41🌑
—Lo sé, pero estoy dispuesto a darle esa última oportunidad, es lo mínimo que puedo hacer... Quiero que se lleven todo lo material, todo lo que los ayude a sobrevivir por la eternidad, tienen que cambiar de identidad y de ubicación cada cierto tiempo, cuando se marchen no miren atrás, olviden nuestra Raza, olviden el Reino y olvídense de mi...
𝐀𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐞𝐦𝐩𝐢𝐞𝐳𝐨 𝐚 𝐫𝐞𝐜𝐨𝐫𝐝𝐚𝐫
𝐐𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 𝐦𝐞 𝐡𝐚 𝐨𝐭𝐨𝐫𝐠𝐚𝐝𝐨 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐦𝐨𝐫𝐭𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝
¿𝐂𝐨́𝐦𝐨 𝐩𝐮𝐝𝐞 𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐚𝐫𝐥𝐨?
La noche envuelve la Mansión Park en un manto de silencio, que solo es interrumpido solo por la frágil respiración y el casi nulo latido del corazón de su amado.
Lord Sunghoon, el Rey Vampiro con años de soledad a su espalda, se encuentra en frente del único ser que ha podido despertar su alma.
Su mirada se encuentra fija en la débil figura de Jaeyoon, el Príncipe Omega Licántropo, dueño indiscutible de su corazón.
En las afueras, la Luna Azul de Invierno ilumina el paisaje, proyectando sombras danzantes que le recuerdan una vez existió vida.
Como Vampiro, su naturaleza siempre fue la sombra, la muerte, la dominación de las Razas de la Tierra Media; sin embargo, desde que conoció a Jaeyoon, Sunghoon sentía que la vida y la esperanza florecían en él, ¿quién lo hubiera imaginado? un nuevo futuro de su Raza en compañía de su amado...
¡Oh! Pero qué equivocado estaba.
El desafío de convertir a su amado en un Vampiro no es ni será tarea fácil, incluso para un Vampiro Pura Sangre como él.
La sangre de Jaeyoon se encuentra envenenada por las mordidas ponzoñosas de Kim, Nishimura y de quien consideró era su mejor amigo, sus facultades regenerativas se han visto deterioradas por tantas heridas y desgaste físico, Yeonjun no pudo asegurarle nada... Solo le dijo que era su único camino, la única alternativa.
—Estoy seguro de esto.
Le dice intentando ocultar el miedo que se apodera de su ser, acomodando el cuello de su amado preparándolo para su mordida.
—No puedo dejarte ir mi Jaeyoon, no lo haré. —Suspira dejando caer un par de lágrimas saladas, es la primera vez en años que las siente correr por sus frías mejillas— .No puedo dejarte ir, eres todo para mí, tú y nuestro hijo... Nosotros...
El frágil cuerpo del Príncipe Omega yace en la habitación que lo vió crecer, el último vestigio de sentir el calor de un verdadero hogar para el Rey Vampiro, es ahora el lugar en el que se decidirá su destino.
—No tengas miedo cariño. —Le dice tan suave como un suspiro— . No vas a perder tu alma en el proceso, tú no eres como los que nos traicionaron y nos atacaron, tú no eres como ellos...
Sus colmillos dejan ver un tenue brillo, cual señal de su esperanza por lograr su cometido, a pesar de su aún desconocido futuro, Sunghoon sabe que el amor puede llegar a ser la fuerza más poderosa de todas.
Es así que bajo la Luz brillante de la Luna Azul de Invierno, el Rey Vampiro comienza su ritual.
Susurros antiguos flotan en el aire, la melodiosa risa de su amado es su compañera que lo llena de coraje, invocando los poderes de sus ancestros y de la Diosa Luna para transformar a Jaeyoon, la atmósfera de su habitación se va haciendo cada vez más pesada, cargada de magia, palabras antiguas y de tensión.
"Es el momento" se dice a sí mismo con total convicción mientras entierra sus ponzoñosos colmillos en la marca que lo une con su amado Omega Licántropo.
Puede sentir su dulce sangre mezclada con el veneno de esos que ya no existen y que no volverán a dañarlos, a medida que el Rey Vampiro avanza, el sudor y su alta temperatura perla la frente de su amado Jaeyoon.
Sin embargo en el momento crítico de la transformación, algo sale terriblemente mal, el veneno de Sunghoon es aún más poderoso que el veneno de quienes lo traicionaron, fusionándose en el sistema del Omega convirtiéndose en uno más fuerte y evolucionado, la energía oscura que Sunghoon convocó y pensó salvaría a su amado se vuelve contra él...
El cuerpo de Jaeyoon es lanzado del lecho de su cama como si se tratara de una advertencia para el Vampiro para que lo deje en paz, para que no se atreva a tocarlo y convertirlo en un monstruo como lo fueron los verdugos que lo traicionaron.
El sonido del golpe resuena como eco de la tragedia y Sunghoon puede sentir como su corazón se rompe y se desvanece el último vestigio de su alma.
—¡No amor de mi vida, no!
Corre hacia su amado tomando el rostro de Jaeyoon entre sus manos, sintiendo cómo la vida se desvanece de su cuerpo.
—Lo intentamos... lo siento amor de mi vida...
Observa cómo los ojos de Jaeyoon antes llenos de luz lo observan por última vez y escucha su melodiosa voz cual susurro que se desvanece con el viento y su corazón deja de latir.
Jaeyoon exhala su último suspiro y Sunghoon puede sentir cómo una parte de él muere con él...
El silencio se vuelve ensordecedor, es en este momento en que el Rey Vampiro comprende que no solo perdió a su Jaeyoon, perdió a su hijo, perdió la esperanza de salvar a su Raza pero sobretodo, perdió a la única razón por la que deseaba continuar su existencia.
Con un grito ahogado que resuena en la oscuridad, Sunghoon se deja caer al lado de Jaeyoon, el dolor y la tristeza inundándolo.
La Luna Azul de Invierno, la única testigo de su tragedia, brilla más intensamente, como un recordatorio de su promesa, como un recordatorio del amor que unió sus destinos, aunque trágicamente cortos.
La sombra del Rey Vampiro se alarga bajo la tenue luz, marcando el final de sus destinos, marcando un nuevo comienzo de su vida inmortal, uno donde Sunghoon no espera más que la soledad como compañera eterna, mientras que el eco del amor perdido resuene en cada rincón de su ser
𝐔𝐧 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐧𝐯𝐮𝐞𝐥𝐭𝐨 𝐞𝐧 𝐬𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞
𝐄𝐬 𝐛𝐨𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐚𝐯𝐚𝐫𝐢𝐜𝐢𝐚
𝐒𝐞 𝐭𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐨́
𝐋𝐨 𝐡𝐞 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐢𝐝𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐨
𝐌𝐞 𝐡𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐞𝐫𝐭𝐢𝐝𝐨 𝐞𝐧 𝐮𝐧 𝐦𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐦𝐨𝐫𝐢𝐫𝐚́
💔Qué difícil fue escribir este capítulo... el siguiente es el final de la temporada, pero no se preocupen que continuaremos con la que viene y en este mismo libro.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro