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The tulip & the dahlia

Unos días habían pasado desde que aquella foto cayó de aquel cuaderno, y aunque Dean intentó devolverle la fotografía a Claire, esta simplemente respondió;

“Quiero que la conserves como un pequeño recuerdo de tantos paseos, aunque no sea nada comparado a lo que tú me das.”

En aquel momento, Dean no comprendió a lo que se refería Claire. Poco sabría él que aquella foto tenía un significado aún más especial.

Continuaron hablando de diversas cosas, como era costumbre, hasta que una fecha se cruzó por la memoria de Dean.

21 de Septiembre.

Aquella sonrisa que había en su rostro desapareció para ser reemplazada por lágrimas.

Ese día se cumplían 16 años desde que sus padres fallecieron, 16 años en los que creció sin sus padres y con un sentimiento de culpa el cual empeora año tras año.

Claire, quién no comprendía lo que ocurría, tomó la mano de su amigo y le preguntó si ocurrió algo o si podía ayudar en algo.

Él solo respondió entregándole su cuaderno, aquel que había atesorado toda su vida y nadie jamás lo había leído.

Le señaló una hoja en específico y ella se dispuso a abrir el cuaderno donde le pidió para así comenzar a leer, esperando obtener alguna idea de cómo ayudarlo.

Lo que encontró, la destrozó.

Dean Howard's notebook, September 21st

Culpa. Aquel es el sentimiento que me agobia día y noche, desde esa fecha.

No lo entiendo. No logro comprender, ¿es acaso mi culpa? Y si no es así, ¿por qué? ¿por qué me siento de esta forma, si no fui responsable de lo que ocurrió? ¿hice algo mal?

Se suponía que hoy hubieran vuelto de aquel viaje, pero no fue así.

¿Podría haberlo evitado?

No.

¿Los estoy recordando como lo merecen?

No.

¿Por qué no los abracé con más fuerza?

No lo sé.

¿Por qué mierda no puedo recordarlos? ¿me odiarán?

Es probable.

Quisiera tener una segunda oportunidad, por favor.

No lo entiendo. 16 años han pasado y aquel sentimiento aún me persigue como si fuera responsable, como si estuviera haciendo algo mal.

Pero no sé el qué.

Lo siento, en serio lo siento.

Dean Howard's off the notebook.

Al finalizar su lectura, Claire se encontraba perpleja, intentando asimilar todo y buscando las palabras adecuadas, mas fue en vano, pues fue incapaz de pronunciar palabra alguna.

Pero pronto lo supo.

Ver a su amigo fue suficiente para que supiera lo que debía hacer, pues era claro que no la estaba pasando bien.

Claire lo abrazó con fuerza en un intento de que se sintiera tranquilo, mientras le decía en un tono suave que era una gran persona, que sus padres estarían orgullosos de él.

De algún modo, aquellas palabras trajeron paz al hombre que, por primera vez, le estaba permitiendo a alguien ver su lado más vulnerable.

Tras aproximadamente 30 minutos, Dean logró explicar gran parte de la historia de sus padres, para luego revelar lo siguiente.

—Cada vez que voy a verlos, suelo llevar algunas flores, generalmente sus favoritas. Siempre voy, sin importar si estoy bien o mal, no hay un solo momento en el que no vaya para contarles cómo fue mi día —Las lágrimas comenzaban a nublar su vista una vez más.—, y pedir perdón.

—¿Perdón? ¿por algo de lo que está escrito en tu cuaderno?

—Se podría decir. Me disculpo por no poder recordarlos bien, por estar decepcionándolos, por estar haciendo algo mal... Incluso por no haberlos abrazado con más fuerza.

—Entiendo. —respondió luego de unos momentos.— Dean, ¿puedo preguntar sobre la segunda oportunidad?

El pelinegro se tomó un momento, pensando en si debía responder o no aquella pregunta.

Luego de unos instantes, dejó escapar un suspiro para al fin responder.

—Quisiera una segunda oportunidad para ver a mis padres una vez más. Da igual si los veo en un sueño o qué, pero quisiera verlos una última vez, disculparme y poder preguntarles qué solíamos hacer. De ese modo, al despertar podría recordarlos como lo merecen.

Claire quedó conmovida al saber la razón tras aquella extraña petición. Luego de unos segundos, tomo la valentía de preguntarle a Dean si podía acompañarlo a visitar a su familia. Él, sorprendido, aceptó.

En el camino, se detuvieron frente a una florería que se hallaba cerca del lugar donde descansaban los padres de Dean.

Ambos compraron flores, pero Claire acabó gastando un poco más que su acompañante, mas no explicó el porqué.

Permanecieron en el cementerio aproximadamente una hora, tal vez un poco más. Los dos les dedicaron unas frases y entregaron las flores que les habían llevado.

Al salir, la joven se detuvo para entregarle algo a su amigo, quien también se detuvo.

Sin decir palabra alguna, ella solo le entregó dos flores. Dos tulipanes.

Un tulipán azul turquesa.

Y un tulipán azul oscuro, en señal de lealtad, confianza y amor verdadero.

Él, comprendiendo lo que aquellas flores significaban, esbozó una sonrisa honesta y cálida para luego entregarle una flor.

Una Dalia color malva, en señal de agradecimiento por todo lo que hasta el momento habían vivido. Por todas esas sonrisas y momentos especiales.

A simple vista, podría parecer un simple gesto bastante común, casi como una tradición.

Pero ellos sabían qué significaban aquellas flores y porqué se la entregaban al otro.

Y sin duda, es lo que convertía aquel gesto en algo especial.

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