FOUR.
-Muñeca de porcelana.-abrí los ojos con lentitud y me acomodé entre las sábanas,la tía Pol me miraba desde el marco de la puerta y Ada estaba justo de atrás con una bandeja llena de comida,sentí nauseas con solo verla.-Hemos traído algo de comida.
-No tengo hambre.-susurré.
-No te he visto comer desde que llegaste.-insistió.-Lo dejaré aquí,intenta comer algo antes de ir a trabajar.
Me metí en la bañera para poder comenzar el día,me puse la ropa y me aseguré de dejar la habitación en orden,no quería que Thomas encontrase algo fuera de su lugar.
-Buenos días.-dijeron los chicos dejando a un lado sus notas para mirarme a mi.
-Buenos días.-dije de vuelta,giré el pomo de la puerta y maldije cuando el frío azotó mi rostro,por suerte la taberna estaba a escasos metros de la casa por lo que no sufriría mucho.
Al entrar me sorprendió ver que estuviese en funcionamiento,al parecer los dueños no eran ellos sino el señor que está atendiendo a la barra en este momento,sonrió en mi dirección.
-¿Chiara?.-asentí con mi cabeza.-Ya he recogido todo,abrí un poco más tarde pero quería quitarte ese peso,me han dicho que te atacaron y no puedes caminar mucho sin sentir molestias así que si quieres puedes permanecer aquí detrás y yo me encargaré de los pedidos en la parte opuesta de la barra.
-¿En serio?.-sonreí.-Muchas gracias,y siento ser una molestia,normalmente no tengo problemas para trabajar,me gusta ganarme la vida,espero mejorar un poco para dejar de ser tan inútil.
La puerta se abrió dejando ver a un Finn bastante serio y pensativo,me ubiqué en el lugar que me habían indicado y comencé a revisar botellas por si había que tirar alguna y cambiarla por una nueva o algo similar,la puerta del reservado se abrió y de éste salió Arthur.
-¿Que haces aquí?.-preguntó sentándose en uno de los taburetes.
-Trabajar.
-Ya.-me miró de arriba a abajo varias veces.-A Tommy no le va a hacer ni puta gracia,fue claro cuando dijo que ni siquiera nos acercásemos a la habitación porque si el más mínimo ruido te molestaba,nos cortaría las pelotas,podrás lidiar con él.
-Podré.-dije con total seguridad.
-Bueno,me gustaría quedarme a verlo pero tengo que ir a atemorizar a unos capullos.-me guiñó el ojo antes de salir rápidamente de allí.
-Deberías dejar de ir tras las faldas que se cruzan en tu camino,hermano.-ambos rieron.-Conseguirás que te peguen alg...-frunció el ceño cuando me vió,miró al gerente del local y después a mi,de nuevo.-Finn,¿que fue lo que dije?.-seguía mirándome.
-Que nadie la molestara.
-¿Y qué hace aquí?.
-Ella se despertó y vino a trabajar.
-¿Y por qué no hiciste que de la vuelta y se quedase en casa?.-el muchacho no respondió.
Al ver la incomodidad de los presentes decidí intervenir.
-Solo tengo un corte en la pierna,vine a trabajar porque de alguna manera tengo que conseguir dinero para sobrevivir,ya sabes,problemas de los que no tenemos gente que vele por nosotros.
-Chiara,no dejaremos de pagarte,quédate en casa hasta que te recuperes.
-¿Desea tomar algo o puedo seguir atendiendo a clientes que de verdad quieren beber hasta perder el conocimiento?.
-¿Qué es lo que tengo que hacer?.-preguntó frustrado.-¿Cerrar el local hasta nuevo aviso?.
-Thomas.-dije en bajo para captar su atención.-Necesitó hacer algo para distraerme,cada vez que cierro los ojos solo puedo ver sangre y solo puedo sentir un miedo atroz,¿entiendes?.
Se quedó callado por unos largos minutos y terminó alejándose,vi como sususrraba algo a su hermano Finn para después salir del local.
-Una cerveza.-pidió un hombre que venía más arreglado que el resto,se notaba que era empresario,quizá abogado o doctor.-Por favor.
Cogí la jarra y comencé a llenarlo con el contenido que me había demandado,lo dejé en la mesa y le sonreí de forma breve antes de volver a centrar mi atención en los demás clientes.
-No eres de aquí,¿verdad?.-giré mi cabeza.-Es solo que tus rasgos son demasiado itálicos,ya sabes,menos bruscos.
-De hecho,soy Italiana pero mi padre era comerciante por lo que nunca tuve una residencia fija,hasta ahora.-asintió con su cabeza.
-¿Y en la pierna tienes un disparo o quizá una herida provocada por algún tipo de cuchillo?.-alcé la ceja consiguiendo que se ría.-Cojeas,soy doctor y digamos que también bastante observador.
-Ya,no creo que necesite que resuelva esa duda.-dió un largo sorbo a su cerveza.
-Estaba intentando conseguir tu atención.-se acercó a mi.-Nunca había visto una mujer tan hermosa en este barrio,en realidad,en ningún sitio.
-¿Trae ese discurso preparado de casa?.
-Mi labia me permite improvisar.-me guiñó el ojo.-Eres soltera,¿no?.
-Si.-su sonrisa se ensanchó.
-Volveré con una rosa quizá,así será más romántico pedirte una cita,¿no crees?.-ladeé la cabeza.-Quédate el cambio.-dijo extendiendo el billete.-Adiós.
Me despedí con mi mano,guardé el dinero en la caja y al girarme casi grito,Finn estaba sentado en el taburete mirándome interrogante,espero que Thomas no le haya dicho que tengo prohibido hablar con hombres.
-¿Hay peligro?.
-Ese hombre con el que hablabas,es doctor pero no significa que sea buena gente.-miró a los laterales.-Sabes que a mi hermano no le gustará,mejor ahorrémonos la pelea.
-No me importa lo que vaya a gustarle o no a tu hermano,soy una mujer libre y si quiero asistir a una cita con ese hombre,lo haré.
-Ya..-la puerta del local se abrió.-Entonces espero que te hagas a la idea de que ya hay una bala con su nombre grabado.
¿Hablaba en serio?.
-Finn,Pol está buscándote.-dijo John con los brazos cruzados,se acercó a la barra y ocupó el lugar que dejó su hermano.-Parece que hace semanas que no te veo.
-Que exagerado.
-Ya...-se mordió el labio.-Esa es la sonrisa que echaba de menos.-dijo señalándome.-¿Como va la herida?.
-Mejorando.
-¿Y esto?.-acarició mi cabeza con delicadeza.
-Bien,siempre y cuando no cierre los ojos.-dije con diversión.
-¿Quieres despejarte un poco?.-me encogí de hombros.-¡Oye,tío!,te quedas al mando,vamos a dar una vuelta con el carro.
-De acuerdo,señor Shelby.
Me quité el delantal y seguí a John.
Cuando llegamos al vehículo me ayudó a subir y cuando comprobó que todo estaba en orden,arrancó.
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