TWENTY NINE.
Senti la mirada de Thomas sobre mi,acuné a a Charles con cuidado y suspiré profundamente antes de dejarlo en la cuna.
—Me ha dicho Michael que la cosa se torció un poco ayer.—asentí con mi cabeza.—Invéntale cualquier mierda a tu padre para no seguir yendo a esos lugares,no te quiero en primera línea de sus batallas.
—¿Hablas de las que va a dejarme cuando muera?.—comencé a reír.—No voy a quedarme en casa siendo la mujer modelo que te espera con una olla de comida caliente y con los niños durmiendo porque los tuvo correteando todo el día,no llegarás y no habrá un plato de comida en la mesa,tampoco me quedaré sentada observando como comes para que cuando termines tenga que recogerlo todo y satisfacerte en la cama después,que se acabe el día y vuelta a empezar.
—No tergiverses todo lo que sale de mi boca.
—Oh,no lo hago.—dije tranquila.—Pero si querías a una sumisa deberías haberme preguntado a qué me dedicaba antes,quizá,el hecho de ser una asesina a sueldo te hubiera parado,¿no lo crees?.
—Tienes un hijo.
—Tenemos,los dos.—sonrió.
—¿Como quieres que te pida que no vayas?.
—En silencio.—forcé una sonrisa antes de ponerme la peluca.—Igualmente no escucharé lo que vayas a decirme.—sentí sus manos posándose en mis hombros.—Como veo que Michael te es mucho más leal a ti,me llevare a mi hombre de confianza,tú querido Primo irá contigo a partir de ahora.
—¿Quien?.
—Jun.
—No confío en que pueda protegerte.
—Tranquilo,es tan proyecto como tú.
—¿También habéis tenido vuestra historia?.
—No eres un niño pequeño ni yo un cuentacuentos así que,mejor nos preocupamos por lo realmente importante,mi padre debe estar entregándole a tu primo una serie de direcciones,está buscando a un tipo que le debe dinero,bastante a decir verdad.—miré mi atuendo.—Ejecutadlo.
—¿Y quien pagará?.
—Cariño,solo debe preocuparte completar tu misión.
Elevó la cabeza despacio para hacer contacto visual conmigo.
—Lo haré pero cuando vuelvas,hablaré con tu padre,me toca los cojones que te use como a un arma de destrucción masiva.
—No intentes contenerme,es mi naturaleza y si no destruyo fuera,lo haré aquí,créeme,no necesitas eso.
Tensó la mandíbula.—Ven aquí,Tommy.—dije antes de empujarla despacio,cayó sobre la cama y me senté son una pierna a cada lado de su cintura,me incliné para besar sus labios y sonreí cuando sus manos comenzaron a deshacerse de nuestras prendas.
(...)
Jun movió sus llaves de un lado a otro,sonreí de lado mientras me acercaba a la puerta.
—Buenos días,estoy buscando al señor Rossi.—el hombre me miró confundido,miré a mi acompañante y suspiré.
—Necesita tener algún tipo de documento que acredite que tiene una citación con él,de otra forma no atenderá a gente carente de importancia.
—¿Carente de importancia?—forcé una risa.
—¿Tienes la más mínima idea de quien es Al Capone?.—asintió con su cabeza.—Me causa curiosidad saber en qué lugar pondr tus restos cuando sepa que su única fémina ha llegado a este proyecto de casa de hombre rico y que no la dejaste pasar porque la consideras mediocre,sin relevancia para poder reunirse con el idiota de tu jefe.
—Lo siento,señorita,por toda Italia decían que era un bulo que recorría las calles y que Capone nunca tuvo descendencia femenina,no sabíamos que era cierto ni mucho menos que estuvieras en el país.
—Lo estoy,¿cierto?.—miré a mi acompañante.—Y quiero verlo,mi paciencia comienza a agotarse.
—Él no puede...pasar.
—No entraré a la guarida del lobo sola.—sonreí.—¿Va a dejar a uno de los hombres en quien más confianza mi padre aquí fuera para que puedan incluso matarme sin que nadie sepa?,al menos me gustaría jugar en igualdad de condiciones.
—No vamos a...
—Me han encargado la seguridad de la señorita Chiara Capone y de ninguna manera permitiré que entre a un terreno desconocido sin mi compañía,no como socio del señor Capone si no como su yerno,la seguridad de su hija es mi prioridad,no querrá intentar poner resistencia porque no me gusta hablar y llevo un minuto haciéndolo,mi paciencia disminuye,tic-tac.
—Cl..claro,lo siento yo.
—Apártese de una vez.—dije cansada.
Sonreí victoriosa mientras caminaba por los terrenos del señor Rossi,era el agente al cargo de la policía aquí en Italia y mi padre necesita cobrarse algunos favores.
—Hola.
—Creía que fui claro cuando dije que no quería las visitas de nadie.
—No hay ningún presente que responda a ese nombre.—soltó Jun.—Siéntese.—al ver que no obedecía lo hundió a la silla por la parte de los hombros.—Coño,no sabría decirlo en italiano,ayúdeme un poco.
—Perdónalo,está un poco agobiado,nos tienen de aquí para allá cobrando favores y la paciencia la tiene por los mínimos.—carraspeé mi garganta.
—No sabía que las prostitutas habían cobrado la capacidad de hablar.—comencé a reírme junto a él,miré de reojo a Jun y éste le dió un golpe.—Mierda.
—Chiara Capone.—su sonrisa se borró.—Un gusto,dejen de quedarse pálidos cada vez que lo digo,ya circulaba el rumor,solo que ahora el rumor tiene cara,y muy hermosa si me permite decirlo.—entrelacé mis manos.—Mi padre está haciendo negocios,y pues necesita carta blanca para la entrada de mercancía sin que los polizontes le toquen los huevos,¿puede contar con su ayuda o recurrimos a la violencia para persuadirle?.
—Quiero algo a cambio.
—Oh,te lo dimos,cuatro vidas.—me miro sin entender.—Tu mujer,tu hijo y tus dos hermosas niñas.
—Tengo cuatro hijos.
—Ah,al parecer era un idiota maltratados y esa gente a mi no me cae nada bien,pensé que podría usarlo como estimulante para que pienses bien qué decisión vas a tomar.
—¿Donde está?.
—Necesito una respuesta rápido.—me levanté.
—Eres peor que tu padre.
—Oh,¿escuchaste eso,Jun?.—comencé a reír.—Me encanta que me lancen piropos.
—Fue ingenioso.—comentó antes de arreglar su traje.—Que tenga buen día.
En la casa.
—Aceptó así que pueden soltar al niño.—dije tranquila.
—Ya oyeron.—dijo mi padre,elevó su copa y la chico con la mía para brindar.—Nos esperan tantas cosas.—sonrió.—Tienes un poder de convencer que hace buen equipo con su agresividad y mi forma de operar.—dijo mirando a Thomas.
—No la quiero en primera línea.
—¿Quien se pondrá,tú?.Necesito que sea ella,es más inteligente,más bonita y originaria de Italia,inspira más confianza que un gitano.
—Bueno,el gitano lo tiene suplicando por un trato así que estas son mis exigencias,si no va a dejarla al margen,seré yo quien la acompañe.
Mi padre me miró y yo me encogí de hombros.
—Recuerda que estás en mi territorio y en mi casa.—dijo mirándolo fijamente.—¿Quieres cargar con más presión?.Ya tienes el deber de ser un buen padre,un buen marido para mi niña y un buen socio,¿necesitas realmente sumarte el cuidado de la vida de Chiara por encima de la tuya?.
—Todavía no siento presión por nada de lo que dices.—mi padre rió.
—Joder con el gitano,que huevos tiene.—miró a Pol.—Si en alguna de las misiones mi hija vuelve lastimada,me cobraré una a una la vida de tus seres queridos y te dejaré el último para que sufras todas y cada una de ellas,vendetta bambino, no estoy para juegos.
Thomas asintió y yo decidí subir a la habitación,tomé su mano y ambos subimos.
Comencé a quitarme la ropa para ponerme el camisón.
—¿Estás enfadada?.
—No,Thomas,estoy estresado así que ayúdame con eso.—pedí con voz sensual.
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