¿Desenlaces?
¡Hola! Acá les dejo un regalo de año nuevo ♥ oigan en serio, ya se está por cumplir 5 años desde que empecé a publicar esta historia en AY, allá por el 2014. Tal como lo dice el título de este capítulo, las cosas ya se están destapando y según mis cálculos a UP le queda poco para terminar. Muchas gracias por haber apoyado mi historia a través de los años, meses, semanas o días, realmente lo aprecio :') ♥ En fin que me pongo sentimental y tampoco es el caso. Disfruten de este nuevo capítulo, por favor!
...
Había pasado más de un mes desde que TaeMin se mudó oficialmente junto con BaeHyo y su madre a Paradise. El pelirrojo se sentía dichoso pues aunque estaba rodeado de gángsters todo el tiempo, Paradise le transmitía muchísima más seguridad de la que alguna vez le transmitió la mansión de HyunBin.
No obstante, MinHo era un caso aparte. Él no se sentía para nada a gusto con la presencia de esos nuevos dos intrusos en las instalaciones que consideraba su hogar. TaeMin estaba enojado con el platinado pues luego de aquella caótica vez en la que MinHo conoció finalmente a BaeHyo, el gángster había llenado adrede su agenda para pasar la mayor parte del tiempo fuera de Paradise. El pelirrojo apenas lo veía en las noches y no había conseguido hacer que MinHo se dignara a charlar con su HaNeul, quien insistía en conocer a su yerno. TaeMin sabía que a su pareja le costaba horrores socializar con gente ajena a su mundo pero carajo, al menos que lo intentara por él.
El pelirrojo se pasó la primer semana recorriendo las instalaciones de Paradise que sinceramente parecían un laberinto. Trató de memorizar los cientos de pasillos y pasadizos secretos que poseía; fracasando horriblemente en el intento aunque no desistió, pues al fin y al cabo tenía todo el tiempo del mundo para recorrer a profundidad ese enorme complejo que de ahora en más sería su hogar.
La verdad es que TaeMin pasó la mayor parte de su tiempo haciéndole compañía a HaNeul, cuya recuperación fue casi inmediata ni bien salió de esa maldita mansión en la cual la envenenaron durante meses. Durante esas semanas, el menor extrañó mucho pasar interminables horas cuidando de BaeHyo pero desde que Key conoció al bebé, no se quería separar de él por nada del mundo llegando incluso a ignorar a JongHyun. Tanto el castaño como el pelirrojo se sintieron completamente relegados al principio pero luego entendieron que BaeHyo le estaba haciendo muy bien a KiBum y que gracias a ese tiempo que pasaban juntos, la diva se estaba recuperando de forma extraordinaria con cada día que pasaba. En esas semanas que Key se la pasó cuidando del pequeño BaeHyo, se recuperó lo que no pudo recuperarse en semanas de terapias y de estar acostado llorando en su cama rodeado por los brazos de JongHyun.
Sinceramente al principio Jjong se sintió celoso de BaeHyo pero después entendió que sentir celos de un bebé era patético incluso para alguien como él, que era el rey de los celosos cuando de KiBum se trataba. Así que en lugar de enojarse en vano y sentirse relegado, se unió a su ahora nuevamente rubia pareja para tratar de cuidar del niño. En esas semanas, JongHyun comprendió lo bien que el mocoso le hacía a KiBum e incluso él también le empezó a coger algo de cariño al crío (aunque sólo un poquito) y le agradeció a TaeMin por haber traído a BaeHyo justo en el momento más oportuno.
Durante la última semana de aquel mes, TaeMin se sintió más frustrado e impotente que nunca. Pues no podía pasar tiempo con BaeHyo porque KiBum y JongHyun se habían adueñado del niño. Su madre no paraba de insistirle que traiga a MinHo para que hablara con ella pero ese gángster cobarde que tenía como pareja no se dejaba ver en todo el día y sólo aparecía a las 12 am para hacerle el amor antes de dormir. Y es que ya ni siquiera Karin le prestaba atención ni lo entrenaba, porque estaba intentando llevar su relación con Cheonsa a otro nivel y él salía sobrando en esa ecuación. Ni siquiera contaba con la compañía de la mole pues el calvo gángster acompañaba a MinHo en la mayoría de "negocios" que debía cerrar. Las únicas personas que le prestaban atención a TaeMin eran dos gángsters extraños que habían sido mandados por MinHo a cuidarlo. Sí, esos tipos andaban armados y seguían a TaeMin a todas las malditas partes a las que fuera. Y no, no eran JungKook y JiMin pues ellos estaban ocupados ayudando a Karin en no sé qué cosa. TaeMin se sentía solo y enojado.
Sin embargo, el último día de aquel mes finalmente explotó. Estaba harto de que el platinado escapara como un cobarde, él mismo había ido a conocer sin titubear a Choi BaekHo aún sabiendo que era un capo de temer, así que ¿por qué MinHo daba tantas vueltas para charlar con su madre quien era un amor de persona y no le haría ningún daño? Entonces TaeMin decidió llamar a MinHo aunque éste estuviera trabajando y ponerle un ultimátum: o venía ese mismo día bien aseado a charlar con su madre o él cogería sus maletas y se irían los tres a alquilar un piso lejos de ahí. Sí, podía sonar exagerado pero al parecer MinHo sólo reaccionaba con amenazas.
Y tal como lo pensó, el platinado aceptó conocer a HaNeul sólo cuando él lo amenazó con irse de allí. TaeMin finalizó la llamada con una sonrisa triunfadora adornando su rostro y los gángsters que lo custodiaban se miraban las caras entre sí sorprendidos. Lo que pasó es que cuando llamó a MinHo sin querer TaeMin presionó el botón de altavoz y ambos tipos oyeron toda la conversación se su jefe con ese chico pelirrojo. A los subordinados de MinHo aún les sigue impresionando lo fácil que TaeMin manipula al ex mandamás pero nadie se atrevía a burlarse o abrir la boca por temor a las represalias. No obstante el pelirrojo no prestaba atención a nada de lo que ocurría a su alrededor, sólo estaba feliz de que ese día su MinHo finalmente conociera a HaNeul y sólo rogaba que no la cagara como siempre lo hacía.
...
Karin estaba intercalando su oscura mirada entre la fotografía que tenía en su mano y la cara horrorizada del hombre que se hallaba atado sobre una silla de madera. En esos momentos se encontraban en un galpón que Paradise usaba normalmente para torturar y sacar información a sus enemigos o rivales, un poco lejos de la urbanización. El sujeto en cuestión además de estar atado con cuerdas a una silla, tenía el cañón de un arma de fuego justo encima de su sien izquierda, quien sostenía esa pistola no era nadie más que JungKook. Al lado de la azabache se encontraba también JiMin, quien examinaba un puñado de papeles que tenía entre sus manos.
—No sólo te cambiaste el nombre sino también el rostro con cirugía estética.— sentenció Karin al no encontrar ninguna similitud entre ese hombre que tenía enfrente y la fotografía que tenía entre sus dedos. En la misma no sólo se hallaba ese sujeto sino dos personas más, a una de ellas Karin conocía muy bien pero a la otra no llegó a conocer.
—Es obvio que tú no tienes ni dónde caerte muerto, así que es imposible que hayas hecho todo eso solo y que encima burlaras así como así a Ley.— continuó JiMin, apartando su vista de los documentos que estaba leyendo.—Yo que tú colaboraría si no quieres que las cosas se pongan realmente jodidas.
—¡Po-por favor!— suplicó el hombre completamente lastimado, debido a todos los golpes que le dieron cuando lo secuestraron.—¡Yo soy inocente! ¡fue Lee TaeMin!— entonces recibió un golpe en la cabeza por parte JungKook, quien lo golpeó con la culata de su arma.
—¡Deja de mentir y habla de una puta vez!— exclamó enojado el de lentes, ya estaba harto de que ese tipo insistiera con que él no había hecho nada.
—No te conviene hacerlo salir de sus casillas.— le aconsejó JiMin, refiriéndose al normalmente tranquilo Kook.—Puede ser llegar a ser muy cruel cuando pierde la paciencia.
—Por quinta vez...— empezó a decir Karin con la paciencia colgando de un hilo mientras se acercaba lentamente a donde el hombre se encontraba sentado.—¿Quién te ordenó hacerlo, Young? Es la última maldita oportunidad que te doy para hablar.
Sí, ese tipo al que estaban interrogando era nada más y nada menos que Young, el psicópata que asesinó a Yun e inculpó de ese horrible crimen a TaeMin. Y no, ellos no lo estaban investigando por órdenes de MinHo o del propio pelirrojo, más bien Karin había decidido hacerlo por Cheonsa. Y es que en plena etapa de conquista, la azabache vio llorar un día a la pelinegra y cuando Cheonsa le contó que lloraba porque extrañaba mucho a su hermana, entonces Karin se propuso encontrar al verdadero asesino de Yun para matarlo con sus propias manos, al hacer eso pretendía por lo menos darle un poco de consuelo a Cheonsa. Ella haría justicia en nombre de su futura chica.
Sin embargo, cuando finalmente encontró al desgraciado con la valiosa ayuda de JiMin y JungKook, los tres se dieron cuenta de que ese sujeto escondía mucho más de lo que aparentaba a simple vista. Fue entonces cuando al fin Karin contactó con su hermano para informarle todo lo que estaban haciendo por su propia cuenta y también lo que habían averiguado; MinHo al enterarse no hizo más sino darles luz verde para que ellos tres hicieron lo que creyeran pertinente hacer con ese tipo pero les dijo también que al final lo dejaran con vida, pues sería el mismo TaeMin quien decidiría cómo matarían a ese infeliz. Karin acató las órdenes de MinHo y en esos instantes se hallaban tratando de sacarle información a un aterrado Young.
—Y-yo... lo hice porque necesitaba el dinero.— reveló finalmente en un susurro, no obstante debido a la amplitud de aquel galón, aunque susurres todo se oye claro gracias al eco.
—¿Quién te pagó para que asesinaras a la chica e incumparas a Lee TaeMin?— preguntó JungKook mientras presionaba el cañón de su arma contra la cabeza de Young.
—U-Un tipo rubio y un se-señor... yo no sé nada más. Lo juro.— les reveló entre lágrimas mientras hiperventilaba, sabiendo que su fin se acercaba.
—JiMin.— fue lo único que dijo Karin mientras extendía su mano hacia el rubio, quien se limitó a asentir.
—Lo sé, toma.— dijo antes de pasarle dos fotografías que se hallaban entremezcladas con los papeles que tenía en sus manos.
—¿Fueron estos tipos los que te pagaron?— preguntó Karin enseñándole a Young esas dos fotografías. Los rojos ojos del sujeto se abrieron sorprendidos al ver esos rostros que hacía meses no veía y asintió con euforia.
—¡Sí, fueron ellos dos!— entonces Karin volvió a entregarle a JiMin las fotografías para que las guardara.
—Bien ¿qué más te dijeron aparte de que mates a Yun e incumpes a TaeMin?
—Nada más...— empezó a decir Young dubitativo, tratando de forzar sus recuerdos.—Sólo me dieron mucho dinero para que pueda cambiar mi nombre e incluso mi cara, me dijeron que me mudara lejos de Seúl y que nunca más volviera. También me prometieron que aunque dejé muchas huellas dactilares en incluso ADN en la escena del crimen, ellos se encargarían de que yo saliera sin cargos y que toda la culpa recaería sobre Lee TaeMin.— entonces los ojos de Young se abrieron desmesuradamente, como si hubiese recordado algo importante.—¡Oh, cierto! La última orden que me dieron fue que me dirigiera hasta la prisión para visitar a Lee TaeMin y que me burlara de él, el rubio me especificó que debía hacerlo sentir miserable. Eso fue lo último, después sólo me amenazaron diciéndome que si llegaba a abrir la boca y decir algo, ellos me matarían.
—¿Eso es todo? ¿no recuerdas nada más?— preguntó Karin cruzándose de brazos.
—No, nada más. Lo juro. Por favor... piedad.
—Kook, hazlo dormir.— dijo JiMin y el pelinegro asintió aliviado, golpeando muy fuerte a Young con la culata de su arma con la intención de noquearlo al instante.
Una vez que Young cayó en la inconsciencia, Karin llevó sus manos hasta su oscuro cabello y lo jaló un par de veces molesta. Por su parte JiMin hizo todos los papeles y fotografías que había recolectado a un lado, para después suspirar profundamente un par de veces. Y JungKook enfundó nuevamente su arma de fuego en su cintura, agradeciendo mentalmente que por fin ese interrogatorio haya llegado a su fin; pues sencillamente no toleraba a Young y muchas veces estuvo a punto de matarlo por tanto lloriqueo absurdo que hizo.
—Joder, sabía que HyunBin y su padre apestaban pero tampoco pensé que tuvieran tanta mierda como para parar un camión.— espetó Karin una vez que se tranquilizó, realmente estaba muy enojada aunque intentaba calmarse. Si de ella sola dependiera, iría ahora mismo a esa mansión para matar a ese rubio y a su padre pero sabía que eso no le incumbía a ella sino a JongHyun, a TaeMin y a la misma Cheonsa.
—Min SeungHyun abandonó tanto a la madre de JongHyun como a él y lo dejó desamparado una vez que quedó huérfano.— empezó a decir JiMin y los otros dos lo escucharon.—HyunBin envenenó por meses a la madre de TaeMin con la clara intención de matarla y deshacerse de ella.— continuó, colocando los documentos que había recolectado sobre una vieja mesa de madera que había en ese galpón.—¿Y ahora esto? ¿es en serio?
—La lista de pecados que los Min tienen sobre sus hombros es interminable.— agregó JungKook y entonces una sonrisa torcida adornó su rostro.—Y es terriblemente irónico que justamente sea una respetada familia de abogados.
—Pero sigo sin entender porqué HyunBin quería mandar a la prisión a TaeMin.— dijo JiMin encogiéndose de hombros.—Entiendo que haya mandado a matar a Yun pues al fin y al cabo estaba obsesionado con TaeMin pero ¿mandarlo a cárcel?
—Tampoco lo entiendo.— se sinceró Kook y entonces fue Karin quien habló.
—Según tengo entendido, desde el principio HyunBin le dijo a TaeMin que lo sacarían de la cárcel.— empezó a decir mientras miraba fijamente a un inconsciente Young, empezando a atar cabos.
—Entonces ¿por qué jamás lo sacó sino hasta un año después?— preguntó el rubio, ladeando un poco su cabeza.
—Porque TaeMin siempre rechazó sus ofertas.
—¿Por qué rechazaría ser puesto en libertad si era y es inocente del crimen del que se le acusó?— cuestionó JungKook con el ceño fruncido.
—Por MinHo.— sentenció Karin y tanto el rubio como el pelinegro fruncieron aún más sus ceños.—Al principio, rechazó las ofertas de libertad que HyunBin le ofreció por el trato que había hecho con MinHo y luego las siguió rechazando porque se enamoró de mi hermano, simplemente ya no quería salir de la cárcel si eso significaba separarse de él. Solamente aceptó ser liberado con la ayuda de HyunBin por la trágica muerte de sus hermanos y porque su madre lo necesitaba.
—Espera, espera.— la paró JiMin haciéndose para atrás su rubia cabellera, su frente ya se encontraba perlada a causa del sudor.—Estás diciendo que... ¿HyunBin metió a TaeMin en prisión para luego hacer el papel de salvador al sacarlo de ahí? ¿estás hablando en serio?— Karin se encogió de hombros mientras asentía levemente con la cabeza.
—Sólo necesitas analizar un poco la personalidad narcisista y ególatra que tiene ese sujeto para darte cuenta de que efectivamente puede llegar a hacer esa estupidez y muchas más con tal de "enamorar" a TaeMin.
—Está malditamente enfermo de la cabeza.— espetó JungKook asqueado.—Debemos informarle de esto a MinHo.
—Sí, andando.— asintió Karin.—Llevémonos a Young hasta Paradise, ahí mi hermano junto con TaeMin decidirán qué haremos con él.
—De acuerdo.— dijeron JungKook y JiMin al unísono.
...
La tensión en esa habitación era tan densa que se podría cortar con un cuchillo. TaeMin se encontraba nervioso, jugando con sus pequeños dedos mientras que por su parte MinHo se hallaba completamente rígido ante la curiosa mirada de HaNeul. Sí, luego de ser amenazado por su pareja el gángster se aseó, se puso su mejor traje con corbata incluida (la odiaba) e incluso peinó cuidadosamente su plateado cabello hacia atrás con gel. Hizo todo eso para lucir impecable y parecer una persona decente ante los ojos de la madre de TaeMin; joder, sólo esperaba que el pelirrojo le pague con una buena sesión de sexo salvaje con disfraces eróticos incluidos una vez finalizada semejante tortura.
—Entonces tú eres...
—Yo soy...— el azabache iba a decir su nombre pero TaeMin lo interrumpió.
—¡Park MinHo!— exclamó y el platinado hizo su mayor esfuerzo para no fruncir su ceño ¿incluso había mentido al decirle su nombre completo? Joder.
—Park MinHo, el novio de mi pequeño TaeMin.— susurró la mujer con una amable sonrisa. A pesar de estar en sus cuarenta, HaNeul era naturalmente hermosa y al verla MinHo entendió de dónde heredó su belleza el pelirrojo.
—Es un placer conocerla, señora.— respondió MinHo haciendo una reverencia. TaeMin no pudo evitar abrir sus ojos sorprendido, pues era la primera vez que veía a su vulgar pareja tratar cortésmente a otra persona.
—¡Oh, por favor tutéame que me haces sentir vieja!— exclamó una sonrojada HaNeul. Ella imaginó que el novio de su hijo sería guapo por todas las cosas que le contó sobre él pero MinHo realmente superó sus expectativas. Su hijo tenía buenos gustos a la hora de elegir a hombres, la verdad.—No sólo eres guapo sino también muy educado. Al parecer TaeMin se sacó la lotería contigo, muchacho.
—Todo lo contrario, yo me saqué la lotería cuando mi camino se cruzó con el de él en aquella prisión.— el pelirrojo no pudo evitar sonrojarse y desviar su mirada. En serio jamás esperó que MinHo fuera tan buen actor.
—¡Oh, eres tan encantadoramente halagador!— chilló HaNeul sin poder contener más su emoción, pues su yerno le estaba cayendo excelentemente bien.—Y al parecer también eres muy trabajador ¿verdad? Pues he querido charlar contigo desde hace semanas pero TaeMin siempre me dice que estás trabajando.— cuando oyó la palabra "trabajo" una gotita de sudor frío se asomó sobre la sien del ex mandamás. Mierda, no quería hablar sobre ese tema porque podría cagarla.—Cuéntame más de tu trabajo, MinHo.
—Ay no...
—¿Disculpa?
—Digo, que hace calor.— se justificó rápidamente, secando con la palma de su mano las gotas de sudor frío que perlaron su frente.—TaeMin, prende el aire acondicionador por favor.— el pelirrojo se limitó a hacerle caso pero tragó grueso, sólo esperaba que su pareja no metiera la pata.
—TaeMin sólo me comentó que tenías un gran negocio de bienes raíces y que este lugar donde estamos son las instalaciones principales.— empezó a decir HaNeul con una gran sonrisa adornando su rostro. El pelirrojo encendió el aire, tal como su pareja se lo pidió.—Pero no me dio más detalles.
—Pues bien... he estado muy ocupado porque mis agentes y yo hemos cerrando un negocio con un empresa extranjera, del sudeste asiático.— bueno, eso al menos no era del todo falso.—Estuvimos negociando una y otra vez el precio final al cual venderemos un terreno en Gangnam, pues allí quieren construir un rascacielos que servirá como su sede central.— bueno, eso sí era una mentira pero se felicitó a sí mismo por capacidad para inventar historias. Al ver el semblante asombrado de HaNeul suspiró aliviado pues al parecer la mujer le creyó.
—¡Es increíble! Entonces ¿pudiste cerrar el trato a un buen precio?— MinHo se limitó a asentir con la cabeza, obligándose a sonreír amablemente como casi nunca lo hacía.—¡Felicidades! A ti y los agentes que te ayudaron a cerrar el negocio de la mejor manera posible.— entonces el ceño de la mujer se frunció levemente.—Por cierto, la verdad es que tus agentes dan un poco de miedo... ya sabes por la cantidad de tatuajes que tienen y el constante el ceño fruncido ¿está bien que trabajen luciendo así? ¿no espantan a los clientes?— MinHo tragó grueso y deseó con todas sus fuerzas huir de ahí. Estaba harto de fingir pero todo lo hacía por su TaeTae, al menos por una vez no quería cagarla y sobre todo no quería decepcionarlo.
—Pues... la verdad es que yo no tengo tatuajes ni me terminan de agradar.— se sinceró, por primera vez.—Pero ya sabe cómo es la juventud de hoy en día, muchos disfrutan hacerse tatuajes y ya no los suelen tapar como antes.— carraspeó levemente y sonrió de oreja a oreja, HaNeul se maravilló con la sonrisa resplandeciente que poseía el platinado.—Pero ninguno de nuestros clientes se espanta pues cuando se trata de negocios, mis agentes están obligados a usar trajes como el que yo llevo puesto ahora que cubran completamente los tatuajes que tienen en sus cuerpos. Aún así, me disculpo en nombre de ellos si ver sus tatuajes le causó algún malestar.— se disculpó haciendo una reverencia. TaeMin estaba de piedra ¿realmente ese era su MinHo? ¡No lo reconocía!
—¡Oh, por favor no te disculpes!— exclamó una avergonzada castaña.—Yo soy quien debería disculparse, no es correcto jugar a alguien únicamente por cómo luce. Estoy segura de que los agentes que están bajo tu mando son muy buenas personas.— MinHo mordió la parte interna de su mejilla para no reírse y se limitó a asentir con su cabeza. O él era muy buen actor o HaNeul era demasiado ilusa.
—Me hace feliz saber que le está dando el beneficio de la duda a mis agentes a pesar de su aspecto intimidante. Ahora sé de dónde TaeMin sacó los valores que tiene.— la mujer nuevamente se sonrojó y entendió porqué su hijo se había enamorado perdidamente de MinHo. Es decir, era rico, guapo, amable, trabajador y encantador ¿quién no se enamoraría de un hombre así de perfecto? En esos momentos HaNeul suspiró aliviada pues se convenció de que estaba dejando a su hijo en buenas manos.
—TaeMin no sólo aprendió los valores que ahora tiene de mí sino también de mi esposo.— MinHo automáticamente se tensó cuando HaNeul mencionó al padre de TaeMin pero trató de aparentarlo.—Estoy segura de que si Hyo aún siguiera con vida, vería con buenos ojos la relación de ustedes dos.
—¿En verdad crees que papá hubiera estado de acuerdo?— preguntó tímidamente TaeMin, colocándose al lado de un MinHo que se consumía en la culpa.
—Quizás al principio le hubiera sentado mal que seas gay pero sé que con el tiempo lo terminaría por aceptar. Hyo te amaba por sobre todas las cosas TaeMin y sé que hubiera deseado que seas feliz, sea con quien sea.— entonces los amables ojos de HaNeul se posaron sobre MinHo y extendió su mano hacia él.—Por favor, coge mi mano.— el platinado, dubitativo levantó su gran mano y la acercó hacia la pequeña mano de la mujer. El gángster se estremeció cuando ella estrechó fuertemente su mano y le sonrió, MinHo supo al ver la brillante mirada de HaNeul que ella lo había aceptado.—Me llena de alegría y de paz saber que voy a dejar a mi querido TaeMin en buenas manos.
—¡¿Qué?!— exclamó el pelirrojo asustado, pensando en lo peor.—¿A qué te refieres, mamá?— entonces HaNeul soltó la mano de un sorprendido MinHo.
—No te espantes ni pienses tonterías, Tae.— le riñó su madre.—Estaba esperando este momento para decirte: me iré a vivir con mi hermana a Ulsan.— los ojos del pelirrojo se abrieron desmesuradamente al oír esa noticia.
—¿Q-qué? ¿po-por qué?
—Porque en esta ciudad últimamente me han pasado demasiadas cosas malas y necesito un respiro, hijo.— se sinceró con la mirada un tanto apagada.—Estar en Ulsan con mi hermana una temporada me ayudará a mejorar, ya sabes... ella está divorciada y se siente tan sola como yo, charlar con ella me hará me reanimará ¿no lo crees?
—¿Charlar conmigo no te hace bien?— preguntó dolido el pelirrojo.
—Oh, mi niño ven aquí.— entonces TaeMin se dejó abrazar por su madre y correspondió al abrazo.—Claro que me hace bien pero ahora tú tienes tu propia familia ¿no? Tienes a MinHo y dijiste que querías adoptar a BaeHyo.
—Sí, eso dije. Pero... ¿estarás bien allá sola?
—No estaré sola, tu tía es una gran compañía.— le tranquilizó regalándole la mejor de sus sonrisas.—Por favor TaeMin, necesito alejarme una temporada de Seúl para renovarme.
—Está bien.— aceptó a regañadientes.—Pero igual iré a visitarte.— al pelirrojo no le hacía ni puta gracia separarse de su madre pero no quería ser así de egoísta. Es verdad, su madre había sufrido mucho en esa ciudad y si quería irse un tiempo a Ulsan para renovarse, él no podía retenerla egoístamente.
—Muy bien, puedes venir a visitarme cuando quieras.— HaNeul se veía más resplandeciente que nunca y eso le produjo una sensación cálida en el pecho a TaeMin.—Ahora me puedo ir tranquila, porque sé que MinHo es una buena persona y que te va a cuidar mucho.— las mejillas del menor se tiñeron de un adorable color carmín.
—¡Yo sé cuidarme solo!
—Por favor MinHo, prométeme que cuidarás a TaeMin.— HaNeul ignoró al ofendido pelirrojo y se dirigió directamente al platinado.
—Con mi vida, señora HaNeul.— prometió y tanto el hijo como la madre supieron que hablaba muy en serio.
—Y también prométeme que no le harás daño.— MinHo abrió la boca para hablar pero ninguna palabra salió de sus labios.
—MinHo jamás me haría daño.— sentenció TaeMin completamente convencido, cogiendo de la mano a su pareja y entrelazando sus dedos.
—Bien, eso es suficiente para mi.— dijo HaNeul con una sonrisa satisfecha, realmente le había caído muy bien Park MinHo.
"Ya le he hecho mucho daño a TaeMin, señora. Y me gustaría retroceder el tiempo para no hacer todas las idioteces que hice pero lamentablemente es imposible"
...
Mientras tanto, en un enorme rascacielos que pertenecía a Devril, dos hombres se encontraban sentados en un mullido sofá con algunas botellas de licor vacías tiradas en el suelo. El tipo mayor se encontraba completamente alcoholizado, intentando desesperadamente dejar el cuello marcado a base de besos del otro sujeto más pequeño.
—Du-duele.— se quejó DaeHyun mientras intentaba disimular una mueca de asco.
—Deja de fingir... ambos sabemos que te gusta.— le susurró Paek al oído, manoseando la espalda baja del castaño.
Ahora bien, seguramente se estarán preguntando qué coño estaba pasando. Pues lo que ocurrió es que Daniel (infiltrado en Paradise) no había podido encontrar nada de información sobre el paradero de su hermana secuestrada en el despacho de Paek aquella vez. Entonces DaeHyun y Daniel debatieron sobre cómo podrían sacarle esa información que necesitaban al pelinegro en el menor tiempo posible. Al final llegaron a la horrible conclusión de que Paek se volvía estúpidamente sincero cada vez que se emborrachaba a más no poder. Lo malo es que sólo se alcoholizaba a tales extremos en compañía de una prostituta o de un prostituto, pues decía que se excitaba más cuando tenía mucho alcohol en la sangre. Paek estaba convencido de que el sexo se sentía mucho mejor cuando estaba dado vuelta a causa del licor.
Todos esos años Paek había intentado seducir a DaeHyun, fracasando miserablemente en todos sus intentos pues ya a ese punto el castaño se consideraba una persona completamente asexual, simplemente no tenía deseos de mantener relaciones sexuales con nadie. Y la verdad es que preferiría que se le caiga el pene a tener que follar con alguien tan desagradable como Paek pero... ésta vez la situación no sólo lo involucra a él sino también a una niña inocente que está secuestrada y a su propio primo TaeMin. Aunque le diera asco ser tocado por ese despojo de ser humano, debía hacer sacrificios.
—Dios, hueles tan jodidamente bien.— reveló Paek inhalando el aroma a miel y almendras que desprendía la piel del menor, para después morder sin contemplaciones el cuello de DaeHyun, haciendo a éste chillar de dolor.—Eres exquisito, con razón el imbécil de MinHo se obsesionó contigo.
—Ca-cállate.— espetó enojado, tratando de controlarse para no agarrar un jarrón que estaba en una mesita cercana y hacerlo añicos sobre la cabeza del pelinegro.
—Me encantaría que él estuviera aquí justo ahora.— dijo mientras agarraba con ambas manos las pequeñas caderas del castaño y lo obligaba a sentarse a horcajadas sobre su regazo, cara a cara.—Fantaseo con la idea de que MinHo vea cómo me follo al chico que tanto amó. Eso le partiría el corazón.— DaeHyun tuvo para morderse el labio inferior para no insultar al pelinegro y en lugar de abrir la boca, decidió envolver el cuello de ese detestable sujeto con ambos brazos y abrazarlo, para que así Paek no viera el odio reflejado en su mirada.
Paek no hizo más sino sonreír de forma torcida y levantar su pelvis descaradamente, con la clara intención de frotar su bulto contra las nalgas de un asqueado DaeHyun. El hedor a alcohol que despedía la boca de Paek haría vomitar en cualquier momento al pobre castaño, quien cerraba los ojos fuertemente tratando de imaginarse estando en un lugar mejor. En serio deseó huir muchas veces de las asquerosos manos del pervertido Paek pero cada vez que iba a hacerlo, recordaba al pequeño primo travieso con el cual pasó los mejores años de su vida y eso lo llenaba de fuerzas para seguir soportando. No quería que TaeMin fuera arrastrado por toda esa mierda, no se lo merecía.
—Pero no importa, porque pronto igual su corazón se romperá.— reveló entre risas roncas. Eso último llamó poderosamente la atención de DaeHyun.—Que aprovechen mientras tanto su felicidad, porque pronto todo se irá a la mierda.
—¿A qué te refieres?— preguntó en un tono bajito fingiendo desinterés mientras acariciaba los largos cabellos de Paek, pues sabía que eso lo tranquilizaba.
—Pues a que descubrí algo que podría joder por completo la relación de MinHo y ese mocoso.— empezó a decir con una sonrisa perversa estampada sobre su rostro.—¿Sabes? Al parecer MinHo no sólo se deshizo de tu madre sino también del hermano de ella.
Oír eso último hizo que los ojos de DaeHyun se abrieran de forma desmesurada. Le dolió, realmente le dolió recordar lo que MinHo le hizo pero la sorpresa sobrepasó al dolor que sintió. Es decir ¿qué había querido decir Paek con eso último? ¿acaso dijo el hermano de su madre? Es decir... ¿su tío? ¿el padre de TaeMin? Oh no...
—Estás mintiendo.— sentenció mientras comenzaba a temblar sobre el cuerpo de Paek.
—¿Por qué mentiría con algo como eso?— le respondió mientras se relamía los labios, ansioso por hundir en la mierda a MinHo una vez más.—¿Te haces una idea de cómo va a reaccionar Lee TaeMin al enterarse de que MinHo asesinó a su padre? Quizás hasta se ponga de mi lado buscando venganza, igual que lo hiciste tú.— se carcajeó y DaeHyun tembló con más intensidad, estaba al borde de un ataque de pánico.—Oh, será genial ver a MinHo hundido en la mierda cuando TaeMin también lo abandone. Con suerte esta vez no se encierre en una puta prisión sino que decida finalmente ponerle un fin a sus desgracias... suicidándose. Joder, ese sería el mejor desenlace para esta historia tan trágica ¿no te parece, DaeHyun?
"TaeMin... no caigas en su juego, por favor"
...
—Mierda, odio esta cosa.— se quejaba MinHo mientras trataba de quitarse la corbata del cuello y es que él ni siquiera se la puso, le pidió a Key que lo hiciera. Ya habían terminado de charlar con HaNeul y se encontraban en la habitación que ambos compartían.—En serio, sentía que me asfixiaba.
—Qué exagerado.— se mofó TaeMin negando con la cabeza.—Aún así las cosas salieron mejor de lo que pensé y en ningún momento la cagaste.— empezó a decir mientras se acercaba a MinHo y le ayudaba a sacarse tanto la corbata como el saco negro que había utilizado.—Mamá quedó fascinada contigo y yo no puedo estar más orgulloso de ti.— lo eligió mientras acunaba las mejillas del varonil rostro de MinHo con sus pequeñas manos.—Te amo y lo sabes ¿verdad?
—¿Me amarías incluso aunque te hiciera daño?— TaeMin frunció el ceño extrañado ante semejante pregunta.
—Tú jamás me harías daño.
—Pero si lo hiciera ¿aún así me seguirías amando?— en respuesta, el pelirrojo unió sus gruesos labios con los de gángster en un cálido beso que transmitía todo el cariño incondicional que se tenían.
—Sí, incluso aunque me hicieras mucho daño igual te seguiría amando.
"Mentiroso..."
Pero MinHo prefirió no decirlo en voz alta y volvió a besar a TaeMin pero esta vez con más pasión, transmitiendo con ese simple e íntimo contacto lo mucho que lo deseaba. Las lenguas de ambos se entrelazaron e incluso el platinado pretendió quitarle la camiseta al menor para follarlo ahí mismo, no obstante el pelirrojo lo detuvo.
—Detente, acuérdate que le prometí a mamá que tendríamos una cena todos juntos antes de que ella se vaya.
—Ya pero ¿acaso esa cena no será mañana?
—Tonto, mi mamá se irá mañana al medio día a Ulsan así que la cena debe ser hoy. Tengo que ir a preparar su comida favorita, así que no hay tiempo para follar ahora.
—¿Ni siquiera un rapidito?— preguntó haciendo un puchero que hizo reír a TaeMin.
—No, MinHo. Pero después de cenar me pondré ese disfraz con el que tanto insistes, ya que lo hiciste muy bien.— le dijo guiñándole un ojo.
—Muy bien, sólo espera que me quite este molesto traje, me ponga algo más cómodo y te acompañaré a la cocina. No sé cocinar una mierda pero te haré compañía.— fue lo único que dijo antes de empezar a desabotonar su blanca camisa y dirigirse al enorme armario que compartía con el pelirrojo.
—De acuerdo.— asintió TaeMin mientras se encaminaba hacia la cama de ambos para sentarse un rato en el mullido colchón mientras esperaba a su pareja.
Fue entonces cuando lo vio, justo encima del buró que se hallaba del lado de la cama que él usaba se encontraba un papel blanco rectangular. Al principio, TaeMin frunció el ceño y pensó en preguntarle a MinHo si acaso ese papel era suyo pero la curiosidad le ganó, así que caminó hacia ese buró para coger entre sus manos aquel extraño papel que esa mañana no estaba ahí. No supo porqué pero solamente con cogerlo entre sus dedos sintió un terrible escalofrío que le recorrió todo el cuerpo.
Bajó lentamente su mirada y leyó lo que ahí había escrito. Era solamente una oración que sinceramente lo dejó descolocado: "TaeMin, confía en Daniel" era todo lo que decía pero el pelirrojo frunció el ceño pues esa perfecta caligrafía le recordaba a la de alguien, más no sabía exactamente a quién. El menor releyó varias veces la misma frase pero no le encontró sentido alguno y es que joder, él ni siquiera conocía a ningún tipo que se hiciera llamar Daniel.
Sin embargo, en el preciso momento que volteó el papel sus ojos cafés se abrieron sorprendidos, sus mejillas normalmente sonrojadas palidecieron e incluso su mandíbula se desencajó un poco. Era un dibujo, un simple dibujo que para cualquier persona podría no significar nada pero para TaeMin tenía un significado muy especial.
Era la cabeza de un gato, más específicamente la de Cheshire. Sí, el gato sonriente de Alicia en el País de las Maravillas. Abajo del dibujo estaba escrito con la misma letra un "Tú ya sabes quién soy"
El papel cayó al suelo pues el menor quedó petrificado. Mierda, ahora recordaba a quién le recordaba esa perfecta caligrafía... era la de DaeHyun, él siempre envidió lo bonito que escribía su primo e intentó escribir igual aunque jamás lo logró. Y ese gato tenía un significado especial para ambos pues DaeHyun siempre le leía cada vez que él se quedaba dormir en su casa el cuento de Alicia. El personaje que más le gustaba al pequeño TaeMin era Cheshire, así que como DaeHyun era muy bueno dibujando siempre que el menor se lo pedía él le hacía dibujos de ese gato. TaeMin coleccionó durante años todos los dibujos que DaeHyun le hizo y sólo con ver ese Cheshire podía jurar que lo había dibujado su primo pero... ¿cómo era eso posible?
—¿TaeMin?— preguntó MinHo acercándose preocupado a su pareja, quien se hallaba arrodillada en el suelo justo frente a ese papel.—¿Por qué estás llorando? ¿qué pasó?
—Da-DaeHyun...
El platinado se estremeció al oír ese nombre tabú que hacía meses no había sido mencionado por nadie. Para MinHo el recuerdo de DaeHyun era como un fantasma que lo perseguía a todas partes, recordándole lo desgraciado que había sido pero... mientras menos dijera su nombre en voz alta, menos le dolía así que no le dio ni puta gracia que TaeMin sacara ese tema una vez más a la luz.
...Continuará...
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