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(+18) TaeMin enojado


...

-¿Se puede saber por qué Chul confesó antes de morir que tú le ordenaste hacer lo que hizo?-Le preguntó frunciendo el ceño y mirándolo seriamente a los ojos.

Onew puso su mejor cara de desentendido para luego pararse rápidamente de la cama y caminar hacia su pareja.

-¡¿Qué?!-Preguntó desconcertado.- ¿El desgraciado me echó la culpa a mí por lo que él hizo?-Preguntó haciéndose el ofendido y al procesar mejor la información que Minho le acababa de proporcionar jadeó espantado.- ¿T-tú lo mataste?-Le cuestionó asustado, el pollo jamás quiso que se sacrificaran vidas al idear su plan, no pensaba que el mandamás llegara a tal punto de matar a quien lo había traicionado, sólo quería que se enojara con Taemin y que lo hiciera a un lado de una buena vez por todas... un sentimiento de culpa invadió su corazón en esos momentos.

-Por supuesto que lo maté.-Sentenció acercándose a Onew y levantando su barbilla para que lo mirara directamente a los ojos.-O más bien le ordené a Jonghyun que lo asesinara y él como siempre acató gustoso mi orden.-Le reveló con una sonrisa cínica en su rostro. El pobre castaño tembló de pies a cabeza, esa sonrisita perversa de Minho lo había perturbado de sobremanera.

-M-Minho... tú sabes perfectamente que ese tipo siempre te tuvo ganas...-Comenzó diciendo tratando de aparentar mejor el nerviosismo que sentía.-Y le enojaba muchísimo el hecho de que tú nunca hayas aceptado follar con él...-Continuó mientras sentía cómo aquella oscura mirada lo penetraba sin compasión alguna.-Es por esa razón que quiso vengarse de Lee Taemin, porque tú sí quisiste follarte "al nuevo" y sin embargo a él lo rechazaste incontables veces.-Finalizó sintiéndose un poco más seguro de su propia mentira, de una forma u otra debía lograr que el mandamás le creyera.-...Y al final, cuando vio que su plan fracasó, antes de morir quiso también arrastrarme junto con él ya que soy tu pareja. Chul siempre me tuvo mucha envidia y eso tú lo sabes mejor que nadie mi amor, debes creerme Minho.-Finalizó tratando de abrazar cariñosamente al azabache, no obstante el mayor apartó al pollo y lo fulminó con su mirada, el castaño tembló en su sitio rogando que por favor su amado creyera su mentira.

-Onew, tú mejor que nadie sabes lo impaciente que soy ¿Verdad?-Le preguntó apretando levemente su cuello, el menor se limitó a asentir con la cabeza, sumamente asustado.-Y también sabes lo mucho que detesto que al darle la mano a alguien, éste alguien se pase de listo y me agarre del codo ¿Cierto?-Le preguntó entornando peligrosamente su mirada.

-Sí, lo sé perfectamente Minho... pero... acaso tú... ¿Estás insinuando que yo planee todo esto en contra de Lee Taemin?-Le preguntó el pollo haciéndose el ofendido, aunque en el fondo se moría de miedo.

"No lo estoy insinuando, lo estoy afirmando" Fue el pensamiento que pasó por la mente del mandamás en esos momentos mientras observaba detenidamente el semblante consternado del menor. "Pero como desde que te conocí nunca antes me habías desobedecido, te daré ésta única oportunidad, espero sepas aprovecharla, pollo tonto" Fue lo último que pensó antes de liberar el cuello del castaño, quien suspiró aliviado, sin embargo el azabache lo agarró fuertemente de los cabellos haciéndolo jadear del dolor y acercó su boca al oído de un petrificado Onew.

-Yo no estoy insinuando nada pollo.-Comenzó diciéndole en un susurro espectral que hizo tiritar al otro.-Simplemente te estoy recordando que yo no soy de los que dan segundas oportunidades a nadie, sólo doy una y a muy pocas personas, así que considérate afortunado y tómalo como una advertencia.-Finalizó mordiéndole el lóbulo de la oreja al castaño, quien gimió entre adolorido y excitado.

-M-mi amor... te lo digo enserio... yo no hice...-Sin embargo el otro no lo dejó terminar, ya que lo besó de forma demandante, al menor no le quedó de otra más que corresponder al íntimo contacto con nerviosismo.

-Cállate, no necesito oír nada más.-Le dijo una vez finalizado el beso.-Sólo limítate a acatar mi advertencia y espero la tengas muy en cuenta la próxima vez que se te ocurra hacer una estupidez, porque ésta será la primera y última que pase por alto tu desobediencia.-Sentenció y el otro enseguida chilló.

-¡¿Cuántas veces debo decirte que yo no hice nada Min...?!-Sin embargo no pudo terminar la oración porque una sonora bofetada se estrelló contra su mejilla, haciéndolo caer sobre la cama bruscamente, Onew llevó la palma de su mano hacia la zona lastimada, frotándosela entre adolorido y asustado. En los dos años y medio que llevaba conociendo a Minho, éste nunca le había levantado la mano, debido obviamente a que el pollo jamás le había desobedecido en todo ese lapso de tiempo.

Cuando el menor por fin salió del shock en el cual se encontraba inmerso, sintió un peso sobre su cuerpo, el mandamás se había quitado rápidamente su playera blanca para posteriormente posicionarse encima de Onew.

-¿P-por qué me golpeaste?-Le preguntó temblando asustadizo debajo del fornido cuerpo de su pareja, el otro no le respondió de inmediato, más bien se concentró en mordisquear y lamer el cuello del castaño.

-Te golpee para que recuerdes quién manda aquí y también para que vayas mentalizándote de que te irá mucho peor la próxima vez que quieras volver a pasarte de listo conmigo.-Le dijo mientras le quitaba velozmente la blusa y colocaba su boca sobre el pezón rosado del pollo para comenzar a lamerlo y besarlo con gula.

-¡Hmm! M-Minho... yo no...-Sin embargo el otro silenció sus protestas plantándole un beso fogoso, mientras estiraba su mano y abría el cajón de su mesita de noche rebuscando hasta toparse con un sobrecito blanco doblado por la mitad.

-Cierra la boca Onew, calladito me gustas más.-Le dijo una vez finalizado el contacto entre sus labios.-Si sigues negándolo... me enojaré enserio y créeme: no quieres verme cabreado.-Le advirtió abriendo aquel sobrecito y acercándolo a las fosas nasales de un confundido castaño.

-¿Qué es eso?-Preguntó desconfiado el menor.

-Es éxtasis en polvo, aspíralo.-Le ordenó.-Hoy me apetece tener una follada más excitante que las anteriores.-Se justificó y el castaño tragó grueso sin embargo obedeció, no le convenía hacer enojar a Minho.

Una vez que Onew haya aspirado aquella droga, el mandamás la colocó de nuevo en su sitio y procedió a abrirle las piernas a un atontado pollo que ya comenzaba a sentir los efectos del narcótico.

-Te haré chillar del placer y del dolor, pollo desobediente.-Fue lo que le susurró al oído antes de comenzar a restregar su entrepierna contra las estrechas caderas de Onew, quien se limitaba a gemir bajito mientras sentía cómo sus párpados comenzaban a cerrarse lentamente...

...

Mientras tanto, en otra parte de esa inmensa prisión...

-¡Bebé!-Gritó un preocupado Key ingresando rápidamente a la enfermería y viendo a Taemin sentado en una silla alado de una camilla en la cual reposaba un inconsciente Jung, del otro lado de la misma se hallaban también sentados Chin y Bae.

-¿Umma?-Le respondió un asombrado pelirrojo que mantenía una bolsa con hielos apretada contra su mejilla izquierda.- ¿Q-qué haces aquí?-Le cuestionó y el rubio frunció el ceño ofendido acercándose al menor.

-¿Cómo que qué hago aquí?-Le preguntó al estar enfrente del menor, quien se paró de la silla para quedar así casi a la misma altura del mayor.- ¡Pues obviamente vine a ver cómo estás tontito! ¡¿Te duele mucho?! ¡Déjame ver!-Le exigió apartando delicadamente la bolsa de la mejilla de su bebé para verla un poco inflamada y con un ligero color entre rojo/morado, el rubio hizo rechinar sus dientes a causa de la cólera que lo invadió.- ¡Minho es un bruto! ¡Un gran estúpido!-Gritó apretando fuertemente sus puños, Taemin suspiró asintiendo con la cabeza mientras se llevaba de nuevo la bolsa con hielos a la mejilla.

-Sí, tienes toda la razón Umma, es un gran estúpido.-Le contestó frunciendo el ceño muy disgustado por el actuar de Minho.

-Quiero disculparme contigo bebé... quise intervenir, ¡de veras que quise impedir que te golpeara! Pero aun así no pude hacer na...-Sin embargo el menor no lo dejó terminar puesto que colocó su dedo índice sobre los labios del más alto.

-No tienes por qué disculparte Umma... yo les agradezco mucho a ti y a Jonghyun por haberme defendido de Minho.-Le confesó sonriéndole dulcemente, al final el mayor le devolvió la sonrisa.

-No tienes nada que agradecer bebé, yo siempre estaré allí para ti.-Le dijo palmeándole el hombre para que el menor supiera que podría contar con él para lo que sea y anhelando también que en un futuro su amado perro se encariñase del "cabeza de fresa" (como sólo Jonghyun lo llamaba) para defenderlo a capa y espada de todos aquellos que quisieran hacerle daño alguno al pelirrojo.

-Muchas gracias Umma, no sabes lo feliz que me hace tu incondicional apoyo.-El rubio ante las palabras de su niño sólo se limitó a asentir y luego carraspeó observando de reojo a los dos reos amigos del menor, para después desplazar su mirada hacia el inconsciente Jung, el cual se encontraba con un suero inyectado en la muñeca y con un respirador cubriendo tanto su boca como su nariz.-Qué bueno que tu amigo llegó justo a tiempo para decir la verdad antes de que ocurriera una tragedia.-Comentó Key y Taemin asintió levemente con la cabeza.

-Sí, no quiero ni imaginarme lo que hubiese ocurrido si Jung no llegaba en ese preciso instante...-Comenzó diciendo el menor arrugando su frente bastante consternado.-Minho estaba fuera de control, ni siquiera me escuchó, no puedo creer que enserio pensara en matar a mis amigos.-Susurró en un hilo de voz.

-Yo te dije varias veces que era un hombre peligroso, pero tú como siempre no quisiste escucharme Taeminnie.-Le recriminó un angustiado Bae, el pelirrojo asintió dándole la razón y pidiéndole perdón de forma muda a su amigo castaño.

-Bae tiene razón Taemin, no debes tomar tan a la ligera a ese tipo, dijiste que podías controlarlo y mira cómo terminaste: con la mejilla amoratada.-Le dijo el siempre imperturbable Chin con ese tono de voz pacífico que tanto lo caracterizaba, el menor sólo se limitaba a asentir ya que sabía de antemano que sus amigos tenían toda la razón. Una bronca incontenible contra el mandamás comenzaba a invadir el corazón del pelirrojo quien apretó fuertemente uno de sus puños, ya que con la otra mano aún sostenía la bolsa con hielos sobre su cachete golpeado. El rubio notó de inmediato que su pequeño temblaba de la rabia y entonces pensó que lo mejor era intervenir lo antes posible.

-Escúchame bebé... sé que piensas que Minho es un hijo de puta y de hecho no te culpo por pensar así de él, ya que sus acciones dejan mucho que desear últimamente...-Comenzó diciendo mientras aspiraba una gran bocanada de aire para luego continuar con su monólogo.-Pero quiero que sepas que si haces a un lado toda esa coraza de agresividad e insultos... él en realidad no es más que...-Sin embargo Taemin no le dejó terminar la oración.

-¡Ya basta Key!-Le gritó enojado mirando fijamente al rubio, éste jadeó sorprendido, ya que hacía meses que el pelirrojo había dejado de llamarlo por su nombre, siempre le decía "Umma", lo cual quería decir que ésta vez Taemin hablaba demasiado enserio y además se le notaba a kilómetros que realmente estaba muy enfadado.-Entiendo perfectamente que Minho sea tu amigo y que lo quieras mucho... pero eso no significa que yo esté obligado a quererlo también...-Comenzó diciendo mientras apretaba con rabia sus dos puños, ya que había dejado a un lado la bolsa con hielos para así poder encarar mejor al más alto.-Fui paciente con Minho tal y como tú me lo pediste ¿Y qué he conseguido?: que casi mate a amigos y que de paso me golpee. Lamentablemente... por el maldito "trato" que nos une, estoy condenado a tener que soportarlo, no obstante... eso NO significa que esté obligado a sentir algún tipo de afecto por ese bastardo, hoy me ha demostrado cómo es realmente, lo siento mucho Key, pero hasta aquí ha llegado mi paciencia. Me he cansado de ser paciente con ése imbécil. No se lo merece.-Sentenció desviando su mirada hacia la pared más cabreado que nunca.

-Taeminnie... escúchame por favor... yo no...-El rubio quería hacer entrar en razón a su niño, sin embargo le fue imposible ya que nuevamente el menor lo interrumpió.

-¡No, escúchame tú a mí esta vez! Yo no... no sé el pasado de Minho...-Empezó diciendo Taemin mirando hacia el suelo.-Y tampoco sé cuánto ha tenido que sufrir a lo largo de su vida...-Continuó con su monólogo mientras desplazaba su mirada hacia Key.-Pero sí sé algo: ningún pasado ni ningún dolor te da el derecho de tratar a la gente como si fuese basura.-Sentenció frunciendo el ceño muy seguro de lo que decía.-Y te puedo jurar que yo jamás podría querer a esa clase de persona. Jamás.-Finalizó agarrando nuevamente la bolsa con hielos y colocándosela sobre su mejilla inflamada que gracias al frío ya comenzaba a dolerle menos.

El rubio suspiró resignado, él en verdad crecía que Taemin podría lograr ablandar el frío corazón de Minho, sin embargo cuando por fin la "relación" de ellos comenzaba a mejorar, siempre pasaba algo que lograba mandar todos sus esfuerzos a la mierda y esos dos volvían a distanciarse. Era muy injusto, pero ocurría seguido, como si el universo se empeñara en separarlos una y otra vez. Al final Key se acercó a su bebé para abrazarlo fuertemente, el pelirrojo correspondió al abrazo aunque muy sorprendido.

-Está bien Taeminnie, si tú crees que estás tomando la decisión acertada, yo te apoyaré en lo que sea elijas hacer.-Le susurró mientras lo abrazaba "Obviamente es mentira, haré lo que sea para que ustedes dos terminen juntos, tú eres el único capaz de hacer sonreír nuevamente a Minho, tarde o temprano esa rana malhumorada caerá rendido a tus pies bebé, ya lo verás" fue el travieso pensamiento que pasó por la mente de la Diva quien sonrió ladino antes de separarse del abrazo y sonreírle dulcemente a su niño. No sé ustedes... pero creo que Key siempre ha conseguido todo lo que quiere y dudo mucho que ésta vez quiera hacer una excepción.

-G-gracias Umma.-Le agradeció un estupefacto Taemin.-Y discúlpame por haberte tratado tan mal, creo que me desquité contigo.-Se lamentó apenado, el rubio de inmediato negó con su cabeza mientras le revolvía maternalmente los cabellos al menor.

-No tienes por qué disculparte Taeminnie, cuando quieras desquítate que para eso estoy yo: para ayudarte cuando más lo necesites.-Le susurró sonriente.-Y no te angusties, tus dos amigos están con vida y estoy seguro de que Jung muy pronto despertará completamente curado, ya lo verás.-Le aseguró guiñándole un ojo divertido para subirle los ánimos al pelirrojo, quien le sonrió asintiendo con la cabeza.

-Si tú lo dices Umma, te creeré.-Le respondió más animado que antes. El rubio asintió sonriente y segundos después una idea le llegó a la cabeza.

-Bebé ¿Me acompañarías a la cafetería para traer unos refrescos y bocadillos? Seguro que tú y tus amigos han de estar muy hambrientos ¿Cierto?-Le cuestionó y enseguida la barriga de Taemin gruñó, haciendo sonrojar tiernamente al pelirrojo.

-Pues mi estómago ya te respondió ¿No crees?-Le contestó divertido y entonces todos explotaron en puras carcajadas, eso en verdad había relajado el tenso ambiente que se había formado dentro la enfermería.

-Claro bebé, vámonos rápido entonces, volvemos al tiro muchachos.-Les dijo Key a Bae y a Chin quienes se limitaron a asentir con la cabeza muy sorprendidos, no podían creer que una persona tan amigable como la Diva formara parte de la banda de Minho.

...

Por otra parte, en la celda del mandamás...

Un inconsciente Onew reposaba en la cama luego de una ferviente sesión de sexo por parte de Minho, ya que el pollo a los pocos segundos de haber aspirado aquel narcótico había caído en un profundo sueño. El azabache había ordenado a un reo que le trajera una bolsa con hielos para la mejilla amoratada del castaño, una vez que el hombre le entregara lo encomendado el mandamás alzó en brazos el menudo cuerpo del jovencito para luego salir de la su celda encaminándose hacia el hoyo.

Oh sí, la verdad es que la droga que el azabache le había hecho aspirar a su amante no era éxtasis, sino cloroformo. Él mejor que nadie sabía cuánto detestaba Onew el hoyo ¿Y qué mejor forma de "terminar su castigo" que encerrándolo al menos por un día en el sector de la Underground Prison que el pollo más odiaba? Se lo merecía después de todo por haberse atrevido a tomarle del pelo. Esa lección le serviría a Onew para que no vuelva a querer pasarse de listo con él.

Al llegar al hoyo con el pollo en brazos ordenó a unos de los tantos guardias que estaban bajo su control que mantuviera encerrado al castaño por un día entero allí adentro sin importar todo el berrinche que seguramente haría ni bien abriera los ojos. El mandamás con una sonrisa burlona dejó a su pareja dormido dentro de aquel sitio depositando alado suyo una bolsa con hielos para que su mejilla no se inflamara tanto, ¿Ven? Después de todo Minho no era tan malo como lo pintaban o al menos no con todas las personas. Luego de salir del hoyo automáticamente el guardia cerró la puerta con seguro acatando obedientemente las órdenes del mandamás de aquella prisión; quien se dirigió con un andar parsimonioso nuevamente hacia su celda para descansar, estaba realmente exhausto, ya mañana hablaría con Taemin, esperando que al día siguiente se le pasara un poco la bronca que seguramente se cargaba en esos momentos.

Minho había dejado a Onew encerrado en el hoyo sólo para que aprendiera la lección de que con el mandamás no se jugaba. No lo hizo con otra intención aparte de esa. Sin embargo el azabache en ese momento no tenía idea de que, sin si quiera saberlo, había dejado al pollito en la boca del lobo...

...

Ya era de noche y un agotado Key caminaba por los extensos pasillos de la prisión dirigiéndose hacia la celda que compartía con su perro, estuvo prácticamente todo el día alado de su bebé, apoyándolo en todo momento. Según los enfermeros el reo llamado Jung había comenzado con un cuadro normal de gripa, sin embargo por flojera no lo había tratado de inmediato y por ende su salud empeoró. Obviamente los hechos ocurridos últimamente lo único que habían provocado es que las defensas del joven flagearan y que por consiguiente el virus hiciera estragos en su organismo.

La verdad es que el tipo no estaba nada bien y para colmo tampoco respondía adecuadamente al "tratamiento médico". Por otro lado los que "atendían" a Jung les informaron a sus amigos que dejarían pasar esa noche a ver si al día siguiente amanecía mejor, pero en el fondo la Diva sabía perfectamente que los "profesionales" no le estaban dando los medicamentos necesarios para curarlo de aquel estado gripal severo que padecía, ya que eran muy caros y a nadie le importaba realmente perder una de las miles de vidas que poseía aquella prisión, total... era una boca menos que alimentar después de todo ¿No?... Sí, lamentablemente esa era la forma de pensar que tenían los policías de la Underground Prison. El rubio sólo esperaba que Jung pudiera recuperarse pronto, a él personalmente no le importaba demasiado la vida de ese chico, pero sabía de antemano que Taemin se preocupaba muchísimo por sus amigos, su bebé definitivamente tenía un corazón de oro. Era único en su especie, de ese tipo de personas que no encuentras en todos lados.

En fin, al llegar por fin a su destino observó a su perro recostado sobre su cama mirando al techo pensativo, tan inmerso en sus pensamientos estaba aquel castaño que no se había percatado de que su amante ya había ingresado a la celda hacía algunos segundos.

Key enfocó mejor su mirada percatándose de que Jonghyun no traía su playera puesta, la Diva recorrió ese torso que tan condenadamente sexy le parecía, esos abdominales bien marcados, esos pectorales deliciosamente divididos y esos oblicuos que marcaban el caminito hacia su juguete preferido, ¡Simplemente perfecto! El rubio adoraba todo el cuerpo de su perro, sí, SU perro. Nadie aparte de él podía follar con ese castaño, le pertenecía en cuerpo y alma. Aunque no lo crean Key era muy celoso y si había algo que en verdad le molesta era que tocaran las cosas y/o personas que eran de su propiedad.

Finalmente el rubio se acercó a su amante con un andar felino, deseaba más que nunca fornicar con Jonghyun, necesitaba sentirlo dentro de sus entrañas, lo anhelaba. Tuvo un día muy agotador y en verdad no quería hablar sobre los hechos ocurridos en esos momentos, lo único que deseaba era dejarse llevar y sentir. El castaño al percatarse de la presencia de su Diva se sentó en la cama y quiso hablar con él.

-¿Key? ¿Dónde diablos has esta...?-Sin embargo el rubio no le dejó terminar la oración, ya que se sentó a horcajadas sobre el regazo del más bajo y le plantó un beso que le quitó el aliento a Jonghyun, cuando se separaron el perro le miraba con el ceño fruncido y la Diva sólo se limitaba a sonreírle coqueto.

-No me apetece hablar en este momento perrito, estuve todo el día alado de Taeminnie porque me necesitaba. Pero ya luego te contaré sobre eso. Por ahora lo único que quiero es que me abras las piernas y me hagas el amor como solo tú puedes hacérmelo.-Le dijo con lascivia antes de besarlo con pasión, obviamente el beso fue inmediatamente correspondido por el perro, quien ansioso llevó sus manos hacia el trasero de su amante aún cubierto por la estorbosa ropa y comenzó a apretujarlo ansioso por enterrarse allí dentro.

Key disfrutaba de las caricias osadas que el otro le proporcionaba a sus nalgas mientras profundizaba el beso con ganas, las lenguas de los dos se entrelazaban juguetonas, ambas bocas intercambiaban saliva de manera obscena mientras sus labios se movían de una forma increíblemente sincronizaba.

Al separarse del beso a causa de la falta de aire, Jonghyun le quitó rápidamente la playera al rubio, dejando así expuesto ese par de pezones rosas que tanto le enloquecían, mientras seguía manoseando el pomposo trasero de su amante llevó su boca hacia uno de los botones para comenzar a besarlo, luego morderlo y por último lamerlo, mientras se deleitaba con los gemidos que salían de la garganta de su Diva. Key definitivamente le volvía loco.

Mientras que el perro atendía el otro pezón del rubio para dejarlo tan erecto y mojado como el primero, Key se concentraba en disfrutar de las deliciosas sensaciones que el castaño le brindaba y también en manosear posesivamente ese torso bien trabajado que tanto le calentaba una y otra vez. Le fascinaba, enserio juraba que sería capaz de cortarle la mano a quien se atreviera a tocar esos abdominales que solamente le pertenecían a Key y a nadie más que a él.

Una vez que Jonghyun terminó de atender los pezones de su amante le besó de forma demandante recreándose con las caricias que su Diva le proporcionaba a su pecho y abdomen. Cuando se separaron del beso el perro le sonrió divertido.

-¿Tanto te gusta mi torso, Key?-Le preguntó al oído antes de lamer el lóbulo de la oreja del rubio, quien gimió gustoso.

-Me encanta y quiero aprovechar para recordarte que es sólo mío, mataré a cualquiera que se atreva a tocarte, tú ya tienes dueño perrito.-Le susurró enroscando sus delgados brazos en el cuello de su amante de forma posesiva.

-¿Celoso?-Le preguntó Jonghyun sonriéndole divertido. El otro le devolvió la sonrisa antes de plantarle un beso en los labios.

-No tienes idea cuánto.-Le respondió mientras comenzaba a menear sus caderas de arriba hacia abajo simulando embestidas, el perro suspiró tremendamente excitado por la acción del rubio.

-¡Hmm! Maldita seas Diva, mira cómo me tienes.-Le dijo con la voz ronca a causa de la excitación mientras sostenía las pequeñas caderas de Key y lo sentaba encima de su falo para que el rubio sintiera hasta qué punto lo había calentado.

-¡Ahh! ¡Sí, qué rico! ¡Lo deseo perrito! ¡Deseo tu polla dentro de mí embistiéndome duro! Pero antes...-Comenzó diciendo mientras le daba un pequeño empujoncito a su amante para que se recostara en la cama y así la Diva pudiera posicionarse encima de él.-Quiero atender un poquito a mi juguete favorito.-Le reveló mientras comenzaba a lamer todo ese torso fibroso que tan cachondo le ponía. El perro enseguida frunció el ceño extrañado.

-N-no es necesario que hagas eso Key, sé perfectamente cuánto odias la idea de chupársela a otros tipos, así que en verdad no...-Sin embargo el rubio no le dejó terminar ya que lo interrumpió de inmediato.

-Es verdad, no me gusta chupársela a gente extraña, pero tú eres especial perrito, por eso lo haré quieras o no.-Sentenció demandante mientras llevaba sus manos hacia el elástico del pantalón deportivo que en esos momentos vestía el castaño y con ayuda de éste último Key logró quitárselo para luego lanzarlo sin cuidado al suelo, mientras se relamía los labios al ver a Jonghyun únicamente cubierto por un ajustado bóxer color rojo. La Diva acercó su rostro hacia la entrepierna del más bajo posicionando sus finas manos sobre los carnosos muslos de su amante para así poder abrirle más las piernas.

Key comenzó a lamer tímidamente el pene del castaño por sobre la tela, mientras se deleitaba con los suspiros que salían de la boca de su perro; estuvo un buen rato pasando su lengua una y otra vez por sobre aquel bóxer incitando cada vez más a Jonghyun quien ya anhelaba tener la longitud de su virilidad siendo engullida por la cálida cavidad bucal de su Diva.

Después de torturarlo por varios minutos entre lengüetazos, besuqueos y toqueteos siempre todo por encima de la tela, por fin el rubio se apiadó del castaño bajándole el bóxer para posteriormente tirarlo quién sabe dónde.

Al sentirse finalmente liberado el falo del perro se irguió orgulloso y la Diva se relamió nuevamente los labios mientras acercaba su rostro hacia aquel órgano sexual. Lo primero que hizo fue agarrar la base con una de sus manos para luego con la otra apretujar uno de los muslos de Jonghyun clavándole un poco sus uñas, el perro soltó un alarido de placer ante las acciones del rubio.

Key comenzó dándole pequeñas lamidas a la cabeza del pene descubriendo que su sabor era un mezcla entre salidito y agridulce muy agradable tanto para sus papilas gustativas como para sus sensores olfativos que se encendieron como reflectores ni bien acercó su rostro a la entrepierna del castaño, simplemente le fascinaba, el miembro de Jonghyun era exquisito en todos los sentidos. Siguió repartiendo besos, lengüetazos y pequeñas mordidas a lo largo de todo el tronco de aquel pene mientras con una de sus manos masajeaba los testículos de su perro, haciéndolo delirar del placer.

-Y-Ya d-deja de jugar... ¡Ahh! Mételo... ¡Hmm!-El castaño estaba demasiado excitado como para poder hablar coherentemente, el rubio sonrió travieso mientras agarraba el miembro del otro y comenzaba golpetearlo una y otra vez contra su lengua.

-¿Meter qué cosa?-Le preguntó divertido mientras ahora restregaba aquel falo contra su mejilla haciendo bufar al otro de la frustración y excitación que le hacía sentir a la vez el rubio. Era dolorosamente placentero para Jonghyun, su Diva realmente podía ser muy cruel si se lo proponía.

-M-mi polla... métetela... ¡Ahh! ¡Ya!-Exigió entre alaridos, el rubio había corrido un poco el prepucio para lamer con mayor comodidad la cabeza del miembro de su amante.

-¿En dónde perrito? ¿En dónde quieres que me meta tu polla?-Le preguntó atrevido observándolo con esa mirada felina que sólo Key poseía.

-E-en... tu... boca...-Le respondió entrecortadamente y el rubio sonriendo ladino asintió para luego finalmente meterse aquel pene lentamente en el interior de su boca. El perro gimió gustoso cuando Key engulló su falo casi por completo mientras jugueteaba con los vellos púbicos provocándole un delicioso cosquilleo al castaño.

El interior de la cavidad oral de la Diva era exquisito para el perro, tan cálida y húmeda que lo volvía sencillamente loco. Muy pronto el rubio comenzó a bombear aquel miembro valiéndose de un vaivén que por momentos iba rápido y por otros iba lento, haciendo delirar a Jonghyun del placer.

Key continuó sacando y metiendo aquel pene de su boca por unos cuantos minutos mientras escuchaba los suspiros de satisfacción que salían de la garganta de su perrito y que eran música para sus oídos.

Cundo el rubio sintió que el castaño estaba a punto de correrse, sacó el pene de su boca relamiéndose los labios y le sonrió lujuriosamente.

-Sabes exquisito perrito, pero hoy deseo que tu semen termine derramándose en mi hoyito y no en mi garganta.-Le reveló parándose de la cama para quitarse rápidamente los jeans y el bóxer que traía puesto ante la mirada desconcertada de Jonghyun, quien no podía creer lo que acababa de oír.

-¿Q-qué? ¿Llenar tu interior con mi...? ¡Pero Key! Siempre me has dicho que jamás permitirías que alguien se corriera dentro de ti.-Le planteó más sorprendido que nunca mientras su Diva, ya completamente desnudo, se posicionaba en el regazo de espaldas a Jonghyun quien ya se encontraba sentado en el colchón.

-Sí, tienes razón, jamás le he permitido a nadie correrse dentro de mí, pero porque eran amantes de una sola noche, tú eres mi pareja oficial perrito. Sólo a ti te permitiré llenarme con tu esencia. Quiero sentirme completamente tuyo, Jonghyun.-Le dijo en un hilo de voz mientras agarraba el pene del castaño y comenzaba a auto penetrarse gimiendo gustoso al sentir cómo aquel pedazo de carne se abría paso entre sus entrañas.

El perro al salir del shock en el cual se encontraba inmerso sonrió más feliz que nunca y enredó sus poderosos brazos alrededor de la estrecha cintura del rubio mientras aspiraba el dulce aroma de la nuca de Key y comenzando a chupetear el cuello de su pareja para dejar todas las marcas posibles, quería que todo el mundo supiera que la Diva le pertenecía por completo.

Las embestidas primero fueron suaves y gentiles para que el rubio se acostumbrara a la intromisión, pero poco a poco fueron ganando fuerza volviéndose más rápidas y profundas haciendo gemir a ambos jóvenes del placer que su unión les provocaba.

-¡Ahhh! Sí perrito, así... ¡Embísteme más duro! ¡Hmm!-Gemía un excitado Key moviendo sus caderas de arriba hacia abajo mientras sentía cómo las uñas de Jonghyun se clavaban en sus costados prestándole de su fuerza para que le resultara más fácil cabalgarlo.

-¡Eres delicioso Key! ¡Me encantas! ¿Te gusta? ¿Te gusta así?-Gritaba el castaño buscando enterrarse en lo más profundo del interior de su rubio, era la primera vez que la piel de su pene tenía contacto directo con las paredes húmedas y calientes del más alto, ya que todas las veces anteriores que follaron siempre habían utilizado condón, así que imagínense lo extasiado que estaba Jonghyun mientras le hacía el amor a su pareja con toda la pasión del mundo.

-¡Ahhh! ¡Sí!, ¡Ahí Jonghyun, embísteme ahí!-Le rogó delirando ya que el perro había tocado la próstata del rubio y francamente le enloquecía que el miembro del castaño rozara ese punto tan placentero, era como tocar el paraíso con sus manos.

Jonghyun sonrió ladino mientras succionaba el cuello de Key y a la vez embestía contra ese punto que hacía chillar del placer a su Diva. Llevó una de sus manos hacia el pene del rubio para masturbarlo con el fin de que éste también lograra llegar al orgasmo junto con él.

Las embestidas y la masturbación continuaron por varios minutos más, hasta que en el momento del clímax, cuando ambos cuerpos ya se encontraban completamente sudorosos a causa de todo el acto sexual, tanto Jonghyun como Key gimieron satisfechos antes de correrse casi al mismo tiempo. El rubio se sentía extremadamente bien al sentir el espeso y candente esperma de su perro llenando completamente su interior, por fin sentía que era completamente suyo. Lentamente el castaño salió del interior de su pareja para luego acostarse juntos en la cama tratando de recuperar el aliento. Key se recostó sobre el fuerte pecho de su perrito entrecerrando sus ojitos muy agotado pero feliz a la vez, mientras hacía presión sobre sus nalgas para así mantener el semen de Jonghyun por unos minutos más dentro de su interior, ya que sentir la esencia del castaño en sus entrañas le resultaba realmente agradable al rubio.

-Te amo, Diva mañosa.-Le dijo Jonghyun acariciando delicadamente los rubios cabellos de su tesoro.-Al final de una forma u otra siempre terminas saliéndote con la tuya, eres el colmo.-Le reprochó entre risillas y el rubio también se rio divertido.

-También te amo mucho, perrito. Y sí, tienes razón... siempre consigo todo lo que quiero, eso es una de las miles de cosas que me hacen ser único.-Le respondió orgulloso de todas sus mañas.-Gracias por haber defendido a Taeminnie hoy, en verdad me hiciste muy feliz.-Le dijo acariciando levemente la mejilla de su pareja, quien se ruborizó chasqueando la lengua y mirando hacia otra parte.

-¡Ja! No lo hice para defenderlo, es sólo que detesto que inculpen a alguien por algo que realmente no hizo.-Argumentó tosiendo nervioso, ante sus palabras la Diva se carcajeó entretenido para luego bostezar exhausto.

-Ya, cómo tú digas Jonghyun, igual muchas gracias por todo.-Le dijo acurrucándose sobre el pecho de Jonghyun para poder conciliar el sueño.

-¿Ya te dormirás? ¿No me contarás lo que ocurrió con el cabeza de fresa y todo eso?-Le cuestionó el más bajo y el rubio comenzó a cerrar lentamente sus párpados.

-Te lo contaré después cuando me despierte para bañarme, ahora muero de sueño.-Le susurró ante de quedarse profundamente dormido, el perro bufó pero luego acarició nuevamente los cabellos de su Diva, velaría como siempre el sueño del otro, él era capaz de no dormir con tal de ver soñar a Key, eso en verdad lo relajaba muchísimo... Nadie podría jamás hacerse una idea de cuánto Jonghyun amaba a ese rubio caprichoso.

...

Ya al otro día en la Underground Prison, el mandamás de la misma abrió sus ojos muy de mañana sorprendiéndose de que el pollo no le haya despertado posicionándose encima suyo como solía hacerlo todas las mañanas sin excepción, pero luego recordó que Onew estaba encerrado en el hoyo y entonces recién cayó en cuenta que se encontraba solo en su celda. Con parsimonia se levantó de su cama desperezándose para luego encaminarse hacia la celda de Taemin, sin embargo al llegar allí se encontró con que el lugar estaba vacío, por lo tanto bastante desconcertado optó por dirigirse hacia la enfermería donde se suponía estaba hospitalizado aquel reo amigo del pelirrojo.

Al pisar aquel lugar escuchó un llanto y se alarmó, sin embargo su expresión siguió siendo tan inexpresiva como de costumbre. Al enfocar mejor su vista se percató de que era el tal Bae quien estaba llorando a borbotones, el otro convicto llamado Chin se mordía el labio inferior hasta hacerlo sangrar mientras apretaba fuertemente sus puños y Taemin se cubría la boca con una mano al mismo tiempo que negaba con su cabeza varias veces, sus ojos estaban humedecidos, como si estuviese a punto de romper en llanto.

-¡No pueden dejarlo morir! ¡Debe existir algo que se pueda hacer para evitarlo!-Chilló el pelirrojo desesperado, sin embargo el cruel e incompetente enfermero simplemente negó con la cabeza lentamente.

-No hay nada que se pueda hacer ya.-Le contestó mirando hacia otro lado indiferente.-Su estado gripal ha empeorado hasta convertirse en pulmonía y como el paciente padece además de asma... la situación se ha salido de nuestras manos, es demasiado tarde.-Sentenció con un tono de voz tan calmado como quien te dice la hora, claramente a ninguno de esos "profesionales" le importaba realmente si Jung vivía o se moría.

-¡Maldita sea! ¡Dios mío, no por favor!-Gritó Taemin comenzando a llorar angustiado y abrazando fuertemente a Bae quien se encontraba igual o peor que el pelirrojo.

-¿Minho?-Preguntó la Diva. El mandamás recién cuando el rubio lo llamó se percató de su presencia dentro de la enfermería, Key había permanecido apartado en un rincón del lugar observando en silencio al igual que el azabache la desgarradora escena.

-¿Qué haces aquí, Key?-Le cuestionó con el ceño fruncido.

-Me desperté temprano y vine a ver cómo se encontraba Taeminnie, ya que ayer pidió permiso junto con sus dos amigos para pasar la noche en vela cuidando del reo inconsciente.-Le reveló acercándose al mandamás.

-¿Va a morir?-Preguntó fríamente refiriéndose obviamente a Jung, el rubio asintió entristecido.

-Si no hacen nada para evitarlo sí, morirá.-Le confirmó.-A ninguno de esos enfermeros le importa realmente la vida de ese sujeto, los medicamentos que necesita para salvarse son muy caros, por eso no se los han suministrado y su estado de salud se ha deteriorado severamente.-Finalizó suspirando dolido por lo destruido que lucía su bebé en esos momentos.

-Una vida más, una vida menos. Da lo igual.-Comentó el mandamás tan cruel como siempre aunque en el fondo sentía un poco de lástima por Taemin, quien lloraba desesperado por su amigo Jung.

La Diva observó dolido a su niño llorar abrazando fuertemente a Bae, hasta que al final una idea surcó su mente.

-Minho, vamos a fuera, tengo algo que decirte.-Le dijo Key agarrando del brazo a su amigo y jalándolo hacia afuera de la enfermería.

-¿Qué es lo que quieres pedirme rubio mal teñido? Si es más maquillaje olvídalo, encargaste un montón la semana pasada y ni siquiera ha llegado todavía.-Le dijo tan malhumorado como de costumbre la rana. La Diva bufó hastiado soltando por fin al mandamás y encarándolo.

-No es maquillaje, tonto.-Le aclaró cruzándose de brazos.-Quiero compartir contigo una idea que me surgió de repente y seguramente a ti te interesará.-Le comentó guiñándole un ojo, el azabache frunció el ceño pero asintió levemente.

-De acuerdo Key, habla...-Le dijo finalmente Minho y el rubio sonrió ladino, genial, mataría dos pájaros de un solo tiro, definitivamente él era Di-vi-no...

...

...Continuará...

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