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Parte 1


Advertencias: AU, OOC (Out of Character), tritón!Bucky, humano!Tony.

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La primera vez que lo vio... Tenía tres años de edad.

Su padre, Howard Stark, era un hombre adicto al trabajo, su madre, María, constantemente se lo recalcaba, cosa que terminaba en algunos gritos, gritos que para su corta edad no entendía, pero que pararon cuando su padre decidió tomar "vacaciones", razón por la cual, terminó comprándose una casa en la playa con un pequeño muelle exclusivo para ellos.

Entonces, a la tierna edad de tres años, su madre le llevó al muelle para disfrutar de la hermosa vista marina, debía admitir, se había maravillado con la extensión del océano, el olor del salitre y la brisa fresca que alborotaba sus rebeldes rizos castaños. Era una maravilla natural.

Pero cuando María se descuido, el pequeño Anthony se quedó viendo la extensión del océano y de repente vio lo que parecía ser la cola de un pez muy a lo lejos, para su mente infantil, eso lo había maravillado y le había dicho a su madre que había visto la cola de un pez gigante, María en su diversión por ver la inocencia de su hijo, solo se rió y le siguió la corriente para luego cargarlo y apoyarlo en su cadera para volver a la casa veraniega.

Tony pudo ver, mientras apoyaba su barbilla en el hombro de su madre, como una especie de cabeza humana se asomaba entre las olas mirándolo.

En ese entonces, no tenía ni la menor idea de que era, supuso que solo era parte de sus pequeñas ilusiones infantiles.

Sin embargo, tenía 10 años cuando lo "toco" por primera vez.

Recuerda que esas vacaciones habían sido un poco caóticas, su madre y su padre pelearon mucho porque al parecer, otra vez su padre prestaba más atención a su trabajo que a su familia, según él, su empresa era más importante y, aunque lo había dicho solo en un momento de ira, a María le había dolido terriblemente sus palabras, así que había decidido irse con Tony a la casa veraniega ellos solos y unos pocos sirvientes, dijo que prefería estar alejada de Howard mientras él tuviera su cabeza metida en su trasero, palabra que Tony juro nunca escucho, pero sabía que la situación era lo suficientemente grave si su madre estaba tan furiosa como para decir palabrotas frente a él.

Así que ese verano había sido algo tenso, aunque disfrutaba pasar tiempo con su madre y aprender a tocar el piano con ella, debía admitir que no le gustaba la mirada triste que ponía su madre cuando ella creía que nadie la veía, razón por la cual decidió ir a la playa privada cerca del muelle.

Su idea, era encontrar alguna concha marina o algo que alegrará a su mamá, aunque desde corta edad se notaba que Tony era un genio, él sabía que su madre apreciaría más un detalles pequeños que simplemente destruir la tostadora para hacerle un mini robot, por eso Tony pensó que con alguna concha marina estaría bien, después de todo, había unas muy bonitas en la playa.

Sin embargo aún no conseguía esa que él consideraba especial para dársela a su madre, una que le haga sonreír y le haga olvidar a su padre.

Fue cuando de repente, mientras se acercaba a las rocas que bordeaban la playa escuchó un chapoteo, curioso volteo a ver el lugar donde escucho el sonido y sus cejas se alzaron de sorpresa al ver que justo en la roca que había jurado no había nada, ahora había una hermosa concha marina.

Tony se acercó, sentándose en la roca y tomó la concha en una de sus manos con curiosidad mientras que su otra mano se apoyaba al borde de la roca, observó la concha y debía admitir, era hermosa y de color perlado, pero que al reflejarse a la luz tenía un ligero efecto tornasol, era preciosa, aunque no sabía de dónde había salido.

Ahora tenía un misterio que resolver.

Pero tan encimado en sus pensamientos estaba que no noto cuando una especie de mano, más resbalosa, rozó el torso de la suya.

Aunque si escucho el jadeo asustado de otra persona.

Rápidamente volteo en dirección al sonido cuando quedó hipnotizado por el azul gélido de unos hermosos ojos que le miraban al borde de la roca.

Fue cuando se dio cuenta de la sensación en su mano y de lo tenso que estaba la criatura humanoide frente a él que parecía solo ser unos cuantos años mayor.

Sin embargo, Tony no prestó atención a lo obvio y simplemente sonrió ampliamente.

— ¿Eres tú quien trajo esta concha? ¡Es hermosa! — dijo Tony con emoción infantil — Estaba buscando una que fuera perfecta para mi mamá, ya que ella está un poco triste, pero esta es muy buena, mejor que las que he encontrado ¡Así que gracias! ¿Quién eres? ¡Mi nombre es Anthony! Pero si quieres puedes llamarme Tony, no me gusta mucho mi nombre porque me recuerda a mi padre cuando me regaña, así que el diminutivo me agrada más.

El pequeño Tony habló tan rápidamente que a cualquiera se le hubiera dificultado escucharlo, sin embargo el niño no prestó atención a eso, tan emocionado estaba por hacer un nuevo amigo que ni siquiera noto las extrañas características de su nuevo amigo.

Como las escamas tornasol en sus mejillas y hombros y los pequeños colmillos que se asomaban en aquella boca abierta por el asombro, tampoco noto que la mano que estaba sobre la suya también tenía unas pequeñas garras y membranas que unía sus dedos.

Tony ladeo su cabeza, curioso de porque su nuevo amigo no hablaba ¿Tendrá problemas para eso? ¿O hablo muy rápido? ¿Y si no quería ser su amigo?

Tony frunció el ceño ante ese último pensamiento, realmente no tenía muchos amigos, y el idiota de Hammer se lo recordaba muy a menudo, eso hizo romper su pequeño y quebradizo corazón ¿Realmente era tan malo que nadie quería ser su amigo?

Fue cuando la criatura frente a él se retiró rápidamente, tan rápidamente que Tony se sorprendió más de lo que se entristeció, más sin embargo entendió todo cuando escucho el chapoteo familiar y una cola de pez sobresalir del agua hasta perderse en las profundidades de esta.

Su mente hizo click.

Sirenas.

Ese día le contó a su mamá que había visto una sirena cerca de las rocas que bordeaban la playa y conectaban el pequeño muelle, su madre se había reído de las ocurrencias infantiles de su hizo y aceptó feliz el regalo que su "Nuevo amigo sirena" le había dado.

Tony se había enojado un poco cuando se dio cuenta que nadie creía sus palabras, pero rápidamente se dio cuenta de lo absurdo que sonaba, tan absurdo que si él no lo hubiera vivido no lo hubiera creído y entendió a los adultos.

Aunque eso no le impidió ir todos los días a las rocas a ver si podía volver a ver a aquella magnífica criatura.

No lo volvió a ver esas vacaciones, pero curiosamente, él último día de Tony en aquel lugar encontró una almeja con una cuerda amarrada a sus extremos para que fuera un collar, Tony se dio cuenta que el color de la almeja era precioso con ese ligero brillo tornasol y cuando la abrió se dio cuenta que había una perla en su interior.

Fue el primer regalo que le dio.

Años después, cuando Tony tenía 15 años, fue cuando escuchó su voz.

Dicen que la ausencia acerca corazones, viendo todo hacia atrás, Tony piensa que esto puede que haya sido lo que paso, pues no había vuelto a aquella casa de verano en 5 años.

No era su intención, la verdad, resulta que el año siguiente sus padres decidieron tener una segunda luna de miel para poder arreglar lo suyo, debido a esto, Tony no le quedó de otra que quedarse en la mansión Stark con su fiel sirviente, Jarvis.

El año siguiente, Howard se había puesto exigente con él, diciendo que debía ser mejor estudiante, mejor persona, mejor en todo, era un genio y un Stark, debía ser de hierro como siempre sucedía en su familia.

A Tony no le fue muy bien anímicamente en aquellos años.

Aunque logró en verdad demostrar que era un genio y hasta entró en la universidad, su desafío a Howard se sintió, sobre todo cuando decidió que quería estudiar biología marina, decir que Howard estaba contento con eso era un eufemismo.

Así que la pobre María era como Suiza en esa extraña guerra entre padre e hijo, era neutral, aunque sabía que su esposo amaba a su hijo tenía una forma rara de demostrarlo al igual como sabía que Tony amaba a su padre y solo quería su aprobación, María solo le tocó dialogar por ambos y tratar de aliviar las heridas luego de cada pelea verbal.

Fueron cinco años muy volátiles.

Sin embargo, en el verano de sus quince años, Tony volvió con su madre a aquel hermoso lugar.

Aunque noto lo viejo y descuidado que estaban algunas cosas.

Lo primero que hizo fue ir al muelle, donde se dio cuenta que el salitre y el clima no fueron amables con la madera de este, Tony se quedó al inicio del muelle observando el ancho océano y lo maravilloso que aún le parecía pese a los años, imagino cuántas cosas había ahí dentro de las cuales nadie sabía y obviamente, pensó en aquella criatura que vio en su juventud.

Fue cuando de repente Tony noto un movimiento extraño en el mar y, sintiéndose emocionado corrió por el muelle hasta el final de este solo para ver más de cerca si podía ser su extraño amigo.

Pero no noto cuan gastada y vieja estaba la madera del muelle, fue cuando en uno de sus pasos, Tony cayó al agua con un fuerte chapuzón.

Se sintió hundirse en las frías aguas del mar, él no era un gran nadador, sin embargo, intentó con todo lo que pudo empujar hacia la superficie, pero el ardor en sus pulmones por la poca agua que había inhalado por el impacto repentino le estaba pasando factura, le era muy difícil, más cuando una vez que logró llegar a la superficie una ola lo empujó de regreso a la negrura del mar.

Fue una infructuosa pelea, sentía que sus músculos dolían y sus pulmones ardían, anhelando el vital oxígeno, sus ojos estaban cerrados pero escocían por el salitre del mar, cuando pensaba que todo estaba perdido, fue cuando lo sintió.

Abrió los ojos con sorpresa, ignorando levemente el escozor y fue cuando Tony distinguió una figura humanoide a su lado sosteniendo su torso y de repente sintió una mano tomar la suya y arrastrarlo hacia la superficie.

Salió del agua como una explosión y recuperó el aire, pero lo más importante para él era ver a su salvador, pero no tuvo que preocuparse mucho frente a él se encontraba aquel a quien buscaba.

— ¿Estás bien, krasavchik? — preguntó aquella criatura con preocupación, su voz tenía una entonación melodiosa aunque un poco ronca, como si tuviera mucho tiempo sin hablar o simplemente se estuviera adaptando al lenguaje humano.

— Eres tú — fue todo lo que pudo decir Tony, su cerebro trabajaba a mil por hora en ese momento, no podía creer que en serio existiera esta criatura y que al pasar de los años solo se pusiera mejor.

Tony apenas recordaba algunos de los rasgos de la criatura de aquella vez que lo pudo ver de cerca, pero noto que durante el tiempo que no había ido a aquel lugar, aquella creatura también había tenido cambios sutiles, había crecido y se notaba en sus rasgos, ahora más fuertes y afilados de un hombre muy guapo, su cabello era un poco largo, a la altura de sus hombros, sus labios estaban abiertos y eran color rosa y se veían suaves, aunque podía notar pequeños dientes afilados que podrían ser letales, pero sus ojos, sus ojos definitivamente eran lo más atrayente, eran color azul cian, se veían fríos pero resaltaban su belleza aunque su rostro se veía preocupado.

Tony sintió que su corazón latía tan rápidamente que podría salir desbocado, estaba jodido.

— ¿Aun me recuerdas? — preguntó la criatura sorprendida, aunque una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios — Los de tu especie tienden a olvidar todo con mayor facilidad. Aun así me recuerdas.

— Dudo que sea fácil olvidar que te encontraste con un chico con cola de pez —dijo Tony cuando su cerebro se puso al día con los acontecimientos.

— Es un buen punto — dijo la criatura luciendo un poco avergonzado.

La criatura tomó suavemente el cuerpo de Tony con cuidado nado con él hasta la orilla, nadaron en un cómodo silencio, Tony aún tenía su cabeza llena de pensamientos que ibas de un lado a otro porque ¡Acababa de conocer a una criatura mítica! No, tachen eso ¡Fue salvado y ahora está siendo sostenido por una criatura mítica! Eso es algo que solo en sus sueños más salvajes podía pasar, no en la vida real.

Cuando estuvo seguro en la orilla de la playa, la criatura le dio una rápida mirada procurando que no estuviera herido y cuando certificar este hecho suspiró aliviado, fue cuando hizo un movimiento para irse que Tony tomó su mano.

— ¡No te vayas! — grito el castaño y la creatura le vio curioso — Quiero decir, no sé si está mal que te comuniques conmigo o cualquiera que sean las leyes de tu gente pero ¿Al menos puedo saber el nombre de mi salvador?

La criatura entonces frunció el ceño, parecía estar luchando contra algo en su mente y se veía frustrado, Tony entonces supuso que es que una criatura como él tal vez no podía darle esa información.

Y tan equivocado no estaba, los sirens eran una especie carnívora y misteriosa, solían estar en las profundidades del mar y solían ser territoriales y peligrosos, a diferencia de sus primos más cercanos, los mers, pero este tritón en particular tenía un pequeño problema.

Él había sido separado de su pequeña manada desde que era un cachorro, había estado parte de su niñez con unos mers hasta que fue cazado por unos terribles humanos que experimentaron con él durante un par de años, luego de eso, pudo escapar de las garras de esos científicos locos gracias al error de un principiante, no recuerda mucho de su vida, solo lo importante, además que nado lo más lejos que pudo hasta esa playa solitaria y privada, hasta que conoció al castaño frente a él.

Tenía un nombre, lo sabía, pero no lo había pronunciado en tantos años que sentía que ya no era suyo.

— ¿James? — pronunció con cuidado, aun sonandole un poco extraño en su lengua — Solían llamarme así, salvo por un pequeño mer que conocí cuando era un cachorro que me llamo "Bucky" — mencionó como una ocurrencia.

— No suenas muy seguro de eso — dijo Tony con curiosidad.

— Hace muchos años que no he pronunciado mi propio nombre — dijo con melancolía la creatura.

— ¿Cuántos años? — preguntó Tony.

El tritón hizo una mueca para luego decir simplemente.

— Perdí la cuenta luego de los primeros veinte años — dijo simplemente y al ver la expresión de asombro del castaño aclaro — Mi especie vive más años que los humanos y nos desarrollamos más lentamente, se podría decir.

Entonces una pregunta surgió en la mente de Tony.

— ¿Hay más de tu especie aquí?

El tritón volvió a fruncir el ceño y negó lentamente.

— ¿Has estado solo todo este tiempo? — preguntó el castaño, sintió una ligera opresión en su pecho al pensar que si aquella criatura podía vivir tantos años, ¿cómo habría hecho para sobrevivir solo por tanto tiempo?

— Mi especie suele ser solitaria en la mayor parte de los casos, solo hasta que consiguen su propia manada — explicó suavemente al ver la expresión de preocupación del humano — No es tan difícil.

— ¿Qué eres exactamente entonces? — preguntó Tony curioso.

— Los humanos que me cazaron dijeron que tu especie nos llama "sirens" aunque al yo ser un macho me llamaron "triton" — dijo automáticamente con voz monótona.

Tony se quedó en silencio asimilando toda la información que estaba recibiendo de repente.

— Entonces... Eres una sirena... ¿Acaso no son esas las que cazaban a los navegantes y hundían sus embarcaciones?

La criatura sonrió levemente.

— Se podría decir, a mi especie le gustaba la carne humana.

— ¿Significa que me vas a comer? — preguntó Tony con ligera diversión, en realidad, debería estar preocupado, pero había algo en esta creatura que aunque tenía esa aura intimidante y peligrosa a su vez era interesante y siendo sinceros si le hubiera querido hacer daño lo hubiera hecho hace mucho.

El tritón sonrió más ampliamente mostrando un poco sus afilados dientes.

— Tal vez, pareces ser muy apetitoso — dijo la criatura guiñandole el ojo y oh dioses, había algo en ese tono que salió tan coqueto que empezó a hacer estragos en el interior de Tony.

Tony no pudo evitar reír, en parte para ocultar su reacción hacia la creatura.

— Para tu información, soy carne de primera — dijo en broma el castaño para luego extender su mano hacia la creatura — Entonces, ya no tienes porque estar solo, ahora seremos amigos, James.

La criatura le miro con duda al principio pero cuando escucho las palabras del castaño, Tony casi pudo distinguir un brillo de esperanza en su mirada, aquella criatura solitaria, realmente parecía anhelar compañia.

El tritón extendió su mano y tomó la del humano en un apretón amistoso de manos haciéndoles sonreír a ambos, Tony pudo notar mejor la textura de su piel, escamosa pero suave y algo resbaladiza por el agua.

— Me gustaría mucho ser tu amigo, Tony — dijo la criatura sin dejar de sonreír.

— ¿Aún recuerdas mi nombre? — pregunto Tony sorprendido, sin soltar la mano del tritón.

— Nunca podría olvidarlo — y otra vez, la criatura le dio otra sonrisa con dientes que a Tony le empezaba a encantar tanto como asustar.

Y así, empezó una amistad entre el mar y la tierra.

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¡Bienvenidos a mi nuevo proyecto corto (¿Se le puede decir así?)! Había planeado hace un tiempo escribir algo WinterIron con el tema de tritones y humanos porque he visto tantos fics así en otros fandoms y bueno, venga que quería en este, y bueno ¿Qué mejor forma que volver con una locura? En fin, esto posiblemente tenga una segunda parte, pero como desaparecí hace eones y volví de la nada, quería que me dijeran que opinan de esto y bueno, continuar con la segunda parte de esto (que la verdad si iba a ser nasty porque los fics que he leído han enseñado tanto...) así que bueno, sin más, espero les guste este fic y mi regreso (¿Me extraño alguien? )

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