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(+18) Mío

...

El barullo en el comedor era impresionante aquel mediodía en la Underground Prison, y la causa de esto se debía a que el rumor de que Taemin había cogido con Minho se esparció por cada pasillo de la prisión. Y eso que el azabache y el pelirrojo habían tenido sexo recién el día anterior, pero bueno, allí dentro los rumores se difundían rapidísimo.

Todos los reos miraban fijamente a Taemin, quien se encontraba sentado en una mesa almorzando junto con Bae, Chin y Jung, éste último se encontraba un poco más apartado de éstos tres con una mirada de arrepentimiento en sus ojos.

El pelirrojo oía en silencio, mientras masticaba esa desagradable comida a la cual ya se había acostumbrado con el tiempo, todos los comentarios de los presos que tenía alrededor suyo, algunos lo insultaban, otros fantaseaban con poder cogérselo como Minho lo había hecho el día anterior, otros lo envidiaban (no cualquiera follaba con el mandamás de la prisión) y otros simplemente lo aborrecían. Sonrió de lado levemente, concentrándose en hacer oídos sordos mientras terminaba de almorzar para luego largarse junto con Bae hacia su celda de una buena vez por todas.

...

En otra mesa de aquel inmenso comedor se encontraba también almorzando la banda que dominaba aquella prisión con puño de hierro. Onew se llevaba bocados de una deliciosa pasta con salsa mientras fruncía el ceño bastante disgustado, maldición, nuevamente ese estúpido pelirrojo era el centro de atención, miró de soslayo a Minho y como siempre lo vio igual de inexpresivo. Qué bueno, parece que haber tenido sexo con aquel entrometido no había provocado cambio alguno en su pareja, el pollo sonrió satisfecho, pero aun así tenía que ser precavido, ese mismo día follaría con SU Minho para borrar todo rastro que aquel mocoso haya dejado impregnado en el cuerpo del mandamás. El azabache era suyo y de nadie más.

Por otro lado, Key estaba degustando su exquisito almuerzo, él adoraba la pasta, y eso sin mencionar que estaba muy satisfecho por lo que había ocurrido la noche anterior, Jonghyun le había dado el mejor sexo de su vida, de sólo pensarlo su piel se erizaba y le volvían las ganas de repetir lo de anoche, jamás se había excitado tanto en su vida. Jamás. Y lo que más le divertía al rubio era que, cada vez que miraba al otro de manera intensa, el chico rudo se ruborizaba tenuemente, al verlo sonrojado el más alto soltaba una pequeña risilla y el castaño lo fulminaba con la mirada. La Diva no perdería jamás esa maña que tenía de molestar a su perro.

Esas miradas no pasaban de ser percibidas por el mandamás, quien en el fondo se alegraba de que sus dos amigos al fin se hayan decidido a estar juntos, los dos eran igual de cabeza dura, pero se querían desde hace años y él mejor que nadie lo sabía. Sin duda alguna él se contentó por Jonghyun y Key, no obstante su rostro no lo demostraba, ya que por fuera se veía igual de inexpresivo que siempre. Ni siquiera se molestaba en mirar de reojo a la mesa del pelirrojo, pero sabía de antemano que todos los presos tenían su vista fija en el jovencito. También se percató de la mirada recelosa que Onew le lanzaba a Taemin. Bufó fastidiado mientras terminaba su almuerzo, cómo odiaba todo ese lío de los celos. Él no estaba enamorado de ninguno de los dos ni jamás lo estaría. Sentía en cierta forma algo de aprecio por el pollo, debido a que éste vivía pegado a él y lo idolatraba como si de un Dios se tratara, pero a veces le sacaba de quicio y ése pelirrojo simplemente le había llamado la atención porque tenía el tipo de cuerpo andrógeno que a él tanto le gustaba, Onew también lo poseía, sólo que Taemin estaba mucho más delgado que el primero, definitivamente debía engordar un poco. Pero bueno, el caso es que él lo único que deseaba era meter su pija en el cálido agujero de algún lindo chico y nada más. Nada de amor. Nada de sentimientos. Con toda esa mierda ya había lidiado en el pasado y vaya que la había ido fatal.

Al pensar en aquello frunció el ceño disgustado e hizo a un lado su plato tratando de sacarse esos pensamientos de la mente. Odiaba pensar en eso, odiaba pensar en él. Quería follar, sólo así se relajaría; esto se debía a que él siempre había sido promiscuo, desde muy pequeño que padecía de ese mal, es decir que sentía la necesidad insana de tener sexo a diario con diferentes personas. Odiaba eso de él, y en el pasado hizo lo que pudo para cambiar, pero le fue imposible y a esta altura de su vida, para ser sinceros, le daba igual. Total ya no tenía nada más que perder. Así como era: frío, promiscuo, oportunista, agresivo e hijo de puta, estaba perfecto. No necesitaba a nada ni a nadie más en su pútrida vida.

Desvió su mirada hacia Taemin y su polla palpitó ansiosa por follárselo, sin embargo, el pollo fue más rápido y sólo con ver la lujuria líquida reflejada en los ojos negros de su amante dedujo que Minho quería sexo, y no permitiría que nuevamente su azabache fornicara con ése mocoso impertinente, por lo que, dejando su plato a un lado, se levantó de su silla y prácticamente corrió hacia donde estaba el mandamás para aferrarse melosamente al cuello de éste. El más alto miró al otro con el ceño fruncido, evidentemente molesto.

-¿Qué diablos te ocurre, Onew?-Le cuestionó en un siseo frío de voz, el otro simplemente restregó su mejilla contra el fornido pecho del azabache y le sonrió divertido.

-Tengo ganas, amor. Quiero que me lo hagas ahora, por favor.-Le susurró deseoso al oído para posteriormente lamer el lóbulo del mismo con lascivia. Minho entrecerró sus ojos, bastante divertido y extasiado.

-¿Qué tantas ganas?-Le cuestionó con voz ronca por la excitación que comenzaba a emanar de cada poro de su pálida piel. El castaño le besó el cuello y agarró la fuerte mano de su amante llevándola a su trasero, el cual era pequeño y redondo, para que le masajeara una de sus nalgas, incitándolo mientras le ronroneaba en su oreja.

-Muchísimas ganas, por favor vayamos a nuestra celda y cógeme como sólo tú sabes hacerlo, por favor Minho.-Le rogó con voz pegajosa chupando el cuello del más alto, quien puso sus ojos en blanco y se levantó se sopetón tomando al más pequeño por la cintura y atrayéndolo hacia su varonil cuerpo de semental.

-Como quieras.-Fue simplemente lo que le dijo, con su tan característica frialdad, antes de plantarle un beso apasionado en frente de todos los allí presentes, la mayoría de los presos aplaudieron y silbaron, el perro y la Diva miraron hacia otra dirección, poco y nada les interesaba ver a esos dos tórtolos besuqueándose públicamente, los guardias por su lado simplemente ignoraron la escena, Minho gozaba de muchos privilegios allí dentro y rara vez se le "castigaba", y lo máximo que le hacían en todo caso era enviarle al "hoyo", nadie jamás se atrevió a golpearlo, ni siquiera los guardias policías; y por último, Bae, Chin y Jung presenciaron boquiabiertos aquella escena, para luego doblar sus perturbados rostros hacia el pelirrojo, quien hacía ya unos momentos había terminado de almorzar al igual que ellos, éste vio el fogoso beso con el rabillo del ojo y luego se levantó de la silla para dirigirse hacia su celda, los otros tres lo imitaron y lo siguieron de cerca.

-Taeminnie... eso... tu... quiero decir...-El pobre castaño no sabía qué mierda decir, sólo caminaba alado del pelirrojo por entre la multitud de reos para salir del gran comedor de una buena vez por todas.

-Tranquilo Bae, todo está bien.-Le calmó con una sonrisa, tratando de caminar lo más dignamente posible y no como un maldito pato, ya que el día anterior había perdido su virginidad y el culo le ardía muchísimo. Sin embargo a él no le afectó en lo más mínimo que esos dos se besaran en sus narices, si fuera por él Minho y Onew podrían coger allí mismo y le daría exactamente igual, es más, agradecía al cielo que el castaño se entregara voluntariamente al azabache, así él no tendría que entregar su trasero nuevamente ese día, porque enserio que le dolía demasiado, lo único que quería era llegar a su celda y tirarse a su cama para dormir plácidamente unas cuantas horas. Dormir. Qué bien sonaba esa palabra en esos instantes.

...

Mientras tanto, en una de las mesas de aquel comedor tres reos estaban terminando de comer mientras veían el beso del mandamás con su pareja y a su vez observaban salir a Taemin junto con otros tres presos más.

-Minho sigue siendo la pareja de Onew y ése beso lo demuestra.-Comentó uno de ellos para luego sonreír de forma perversa.-Eso significa que Lee Taemin fue sólo una aventura pasajera del mandamás, como tantas otras, lo que significa que puedo joderle y cogérmelo cuando quiera al nuevito ése.-Concluyó con sus ojos brillando a causa la lujuria. Los otros dos presos se miraron entre sí y también sonrieron.

-Follárnoslo, los tres, dirás.-Le corrigió el otro.-Yo con el culito que se carga ese pendejo le doy hasta que alguien pague mi fianza y me liberen de éste agujero del demonio.-Comentó y los otros dos reventaron en puras carcajadas.

-Eso jamás pasará, nadie te quiere allí afuera y nadie pagaría para que te liberen.-Le contradijo entretenido otro reo.

-Justamente por eso lo decía.-Le contestó y nuevamente los tres se echaron a reír.

-¿Qué tal si vamos y le pedimos que nos la mame?-Comentó uno de ellos y los otros dos negaron levemente con la cabeza.

-No, le joderemos pero cuando esté solo, ahora Minho está cerca y quizás tengamos problemas, mejor ser precavidos.-Le contradijo otro preso y los otros dos asintieron.

-Ya verás Lee Taemin... lo mucho que te gustará sentir nuestras vergas en ese anito rosado que seguro te cargas.-Soltó uno de ellos mientras pasaba su asquerosa lengua por sus labios con morbosidad insana.

...

Por otro lado, Minho se despegó de aquel beso pasional y luego de hacerlo, tomó al otro de la muñeca deseoso de sexo y lo llevó casi a rastras hacia la celda que compartían para poder follárselo tranquilamente. Onew se dejó llevar sumiso y con una sonrisa torcida en su rostro, "toma esto, Lee Taemin" fue el cínico pensamiento que pasó por la mente del castaño mientras era llevado por su amante a tirones. Ese día el pollo había ganado la batalla, pero ojo, la guerra aún no la ganaba.

Una vez que el azabache y el castaño se marcharan, Key y Jonghyun quedaron solos en la mesa, ambos se pararon luego de terminar de almorzar y decidieron dirigirse hacia su propia celda, sin embargo mientras caminaban entre la multitud de reos, quienes de hecho se hacían a un lado para dejarlos pasar a ambos sin mayores contratiempos, uno de los tantos pretendientes (y quizás una vieja aventura) la verdad el rubio no lo recordaba, se acercó a ellos o mejor dicho al más alto y le sonrió ladino.

-Hola Key, me preguntaba si ésta noche tu querrías...-Sin embargo paró de hablar al observar extrañado cómo el rubio negaba frenéticamente con su cabeza, como advirtiéndole que se callara la boca y que se largara de allí inmediatamente. Frunció el ceño extrañado y lo último que oyó fueron unos nudillos sonándose, después de eso sintió como algo fuerte y duro se estrellaba contra su mentón y lo mandaba a volar varios metros hacia atrás. Sin duda eso fue el poderoso puño del perro. Que de hecho dejó medio inconsciente al pobre tipo.

-Acércate una puta vez más a Key y te cortaré las bolas para dárselas a los perros policías como cena ¿entendiste, hijo de perra?-Le advirtió un furioso castaño al tipo que se encontraba medio desmayado en el piso, con la mandíbula rota y sangrando a borbotones. El estruendo fue escuchado por los guardias, quienes al percatarse de que se trataba de Jonghyun, decidieron no hacer nada al respecto más que llevar al malherido reo a la enfermería y amenazar al indomable perro.

-Jonghyun, deja de hacer escándalos o tendremos que enviarte al hoyo.-Le advirtió uno de los guardias, recibiendo nada más que un gruñido por parte del castaño.

-¡Qué te jodan, imbécil! Yo hago lo que quiero y estar en el hoyo me va y me viene.-Le respondió enseñándole el dedo medio antes de tomar a su rubio oxigenado por la muñeca y llevarlo a tirones hacia la celda que ambos compartían.

Key tenía una sonrisa boba en el rostro mientras era jalado por el más bajo. Todavía no podía creer que la noche anterior enserio lo habían hecho...

Flash Back

Key caminaba apresurado por los grises pasillos de la cárcel, en dirección a su celda, todo lo que minutos atrás habló con Minho le había servido para abrir los ojos de una buena vez por todas, al fin y al cabo él siempre gustó del perro, sin embargo quedó en shock cuando éste le confeso (y de qué forma) que también gustaba de él. Ahora lo único que quería era ir a donde Jonghyun, decirle que lo aceptaba y tener una grata sesión de sexo duro con aquel semental, poseer ese cuerpo varonil y fuerte que tan cachondo le ponía. Le enredaría una correa al cuello a ese perro para que todos supieran que le pertenecía solamente al rubio. Con ese pensamiento latente en su cabeza ingresó a su destino y allí vio al perro acostado en la cama de arriba, mirando al techo con su característico ceño fruncido, la Diva sonrió enternecido, ése día el castaño había golpeado a tanto reo se cruzara en su camino para desquitarse. Se le veía agotado pero aun así bastante cabreado. Se acercó a pasos lentos hacia él, el más bajo enseguida notó su presencia y se sentó se sopetón sobre el colchón, poniéndose claramente a la defensiva.

-¿Qué quieres?-Le preguntó de mala gana, el rubio le miró extrañado y entonces el otro continuó hablando.- ¿Para qué has venido?-Le cuestionó nuevamente con brusquedad.

-Esta es mi celda también, Jonghyun.-Le recordó y el otro bufó desganado, se bajó de un solo salto se su cama y comenzó a caminar hacia la salida, cuando pasó por alado del más alto éste agarró el poderoso brazo del otro entre sus delicadas manos. El castaño enseguida gruñó enfadado.

-Suéltame ahora mismo o abstente a las consecuencias.-Le amenazó en un siseo de voz. El más alto sonrió divertido y se restregó melosamente contra el brazo del menor, quien de inmediato abrió desmesuradamente sus orbes oscuros, sorprendido.

-¿Q-qué diablos...?-No pudo terminar la pregunta porque el otro se adelantó y lo besó demandante, sin embargo el beso terminó tan rápido como empezó.

-Disculpa por haberme tardado, necesitaba un poco de tiempo para pensarlo y ya lo he hecho. Minho me ayudó bastante, tuve una pequeña charla con él antes de venir aquí.-El castaño a duras penas se repuso del shock inicial y frunció el ceño confundido.

-¿Eso quiere decir que...?-El rubio nuevamente lo besó y ésta vez el castaño lo correspondió, luego de separarse del contacto tan íntimo el más alto enredó sus delgados y esbeltos brazos en el cuello del otro, abrazándolo.

-Sí, eso quiere decir que estoy correspondiendo a lo que sientes por mí, Jonghyun.-Le dijo con una sonrisa en su rostro y el otro fue quien ésta vez lo besó de forma apasionada, fue un beso desesperado, lleno de emociones, que poco a poco fue tornándose más pasional, ardiente y húmedo. El primero en abrir la boca fue el perro, y el rubio aprovechó ese instante para meter su lengua candente en la cavidad oral del otro, degustándola por completo, enseguida la lengua del castaño tocó a la otra y así comenzó una lucha feroz entre ambas por ver quién dominaba a la otra. Fue un beso tan intenso que incluso un hielo de saliva se escapó por las comisuras orales de los dos.

Al separarse del contacto por falta de aire, las respiraciones de ambos se tornaron muy irregulares, sin embargo un brillo de lujuria se hizo notar en los ojos de aquellos jóvenes. El primero en romper el agradable silencio fue la Diva.

-Házmelo Jonghyun.-Le pidió con la voz ronca por el deseo, mientras se restregaba impaciente contra el varonil pecho del otro.-Quiero que me trates mal mientras me lo haces, usa esos brazos fuertes que tienes...-Dijo mientras acariciaba las extremidades fornidas del más bajo.-Para levantarte y apretarme contra ti, enséñame que tienes el poder para dominarme, anda perrito.-Le susurró al oído con voz entrecortada, la polla del castaño palpitó deseosa al ver al rubio tan sumiso. Sonrió ladino y sujetó por la cintura al otro para a continuación estrellarlo bruscamente contra la pared de su celda, el más alto gimió satisfecho ante tal acción.

-Con que quieres sea malo contigo, ¿Eh, rubio oxigenado y pervertido?-Le susurró divertido mientras acercaba su boca al frágil cuello del otro y comenzaba a besarlo, lamerlo y succionarlo con frenesí, deleitándose con los alaridos que salían de la boca del más alto.

-Hmm... Sí, castígame Jonghyun...-Le incitó mientras comenzaba a mover sus caderas hacia adelante para excitar más al perro, éste puso sus ojos en blanco por el éxtasis, para posteriormente quitarle (y casi romperle, de hecho) la playera a Key, tirándola lejos e inclinando su cabeza hacia abajo para empezar a lamer las tetillas de la Diva, quien comenzó a gemir extasiado por la atención que estaba recibiendo por parte del otro. Jonghyun se concentró en besar, morder y luego en chupar el botón rosado del rubio, mientras que, con una de sus manos, estimulaba el otro pezón pellizcándolo y con la otra, sujetaba las dos manos del rubio sobre su cabeza, demostrándole que él era quien mandaba en el sexo. Luego de dejar ambas tetillas bien ensalivadas, sonrojadas y erectas, el perro se levantó para besar nuevamente de la forma más guarra que le ocurrió al más alto, el cual de hecho se dejó hacer gustoso. Al separarse por la falta de aire, Key se mordió el labio inferior ansioso de más y le dio un pequeño empujoncito al más bajo, para a continuación, ayudándose de sus ágiles manos, quitarle la estorbosa playera blanca al castaño y tirarla al piso, al verlo solamente con sus pantalones puestos se relamió los labios de forma perversa y después recorrió con sus manos esos firmes y divididos pectorales, luego bajó por esos abdominales perfectamente definidos y esculpidos, que simulaban una perfecta tableta de chocolate, el perro sonrió con prepotencia, orgulloso de su cuerpo. El rubio se inclinó comenzando a lamer, mordisquear y succionar las tetillas ya endurecidas del castaño, para a continuación seguir bajando con su lengua por ese cuerpo que tantos dolores de cabeza le había causado por años, hasta llegar al ombligo del más bajo, necesitando obviamente arrodillarse para tal acción, allí jugó con ese pequeño orificio, redondeándolo con la punta de su lengua mientras oía satisfecho los gruñidos de excitación que el otro soltaba desde arriba, hundió su lengua en el mismo y luego siguió bajando hasta llegar a la entrepierna ya abultada del chico, sonrió divertido y le bajó los pantalones al otro de un solo tirón, dejándolo solamente en bóxers.

-M-maldición Key, deja de jugar y hazlo de una puta vez...-Le susurró con la voz ronca por el deseo que sentía en esos momentos. El rubio se hizo el inocente y torció su rostro haciéndose el desentendido.

-¿Hacer qué Jonghyun?-Le preguntó tanteando con su mano derecho el pene del otro aún cubierto por la tela. El más bajó bufó hastiado pero aun así sonrió ladino.

-Meter mi verga... en tu boca...-Le respondió de forma pervertida y el más alto restregó su mejilla sobre el bóxer del otro, tentándolo.

-Con mucho gusto, perrito.-Fue lo último que le dijo antes de quitar esa estorbosa tela con sus dientes, para luego deleitarse con lo que veía: un magnífico pene, largo y ancho, con una contextura un tanto venosa, testículos lampiños y redondeados, vellos oscuros asomándose en la base del mismo y un exquisito líquido pre-seminal en la punta del miembro. Sin poder evitarlo se relamió los labios, estaba ansioso de probar el sabor de ese suculento pedazo de virilidad, seguramente sabría delicioso. Sin pensarlo dos veces comenzó a lamer aquel pene desde la base hasta la punta, haciendo estremecer al castaño de pies a cabeza, mientras además jugueteaba con sus bolas y vellos púbicos empleando sus manos. Luego de lamer aquel falo varias veces, friccionando peligrosamente sus molares contra la carne de aquel miembro, se decidió a envolverlo con su boca, a causa de ésta acción, Jonghyun no pudo evitar soltar un fuerte gemido de placer, robándole una pícara sonrisita a la Diva.

El más alto comenzó un vaivén sube-y-baja que por momentos iba lento y por otros iba rápido, deleitándose con los alaridos del más bajo, sin embargo cada vez que el perro estaba por venirse, el rubio apretaba un punto del miembro del otro que le impedía llegar al orgasmo, era dolorosamente placentero según el juicio del castaño. La Diva no se lo permitía puesto que deseaba que su perro eyaculara cuando le esté dando duro por el culo.

Luego de unos cuantos minutos de tortura y placer, el rubio paró su labor y se levantó para besarlo y hacerle probar su propio sabor, el cual de hecho, según Key, era jodidamente delicioso.

-Me encantaría sentir tu semen en mi garganta, perrito, pero antes quiero que me que atiendas mi hoyito, el cual por cierto está ansioso de sentir tu enorme falo dentro de él.-Le susurró al oído de forma provocativa antes de lamer el lóbulo del mismo con gula, el castaño gruñó del placer y agarró de la cintura al más delgado, quien al sentirse alzado por esos poderosos brazos, enredó sus finas piernas alrededor de la cintura del otro. El perro se dirigió con Key en sus brazos hacia la cama, mientras besaba pasionalmente a su amante, al llegar allí, Jonghyun depositó bruscamente al rubio sobre el colchón y sacó de la mesita de luz un condón, para luego mirar a SU Key con la más insana lujuria reflejada en sus orbes oscuros.

-Ahora es mi turno, Key.-Fue lo único que le dijo para posteriormente quitarle tanto los bóxers como los pantalones de un solo tirón, botándolos al piso porque estorbaban, luego se posicionó encima de la Diva y recorrió con su mirada toda la anatomía de ese ser tan perfecto para sus ojos, tragó grueso, maldición, odiaba la idea de que aquel hermoso rubio oxigenado ya no fuera virgen, maldecía a todas aquellas personas que lo poseyeron antes que él, quería que su Diva fuera solamente de él, de nadie más, lo marcaría para que todo el mundo supiera que Kim Kibum pertenecía a Kim Jonghyun. Y juró además en ese momento que la persona que osara tocar lo que era suyo, no viviría para contarlo. Con esa idea latente en su cabeza, utilizó su descomunal fuerza para manejar al rubio como si de un muñeco se tratara y le obligó a darse la vuelta, quedando su cara pegada a la almohada y su trasero a disposición del más bajo, obviamente el más alto se dejó hacer
sumisamente.

-Adoro tu trasero.-Le comentó el perro mientras estrujada con ganas las nalgas del otro, ese trasero tan redondeado, pequeño y lampiño le tenía loco; mientras que a su vez llevaba tres dedos a la altura de su boca y comenzaba a ensalivarlos, el rubio sonrió divertido y disfrutó de las atenciones que su amante le dedicaba.

-Y yo estoy seguro que adoraré tu pene, perrito.-Le respondió mordiéndose el labio inferior deseoso por sentirlo dentro. El castaño, luego de humedecer lo suficientemente sus dedos, prosiguió a preparar al más alto, éste obviamente se quejó y dijo que no era necesario, recordándole a un cabreado Jonghyun que él no era virgen, sin embargo el más bajo insistió y al final Key se dejó hacer, disfrutando de igual forma la intromisión de aquellos dedos en su entrada.

Cuando el castaño sintió la misma lo suficientemente dilatada, sacó sus dedos y prosiguió a cambiarlos por algo más grande, luego de cubrir su pene con un condón, lo hizo entrar con relativa facilidad en el cálido interior del rubio, después de sentir cómo su polla era apretada por las paredes húmedas del otro, el perro no pudo evitar gemir excitado, y el rubio, quien de hecho estaba en cuatro, no pudo contener el fuerte alarido de placer que salió de lo más profundo de su garganta. En verdad la verga de Jonghyun se sentía excelente dentro de él, le encantaba.

-M-más rápido Jonghyun... ahhh...-Gimió el rubio mientras él mismo movía sus caderas para que se enterrara más profundamente en él. El castaño sonrió extasiado y llevó una de sus manos a las estrechas caderas de su amante, para sostenerlo bien y empezar a embestir con mayor intensidad y mientras tanto llevó la mano que tenía libre hacia el pene de Key para comenzar a masturbarlo, brindándole atención al excitado miembro del rubio, quien estaba sintiendo doble placer en aquellos momentos y no hacía más que gemir gustoso.

-Ahhh... ¡Sí, ahí perrito, embísteme ahí! Hmm...-Gritó enloquecido debido a que el castaño había tocado su próstata haciéndole, literalmente, tocar el cielo debido al placer que sintió, Jonghyun sonrió orgulloso y embistió bestialmente contra ése punto que tan alocado ponía a su rubio amante.

-¿Ahí te gusta?-Le susurró al oído mientras seguía masturbándolo y embistiéndolo a la par. El más alto sentía que en cualquier momento explotaría. Y de hecho estaba muy cerca.

Jonghyun siguió embistiendo por unos cuando minutos más, cada vez más duro, más profundo y más rápido. Le encantaba, Key realmente le fascinaba. Sintió cómo el rubio se derramó en su mano, tan candente y gritando a causa del éxtasis que sintió al llegar a su orgasmo; automáticamente el castaño llevó esa mano manchada del esperma de su amante a la altura de su boca y lo lamió con gula, era delicioso, todo lo que salía de Key lo era.

Luego de aquello, sólo pudo alcanzar a dar unas cuantas embestidas más y se derramó al fin, obviamente no dentro de Key sino del condón, gruñendo de forma sexy al correrse; posteriormente esperó unos cuantos segundos y luego salió del interior del más delgado, se sacó el condón y estuvo a punto de tirarlo en el tacho de basura, sin embargo la Diva se le adelantó y agarró el preservativo con sus delicadas manos, llevándose a la altura de su boca y, para la sorpresa de Jonghyun, saboreando la corrida que allí adentro se encontraba depositada.

-Hmm... qué rico... ¿por qué pones esa cara de sorpresa?, te dije que deseaba tener tu semen en mi garganta ¿verdad?-Le dijo el sexy rubio relamiéndose los labios y tragándola por completo, para a continuación tirar el condón al tachito de basura.-Es exquisito, porque salió de ti, Jonghyun.-Le aseguró guiñándole un ojo, el castaño sonrió ladino y se acostó alado de su amante, abrazándolo con su poderoso brazo.

-Eres mío Key, no lo olvides.-Le recordó tan dominante como siempre, el más alto le miró y asintió con una sonrisa en su rostro.

-Tú también eres mío, perrito.-Le aseguró y el más abajo rio sonoramente, el otro frunció el ceño confundido.

-Sí que serás tonto Diva, yo siempre he sido tuyo.-Le reveló y el rubio lo besó, haciéndole sentir su propio sabor.

-Lo sé.-Le dijo al final y apoyó su angelical rostro sobre ese pecho tan esculpido que tanto le calentaba.

-Pero te lo advierto Key, si de ahora en adelante te llego a ver con otro tipo, a él lo mataré y a ti te arrancaré las bolas y te los enterraré en la garganta.-Le amenazó muy serio, nuevamente el rubio lo calló con un beso.

-De acuerdo perro celoso, juro que no te engañaré jamás.-Le prometió y el otro destensó un poco sus duras facciones faciales, él no estaba bromeando, hablaba demasiado enserio, ese rubio era suyo y de nadie más.

-Más te vale.-Le respondió y luego cambió de tema drásticamente.-Vamos a bañarnos.-Le recomendó y el otro hizo un puchero negando frenéticamente con la cabeza.

-No, tengo mucho sueño. Durmamos un ratito y luego bañémonos juntos.-Le contradijo y el perro bufó cansado pero al final decidió concederle el capricho a la Diva.

-De acuerdo, duerme un poco y te despierto al rato.-Le informó y el más alto frunció el ceño confundido.

-¿Tú no dormirás, no estás cansado?-Le cuestionó sorprendido, el perro le miró y negó.

-No soy tan debilucho como tú, yo no me cansó rápido. Anda duérmeteme ya.-Le exigió y el otro simplemente sonrió y se concentró en cerrar lentamente sus ojos hasta quedar profundamente dormido.

Mientras tanto, el castaño velaba su sueño, acariciando levemente los cabellos dorados del otro, sintiéndose un estúpido pues parecía un idiota enamorado y él era el gran Jonghyun, el reo más temido por todos (junto a Minho) y uno de los más temidos también en el bajo mundo de allá afuera (la mafia), pero qué va, realmente le gustaba Key.

"Mío, eres mío y de nadie más Kim Kibum, ¡MÍO!" Fue el posesivo pensamiento que pasó por la mente del perro mientras veía a aquel hermoso reo dormir acurrucado entre sus fuertes brazos.

...

Fin del Flash Back

...Continuará...

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