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Bienvenido

El día tan temible para mi amigo llegó... su hermanito estaba a horas de llegar, ahí estábamos en el aeropuerto esperando en la sala de llegadas, una gran sala llena de miles de personas algunas con carteles, otras simplemente aburridas pero en cuanto la gente empezaba a llegar era recibido por sus familiares con una sonrisa...

Nunca había estado en un aeropuerto antes, jamás había salido de aquí por lo que era algo raro para mí estar en un lugar así.

—Es enorme —susurre mirando el lugar.

Tiendas de todo tipo, miles de restaurantes y personas de todos lados del mundo.

—Lo es —me dijo papá rodeando mis hombros con su brazo— si se comportan este año prometo llevarlos de vacaciones, para que puedas volar en uno de estos.

—Gracias —sonreí— ya oíste pórtate bien cabron.

El chico solo bufó, venía molesto de por si... era un dolor en el culo...

Nos sentamos en la sala de espera a que llegara el hermanito de Eli pero el vuelo se retrasó, por lo que tendríamos que esperar un par de días más por suerte hoy no tendríamos que trabajar ya que nos habían dado el día. Durante la espera me había quedado dormido cuando un suave golpe en el hombro me despertó.

—Es hora hijo —me llamó, me había quedado dormido en su hombro.

Asentí para pararnos en las puertas, con un cartel que obligaron a Eli a realizar con cero esfuerzo y ganas... y ahi estábamos los tres esperando al nuevo miembro de la familia.

—Este cartel es estupido —se quejó.

—Una palabra más y te bajo la mesada —amenazó Grant

—No me das mesada —bufó molesto

Nada más me reí, poco a poco fueron saliendo las personas hasta que salió él acompañado de una aeromoza, el chico corrió para abrazar efusivamente a su hermano... eran igualitos.

—Eliot te extrañe — pronunció el niño abrazándolo con cariño, un par de lágrimas en sus ojos.

—Ah si... gracias —dijo palmeando su cabeza

—Se dice yo igual —le regañe con molestia.

—Eso yo igual —corrigió— ya me sueltas —ordenó, el pequeño sonrió apartándose, de no se porque su cabello era un poco más oscuro y el color de sus ojos eran más verdosos podría asegurar que era Eliot de pequeño.

—Hola soy Derek —se presentó tendiéndome la mano— mucho gusto, gracias por recibirme en tu casa.

—Ya es tu casa niño —le extendí el puño.

Tenía otros planes pues me abrazó con fuerza, para luego pasar con Grant.

—Agh siempre es así, todo un ñoño —se quejó Eli en silencio.

—Se parece a ti —me burle.

—Vamos que ya es tarde —nos apuró Grant aún con el niño pegado a él.

Tomé la maleta de Derek para cargarla, el chico... era el digno hermano de Eliot pues hablaba hasta por los codos, creo que por eso no se llevaban tan bien.

Un viaje de una hora por lo que llegamos a la casa agotados, después de todo habíamos pasado casi seis horas esperando al niño.

—Tengo que ir a la panadería regreso pronto —dijo Grant— pude una pizza para que cenen Beck y Derek estás en tu casa.

—Muchas gracias Grant —sonrió

Eliot no tardó en esconderse en la habitación para dejar a su hermano a la deriva, eso no lo desanimó solo se quedó mirando la casa con curiosidad.

—Vamos te llevo a tu habitación —suspire haciéndome cargo. 

—Si señor —dijo animado

Lo lleve a su habitación, Derek miró la cama de hospital emocionado para subirse a ella y empezar a jugar con los botones que la hacían subir y bajar, una cama de hospital, un monitor de signos, tanques de oxígeno y miles de equipamientos más que había comprado para Cas... aquellos que nunca pudo ocupar.

—Wow es asombroso —dijo divertido.

Coloque la maleta en la cama, para el niño tener una cama así era súper divertido, para mi hermano solo era una condena que lo ataba a esa cama.

—¿Por qué hay una cama así? —preguntó curioso dejando de jugar con ella.

—Era de mi hermanito —explique.

—Oh, no se molestará si la uso —dijo preocupado

—No él... el falleció hace un año —explique— está bien si la usas.

El niño asintió para levantarse y darme un abrazo fugaz, a mi niño le hubiera molestado más eso... era un poco celoso.

—Bueno pediré la cena en lo que te acomodas, alguna preferencia —ofrecí

—Mm hawaiana, no peperoni —dijo indeciso— bueno la que prefiera Eli

—Iugh no eso está prohibido aquí —negué— una de cada una será

Salí para pedir la pizza que no tardo en llegar, cuando llego él pequeño Derek se puso a comer su pizza feliz comiéndose lado como lo hacía su hermano mayor... un insulto a la pizza y a la humanidad, al ver que no salía decidí por ir por el cabron de Eli quien estaba teniendo una conversación muy seria con Kraken

—Entonces lo muerdes —sentenció jugando con sus orejas.

—No morderás a nadie —dije cargando a Kraken— y tu sal a tragar

—No...

Me acerqué a él para jalarlo de la oreja haciéndolo ponerse de pie.

—Auch, Auch oye —me empujó— suéltame Beck.

—Sal y compórtate idiota—sentencié

—¿O qué? —se cruzó de brazos

—O le digo a Adler que duermes con tu oso de peluche —advertí

—Si bueno seguro le gustan los hombres sensibles —estableció

—Y pensar que antes dabas miedo —suspiré agitado— ahora sal o muere de hambre

Claro el hambre era una prioridad para Eliot, así que salió para sentarse a comer, lo que emocionó al niño.

—Grant dicen que están trabajando —sacó plática— eso es genial, la universidad no lo es todo.

—¿tú no quieres ir a la universidad? —arqueó la ceja Eli a modo de pregunta.

—Claro que quiero, pero no es para todos —asintió comiendo feliz

Mi hermano hubiera amado ir a la universidad, pero para almas perdidas como la mía tal vez en estos momentos no era lo más indicado

Grant llegó un rato después, pero ambos hermanos habían caído rendidos en el sofá, dormidos de la manera más incómoda, el hombre sonrió para verme.

—Dignos hermanos son, yo me llevo a Derek y tú a Eli —bromeó

Mire al chico para tomar una de las cobijas en el suelo y lanzársela a la cara al mayor

—Listo, buenas noches pa —me despedí

—Buenas noche hijo —negó para cargar al menor.

Me tiré en la cama para dormir, el castaño no tardó en llegar en vuelto en la cobija para sin decir nada más dejarse caer en la cama para dormir.

Kraken entró tras de él para dormir sobre sus piernas, iba de un lado a otro ese perro, decidió dejarlo dormir con Eli el día de hoy.

Apesar de que ya estaba lejos de aquella casa en la que me crié, muchas veces solía despertar desorientado creyendo que seguía en esa casa con mi madre... hoy no fue la excepción.

—Hey estás bien —me dijo Eli a mi lado sobando mi hombro —estás a salvo

Miré al castaño que estaba a mi lado con cara de preocupación, no sabía ni qué hora era pero ese nudo en la garganta no se iba de mi.

—¿Cuándo llegaste aqui? —pregunté adormilado.

Estaba sudando a mares, Eli se limitó a darme una liguera sonrisa y levantarse, me tendió una toalla para secarme.

—Eli —llame mirándole.

—Una pesadilla —me explicó— gritaste un poco, vaya bienvenida le diste a Derek, has de querer que piense que estamos locos

—Solo hace falta conocerte cabron —bufé cambiando de tema. 

Me levanté de la cama a tropezones pues no tenía ganas de volverme a dormir.

—¿Quieres un snack de media noche? —me sonrió torpes

—Si, porque no —acepté— tomaré una ducha —señale dirigiéndome al baño.

Tenía que quitarme el sudor, y a su vez la sensación de suciedad que traía encima, me quedé parado bajo el agua como si esta arrastrara de mi piel toda la mierda que sentía... nunca sería suficiente, me quedé  ahí hasta que el frío del agua helada me obligó a salir, salí para ver a Eli sentado con un emparedado de mantequilla de maní y jalea a medio comer.

—Traté de esperarte pero me dio hambre —se disculpó con torpeza.

—Esta bien —asentí sentándome a su lado.

No dijimos nada, no hubo preguntas... solo era el ruido de los dos comiendo, cuando acabe el emparedado me limpié los dientes para volverme acostar... no quería dormir, y Eli lo supo porque llegó para acostarse a mi lado, abrazándome con fuerza

—Eliot dijimos que dejaríamos esto lo recuerdas —regañé

—Lo sé, también sé que soñaste con tu madre y te sientes mal —aclaró— así que anda vuelve a dormir, yo estoy aquí.

Suspire para asentir, al final si estaba cansado pues me quedé dormido de inmediato, agradecía no haber soñado con eso otra vez, era el trauma... por alguna extraña razón desde que había salido de la prisión no dejaba de tener pesadillas pero lo entendía realmente nunca había dormido bien en toda mi vida y creo que ahora que por fin lo hacía la vida le encantaba hacerme sufrir, no era novedad

Por la mañana me levanté cansado, como había dicho Eli dormía de las peores formas posibles, negué para salir al verlo tirado en el suelo, Grant estaba haciendo el desayuno mientras Derek utilizaba la computadora.

—Oh perdón si la vas a usar te la doy y...

—Está bien niño —lo calme— solo no abras la carpeta que dice gatitos es donde tu hermano guarda su porno.

—Beck —regañó papá negando

—Mejor prevenir —asentí— ¿que buscas Derek?

—Escuelas —asintió— sé que todavía falta tiempo para entrar pero quiero encontrar la mejor escuela de la zona para meter mis papeles, Grant me ayudará

—Si no es porque te pareces a tu hermano dudaría que son parientes — afirmé

—Eli era bueno en la escuela de pequeño —contó Grant colocando el sartén con huevito en la mesa

—Luego llegó la pubertad y se le derritió el cerebro de tanto ver porno —me burle

—Eso es muy cierto —afirmó Eli llegando para tomar del jugo de la mesa directo de la caja.

—Eliot ese jugo es para los tres —lo regañó su padre

Me puse a comer el desayuno en lo que mi padre y hermano se peleaban, era un experto ignorando peleas.

—Por cierto Megan me pidió que si podías ir al restaurante hoy —pidió Grant— al parecer Athena tiene que ir al mercado y no quiere que vaya sola

—Si está bien —acepté

Terminé mi desayuno para irme a cambiar e ir al restaurante al llegar aguardaba una vieja camioneta pick up azul con varias cajas de madera, la rubia apenas iba saliendo para verme.

—¿Es tu día de descanso que haces aquí? —preguntó con molestia

—Tu mamá le pidió a mi papá que te acompañara—expliqué— supongo que no abra un pago extra por esto

—Quien te viera al parecer si usas ese cerebro tuyo —me inspeccionó— no te ves tan debilucho así que andando.

Me subí a la camioneta de una sola cabina, se veía vieja pero estaba bien cuidada, la rubia no tardó en encender la radio.

—Dice Colin que te va bien como mesero —mencionó— supongo que tu cara de niño bonito les gusta

—No me quejo todo es mejor que lavar platos, aunque si me deberías pagar más —aproveché 

—Si quieres un aumento gánatelo —estableció.

La verdad no estaba mal a excepción del sueldo, sin embargo el dinero no me hacía falta, nunca fui de lujos, y al ser inculpado tras salir me dieron una gran suma de indemnización con la cual parte de ella habíamo comprado la panadería.

Al llegar al mercado aún había mucha gente, no me gustaba los lugares llenos de gente.

—Bien iremos por verdura y luego fruta, por el momento solo necesito esa el proveedor prometió llevar el resto la siguiente semana...

Ni siquiera puse atención me limité a ir y venir donde la rubia venía, cargando cajas y cajas... era el burro de carga al parecer.

—Estás manzanas, quiero cincuenta de ellas pero de las verdes, las mejores que tengas —pidió la rubia

La encargada solo la miró de arriba abajo, cometió uno de los peores errores.

—Te consigo veinte solamente —estableció la vieja.

—En qué mundo eso son cincuenta —insistió ella

—Mis mejores manzanas son para mis clientes más fieles niña —señaló la vendedora

—Vamos Roberta, si las manzanas nos gustan probablemente seremos clientes fieles —le pedí— lo mismo le dijiste a mamá y mira no te compra todas las semanas.

Roberta era una señora mayor pero sin duda me la podía ganar.

—Esta bien encanto solo por tu mamá —aceptó— ahora se las traigo.

La rubia me miró por un instante con su mirada retadora, la misma de siempre.

—Bien lleva esto a la camioneta, te has ganado la comida —afirmó

—No me ibas a pagar mi comida —cuestione con molestia.

—Iba —asintió— te veo aquí.

Asentí para llevar la caja de manzanas, era asombroso como en un rato ya todo estaba lleno, me fui de regreso interesado en qué clase de comida iba a invitarme la rubia.

—Beck —me llamó la voz, una voz conocida pero que no podía decir de quién.

Aquella persona me tarde en reconocerla por un largo minuto, pero al reconocerla se hizo un nudo en mi garganta... era la mamá de Sam, aquella mujer a la que por un error mío le arrebaté la vida a su hijo.


Derek es un bebito que hay que cuidar 🥲

Nos vemos la siguiente semana 💕

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