(+18) Un TaeMin posesivo
...
-¡Umma! Por favor permítanme acompañarlos para recibir a Minho.-Pidió un agitado Taemin, la respiración del mismo era bastante irregular, debido a que había corrido una distancia considerable sólo para poder ir al hoyo junto con Key y Jonghyun.
-Ca-Cálmate bebé...-Aconsejó el rubio mientras acariciaba levemente la espalda del menor para que así pudiera recuperar el ritmo normal de su respiración.
-¿Y sólo por eso viniste corriendo?-Preguntó Jonghyun con el ceño fruncido, sin embargo enseguida una sonrisa ladina surcó su rostro.-Pero bueno, tu actuar es entendible... después de todo Minho te tiene loquito, ¿O me equivoco, cabeza de fresa?-Al oír esto último automáticamente Taemin se sonrojó, ¡¿Y cómo no sonrojarse?! Si el perro había dado justo en el clavo, no obstante de inmediato el pelirrojo carraspeó nervioso y trató de ocultar el tierno rubor que teñía sus pálidas mejillas.
-¡Claro que no! Es que... es que yo... simplemente quiero ver con mis propios ojos qué tan devastado está el "todopoderoso mandamás" después de pasar cinco días encerrado en el hoyo.-Trató de justificarse mientras se cruzaba de brazos y fingía indiferencia. El perro se carcajeó divertido sin creerle una sola palabra a Taemin. Por su parte Key sonrió enternecido, él enseguida se había percatado del sonrojo de su bebé, podría jurar que el menor ya estaba empezando a enamorarse del azabache.
-¡Oh vamos! No te creo nada, estás que te mueres por Minho, admítelo de una buena vez por todas, además... el hoyo es como un juego de niños para la rana, él ha soportado cosas mil veces peores, así que te puedo asegurar que no estará devastado ni mucho menos, Taemin.-Sentenció el perro con tono de voz burlón mientras le revolvía los cabellos al menor, no obstante éste último abrió sus ojos de forma desmesurada, no podía creer lo que acababa de oír.
-¿Me... me dijiste Taemin?-Le preguntó en un hilo de voz. El perro carraspeó nervioso al caer en cuenta de que, por primera vez, llamaba por su verdadero nombre al pelirrojo.
-¡Ya! Sólo te llamé por tu nombre, así que quita esa cara de sorpresa, cabeza de fresa.-Le respondió Jonghyun a la defensiva mirando hacia otra parte, la Diva sonrió más feliz que nunca al ver cómo poco a poco el castaño comenzaba a cogerle cariño a su bebé. Taemin simplemente optó por asentir mientras una dulce sonrisa adornaba su rostro. El perro tenía una particular manera de "demostrar" su cariño, quizás a muchas personas le podría parecer tosco y bruto, pero él también tenía su corazoncito.
-Pero Taeminnie... el doctor recién ayer te dio de alta y te aconsejó que hicieras reposo, de hecho ahora mismo deberías estar descansando.-Le riñó el rubio mientras posaba sus manos sobre sus caderas con el ceño fruncido. El menor se mordió la lengua mientras negaba lentamente con la cabeza, él en verdad deseaba ver a Minho, lo necesitaba más que nunca.
-Estoy bien Umma, te lo juro, ¡Por favor permíteme acompañarlos!-Le rogó el pelirrojo mientras hacía un adorable puchero, el rubio no pudo resistirse a eso y al final terminó cediendo.
-¡Maldición! Eso es injusto, tú sabes perfectamente que no puedo resistirme a tus lindos pucheritos... de acuerdo bebé, puedes acompañarnos.-Al oír esto último el menor abrazó fuertemente a la Diva.
-¡Muchas gracias Umma!-
Después de eso los tres reos se encaminaron hacia el área de castigos que tenía aquella cárcel y cuando finalmente llegaron, vieron cómo un guardia de seguridad abría la puerta del hoyo para dejar salir así al mandamás de la Underground Prison.
Taemin tragó grueso, simplemente no podía creer que después de permanecer cinco días encerrado allí dentro, Minho siguiera viéndose igual de guapo, ni siquiera se mostraba agotado o desarreglado, lo único que el pelirrojo pudo notar de "diferente" en el mayor era una barba de pocos días que le había crecido debido a que obviamente no se la rasuró, pero aun así... el desgraciado seguía viéndose endemoniadamente sexy. Aquel azabache era tan perfecto ante los ojos de Taemin... cómo le gustaría a él tener aunque sea un poco de toda esa fortaleza que Minho poseía, jamás permitía que nada lo perturbase, siempre pensaba antes de actuar y su sola presencia imponía tanto miedo como respeto. Sin embargo... el pelirrojo recordaba perfectamente haber visto por primera vez en más de 11 meses una expresión de verdadera preocupación reflejada en el frío rostro de aquel hombre, estaba seguro de que lo que vio no fue producto de su imaginación, Taemin podría jurar por su madre y hermanos que el mandamás se había preocupado por él... y por más extraño que sonara: saber esto al pelirrojo le hacía inmensamente feliz.
-¿Y? ¿Cómo estás rana? ¿Te gustó estar en el hoyo?-Le preguntó Jonghyun en tono burlón, el azabache bufó con molestia sin embargo enseguida una sonrisa orgullosa adornó su semblante.
-Como ves estoy perfectamente bien, perro. Sabes que se necesita muchísimo más que el estúpido hoyo para poder derrumbarme. Y... para serte sincero mi encierro estuvo bastante entretenido, ya que al estar tantos días solo... pude pensar y decidir de qué manera mataría a los hijos de puta que le hicieron eso a Taemin.-Reveló mientras clavaba su imponente mirada sobre la del menor, quien tembló en su sitio y vio cómo los negros ojos del mandamás le recorrían el cuerpo entero de pies a cabeza. La verdad es que el pelirrojo prefería no pensar en qué les ocurriría a los reos que envenenaron su comida, debido a que si lo hacía... su bondadoso corazón le exigiría rogarle al mandamás que por favor no los matara, pero por otro lado él sabía que si Minho no cortaba la "mala yerba" de raíz, esos reos seguirían lastimando a gente inocente, así que, como bien le dijo su Umma, debía dejarlo ser.- ¿Estás bien?-Le cuestionó de la nada el azabache, entonces el pelirrojo dejó de divagar en sus propios pensamientos y ante ésta pregunta se limitó a asentir ruborizado.
-Sí, ya estoy mucho mejor, ayer el doctor me dio de alta... supe que tú pagaste la medicina que necesitaba para poder salvarme, muchísimas gracias.-Le dijo Taemin mientras hacía una pequeña reverencia, el mayor chasqueó la lengua con molestia.
-No tienes nada que agradecerme, pequeño tonto. Lo hice porque quise y ya.-El pelirrojo sonrió enternecido al ver lo gruñón y orgulloso que podía llegar a ser aquel azabache.
-Minho, tenemos algo importante que decirte.-Le avisó Key enseriando drásticamente su semblante para luego mirar a Jonghyun y hacerle una señal con los ojos. Ante ésta acción el perro procedió a acercarse al mandamás y susurrarle algo al oído. Taemin por su parte frunció el ceño muy confundido, sin entender absolutamente nada de lo que estaba pasando a su alrededor, sin embargo se extrañó al ver cómo el mandamás apretaba sus puños fuertemente al terminar de oír lo que el castaño le susurró.
-Buen trabajo, chicos.-Felicitó Minho tanto al perro como a la Diva.-Pero de ahora en más yo me encargaré personalmente de ese asunto, mientras tanto necesito que ustedes dos vayan a verificar el estado de la nueva mercancía que acaba de llegar, ya saben qué hacer.-Les ordenó y entonces ambos reos se limitaron a asentir, después de eso el mandamás clavó su mirada sobre la del pelirrojo.-Taemin, vuelve a tu celda y descansa, yo pasaré a buscarte más tarde.-Al oír esa orden el menor negó frenéticamente con su cabeza, ante tal negación el mandamás frunció el ceño con molestia. Sin embargo no pudo replicar nada porque de un instante a otro, el pelirrojo corrió hacia donde él se encontraba para a continuación dar un pequeño saltito, enredar sus brazos alrededor del cuello de Minho y plantarme un fogoso beso en los labios. El azabache abrió desmesuradamente sus ojos, jamás imaginó una reacción así por parte de Taemin, no obstante enseguida correspondió al contacto de labios mientras aprisionaba la estrecha cintura del menor entre sus fuertes brazos.
Cuando se separaron debido a la falta de oxígeno el mandamás se maravilló al ver cómo la linda carita del menor se ruborizaba de forma progresiva. El pelirrojo escondió su avergonzado rostro en el cuello de Minho porque no se atrevía a mirarlo a los ojos mientras le decía lo siguiente:
-P-Por favor... te necesito Minho, a-antes de hacer lo que sea que tengas que hacer...-Taemin se mordió el labio inferior increíblemente sonrojado antes de continuar, agradecía al cielo poder al menos esconder su cara en el cuello del mayor.-... Quiero que me hagas tuyo, ¡Ahora!-Exigió y enseguida tapó su boca avergonzado al caer en cuenta de lo pervertido que debía verse ante el perro y la Diva.
Minho quedó en shock... ni siquiera en sus sueños más locos imaginó ver a un Taemin tan sumiso y necesitado. Y para serles completamente sincero: le encantaba y le excitada de sobremanera esa nueva faceta del menor. Una fuerte oleada de placer atacó su ingle, llevaba días sin marcar como suyo a ese hermoso pelirrojo y la verdad es que moría de ganas por llevárselo a la cama. Así que sin pensarlo dos veces, el azabache agarró con algo de brusquedad los rojos cabellos del menor y jaló su cabeza hacia atrás para luego proceder a besarlo con posesividad.
Por otra parte, tanto Jonghyun como Key estaban increíblemente sorprendidos, nunca imaginaron que "el cabeza de fresa" dijera semejantes palabras. Sin embargo el rubio (después de reponerse del shock inicial) sonrió enternecido, sólo existía una explicación lógica que justificaba el extraño actuar de su bebé: finalmente se había enamorado de Minho. Ahora sólo debía procurar hablar lo antes posible con el azabache y amenazarlo para que no lastimara a Taemin, aquel pelirrojo realmente no merecía sufrir, todo lo contrario, la Diva deseaba desde lo más profundo de su corazón que Taemin pudiera ser muy feliz.
-De acuerdo, entonces vayamos hacia mi celda Taemin, más tarde me encargaré del asunto que tengo pendiente.-Sentenció el mandamás una vez que él y el menor separaran sus labios. Con "asunto pendiente" Minho se estaba refiriendo a ir al sótano para matar a los dos sujetos que envenenaron al pelirrojo. Así que el castaño y el rubio simplemente se limitaron a asentir.
-Muy bien, entonces nosotros nos retiramos.-Dijo Key antes de acercarse a su bebé (quien por cierto resultó no ser tan inocente como él creía) y revolver de forma fraternal sus cabellos.
-Cuídense mucho Umma y Jonghyun, nos vemos después.-Soltó el menor aún sonrojado.
-Cualquier cosa si nos necesitan estaremos en el sótano revisando la mercancía.-Avisó el perro para luego darse la vuelta junto con el rubio y comenzar a caminar por aquel interminable pasillo.
...
Cuando Minho y Taemin finalmente quedaron solos, el azabache sonrió de forma maliciosa para a continuación agarrar del brazo al menor y empezar a jalarlo hacia su celda. El pelirrojo obviamente no opuso resistencia, es más, cuando llegaron a la celda fue el mismo Taemin quien obligó al mandamás a darse la vuelta para así poder enredar sus brazos alrededor del cuello del mayor y automáticamente proceder también a enredar sus delgadas piernas alrededor de la cintura de Minho, éste último lo besó apasionadamente mientras manoseaba el redondo trasero del pelirrojo. A pasos apresurados caminó hacia la cama mientras cargaba a Taemin, al llegar a su destino tiró al pelirrojo sobre el colchón y enseguida se posicionó sobre su menudo cuerpo, el menor se mordió el labio inferior ansioso por tener el miembro de ese sensual hombre arremetiendo con fuerza en su interior. Taemin en verdad deseaba sentirlo, no, no era un deseo, era una necesidad.
-¿Me extrañaste? ¿Extrañaste que te follara?-Le preguntó Minho al oído con lascivia, el pelirrojo se estremeció de pies a cabeza pero asintió.
-Sí... necesité tanto sentir tu cuerpo encima del mío.-Le reveló mientras acariciaba dulcemente los cabellos negros del mandamás.-Extrañé muchísimo tocarte y que tú me tocaras a mi...-Continuó diciendo mientras colaba sus manos debajo de la playera de Minho para así poder tocar esos duros abdominales que tanto le encendían.
-¿Así? Pues qué bien porque voy a hacerte mío ahora mismo.-Le dijo el mandamás mientras le sacaba rápidamente la blusa blanca al pelirrojo, éste último se relamió los labios ansioso mientras observaba cómo Minho empezaba a lamer, besar, chupar y mordisquear uno de sus pezones mientras posicionaba su mano sobre el otro para pellizcarlo causándole un cosquilleo placentero al pelirrojo.
-¡Ah! ¡Sí, házmelo Minho! ¡Rápido!-Exigió Taemin y el mandamás siguió brindándole atención a esos lindos botoncitos rosas aunque en el fondo estaba gratamente sorprendido. Le encantaba el Taemin rebelde e indomable, pero esa nueva faceta del pelirrojo... tan desinhibida y pasional también le gustaba mucho.
-Vaya, eres todo un gatito en celo Taemin.-Bromeó el azabache mientras seguía jugando con los pezones del pelirrojo quien no paraba de gemir extasiado por las atenciones que Minho le proporcionaba a su cuerpo. Cuando el mandamás dejó ambos pezones completamente erectos, sonrojados y ensalivados, el menor, jadeante, se sentó sobre el colchón para así poder quitarle con mayor comodidad la playera al azabache e inmediatamente maravillarse con aquel torso tan marcado que de sólo verlo ya le llevaba a niveles inimaginables de excitación. Taemin, sin una pizca de pudor, manoseó y lamió los pectorales del mandamás mientras llevaba sus manos hacia el pantalón del mismo para poder masajear la erección de Minho.
-Quiero sentirte ahora mismo dentro de mí, por favor... ¡Penétrame ya!-Exigió el pelirrojo mientras comenzaba a desabrochar con ansiedad el pantalón del mandamás, quien sonrió ladino mientras se dejaba hacer y a la vez extendía una de sus manos hacia la mesita de luz que reposaba al lado de la cama con el propósito de agarrar un condón. Sin embargo Taemin se le adelantó y fue él quien cogió el preservativo.-Yo mismo te lo pondré, ¿Te parece?-Le dijo el menor mientras le guiñaba un ojo de forma coqueta para a continuación abrir el envoltorio de aquel condón con sus dientes, el mandamás tragó grueso... Taemin ese día estaba más sexy de lo normal, simplemente irresistible. Quería marcarlo, devorarlo por completo y que todo el mundo supiera que aquel lindo pelirrojo le pertenecía únicamente a Choi Minho, nadie más que él mismo podía tocar a Taemin. Si existía una palabra, además de "fuerte" y "frío" que caracterizara perfectamente al mandamás... esa sería sin lugar a duda la palabra "posesivo", ya que él no compartía lo que sentía que le pertenecía.
Taemin por su parte se concentró en liberar la erección del azabache y se relamió los labios al observar aquel maravilloso pene, moría de ganas por sentirlo dentro de su interior, deseaba con todas sus fuerzas que Minho lo hiciera suyo y que a su vez el mandamás le perteneciera solamente a él. No quería compartirlo con nadie más.
El mayor suspiró de placer al ver cómo aquel pelirrojo lamía con lujuria la palma de su propia mano para luego llevarla hacia su erección y comenzar a estimularlo, sin lugar a duda el líquido pre seminal que ya escurría por todo el tronco de su virilidad ayudó demasiado a que la masturbación que Taemin le estaba proporcionando fuera mucho más cómoda y caliente al mismo tiempo.
Minho clavó su mirada sobre el rostro sonrojado del menor, quería ver cada una de las expresiones de Taemin mientras lo masturbaba para gravárselas en su memoria. La pequeña mano del pelirrojo subía y bajaba marcando un vaivén lento pero a la vez enloquecedor, sin embargo enseguida se vio en la necesidad de utilizar su otra mano, debido a que el pene del mandamás era realmente grande. Y pensar que todo eso entraba en él... Taemin tragó grueso al percatarse de ese hecho, no obstante, lejos de echarse hacia atrás, le entraron más ganas de que Minho lo penetrara, quería que lo partiera en dos haciéndolo sentir suyo. Se sintió un sucio, un maldito pervertido, pero nada de eso le importó y él simplemente continuó masturbando al mayor aumentando de manera progresiva la velocidad de aquel caliente vaivén hasta lograr dejar la erección de Minho tan dura como una roca.
De un instante a otro, Taemin retrocedió unos cuantos centímetros para poder quitarse rápidamente sus ropas y también ayudar a Minho a quitarse lo que a él le faltaba, no quería que nada estorbara en el cálido contacto que sus pieles disfrutarían al rozarse.
Cuando finalmente ambos reos quedaron completamente desnudos, el primero en actuar fue nuevamente el pelirrojo; Minho realmente estaba sorprendido, si su memoria no lo engañaba... era la primera vez que el menor tomaba la iniciativa en el sexo. ¿Y para qué mentirles?: en verdad le gustaba, le calentaba demasiado esa nueva faceta de Taemin.
El pelirrojo se valió de sus manos y de su boca para poder colocarle el condón a Minho. El mandamás dejó de respirar justo en los segundos que Taemin bajaba aquel látex por toda la extensión de su pene utilizando sus dientes, la expresión de perversión y lujuria reflejada en los ojos del menor... era simplemente perfecta, el azabache juró que él iba a ser el primer y último hombre que tuviera el privilegio de ver a Taemin en esa faceta... preferiría verlo muerto a tener que verlo en brazos de otro hombre o mujer. Sólo debía pertenecerle a él.
Cuando aquel condón quedó perfectamente colocado sobre el miembro erecto del mandamás, Taemin procedió a agarrar la mano derecha del azabache y llevarla hasta la altura de su boca para a continuación comenzar a succionar sus dedos con gula.
Minho tragó grueso, esa imagen era realmente erótica, lo ponía a mil. Ver sus dedos entrar y salir de la pequeña boca de aquel pelirrojo era el delirio. Cuando sus dedos estuvieron completamente ensalivados, el menor los liberó no sin antes relamerse los labios para luego acercarse a la oreja del mandamás y susurrarle lo siguiente:
-Prepárame, por favor.-La voz increíblemente aguda y cargada de deseo que Taemin utilizó para pedirle aquello hizo que a Minho se le erizara cada vello de su cuerpo. Sin hacerse rogar, el mandamás obligó al pelirrojo a que se diera la vuelta forzándolo a quedarse en cuatro sobre el colchón.
-Con mucho gusto.-Fue la respuesta del mayor quien inmediatamente abrió las lindas nalgas de Taemin penetrando con su lengua el pequeño ano de éste último, el menor gimió gustoso mientras apretaba fuertemente las sábanas con sus manos. Sentir cómo lo penetraba la lengua de Minho le provocaba un éxtasis que ninguno de ustedes podría si quiera imaginar.
Luego de unas cuantas lamidas el mandamás procedió a darle un par de nalgadas que hicieron chillar de placer al menor. Cuando Taemin sintió el primer dedo de Minho lubricado con su propia saliva abrirse paso entre sus entrañas puso sus ojos en blanco jadeando gustoso. Enseguida comenzó a mover sus caderas exigiendo más dedos, por lo cual el azabache ingresó el segundo y casi al poco tiempo un tercero. El mayor metía y sacaba sus dedos con maestría mientras sentía cómo su polla palpitaba ansiosa por enterrarse profundamente entre las redondas nalgas del menor. Necesitaba poseerlo ya.
-Taemin... necesito... metértela ahora...-Le susurró al oído mientras seguía preparándolo.
-Y yo necesito que me hagas tuyo ahora mismo... saca tus dedos, haré algo que te hará sentir muy bien.-Le propuso el pelirrojo y el azabache enseguida lo obedeció. De un instante a otro el menor se dio la vuelta y obligó a Minho a sentarse sobre el colchón y separar un poco sus generosos muslos. El mandamás frunció el ceño confundido sin embargo enseguida se mordió el labio inferior tratando de reprimir un jadeo de placer al ver cómo Taemin se sentaba sobre su pene auto-penetrándose en el acto.
-Dios... eres exquisito.-Le susurró Minho al oído antes de morder el lóbulo de su oreja mientras llevaba una de sus manos a la estrecha cintura del menor y la otra la posicionaba sobre el pene del mismo para comenzar a masturbarlo, mientras tanto el pelirrojo inició un vaivén de caderas de arriba-hacia-abajo cabalgando hábilmente al mandamás.
-¡Me encantas Minho! Ahh...-Gemía el menor mientras seguía cabalgando sobre el regazo del azabache.
Las embestidas era cada vez más rápidas y feroces, el mayor masturbaba la erección del pelirrojo para ayudarlo a venirse, una delgada capa de sudor cubría los cuerpos de ambos reos y la temperatura de esa celda aumentaba segundo tras segundo.
-¡Sí, ahí me gusta! ¡Embísteme ahí!-Exigió Taemin cuando el glande de Minho finalmente tocó su próstata. El mandamás sonrió ladino antes de sujetar firmemente la cadera del menor con una de sus manos para darle un poco más de impulso a las auto-penetraciones del pelirrojo.
Taemin tiró su cabeza hacia atrás, la mano de Minho atendiendo su erección más el miembro del mismo invadiendo sus entrañas era demasiado... en cualquier momento se vendría. Minho acercó su boca al cuello descubierto del menor marcando esa piel tan blanca con un rojo chupetón. Quería que todo el mundo supiera que ese pequeño le pertenecía por completo.
Las embestidas se prolongaron por unos cuantos minutos más hasta que finalmente el pelirrojo se corrió sobre el musculoso vientre del mandamás. Debido al orgasmo, las paredes del interior de Taemin se contrajeron apretando deliciosamente el pene de Minho haciéndolo venirse casi de inmediato. Las respiraciones de ambos eran irregulares, estaban muy agitados, no obstante el azabache sonrió de forma pervertida antes de decirle lo siguiente:
-Mi vientre está manchado con tu semen, ¿Qué harás al respecto?-Le preguntó frunciendo el ceño divertido. Taemin le devolvió la sonrisa para a continuación sacar la polla de Minho de su interior y proceder a agacharse para comenzar a lamer su propia esencia. Cuando dejó la piel del mandamás completamente limpia optó por besarlo apasionadamente haciéndole así probar su propio sabor a Minho.
-Hmm... sabes delicioso.-Le reveló el mandamás una vez que separaron sus labios debido a la falta de oxígeno. Taemin le dedicó una tierna sonrisa antes de caer agotado sobre el colchón.
-Estoy exhausto...-Dijo el pelirrojo mientras sus párpados iban cerrándose lentamente, Minho suspiró antes de levantarse de la cama y arropar rápidamente al más pequeño.
-Eso es porque recién ayer te dieron el alta y se supone que hoy deberías estar descansando en tu celda... no teniendo sexo conmigo.-Le reprochó mientras se quitaba el condón usado y lo tiraba a un pequeño cesto de basura.
-Lo sé, lo sé... pero es que enserio necesitaba hacerlo contigo.-Le reveló mientras un dulce sonrojo adornaba sus mejillas. El azabache sonrió con suficiencia, le encantaba sentirse necesitado.
-Yo también necesitaba follar contigo, eres adictivo Taemin.-Le confesó mientras comenzaba a vestirse velozmente. El menor frunció el ceño desconcertado.
-¿A dónde vas?-Le cuestionó en un hilo de voz.
-A resolver un asunto que me quedó pendiente, tú descansa.-Le ordenó y entonces el pelirrojo recordó que Minho mataría a los tipos que se atrevieron a echarle veneno a su comida. Tragó grueso, una parte de él quería rogarle al mandamás que no los matara, que tuviera piedad... sin embargo otra parte le decía que lo único que conseguiría si hacía eso sería enojar al azabache y que además esos tipos se lo merecían. Al final decidió quedarse callado y simplemente asentir con la cabeza antes de ver a Minho desaparecer por la salida de aquella celda.
"Me pregunto... si estaré haciendo lo correcto al permitir que él los mate... es decir, sé que son malas personas pero eso no significa que dejen de ser seres humanos y como tales tienen derecho a vivir..." Ese fue el pensamiento que pasó por la benévola mente de aquel pelirrojo en esos momentos, completamente confundido decidió cubrir su cabeza con una almohada tratando de conciliar el sueño. "Maldición... Taemin debes entender que no siempre puedes salvar a todo el mundo, hay veces que simplemente debes cruzarte de brazos y dejar que las cosas pasen" No obstante la culpa siguió atormentándolo hasta que finalmente Morfeo se apiadó de él y lo dejó dormir tranquilamente.
...
...Mientras tanto en otra parte de aquella prisión, más específicamente en el sótano de la misma...
El mandamás abría la puerta de aquel sector de la cárcel que más le pertenecía para luego cerrarla con tranca. Al girar la cabeza se encontró con dos reos sentados en sillas, bien atados y amordazados. Una sonrisa aterradora adornó su rostro y los tipos comenzaron a llorar.
-Vaya, por lo que veo Jonghyun y Key se encargaron de ustedes personalmente... aunque conociendo a la Diva seguramente sólo los torturó psicológicamente mientras el perro hacía el trabajo sucio, después de todo el rubio oxigenado detesta mancharse las manos con sangre de escoria como ustedes...-Comenzó diciendo el azabache mientras veía con más detalle el estado en el cual se encontraban los culpables de que Taemin casi se muriera.
Solamente traían puesto sus pantalones, sus blusas habían sido retiradas y tenían el torso lleno de profundas cortaduras, además los huesos de sus piernas estaban rotos para que no pudieran caminar, la fría mirada de Minho descendió hasta toparse con sus manos las cuales carecían completamente de dedos, sonrió con malicia... al perro le encantaba torturar a sus víctimas amputándole los dedos y obligándolos a que se los comieran.
Los ojos de Minho se posaron sobre una cubeta de tamaño considerable que reposaba al lado de los reos, enseguida se percató de lo que contenía y entonces se acercó con parsimonia hacia esos sujetos, quienes inútilmente trataban de liberarse.
-Por lo que veo Key se encargó de preparar todo muy bien...-Empezó diciendo mientras agarraba una cuchilla con muy buen filo que se encontraba reposando sobre una pequeña mesilla de acero quirúrgico.-Ahora nos divertiremos hasta que me rueguen que los mate... ¿Les parece?-Les preguntó y ante aquella mirada inyectada de odio ambos tipos quisieron orinarse encima.
Minho les retiró la mordaza y al instante escupieron pedazos de sus propios dedos que se encontraban atascados en sus bocas.
-¡Po-Por favor no nos mate!-Suplicó uno sumido en un escandaloso llanto.
-¡Ha-Haremos lo que u-usted quiera mandamás!-Agregó el otro también chillando. Minho rodó los ojos hastiado. Si le dieran un dólar por cada vez que alguien le rogaba que por favor le perdonara la vida... sería millonario. A no, es cierto, él ya era millonario... pero igual creo que se entendió lo que quise decir.
-Es bastante molesto torturarlos mientras chillan como bebés así que haremos lo siguiente...-Fue lo que dijo antes de pisotear con brutalidad la entrepierna de uno de los hombres, el cual gritó adolorido y entonces Minho aprovechó esa oportunidad para agarrar fuertemente la lengua del desgraciado y, sin una pizca de compasión, cortársela con el cuchillo que cargaba en su mano derecha.
Repitió exactamente el mismo procedimiento con el otro reo dejándolos a ambos sin la posibilidad de clamar misericordia por sus patéticas vidas.
-De acuerdo, ahora que ya no pueden chillar... pasaremos al próximo juego.-Sentenció el azabache mientras desataba a uno de los tipos para luego sujetarlo fuertemente de sus cabellos y arrastrarlo por el suelo hacia aquel recipiente que reposaba cerca de donde ellos se encontraban. Pero antes de seguir avanzando giró su rostro para poder clavar su fría mirada sobre los asustados ojos del otro reo que aún permanecía atado.-Observa con atención lo que le ocurrirá a tu amiguito porque tú serás el siguiente.-Le reveló y entonces el hombre comenzó a sudar frío e hiperventilar.
-Seguramente te estarás preguntando qué diablos es el líquido que contiene éste recipiente, ¿Verdad?-Le cuestionó Minho mientras mantenía el rostro del recluso a centímetros de aquella extraña sustancia.-Es ácido sulfúrico.-Le informó y ante ésta revelación el tipo comenzó a temblar, no tenía ni puta idea de qué demonios era eso pero sabía que cualquier tipo de "ácido" era corrosivo para el cuerpo humano.-Espero que disfrutes del chapuzón.-Fue lo último que le dijo antes de sumergir el rostro de aquel hombre en aquel líquido.
El reo trató inútilmente de liberarse de aquel agarre utilizando todas sus fuerzas mientras sentía cómo la piel de su rostro ardía, se descomponía e iba desollándose rápidamente. El resultado fue aterrador, ya que cuando Minho finalmente decidió separar aquel rostro del ácido sulfúrico, su aspecto era espeluznante... la piel se le había caído dejándola en carne viva y sangrando a borbotones. Sin más lo tiró al piso como si se tratara de un viejo trapo usado y se giró hacia atrás para encargarse del siguiente. Una sonrisa retorcida adornó su semblante al percatarse de que el otro reo se había orinado encima al ver la tortura que su compañero acababa de sufrir.
-¿Estás listo? Espero que sí, porque ahora sigues tú.-Le dijo mientras se acercaba y veía al hombre negar frenéticamente con su cabeza mientras muchas lágrimas rodaban por sus mejillas.-Ni te molestes en tratar de producirme lástima... he visto tantas veces esa misma expresión en la cara de mis víctimas que ya hasta me la sé de memoria. Las lágrimas no surten ningún tipo de efecto en mí, ni que me digan la frase trillada esa de: "tengo esposa e hijos" me da exactamente lo mismo, no es problema mío, recuerden que todo esto que les está pasando es exclusivamente culpa suya, por tratar de lastimar a mi juguete.-Les aclaró antes de desatar al segundo tipo y emplear el mismo método de tortura con él. Al final ambos reos quedaron tirados en el suelo completamente desfigurados y convulsionando a causa del dolor extremo que sentían.
-¿Quieren más? Quizás debería terminar de verter el ácido en sus cuerpos, ¿Qué les parece?-Los reos, con las pocas fuerzas que les quedaba, negaron mientras más lágrimas brotaban de sus ojos.-Entonces... ¿prefieren que los mate?-Los tipos sin pensarlo dos veces asintieron, una sonrisa maliciosa surcó el rostro de Minho.- ¿Y cómo prefieren que los mate? ¿Degollándolos?-Los reos volvieron a negar.-... ¿O de un solo tiro?-Los reos asintieron enseguida. Una cínica carcajada resonó por todo el sótano.- ¿Enserio creen que soy tan benevolente como para darles una muerte rápida después de lo que hicieron? Oh no, ustedes van a morir de la misma forma en la que murió el encargado de la cocina hace unos días atrás. Van a saber cómo se siente que te rebanen el cuello.-Sentenció antes de agarrar del brazo con brusquedad a uno de ellos para posteriormente colocar una cuchilla justo debajo de su cuello, el otro reo se arrastró asustado hasta la puerta de aquel sótano desesperado porque se abriera, sin embargo tenía puesto el pestillo... debía resignarse, ese era el fin para ambos. Minho, sin vacilación alguna, rebanó el cuello del desgraciado abriendo la piel de lado a lado para luego tirar el cadáver el piso.
-Tranquilo, no te entristezcas por la muerte de tu amigo, ya que muy pronto tú también lo acompañarás al infierno.-Le "consoló" (nótese el sarcasmo) el mandamás mientras se acercaba a él haciendo girar en el aire su cuchilla. El segundo reo cerró sus ojos resignado mientras sentía la filosa hoja de aquella cuchilla sobre su cuello, en esos instantes se arrepintió de lo que le hicieron a Taemin, si no lo hubieran hecho... no habrían tenido que pasar por todo eso. Pero ya era tarde...
Minho dejó caer el cuerpo inerte de aquel hombre sobre el de su amigo. Ambos estaban bien muertos. Después de dejar el cuchillo que había utilizado sobre la mesilla de acerco quirúrgico, el azabache sacó del bolsillo trasero de su pantalón su teléfono móvil (No estaba permitido usar celulares en esa cárcel, pero oh vamos, estamos hablando del mandamás... además otros convictos también los usaban aunque claro está lo hacían a escondidas) sin una pizca de culpa, el azabache le sacó una foto a los cadáveres de esos dos reos.
-Ésta fotografía va a recorrer toda la Underground Prison y así todos sabrán qué les pasará si se atreven a desobedecerme o a ponerle un dedo encima a mi juguete.-Fue lo que dijo mientras volvía a guardar su celular para a continuación caminar hacia el pequeño baño que poseía aquel sótano, necesitaba lavarse sus manos manchadas con sangre. Ya luego se daría una ducha, pero antes tenía que ir con un reo hacker que estaba bajo sus órdenes para que la foto que él había sacado llegara a todos los celulares que tenían los presos de esa cárcel.
Al abrir la puerta del sótano se sorprendió al ver a Key parado enfrente de él.
-¿Qué haces aquí, rubio oxigenado?-Le preguntó con su habitual malhumor y entonces la Diva rodó sus ojos antes de chasquear los dedos, al hacerlo automáticamente dos reos aparecieron detrás de él.
-Traje a estos tipos para que limpiaran la basura.-Le reveló y Minho simplemente optó por asentir.- ¿Qué demonios están esperando? ¡Muevan el culo y limpien el sótano!-Les ordenó Key mientras apuntaba al sótano con su dedo índice.
-¡Sí señor!-Exclamaron antes de entrar al sótano para encargarse de retirar aquellos cadáveres.
-¿Ya hicieron lo que les pedí?-Le cuestionó el mandamás al rubio refiriéndose a la mercancía (drogas) y ante ésta pregunta Key bufó con molestia.
-¿Por quién nos tomas? ¿Acaso crees que yo y Jonghyun somos unos incompetentes? Por supuesto que sí.-Le respondió haciéndose el ofendido, el azabache se carcajeó divertido.
-El burro por delante.-Le riñó y Key le sacó la lengua.
-Querrás decir "la Diva por delante".-Le corrigió. Minho negó lentamente con su cabeza aún sonriente, definitivamente su amigo jamás cambiaría, pero si no fuera así de egocéntrico... no sería Key, ¿Verdad?
-Buen trabajo.-Le felicitó.-Por cierto... ¿Dónde está el perro?-Le cuestionó al percatarse de que Jonghyun no estaba acompañándolo como de costumbre.
-Está en el gimnasio haciendo pesas... ya sabes, debe trabajar esos musculosos brazos con los cuales me carga a lo koala y me la mete bien duro contra la pared.-Le dijo mientras se relamía los labios con lujuria. Minho rodó los ojos mientras suspiraba derrotado. La Diva no sólo era egocéntrico... también era endemoniadamente pervertido.
-Sí, sí como sea. No me interesa saber sobre sus posiciones sexuales.-Le cortó antes de que continuara contándole cómo le gustaba que Jonghyun se la metiera.-Por cierto Key, necesito que vayas al baño y saques a todos los reos que están allí... dentro de un rato iré a bañarme.-Le pidió y el rubio asintió.
-De acuerdo. Y... la verdad es que te hace falta una ducha, apestas a sangre.-Le informó mientras tapaba su nariz poniendo una mueca de disgusto.- ¿Pero por qué no nos vamos juntos a echar a los reos que están en el baño? ¿Acaso irás a otro lugar antes?-Le cuestionó y Minho asintió.
-Sí, iré a la celda de un hacker a ordenarle que divulgue una foto que le saqué a los cadáveres de los reos que torturé para producir más miedo entre los convictos.-Le confesó mientras comenzaba a caminar por aquel extenso pasillo.-Mientras tanto tú ve y deja preparado el baño para mí.-Fue lo último que le dijo antes de emprender su caminata hacia la celda de aquel reo que necesitaba.
Key suspiró desilusionado... él quería hablar con Minho acerca de Taemin, advertirle que muy probablemente el pelirrojo se estuviera enamorando de él y que tuviera un poco de cuidado para no lastimarlo. Pero ni modos, ya habría otra oportunidad para hablar sobre eso. La mirada del rubio se posó sobre los reclusos que estaban limpiando el sótano.
-Ustedes encárguense de dejar todo bien limpio, cuando hayan terminado tranquen el sótano con ésta llave.-Les dijo mientras tiraba la misma al piso.- Después vayan al gimnasio y entréguensela a Jonghyun, yo iré a encargarme de otra cosa. Oh... y creo que no hace falta que le diga qué les ocurrirá si se quieren pasar de listos conmigo, ¿Verdad?-Les advirtió antes de darse la vuelta y encaminarse hacia el baño de aquella prisión. Los reos se miraron asustados entre ellos y tragaron saliva. Después de ver con sus propios ojos lo que el mandamás le había hecho a esos dos convictos no tenían ni tantita gana de intentar desobedecerlo o jugarle alguna broma a ese hombre tan peligroso. Mejor hacían lo que Key les había ordenado y después se iban tranquilitos hacia su celda.
...
La Diva caminó hacia el baño y allí vio un par de reos que vigilaban la puerta de acceso al baño la cual se hallaba perfectamente cerrada. Al acercarse los hombres clavaron sus miradas sobre él.
-¿Por qué vigilan la puerta?-Les preguntó cruzándose de brazos.
-Es que Onew se está bañando y nos ordenó que vigiláramos la puerta para que nadie ingresara a molestarlo.-Les respondió uno de ellos.
-Oh... pues necesito entrar, así que apártense.-Les ordenó y los sujetos se miraron entre ellos sin saber qué hacer.
-Lo siento Key pero no podemos... es decir... no queremos desobedecerlo, él es la pareja del mandamás, podría hacer que nos mande a matar si no le hacemos caso.-Se justificó uno de ellos y entonces el rubio enfiló peligrosamente su mirada.
-¿Disculpa? ¿Estás contradiciéndome? Fue el mismísimo Minho quien me mandó para que le preparara el baño porque enseguida vendrá a bañarse, además tengo ganas de charlar con Onew así que háganse a un lado.-Les repitió mientras trataba de abrir la puerta, no obstante uno de los guardias tocó su hombro para apartarlo.
-Por favor...-Insistió. Entonces Key no lo soportó más y explotó. Le dio un rodillazo a quien había osado tocarlo sin su consentimiento para luego darle una fuerte patada mandándolo a volar bien lejos y después de eso se dio la vuelta para darle un fuerte puñetazo al otro preso quien también salió disparado chocando contra la pared. Ambos tipos quedaron muy adoloridos. La Diva podría parecer delicado... pero tenía músculos escondidos y sabía defenderse muy bien.
-Una sola palabra más... y hablaré con el mandamás para que se encargue personalmente de ustedes dos. Además... ¿Saben que soy la pareja de Jonghyun, verdad? ¿Tienen una idea de lo celoso que es mi perrito? Los degollaría si se enterara que uno de ustedes se atrevió a tocarme.-Les amenazó y entonces ambos reos temblaron al oír el nombre Jonghyun salir de los labios de aquel rubio, todo el mundo le tenía miedo a ese castaño tan agresivo, nadie quería cruzarse en su camino y para colmo era la mano derecha del mandamás.
-Di-Discúlpenos.-Dijeron al unísono. Key bufó mientras sacaba una pequeña lima de su pantalón y limaba rápidamente sus uñas.
-Por golpear a uno de ustedes casi me rompo una uña, estúpidos.-Les insultó antes de darse la vuelta e ingresar a aquel baño cerrando la puerta de un portazo.
Sin embargo lo que la Diva no se esperaba era escuchar gemidos provenientes del interior de aquel baño, ¿Por qué el pollo estaría gimiendo? Es decir... no es como si Minho estuviese allí adentro con él teniendo sexo.
Con la incertidumbre consumiéndolo se encaminó con sigilo hacia donde provenían esos gemidos y no pudo creer lo que sus ojos veían:
Onew recostado sobre el lavamanos completamente desnudo siendo brutalmente penetrado por otro reo.
-¡Sí Joon, ahí me gusta! ¡Más rápido!-Gemía un excitado Onew al sentir cómo la polla del pelinegro rozaba una y otra vez ese nido de nervios tan sensible que se encontraba dentro de él.
-Hmm pollito...-Jadeó el mayor bastante acalorado y sudado.- Eres deliciosoq8;...-Le susurró al oído mientras seguía embistiéndolo con ímpetu.
Key dejó caer la lima con la cual se estaba limando sus uñas al suelo debido a la impresión que le produjo presenciar semejante escena. Simplemente no lo podía creer.
¿Onew le era infiel a Minho con otro reo? Increíble.
El pollo y Joon al oír aquel ruido giraron sus rostros palideciendo al ver al rubio parado enfrente de ellos.
-¿K-Key?-Soltó el castaño en un hilo de voz mientras sentía cómo todo su mundo se derrumbaba. Pudo sentir un tiro imaginario atravesándole el cráneo. Él sabía que tenía prohibido serle infiel al mandamás y aun así se atrevió a jugar con fuego...
...Pero tenía mucho miedo de quemarse...
...Continuará...
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