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Viejos amigos

Las mañanas eran insoportables para mi, después de salir de prisión había días que no podía salir de la cama, podía dormir hasta cuarenta y ocho horas seguidas, pero ahora tener una rutina... me ayuda a volver a tomar un ritmo normal, antes solía despertar muy temprano pues tenía que hacer la rutina de la mañana con los medicamentos de mi hermano, trabajar o ir a la escuela.

Hoy me había levantado particularmente temprano, salí por el alboroto de papá apurando a Derek, había iniciado hace una semana la escuela lo que había animado mucho al niño.

—No quiero presionarte amigo pero se me hará tarde —dijo Grant mirando al niño a medio vestir

—¿Qué ocurre? —pregunté bostezando revolviendo el cabello del niño.

El castaño se estaba ahogando con el tazón de cereal de tan rápido que lo estaba comiendo, despeinado y aún sin tenis.

—Olvide que tenía una cita con una nueva surtidora de pan así que llevaré a Derek temprano —asintió guardando las cosas del niño en su mochila.

Mire la hora, eso significaría que tendría que esperar por lo menos dos horas solo en su escuela.

—No te apures yo lo llevo —lo calmé.

—¿Seguro? —preguntó papá nervioso.

—Puedo hacerlo —asentí mirando al niño que dio un respiro antes de tomar otra cucharada de cereal.

—Gracias hijo, los veo en la tarde —se despidió chocando puños con ambos para irse sin más.

Me senté a lado de Derek para desayunar, el chico tenía grandes platicas, realmente era un niño muy listo... me recordaba mucho a mi hermano.

Salimos para dirigirnos a la escuela que estaba realmente cerca.

—Lamento que tengamos que ir a pie, aún no tengo licencia —me disculpé.

—No importa, el ejercicio cardiovascular nos hace bien —asintió— Grant dijo que tienes problemas con tu corazón, así que si necesitas un descanso dímelo y paramos.

—Que considerado —me burle.

Caminamos hasta su escuela, el niño se mostraba feliz, desde su llegada se mostraba animado don embargo me preguntaba si realmente entendía su situación.

—¿Tú fuiste a esta escuela? —preguntó.

—Así es —asentí, no mi mejor momento.

En inferno solo había una escuela y dada la cantidad de niños no todos eran aceptados por lo que me hacía cerca de una hora y media en llegar cuando era niño, recorrido que hacía completamente solo.

—Uh tal vez tengamos los mismos profesores —sonrió emocionado.

—Será mejor que no te relacionen conmigo niño —aclare.

—No me importa, eres... mi hermano ahora —dudo mirándome con esperanza.

Una pequeña puñalada se hizo dentro de mi, mi interior quería decirle que yo solo tenía un hermano menor... pero no podía demostrarle desprecio, no cuando su hermano mayor ya lo hacía.

—Claro que si —asentí revolviendo su cabello.

Una brisa de aire helado me recorrió todo el cuerpo, seguramente era Cam imponiéndose pues siempre había sido un celoso de lo peor.

Llegamos a la escuela rápido, la vieja señora de la cafetería me reconoció para saludarme a lo lejos, aquella mujer que me daba porciones dobles para llevarle a mi hermanito sin que se enteraran los demás.

—Lo ves, es bueno ser tu hermano —me sonrío con una gran inocencia.

Me arrodillé frente a él para acomodar el cierre de su sudadera.

—Cuando crezcas lo entenderás —murmuré— te veo al rato Derek.

El niño me sonrió con aquella sonrisa acompañada de dos hoyuelos en sus mejillas, me dio un abrazo con fuerza.

—Tal vez la próxima vez nos pueda acompañar Eli —Anheló.

—Seguro conseguimos arrastrar su culo hasta aquí —asentí.

El niño sonrió de nuevo para despedirse con un choque de puños y entrar, me quedé observando la escuela cuando una voz me llamó.

—Beck Jones —dijo aquella voz conocida.

—Todavía no es navidad vuelva a su cueva Grinch —bufé

El hombre negó para rodearme con su brazos por los hombres.

—No le han dicho que no debe estar tocando adolescentes —dije mientras pasaban unas madres frente a nosotros.

—Muy gracioso —bufó molesto— tienes tiempo, podemos ir por un café.

—Pues bueno solo si promete no sermonearme —acepté.

El hombre asintió para irnos a una cafetería que no estaba muy lejos de aquí.

—Tu papá me contó que ya tienes trabajo —sacó el tema.

—Cierto se me olvidaba que ahora son mejores amigos —rodé los ojos.

Grinch asintió, se habían hecho amigos durante mi estadía en prisión pues ambos se juntaron para hacer todo lo posible por mí para sacarme.

Me senté en la cafetería para pedirme un café y un pan dulce aprovechando que Grinch invitaba, era muy temprano y hacía una particular brisa helada.

—¿Cómo has estado? —preguntó con una sonrisa.

—¿Ya vas empezar? —gruñí jugando con mi café.

—Es una pregunta casual Beck —me regañó.

—Estoy bien —suspiré— conseguí trabajo.

—Cierto tu padre me comentó algo al respecto —mencionó

—Es verdad que ustedes dos son mejores amigos ahora —me burlé.

Durante mi estadía en la prisión se habían hecho muy amigos, lo que me alegraba al parecer cuando eres adulto es raro tener amistades fuera del trabajo.

—Que tal se siente trabajar —mencionó

—Si sabes que no es mi primer trabajo verdad —le recordé algo molesto.

—El primero legal —dejó en claro.

—No tienen diferencias— bufé.

—Tienes razón —asintió— ¿te gusta el trabajo?

—A alguien le gusta a caso —me quejé

—A mi me gusta —mintió.

—Porque estás igual de traumado de las personas que tratas —asentí convencido.

Una pequeña risa se hizo en el para asentir.

—¿Cómo está Ameli y Tim? —pregunté cambiando el tema, el trabajo era algo aburrido de lo cual hablar.

—Bien, mi esposa me dijo que si no te llevo a comer pronto a la casa llevara la cena a la tuyo —amenazó con una sonrisa.

—Prometo ir pronto —asenti— ¿Cómo está Tim?

—Bien, ya volvió a la casa del hospital —mencionó— dice que una neumonía no lo iba a parar.

Una ligera sonrisa se hizo en mi rostro para asentir, teníamos hijos fuertes.

—Oye yo... nunca me disculpé por la amenaza que te hice —murmure— lamento haberte chantajeado con eso, sé que solo querías ayudar.

Por un tiempo en el que fue mi psicóloga ofreció ayudarme, en su lugar yo amenacé con fingir un abuso para que me dejara en paz... si una mierda de persona lo sé.

—No, no —negó— yo en realidad lo lamento Beck.

—¿Por qué? —pregunté confundido.

—Debí haberte ayudado más —dijo sincero con un dejo de tristeza— yo era el adulto, tal vez de haberte ayudado no hubiera pasado esto.

—Tal vez... y si mi madre hubiera cerrado las piernas yo no estaría aquí —asegure— hiciste todo lo que podías por mi, y eso te lo agradezco mucho.

El hombre se quedó sin palabras para luego brindarme una pequeña sonrisa.

—Estás madurando muchacho —me dijo burlón

—Parte de crecer —acepté— llegará el día en el que seré igual de aburrido que tú.

—Claro que sí —asintió burlón.

Estuvimos un rato más hasta que regresé a casa, Eli ya estaba despierto comiendo cereal en el sofá en lo que miraba televisión.

—¿Dónde estabas? —me regañó.

—Fui a llevar a tu hermano a la escuela —contesté tirándome en el sofá.

—Te lo regalo —señaló molesto

Me giré para darle un buen golpe en el hombro a lo que se retorció.

—Se bueno con tu hermano quieres, él no tiene la culpa de nada —me quejé.

—Y yo si —gruñó mirando el cereal que había tirado por el golpe.

—No sabes la suerte que tienes de tener un hermano —le reproché— uno sano, deberías aprovechar el tiempo que tienes con él nunca sabes cuando se te puede acabar...

—¡Mierda Beck el no es Casper! —me grito— no es mi culpa que tu hermano se haya muerto así que no te proyectes quieres.

Una pequeña risa salió de mí para levantarme del sillón, girarme y meterle mi especial izquierdazo directo al labio.

—Jodete —le dije para irme a encerrar a la habitación.

No dijimos nada en toda la mañana hasta que llegó la hora de ir al trabajo, Grant nos llevó para vernos por el retrovisor.

—¿Qué te pasó en el labio? —preguntó papá.

—Me caí de la cama —murmuró él sin mirar a su padre.

—Otra vez Eliot, ya no estás en edad para eso —regañó.

El castaño se aguantó el castigo, al entrar al restaurante no nos dijimos ni una sola palabra.

—Hoy está muy callado tu hermanito, hubo pelea —se burló Colin.

—Es un idiota —me quejé.

—Eso es verdad —apoyó Adler pasando a un lado.

—Si pero lo que tiene de pendejo lo tiene de lindo —dijo Colin con una risita burlona.

Ambos le miramos arqueando la ceja confundidos, realmente mi amigo no era feo, su cabello era castaño y sus brillantes ojos castaño claro resaltaba más. 

—Me gustan los idiotas —asintió el— aparte se nota que coje bien.

—Bueno lo que tiene de pendejo lo compensa en la cama —acepte.

Ahora fui yo el que recibí la mirada de ambos.

—Incesto —dijo la rubia pasando— lo que les faltaba par de raritos.

—Si les recuerdo que soy adoptado —establecí— aparte ustedes que, a ti te gustan pendejos —señale a Col— a ti te gusta un pendejo —señale a Adler— y tú contrataste a uno.

—A cuatro —dijo mirándonos— pónganse a trabajar.

—Si chef —dijimos al unísono burlones.

Las propinas fueron bondadosas el día de hoy, para mí suerte hoy Eliot se quedaba a limpiar y no tendría que ver su odiosa cara, al llegar estaba Derek haciendo la tarea.

—Hola niño —salude— qué tal la escuela.

—Muy divertido —dijo emocionado, palabras que nunca iban a salir de mi, aquellas que sí salieron alguna vez de mi hermano.

—A mi hermano también le gustaba la escuela —me senté a su lado.

Derek me sonrió para abrazarme.

—¿Y esto? —pregunté revolviendo su cabello.

—Es que siempre te pones triste cuando hablas de Cas —señaló— no quiero que estés triste.

Una ligera sonrisa se hizo en mí para revolver su cabello.

—Gracias niño —dije sincero— quieres que te ayude con tu tarea.

—Seguro, sabes estoy haciendo matemáticas aplicadas—sonrió.

—Bueno veamos en que puedo ayudarte —le dije seguro de que no sabía que era eso.

Mis prioridades nunca fueron la escuela, tenía que criar a mi hermano, pagar las cuentas, ser prostituido por mi madre... muy ocupado para la escuela.

Después de no poder ayudar a Derek con su tarea me fui a mi habitación, tome el álbum de fotos de mi hermanito, era un bebé encantador, su primera palabra había sido Bei, por años me llamo así hasta que pudo pronunciar bien mi nombre... siempre sería mi bebé.

La puerta de la habitación se abrió dejando entrar a Kraken que tenía una nota colgada en el cuello, la tomé para leerla.

"Lo siento :( "

Suspire para mirar a la puerta.

—Mandas al perro para asegurarte que no te asesine —gruñí con molestia.

—Quería aminorar el golpe —dijo entrando por fin.

El castaño me miró para ver el álbum de fotos.

—Lo siento fui un estúpido —murmuró— no debí decir esas cosas.

—No debiste —murmuré acariciando a Kraken.

—Yo... aún es muy difícil para mí ser hermano de Derek —confesó— pero lo voy a intentar, por ti... por mi Cas.

—No lo hagas por mí o por Cas hazlo por tu hermano —intenté hacerlo ver.

El castaño asintió para verme.

—Entonces me perdonas —me miró con cara de perro.

—Pues no tengo de otra —bufé.

Mi hermano se sentó a mi lado para ver el álbum y quedarse mirando las fotos.

—Lo extraño —susurró.

—Yo igual —afirmé— puedes empezar como empezaste con Cas, él te quería muchísimo.

Los ojitos de Eli se aguaron un poco recordando a mi hermano.

—Pues voy por pastel de zanahoria entonces —bufo— aunque creo que es una pésima idea mi Cas tenía un pésimo gusto en pasteles.

—Si lo tenía —sonreí.

El cataño se fue para dejarme a solas, el perro feo se subió sobre mí para acostarse en mi pecho.

—Ojalá te hubiera conocido Karaken, le gustaban las cosas feas —asegure.

Días como hoy extrañaba más que nada a mi hermanito.

Último capítulo del año ✨ Espero tengan un próspero año nuevo 💕 a partir del siguiente capítulo estaré publicando los capítulos un Lunes sí y un Lunes 🫶🏻

Nos vemos la siguiente semana ✨ que sus propósitos de año nuevo se cumplan 💕

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