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capitulo 14

El inicio del fin, ese momento en la vida de cada persona donde todo en su vida comienza a derrumarse, ya sea para bien o para mal, algo así como un apocalipsis, que ocurre en el momento menos esperado, de la manera menos esperada.

Algunos le llaman, "la noche oscura del alma" una manera poética de llamar a ese sufrimiento, un sufrimiento que jamás ves venir, una lenta y dolorosa agonía que, por más cruel que sea, es necesaria en nuestra vida.

Jamás sabremos cuando será el inicio de nuestro fin, ni que tan desastroso será, para algunos puede ser dentro de 20 años, y para algunos puede comenzar el día de hoy.

Y para Pete el inicio del final, comenzaba ahí, esa mañana, un 3 de julio; una mañana fresca, y podría considerarse ligeramente fría, que se sentía como una bella balada, relajante, pero con un toque de nostalgia.

Mientras bajaba las escaleras logró ver a su madre entretenida buscando algo dentro de un pequeño cuarto que usaban como almacén para los utensilios de limpieza.

- ¿Pete? -
Su madre le llamó con la cabeza aún metida dentro del almacén.

- si -

- ¿Puedes ayudarme a servir el desayuno? -
Las cejas de Pete se fruncieron levemente, y con un sentimiento de confusión se pellizco el brazo, para saber si estaba soñando, sin embargo cuando lo hizo sintió dolor inmediatamente, definitivamente no estaba soñando, entonces, ¿Había escuchado bien?.

- ¿Quién eres y qué le haz hecho a mi madre? -
Bryony comenzó a reír ante el comentario de su hijo, aunque no podría culparlo, ella jamás dejaba que lo ayudara en la cocina, como madre era su deber.

- ¡Sigo aquí! No me comió un mounstro y me reemplazó por un clon -
Bromeando sobre el tema, Bryony sacó una escoba del fondo del almacén y le sonrió a su hijo, quien la miraba con cara de verdadera confusión, ¡Quería reírse de su expresión en ese momento!.

Ella subió al piso de arriba y comenzó a barrer los cuartos que no se utilizaban, acción que confundió aún más al joven que estaba parado en la sala.

Pete decidió ignorar la extraña actitud de su madre y se dirigió a la cocina como le habían indicado, y la sorpresa al llegar ahí fue aún más grande.

Al entrar en la espaciosa cocina, encontró sanciaux de manzana, a lado de una olla con infusión de manzana, naranja y canela.

En ese momento supo que algo realmente no estaba bien, a su madre no le gustaban las manzanas, sin embargo el desayuno que tenía enfrente era casi todo a base de manzanas.

Y digo casi todo porque había también huevos revueltos y pan tostado con mermelada de café y otros con mantequilla encima, cosa que también le pareció extraña.

El no comía demasiado, especialmente en la mañana, y lo que preparó era bastante; comenzaba a creer que realmente habían cambiado a su madre.

Si bien Bryony no sabía mucho acerca de administración de dinero, sin embargo sabía que jamás se habría dado el lujo de comprar alimentos que realmente no le gustaban, y menos sabiendo que se mantenian a base de la pensión del señor Ambrus, quien prácticamente se la vivía con ellos.

Pete tomó un pan tostado y se lo metió a la boca, sin comérselo, para después servir dos platos y llevárselos a la mesa.

Cuando estaba atravesando la cocina, su madre bajó las escaleras rápidamente, y llevó la escoba de vuelta al almacén, de manera casi inmediata el timbre de la casa sonó, su madre sonrió de oreja a oreja y se apresuró a abrir.

Solo era el señor Ambrus, quien venía todos los días con ellos, ¿Porqué estaba tan feliz? ¿Había algo que el no supiera?.

Pete pensaba en eso mientras acomodaba la mesa, escuchó el sonido de la puerta abrirse.

- ¡Llegamos! -
La voz del señor Ambrus era tan potente que sonó en toda la casa, algo de nueva cuenta no cuadró en la mente de Pete.

¿Llegamos? ¿Porqué hablaba en plural?.

El sonido de unas llantas moviéndose rápidamente sonó en los oídos de Pete, casi de inmediato unas manos se posaron sobre sus ojos.

Con sus dedos sintió las manos que le cubrían la vista, reconociendolas de inmediato, ¡Eran las de Darcy!.

¿Porqué no lo pensó? Darcy amaba las manzanas, y la comida era más, era casi obvio que alguien más iba a venir, seguramente planeaban no decirle para sorprenderlo.

- ¡Sorpresa! -
La chica lo abrazó por la espalda con una fuerza capaz de asfixiarlo, lo había extrañado mucho, definitivamente las cosas no eran lo mismo con el chico lejos.

Pete mordió el pan que tenía en la boca y lo alejó para poder hablar.

- ¿Porqué no me dijiste que vendrías? -

- si te hubiera dicho no habría sido una sorpresa -
Pete se dió la vuelta, notando casi de inmediato las maletas que Darcy llevaba consigo, Bryony notó que las miraba y casi pudo escuchar en su mente lo que seguramente estaba pensando, "¿Porqué lleva tantas maletas? ¿Se va a mudar a Marte?"

- hay otra buena noticia -
Bryony sonreía realmente feliz, el señor Ambrus miraba en silencio la emotiva escena que tenía enfrente, él se había quedado sin familia muy pronto, pero gracias a todos los presentes, logró tener una, una familia quizá no de sangre, pero seguía siendo la mejor familia que decidió tener.

- ¡Ella se quedará con nosotros lo que queda del periodo vacacional! -
Pete abrió los ojos de sorpresa y sintió la emoción llenarlo por completo, ambos se abrazaron muy fuerte y comenzaron a brincar como dos niños pequeños, como los dos mismos niños pequeños que solían jugar en esa casa.

Darcy aún recordaba algunos momentos felices que había tenido en ese lugar, recordaba uno en específico, cuando Pete cumplió 7 años, y habían venido a festejarlo a ese lugar, estaban jugando con otros niños, jugaban a que Darcy era una princesa y Pete tenía que rescatarla de las garras de un poderoso y malvado hechizero.

Aún recordaba los torpes intentos que dió Pete para "salvarla", fueron tantos que en poco tiempo el juego se tornó aburrido.

- ¡Esto ya no es divertido, hay que cambiar de papel! -

En unos cuantos minutos le habían puesto la corona de cartón a Pete y lo habían encerrado en lo que solía ser una caja de madera, pero que le faltaba uno de sus lados y ambas bases, lo que simulaba ser una torre; Darcy se puso la capa y tomó una rama del suelo, tomando el papel de hechizera, y el resto de los niños intentaba sacar a Pete de la torre.

- ¡Moriste!, ¡Muere!, ¡Jajajaja! Todos han muerto -
La darcy de 12 años sacó a un Pete de 7 de su encierro, y después dijo.

- ¡Te he liberado príncipe! Ahora te casarás conmigo-

- ¿Cómo puedo casarme con la persona que me tenía cautivo? -

- El trato era que quien te liberase se cansaría contigo, y yo lo hice, ¡Ahora cumple el trato! -

Una sonrisa se escapó de sus labios, estába algo loca cuando era más pequeña.

- Pete, deberías servir otros dos platos -
Mencionó el señor Ambrus, sacándolos de su burbuja.

- si, y Darcy, tu puedes escoger una habitación, para que dejes tus cosas ahí-

Ambos hicieron caso, Darcy subió las escaleras, y comenzó a abrir los cuartos, sin embargo no sabía cuál de todos escoger, después de todo su estancia era temporal y relativamente corta, así que no era tan indispensable escoger un buen cuarto, abrió la penúltima puerta del piso de arriba, notando que estaba ocupada ya, por el orden y el tipo de decoración notó que era de Pete, así que sin pensarlo, se adentró al cuarto de a lado, obviamente del lado izquierdo, el cuarto de a lado, el del lado derecho, estaba prohibido desde que tenía memoria, algunas veces pensaba que habían cometido un asesinato dentro.

No pensó mucho en esa situación, simplemente se adentró en la habitación, abriendo las polvorosas cortinas. Colocó las maletas sobre la cama y las abrió, sacando algunas macetas de flores y colocándolas en la habitación.

Decidió no sacar su ropa de la maleta, así se ahorraría el trabajo de tener que guardarla de vuelta el en el final de las vacaciones, así que simplemente sacó sus productos de cuidado personal y otras cosas que traía en la maleta, todo excepto la ropa.

Una canción de Eminem sonó en la habitación, avisándole que alguien la estaba llamando, Darcy rápidamente tomó su teléfono y respondió.

- hola -
Un animado saludo sonó del otro lado del teléfono, era casi obvio para ella de quién se trataba, sonrió inconscientemente ante eso.

- hola Dan -

- ¿Dan? ¿Así nada más? ¡Darcy no seas cruel conmigo! ¿Qué no me extrañas? -
Darcy se rió internamente mientras se frotaba el entrecejo.

- Dan... Hablamos hace como dos horas -

- ¡aún así! Me muero de agonía si no estoy contigo -

- muérete entonces, falta mucho para vernos -

- no tienes corazón... ¡Oye! Creo que tendrás que aprender a hablar español, he estado escuchando el intento de inglés de mi familia y realmente es pecimo -

- vamos Dan, tenles algo de fe -

Mientras Darcy hablaba con su pareja, el desayuno estaba sobre la mesa, así que Pete subió a decirle que bajara.

Quizá debió haber subido otra persona...

Con una sonrisa en el rostro tocó la puerta de la habitación y la llamó para que saliera, escuchó que hablaba con alguien por el teléfono, eso no tendría que tener nada de malo, sin embargo al escuchar sus palabras algo dentro de el dolió como nunca antes.

- hablamos después sunchild -

Sintió cómo si alguien estuviese apretando con fuerza su corazón, como si algo lo peeforara.

Recordó vagamente una conversación que ambos tuvieron en el pasado.

"un apodo es algo que solo lo haces con gente que realmente aprecias, es como un código secreto entre ambas personas. ¡Te prometo que jamás llamaré a alguien con un apodo tan lindo como el tuyo!"

Su sonrisa lentamente desapareció de su rostro, Moonchild y sunchild realmente eran parecidos.

Quizá ese chico realmente era especial para ella, quizá... Incluso más especial que el...

~^~

El sol chocaba contra sus ojos y la música y el ruido sonaba en todo el pueblo, había gente por todos lados, puestos y algunos escenarios también, ninguno de ellos sabía que sucedía, Pete miraba con curiosidad todas las cosas que vendían, Darcy también estaba curiosa por saber que era lo que festejaban, Bryony y el señor Ambrus se miraron entre sí, comunicándose sin necesidad de palabras, ambos sabian que iba a ser más difícil moverse entre esa multitud de gente.

- chicos -
Los dos más jóvenes voltearon ante la llamada del señor Ambrus.

- nosotros rodearemos por las calles de haya, ustedes pueden disfrutar de lo que sea que estén festejando -

Ambos jóvenes sonrieron cómplices, Pete no tardó en ir a un puesto de cerámica en forma de rana que le había llamado la atención Darcy lo siguió viendo todo lo que vendían, la temática del festival parecía ser medieval, por el estilo de cosas que ofrecía ese festival y porque algunas personas venían vestidas con trajes medievales.

- ¡Darcy! -
Pete la llamó desde el puesto de ranas, el estaba conversando con el dueño y su hijo.
- ¡Mira, es una rana de verdad! -
El pequeño hijo del dueño sostenía al anfibio en sus manos, por alguna razón Pete estaba emocionado, el jamás había visto una rana de verdad.

Pete se fue del puesto para alcanzar a la chica, quién estaba unos metros alejada de el, no sin antes agradecer al señor del puesto.

Se apresuró a llegar con ella, con el montón de gente que había en el lugar sería fácil perderla de vista.

Al llegar notó que estaba en medio de una multitud, que estaba alrededor de un escenario y un hombre con una vestimenta extraña sostenía un pandero sobre el escenario.

— damas y caballeros presentes el día de hoy, permítanme preguntarles algo —
El hombre comenzó a caminar de un lado al otro del escenario, moviendo sus manos y hablando dramáticamente.
— ustedes... ¿Le tienen miedo a los... Fantasmas? —
Habló haciendo énfasis en la última palabra, Pete sintió un escalofrío en su espalda cuando lo preguntó, se tensó casi de inmediato, ese era su mayor temor, y se había puesto bastante sensible ante eso después de estar en contacto directo con uno de ellos.
Con las pupilas grandes y los ojos completamente abiertos observó atentamente al hombre en el escenario.

— si es así, será mejor que se retiren, porque es precisamente de lo que vengo a platicarles —
El hombre sacudió su pandero haciéndolo sonar y una tétrica música comenzó a reproducirse.

— se dice que en el bosque habita un malvado espectro, que deambula por las noches buscando víctimas para alimentarse de sus almas —
Pete se tensó aún más, si es que era posible.

— incluso, mucha gente asegura que por las noches pueden escucharse los gritos de dolor de cada una de sus víctimas, mientras el se ríe —
Un recuerdo le vino a la mente, el ya había experimentado el escucharlo, sin embargo, no sabía eso, ¿Gritos de sus víctimas? Si lo decía así, era mucho más aterrado de lo que era antes.

— se dice que si llegas a tocar alguna de sus pertenencias malditas, te condenaras; el espectro se meterá en tu mente hasta lograr doblegar tu alma, entonces se la llevará con el y tú sangre se tornará color negro, y el fantasma la lucirá en su piel como un trofeo —
Otro de los recuerdos de Pete azotó su mente, el había visto la mano del hombre del bosque, y estaba cubierta de marcas negras.
Sentía su respiración irse lentamente, y su corazón comenzaba a acelerarse, sin embargo el sentía como si en cualquier momento pudiese parase.

— si desafortunadamente terminas en sus manos, vagaras por el bosque el resto de la eternidad, y el bosque te atormentará con tus mayores miedos hechos realidad —
El hombre hablaba como todo un excelente narrador, con misterio e intriga en su voz, tenía a la gente totalmente atenta a sus palabras.
Darcy se rió ligeramente, le parecía casi ridículo todo eso, es decir, era demasiada ficción, para alguien experta en terror como ella que había leído y visto infinidad de películas de terror, le parecía algo cliché la historia que contaban.

— pero lo que no saben, es que hace mucho, mucho tiempo, el espectro fue un apuesto príncipe, hijo del rey que gobernaba estás tierras... —
En el escenario se representó la leyenda que Pete ya había leído antes, Pete escuchaba a mucha gente susurrar que era todo una mentira, y a algunos otros los veía totalmente asombrados con tal historia, sobre todo a los turistas, sin embargo nadie estaba más seguro de que el fantasma era real que el.

— y por eso señores —
Dijo el hombre al concluir la representación de aquella leyenda.
— estamos reunidos hoy aquí, porque todas ésta semana conmemoramos a éste fantasma, que forma parte importante de nuestra historia como pueblo. Ahora, la directora del colegio femenino Dagger academy viene a darles un pequeño discurso —
Pete jamás esperó que la señora Dania apareciera en el escenario, luciendo un traje impecable, en colores claros como siempre, aunque lucía un poco mas arreglada de lo que normalmente lo estaba.

— buenas tardes ciudadanos, espero que estén disfrutando el festival; Cómo sabrán las inscripciones a nuestro colegio estarán abiertas muy pronto, se que no tiene nada que ver con la temática pero... —

— Realmente es una mentirosa, dicen que se roba los ingresos del colegio —

— yo escuché que las inscripciones bajaron drásticamente en los últimos años, no le está llendo bien —
Pete escuchó como susurraban un par de señoras que estaban a su lado.

— Nuestro principal deber como institución es educar alumnas fuertes e inteligentes que le sirvan de pilares a este pueblo... —

— brujas es lo que educan... —
Después de ésas palabras, ambas rieron de manera cómplice.

— si, ¿Recuerdas el incidente de hace cincuenta años? Estoy segura de que ella tuvo algo que ver—
Pete frunció las cejas confundido, parecía que no le agradaba mucho a aquellas señoras, si no hubiese convivido antes con la señora Dania, no dudaría en creer que realmente es una corrupta como lo decían, ¿Qué les hacía pensar algo así?.

— Pete, vámonos, ésto se puso aburrido —
Darcy lo arrastró lejos del escenario, Pete no se quejó, aunque en realidad quería quedarse un poco más de tiempo, quizá habría escuchado lo de aquel incidente, ¿Qué otras tragedias ocurrieron en esas calles?.

No sabía, ni tenía idea de que se festejaba algo tan extraño como es un fantasma, suponía que era parte cultural del pueblo pero, aún así no entendía porque festejarlo con un festival.

Ambos caminaban por los puestos, se detuvieron un par de veces a ver más de cerca lo que vendían, en los puestos de cosméticos y accesorios para Darcy y en los puestos de cosas completamente inútiles para Pete; La joven tuvo que sacar casi a rastras a Pete de un puesto de postres, ya que quería quedarse a pesar de no llevar consigo un solo centavo.

De repente Darcy vió un lugar en específico que le llamó la atención, se acercó más y logró leer en el cartel de afuera las palabras "tarot" "hechizos" "amarres" "endulzamientos" "predicciones", dentro de ella se despertó una curiosidad enorme por entrar en el lugar, y no dudó en hacerlo.

— ven Pete, hay que entrar ahí, siempre he querido que me lean las cartas —
Ambos entraron en el lugar, aunque Pete sentía una mala energía del lugar, como un mal presentimiento.

El lugar estaba decorado con diferentes objetos, como piedras, velas, frascos de vidrio y algo realmente peculiar, una jaula con un cuervo dentro.

— bienvenidos, ¿En qué puedo ayudarles? —
Una mujer mayor cubierta con una capa color violeta apareció detrás de las cortinas, sin mostrar su rostro, sin embargo Pete sintió algo familiar, como si hubiese escuchado su voz en algún otro lugar.

— buenas tardes, queríamos que nos leyera las cartas, ¿Cobra mucho? —
Una ligera y misteriosa risa salió de la boca de la mujer, quien dando lentos pasos les ofreció unas sillas alrededor de una mesa para que ambos se sentarán, y lo hicieron, ella caminó hacia uno de sus estantes,  cuidando siempre de no mostrar su rostro.

— para ustedes queridos jóvenes, les ofreceré gratis mis servicios —
La mujer tomó algunas cosas y las puso sobre la mesa, y después procedió a sentarse frente a ellos.

— entonces... Veamos que hay en su futuro —
La mujer lentamente retiró el gorro de su capa, mostrando su rostro, a Pete casi se le sale en corazón al verla, sintió un terror enorme llenarlo, y apretó sus mano, rasguñando ligeramente la madera de las sillas.

Regina, la mujer de las joyas, era quién estaba sentada frente a ellos, barajeando las cartas.

— para usted jovencita... —
Dijo la señora Regina sacando una carta.
— la emperatriz... Eres una chica fuerte ¿Cierto?. Veo que has sabido darte paso ante los obstáculos gracias a tu fuerza —
Darcy le sonrió por el halago.

— los enamorados... ¿Tienes novio cierto? —

— si, lo tengo —
Mencionó Darcy con un ligero tono de pena.

— pues felicidades, el es el indicado —
Darcy sonrió al escuchar eso, aunque no era una fiel creyente de esos métodos, escucharlo le hacía feliz.

— mmm... La sacerdotisa, felicidades de nuevo, eres muy afortunada, tu futuro está llendo de bendiciones —
Ella le sonrió felizmente a Darcy, y barajeando nuevamente las cartas dirigió su mirada a Pete, el ambiente se torno muy oscuro de inmediato, su mirada era tan terrorífica e inquietante, que Pete quería salir corriendo.

— para usted, apuesto joven... —
Pete sentía como el sudor caía por su frente lentamente, tanto que tenía ganas de correr.
— 10 de espadas... Vienes de una época difícil, quizá, alguien que querías mucho murió... —
Pete sintió un nudo en su garganta cuando lo mencionó.
— veo que has pasado por bastante hasta el momento y lo que sucedió sigue afectando en tu vida —
Pete sentía como si estuviese a punto de llorar, no sabía si era debido a los recuerdos, o al miedo que Regina le provocaba.

— la luna invertida ... Ten mucho cuidado, hay alguien que intenta hacerte daño, alguien en que tú confías, tienes que actuar con precaución —
Pete no podía pensar claramente, las palabras que salían de su boca sonaban tan aterradoras, pero quería aferrarse a la idea de que no era verdad.

— por último... La torre, Hay un mal del pasado, un ciclo que tus antepasados no pudieron cerrar, que marca dramáticamente tu destino, tienes que estar preparado todo va a cambiar... —

Darcy parecía estar tranquila, había tomado todo como un juego, realmente no creía en que todo ese fatídico futuro le sucediera realmente a su amigo.
Ella se despidió, agradeciéndole a la mujer, Pete estaba tan desesperado por salir, que intentó hacerlo en cuanto se acercaron a la salida, pero cuando el estaba apunto de hacerlo, Regina lo tomó del brazo impidiendo que saliera.

— espera —
Ella le dejo algo en las manos.
— guárdalo, lo necesitarás —
Diciendo ésto ella lo soltó, Pete salió casi huyendo del lugar, cuando estaba lejos, miró lo que le había dado, con cuidado que Darcy no lo viera.

Era un collar azul en forma de corazón, bastante antigüo, ¿Porqué necesitaría eso?, Lo giró y notó una inscripción en la parte de atrás.

"A donde vayas, yo iré".

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