Capítulo 2: Una infancia no-tan-malvada
Hades apenas tuvo a la bebé un par de horas y sentía que el mundo se le venía encima.
Mal no deja de llorar, probablemente debido al hambre, y él no sabe qué demonios darle para saciar esa necesidad. De hecho, no tenía de absolutamente nada sobre cuidarla.
Así que recurrió a la única opción viable y segura que tenía dentro de aquella barrera.
一¡Yen Sid! 一grita, tocando la madera de la puerta con fuerza. Lleva a su descendiente en brazos, ella aún llora一. ¡Maldita sea, abre ya!
El hombre canoso sale poco después. Analiza al Dios, luego a la bebé, soltando un suspiro por lo bajo.
一Dile a Bestia que el trato queda cancelado. Quiero salir de este lugar con mi hija, sin condiciones.
一Eso no será posible.
Hace casi tres años atrás, Hades hizo un trato con Adam, cuando ascendió como rey de Auradon. El villano prometió quedarse adentro a cambio de una cosa. Ahora, que ya no es solo él, aquel trato perdía todo significado. Lo rompería él mismo si tan sólo pudiera.
Haría lo que fuera por salir de ese lugar.
Hades, usando su brazo libre, rodea el cuello del hombre con su mano y lo empuja contra la puerta. Mal llora con más fuerza por el sonido generado con el impacto. El anciano ni siquiera se inmuta, se limita a mantener la calma.
一 ¡Tengo que salir de aquí! 一susurra a gritos, desesperado一. Mi hija necesita alimento o morirá.
一 ¿Desde cuando te preocupas por alguien aparte de ti? 一cuestiona el hechicero, con esfuerzo debido a la falta de aire一. Tengo algo para darle a la niña. Adentro... Sólo suéltame.
El villano duda. El llanto de Mal no lo deja concentrar, y al final opta por dejarlo libre. Yen Sid tose, una de sus manos yendo directamente al área afectada. Deja al Dios pasar, mientras que la menor estaba removiendo sus brazos con algo parecido a la desesperación.
一Tiene pulmones fuertes. Buena señal 一comenta el hombre一. Escuché que la hija de Maléfica había nacido, pero no pensé que tú cuidarías de ella.
Los guía hacia la cocina. Ahí, el dueño del lugar saca un tarro de leche del refrigerador y enciende la estufa. Pone a calentar un poco, y cuando está tibia, la sirve en un biberón.
一¿De dónde lo sacaste?
Hades lo toma. Mira la mamila, luego la pequeña boca de su hija y lo acerca. Mal inmediatamente comienza a succionar con rapidez como un mero instinto. El Dios sonríe. Así que sí era eso lo que tenía…
一Por increíble que parezca, Bestia sabía que tu hija nacería pronto. Mandó lo necesario para su crianza, claro, no quería que hicieras una estupidez.
一Maléfica se iba a quedar con ella. No tiene sentido que esto sea exclusivamente para Mal.
一 ¿Se llama Mal?
一Como su madre一gruñe el Dios. Yen Sid alza las manos.
一Es un bonito y acertado nombre一concuerda. Hades asiente.
Cuando la pequeña termina, el hechicero le explica al padre primerizo como debe hacer para sacarle el aire y así evitar que le den cólicos. Al hacerlo, la niña vuelve a quedarse profundamente dormida, para decepción de su padre, quien quería mantenerla despierta por más tiempo.
一Los bebés duermen todo el día mientras no tengan hambre o el pañal sucio一aclara.
一 ¿Hasta cuando?
一Sin prisas, Hades. Todo a su tiempo— tranquiliza, a lo que el Dios voltea los ojos—. Y, sobre lo de salir de aquí… Sabes que no puedes romper el trato o…
一Lo sé. Estaba desesperado, no quería que Mal siguiera sufriendo 一murmura, mirando el rostro en calma de su descendiente. La presiona contra su pecho, sin hacerle daño, y deposita un beso en su frente.
一A partir de ahora no volverá a pasar hambre. Escucha, si sigues como hasta ahora, Adam está dispuesto a darte lo que necesites para ella. ¿Estás de acuerdo?
一Sí.
Termina por aceptar, porque al final de cuentas, sabe que es lo mejor. Vería la manera de criar a su hija él solo en ese lugar.
Y se juraba así mismo jamás permitir que algo malo le sucediese.
(...)
Infancia de Mal: primer año.
一Mira, Mal. Esto es un peine一muestra Hades, agitandolo bajo su atenta mirada verde.
La niña observa el objeto con sus grandes ojos. Mueve las manos para tratar de tomarlo pero su padre lo quita de su alcance. Hades se aleja y lo pone a un par de metros de donde esta la bebé.
一Ve por él 一ánima.
Hasta ahora Mal sólo era capaz de mantenerse de pie, y él la ayudaría a caminar porque suponía que sólo necesitaba un ligero incentivo para que lo lograse.
La pequeña, que hasta ese momento estaba en el suelo, se arrastra con sus manos y rodillas. El Dios la detiene y alzándola un poco, hace que se ponga de pie, apoyándola en el sofa.
一Caminando, señorita 一corrige. Mal se tambalea一. Anda, tú puedes.
La niña es perseverante. Hades lo sabe muy bien. Ella infla sus mejillas y avanza un paso, aún con ayuda, y a pesar de que parece que en cualquier momento caerá; cuando Hades intenta tomarla en brazos al ver que la VK comienza a enojarse, pero se resiste.
一Tan terca como tu madre一niega, divertido.
Mal avanza, y no es hasta que puede tomar el cepillo que está en paz. Se sienta en el suelo de nuevo y golpea la superficie una y otra vez con el objeto, riendo.
一Falta poco para que camines por tu cuenta, ¿eh? 一habla, acercándose a ella para sentarse a su lado一. Me pregunto que hare contigo corriendo por todos lados, Mal.
一Ma… 一repite la pequeña, dejando de lado lo que trae en manos.
一Mal一 Hades hace un movimiento más marcado con los labios一. Tú eres Mal, yo soy papá.
一Da-dahhh.
La bebé lleva las manos a su boca y rie, como si acabara de decira cosa más divertida del mundo.
La sonrisa del Dios se hace más grande. Los sonidos que Mal suelta ocasionalmente a veces son irreconocibles, pero esa vez está seguro de que ha dicho papá. Acaricia con mucha suavidadsu cabeza, tendiendo nuevamente el cepillo en su dirección.
一Si, Mal. Yo soy tu papá— confirma, mirándola con muchísima ternura—. ¿Crees que he hecho un buen trabajo?— le pregunta, sin obtener respuesta—. Espero que sí. Supongo que algún día me lo dirás.
Ella se concentra en lo que hace, pero Hades no deja de mirarla. La menor poco a poco crece, y el sentimiento de que no ha hecho lo suficiente se acrecienta en su pecho.
Mal es fuerte, saludable y tan llena de energía que lo deja agotado siempre. Es inteligente, ya comprende parte de su entorno. Es curiosa. Es una niña que necesita siempre estar en constante movimiento para no enloquecer. Aun así es frágil, y siente la necesidad de protegerla de todos y de todo.
Es su pequeña. Es su hija.
一Algun día lo tendras todo. Te lo prometo. 一afirma.
Porque no descansará hasta salir de ese asqueroso lugar con ella, o como mínimo, que ella salga de ahí.
(...)
Infancia de Mal: tres años.
一Bien, Mal. ¿Te gusta?
La niña mira atentamente la prenda azul que el Dios le muestra. Es una mini chaqueta de cuero con arreglos azules. De inmediato la rechaza usando su pequeña mano para quitarla de enfrente.
一 ¿En serio no te gusta? 一ella niega, un puchero formándose en su labio inferior一, ¿entonces qué te pondré?
一Mor… Mor… 一señala detrás de su padre一. Morado.
Hades suspira, una pequeña sonrisa queriendo aparecer en sus labios.
一 ¿Morado? ¿En serio? Dejaras de ser hija de tu madre.
La pequeña ha desarrollado una ligera inclinación hacia la gama del color morado. El adulto supone que debe ser por el color de su cabello, o el hecho de que el morado es más vistoso que el azul, pero de igual forma no deja de compararla con Maléfica.
Maldición, es cómo si fuera una copia de ella pero en versión pequeña.
一Tendré que conseguirte mas ropa de este color, ¿no crees?
一Sí papi. Más一contesta.
Ella utiliza su mano para tocar el cabello de su padre, como usualmente hacía cada vez que él la toma en brazos. Hades cierra un ojo al sentir el tirón, pero no le dice que no. Jamás le dice que no. Con ella es sumamente consentidor y no ve problema alguno.
一Hades一la voz de una mujer los interrumpe.
En la puerta de aquella guarida hay una mujer de cabello oscuro, largo. Hades baja a Mal, y ella sólo observa como su padre camina hacia la recién llegada y acaricia el vientre prominente con una de sus manos. Le explicaron que dentro de poco tendría un hermanito, pero ella no sabe lo que significa aquello.
¿Un bebé? Quizás si le hubieran dicho que sería alguien con quien jugar, hubiese entendido mejor.
Así que sólo se limita a ver como la atención de su progenitor es absorbida por la mujer y su gran panza. Eso no le gusta, pero se siente mejor cuando el Dios la toma nuevamente en brazos y la lleva a acostarse a su cama.
Espera el beso de buenas noches, pero no pasa. Hades se va. Como si de pronto se le hubiera olvidado que cada noche, antes de irse, hacía aquello a lo que ya estaba acostumbrada.
Y Mal se queda ahí, sin saber exactamente el motivo por el cual su padre no se despidió de ella como siempre lo hacía.
La luz de la guarida de pronto se va. La oscuridad no le gusta. Se acurruca en su cama, cerrando fuertemente los ojos.
—¿Papi?
Él nunca acude a su llamado.
Mal, por primera vez en su vida, experimenta un sentimiento extraño que no puede nombrar. En unos años, gracias a su experiencia, le daría una nombre correcto; decepción.
(...)
Infancia de Mal: diez años.
一 ¿La tienes?
Mal sonríe con aire astuto cuando el pequeño Hadie le muestra una manzana roja. El niño también sonríe, imitando a su hermana, y se la da.
一Bien hecho. Aún puedes robar sin ser sospechoso 一felicita, pareciendo orgullosa.
Ambos comienzan a caminar entre las calles de la Isla, mirando a las personas que no los ven a ellos. Es fácil pasar desapercibidos al ser pequeños, y la chica sabe que así es más divertido. Ser sigilosos al punto de ser invisibles.
Están a punto de tomar el camino de regreso a casa, el habitual, pero la pelimorada se distrae cuando nota que una pandilla de niños se acerca a ellos. De inmediato se pone alerta.
一 ¿Mal?
一Shhh. Tranquilo Hadie, no pasa nada.
Durante todos esos años, ella y su hermano fueron obligados a ser los bichos raros del lugar. Nadie quería estar cerca de ellos, todos decían que su padre era el mismo demonio y que ser sus amigos les traería problemas.
Es extraño que se acerquen, piensa Mal y toma el brazo de su hermano, lista para correr con el de ser necesario.
一¿Qué quieren? 一pregunta, tímida.
Hades no la hizo débil con su amor, pero si la hizo pacífica. El no crió a una chica problemática, ni tampoco a un hijo rebelde. A Mal le falta el carácter, sí, pero lo compensa con la buena voluntad que tiene hasta ese momento.
Sin saber por qué, algo dentro de ella le grita que corra y se oculte. Sin embargo, otra parte más violenta, la obliga a alzar la barbilla y enfrentarlos sin temor.
一Tu hermano robó en nuestro territorio一 acusa el niño de ojos rasgados一. Tenemos que enseñarle que eso no se hace.
A Mal la toman de ambos brazos. Hadie mira horrorizado cómo apartan a su hermana mayor de su lado. La manzana que robaron juntos cae, y todo parece ir en cámara lenta.
一 ¡Corre, Hadie, corre! 一grita ella, desesperada, tratando de zafarse.
El niño se propone a hacerlo pero un fuerte empujón lo manda directo a la tierra, y el niño de cabello largo, mucho mayor que él, comienza a golpearlo sin darle oportunidad de siquiera poder meter las manos para evitar los golpes.
一¡Pégale más fuerte! 一animan los niños.
Mal siente desespero, impotencia, se remueve; grita por ayuda. Nadie interviene. Las lágrimas se acumulan en sus ojos al escuchar los gritos de su hermano, sintiendo su propio dolor calarle hasta lo más profundo de su ser.
Hadie y ella podrán tener diferencias, pero son hermanos. Y aprendieron por las malas que son lo único que tienen ambos. Se tienen.
Pronto su frustración es tanta, que sin saber cómo, sus ojos se iluminan en verde; provocando así varios gritos de sorpresa para luego ser liberada.
一¡Fenómeno!
El niño que golpea a Hadie retrocede al verla caminar hacia él.
一 ¡Métete con alguien de tu tamaño! 一lo empuja, y por la sorpresa, éste cae sobre su trasero一 ¡Ahora váyanse o les romperé un brazo a cada uno! 一grita, llena de odio, con un tono de voz que asusta hasta el más valiente de sus agresores.
Su hermano está en el suelo, llorando, adolorido. La VK se agacha a su altura y lo abraza, llorando con él, al tiempo en que sus ojos se apagan.
Se quedaron en esa calle por tanto tiempo, que cuando Hades se dio cuenta de que sus hijos no volvían, tuvo que ir a buscarlos. Al encontrarlos así, de inmediato supo que algo malo pasó.
一 ¿Mal? 一Hades separa a su hija del niño y se apresura a revisarlo一. ¿Qué ocurrió?
一 ¡Estoy harta, papá! 一exclama la joven, limpiando bruscamente sus mejillas一. ¡Estoy harta de este maldito lugar y de estas malditas malas personas!
El Dios la observa en silencio. Mal no se ha dado cuenta de que está temblando de rabia, con su cabello revuelto y su mandíbula fuertemente presionada.
一¡Siempre he tenido que fingir que sus palabras hirientes no me afectan, he tenido que huir cuando me provocan! ¡Cómo una cobarde!
一Mal…
一¡Si esos niños quieren que sea como ellos no les daré el gusto, seré peor!
Dando media vuelta, se aleja corriendo. Hades le pide que se detenga, pero ella no hace caso.
Mal sigue llorando mientras corre, y no es hasta que choca contra un cuerpo que se detiene. Talla sus ojos con fuerza y, cuando se atreve a alzar la mirada, se encuentra con unos ojos verdes iluminados como los suyos.
一M-Maléfica 一susurra.
Su padre siempre le advirtió no cruzarse en su camino. Y ahora que lo ha hecho, no sabe cómo reaccionar.
La mujer sostiene su barbilla y analiza su rostro mojado por las lágrimas. La menor quita bruscamente la mano que la toca y la mira con rabia.
一 ¡Aléjese de mi!
La adulta, en lugar de enojarse, sonríe. La niña se queda quieta, conteniendo la respiración.
一 ¿Así es como te diriges a tu madre, Mal?
¿Su… qué?
Mal mira detenidamente la mirada verde de la mujer. Le cree. No tiene dudas, pues sus ojos también se iluminan. Cuando la mujer mayor le ofrece su mano, ella la acepta, caminando junto a la villana a un lugar desconocido.
Porque siente que ella no es peligrosa. Porque reconoce que, aunque la intimida, es la mujer que toda su vida buscó.
Mientras tanto, Hades toma a Hadie bruscamente del cuello y lo obliga a ponerse de pie.
—¡Me estás lastimando!— lloriquea, a lo que Hades lo ignora—. ¡Basta!
Hades sigue tirando de él, sin tomarle importancia a su llanto.
Debido a un impulso hasta entonces desconocido, el cabello azul del pequeño Hadie prende en llamas y sólo entonces Hades lo suelta.
El niño cae de rodillas, su respiración se agita y sin saber cómo era posible su calor corporal había aumentado tanto que en unos años asemejaría a fuego corriendo por sus venas.
—Eres el hijo del Dios del Inframundo— habla Hades—, y debes comenzar a comportarte cómo tal. Sólo así, un día, mi reino será tuyo.
Hadie pierde el conocimiento, con aquellas palabras quedándose eternamente grabadas en su cabeza.
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Hay algunas cuantas modificaciones, espero les hayan gustado <3
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