Dean Howard's notebook.

13:00 p.m. Salí de clases y me dirigí a la terraza de la institución para reunirme con Claire Singh para proponerle realizar aquellos paseos nocturnos conmigo. Contrario a lo que creí, aceptó.

En este momento me encuentro regresando a casa en autobús. Bien, creo que podría aprovechar a explicar un poco sobre porqué creo que merece aquellos recorridos. Esto puede ser breve, así que quizá acabe por mirar a través de la ventana escuchando música luego de escribir esto.

Todo inició con una pequeña nota, y a decir verdad, no creí que fuera a responderla.

Pero lo hizo.

No pude explicarle porqué merece conocer aquellos lugares, pero trataré de explicarlo aquí.

Singh tiene algo especial. Un algo que vale la pena conocer, como si fuera su esencia.

La verdadera Claire Singh, detrás de una máscara.

No sé si en algún día conoceré lo que aquella máscara esconde, pero hasta entonces me aseguraré de que conozca el mundo bajo otra perspectiva.

Sé que tiene sus propios problemas al igual que todo el mundo, pero si eso es parte de su vida y necesita hablar con alguien, aquí tendrá a alguien para escucharla a pesar de que no nos conozcamos mucho.

Dean Howard's way home.

En el camino a casa, el pelinegro escribió un breve resumen sobre lo que había pasado en su día. O al menos lo que para él fue importante.

Aquel cuaderno negro y las páginas que contenía, eran ahora poseedoras de los detalles sobre la propuesta. Aquellas palabras fueron trazadas por esa bella pluma plateada, la cual resplandecía bajo los rayos de luz.

Luego de anotar todo lo ocurrido, Dean guardó el cuaderno y la pluma en su mochila, para luego ponerse los audífonos, su canción favorita y se dedicó a mirar a través de la ventana hasta llegar a su destino.

Claire Singh's home routine.

Aún estaba un tanto confundida sobre las palabras de Dean. No entiendo porque cree que soy la persona indicada para esos estúpidos paseos.

Una vez en casa, me dirigí escaleras arriba hacia mí habitación, la cual parecía ser mí único lugar tranquilo.

Aún vivo con mis padres. No porque quiera, sino porque aún no tengo el dinero suficiente para mudarme.

Tenemos un Golden Retriever, a la que llamamos Rose.

Vivir aquí no es agradable.

Mis padres, Christian y Arianna, discuten siempre que tienen oportunidad. Incluso por las cosas más pequeñas.

Más de una vez, los he oído hablar sobre la posibilidad de un divorcio. Y esto puede sonar cruel, pero quiero suceda.

Sus peleas suelen causarme mucho estrés, y más de una vez he llorado por sus gritos o comentarios, ya sea hacia ellos o hacia mí.

Tuesday, 23:40 p.m. Claire's house.

El ruido de unas pequeñas piedras chocando contra su ventana captan la atención de Claire, sacándola de aquel mar de pensamientos el cual se había convertido en su mejor compañía.

La rubia se aproximó a la ventana para ver de quién se trataba. No fue posible ocultar su sorpresa, pues creía que su compañero de clase había olvidado los paseos.

Él, en cuanto captó la atención de Claire, le hizo un gesto para darle a entender que era hora de bajar para el primer paseo.

Ella dudó, pero casi de inmediato comprendió que un paseo nocturno era mil veces mejor que escuchar a sus padres discutir.

Se puso lo primero que encontró sobre su cama, tomó un abrigo y salió. Sus padres ni siquiera le preguntaron a dónde iba a aquellas horas de la noche.

Una vez que se reunió con Dean, este la condujo hacia un parque no muy lejos de allí.

Ambos habían visitado aquel parque muchas veces, pero nunca de noche.

— ¿En serio? ¿Este parque? — Preguntó con desagrado Claire.

— Créeme, es más bello de lo que parece. — Respondió Dean volteando a verla. — Ven.

El pelinegro tomó de la mano a la rubia y la llevó a una pequeña colina que había en el parque. Allí había postes de luz, una banca y un poco más lejos una mesa de picnic.

La banca estaba acomodada de modo para que se pudiera ver un fragmento de la ciudad.

Había árboles, arbustos y hasta un par de flores, pero no impedían la vista al cielo, el cual estaba cubierto por aquellos astros. Algunos formando constelaciones.

Cada uno de aquellos astros irradiaba su propia luz, acompañados de la luna llena, la cual también irradiaba una luz única.

Los jóvenes tomaron asiento en la banca que allí se encontraba, observando así un fragmento de la ciudad.

En su mayoría se podían apreciar edificios, de los cuales algunos tenían algunas luces encendidas que parecían simples puntos luminosos desde la distancia.

La vista, a pesar de ser una muy simple, era hermosa y única.

Había nubes, claro, pero no muchas. La imágen era perfecta.

Los ojos de Claire brillaban como si fuera una niña pequeña en una dulcería, pues estaba embobada viendo todo.

Los ojos de Dean también brillaban como si fueran los de un niño pequeño, solo que los suyos también reflejaban algo más.

Reflejaban una extraña mezcla entre tranquilidad y miedo. Sus ojos por sí solos eran capaces de reflejar toda emoción que él sintiera, sin que tuviera que decir una sola palabra.

Él pedía ayuda.

Ella necesitaba un escape.

Ambos necesitaban un cambio en sus mundos.

❛❛La melancolía eran los sonidos en una noche de invierno.❜❜

- Virginia Woolf.