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Day three, third trip.

Dean Howard's notebook.

Wednesday, 03:09 a.m.

Bien, yo... No sé muy bien como iniciar esto. ¿Que digo? Nunca sé cómo.

Normalmente iniciaría hablando sobre los paseos, pero no esta vez.

Esta vez, quiero hablar de otra cosa. Más específicamente, de mis padres.

Sí, murieron cuando yo era pequeño. Cuando tenía unos 4 años más o menos. Ya no lo recuerdo con exactitud.

Mis recuerdos sobre ellos, como dije anteriormente, son escasos. Apenas puedo recordar la cálida sonrisa de mí madre y su suave voz.

De mi padre no recuerdo nada además de que siempre estaba serio, pero creo que cuando podía mimarme, lo hacía.

No recuerdo su voz, mas sí soy capaz de recordar su risa. Estrepitosa, recuerdo que no me agradaba en lo absoluto estar cerca cuando venían personas de visita, pues sabía que eventualmente iban a reír y yo me asustaría con la risa de papá.

Puede sonar estúpido y quizá lo sea, pero en ese entonces era un niño.

Debido a su trabajo, solían viajar mucho. A veces incluso en avión y los viajes por trabajo llegaban a durar hasta un mes.

En esos casos, me quedaba con mis abuelos. Personas mayores, tranquilos, divertidos y muy cariñosos.

Mí abuelo siempre tenía algo nuevo que enseñarme. Desde jugar al ajedrez o cartas, hasta valores y libros.

En cuanto a mí abuela, siempre que la veía cocinando, mí abuelo y yo siempre íbamos a cocinar junto a ella. Incluso a veces se iniciaban pequeñas guerras con los ingredientes.

De hecho ellos fueron quienes me regalaron el cuaderno. Sí, el que estoy usando en este momento. Me lo dieron en navidad si mal no recuerdo, y cuando empecé a usarlo, yo ya tenía doce años.

En la primera página escribí "Para mis abuelos. Mis ejemplos a seguir, a quienes más amo y las personas más amorosas que conozco."

Ellos fallecieron también, pero hace un año y medio.

Trato de usar este cuaderno de forma "moderada", para anotar cosas importantes que ocurren en mí vida.

Uh... Creo que me desvíe del tema.

La pluma fue regalo de mis padres, el cual me iban a dar como regalo en mí décimo octavo cumpleaños. Sin embargo, no pudieron y la recibí mucho antes.

Hoy fui a visitar sus tumbas. Lloré. Y a pesar de que no fue mí culpa el que hayan muerto, sí me siento culpable por no poder recordarlos bien.

Y eso es lo que más impotencia me da.

No sé si les pude dar todo el cariño que quería mostrarles en ese entonces, si logré despedirme apropiadamente... Quisiera poder tener algo más de ellos además de la pluma. Un recuerdo de ellos, con ellos. Pero creo que por ahora, lo poco que puedo recordar es lo que tendré.

Claire Singh

Por otro lado, la joven de cabellos dorados se hallaba sentada en su escritorio. Había faltado a clases aquel día.

Estaba observando las fotografías que había tomado la noche anterior en el paseo.

Sí, de aquel lugar tenía miles de fotos, pero estas tenían algo especial.

Aprovechó ese momento para pedirle su número a Dean, en caso de que ocurra algo que impida algún paseo.

Howard no se había conectado desde las cinco y media del día anterior. Singh le preguntó si había ocurrido algo.

Rápidamente obtuvo respuesta.

No, no ocurrió nada. ¿Por qué?

Solo quería saber. — Respondió ella. — Hoy te toca mostrarme un nuevo lugar, si es que es posible.

¿Eso significa que ahora nos turnamos para mostrarle lugares al otro? — Preguntó a modo de juego.

Sí.

Aquella respuesta sorprendió al joven que se encontraba del otro lado de la pantalla. Esperaba todo, menos eso.

Bien. En ese caso, mañana es tu turno. Ve preparando lugares, ¿Quieres, enana?

Con gusto, rascacielos.

Unas horas después, acordaron encontrarse cerca de la casa de Dean. Subieron a la moto del pelinegro y fue el primer recorrido que les tomó 3 horas y media de viaje, convirtiéndose así en el lugar más alejado de ellos.

Llegaron a un edificio sin terminar, el cual se hallaba abandonado y un poco destruído en algunas partes.

A simple vista parecía peligroso, pero para ellos dos no lo era.

El lugar no estaba completamente a oscuras, pues había un par de luces cerca del edificio las cuales brindaban una tenue luz al interior de este.

Dean arrojó un bolso cerca de Claire. Esta lo miró con la misma indiferencia de siempre, pero de inmediato él se explicó.

— Probablemente no seamos los únicos que vengan a este lugar, y creí que sería buena idea dejar un detalle para los que descubran este lugar, ¿No crees?

A pesar de que su tono era frío y su forma de actuar era casi siempre indiferente, algo había en él que reflejaba valor.

Al cabo de unos momentos, Claire asintió y abrió el bolso, encontrándose con un montón de pintura. Lo que terminó por captar su atención, fue que solo había pintura negra y gris claro.

— ¿Por qué solo negro y gris? ¿Eres tan frío que lo reflejas con colores también? — Preguntó sarcásticamente.

— No, estoy reflejando tu alma a través de colores, hobbit. — Respondió él con el mismo tono. — Traje esos dos colores por lo que simbolizan.

— Sí sabes que el negro también simboliza la muerte, ¿Verdad?

— Sí, lo sé perfectamente. Pero simboliza más que eso. Por eso elegí los colores. El negro, además de simbolizar la muerte, simboliza poder, valor, prestigio, entre otros. Y lo elegí por representar valor, que es lo que quiero transmitir.

— ¿Y el gris que simboliza? — Cuestionó Claire sin dejar de observar el bolso.

— El gris, querida hobbit, simboliza autoridad, sencillez, respeto, humildad, etc.

— E imagino que elegiste el gris por simbolizar la sencillez, el respeto y la humildad, ¿No es así?

— Me alegra que empecemos a entendernos.

Luego de aquella breve explicación, ambos pintaron un muro entero de negro, para posteriormente escribir con la pintura gris la frase “Antes de morir...” en lo más alto de aquel muro negro. Sí, aquella frase pintada en otros muros.

Un poco más abajo y con letras más pequeñas, escribieron la continuación de la frase anterior. Al lado de eso, pintaron líneas las cuales servían de renglones.

La frase entera sería; Antes de morir, quiero...

¿Había mejor forma de finalizar el día? Si había una respuesta, no la querían saber.

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