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006.

TAEHYUNG SE ENCONTRABA EN el centro de una plaza comercial, el alfa estaba frente a una pequeña librería con vitrinas adornadas con guirnaldas y copos de nieve artificiales, su respiración formaba nubes en el aire frío mientras observaba las portadas de los libros exhibidos.

Llevaba un abrigo largo color café, una bufanda beige que resaltaba la calidez de su piel y guantes que cubrían sus manos, aunque pretendía estar concentrado en los libros, su mente estaba dispersa, a la espera de alguien.

O más bien, de un alfa.

Había citado a Jungkook con la excusa de ayudarlo a buscar el regalo para el intercambio navideño, siendo sincero consigo mismo, la excusa había sido algo tonta, pero no le importaba, quería verlo, y no solo eso, quería pasar tiempo con él, fuera de la oficina y de las miradas de los demás.

De repente, el aroma del alfa azabache llegó a Taehyung, su lobo reaccionó al instante, erizando cada fibra de su ser, el olor de Jungkook lo reconocería en cualquier lugar.

Se giró lentamente, fingiendo indiferencia, pero su corazón latía con fuerza bajo su pecho, y ahí estaba Jungkook, avanzando entre la nieve, el alfa azabache llevaba un abrigo negro elegante que se ajustaba perfectamente a su figura, una bufanda gris oscuro y un gorro de lana que dejaba algunos mechones de cabello oscuro asomándose, sus mejillas y nariz estaban ligeramente rojas por el frío.

Taehyung no pudo evitar sonreír al verlo.

—¿Siempre llegas tarde a tus citas? —preguntó con un tono ligero, alzando una ceja mientras lo observaba de arriba a abajo.

Jungkook lo miró con una mezcla de diversión.

—No es una cita, y tú me pediste que viniera, así que no tienes derecho a reclamar.

—Excusas. —Taehyung chasqueó la lengua, todavía sonriendo, luego señaló hacia la vitrina de la librería—. Estaba viendo si aquí hay algo que podrías regalarle a nuestra compañera.

Jungkook rodó los ojos— Ni siquiera la conozco. ¿Por qué debería esforzarme tanto?

—Porque eso es lo que hacen las personas decentes en Navidad. —Taehyung le dio un ligero golpe en el brazo—. Vamos, entremos.

Ambos cruzaron la puerta de la librería, siendo recibidos por el agradable olor a papel y madera, la calefacción del lugar era un alivio bienvenido tras el frío de la calle, y Taehyung se quitó los guantes mientras recorría los estantes.

—¿Alguna vez has comprado un regalo sin quejarte? —preguntó Taehyung, hojeando un libro de tapas duras.

Jungkook se encogió de hombros, caminando detrás de él.

—No compro muchos regalos, para ser honesto.

—Eso explica mucho. —Taehyung cerró el libro y lo devolvió al estante—. Bueno, ahora estás bajo mi supervisión, encontraremos algo perfecto.

—¿Perfecto? —Jungkook levantó una ceja con escepticismo—. ¿Cómo puedes saber qué es perfecto para alguien que no conoces?

—Ah, joven aprendiz. —Taehyung se giró hacia él con una sonrisa traviesa—. Elegir regalos no se trata de conocer a alguien profundamente, sino de encontrar algo que diga "me importaste lo suficiente como para pensar en esto".

Jungkook negó con la cabeza, pero no pudo evitar sonreír, había algo en la confianza de Taehyung que lo hacía sentir más relajado.

Pasaron cerca de media hora recorriendo los estantes, Taehyung señalaba los libros con las portadas más extravagantes o los títulos más ridículos, provocando que Jungkook riera en más de una ocasión, finalmente, encontraron un set de papelería artesanal que incluía un cuaderno de cuero con diseño minimalista y bolígrafos decorativos.

—Esto está bien. —Jungkook asintió, aprobando la elección.

—¿Solo bien? —Taehyung alzó una ceja— Es perfecto, admítelo.

—Bien, es perfecto. ¿Contento?

—Mucho.

Después de pagar, salieron de la librería y caminaron por la plaza, disfrutando del ambiente festivo, las luces parpadeaban en las tiendas, y las calles estaban llenas de parejas y familias que se reían y conversaban mientras la nieve seguía cayendo.

—¿Te apetece un café? —preguntó Taehyung frente a un Starbucks.

Jungkook negó con la cabeza— No me gusta el café.

Taehyung puso los ojos en blanco, fingiendo incredulidad.

—¿Qué clase de persona no bebe café?

—Yo. —Jungkook señaló hacia sí mismo, sonriendo levemente.

—Bien. —Taehyung lo pensó un momento antes de sonreír—. Entonces tengo una mejor idea. ¿Qué tal si te invito a mi casa y preparo sujeonggwa?

Jungkook ni siquiera lo pensó— Suena bien, vamos.

Cuando llegaron al apartamento, Taehyung dejó entrar a Jungkook, quien observó el espacio con atención, el lugar estaba decorado con detalles personales, cuadros pequeños, plantas en el alféizar de la ventana, y varios osos de peluche repartidos por el lugar.

—Siéntete como en casa. —Taehyung señaló hacia el sofá—. Voy a empezar con la preparación.

—¿Puedo ayudar? —preguntó Jungkook, siguiendo a Taehyung hacia la cocina.

—¿Ayudar? —Taehyung lo miró sorprendido, pero sonrió—. Claro, si no te importa pelar un poco de jengibre.

Jungkook asintió y se puso manos a la obra mientras Taehyung encendía el reproductor de música, las suaves notas de my way llenaron el ambiente.

—¿Frank Sinatra? —preguntó Jungkook, mirando de reojo hacia el altavoz.

—Es mi cantante favorito, su música siempre me relaja, especialmente cuando cocino.

—Tienes buen gusto.

El comentario hizo que Taehyung sonriera para sí mismo mientras añadía los caquis secos a la olla, cada tanto miraba a Jungkook, quien se concentraba en pelar el jengibre con movimientos cuidadosos.

Una vez que termino con su tarea, Jungkook se movió hacia la sala, mirando más de cerca los osos de peluche que decoraban los estantes y sofás.

—¿Te gustan mucho los osos? —preguntó, girándose hacia Taehyung con curiosidad.

Taehyung, que estaba preparando los aperitivos, se detuvo un momento y miró hacia los peluches, una sonrisa nostálgica apareció en su rostro.

—Mi abuela fallecida solía decirme que le recordaba a un osito cuando era niño. —Se encogió de hombros, pero sus ojos brillaban cariño—. Creo que empezó como una broma, pero con el tiempo se volvió algo especial entre nosotros, cuando falleció, decidí empezar esta pequeña colección como una forma de recordarla.

Jungkook lo escuchó en silencio, asintiendo suavemente.

—Eso es... lindo, se nota que significaba mucho para ti.

—Lo hacía. —Taehyung regresó a la cocina, moviendo la olla con cuidado—. Ahora cada vez que veo uno que me gusta, siento que es como tenerla cerca otra vez.

Cuando la bebida estuvo lista, Taehyung la sirvió junto con un plato de hotteok y yakgwa, sentándose junto a Jungkook en el sofá, la conversación fluyó con una naturalidad cálida.

—¿Y tú qué sueles hacer en Navidad? —preguntó Jungkook de repente, tomando otro sorbo de la bebida.

Taehyung sonrió al recordar.

—Casi siempre viajo a Daegu para estar con mi familia, nos gusta mucho salir juntos, algunas veces acampamos en lugares cercanos, aunque haga frío, mi mamá siempre dice que el aire fresco de invierno nos une más.

—¿En serio acampan? —preguntó Jungkook, alzando las cejas, visiblemente intrigado.

—Sí. —Taehyung rió al notar su expresión—. Aunque algunas veces lo cambiamos por algo más simple, como hacer tteokguk en casa y ver películas antiguas, siempre hay muchos regalos también, mi hermana menor es la más emocionada, ella desde octubre empieza a hacer listas de cosas que quiere.

Jungkook asintió lentamente, pero Taehyung notó un leve cambio en su expresión, como si la calidez del tema no lo tocara de la misma manera.

—¿Y tú? ¿Cómo celebras? —preguntó Taehyung, inclinándose ligeramente hacia él.

Jungkook dejó su taza sobre la mesa y cruzó los brazos.

—La verdad... la Navidad no es algo que celebre mucho.

Taehyung ladeó la cabeza, sorprendido— ¿Por qué?

Jungkook suspiró, evitando su mirada por un momento.

—Mis amigos suelen pasarla con sus familias, y la mía nunca ha sido fan de estas fechas, siempre fue como un día más en mi casa, así que normalmente estoy en mi departamento.

El comentario dejó a Taehyung en silencio por unos segundos— Eso suena solitario.

Jungkook desvió la mirada hacia la ventana, donde los copos de nieve continuaban cayendo con suavidad.

—Ya me acostumbré. —Encogió los hombros, como si realmente no le importara, pero Taehyung notó cómo sus dedos se movían inquietos, jugando con la tela de sus pantalones.

El pecho de Taehyung se apretó, su lobo, que había estado relajado hasta ese momento, emitió un gruñido bajo, más emocional que agresivo, como si desaprobara la soledad que Jungkook había aprendido a aceptar.

—Pues este año no estarás solo. —La firmeza en su voz lo sorprendió incluso a él mismo, pero no dejó que la duda se filtrara en sus palabras.

Jungkook levantó la cabeza, su mirada oscura y profunda clavándose en Taehyung— ¿Ah no?

—No. —Taehyung esbozó una pequeña sonrisa cálida—. Tal vez podríamos hacer algo juntos, no sé, algo sencillo, pero diferente.

El alfa lo observó en silencio, como si estuviera evaluando la sinceridad detrás de la propuesta. Taehyung sintió cómo su lobo se revolvía dentro de él, más animado de lo habitual, casi como si estuviera aprobando la idea con entusiasmo.

—¿Algo juntos? —repitió Jungkook, con una ceja ligeramente arqueada, aunque había algo vulnerable en su expresión.

—Sí. —Taehyung apartó la mirada por un momento, como si también estuviera pensando en lo que acababa de decir—. Podríamos preparar más sujeonggwa o incluso decorar tu departamento, no tiene que ser algo grande, igual podríamos ver películas navideñas o tus favoritas, ¿cuál es tu película favorita?

Hubo un momento de silencio, Taehyung, algo nervioso, intentó no parecer demasiado ansioso, pero su lobo no le facilitaba las cosas, estaba lleno de una energía vibrante, ansioso por estar más cerca del alfa.

Finalmente, Jungkook rompió el silencio con una leve sonrisa— Eso suena bien, aunque no prometo ser bueno decorando, y mi película favorita es orgullo y prejuicio.

Taehyung rió suavemente, aliviado de que no lo rechazara, el alfa rubio observó cómo Jungkook se inclinaba hacia atrás en el sofá, con una postura más cómoda, estaba atento a cada movimiento de Jungkook.

El lobo de Taehyung lo había estado molestando toda la noche, gruñendo con impaciencia cada vez que Jungkook le dedicaba esa sonrisa casual, sin darse cuenta de cómo lo desarmaba. Díselo de una vez, idiota, parecía decirle con cada latido en su cabeza.

Taehyung tragó saliva, sus dedos jugueteando nerviosos con el borde de la manta que tenía sobre las piernas, su corazón latía con fuerza, y no podía distinguir si era por miedo o por las palabras que estaban al borde de salir.

Eres un alfa, yo también... no debería sentirme así contigo, pero no puedo evitarlo.

Inspiró profundamente, preparado para girarse hacia él, para soltarlo todo, pero justo cuando abrió la boca, un ruido seco cortó el momento.

—¿Diga? —murmuró Jungkook con una ligera risa, sacando su celular del bolsillo.

El alfa azabache se levantó, alejándose hacia la terraza, y Taehyung lo siguió con la mirada, mordiéndose el interior de la mejilla para no soltar el gruñido que amenazaba con escapar, no podía escuchar del todo lo que decía, pero el tono bajo y cálido que usaba hizo que su lobo se agitara, molesto.

Lo que más desconcertó a Taehyung fue el cambio en el olor del alfa, lo había notado antes, cuando Jungkook estaba relajado, su aroma era cálido y reconfortante, pero ahora estaba teñido con una nota de inquietud.

Jungkook se levantó y salió hacia la pequeña terraza, dejando que el aire frío de la noche se colara momentáneamente en la sala, desde donde estaba sentado, Taehyung podía escucharlo hablar.

—Bebé, tranquilo —dijo Jungkook con una dulzura que hizo que el lobo de Taehyung se pusiera en alerta inmediata.

Taehyung se inclinó ligeramente, intentando escuchar mejor sin parecer demasiado obvio.

—Amor, todo estará bien, no te preocupes, yo me encargo, voy para allá.

El pecho de Taehyung se tensó, su lobo gruñó internamente, sintiéndose amenazado por el tono y las palabras que Jungkook estaba usando, era una mezcla de celos y desconcierto que Taehyung no podía ignorar, y aunque intentó calmarse, la inquietud de su lobo solo lo hacía sentir más alterado.

Cuando Jungkook finalmente regresó al interior, su expresión aún reflejaba preocupación, aunque intentaba ocultarla.

—Tengo que irme, era Jimin —dijo rápidamente mientras recogía su chaqueta.

Taehyung lo miró, aun procesando lo que había escuchado— ¿Por qué te llamó? ¿Todo está bien?

Jungkook asintió, pero antes de que Taehyung pudiera insistir o preguntar más, Jungkook ya estaba en la puerta, despidiéndose con una sonrisa apresurada que no llegaba a sus ojos.

Taehyung cerró la puerta detrás de él y se quedó en silencio, mirando el lugar donde había estado sentado, su lobo, inquieto, seguía gruñendo bajo, confundido y molesto.

Bebé...

Amor...

Las palabras de Jungkook resonaban en su cabeza, cargadas de un peso que no podía ignorar, la dulzura en su voz y la urgencia con la que había salido lo dejaron con más preguntas que respuestas, se sentía abandonado, pero más que eso, había una punzada de celos que no podía negar, y su lobo parecía compartir el mismo sentimiento.

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