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Cumplir una vieja promesa

¡Hola! Acá vengo después de mucho tiempo. Gracias por ser paciente y por esperarme. Al principio me sentía mal con este capítulo, sentía que no era suficiente pero justo ayer me dio una dosis de inspiración y ahora me siente satisfecha con el resultado. Espero que ustedes también lo estén. Llevo dos capítulos sin contestar comentarios, me pondré al día. Por favor, comenten y déjenme todo su amor ♥

Este capítulo tiene 8524 palabras... es uno de los más largos, espero compense la espera. Las y los quiero ♥

...

—¿Q-qué dijiste?— fue lo único que pudo decir MinHo después de oír aquel nombre que por meses no había oído.

—Mi-mira esto.— señaló TaeMin pasándole a su pareja aquella nota desde el suelo. El platinado la cogió con una mano y la leyó, enseguida frunció el ceño molesto.

—¿Qué mierda significa esto?

—Es la caligrafía de DaeHyun.— sentenció el pelirrojo parándose para hacer frente a su pareja, cuyo mal humor aumentaba con el correr de los segundos.—Y ese dibujo de Cheshire fue hecho por él, puedo jurarlo.

—¿Es una maldita broma, TaeMin? Porque de serlo, es de muy mal gusto.— el menor reculó un paso ante el claro enojo reflejado en los negros ojos de MinHo pero se armó de valor y lo encaró.

—¿Crees que bromería con algo como esto?— le respondió también con el ceño fruncido.—Conozco a DaeHyun mejor de lo que tú lo conociste, sé que esa es su caligrafía y ese gato tiene un significado especial para ambos. Sé que fue él quien escribió esa nota, MinHo.— entonces el gángster se carcajeó y arrugó el papel entre sus grandes manos, convirtiéndolo en una bola para luego tirarla al piso.

—¡Claro, y ahora resulta que DaeHyun resucitó de entre los muertos para darte un jodido recado!— se burló dándose para vuelta para irse de allí, realmente estaba enojado con TaeMin por jugar con algo tan delicado como eso. Si otra persona que no fuera TaeMin le hubiera querido jugar una broma así de pesada, el o la infeliz no viviría para contarlo.

—¡¿Y cómo sabes que realmente está muerto?!— MinHo se detuvo a medio camino al oír esa pregunta, apretó sus puños hasta que los nudillos se volvieron blancos.—Jamás encontraron su cuerpo ¿verdad?

—Basta, TaeMin.— susurró en un hilo de voz, conteniéndose para no gritarle.—Está muerto, tú lo sabes y yo lo sé. No arruines más la noche de lo que ya está con esta bromita, por favor.

—MinHo, te juro que yo no escribí esa nota.— le prometió mientras agarraba el recado hecho una bola y lo guardaba arrugado en el cajón de su buró.

—Si no fuiste tú, lo habrá hecho alguien para hacer que entremos en conflicto.— dedujo de inmediato y TaeMin simplemente asintió pero no lo creyó del todo.—Muy probablemente sea el infiltrado que seguimos buscando, debemos ser precavidos.

—La nota dice que confíe en un tal Daniel pero yo no conozco a nadie con ese nombre.

—Que yo sepa no hay nadie en Paradise que se haga llamar Daniel pero aún así lo investigaré.— entonces MinHo se acercó a su pareja y le revolvió los cabellos de forma cariñosa.—Sólo no pienses más en eso, obviamente es una broma de mal gusto.

—Sí...— TaeMin no podía creer en las palabras de su pareja. Algo le decía que sí había sido DaeHyun quien escribió esa nota pero ¿por qué? y sobre todo ¿cómo llegó hasta su buró?

—Oye, deja de pensar tanto.— sentenció el gángster y el pelirrojo se alegró al ver que la oscura mirada de MinHo volvía a ser como siempre, ya se le estaba pasando el enojo.—Tu madre se irá mañana a vivir con tu tía y tú dijiste que querías preparar una gran cena para despedirla ¿qué esperas?— entonces una sonrisa resplandeciente adornó el rostro del menor, quien cogió la gran mano del platinado y juntos avanzaron hasta la puerta doble.

—¿Tú me ayudarás a preparar la cena?— MinHo tragó grueso al oír esa pregunta.

—¿Yo?

—No te hagas el desentendido, que no te queda.

—Pues si quieres lo intento pero no prometo nada.— "lo que uno hace por amor... y por follar, claro está" pensó el gángster mientras salían de la habitación que compartían y se dirigían a una de las cocinas que poseía esas enormes instalaciones.

—¿No sabes cocinar nada de nada?— enseguida MinHo negó.—Pero... pensé que por tu infancia tan difícil tuviste que aprender a cocinarte por las malas o algo así.— TaeMin se mordió la lengua al darse cuenta que entró en terreno peligroso.—Lo siento.

—No te preocupes.— le tranquilizó entrelazando sus largos dedos con los cortos del pelirrojo.—Pues la verdad es que durante mi niñez más temprana mi madre y mi padrastro me daban comida echada a perder o que sabía a mierda, así que de muy niño empecé a trabajar en un combini y el anciano amable encargado de ese lugar me pagaba lo suficiente como para comprarme comida ya preparada, así que nunca cociné nada por mí mismo a esa edad.— TaeMin escuchaba y miraba fijamente a su pareja mientras seguían caminando por un extenso pasillo, si no mal recuerda esa era la primera vez que MinHo le contaba tan tranquilamente sobre su pasado. Eso significa que ya hay la suficiente confianza entre ellos y eso simplemente lo llenó de felicidad.—Luego, cuando me escapé de esa casa de mierda y me metí en el orfanato donde conocí a JongHyun y por consiguiente a Key; las monjas que se encargan de cuidar a los huérfanos eran quienes preparaban la comida, así otra vez no tuve razones para aprender a cocinar.— entonces MinHo paró su monólogo para mirar a TaeMin a los ojos y le sonrió.—Y tú sabes lo que viene después ¿verdad?

—Los hombres de BaekHo te encontraron el día que tú y JongHyun asesinaron tanto a tu hermanastro como a tu padrastro.— le respondió en un susurro sin romper el contacto visual con el mayor.

—El viejo te lo contó todo ¿verdad?— preguntó riéndose mientras miraba al frente, ya casi llegaban a la cocina.

—¿Te molesta?

—Antes sí, ahora no.— se sinceró.—Me molestaba porque tenía miedo que tú pensaras que era un monstruo o peor aún... que me tengas lástima. Pero no, tú simplemente me entendiste y me aceptaste tal cual soy. Con todas mis virtudes y todos mis defectos, los cuales me temo superan a mis virtudes con creces.— TaeMin no pudo hacer más sino reírse ante ese comentario y posteriormente llevó la mano de MinHo hasta la altura de sus gruesos labios, para depositar un beso lleno de cariño sobre el dorso de la misma.

—Déjame adivinar el resto de la historia.— pidió y el otro se limitó a asentir divertido.—Una vez que llegaste a los brazos de tu padre, te concentraste en entrenarte para ser un gran matón y como el señor BaekHo es asquerosamente rico, nunca tuviste que volver a preocuparte por la comida ya que las mucamas te atendían como a un rey ¿verdad?— MinHo se carcajeó mientras asentía repetidas veces con la cabeza, TaeMin no pudo evitar reír junto con él.—Y en la cárcel... bueno, ahí tenías a una horda de lamebotas que no sólo te cocinaban mejor comida que al resto de los reos sino que incluso te llevaban la comida a la jodida mesa muchas veces sólo para decir que eran "conocidos" del gran mandamás de la Underground Prison. Incluso el alcaide te consentía el culo ahí dentro y era yo quien luego debía soportar tus exigencias, no me jodas.

—Ah pero bien que te enamoraste perdidamente de ese mandamás exigente ¿eh? Y tú también tenías privilegios gracias a este "culo consentido", así que no te puedes quejar.— se mofó el ex mandamás y TaeMin rodó los ojos.

—Conclusión: jamás aprendiste a cocinar ni un mísero huevo frito.

—Ajá pero sé usar la cafetera, así que se podría decir que sí sé preparar café.— reveló orgulloso, hinchando su pecho. TaeMin se llevó la mano que tenía libre hasta la frente y la golpeó, suspirando derrotado al darse cuenta de las nulas habilidades culinarias de MinHo.

—Es decir que tú no me ayudaras a cocinar ¿verdad?— justo entonces llegaron a la cocina más cercana.

—No pero puedo contratar a un buen chef para que prepare una gran cena que impresione a tu madre ¿te parece?

—¡No! Quiero que sea especial y para eso debo hacerla yo.

—Entonces... ¿te sirve que te pase los ingredientes o algo así?— preguntó con el ceño fruncido, él jamás había cocinado en su vida.—Y a todo esto ¿tú sí sabes cocinar?— entonces un leve rubor adornó la mejillas de TaeMin.—Tampoco sabes ¿verdad?

—¡Sí sé!— exclamó ofendido.—Al menos me defiendo más que tú en la cocina.— espetó soltando la mano de MinHo y cruzándose de brazos.—Pero sinceramente... mamá siempre se encargó de cocinar en casa y yo sólo aprendí lo básico, ya sabes... debía saber hacer algunas comidas para mis hermanos cuando mamá y papá salían por la noche o algo así.— TaeMin rascó su nuca avergonzado, sabía preparar más comidas que MinHo pero tampoco tenía las habilidades culinarias necesarias como para hacer una gran cena que impresione a HaNeul.

—Pues sigo optando por contratar a un chef.

—¡Que no! Quiero hacerlo yo pero... necesito ayuda, sólo eso.— MinHo puso sus ojos en blanco, TaeMin podía ser muy terco cuando se lo proponía.

—Key sabe cocinar muy bien.— soltó de la nada y el pelirrojo le prestó mucha atención.—Recuerdo que él siempre cocinaba en su casa cuando aún vivía con sus padres y nos traía comida dentro de un tupper cada vez que saltaba la verja y se colaba dentro del orfanato. A JongHyun y a mi nos encantaba su comida, incluso cocinó un par de veces para nosotros dos dentro de la prisión... pero fueron pocas ya que siempre decía "ustedes no merecen que estas lindas manos les cocinen, sólo engullen la comida pero no la saborean de verdad" ya sabes, su paranoia de diva.

—¡Eso es!— luego de oír el relato de MinHo, el foco en la mente de TaeMin se encendió.—Key puede ayudarme a preparar la cena.

—Más bien tú serás quien lo ayudará.— susurró el mayor por lo bajo.

—¿Qué has dicho?

—Nada, nada.— mintió de inmediato.—Pero ¿Key y JongHyun no están ocupados haciendo de niñeros del crío ese?— el pelirrojo frunció el ceño al oír la manera despectiva en la cual MinHo se refería a su hermano pero decidió dejarla pasar por esa vez.

—Sí pero ya lo tengo todo solucionado. JongHyun se encargará de cuidarlo...— MinHo sonrió divertido y lo interrumpió.

—Pobre Jjong, encargarse solo de un crío debe ser una verdadera tortura.— pero la sonrisa en el rostro del gangster se esfumó cuando vio que TaeMin empezó a negar lentamente con su cabeza mientras lo miraba fijamente a él.

—No me dejaste terminar, amor.— aunque el menor fingiera ternura, MinHo tuvo un mal presentimiento.—JongHyun se quedará a cuidarlo pero necesitará ayuda así que... tú lo ayudarás.

—¡No!

—Sí amor, lo harás.

—¡Nada de amor ni ocho cuartos! Sabes que no se me da eso de cuidar mocosos, olvídalo. No lo haré ¡he dicho!

...

¿Cómo es que las cosas terminaron así? ¿desde cuándo Lee TaeMin se había convertido en el jefe de ese puto lugar? ¿por qué él siempre sucumbía como un idiota ante los caprichos de ese sensual pelirrojo? Simplemente no lo entendía. Era inaudito.

—Joder, ya deja de babearme.

Sí, Choi MinHo se encontraba sentado en la enorme cama rosada de Key con las piernas cruzadas y sosteniendo entre sus fuertes brazos al pequeño BaeHyo, quien estiraba sus brazos tanto como podía para alcanzar el rostro de un malhumorado platinado. Debido a que al bebé le estaba a punto de salir su primer diente, babeaba más que nunca y la camiseta de MinHo estaba sufriendo las consecuencias de eso.

—¿Por qué diablos estoy aquí?— se preguntó a sí mismo, recordando las sonrisas cómplices que TaeMin y Key se dedicaron antes de dejarlo ahí tirado con esa bola de carne babosa e irse juntos a preparar la cena en la cocina.—Esto debe ser una maldita conspiración.— sentenció muy seguro mirando enojado al crío, quien le enseñó las encías en un intento de sonrisa y balbuceó risueño antes de volver a mojar su camiseta con sus babas.

—¡JongHyun, ya sal del baño y ven a ayudarme con el mocoso!— sí, desde que Key abandonó la habitación el castaño se encerró en el cuarto del baño y llevaba ahí unos interminables minutos.

—¡Necesito concentración, así que cállate!

—¡¿Concentración?! ¿fuiste a construir algo ahí o qué? ¡Sal ya!

—¡Con un demonio, ni cagar tranquilo te dejan en este lugar!

—Mierda, demasiada información.— susurró por lo bajo, haciendo una clara mueca de asco.

BaeHyo no prestaba atención a nada de lo que estaba pasando a su alrededor, sólo veía embelesado al gruñón de MinHo. De un momento a otro, el bebé estrujó con sus manitas la camiseta del mayor y acercó su boca a la misma para empezar a succionar, como si buscara amamantarse aunque claramente no consiguió leche haciendo eso, así que empezó a llorar a moco tendido.

—¡Hey, deja de llorar!— MinHo sentía cómo un montón de gotitas de sudor frío se formaban sobre su frente, él realmente no estaba hecho para ser padre ni nada de eso.—Ya, te daré tu chupón.— desesperado, el gángster estiró su brazo hasta alcanzar el bendito chupón y se lo puso en la boca al crío con la intención de callarlo, pero BaeHyo frunció el ceño y lo escupió de mala gana.—¿Me estás retando, mocoso altanero? Chupa esa mierda y no me jodas más, llorón.— como única respuesta, BaeHyo lloró más fuerte hasta crispar los nervios del gángster.

—Mierda, en serio eres un pésimo padre.— se burló JongHyun, quien acababa de salir del baño. El desgraciado incluso tenía un pedazo de papel higiénico pegado a la suela de su pantufla, papel del cual se deshizo al sacudir su pie unas tres veces.

—Por enésima vez, no soy su padre. Yo no pedí esto, simplemente me lo metieron por los cojones.

—Pues él cree que sí, aunque lo tratas mal y lo evitas, al crío le caes bien.

—Si le cayera tan bien no estaría llorando ahora mismo.— MinHo se levantó de la cama para mecer a BaeHyo entre sus brazos con la intención de calmarlo pero como lo hacía de forma tan brusca, el bebé sólo se ponía peor.

—Mira, así se calma.— dijo mientras se dirigía al buró que estaba al lado de la cama de Key y agarraba un frasco de perfume. El bebé se calmó al oler ese aroma que a MinHo le pareció tan familiar.

—Ese es... ¿el olor de TaeMin?

—Sí, es el perfume que siempre usa. BaeHyo se tranquiliza al olerlo, realmente es muy pegado al cabeza de fresa.

—TaeMin es mío, mocoso.— como única respuesta el bebé miró a MinHo y arrugó su pequeña nariz, disgustado.

—BaeHyo no llora por llorar, algo debe querer.— dijo acercándose mientras lo apartaba de los brazos del celoso platinado y lo cargaba él.—No me mires así, me lavé muy bien las manos después de cagar.

—Qué puto asco, hermano.— se quejó MinHo haciendo una mueca de desagrado.—Seguramente quiere comer, hace un rato estuvo succionando mi camiseta hasta llenarla de babas.

—Es normal que haga eso, es porque le está por salir su primer diente y babea más de lo normal.— MinHo se sorprendió por todos los conocimientos que ahora JongHyun tenía sobre los bebés. Seguro en esos días KiBum le había lavado el cerebro.—Ya comió hace poco, así que seguramente lo que ahora necesita es que se le cambie de pañal.— al oír eso último, MinHo se puso tan pálido como nunca.

—Ah no hermano, no me veas a mí. No voy a oler el culo de un bebé mientras lo limpio. Ni loco.

—Pero bien que cada noche hueles el culo de TaeMin y ahí sí que no te quejas ¿verdad?— buena jugada.—Venga ya, deja de hacerte el delicado y ayúdame.

—Mierda...

Esa fue la primera vez que MinHo vio cómo se cambia el pañal a un bebé. BaeHyo realmente se sintió aliviado cuando JongHyun le quitó el pañal sucio, lo limpió con delicadeza y le colocó un pañal seco que lo dejó más que agusto. El bebé incluso le regaló una sonrisa de encías al castaño una vez que terminó su trabajo. MinHo no hizo mucho, sólo le pasó a Jjong lo que él le iba pidiendo y miró sorprendido la paciencia que JongHyun tenía mientras limpiaba al crío ¿ese realmente era su hermano? ¿qué le había pasado?

—Ya, ahora que está limpio le entra el sueño y entonces sabemos que es hora de dormir.— sentenció cargando al niño para a continuación dejarlo acostado en una cuna mecedora, de esas que puedes mecer con la mano para que el bebé se duerma más rápido. BaeHyo no tardó demasiado en quedar profundamente dormido, con un chupón en la boca.

—¿En serio eres Kim JongHyun?— preguntó un anonadado MinHo.—¿Desde cuándo eres tan bueno con los críos?

—Desde que me la paso día y noche cuidando de BaeHyo junto con KiBum.— le respondió divertido mientras se alejaban de la cuna para dejar descansar al niño.—No es tan malo como parece a simple vista y... el mocoso se hace querer.

—TaeMin insiste en que me encariñe con él.

—Si te dignaras a pasar más tiempo con él, seguro le coges cariño. Cada día se parece más al cabeza de fresa ¿no lo crees?

—Sí y eso es justamente lo que me asusta.

—¿A qué te refieres?— MinHo suspiró antes de sincerarse con su mejor amigo.

—Ese crío es una versión pequeña de TaeMin, así que sé muy bien que seguro me voy a encariñar con él pero... ya tengo suficiente con que mis enemigos sepan que mi punto débil es TaeMin como para añadirle otro más ¿no te parece?

—Nada le pasará al crío, hermano.— le aseguró colocando una mano encima de su hombro.—Todos nos encargaremos de cuidarlo.

—No me sorprendería que llegara a ser más consentido que el mismo TaeMin aquí dentro, con el tiempo.— se rió MinHo y Jjong no pudo hacer más sino asentir divertido.

—Hablando de TaeMin... pronto será su cumpleaños, según KiBum.

—Sí, exactamente dentro de un mes.— aseguró MinHo y JongHyun lo vio sorprendido.—Lo sé porque lo anoté para no olvidarme, para mi los cumpleaños son algo irrelevante pero para TaeTae son importantes esas fechas.

—¿Pensaste en qué le vas a regalar?

—Sí y no, aún no lo tengo claro pero quiero que sea una sorpresa. Así que tampoco te diré nada a ti.— el castaño rodó los ojos pero enseguida una sonrisa pervertida adornó su rostro.

—Oye ¿recuerdas lo que hicimos en el último cumpleaños de TaeMin?

—¿Embriagarnos hasta decir basta?

—Sí pero después de eso...

—Lo sé, la orgía.

—Exacto.— asintió JongHyun guiñándole un ojo al más alto.—¿No te gustaría repetir?

—Key y TaeMin nos mandarán a tomar por culo, hermano.— acotó MinHo negando, entre divertido y resignado.—Además ¿quién cuidará del crío mientras nosotros follamos como conejos? Mis hombres no tienen idea de cómo cuidar un bebé.

—Obviamente, lo cuidará Karin.— el platinado se carcajeó al oír la idea del castaño.

—Karin es peor que yo cuidando niños y encima es súper despistada.— dijo entre risas.—Es más, podría apostar mis cojones a que si le pones al crío en una mano y a una bolsa de basura en la otra y después la mandas a deshacerse de la bendita bolsa ¿a quién crees que arrojará al bote de basura? Sí, adivinaste. Que luego se de cuenta de que tiró al crío y vuelva a por él, no la justificaría.— Jjong pretendió no reírse pero le fue imposible. Pobre Karin, ella en serio se esforzaba pero simplemente no lograba tener química con BaeHyo.

—En fin, tú ocúpate en conseguir un buen regalo para TaeMin y yo me encargaré de que tengamos una jodida gran orgía ese día.— justo cuando MinHo le iba a responder con un comentario burlesco, la puerta de esa habitación asquerosamente rosa se abrió de forma silenciosa.

Una rubia cabellera hizo acto de presencia. Sí, se trataba nada más y nada menos que de Key, quien lucía tan radiante como MinHo hacía tiempo no lo veía. Las oscuras ojeras que antes ensombrecían el área debajo de sus felinos ojos habían desaparecido por completo, su blanca piel irradiaba un brillo natural que muchas mujeres envidiarían, sus gruesos labios habían recuperado su color normal y nuevamente estaba usando su ropa de marca que tanto le gustaba, en lugar de los harapos que usó hacía apenas una semanas atrás cuando no quería salir de ese "nido" en el cual se había convertido su cama; y es que joder ¡incluso estaba usando maquillaje y volvió a sacar del cajón esa maldita lima de uñas rosada! ¿en serio un bebé podía provocar tantos cambios positivos en la vida de una persona? Quizás sea esa la razón por la cual JongHyun se encariñó tan rápido del crío baboso, porque BaeHyo fue la cura para la depresión que atravesó KiBum después de ese fatídico día. Era como si hubiese renacido, estaba más feliz que nunca y MinHo no pudo evitar sonreír.

—¿Por qué sonríes, rana insolente? ¿te estás burlando de mi?— preguntó el rubio con el ceño fruncido sin tener conocimiento de todo lo que MinHo estaba pensando en esos momentos. Enseguida se acercó a los dos con los brazos cruzando y entonces ambos supieron que KiBum los iba a regañar sólo con ver su pose de diva.—Ambos son un par de inútiles y ya va siendo hora de que aprendan a prepararse al menos un huevo estrellado, que ya van por los 30.— les riñó como siempre aunque sin gritar porque era consciente de que el bebé estaba profundamente dormido en su cuna.

—Oye, yo no soy un inútil.— se defendió JongHyun y MinHo asintió, apoyando a su amigo.—El único inútil aquí es MinHo, que lo único que hizo fue hacer llorar a BaeHyo.— automáticamente la cabeza del platinado se giró hacia el más bajo y lo fulminó con su mirada, por traidor.—Entonces tuve que salir apresuradamente del baño, donde por cierto estaba cagando tranquilamente y salvar el día. Si BaeHyo ahora mismo está durmiendo en su cuna, es gracias a mí.— mientras MinHo pensaba en cómo se vengaría de JongHyun por ser un buchón*, Key hizo un mueca de asco.

—Joder, ni creas que hoy vamos a follar después de cenar.— le advirtió.—Primero te vas a tener que bañar, puerco.

Justo cuando MinHo iba a insultar a JongHyun por haber delatado su incapacidad para poder cuidar de un crío, la puerta nuevamente fue abierta y enseguida una cabellera del color del fuego captó toda su atención. TaeMin ingresó a la habitación regalándole una sonrisa y al darse cuenta de que BaeHyo estaba dormido en su cuna, habló muy bajito para no despertarlo.

—La cena ya está lista y mamá nos está esperando en un comedor improvisado.— avisó y su mirada se posó tanto en Jjong como en MinHo, pues sabían que ambos eran los problemáticos.—Por favor, compórtense como personas decentes ante mi madre. Ella se irá mañana, así que quiero que se lleve una buena impresión de ustedes.

—De acuerdo.— dijeron al unísono los dos. TaeMin suspiró aliviado, habían cedido ambos. Por su parte KiBum colocó sus manos en sus caderas y miró a ambos gángsters con superioridad.

—Al final del día los pasivos somos los que mandamos.— susurró victorioso.

—¿Qué dijiste, diva?— preguntó MinHo con el ceño fruncido.

—Nada, sólo que se enfriará la cena y que si no nos apuramos, BaeHyo despertará. Así que muevan el culo hacia el comedor, no debemos hacer esperar a la señora HaNeul.

...

Mientras tanto, en una habitación dentro de Devril que servía como prisión provisional de DaeHyun, el mismo se encontraba sentado sobre su cama hablando con un pelinegro. El imbécil de Paek por fin había abandonado el rascacielos para irse a China, con el único propósito de convencer a un capo americano que estaba de vacaciones allí para que fuera uno de sus socios; esa información se la proporcionó Daniel directamente desde Paradise. MinHo deseaba tener a ese capo americano de su parte pero gracias al "infiltrado", Paek se le adelantó. Daniel odiaba tener que pasarle de vez en cuando información a Paek pero no tenía opción, era eso o que mataran a su hermana que seguía secuestrada. En fin, Daniel aprovechó que Paek no se encontraba en Devril para colarse dentro de la habitación del castaño con la clave hackeada que tenía. Por su parte, DaeHyun lucía realmente desgastado pero con una gran convicción por acabar con todo eso lo antes posible.

—Entonces ¿pudiste dejarle ese recado a TaeMin?

—Sí, lo dejé sobre su buró pero gracias a eso ahora MinHo sabe que el "infiltrado" efectivamente sigue dentro de Paradise, así que moverá cielo y tierra para encontrarme.

—Lo siento... pero lo creí necesario, es para que él pueda confiar en ti cuando digas la verdad.

—Lo sé.— asintió el pelinegro antes de suspirar de forma ruidosa.—Si tengo suerte, por ahora no se enfocarán tanto en atraparme a mí y se pondrán manos a la obra para destruir al psicópata de HyunBin.

—¿Quién es HyunBin?— preguntó DaeHyun con el ceño fruncido. Daniel se encogió de hombros antes de responderle.

—Larga historia, luego te cuento lo que averigué con lujo de detalles. Pero básicamente es un psicópata que está obsesionado con TaeMin e hizo mil cosas locas para poder tenerlo, lo más loco es que su propia familia lo ayudó económicamente a hacer todo lo que hizo. Es una familia de psicópatas, si me permites decirlo.— el castaño no pudo evitar llevar sus manos a la cabeza.

—Oh Dios mío, Tae realmente es un imán para los problemas.

—Eligió como pareja a Choi MinHo, a quien conoció en una jodida prisión ¿tú qué esperabas?— se mofó Daniel pero su sonrisa desapareció cuando vio el semblante triste de DaeHyun.—¿Aún lo amas? ¿no te duele saber que tu primo está con él ahora?

—No.— negó pero el pelinegro no le creyó.—Lo que menos me importa ahora mismo es la relación que mantienen ellos dos, sólo quiero salvar a TaeMin de caer en el juego del hijo de puta de Paek.

—Yo sólo quiero salvar a mi hermana y obviamente, quiero que ambos salgamos vivos de esto.— DaeHyun no pudo evitar sonrojarse cuando el otro revolvió sus cabellos, de forma amistosa.—Por eso ideé un nuevo plan.

—¿Un nuevo plan?

—Mira, conseguí esto.— dijo mientras se quitaba su mochila de la espalda, la abría y sacaba un pequeño frasco con un líquido transparente dentro. DaeHyun abrió sus ojos sorprendido pero enseguida negó.

—Créeme, estos últimos días he pensado muchas veces en matar a Paek pero en cada ocasión me contuve, porque matarlo o envenenarlo no servirá de nada. Sólo advertirá a los demás peones de Devril y nos matarán tanto a nosotros como a tu hermana.— Daniel se rió y DaeHyun frunció el ceño confundido.

—No es veneno, es una droga psicoactiva llamada pentotal sódico.— el castaño siguió con el ceño fruncido.—Mejor conocida como "el suero de la verdad" me costó conseguirlo, así que úsalo bien.

—¿Tú quiere que yo...?

—Dijiste que el idiota de Paek se droga a veces ¿no es así? Con drogas duras.

—Sí, de hecho hace unos usó heroína y me obligó a ponérsela vía intravenosa. Pero ni drogado me dijo dónde coño tiene secuestrada a JiSoo.— le contó chasqueando la lengua, realmente era asqueroso ser manoseado y besado por ese imbécil mientras trataba de sacar información.

—Bueno, la próxima vez inyecta este suero en su brazo en lugar de la heroína. Estará tan borracho que ni se dará cuenta y entonces le sacarás la verdad.— la seguridad en los ojos de Daniel tranquilizaron al castaño, quien se limitó a asentir.

—¿No tienes miedo? Si nos descubren, estamos muertos.— pregunta DaeHyun mientras guarda el suero debajo de su cama, dentro de una pequeña caja.

—¿De qué me sirve vivir si pierdo a JiSoo? Sé que aunque cumpla todas las condiciones de Paek, no me la va a devolver y cuando me termine de utilizar, la matará junto conmigo. Así que prefiero mil veces arriesgar mi pellejo tratando de salvar a mi hermana y a la vez hundir a ese hijo de puta en la miseria, a quedarme con los brazos cruzados esperando la muerte.

—Estamos juntos en esto.— sentenció DaeHyun dedicándole una sonrisa, hace mucho que no lo hacía.—Recuperarás a tu hermana y yo salvaré a TaeMin de las garras de Paek. No lo va a llenar de odio, como lo hizo conmigo.

—Y si logramos hacerlo ¿tú después qué harás?— DaeHyun parpadeó varias veces, sin saber qué responder.

—No lo sé, no lo he pensado.— se sinceró.—Si sobrevivo, creo que lo que más deseo es pasar página y empezar de nuevo, alejado de MinHo, de Paek... y supongo que también de TaeMin.

—¿Por qué? Es el único familiar que te queda.

—Porque está con MinHo y yo no puedo estar cerca de él después de todo lo que me hizo, me pondré enfermo con el tiempo. Que ahora lo esté ayudando al estar en contra de Park, no significa que lo haya perdonado.

—Entonces ¿en serio no tienes a nadie más?

—No... pero ya me las arreglaré. Además, aunque esté solo me sentiré libre por primera vez en muchos años.— DaeHyun esperó cualquier cosa menos lo que oyó a continuación.

—Oye, si salgo vivo de todo esto... puedes venirte a vivir un tiempo conmigo y con JiSoo, es sólo una sugerencia.— susurró en voz muy baja, DaeHyun abrió sus ojos sorprendido pero enseguida sonrió ampliamente y Daniel notó cómo sus ojos se hacían más pequeños a la vez que brillaban como si fuesen estrellas acarameladas.

—Lo pensaré, gracias.— le respondió mientras se acercaba a un sorprendido pelinegro y ahuecaba sus pequeñas manos en las mejillas del otro.—Pero realmente espero que esto no sea una especie de coqueteo, Daniel.

—Oh ya cállate, no te creas tan importante.— le respondió sonrojado, apartando sus manos. Entonces por primera vez escuchó a DaeHyun reírse y le pareció realmente adorable. Entendió en ese momento porqué el troglodita de Choi MinHo se enamoró de ese chico, pues era realmente hermoso cuando sonreía.

—Pero...— el castaño empezó hablar una vez que dejó de reír.—Luego de que logre sacarle la información del paradero de JiSoo ¿qué haremos? ¿sigue todo igual?

—No, yo iré a buscar a mi hermana y la voy a recuperar a como dé lugar.— sentenció cruzándose de brazos.—Pero antes te ayudaré a salir de este lugar.

—¡¿Qué?! ¿estás loco?

—No subestimes mis habilidades como hacker.— se jactó guiñando un ojo.—Mientras hago mi deber como infiltrado allá, también me ocupo de estar aquí el tiempo necesario para hablar contigo y hacer uno que otro trabajito en ciertas partes del edificio, para que cuando te ayude a escapar... nos nos puedan alcanzar aunque quieran.

—Pero... ¿por qué? El plan era que tú te acercaras a TaeMin, para ganar su confianza y decirle todo cuando sepamos el paradero de JiSoo. Por eso le mandé ese recado que dejaste en su buró, para que confíe en ti.

—Con ese plan las posibilidades de que tú sobrevivas son casi nulas. Una vez que Paek vea todo lo que se le viene encima, te va a matar antes de que MinHo y TaeMin pisen Devril para rascatarte.

—¡Te dije hace mucho tiempo que no me importa morir para enmendar las tonterías que hice!

—¡Pero a mí sí me importa tu vida, carajo!— le gritó y DaeHyun se quedó completamente callado, anonadado.—Además ¿en serio crees que TaeMin confiará en mí aunque le diga toda la verdad? Sabes lo que hice porque te lo conté ¿no es así? Por órdenes de Paek literalmente tuve que abusar de Key para darle una "lección" por haberlo humillado frente al señor BaekHo y apenas ahora se está recuperando de lo que le hice. Antes de que TaeMin se proponga darme el beneficio de la duda, JongHyun saltará sobre mi para matarme a base de golpes o, en el caso de que actúe con benevolencia me pegará un tiro entre ceja y ceja.

—Pe-pero en serio no creo poder escapar y además si hablas a solas con TaeMin sin la presencia de nadie más entonces...

—¡Tú necesitas hablar con él, DaeHyun! Sólo cuando te vean en carne y hueso realmente nos creerán y si escapas, vas a sobrevivir y yo salvaré a mi hermana. No vas a morir en manos de Paek y yo no moriré en manos de JongHyun cuando se entere que soy el infiltrado, el desgraciado que abusó de la persona que más ama. Yo te ayudaré a escapar, no estás solo en esto.

—¿Ha-hablar con TaeMin? ¿cara a cara?

—Si, te vas a reencontrar con él en Paradise.— DaeHyun tembló al oír ese nombre, recordando los días que MinHo lo tenía prácticamente secuestrado ahí porque estaba convencido de que en el exterior le harían daño. Sin poder evitarlo, empezó a hiperventilar.—Sé que odias ese lugar y sé que le tienes miedo a MinHo pero... debes pensar en TaeMin ¿ok?

—O-ok.— asintió tartamudeando y jadeó cuando sintió una lágrima rodar por su mejilla ¿cuántos traumas le había generado MinHo como para que temblara con sólo imaginarse el tenerlo nuevamente cara a cara? Nunca iba a perdonarlo, pasar página no significa olvidarlo todo. El dolor siempre iba a estar ahí.

—No llores, todo se solucionará muy pronto.— le susurró Daniel limpiando sus lágrimas con sus dedos pulgares, DaeHyun no pudo evitar quebrarse y abrazar fuertemente al más alto, realmente necesitaba un abrazo en esos momentos.

...

Al otro día por la mañana, todos despertaron de buen humor debido a la deliciosa cena que prepararon Key y TaeMin (en realidad, quien cocinó fue KiBum y el pelirrojo sólo lo ayudó) HaNeul se llevó una muy buena impresión de todos ellos y el pelirrojo realmente pensó que esos gángsters eran unos excelentes actores. En fin, a las 8 am TaeMin acompañó a su madre hasta el aeropuerto pues ella se iría a Ulsan en avión, allá la estaría esperando su hermana para recogerla y llevarla a su casa a pasar una temporada. MinHo insistió en que llevara seguridad, así que TaeMin tuvo que comerse con patatas el tener a dos mastodontes vestidos de negros detrás de él y de su madre, quien se sentía un tanto intimidada por esos "guardaespaldas profesionales" con pintas de gángsters (realmente lo eran pero ella no tenía porqué saberlo)

Una vez que volvió a Paradise acompañado de los "guardaespaldas", el pelirrojo fue directamente hacia la habitación de Key para ver a BaeHyo pero entonces fue interceptado por JongHyun, KiBum, Karin y MinHo. Sólo le bastó con ver la expresión seria plasmada en los rostros de los cuatro para darse cuenta de que algo iba mal, así que simplemente les preguntó qué ocurrió y cuando Karin le reveló lo que ella, JungKook y JiMin habían descubierto, TaeMin simplemente quedó descolocado. Le contaron toda la información que pudieron sacarle a Young, el sujeto por el cual él terminó siendo acusado injustamente y mandado a prisión. Le dijeron también que fue el mismo HyunBin quien con ayuda de su nefasto padre planearon todo para que su juicio fuera negligente, el juez estaba comprado y todo se pactó de antemano. Inevitablemente un par de lágrimas cayeron por los ojos del pelirrojo, le dolía enterarse que aquel rubio que alguna vez se hizo llamar su "mejor amigo" le haya hecho todo lo que le hizo. No sólo trató de matar a su madre con veneno sino que también lo mandó a la cárcel injustamente, con la única intención de castigarlo por haber estado con Yun para después sacarlo haciéndose el héroe... ¿en serio creyó que ese era un buen plan? ¿de verdad pensó que algún día lograría que se enamorara de él? A TaeMin nunca le gustó HyunBin y nunca le iba a gustar. Es más, gracias a su estúpido plan de mierda él se reencontró con MinHo en la cárcel y se enamoraron profundamente, follando como conejos en celo todos los días en su celda. Lo que le pasó a HyunBin es la definición de "El tiro te salió por la culata"

TaeMin se secó rápidamente las lágrimas, HyunBin no se las merecía. Con un andar altivo, se dirigió a su habitación que quedaba muy cerca de ahí y abrió la caja fuerte que él mismo mandó a pedir para sacar la pistola cargada que Karin le regaló hacía tiempo, la cual guardó allí porque no quería que su madre lo viera portándola. La agarró, la guardó en el elástico de su pantalón y la tapó con su sudadera, para después encaminarse con los demás hasta el cuarto donde tenían retenido a Young. Los cuatro gángsters se sorprendieron al ver a TaeMin sacar de su habitación esa pistola e imaginaron cualquier reacción menos la reacción estoica que tuvo el menor ¿cuándo cambió tanto TaeMin que nadie lo notó hasta ese momento? ¿de verdad pretendía matar él mismo a ese sujeto?

La mirada de Young, quien por cierto estaba sentado en una silla atado con cadenas, se horrorizó cuando vio entrar a los cinco a la habitación poco iluminada en la cual estaba desde el día anterior. No hizo más sino empezar a hiperventilar cuando reconoció a Lee TaeMin, quien se paró justo enfrente de él; Young se sorprendió pues no recordaba al chico así... era tan diferente a la última vez que lo vio en prisión cuando le hizo esa visita, era más alto, sus músculos estaban marcados. Él simplemente dejó de ser ese chiquillo de carne y huesos que él recordaba, aunque lo que hizo que el pobre diablo se congelara fueron los ojos del pelirrojo pues pudo ver el odio reflejado en los mismos. Young se convenció en ese momento que no lograría sobrevivir y que ese día moriría, saberlo le hizo derramar un montón de lágrimas con el fin de que ese chico se compadeciera. TaeMin no sintió empatía al ver al tipo llorar, porque él mismo y su mejor amiga lloraron mucho más por lo que él les hizo. Los padres de Cheonsa aún hoy lloran por la pérdida de su hija mayor.

—Ya sé todo lo que tengo que saber de ti, así que sólo queda darte la estocada final.— susurró el pelirrojo y todos allí se estremecieron por la frialdad en su tono de voz ¿ese era TaeMin?

—¡Po-por favor!

—Eso mismo te habrá repetido Yun cuando tú la apuñalaste... doce veces. Te devolveré lo que le hiciste y lo que me hiciste a mí. Aún recuerdo tus palabras hirientes esa vez que fuiste a la cárcel a burlarte de mi desgracia, Young.

—¡Fui obligado por la familia Min!— un risa carente de humor rebotó contra las paredes de esa habitación, salió de la boca de TaeMin.

—Nadie te obligó, lo hiciste por dinero. Y tranquilo, una vez que tú mueras me encargaré personalmente de hundir en la miseria a los que te contrataron.— Key no podía dejar de mirar a su Taeminnie desde atrás entre sorprendido y orgulloso.

—¡Por favor, tengo esposa e hijos!

—¡No intentes usar esa mierda conmigo, antes hubiera servido pero ahora ya no!— le gritó mientras sacaba el arma que tenía escondida y le quitaba el seguro. Young casi se orina sobre sus pantalones cuando el cañón de la misma se posó sobre su frente.—¿Sabes? yo también tenía una familia y la perdí, por un tipo loco que me encontré en la prisión llamado Sung... en esa misma prisión en la que fui encerrado por tu culpa y por la de esa familia de psicópatas.

—Po-por favor...— hace un año las lágrimas de Young hubieran ablandado a TaeMin pero quizás el vivir tantas cosas malas y compartir tanto tiempo con MinHo, simplemente lo endureció.

—Y no solo perdí a mi familia... perdí a una novia, a una amiga; Cheonsa perdió a una hermana y sus padres a una hija. Por dinero, destruiste dos familias y ahora que te atrapan ¿no quieres afrontar las consecuencias de tus actos? ¿eres siquiera un hombre?— Young comenzó a temblar en su sitio y cuando vio que TaeMin iba a jalar del gatillo, gritó.

—¡Hay algo que nos les he contado! ¡Algo que me enteré por conocidos!— todos fruncieron el ceño, interesados.

—Si este es un intento para salvarte inventado algo, yo...— pero TaeMin fue interrumpido.

—¡La familia Min hizo más cosas!

—¿Más?— preguntó una estupefacta Karin ¿en serio se le podía sacar más mierda a esa familia?

—M-me dijeron que al parecer el hijo de la familia estaba obsesionado contigo y... quería que pagaras en la cárcel por haber elegido a Yun por sobre él, para luego sacarte de allí con ayuda de su padre que es poderoso y hacerse el héroe, enamorándote en el acto.— era oficial, HyunBin estaba jodidamente enfermo de la mente.—Pero a la vez tenía miedo... de que te vuelvas "impuro" al entrar allí, así que quería que estés protegido. Ya sabes, él quería quitarte la virginidad.— TaeMin retrocedió dos pasos al oír eso.

—¿A dónde quieres llegar?

—¡Sólo déjame terminar! HyunBin pagó al alcaide para que le permitiera hablar con varios reos candidatos, al final se quedó con un tal Byun o algo así... no sé, era un chico de cabello castaño y esponjoso, en varias ocasiones los Min me mandaron a la cárcel para hablar con él en el sector de visitas. Era pequeño y... bonito.

—Bae...— al oír ese nombre, los ojos de Young se abrieron y asintió con la cabeza. TaeMin estaba anonadado, incluso el arma bajo hasta quedar a la altura de su muslo.

—Le prometió al muchacho que lo sacaría a él y a otro más, su pareja sino mal recuerdo a cambio de que te cuidaran, incluso pagó al alcaide para que cayeras justo en la celda de él ¿en serio creías que por suerte habías caído en la celda de un reo que te trató bien desde el principio? Así no son las prisiones, chico.

—¡Bae no haría eso! ¡Deja de mentir!— los ojos de TaeMin picaban por llorar, no podía ser cierto.

—Es verdad... pero todo se jodió cuando el mandamás puso sus ojos en ti.— Young agachó su cabeza y cerró sus ojos, tratando de recordar todo lo que habló con ese chico en sus primeras visitas y lo que sus colegas (delincuentes, que también trabajan para la familia Min) le contaron.—Aunque al principio fue a cambio de libertad, el chico ese...— otra vez olvidó su nombre.

—¡Bae! ¡se llamaba Bae!

—Sí, Bae al final al parecer terminó encariñándose contigo de verdad y dejó de seguir las órdenes de HyunBin, dejándote estar con el mandamás.— sí... Bae incluso lo defendió del mismo MinHo, estaba temblando de miedo pero aún así hizo de escudo en aquel gimnasio entre él y el mandamás, aún sabiendo que MinHo lo podría matar con un par de golpes. Eso no podía ser fingido y tampoco las lágrimas que Bae derramó cuando le contó cómo llegó a la prisión, todo eso no pudo haber sido un teatro.

—¿Él dejó de seguir las órdenes de HyunBin?

—Sí, me dijo que le diga a la familia Min que su acuerdo terminaba porque tú no lo merecías. Que le daba igual las repercusiones que su actuar tuvieran.— Young negó con la cabeza.—Pobre diablo... por eso lo mataron.

—¿Cómo sabes que lo mataron?— la mano de TaeMin estaba temblando, él no se espera que la conversación tomara ese rumbo.

—Un colega me lo contó, a él la familia Min le pagó hace unos meses para que fuera a la prisión para hablar y pagarle al alcaide. Quería que se deshicieran de ese chico Bae, porque tú no saliste puro de la prisión por su culpa. Porque no acató sus órdenes y dejó que alguien te desvirgue antes que él.— MinHo colocó sus manos sobre los hombros temblorosos de TaeMin, él mismo trataba de controlarse porque estaba que hervía de la rabia. El platinado quería matar a HyunBin con sus propias manos. JongHyun estaba igual, tanto de hecho que KiBum tuvo que entrelazar su mano con la venosa del castaño, para calmarlo.

—Yo personalmente fui a la prisión a matar a los reos que asesinaron a Bae.— dijo MinHo en voz alta, interrumpiendo a Young.—¿Esos reos también fueron contratados o qué? Si hubiera sido el caso, cuando los torturé hubiesen delatado a HyunBin para salvarse pero no lo hicieron, murieron diciendo que ellos no lo hicieron ¿cómo explicas eso?

—Eso fue nada más una bomba de humo.— respondió Young y MinHo frunció el ceño, sin entender.—El alcaide tapó todo porque los Min le pagaron mucho dinero e inculpó a reos inocentes, que fue los que tú mataste... cuando en realidad quienes mataron a Bae fueron guardias bajo las órdenes del mismo alcaide. Tú eres la cabeza de una mafia ¿no? deberías saber cómo funciona esto y...— no terminó de hablar porque MinHo le dio un puñetazo que lo mandó al suelo con silla y todo. El golpe fue tan fuerte que le rompió la nariz y le sacó un diente, a pesar de que MinHo estos últimos días andaba feliz y calmado porque tenía a TaeMin a su lado... nadie debía olvidar lo brutalmente violento que podía ser si se le provocaba.

—No te quieras pasar de listo conmigo, escoria.— la voz ronca y llena de ira de MinHo, hizo que Young se orinara en sus pantalones.

—MinHo...— la voz de TaeMin era apenas un susurro pero el platinado se giró la verlo. La postura del pelirrojo era lánguida, sus brazos junto con la pistola reposaban a sus costados y su flequillo cubría por completo su mirada, pues se hallaba cabizbajo.

—¿TaeMin?

—Los quiero muertos a todos. Me quitaron demasiado.— decretó y el platinado no hizo más sino asentir. Él mataría a cualquier persona que TaeMin deseara muerta, haría lo que sea por su pelirrojo.

—¡Pe-pero yo los ayudé, merezco que me perdonen la...!— Young no pudo terminar porque TaeMin alzó tanto su mirada llena de lágrimas de rencor y también levantó su pistola, disparando a la pierna derecha de Young sin siquiera vacilar.

—Seré benevolente por la información que nos diste.— empezó a hablar mientras apuntaba a la otra pierna.—Tú le diste doce puñaladas a Yun... lo justo serían te diera doce disparos pero los reduciré a la mitad.

—N-no...— Young quería arrastrarse pero no podía porque estaba atado a la silla.

—¿Cuál es la mitad de doce, Young?

—N-no lo ¡agh!— otro disparo pero esta vez a la pierna izquierda.

—TaeMin... no tienes que...— sin embargo el pelirrojo interrumpió a su pareja.

—¿Recuerdas esa vez que lloré cuando este malnacido me visitó y se burló de mi desgracia? Esa vez tú, aunque normalmente eras muy bruto me consolaste.— habían lágrimas rodando por sus mejillas pero estaba decidido a terminar lo que empezó. MinHo simplemente se limitó a asentir con la cabeza.—Ese día entre lágrimas juré que acabaría yo mismo con Young algún día ¿verdad?

—Sí, lo hiciste.— MinHo tragó grueso.—Pero realmente no pensé que cumplirías con tu palabras, en serio creí que yo sería quien me desharía de él.

—Tú ya te manchaste suficiente las manos con sangre por mi.

—¡Y me las mancharía mil veces más por ti!

—Pero esta vez quiero hacerlo yo, así que debes dejarme cumplir mi promesa. Se lo debo a Cheonsa, a Yun y a mí mismo.

—¡¿Por qué solo yo?!— exclamó Young encolerizado, mirando con odio a TaeMin.—¡Bae también fue contratado por la familia Min a cambio de libertad! Pero estás llorando como un idiota por su muerte, ¡¿por qué no te alegras también de que él haya sido...?!— otro disparo, aunque esta vez fue en su brazo derecho. Young aulló de dolor.

—¡No te atrevas a compararte con Bae!— TaeMin estaba enojado, todos podían sentirlo.—Sí, puede que haya sido contratado pero surgió una verdadera amistad entre nosotros y mandó a los Min a tomar por culo, aún sabiendo lo que se le podría venir encima. Él me protegió y apoyó tantas veces... e incluso murió por haberle dicho que no a HyunBin, por haber decidido ser mi amigo hasta el final. Tú en cambio sólo eres una escoria avariciosa, que destruiste familias enteras por dinero. No le llegas ni a los talones, así que cierra ya esa boca sucia que tienes.— otro disparo, en el brazo izquierdo. Young estaba desangrándose y perdía fuerzas rápidamente, ya ni siquiera hablaba para pedir por su miserable vida.

—TaeMin... estás temblando.

—¡Cállate MinHo, no me interrumpidas!— apuntó al estómago de Young.—Esos fueron por el sufrimiento que le provocaste Yun pero esto es por mí.— ante el nuevo disparo, el pobre diablo escupió sangre.—Y este último es por Cheonsa, quien no para de ir al cementerio cada mes a llorar a su hermana.— el último fue en la cabeza, acabando por completo con la vida de Young.

MinHo se asustó cuando vio a TaeMin caer de rodillas al suelo, soltando su pistola. No hizo más sino ponerse de cuclillas para abrazarlo, sintiendo cómo las lágrimas tibias del pelirrojo empapaban su camiseta. Acarició los suaves cabellos de su adoración, quien tenía escondido su rostro en el hueco que se formaba entre el cuello y la clavícula del ex mandamás. Karin, JongHyun y KiBum simplemente los miraron a una distancia prudente pero todos fruncieron el ceño desconcertado cuando vieron cómo un tembloroso TaeMin ponía su boca sobre el oído del platinado y le susurraba algo que solamente MinHo pudo oír.

—Te lo prometo, TaeTae.— fue lo único que MinHo dijo en voz alta. Entonces el pelirrojo asintió para volver a esconderse en el hueco, que tenía el aroma tranquilizador de su platinado. Sólo en los brazos de ese hombre TaeMin lograba calmarse realmente.

...

...Continuará...

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