues siendo, sólo para poder burlarte de nuestra condición humilde. Diciéndole a SeungHyun que nos diera limosna para entrar rápido a su calientita mansión y no contagiarse de ninguna peste que nosotros dos pudiéramos haber traído.
—¡Pe-pero tú te tiraste sobre mi y me golpeaste!— exclamó nervioso, buscando cualquier excusa para voltear la situación a su favor.
—¿No acabas de decir que no estuviste ahí ese día? ¿no afirmaste que jamás viste a JongHyun ni a su madre? HyunBin, ya deja de contradecirte y de mentir, que sólo causas grima.— sentenció TaeMin, con el semblante completamente serio y una mirada tan gélida que le heló la sangre al rubio. Ese no era para nada su cálido TaeMin, el inocente muchacho del cual se enamoró.
—Te golpee porque nos insultaste, imbécil.— le respondió el castaño con el ceño fruncido, luego prosiguió.—SeungHyun se burló de mi madre y de mi, alegando que yo no era ni sería jamás su hijo y que terminaría en un orfanato cuando ella muriera. Lo último que recuerdo es que me gritó "bastardo" antes de cerrarnos la puerta de su jodida mansión en nuestra narices. Y ya, eso es todo lo que tengo para decir.— finalizó al fin la trágica historia JongHyun y, lejos de sentirme mal como pensó que pasaría, se sintió liberado. Y feliz al ver que por fin le había quitado esa venda que tenía sobre los ojos TaeMin.
—Tae... yo no...— HyunBin no sabía qué decir o qué hacer pero el menor no quería oírlo.
Es más, no quería ni verlo. TaeMin imaginó el dolor por el que tuvieron que haber pasado un pequeño JongHyun y su madre enferma de cáncer por culpa de SeungHyun; sintió la humillación y los malos tratos en carne propia sólo con recrearlos en su mente y realmente sintió asco de esa gente que alguna vez consideró su "segunda familia" al fin y al cabo es verdad esa frase de «las apariencias engañan». Pues en esos momentos realmente sentía que su segunda familia estaba allá en esos edificios interconectados, en Paradise rodeado de todos esos gángsters que eran considerados plagas para la sociedad pero que sin embargo le habían abierto sus brazos cuando más lo necesitaba (Karin es el epítome viviente de la empatía y la solidaridad con los pares) y no en esa mansión llena de abogados fríos, egoístas, corruptos e hijos de perra, incapaces de reconocer y tenderle la mano a un hijo, a un hermano. Simplemente él no podía ni quería seguir viviendo en un lugar así y tampoco debían seguir allí su madre, ni su hermanito.
—¿Dónde están mi madre y mi hermano?— preguntó alto y claro, secándose las lágrimas de decepción que mojaron sus mejillas.—Me los voy a llevar, a ambos.
—¡NO!— exclamó desesperado HyunBin.—¡No puedes hacerlo!— replicó enojado.
—¡SÍ PUEDO Y LO HARÉ!— le gritó aún más enojado.—¡¿Dónde están, Min HyunBin?!— el rubio se encogió en su lugar, TaeMin jamás lo llamaba por su nombre completo... solamente cuando en serio estaba enojado.
—HaNeul no está aquí...
—¡¿Dónde está mi mamá?!— chilló el pelirrojo acercándose a zancadas hacia donde el rubio se hallaba parado.
—¡Internada en la clínica de mi madre!— le gritó y pensó premeditadamente antes de soltar las siguiente tóxicas palabras. Él estaba destrozado, así que le haría sentir de la misma manera al pelirrojo.—¡Su salud empeoró porque tú la abandonaste durante dos semanas por ir a follar con ese tal MinHo!— no obstante, HyunBin jamás se esperó que TaeMin le volteara el rostro de un puñetazo. El golpe fue tan fuerte e inesperado, que lo tiró al piso.
JongHyun silbó y aplaudió desde atrás. Fascinado al ver cómo un hilo de sangre descendía desde la nariz del sorprendido rubio hasta su mentón. SeungHyun también se quedó anonadado, jamás imaginó que un chiquillo debilucho como Lee TaeMin tuviera semejante fuerza y agallas.
—Incluso alguien tan ruin como MinHo, con una larga lista de delitos en su historial es mejor persona que tú y tu padre juntos. Porque él no finge ser alguien que realmente no es. Él fue honesto desde el principio conmigo, él siempre me dejó en claro que es un hijo de puta que me ama... pero tú.— TaeMin miró con desprecio a HyunBin, quien se hizo pequeño en el suelo viendo desde abajo al pelirrojo.—Tú simplemente no vales la pena, ahora me doy cuenta.
—Y por cierto, da por hecho que MinHo folla mucho mejor que tú.— se burlón JongHyun con los brazos cruzados, contento de ver la humillación de ese rubio, se lo tenía bien merecido después de todo. HyunBin lo fulminó con su mirada más el castaño lo ignoró olímpicamente.
—¡Kim JongHyun!— exclamó un avergonzado pelirrojo. El más bajo se encogió de hombros, restándole importancia.
—Ahora bien, si la madre de TaeMin está en una clínica ¿dónde está el mocoso?— preguntó JongHyun y todos voltearon a verlo.—Digo ¿dónde está el "bebé"?
—Sí, ¿dónde está BaeHyo?— preguntó TaeMin a HyunBin y éste suspiró, resignado.
—En su cuarto, durmiendo en su cuna.— respondió mientras se levantaba del suelo, agarrándose su nariz golpeada.
—De acuerdo, me llevaré a BaeHyo ahora mismo y después también pasaré por la clínica a por mamá.
—¡No pueden llevárselo! Este es su hogar, él está acostumbrado a esta casa.— trató de razonar HyunBin. Maldición, de un momento para otro su familia se estaba desintegrando y todo por culpa del malnacido de JongHyun. HyunBin realmente deseó que la madre de Jjong lo hubiera abortado cuando su padre se lo recomendó. Pero no, había nacido para joderle la vida a él.
—El hogar de BaeHyo es donde sea que yo esté.— sentenció el pelirrojo encaminándose hacia las escaleras del primer piso. No obstante, cuando TaeMin estaba a la mitad de las escaleras, JongHyun finalmente habló.
—Mientras tanto, yo me encargaré de darle la paliza que se merece a SeungHyun.— dijo sonriendo ladino, haciendo crujir sus fuertes puños.
—Muy bien, esto ya es más que suficiente.— susurró el canoso hombre mientras chasqueaba sus dedos.—No te equivoques, JongHyun. Con los años me he dado cuenta que sí me pasé un poco de la raya y por eso aquel día dejé que me golpearas afuera de mi propia casa. Incluso ahora, te permití que te desahogaras tanto como quisieras sin decir una sola palabra pero... ya estuvo bien, no permitiré más golpes y/o insultos contra mi o contra HyunBin.
Automáticamente el más leal de sus guardaespaldas (y el único que ese día brindaba su servicio a la familia) salió de entre las sombras y apuntó a JongHyun con un arma. El castaño lejos de asustarse más bien frunció el ceño molesto porque arruinaran su diversión. El guardaespaldas de SeungHyun había estado todo ese tiempo escondido detrás de una de las elegantes y gruesas columnas blancas que poseía la mansión de los Min. Pero sabía que sólo debía actuar si su jefe SeungHyun chasqueaba los dedos.
—Ahora bien, vamos a hablar y razonar como personas civilizadas.— empezó a hablar SeungHyun mientras se acercaba a un cabreado Jonghyun. HyunBin por su parte sonreía, al fin las cosas estaban mejorando para él.—Podemos llegar a un acuerdo sin necesidad de usar la violencia ¿no lo crees?
—No, no lo creo.— pero quién dijo eso no fue JongHyun sino TaeMin. Cuando todos giraron sus cabezas hacia las escaleras, el pelirrojo ya había sacado su nueva arma, le había quitado el seguro y disparó directamente a la mano del guardaespaldas que apuntaba a JongHyun, atravesando la mano del sujeto con la bala y haciéndolo gritar de dolor en ese mismo instante. Obviamente el tipo soltó el arma y Jjong aprovechó ese momento para correr hacia donde había caído el arma de fuego y la cogió, apuntando con una sonrisa victoriosa a su propio padre. SeungHyun no podía creer lo que estaba pasando, era simplemente hilarante ¿desde cuánto el pequeño e inocente TaeMin sabía golpear y disparar armas de fuego con tanta jodida precisión?
—¿Quién diablos es ese tal MinHo en realidad?— preguntó mientras levantaba los brazos, al igual que un asustado HyunBin.—¿En qué carajo trabajan ustedes dos?
—Sólo te diré que mi venganza no será darte un par de ostias, "papá".— espetó con desprecio mientras disparaba el suelo, muy cerca de los pies de SeungHyun, éste último casi se orina en sus pantalone por el susto.—No, eso sería demasiado poco y en un par de meses te habrás curado completamente.— la sonrisa de JongHyun hizo temer lo peor a SeungHyun.—TaeMin, ¿qué crees que les duele más que le toquen a las bestias ambiciosas y avariciosas como este infeliz?
—Creo que es el dinero.— respondió el pelirrojo con el mentón apretado, enojado por los juegos sucios de SeungHyun. Joder, que acepte las consecuencias de sus actos.—Digo, ya que prefirió dejar morir a la madre de su propio hijo con tal de no darle unos cuantos wones más para su tratamiento, que para la fortuna que él tiene no representaban nada en realidad.
—Dicen que los que más tienen, son los que menos quieren dar ¿verdad?
—Sí y SeungHyun es una clara muestra de eso.
—Entonces quizás si se queda sin nada, pueda aprender a ser más solidario y menos avaro.
—¡Ja!— se burló SeungHyun, ahora sabemos de dónde sacó HyunBin su altanería.—Como si ustedes dos pudieran dejarme a mi en bancarrota, antes los meteré a la cárcel para que se pudran allí. Es ahí donde realmente pertenecen las ratas como ustedes.— pero se calló la boca cuando una bala impactó directamente contra su pie, haciéndolo chillar de dolor y caer de cuchillas al suelo.
—¡Padre!— exclamó el rubio más se quedó quieto al verse apuntado por JongHyun.
—¡No saben con quién se están metiendo!— exclamó SeungHyun tapando con sus manos el agujero de su pie.
—¡TaeMin, ve a por el crío!— gritó JongHyun y el menor asintió. Terminó de subir las escaleras y se dirigió directamente a la habitación de su hermanito.
—Al contrario SeungHyun, tú no sabes con quién realmente te estás metiendo.— susurró JongHyun y el canoso hombre bufó, sin creerle nada.—El sujeto que te puede dejar en la mierda literalmente... es un político de alto rango. De mucho más rango que tú.
—Estás mintiendo.— sentenció indiferente.
—Piensa lo que quieras, igual tarde o temprano te tocará tu hora. Y no de morir sino de saber lo que se siente no tener nada. Ansío que llegue ese día y entonces realmente me habré vengado de ti.
—¡Un don nadie como tú jamás podrá arrebatarme todo! ¡Jamás!
—Oh pero este don nadie ahora es amigo de gente con más poder que tú, SeungHyun.— sin dejar de apuntarlo, JongHyun le sonrió con malicia, anticipando el semblante de espanto que pondría su progenitor.—Papá, sé que tú te riges muy en lo "legal" ¿verdad?— un gruñido fue la única respuesta que recibió.—Pero estoy seguro que sabes o, al menos intuyes, quién se dice que creó a las dos peores mafias de Corea ¿verdad?— entonces el color abandonó por completo la cara de SeungHyun, quien abrió desmesuradamente sus ojos y también su boca. No podía creer lo que acababa de oír. Debía ser una jodida mentira, su bastardo no podía estar vinculado y haber entablado cualquier tipo de amistad con ese sujeto tan peligroso y poderoso, incluso encubierto por el mismo gobierno coreano.
—Choi BaekHo.— susurró para sí mismo, en un hilo de voz inaudible pero JongHyun supo lo que dijo al leer sus labios y sonrió complacido. Esa era exactamente la cara que deseaba ver en su padre ese día, un semblante que denotara pánico y miedo a caer en la mierda tarde o temprano.
—Bingo.— asintió JongHyun mientras oía bajar por las escaleras a TaeMin, quiero traía alzado a un regordete bebé en sus brazos y una enorme pañalera celeste colgando de sus hombros.
—Nos veremos pronto, SeungHyun.— dijo bajando el arma. Entonces HyunBin corrió rápidamente a auxiliar a su padre.—Esto no se acaba, hasta que tú acabes donde mereces estar: en la inmundicia.— le juró mientras se daba la vuelta para irse, ya estaba harto de esa mansión y quería volver a casa, con Key.
Los adorables balbuceos de BaeHyo opacaban toda la tensión que había en ese ambiente. El bebé simplemente estaba feliz de tener, luego de tanto tiempo, de nuevo a su amado TaeMin cogiéndolo en brazos. El pelirrojo moría por sonreírle a su hermano pero no lo haría hasta salir de esa mansión, no debía mostrarse débil frente a esos dos. No obstante, cuando TaeMin estaba por salir de esa casa, HyunBin entre sollozos lo llamó una vez más. A TaeMin le dolió ver al rubio así pero ¿cómo creer en él a partir de ahora? Le había mentido, se había mostrado ante él todos esos años como un ángel y en realidad era un reverendo hijo de puta que le dio la espalda todos estos años a su propio hermano.
—TaeMin... debes perdonarme, por favor.
—Ahora no puedo hacerlo, quizás algún día lo haga.— le respondió sin siquiera voltear a mirarlo.—Pero ahora mismo siento rabia hacia ti y sobre todo hacia tu padre. JongHyun es un gran hombre, no merecía el vil trato que le dieron, ni mucho menos su madre enferma.
—TaeMin... yo te amo ¿tú me amas? ¿algún día me amarás?— preguntó entre sollozos, obviando a JongHyun y a esa mujer. Después de todo, a HyunBin realmente ni le importaban y tampoco sentía arrepentimiento.
—No, HyunBin. No te amo.— eso fue como una daga clavándose en el corazón de HyunBin.—Y tampoco te amaré nunca, porque amo a MinHo. Sólo acéptalo de una vez por todas.
Y entonces se fue, abandonó finalmente esa mansión en la cual vivió muchos meses. BaeHyo no se mostraba triste ni mucho menos, es más, TaeMin podría jurar que vio un brillo resplandeciente en los ojos del bebé. TaeMin sabía que se venían cosas nuevas y además, ahora sí MinHo ya no tendría más excusas y por fin conocería al pequeño castaño. El sólo hecho de imaginar la familia feliz que formaría con MinHo y BaeHyo, hizo que todo lo malo se esfumara de su mente. El pelirrojo se subió al auto, JongHyun arrancó y BaeHyo arrugó fuertemente con sus manitas la sudadera de TaeMin, como si no quisiera que lo volvieran a separar de él nunca más.
...
...Continuará...
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