54🌑
Sin pensarlo dos veces, Sunghoon se teletransporta al lugar que le indicaron sus amigos en ese mensaje esperanzador, sintiendo cómo su corazón, que no había latido en un siglo, vuelve a revivir con una mezcla de miedo y esperanza.
Es de noche cuando llega al lugar señalado, y el cielo está adornado por una majestuosa Luna Llena Azul, la misma Luna que había marcado su primer encuentro con Jaeyoon.
El aire fresco trae consigo un aroma familiar, el de aquella maravillosa flor... Orquídea de Invierno, el aroma que Jaeyoon siempre había compartido con él, un aroma que los unía como destinados por la Diosa Luna.
Sunghoon camina por el mercado, su mirada atenta a cada rostro, su olfato guiado por el delicado perfume que llena el aire.
Finalmente, lo ve. Yoon estaba allí, entre los puestos, su joven figura delgada y frágil, sus ojos oscuros buscando algo, aunque no pareciera saber exactamente qué.
El Vampiro lo observa a la distancia, temeroso de acercarse de inmediato. Yoon irradia la misma aura que Jaeyoon, pero hay algo diferente en él, algo oscuro y doloroso. Sunghoon, con su sensibilidad Vampírica y habilidad de leer los pensamientos, puede percibirlo rápidamente, el muchacho está roto.
No solo por el peso emocional que lleva, sino por algo más profundo y terrible.
Al acercarse con cuidado, Sunghoon puede notar detalles que lo alarman, sus movimientos, aunque gráciles, están contenidos, su piel está pálida ya no lleva ese coqueto destello acaramelado de los rayos del sol y hay un aire de tristeza en su semblante que no corresponde con la juventud de su cuerpo.
Pronto lo entiende, Yoon, el joven Omega, ha sido esclavizado.
Le arrebataron su libertad, su identidad.
Los rastros más evidentes de su condición de Omega han sido borrados con químicos y supresores, productos diseñados para apagar todo aquello que lo hace especial, todo aquello que alguna vez fue Jaeyoon.
No lleva el aroma dulce como todo Omega debería, no tiene la energía vibrante y libre de quien alguna vez fue Príncipe.
Es como si estuviera atrapado en un cuerpo que no le pertenece, privado de su verdadera naturaleza.
El dolor que Sunghoon siente al ver su condición es devastador.
Verlo allí, indefenso, es una herida que no había esperado.
Todo lo que había deseado durante siglos, encontrar a su amado, se ha cumplido, pero no de la forma en que lo ha soñado. Yoon no lo reconoce, por su puesto.
No puede, al menos no aún. Su alma está allí, pero su vida, sus circunstancias, lo han quebrado de una forma que Sunghoon no estaba preparado para enfrentar.
—Jaeyoon... —Susurra Sunghoon, con el corazón lleno de tristeza y amor al mismo tiempo.
Pero Yoon no lo escucha, perdido entre las sombras de su propia mente. Aunque algo, en algún rincón de su ser, parece estremecerse al sentir la presencia de Sunghoon cerca de él. Por un momento, sus ojos brillan, como si una chispa de reconocimiento hubiera pasado entre ellos.
El Vampiro da un paso más, decidido a protegerlo. Ya no importa cuánto tiempo hubiese esperado, no puede dejar que su amado sufriera más. Está dispuesto a hacer lo que fuera necesario para liberarlo, para restaurar su naturaleza, y devolverle la vida que le habían robado.
Pero también sabe que debe ser cauteloso. Sunghoon entiende que Yoon está roto, y que no puede simplemente entrar en su vida de forma directa.
Esta vez, necesita más tiempo y paciencia, y lo más importante, necesita ganarse su confianza.
Sunghoon permanece de pie en silencio, observando a Yoon desde la distancia. Cada fibra de su ser quiere correr hacia él, abrazarlo y prometerle que todo estará bien, que lo liberaría de su sufrimiento.
Pero sabe que no puede precipitarse. Yoon está frágil, roto por años de abuso, y su alma, aunque familiar, aún no puede recordarlo.
El joven se mueve con lentitud, ajeno al caos interno que Sunghoon está experimentando. Su mirada parece vacía, perdida entre los colores y aromas del mercado, buscando algo que ni siquiera él entiende.
Sunghoon da un paso hacia él, sus instintos vampíricos luchando por contener el impulso de acercarse y protegerlo. Pero algo lo detiene.
Quizás es el miedo de volver a perderlo, o quizás sabe que aún no es el momento. De todas formas, mantiene la distancia, consciente de que necesitará ganarse la confianza de Yoon de manera lenta y cuidadosa.
Esa noche, bajo la luz azulada de la Luna Llena, Sunghoon se retira en silencio, pero no sin antes prometerse a sí mismo que hará todo lo que esté en su poder para ayudar a Yoon a recordar.
Su corazón, que había soportado siglos de soledad, no se permitirá perderlo otra vez.
Al día siguiente, Sunghoon regresa a una de las tantas librerías que había instalado alrededor del mundo años atrás.
Se sienta en su oficina, observando el paisaje urbano a través del ventanal. El bullicio de la ciudad sigue, indiferente a la agitación interna del Vampiro. Pronto, Yeonjun y Soobin llegan, como lo hacían siempre cuando Sunghoon necesitaba su consejo.
—Lo encontré —Dice Sunghoon en cuanto entran—.Es él, es Jaeyoon, pero... está roto. Algo terrible le ha sucedido.
Yeonjun lo mira con seriedad, mientras Soobin, siempre más empático quizás por su parte de naturaleza Humana, se acerca y le pone una mano en el hombro.
—Lo sabíamos, Sunghoon —Responde Yeonjun—.Desde el momento en que vimos a Yoon, supimos que algo estaba mal. Pero si es la reencarnación de Jaeyoon, entonces él es fuerte. Recuerda lo que enfrentó en vidas pasadas.
—Esta vez es diferente —Sunghoon suspira, sus ojos llenos de un dolor profundo—. Le han cortado su esencia de Omega, lo han sometido. Y aunque es él... no sé si me recordará. Y si lo hace, no sé si me aceptará.
Soobin, siempre sensible a las emociones, siente el peso de las palabras de su amigo. Lo entiende mejor que nadie, habiendo pasado por su propio dolor en el pasado.
—Lo único que puedes hacer es estar allí para él, Sunghoon. No puedes apresurar este proceso. Si es la voluntad de la Diosa Luna, sus recuerdos volverán. Pero lo que más necesita ahora es alguien que lo proteja sin esperar nada a cambio —Dice Soobin, sus palabras suaves pero cargadas de sabiduría.
Sunghoon asiente, sabiendo que su paciencia será su única arma en esta nueva vida. Sin embargo, la ansiedad lo devora por dentro. No puede soportar verlo sufrir, pero sabe que forzar los recuerdos o las emociones solo lo alejarán más.
Días después, Sunghoon comienza a aparecer discretamente en la vida de Yoon.
Visita el mercado de flores con más frecuencia, observando desde lejos, asegurándose de que el joven Omega estuviera a salvo, castigando en silencio a quien se atreva a lastimarlo.
En algunas ocasiones, intercambian miradas, pero Yoon nunca se acerca, ni muestra indicios de reconocerlo.
Sin embargo, una noche, todo esto cambia.
Yoon está solo, vagando por el mercado cuando se siente mareado.
El abuso de los supresores y químicos que le administraban está comenzando a pasarle factura.
Sunghoon, que lo observaba desde la distancia, ve cómo el joven tambalea, y antes de que pueda colapsar, corre hacia él.
—¿Estás bien? —Pregunta, sujetando a Yoon por los hombros.
Yoon lo mira con ojos nublados por la fatiga y el dolor, su cuerpo débil entre los brazos de Sunghoon. Por un instante, sus miradas se encuentran y algo, aunque pequeño, parece encenderse en la profundidad de esos ojos oscuros.
—Te conozco... —Murmura Yoon, su voz apenas un susurro.
Sunghoon siente como su corazón se acelera. Hay algo en esa frase, algo que rompe las barreras del tiempo y las vidas pasadas. Pero antes de que pueda responder, Yoon se desmaya en sus brazos.
Sin pensarlo dos veces, Sunghoon lo recoge con cuidado y lo teletransporta a un lugar seguro, determinado a descubrir todo lo que le han hecho y, más importante aún, a sanar a su amado, como no pudo hacerlo en su vida pasada.
Sunghoon sabe que el camino será largo, lleno de dificultades, pero todo eso no importa.
Jaeyoon, o Jake en la anterior vida y Yoon en esta vida, había hecho una promesa en su lecho de muerte, que estarían juntos en la eternidad, en su tercera vida y Sunghoon no piensa descansar hasta cumplirla.
Lloro porque llegamos a la recta final de la historia no nos quedan muchos capítulos 🥲
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro