Capítulo 14
-Marinette-
¿Qué sentía?... miedo, miedo de que quien creía que era no lo fuese.
-T-tú... .- bufó Hawk Moth.
-Lamento arruinar tus planes querido mariposon.- se burló alzando la barra metálica y empujando el bastón del contrario.
-Estúpido gato, esta vez no podrán ganar.- dictó el hombre soltando una risa macabra.
Hawk Moth retrocedió, y se fue dejando los dos oscuros akumas que no hacían más que destruir la ciudad, los gritos de las personas pidiendo ayuda se hacían cada vez más lejanos, cerré los ojos con fuerza, cada respiro que daba, hacía a mis pulmones colapsar.
-¿Estás bien?.- oí tan claro que me estremecí por completo, con temor abrí los ojos y vi una mano enguantada color negro, unas garras y el prodigio de la mala suerte en el dedo anular frente a mi.- Debemos ir a la batalla.- dijo nuevamente y alcé lentamente la mirada hacia arriba.
Una figura esbelta, pero fuerte y marcada, la cual podía reconocer de inmediato, subí más hasta encontrar su sonrisa, una muy cálida a mi parecer, esos ojos felinos y verdes me hicieron abrir la boca de asombro, y por último esa cabellera rubia... Era él, no había duda, pero ¡¿Cómo es posible?!.
Sentía completa ansiedad, un deseo tortuoso de que me tragara la tierra y mi corazón estaba tan acelerado que podía oírlo fuerte y claro en mis oídos.
-T-tú... .- fue lo único que pude formular.
-Parece que a my Lady le comió la lengua el gato.- respondió sonriendo coquetamente y se agachó tomando mi mano, me levantó y la besó por varios segundos.- es un placer poder verla de nuevo.
El contacto era real, realmente estaba ahí... ¿Estaba soñando otra vez?. Podía sentir el calor de sus labios por encima del traje. Se enderezó y sonrió nuevamente.
-Estás aquí... realmente estas aquí.- lo abracé con fuerza.-Adr...
-Shh... .- me silenció correspondiendo mi abrazo.- no queremos que nadie sepa mi identidad ¿o sí?.- susurró en mi oído y acarició mi cabeza con sutileza.- te extrañé bugaboo.- dijo y comencé a sollozar.
-Re-realmente estás aquí.- las palabras se me cortaban una tras otra.- Chat... .- hundí mi rostro en su pecho, su calor, su aroma, su traje, todo era real, estaba frente a mi, estaba en sus brazos.- estúpido gato.- lloré con fuerza y lo golpeé en el pecho con mi puño cerrado.- estúpido gato.- me quejé otra vez dejando caer las lágrimas, él solo me acariciaba mientras lo seguía golpeando con la fuerza más mínima.- Estúpido...
-Esos son muchos "estúpido" ¿No crees?.- musitó con una pequeña risa.
-M-más de un año... Más de un año sin ti... ¿Cómo es posible?.- seguía aferrada a él con el miedo de que desapareciera calandome los huesos.- y-yo... No podía, no podía ser Ladybug sin ti... .- tenía un nudo en la garganta que no me dejaba hablar con claridad.-perdóname... perdóname.- repetía sin cesar.- no pude protegerte, n-no pude... .-él dolor en mi pecho era insoportable.
-No te disculpes... estoy aquí contigo, como siempre.- me separó levemente mirando a mis ojos, secó las finas líneas saladas que decoraban mis mejillas y besó mi frente.- debemos pelear, ya tendremos tiempo para conversar, ahora hay unos akumas que purificar y un villano que vencer.- dijo lo último con aborrecimiento.
Estaba perdida en todo lo que acontecía, me debatía en lo real e irreal y el dolor incrementaba al mismo tiempo que la felicidad, el vacío que tenía fue llenado de golpe y pude respirar con normalidad después de mucho tiempo.
-Adr... .-me miró entrecerrando sus ojos.- Chat.-corregí.
-No te aproveches de saber quien soy, Bugaboo.- sonrió de lado y tocó mi nariz con su índice.
-Pero t-tú...
-No tenemos mucho tiempo.- me interrumpió.- debemos terminar con ésto de una vez por todas.
-P-pero...
-Ladybug.- dijo firme.- por favor, lo aclararemos después.- sólo pude asentir y tomé una bocanada de aire para calmar mis nervios.
Los akumas, estaban barriendo la ciudad poco a poco, Chat y yo nos subimos a un edificio para mirar mejor el panorama... Era devastador, había gente tirada en el piso herida y los sujetos en cuestión no se detenían, solo quería destruirlo todo.
-No serán fáciles de vencer, debemos idear un plan y encontrar donde está el akuma.- dijo mi compañero y por primera vez lo vi concentrado en la misión por completo.
Intentaba concentrarme pero no podía, el cielo estaba nublado y el viento estaba muy fuerte.
-Ladybug.- llamó Chat.- ¿me oíste?.- asentí no muy segura de mi misma.
-P-pero... los akumas son solo sombras, no tienen objetos u ropa que romper.- añadí tomando el yoyo en mis manos.
-Debemos intentar detenerlos de alguna forma.
Ambos nos desplazamos con nuestras armas hacia los akumas, uno de ellos tomó un bloque de cemento y lo arrojó a una tienda.
Intenté sujetar sus brazos con mi yoyo pero simplemente la cuerda lo atravesó.
-¡No podemos tocarlos!.- exclamé a mi compañero y él intentó golpear al otro con su barra fallando en el intento.
-¡Piensa! ¡Tu eres la de las ideas!.- gritó desde el otro extremo de la calle evitando el ataque del sujeto.
-¡Amuleto encantando!.- invoqué mi poder y recibí una linterna.- ¿Pero que hag... ¡Claro! ¡Eso es!.
-¡Necesito ayuda Bugaboo!.- me volví hacia Chat que estaba acorralado contra un edificio.
-¡No te muevas!.- le grité corriendo hacia su dirección.
-¡No es como que tenga muchas opciones!.- respondió mientras intentaba golpear al akuma, logrando sólo atravesarlo.
Cuando llegué detrás de la sombra, mi visión marcó la linterna y al sujeto por completo. Ya sabía lo que tenia que hacer.
-¿Qué harás con eso?.- cuestionó mi felino compañero.- ¿contarle un cuento de terror?.- rodé los ojos y encendí la linterna.
-Algo así.- sonreí y apunté a la sombra, la cual con el mínimo contacto comenzo a desaparecer como si se quemara ante nuestros ojos.
-No sabía que eras maga, bichito.- soltó enderezandose.
-Son sombras... ¿Qué necesitas para que no haya sombras?. - pregunté y él se paró frente a mi.
-Luz... .- susurró.
-Exacto.- moví su cascabel con mi índice.
-El clima no ayuda mucho... espera... .- abrió los ojos de sobremanera.- ¿No crees que esto fue demasiado fácil?.
No alcancé a responder ya que el suelo tembló haciéndonos perder el equilibrio. Chat extendió su barra y yo lancé mi yoyo, nos dirigimos a lo alto de una azotea para un mejor campo de visión.
París estaba completamente rodeado de sombras... ¿Qué demonios son esas cosas?.
-¿Qué demonios son esas cosas?.- expresó Chat como si leyera mis pensamientos.
-No lo sé... Pero no podremos iluminarlos a todos... .- el beep de mis aretes hizo acto de presencia y mi compañero que miró con preocupación.
-Debes recargar.- dijo firmemente metiendo una mano a su bolsillo y sacando una galleta.- toma.- la depositó en mis manos.
-¿Pero como es que...
-El maestro supuso que lo necesitarías.
-El... ¿El maestro?.- cuestioné mirándolo a los ojos y asintió. Definitivamente el maestro tiene mucho que explicar.
-Ve a alimentar a Tikki, yo intentaré ayudar algunos civiles.
-Ten cuidado, por favor.- supliqué y él me regaló una sonrisa... espera... ¿Cómo sabe sobre Tikki?.
-Lo tendré.- besó mi frente y extendió su arma dirigiéndose al centro.
Busqué un escondite en un callejón, me destransformé y Tikki cayó agotada a mis manos.
-¿Tikki estás bien?.-pregunté a mi kwami con preocupación.
-Si, solo estoy algo cansada.- le extendí la galleta y ella la tomó comenzando al comer.- debemos volver lo antes posible.- dijo con la boca llena.
-Chat nos necesita.- musité.- Tu tienes una idea de lo que...
-No... no tengo idea de como es posible.-se encogió de hombros.- deberás esperar a que él te explique o el maestro, aunque cabe la posibilidad de que...
La pared del callejón comenzó a derrumbarse, rápidamente tomé a mi kwami en mis manos y salí corriendo de ahí.
-¡Marinette di las palabras!.- exclamó ella.
-No puedo aquí, puede verme alguien.- susurré.
-Te aseguro que tu identidad secreta no es muy importante ahora.- asentí, pero de todas formas me oculté detrás de unos autos.
-¡Tikki motas!.- en menos de dos segundos ya tenía el traje sobre mi.- bien, veamos donde estás gatito.- saqué mi yoyo y busqué la locación de Chat, seguía en el centro.
Me dirigí donde marcaba el GPS del yoyo, busqué con la mirada a mi compañero y lo divisé ayudando a civiles.
Los sujetos en cuestión seguían destruyendo. Envíe un mensaje a la policía pidiéndoles que reunieran todos los focos o linternas posibles para combatir los akumas, claramente teniendo sumo cuidado.
-¡Ladybug y Chat Noir!.- oí una familiar y potente voz retumbar por todos lados.- ¡Entreguenme sus prodigios si no quieren ver destruida su hermosa ciudad!.- exclamó Hawk Moth y comencé a buscarlo con la mirada por todos lados.- ¡Tienen una hora!, ¡los espero donde todo comenzó! .- rió sin gracia.-Mis queridos akumas desaparecerán por ahora.- soltó una carcajada.- Hasta entonces... queridos héroes.- soltó lo último con evidente sarcasmo.
Tal y como dijo Hawk Moth... Los akumas desaparecieron, el polvo de los edificios caídos estaba sobre la ciudad, gente herida, niños... de todo.
Las sirenas de ambulancias comenzaron a sonar fuertemente, la policía y paramedicos se hicieron rápidamente presentes en el centro de París, ya que era donde más habían atacado los akumas.
Bajé hasta donde estaba mi compañero.
-¡Chat!.- exclamé cuando llegué a su lado.- ¿Estás bien?.- se volteó a verme y sonrió con pesar.
-Tenemos treinta y cuatro heridos de gravedad hasta el momento... .- por instinto me llevé ambas manos a mi boca.
-No... .- susurré viéndolo con horror y el sólo se irguió frente de mi.
-Tranquila, todo se solucionará.- susurró comenzando a caminar hacia mis espaldas.- no debemos demostrar debilidad... ¡Alcalde!.- dijo firmemente.
-Chat Noir, Ladybug.- oí al padre de Chloe hablar así que me volteé.- gracias al cielo que están aquí.
-Señor alcalde.- dije apretando mis puños para darme la fuerza de hablar.- debemos evacuar lo antes posible.- él me miró con incertidumbre, asintió.- ya envíe un comunicado a la policía, necesitamos todos los faroles, linternas y focos que puedan.
-¿Linternas?.- cuestionó.
-Si, es que los akumas son débiles a la luz.- respondió Chat Noir.
-Haré todo lo posible para ayudarlos.- respondió el alcalde.- sobre lo que dijo... Tienen una hora muchachos.- nos miró con preocupación.- ¿Qué harán?.
-No se preocupe alcalde, le aseguro que mi compañera y yo acabaremos de una vez por todas con Hawk Moth... Eso se lo juro.- las palabras de mi compañero sonaban con rabia y dolor... ¿Qué es lo que le pasa?.
El señor Bourgeois asintió juntando ambas manos delante de su pecho.
-Gracias chicos, gracias.
-Busque un lugar seguro.- dicté.
André se subió a su auto y se perdió entre la multitud, miré a Chat, tenía la mirada puesta en la Torre Eiffel.
-Donde todo comenzó... .- susurró.
-¿Cómo?.- cuestioné
-Eso fue lo que dijo... "Los espero donde todo comenzó".- se giró y me vió fijamente.- la primera vez que Hawk Moth mostró su imagen fue en la Torre Eiffel... Y la primera vez que...
-La primera vez que nos hizo desaparecer a ambos...
-No podemos dejar que siga destruyendo la ciudad, pero tampoco podremos hacernos cargo de cada akuma que mande, sería absurdo.
-Quieres decir que...
-Debemos ir a la Torre y luchar directamente con él.
-P-pero aun no sabemos que podría hacernos, Chat... La ultima vez él... él...
-Él me mató.- sonrió con pesar y tomó mis manos.- no te preocupes, no puedo morir otra vez.- Apretó mis manos.
-Necesitamos un plan.- dije mirando hacia la Torre.
-Tu dirás, sabes que te sigo bichito.- alzó sus cejas de arriba-abajo.
-Eres un minino coqueto.- negué con la cabeza tocando su nariz.
-Sólo intento que las cosas no estén tan tensas.- se encogió de hombros.
Lo abracé nuevamente, quería terminar lo antes posible con todo esto para poder estar plenamente junto a él.
-Mari... .- musitó aún sin corresponder a mi abrazo.
-Soy Ladybug ¿Lo olvidaste gatito?.-pregunté soltando una leve risa y él me apartó desde los hombros mirándome fijamente.
-Cl-claro, Ladybug... Lo siento.- rascó su nuca y lo miré extrañada.
-¿Estás bien?.- pregunté por su repentina acción.
-Hay algo que debo decirte...
-¿Decirme algo? ¿Qué?.- cuestioné viéndolo a sus felinos ojos.
-Es complicado... pero...
-Chat, ya dime de una vez.
-Sabes... mejor hagamos un plan.- sonrió y extendió su bastón.
-¡Espera!.- exclamé lanzando el yoyo detrás de él.
Lo seguí hasta que se detuvo en mi balcón.
-¿Qué haces?.- pregunté aterrizando detrás.
-¿No es obvio, bugaboo?.- se acercó a la puertilla que da a mi habitación y chocó con ésta.- Auch.- se quejó y lo quedé mirando extrañada.
-¿Por qué hiciste eso?.- cuestioné aguantando la risa.
-So-solo estaba bromeando.- aclaró su garganta y yo fui a abrir la puertilla.
-¿Qué hacemos en mi casa?.- pregunté nuevamente aún sin entrar.
-Necesitamos un plan ¿no?.- dijo cruzando sus brazos y señalando la puerta.- y para hacer un plan debemos pensar en tranquilidad.
-Claro, solo no hagas ruido.- bajé hasta mi habitación.
-Descuida, se pasar desapercibido.- soltó una risa y me siguió detrás.
Ambos bajamos donde estaba mi sofá rosa, Chat se sentó ahí como si fuera costumbre. Me quedé de pie frente a él.
-Quizás debamos dejar descansar a Tikki y Plagg.- sugerí y él se puso ¿nervioso?.
-Claro...
-Puntos fuera.- susurré dejando salir a Tikki y miré a Chat.- iré por queso para Plagg.- dije acercándome hacia la puerta.- ponte cómodo.- agregué antes de ir a la cocina, Tikki me siguió resguardandose en mi bolso.
-Adrien-
Me sentía extraño al estar de vuelta, las cosas se sentían de una forma distinta, el tocar los objetos o simple hecho de respirar.
Me recosté en el pequeño sillón rosa que había sido mi cama este último año, miré el techo buscando la respuesta a mi pregunta, ¿Cómo se supone que se lo diré?.
-Plagg.- llamé a mi kwami.
-¿Qué sucede chico?.-preguntó en mi mente.
-Me destransformaré para que puedas comer, pero se prudente con tus palabras.
-Me ofendes, yo soy la palabra prudencia en persona.- rodé los ojos y me reí.
-Claro.- dije sarcástico.-sólo no metas la pata.
-¡Tengo hambre!.- exclamó fuertemente en mi cabeza y tapé mis oídos por inercia.
-Eres un poso sin fondo.- recriminé poniéndome de pie.- Plagg, garras fuera.- me destransformé y el kwami salió volando hacia mi cabeza.- quédate quieto, Marinette ya no tarda en llegar.
-No puedo moverme sin mi preciado queso.- gruñó desordenando mi cabello.
-Apestoso queso.- corregí y el jaló un mechón.- ¡oye! Eso duele.- lo tomé entre mis manos y lo puse frente a mi.- todo el tiempo que estuviste con Marinette no te sirvió de nada parece.- fruncí el ceño.
-¿De que hablas?, esa chica ¡es una completa dulzura!.- exclamó levitando.- ¡me daba mucho queso todos los días!, tendremos pequeños quesitos, uno se llamará "Quicelle" el otro "Quesifa" y el otro "Quesidia" .- dijo poniendo ojos soñadores y dando una vuelta.
-Ya quisieras Plagg.- fruncí el ceño.
-No seas tan celoso, podemos compartirla.- agregó, golpeando mi nariz con su apestosa pata con olor a queso.- sólo si no se olvida de alimentarme.- lo miré tristemente.
-Tonto... sabes que es...
Oí la puerta abrirse y me oculté rápidamente tras el sofá tomando a Plagg.
-¿Chat?.- escucha a Marinette.
-Aquí estoy.- dije saliendo del escondite.- pensé que era alguien mas, preferí esconder... ¿Todo bien?.- pregunté al ver su expresión acongojada.
-S-si... Solo que es.- aclaró su garganta.- es difícil ver que realmente estás aquí...
-Comprendo... Para mi también lo es.-musité.
Plagg me mordió la mano y lo solté.
-¡Ah! ¡Plagg!.- exclamé por el dolor y él voló hasta Marinette.
-¡Marinette!.- gritó poniéndose frente a ella.
-¡Pequeño Plagg!.- respondió ella acariciando la panza de mi glotón kwami con su dedo.- ¿Quieres un poquito de queso?.
-¡Me conoces tan bien!.- alardeó el felino.
Mari le extendió el queso que traía en su mano y como por arte de magia desapareció entre los dientes del kwami.
-Plagg... ten más modales.- recriminé y él me sacó la lengua haciendo que la azabache soltara una risa.
-Está bien, no te preocupes.- se dirigió a mi con una sonrisa.- vivió por mucho tiempo conmigo, así que se como tratarlo.
Tikki salió de detrás de su portadora y se acercó a mi viéndome fijamente delante de mí nariz.
-Ho-hola.- saludé a la carmesí.
-Tikki ¿Qué sucede? ¿Por qué te portas así?.- preguntó Marinette.
-Sólo lo observo.- se cruzó de brazos y cerró los ojos para luego abrir sólo uno y verme con éste.- Hola.- saludó y sonrió.
-¿Qu-quieres algo de beber?.- preguntó mi compañera, sus mejillas estaban enrojecidas.- podría ir por algo abajo...
-No es necesario, gracias.- se veía adorable como siempre.- Creo que es mejor idear un plan.
-Claro... Un plan.- se quedó unos minutos en silencio.- si nos acercamos a Hawk Moth nos atacará con sus akumas, y no podemos pelear con ellos...
-Podríamos hacer un trato con él.- mencioné y el rostro de Marinette cambio a uno de enfado.
-¿A que te refieres con un trato?.
-Tranquila no te enfades.- alcé ambas manos.- me refiero a conversar con él.
-¿Conversar?.- cuestionó incrédula.- Adrien, destruyó la mitad de París con sus akumas... Hay gente herida y gente fallecida... mientras no pueda usar la invocación del miraculous no podré regresar todo a la normalidad.
-Lo sé... créeme que lo sé.- formé una fina línea en mis labios.- pero confía en mí, por favor... Si esto se sale de control pensaremos en otra cosa, pero...
-¿Pero?.- preguntó alzando sus celestes ojos.
-Hay algo que debes saber... Algo que debes saber sobre Hawk Moth... .- tomé aire intentando tener fuerza de decirle.
-¿Qué sucede?.- la preocupación en sus rasgos era notable.
-Sientate... .- la tomé de los hombros y la guié hasta el sofá.- yo... Yo se quien es Hawk Moth.
Marinette abrió sus ojos mas de lo normal, no decía nada.
-¿Quién?.- musitó muy bajo.
-Él... él es mi padre, Hawk Moth es mi padre. Gabriel Agreste.
-No es posible... .- su rostro estaba pálido.- no puede ser tu padre... porque si es tu padre quiere decir que él...
-Lo es Marinette... y si, mi propio padre me...
-¡No lo digas!.- me cubrió la boca con sus pequeñas manos.- es horrible, no lo digas por favor...
Asentí en señal de que no diría nada, así que ella me soltó. No se si debo decirle ahora o no lo que me dijo el maestro... mientras mas espere será peor, pero realmente no se como decirlo.
El piso comenzó a temblar y se oyó un fuerte sonido desde afuera. Rapidamente Marinette y yo nos miramos para luego mirar a muestros kwamis frente a nosotros.
-Ya saben que decir.- dijeron Tikki y Plagg al unísono.
-¡Tikki motas!.
-¡Plagga las garras!.
Dijimos al mismo tiempo y nuestras identidades fueron ocultas debajo de nuestros respectivos trajes. Salimos por el balcón, las sombras habían vuelto.
Definitivamente esto no es bueno y tengo un mal presentimiento.
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