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(+18) ¿Enamorado?

...


Los gemidos retumbaban con fuerza contra los blancos azulejos de aquel baño, dentro del mismo se encontraban únicamente Joon y Onew, quienes en esos momentos follaban increíblemente acalorados.


El día anterior el pollo había aceptado el trato del pelinegro y en ese mismo baño habían "sellado" su contrato con sexo. El castaño debía admitir que Joon poseía un cuerpo escultural que calentaba a cualquiera y él definitivamente no era la excepción, además tampoco sería tan descarado como para mentir diciendo que aquel pelinegro no follaba como los dioses, porque sí que lo hacía.


Justo en esos momentos Onew tenía tanto su mejilla derecha como sus dos brazos pegados a los fríos azulejos blancos de aquel gigantesco baño, mientras empinaba su trasero hacia arriba para facilitarle así la penetración al otro reo.


Ya era la tercera vez que lo hacían en un mismo día, el apetito sexual de Joon era realmente insaciable y el pollo definitivamente no se quedaba atrás. Le encantaba sentirse subyugado, siempre le había gustado que lo dominaran, le enloquecían los hombres guapos que le hacían sentirse deseado. Él amaba a Minho, pero éste en la única persona que se preocupaba últimamente era en el estúpido de Taemin, ya ni siquiera lo follaba como era debido, por lo tanto él también se divertiría con Joon mientras esperaba a que su amado azabache se aburriera de una buena vez por todas de aquel pelirrojo y se deshiciera de él.

Las embestidas eran duras y repetitivas, las bolas del pelinegro chocaban contra las nalgas de Onew cada vez que lo penetraba, produciendo así un sonidito bastante pervertido que lo único que hacía era calentar aún más a ambos reos. Era realmente exquisito.


Una fina capa de sudor cubría el cuerpo de los dos jóvenes, el pelinegro sostenía con firmeza las caderas del menor mientras lo embestía con frenesí, simplemente le encantaba la estreches que poseía el interior de aquel hermoso castaño.


-Eres tan estrecho pollito, me encanta cómo me aprietas.-Le susurró con una voz endemoniadamente sensual al oído antes de morderle el lóbulo de la oreja con aire juguetón, Onew gimió gustoso mientras sentía cómo aquel candente pedazo de carne se abría paso entre sus entrañas con vehemencia y sin una pizca de piedad.- ¡Hmm!... ya estoy muy cerca de venirme.-Le advirtió Joon aunque obviamente estaba usando un condón por protección.

Automáticamente después de decirle aquello llevó su mano hacia el abandonado pero excitado pene del pollo para comenzar a masturbarlo con ímpetu, empleando un vaivén rápido de sube-y-baja, logrando enloquecer del placer al menor.


-¡Ahhh! ¡Me encanta! Sí, así... métemela más duro, ¡Más rápido Joon!-Exigió el castaño y enseguida el pelinegro lo complació, ya que con una sonrisa de autosuficiencia en el rostro aumentó la velocidad con la cual embestía la dilatada entrada trasera de aquel exquisito pollito. Quería oírlo chillar a como dé lugar.


-¿Así? ¿Así te gusta que te folle, pollito lujurioso?-Le susurró al oído con lascivia mientras sentía cómo las húmedas paredes del interior de Onew apretaban cada vez con mayor intensidad su miembro, extasiándolo del placer.


-¡Ahhhh! ¡Sí! ¡Así me gusta! Hmm...-El castaño gemía enloquecido mientras sentía cómo ese enorme falo entraba y salía de su ser, además el hecho de que la mano derecha de Joon estuviese ocupada masturbando su pene lo hacía simplemente delirar del éxtasis que envolvía todo su cuerpo, muy pronto también él se correría.


-E-Estoy cerca, muy cerca.-Le dijo el pelinegro y entonces una idea morbosa surcó la mente del castaño.

-No derrames tu semen en el condón, mejor vente dentro de mi boca.-Le propuso el pollo relamiéndose los labios libidinosamente. Joon tragó grueso, varias veces fantaseó con poder correrse dentro de la dulce boquita de aquel castaño, pero no quería proponérselo porque pensaba que el pollo no lo aceptaría. Sin pensárselo dos veces asintió con su cabeza, bastante cohibido por la bizarra proposición de Onew. Sin embargo él no era ningún estúpido, jamás desaprovecharía semejante oportunidad.


El menor esperó a que Joon sacara su pene aún erecto de su interior, para a continuación darse la vuelta quedando así enfrentado a un excitado pelinegro. El pollo, sonriendo ladino, acercó su boca a los carnosos labios de aquel pelinegro lamiéndolos con gula, después se dieron un apasionado beso en el cual ambas lenguas se entrelazaron intercambiando saliva y degustando cada uno el sabor que poseía la boca del otro. Era simplemente exquisito.


Una vez que se separaron a causa de la falta de oxígeno, el menor se arrodilló ante Joon, quedando así su rostro enfrentado a la imponente erección de aquel pelinegro, el castaño le quitó aquel estorboso condón tirándolo quién sabe dónde para luego relamerse excitado los labios observando con lujuria aquel enorme falo. Los testículos lampiños y sin vellos se encontraban hinchados a causa de la excitación de su dueño, el pene de aquel pelinegro era grueso, largo y poseía una textura un tanto venosa que ante los ojos de Onew se le antojaba demasiado apetecible y además la punta del mismo se encontraba humedecida a causa del líquido pre-seminal que comenzaba a salir por el orificio prepuncial.


El pollo agarró aquella erección con su mano izquierda y con su mano libre comenzó a masturbarse él mismo mientras empezaba a proporcionarle placer a Joon empleando un vaivén sube-y-baja que lograba arrancarle suspiros de satisfacción a la garganta del otro reo.


-Me-Métela en tu boca de una buena vez por todas... hmm...-Le rogó el pelinegro y entonces Onew sonrió divertido.


-¿Qué quieres que meta en mi boca?-Le preguntó burlón mientras seguía masturbándose y a su vez bombeando el pene endurecido de aquel pelinegro, éste último bufó exasperado por el juguito del castaño, sin embargo optó por sonreírle ladino y responderle lo siguiente:


-Mi polla... métetela en tu dulce boquita, pollito travieso.-Le dijo el pelinegro desde arriba mientras delineaba lentamente con su dedo pulgar los labios de Onew. Éste último sonrió ladino mientras se limitaba a asentir con la cabeza.
Lentamente fue engullendo aquel miembro, aunque obviamente no logró metérselo todo en la boca, sólo le entró un poco más de la mitad debido a que el pelinegro realmente la tenía grande. Para facilitar su tarea, Onew posicionó su mano sobre sobre la base de aquel falo mientras comenzaba a sacar y meter el mismo de su cavidad oral.


Por su parte Joon se sentía increíblemente complacido, cuando sintió su pene siendo cubierto por esa exquisita humedad que poseía el interior de la boca del pollo una corriente eléctrica le recorrió todo el cuerpo. Fue el delirio. Nunca nadie se la había mamado como Onew se la estaba mamando en esos momentos.


Muy pronto el castaño comenzó a atormentarlo con un ritmo que por momentos iba rápido y por otros iba lento, robándole gemidos pero también gruñidos al pelinegro que lo único que hacían era divertir y excitar aún más a Onew quien por cierto tampoco paraba de masturbar su propia erección, buscando con desesperación poder correrse él también.


-¡Ya!... ahhh eres un pollo malvado, ¿Jamás me dejarás correrme, verdad?-Le preguntó Joon entre suspiros de placer y entonces el castaño se limitó a guiñarle un ojo coqueto sin sacar aquel pene de su boca mientras aceleraba el ritmo de la felación que le estaba haciendo.


El pelinegro llevó su cabeza hacia atrás increíblemente extasiado mientras posicionaba su mano derecha sobre la cabeza de Onew, con el fin de sujetar algunos mechones castaños y comenzar a marcarle el ritmo que él necesitaba para poder eyacular de una buena vez por todas. El menor se dejó hacer bastante divertido por toda la situación, se notaba a kilómetros que Joon lo deseaba demasiado y a él le encantaba sentirse deseado, necesitado y sí, quizás... también le hacía sentirse un poco mejor el percatarse de que al menos era útil para alguien.


Onew siguió mamándosela a un ritmo apresurado, con el claro propósito de que Joon se corriera dentro de su boca, mientras también aumentaba la velocidad con la cual se estaba masturbando a él mismo. Retiró su mano de la base de aquel pene erecto para ayudarse a levantarlo hacia arriba y así poder lamer con mayor comodidad los hinchados testículos del pelinegro, quien inconscientemente movía sus caderas hacia adelante, anhelando poder correrse muy pronto.


El pollo continuó sacando y metiendo aquel miembro de su boca con frenesí hasta que finalmente sintió un leve pero notable temblequeo en el falo del pelinegro, sin necesidad de que éste último se lo dijera, Onew ya sabía que estaba a punto de venirse, así que se apartó un poco para abrir bien su boca y esperar a que el mayor se corriera dentro de la misma. Joon se la jaló varias veces mientras observaba maravillado la lujuriosa expresión que poseía el semblante del castaño en esos momentos. Le calentaba demasiado.

Luego de unos cuantos segundos al fin el tan esperado orgasmo llegó y Joon se corrió dentro de la boca del pollo, éste último tragó hasta la última gota de semen para luego relamerse los labios y darle las últimas lamidas a aquel pene cuyo sabor se le antojaba exquisito a su paladar.


Al poco tiempo después de que Joon haya logrado venirse, el pollo también alcanzó su orgasmo corriéndose en su propia mano gimiendo de satisfacción en el acto, el pelinegro se mordió el labio inferior gustoso al ver la expresión de placer que había adquirido el rostro de Onew cuando finalmente logró eyacular. El mayor se agachó para quedar a la misma altura del castaño, agarró la mano con la cual el pollo se había masturbado y la llevó hacia su boca. El menor jadeó entre sorprendido y excitado al ver cómo Joon lamía su mano impregnada con su esencia mientras clavaba su intensa mirada sobre él. Debería ser un pecado ser tan endemoniadamente guapo.


-Sabes exquisito... pollito.-Le dijo mientras se relamía los labios satisfecho, el castaño se ruborizó pero enseguida bufó exasperado.


-¿Cuántas veces tendré que decirte que no me llames "pollito"?-Le regañó mientras se paraba, el otro lo imitó sonriendo divertido.


-Las veces que quieras, de igual forma seguiré llamándote así, a mí me gusta.-Le respondió y el menor le miró bastante feo.


-¡Pero a mí no me gusta!-Le reclamó suspirando resignado. El otro lo agarró de la cintura para luego plantarle un beso demandante en los labios que Onew correspondió a regañadientes.


-¡Ja! ¿Y encima te atreves a decir que no te gusta? Bien que cuando lo estábamos haciendo yo te llamé varias veces "pollito" y tú nunca te quejaste, todo contrario: gemiste gustoso.-Le susurró al oído antes de lamerlo. El castaño se sonrojó de sobremanera y decidió simplemente guardar silencio por el momento.

De un instante a otro un fuerte sonido les crispó los tímpanos a ambos jóvenes: se trataba de las alarmas que diariamente sonaban dentro de aquella prisión.


-¿Qué? ¿Ya es hora del almuerzo?-Preguntó un sorprendido Onew, él pensaba que era muchísimo más temprano. Joon asintió con la cabeza mientras oía los pasos apresurados de cientos de reos afuera de aquel baño, todos desesperados por comer.


-Pues sí, el tiempo pasa volando cuando se está follando con un semental como yo.-Le contestó el pelinegro dedicándole una sonrisa prepotente, el pollo se limitó a rodar los ojos.


-Sí, sí... como tú digas "semental".-Le respondió sarcástico.-Ahora vamos a darnos una ducha rápida ¿Te parece? y luego dirijámonos al comedor para almorzar. Yo saldré primero, así nadie sospechará de nada.-Le especificó el castaño y el pelinegro simplemente asintió con la cabeza mientras observaba a Onew abrir el grifo dejando así salir el agua de la regadera. La mirada de Joon se posó directamente sobre el voluptuoso trasero del pollo, aprovechando que éste último estaba de espaldas a él; sonrió ladino, definitivamente las nalgas del menor eran hermosas, blanquitas, redondeadas y bien paradas, simplemente un manjar ante sus ojos. El pelinegro inconscientemente se relamió los labios con lujuria, definitivamente disfrutaría al máximo cada día que pasara alado de Onew, aunque tenga que hacerlo a escondidas del mandamás de aquella prisión.

...

Mientras tanto, en uno de los tantos pasillos de la Underground Prison...

-En verdad no sé cómo agradecerte Taemin.-Le decía por enésima vez un emocionado Jung. El menor le dedicó una cálida sonrisa mientras negaba lentamente con su cabeza.


-Ay Jung, ¿Cuántas veces debo decirte que no es a mí a quien debes agradecer sino a Minho? Ya que fue él quien intercedió a tu favor para que los doctores accedieran a salvarte la vida.-Le dijo el pelirrojo y el mayor asintió enseguida.


-Sí, sí lo sé y obviamente también le daré las gracias al mandamás en cuanto lo vea. Pero seamos honestos: si no hubiese sido por ti, Minho jamás hubiera movido un solo dedo para ayudarme, es por eso que te lo agradezco de todo corazón Taemin, eres un gran amigo.-Le dijo Jung revolviéndole los cabellos amistosamente. El menor simplemente optó por sonreírle.


-Para mí tú también eres un gran amigo Jung y no sabes cuánto me alegra verte completamente recuperado.-Le respondió un sonriente pelirrojo, el mayor le devolvió la sonrisa y luego volteó su rostro para así poder ver tanto a Bae como a Chin quienes en esos momentos caminaban alado suyo.


-Y a ustedes también les agradezco chicos, por estar cuidando de mí en la enfermería durante todo este tiempo.-Les agradeció y ambos reos negaron con la cabeza.


-Idiota, no tienes que agradecernos nada, para eso están los amigos.-Le dijo Chin y Bae asintió sonriente. Jung les dedicó una sonrisa a ambos mientras asentía muy emocionado por seguir con vida, él realmente en los instante más críticos pensó que moriría, sentía que de una forma otra había vuelto a nacer.


-Pues para serles sincero yo aún sigo sin poder creer que el mandamás haya accedido a ayudar a Jung, simplemente es increíble.-Comentó un sorprendido Bae y tanto Jung como Chin asintieron; sin embargo Taemin en lugar de asentir se ruborizó tiernamente mientras sonreía embobado recordando cómo Minho se había comportado el día anterior con él, tratando (a su particular manera) de hacerle sentir un poco mejor después de la desagradable visita de Young.

Ni Chin ni Jung notaron la expresión enamorada que Taemin poseía en esos momentos, sin embargo Bae sí se percató de ella, frunció el ceño bastante desconcertado, ¿Sería posible que el pelirrojo estuviese empezando a enamorarse del mandamás? El sólo hecho de pensar en ello provocó que un escalofrío horrendo le recorriera toda la columna vertebral al castaño, ¡Su pequeño Taeminnie no podía enamorarse de ese tipo tan peligroso e hijo de puta! ¡Era un maldito mafioso sin escrúpulos! Lo único que haría Minho sería hacer sufrir a su amigo. Definitivamente cuando estuvieran a solas en la celda que compartían, Bae hablaría seriamente con Taemin, él no se quedaría de brazos cruzados viendo cómo el pelirrojo cavaba su propia tumba.


-Hablando de roma...-Comentó Chin de la nada al ver acercarse al mandamás junto con la Diva y el perro. Taemin vio a los tres jóvenes caminando hacia donde ellos se encontraban y frunció el ceño bastante desconcertado al no visualizar al insoportable de Onew junto con ellos, le resultó extraño, sin embargo se alegró ya que ese pollo le caía mal, puesto que siempre que se veían terminaban pelándose siempre por culpa de ese castaño.


-¡Bebé!-Exclamó tan eufórico como siempre el rubio mientras corría para abrazar fuertemente al pelirrojo, quien entre risas correspondió al efusivo abrazo del mayor.


-Hola Umma, ¿Cómo estás?-Le dijo Taemin dedicándole una de sus más bellas sonrisas.


-Muy bien Taeminnie, ¿Y tú?-Le preguntó mientras le revolvía cariñosamente los cabellos al más bajo.


-Estoy excelentemente bien Umma, hoy Jung ya amaneció mucho mejor, necesita guardar reposo un par de días más en su celda, pero ya está fuera de peligro y eso es lo importante.-Le reveló el menor con una sonrisa de oreja a oreja adornando su hermoso rostro, el rubio se limitó simplemente a sonreírle. ¡Genial! Su plan había funcionado perfectamente, se notaba a leguas que su bebé estaba inmensamente feliz porque gracias a la "solidaridad" (nótese el sarcasmo) de Minho, su amigo seguía vivito y coleando.


Jung carraspeó algo nervioso, armándose de valor para luego dar unos pasos hacia adelante y acercarse al azabache, quien como de costumbre se encontraba escondiendo sus manos dentro de los bolsillos de sus pantalones y con ese semblante tan frío enmarcando su rostro. Cuando el reo estuvo enfrente del mandamás hizo una gran reverencia ante él.


-Muchísimas gracias por lo que hizo, mandamás.-Le agradeció Jung para luego erguirse y clavar a duras penas su mirada sobre los penetrantes ojos negros de Minho. Éste último frunció el ceño para luego bufar exasperado.


-No tienes nada que agradecerme. Y más vale que siempre recuerdes lo siguiente: no lo hice por ti, sino por él.-Le dijo el frívolo azabache señalando con su mirada al pelirrojo, quien se ruborizó de inmediato bastante apenado; Jung simplemente optó por guardar silencio y asentir con la cabeza.


-Bebé, no olvides que hoy a las 17:30 pm tienes que venir al comedor para poder merendar conmigo y con Jonghyun.-Le dijo Key a Taemin sonriéndole como de costumbre.


-El burro por delante.-Le corrigió el generalmente reservado Jonghyun. Ante éste comentario, Key entornó su felina mirada para luego relajarse y esbozar una sonrisa traviesa.


-No soy ningún burro, perrito, al contrario: soy todo una Diva. Y no me gusta dar por delante, prefiero que me den por detrás.-Le respondió con aires de superioridad antes de acercarse a su pareja y plantarle un suave beso en los labios que obviamente el castaño correspondió.


Jonghyun rodó sus ojos y decidió guardar silencio, él mejor que nadie sabía lo inútil que era discutir con Key, ya que ese rubio siempre buscaba la manera de quedarse con la última palabra. No importaba lo crítica que pusiese llegar a ser una situación, la Diva siempre ideaba un plan que casi nunca fallaba. Eso muchas veces logró desquiciar a Jonghyun, pero también le encantaba. Ante los ojos del castaño Key era simplemente perfecto.


-¡Dios! Ustedes sí que me hacen reír muchísimo, Umma.-Le dijo Taemin mientras se carcajeaba por las ocurrencias de esos dos, cuando finalmente paró de reírse, asintió mientras le dedicaba una de sus mejores sonrisas tanto a Key como a Jonghyun.-Tranquilos, no he olvidado la cita que tengo con ustedes, hoy a las 17:30 pm estaré en el comedor para que podamos merendar juntos.-Le dijo el menor enseñándole su dedo pulgar tanto al perro como a la Diva.


-De ninguna manera.-Dijo el mandamás mientras se acercaba a Taemin y lo agarraba de la cintura, el menor frunció el ceño bastante desconcertado.


-¿Disculpa? ¿Qué dijiste?-Le cuestionó el más bajo pero Minho no le respondió, mejor optó por callarlo plantándole un beso demandante en los labios que logró robarle el aliento al pelirrojo. Fue un contacto húmedo en el cual el azabache introdujo casi a la fuerza su lengua entrelazándola con la de Taemin, el intercambio de saliva fue íntimo y exquisito a la vez. Cuando se separaron el mandamás clavó su penetrante mirada sobre los ojos color chocolate de Taemin.


-Que no pienso permitir que pases la tarde con el perro y con la Diva, tú estarás conmigo.-Sentenció tan posesivo como de costumbre, sin embargo el primero en reclamar no fue el pelirrojo, sino el rubio.


-¡¿Cómo que no le dejarás pasar tiempo de caridad con nosotros?!-Exclamó un histérico Key.- ¡Escúchame bien rana posesiva! No me interesa lo enfermizamente celoso que puedas llegar a ser, ¡Tendrás que aprender a compartir a Taeminnie!-Le exigió la Diva y Minho lo fulminó con su mirada.


-Siéntate y espera a que eso ocurra, rubio oxigenado. Él es mío, no tengo intenciones de compartirlo.-Le respondió el azabache a su amigo enseñándole el dedo corazón, Key le sacó la lengua haciéndose el ofendido, sin embargo en el fondo se encontraba inmensamente feliz. Se notaba a leguas que la relación entre su mejor amigo y su bebé estaba avanzando a pasos agigantados últimamente, tal cual como él lo había planeado desde un principio, ¡Finalmente todos sus esfuerzos estaban dando frutos!


-Entiendo perfectamente que no quieras compartir al cabeza de fresa Minho, pero... ¿No me dijiste acaso que hoy por la tarde debías ir al sótano a...ya tú sabes?-Le dijo Jonghyun a su mejor amigo, el azabache recién al oír aquello recordó que el día anterior había quedado con uno de sus subordinados en que iría al sótano para solucionar algunos problemillas del submundo que como cabecilla de una de las mafias más poderosas de Seúl le correspondía resolver.


El mandamás rodó los ojos mientras bufaba hastiado. Pues ni modos, ese día le tocaría follar con su juguete al anochecer.


Taemin por su parte sintió mariposas en el estómago al ver esa faceta tan celosa de Minho. Para ser completamente sincero, a él en verdad le gustaba que ese azabache tan frío le celara, se sentía muy bien, sin embargo su orgullo era demasiado grande y él no podía dejarse tratar como un objeto. Sin pensárselo dos veces, se liberó del agarre del mandamás para luego fulminarlo con su mirada achocolatada.


-¡Yo no soy ningún objeto Minho! Por lo tanto puedo andar con quien se me dé la regalada gana, tú no puedes prohibirme ver a Umma o a Jonghyun.-Sentenció el pelirrojo cruzándose de brazos, el azabache entornó peligrosamente su mirada, sin embargo Taemin no se intimidó y le sostuvo la mirada al mafioso. Luego de unos cuantos segundos el mandamás suspiró profundamente mirando hacia otra parte.

-Haz lo quieras, pero recuerda que por ahora tu cuerpo me pertenece únicamente a mí, ¿O acaso ya has olvidado nuestro trato?-Le recriminó el mayor y entonces el menor negó con su cabeza.


-No Minho, no he olvidado nuestro trato.-Le respondió y entonces el azabache se acercó una vez más a Taemin para darle un posesivo beso en los labios que obviamente el pelirrojo correspondió, sonrojándose en el acto.
-Pues más te vale nunca olvidarlo.-Fue lo que le susurró el mandamás con esa voz tan varonil y sensual que lo caracterizaba.


-¡De acuerdo! Entonces nos veremos a las 17:30 pm en el comedor bebé, no lo olvides.-Fue lo último que le dijo un entusiasmado rubio a un sonrojado Taemin, quien se limitó a asentir sonriente.


-Claro Umma, allí estaré, hasta luego.-Dijo el pelirrojo despidiéndose tanto de Key como de Jonghyun con un ademán de mano.


-Cuando hayas terminado con la Diva y con el perro ve hacia mi celda.-Le ordenó Minho tan frívolo como de siempre, el menor frunció el ceño bastante disgustado por ese tonito de voz tan altanero que empleaba aquel azabache, sin embargo sabía que discutir con él sobre su temperamento sería una total pérdida de tiempo así que al final optó por asentir en silencio.


-De acuerdo, cuando termine con ellos iré hacia tu celda.-Le dijo el menor para luego intentar darse la vuelta y dirigirse hacia donde se encontraban sus tres amigos, no obstante Minho lo sostuvo del brazo obligándolo a darse la vuelta nuevamente.


Cuando Taemin estuvo a punto de reclamarle, todas sus protestas fueron silenciadas por un apasionado beso que logró robarle el aliento nuevamente al menor, quien finalmente terminó correspondiendo a aquel cálido contacto. Y es que ese azabache era simplemente irresistible, tan fuerte, tan varonil, tan celoso, tan... excitante. No podía negar que le gustaba, de vez en cuando, sentirse acorralado o sometido por Minho, pero lógicamente jamás lo aceptaría por orgullo. Pero sí, aquí entre nos él admitiría que le encantaba sentirse dominado de vez en cuando por ese hombre que a simple vista parecía un bloque de hielo pero que, por alguna extraña razón, Taemin pensaba que en realidad no era tan insensible como aparentaba serlo ante al resto.


Cuando separaron sus labios a causa de la falta de oxígeno, Minho clavó su negra mirada sobre los ojos color chocolate de Taemin y permaneció observándolo durante un par de segundos, para luego darse la vuelta e irse caminando como si nada hacia el comedor alcanzando rápidamente tanto a Jonghyun como a Key quienes ya se le habían adelantado.


El pelirrojo quedó allí parado aún perdido en el vacío de esos enormes ojos negros que tanto le perturbaban y le atraían al mismo tiempo, ¡¿Qué eran esas estúpidas mariposas que sentía en el estómago?! ¡Maldición! ¡Esas nuevas sensaciones lograrían volverle loco!


Por otra parte, tanto Chin como Jung se encontraban increíblemente sorprendidos, no es que ellos supieran todo acerca del mandamás de esa prisión, es más, ni siquiera lo conocían mínimamente, pero en todos los años que ellos llevaban encerrados allí dentro jamás vieron al azabache ser posesivo y/o celoso con alguno de sus juguetes anteriores, simplemente se encontraban anonadados por la escena que acababan de presenciar.


Bae por su lado se encontraban más preocupado que sorprendido, él notaba a leguas que su pequeño amigo estaba empezando a enamorarse de aquel azabache, no podía permitirlo, ese mafioso no tenía escrúpulos ni sentimientos, él sabía que lo único que Minho lograría a la larga sería hacer sufrir a Taemin. Definitivamente cuando estuviesen a solas en la celda que compartían él hablaría seriamente con aquel pelirrojo, lo último que quería era que su amigo saliera más lastimado de lo que ya estaba si comenzaba a albergar sentimientos en su corazón por ese sujeto tan frío como el hielo.


Con ese pensamiento palpitando en su cabeza, Bae fue el primero en acercarse al pelirrojo y tocar su hombro izquierdo, haciéndolo reaccionar de inmediato, el castaño como siempre le sonrió dulcemente.


-Taeminnie, se nos está haciendo tarde, mejor ya vámonos al comedor para poder almorzar que muero de hambre.-Le dijo sobándose su estómago que ya comenzaba a gruñir, el menor enseguida asintió sonriéndole.


-Claro Bae, andando chicos.-Dijo el pelirrojo aun divagando en sus propios pensamientos mientras los cuatro comenzaban a encaminarse nuevamente hacia el gran comedor que poseía la Underground Prison.


Una vez allí, hicieron fila como todos los días y recibieron esa deliciosa comida especial, diferente a la de los demás reos, la cual obviamente obtuvieron gracias a la poderosa influencia del mandamás.


Luego de almorzar, los cuatro jóvenes decidieron ir juntos al baño de la cárcel para darse una refrescante ducha. Caminaban charlando de trivialidades en un ambiente muy ameno, cuando de repente un reo chocó contra Jung y cayó de culo al suelo.


-¡Oye, ten más cuida...!-Jung estuvo a punto de putear a quien le había chocado, sin embargo quedó mudo al notar que se trataba de un chico increíblemente hermoso, de contextura delgada y baja estatura, hermosos ojos avellana y poseedor de un sedoso cabello rubio. Pero pese a su hermosura aquel chico se encontraba llorando, sudando frío y bastante agitado.


-¡Aquí estás putito!-Gritaron unos hombres que llegaron corriendo hacia donde ellos se encontraban parados. Al percatarse de su presencia, el pequeño reo se paró de sopetón exageradamente asustado ocultándose por instinto detrás de un impresionado Jung.


-¡Aléjense de mí, yo no quiero nada con ustedes!-Chilló el rubio tiritando del pánico, Taemin evaluó toda la situación en completo silencio.


-¡Ven con nosotros y deja de hacerte el difícil! Sabemos que en el fondo deseas que te follemos, putito.-Dijo uno de los dos tipos que venían persiguiendo al menor.


-Si él dice que no quiere nada con ninguno de ustedes, entonces yo no permitiré que lo obliguen. Así que lárguense por las buenas, imbéciles.-Les ordenó un encolerizado Jung, los dos reos que perseguían al indefenso rubio fulminaron a Jung con sus miradas.


-Tú no te metas, hijo de puta, te vamos a romper la cara a base de puñetazos.-Dijo uno de esos hombres acercándose rápidamente a Jung, sin embargo Taemin fue más rápido y se posicionó delante de su amigo.


-¡Lárguense de aquí, se los advierto!-Exclamó el pelirrojo con el ceño fruncido, uno de esos tipos tuvo que retener una carcajada en su garganta.


-¿Es enserio? ¿Un niñato como tú nos está amenazando?-Le preguntó el reo que se encontraban enfrente del menor, para luego elevar su puño en el aire dispuesto a romperle la cara al valiente pelirrojo.


-¡Espera grandísimo idiota!-Le detuvo el otro recluso. Al oír aquel grito el hombre bajó su puño observando bastante extrañado el actuar de su compañero.


-¿Qué ocurre?-Le cuestionó de mala gana.


-¡¿Qué no sabes quién carajos en ese muchacho?! ¡Es Lee Taemin! ¡El protegido del mandamás! Si lo golpeas automáticamente nos pondrás una soga en el cuello a ambos, imbécil.-Le recriminó su amigo.


-¿Q-Qué? ¿Él es Lee Taemin?-Cuestionó muy sorprendido, el pelirrojo suspiró aliviado para luego volver a ponerse serio y clavar su mirada sobre esos dos convictos.


-Lárguense de aquí. Si se van ahora mismo no le diré nada al mandamás.-Les prometió Taemin y, a regañadientes, los dos reos obedecieron porque obviamente no querían tener problemas con el Choi Minho.


Cuando finalmente esos dos tipos desaparecieron por aquel interminable pasillo, el pelirrojo se dio la vuelta para ver el estado en el cual se encontraba aquel rubio, sin embargo se sorprendió al encontrar a Jung acariciándole los cabellos para disque "tranquilizarlo". Taemin suspiró más aliviado y luego sonrió acercándose a aquel pequeño reo.


-Hola, mi nombre es Lee Taemin, ¿Cómo te llamas?-Le preguntó sonriente, el rubio es esforzó en calmarse y luego le respondió.


-M-Mi nombre es Kim Saejin.-Se presentó haciendo una leve reverencia ante el pelirrojo.-Muchísimas gracias a todos ustedes por haberme salvado la vida.-Le agradeció mientras secaba las lágrimas de pánico que había derramado.


-Tranquilo Saejin, dinos... ¿Por qué esos tipos te estaban persiguiendo?-Le cuestionó Jung, el menor suspiró profundamente antes de responderle.


-Hoy es mi primer día en ésta cárcel... iba a darme una ducha, cuando de repente ellos me vieron y así sin más trataron de violarme, yo simplemente corrí lejos de ellos para poder evitarlo.-Les reveló y Taemin enseguida sintió una fuerte empatía por aquel rubio, ya que a él también trataron de violarlo el primer día que pisó la Underground Prison... y de hecho fue el mismísimo Minho quien lo salvó. Jamás olvidaría su primer encuentro con el mandamás de aquella prisión.


-No te preocupes, si quieres puedes andar con nosotros para que nadie más trate de violarte.-Le dijo Taemin colocando su mano sobre hombro de aquel rubio y dedicándole una de sus más bellas sonrisa, a Saejin se le iluminaron los ojos de la emoción y enseguida asintió con su cabeza.


-¡Muchas gracias Taemin!-Exclamó el rubio estrechando su mano con la del pelirrojo. Luego se dio la vuelta para encarar a un embobado Jung.


-Y muchas gracias también a ti por protegerme de esos violadores.-Le agradeció y enseguida Jung se sonrojó para luego rascarse la nuca algo nervioso.


-N-No tienes nada que agradecer Saejin, ¡Ah! Y por cierto... mi nombre es Yoon Jung, es un placer conocerte.-Le dijo dedicándole una sonrisa, el rubio también le sonrió.


-El placer es todo mío, Jung.-Le dijo el menor y luego los otros dos reos también se presentaron.


-Yo me llamo Shin Bae, es un placer.-Se presentó el castaño estrechando su mano con la de Saejin.


-Un gusto Bae.-Le respondió y luego se presentó la pareja del castaño.


-Y mi nombre es Park Chin, es un gusto conocerte.-Se presentó extendiendo su mano la cual también fue estrechada por el rubio.


-El placer es mío, Chin.-Le dijo Saejin y luego Taemin propuso lo siguiente:


-Oye, nosotros nos dirigíamos hacia el baño para ducharnos un rato, ¿Te apetece acompañarnos?-Le cuestionó amablemente el pelirrojo y el rubio enseguida asintió.


-Claro, me encantaría.-Le respondió y entonces los cinco reos se encaminaron hacia el baño de aquella prisión la cual se encontraba muy cerca de donde estaban.

...

...Mientras tanto, en otro pasillo de aquella cárcel...


-¡Ese estúpido de Lee Taemin! ¡¿Quién se cree?! ¡Nos arruinó la diversión!-Exclamaba un furioso reo que caminaba alado de su compañero.


-Ya cálmate, de igual forma si tú lo hubieses golpeado, ten por seguro que ese pequeño bastardo iría corriendo a contárselo al mandamás y tanto tú como yo estaríamos muertos en menos de lo que canta un gallo.-Sentenció el otro recluso y entonces una idea maléfica surcó la mente del otro tipo.


-¡Tengo una idea!-Exclamó sonriendo de forma perversa, su compañero frunció el ceño un tanto inseguro.


-¿Qué idea?-Le preguntó y entonces el otro convicto miró hacia todos lados para asegurarse de que nadie estuviese escuchando.


-Anda, ven aquí y te lo digo al oído.-Le dijo aquel tipo y su compañero le hizo caso, cuando terminó de contárselo el hombre se apartó abriendo sus ojos increíblemente impresionado.


-¡¿Te volviste loco?! ¡Si el mandamás se entera seguro nos mata a los dos!-Exclamó el reo temblando de sólo imaginar la muerte dolorosa que le esperaría, el otro rodó sus ojos bastante hastiado.


-¡Él nunca se enterará, le echaremos la culpa a otro!-Le aclaró para luego sonreír maquiavélicamente.-Y nos desharemos de Lee Taemin.-Sentenció al final en un susurro siniestro.- ¿Estás conmigo?-Le preguntó al otro reo extendiéndole su mano, el hombre se lo pensó un par de segundos, pero al final terminó estrechando su mano.


-De acuerdo, después de todo yo tampoco soporto a ese maldito pelirrojo.-Dijo finalmente el otro tipo mientras ambos sonreían de forma perversa.

...


Quién sabe qué cosa horrenda estaban tramando esos dos reos en contra de Lee Taemin.

...

...Continuará...

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