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002.

EL SONIDO DE LA copiadora llenaba la sala, un ruido constante que debería haber calmado a Jungkook, pero no lo hacía, estaba de pie, esperando que la máquina terminara de sacar las hojas para la reunión de última hora, normalmente, las tareas repetitivas como esta lo relajaban, pero ahora mismo parecía que no podía encontrar ni un segundo de tranquilidad.

Solo cálmate, pensó mientras tamborileaba los dedos contra la carpeta que llevaba.

La semana había sido una locura, cargada de reuniones interminables, plazos ajustados y problemas inesperados que parecían multiplicarse, sus hombros llevaban días tensos, su mente llena de listas interminables de trabajo.

El suave chirrido de la puerta abriéndose lo sacó de sus pensamientos, no necesitó voltear para saber quién había entrado, ese aroma inconfundible a madera de cedro lo delató al instante.

Jungkook sintió que su estómago se encogía.

—Ah, Jeon. —La voz grave y tranquila de Taehyung llenó la habitación, retumbando en sus oídos como un eco cálido.

Se giró lentamente, intentando no parecer demasiado nervioso, pero sus ojos se encontraron con los de Taehyung, y cualquier intento de mantener la compostura se desmoronó en un instante.

—S-señor Kim. —El saludo salió torpe, apenas un tartamudeo, y su lobo dejó escapar un gruñido bajo en su mente, no de agresividad, sino de puro nerviosismo.

Taehyung sonrió ligeramente y negó con la cabeza.

—¿Señor? Me haces sentir como un viejo, puedes decirme Taehyung —Dejó una carpeta sobre una mesa cercana y luego lo miró de nuevo—. ¿Todo bien?

—Sí. —La respuesta salió tan rápido que incluso su lobo soltó un bufido, como si supiera que era mentira.

Relájate, le ordenó a su lobo, pero no estaba funcionando, podía sentirlo moviéndose inquieto dentro de él, como si no supiera si esconderse o saltar directo hacia el alfa frente a ellos. Era Taehyung, su aroma, su presencia, su voz, todo en él intensificaba el torbellino de pensamientos y emociones que ya llevaba acumulados de toda la semana.

Taehyung lo observó en silencio, ladeando la cabeza— ¿Estás seguro? —preguntó de nuevo, su tono más serio esta vez, dio un paso hacia Jungkook, y el menor sintió su aroma intensificarse, su lobo reaccionó de inmediato, retorciéndose dentro de él como si intentara liberarse.

El aroma de Jungkook, era normalmente fresco con un toque de menta, pero este empezó a cambiar sin que pudiera evitarlo, ahora tenía un matiz más dulce y cálido, algo que solo ocurría cuando estaba nervioso o... demasiado consciente de alguien.

—Estoy bien, de verdad. —Contestó apresuradamente, intentando sonar convincente.

Pero Taehyung no parecía creerle— Tu aroma... es diferente. —El alfa mayor lo miró con el ceño ligeramente fruncido, pero su voz no tenía reproche, solo preocupación.

Jungkook parpadeó, desconcertado. Su aroma. Claro. Maldita sea, tranquilízate, no es nada, pensó, aunque sabía que sus nervios lo estaban traicionando.

—Solo estoy cansado. —Desvió la mirada, apretando los puños mientras luchaba por calmarse, pero su lobo no estaba cooperando.

Dentro de él, el animal seguía inquieto, dando vueltas como si estuviera atrapado en un espacio demasiado pequeño, era raro que reaccionara así, pero la razón era obvia: el estrés de la semana y la presencia de Taehyung estaban afectándolo de una manera que no podía controlar.

Ya basta, le ordenó a su lobo, no es el momento para esto.

Pero su lobo no escuchaba, en lugar de calmarse, dejó escapar otro gruñido bajo, esta vez más ansioso que nervioso, Jungkook respiró hondo, cerrando los ojos un segundo.

—¿Jungkook? —La voz de Taehyung sonó más cerca ahora, y cuando abrió los ojos, lo vio justo frente a él.

El lobo de Jungkook casi saltó, como si quisiera acercarse más al alfa rubio, Jungkook tuvo que hacer un esfuerzo monumental para mantenerse en su lugar.

—Te ves muy pálido. —Taehyung frunció el ceño, claramente preocupado—. ¿Seguro que no necesitas sentarte o algo?

—Estoy bien. —su voz era demasiado débil como para convencer a nadie, ni siquiera a sí mismo.

—No lo parece. —Taehyung cruzó los brazos, pero su postura era relajada, sin rastro de molestia—. Si necesitas ayuda, puedes pedírmela.

El lobo de Jungkook volvió a gruñir, esta vez con un tono que él no supo identificar, no era miedo ni nerviosismo, sino algo más profundo, algo que no quería analizar en ese momento.

—De verdad, solo estoy... un poco cansado. —Jungkook logró decir después de unos segundos de silencio.

Taehyung no parecía del todo convencido, pero asintió lentamente.

—Bueno, si necesitas tomarte un descanso, hazlo, no sirve de nada esforzarte si no te sientes bien.

La copiadora emitió un pitido, señalando que había terminado su trabajo. Jungkook aprovechó la oportunidad y se inclinó rápidamente para recoger las hojas, pero sus manos temblaban, y algunas se le cayeron al suelo.

—Mierda. —Murmuró, agachándose para recogerlas.

Antes de que pudiera hacerlo, Taehyung ya estaba a su lado, su cercanía hizo que su lobo se quedara en completo silencio por un segundo, solo para después moverse inquieto otra vez.

—No pasa nada. —Taehyung le entregó las hojas con una sonrisa suave, su voz baja y calmada—. No tienes que apresurarte.

Jungkook tomó los papeles, evitando mirarlo directamente.

—Gracias.

Taehyung se puso de pie y lo miró por unos segundos más.

—Jeon... no sé qué te preocupa, pero no tienes que cargar todo solo. —Su tono era tranquilo, pero había una calidez en sus palabras que hizo que el lobo de Jungkook finalmente se relajara un poco—. A veces, hablar con alguien ayuda.

Jungkook lo miró, sorprendido por el comentario, las palabras de Taehyung eran simples, pero algo en su tono le hizo sentir que realmente lo decía en serio. Por un segundo, se sintió tentado a contarle todo: lo nervioso que lo ponía, lo difícil que era enfrentarlo sin sentir que estaba a punto de cometer un error, pero en lugar de eso, solo asintió.

Taehyung se dio la vuelta y salió de la sala, dejando a Jungkook solo con su propio caos.

Dentro de su mente, su lobo se recostó con un suspiro bajo, como si estuviera rendido pero satisfecho al mismo tiempo. Jungkook apoyó la frente contra la copiadora, tratando de calmar su respiración.

¿Qué demonios me pasa con él? pensó, pero no obtuvo respuesta. Solo sabía que algo en Taehyung lo hacía sentir fuera de control, y esa sensación era tan... aterradora.

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