Notas del cap:

Bueno, no quería tardar tanto para publicar esta siguiente parte... en todo caso, no tengo ni idea que clase de "especial" voy a hacer para día de muertos... ni si estaré de humor para hacerlo... diablos...

Como sea, antes de que se me olvide, les aviso, que el siguiente es el capítulo final, así que váyanse preparando, que igual será todo lemon más que trama XD

¡A leer!

3 - Tras los ojos del demonio

-¡¡¡Haaaaaa!!!- grito al llegar al orgasmo aquel director dentro de la abadía, México observo como por fin, su interior era llenado con la lujuria del hombre mayor de edad que, en un suspiro agotado, solo se recarga en su silla, intentando recuperar el aliento y no ver al demonio que solo se encuentra respirando ligeramente errático pero divertido

El latino se ha levantado lentamente, sintiendo en su interior como aquel miembro ahora flácido resbala entre sus nalgas, seguido de una sensación ya común; un líquido espeso que comienza a caer lentamente entre sus piernas; aun así, observa al hombre agotado que lentamente parece recobrar la consciencia y descubrir que ha sido una vez más engañado por el demonio lujurioso. México aún se toma un momento para observar como el hombre aproblemado cruza sus manos y comienza a rezar a dios y a su virgen por ayuda para librarse del demonio de la lujuria, México se encoje de hombros... si tan solo supieran que eso no le ha funcionado a ninguna de las personas que lo han intentado

Sale del despacho, caminando tranquilo, observando su piel que parece lentamente hacerse física. Sonríe de medio lado divertido. Ese hombre tenía tanta lujuria de la que él se ha alimentado que ahora puede que haya gente que pueda verlo, se dice el latino divertido, avanzando holgadamente, dando miedo a todos los que lo miran; les guiña el ojo, a otros les envía un beso fugaz, las mujeres le miran con horror, pero puede percibir que aun poseen libido en su interior; relame sus labios... había tanto y de tatos lugares para alimentarse que muy seguramente jamás abandonaría esa abadía

Fue entonces, al avanzar eligiendo quien sería su siguiente presa, que descubrió a ese country recién llegado, en dos colores, dorado y blanco, un country muy interesante, inocente y puro como un ángel... pero fácil de corromper con cualquier pecado, ¿Y qué mejor que el pecado de la lujuria? México relamió sus labios de nuevo, avanzando en dirección del chico que había entrado a la biblioteca

Lo observo desde la distancia, vigilando sus pasos con cuidado, relamiendo sus labios con hambre de tan solo verlo; tan frágil, tan inocente, tan ajeno a todo a sus alrededores, que ignoraba que estaba bajo el deseo de un demonio como él. Mordió su labio inferior con deseo... apenas hacia un par de horas que había tomado ese delicioso cuerpo virgen... posiblemente el country acabaría inconsciente si volvía a tomarlo pero, luego de alcanzar a leer que el libro que había sacado era sobre demonios, el deseo de hacerlo suyo, opaco su "preocupación" inicial por el muchacho...

Si Vaticano quería información sobre él, México no se negaría a tener una entrevista "muy cercana" con el joven country~

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Se sentó en la banca más alejada que pudo encontrar, agradecía que no habían personas cercas; abrió entonces el libro que había tomado y busco en el índice si es que había algo con respecto al tipo de demonio que buscaba... ese demonio lujurioso llamado México... de tan solo recordar que en dos ocasiones lo había tomado, le creaba un cierto miedo que no podía controlar en absoluto más allá de intentos vagos por decirse que seguramente habría algo que él podría hacer para evitarlo... "tal vez"...

Examino con cuidado letra tras letra, mas no encontró nada que fuera relevante con su búsqueda; de todos modos, se detuvo en la sección de íncubos y súcubos, releyendo de nuevo la información que ya conocía de antemano, enterándose de cosas nuevas aunque no muy relevantes para su investigación, suspira cuando termina de leer y siente que, aunque ha obtenido información, no es lo que realmente estaba buscando

-¿Estás buscando algo en especifico?- escucho una suave voz amable y gentil que, aunque le pareció ligeramente conocida, no pudo identificar; aun cuando deseo subir la mirada y saber de quien se trataba, su mirada continuo fija en el libro, aun buscando ahora entre paginas si es que podía dar con el demonio que lo acechaba

-Información sobre un demonio que se hace llamar uncubo... pero no parece que haya nada- menciona, aun fijo en su lectura, apenas percibiendo por el rabillo del ojo que quien le habla, se ha sentado a su lado y lo observa con un codo en la mesa

-¿Qué quieres saber exactamente hijo?- pregunta de nuevo la voz, Vaticano se detiene de seguir investigando, algo le dice que hay "algo extraño" más su vista continua en el libro, observando la imagen de un demonio recostado en una cama junto a un humano, la sensación le da escalofríos al recordarle lo que le ocurrió la noche que llego a la abadía, pero aun contra eso, aguantando el miedo, menciona

-¿Qué se supone que es exactamente? ¿Por qué ataca en específico este tipo de demonio? ¿Siquiera el nombre es real?- pregunta confundido, observando el libro como si este le fuera a dar alguna respuesta mientras pasa rápidamente sus páginas; aquel que había estado a su lado, toma por fin sus mejillas, obligando a que se miren a los ojos. Vaticano se asusta cuando descubre que la persona con la que había estado hablando, es precisamente con el demonio llamado México

-¿No ya te lo había dicho? Soy un demonio de la lujuria igual a los súcubos he íncubos, la diferencia es que soy de una jerarquía más alta y por lo tanto, más fuerte- Vaticano quiere gritar, pero un beso robado lo atrapa entre la mesa y el cuerpo del demonio que, luego de tenerlo atrapado contra su cuerpo y la mesa, comienza a acariciar su piel pasando de la ropa para tocar su piel; esta vez, aparta rápido la ropa superior dejando su pecho desnudo; Vaticano trata de escapar pero, termina boca abajo en la mesa, a completa merced del country que ahora besa y lame su espalda creando mordidas que, contrario a sus encuentros anteriores, se vuelven más fuertes y violentos

-No... no...- suplica, rogando que no ocurra de nuevo el acto, pero la ropa de sus pantalones cae y antes de que pueda escapar o lanzarle algo al demonio, siente como el mismo miembro duro y húmedo se empuja con fuerza contra su cuerpo ahogándolo en un dolor agonizante pero placentero aun contra su desprecio. Sus ojos se cierran, su cabeza cae y golpea contra la mesa mientras el movimiento comienza a mover las maderas de un modo lento

-¿Por qué? ¿No querías saber? Adelante, no seas tímido. Te doy mi palabra de que te diré la verdad de todo lo que me preguntes- se burló el demonio mordiendo el hombro del Vaticano y empujando sus caderas con más insistencia contra el cuerpo ajeno. Vaticano ahogo un gemido de placer y dolor, girando hacia sus espaldas, encontrando al demonio que se encuentra concentrado en entregar placer al cuerpo ajeno, niega... no quiere volver a pasar por eso pero... si es verdad...

-¿Por qué... estas... aquí?- se ahoga, gritando con fuerza cuando aquel miembro ha golpeado en su interior aquel punto que le hace ver una bruma blanca por segundos. Su cuerpo pierde la fuerza para negarse a ser sometido y ahora, simplemente, sin fuerzas para siquiera sostener su cabeza, comienza a disfrutar del acto para con el demonio

-¿Por qué? Porque iba pasando, no tenía nada mejor que hacer y percibí desde aquí una gran cantidad de lujuria y me quede por supuesto ¿Otra pregunta?- inquiere divertido, recostando de lado a Vaticano para tomar una de sus piernas elevándola a su hombro y continuar arremetiendo. Vaticano alcanza a ver que de nuevo la cola del demonio acaricia su piel, mientras que una de las manos del demonio se acerca a acariciar su miembro en suaves estimulaciones; por otro lado, la boca de México se entretiene lamiendo, chupando y mordisqueando la piel de Vaticano cercas a la pierna que tiene en su hombro

-¿Hace cuánto... haaaa haaaaa- su intento de pregunta es cortada, el movimiento se vuelve brusco, México se estaba divirtiendo al crear tanto placer en su presa que le fuera imposible el formular una palabra concreta; aun así, tras escuchar una segunda vez la oración a medias, luchando por acabar, lo premia con una estocada más profunda que hace a Vaticano correrse y apretar su interior del mismo modo que se estaba volviendo adictivo para el demonio

-¿Hace cuánto estoy aquí? Uff, llevo varias décadas aquí... pronto cumpliré los 100 años si mis cálculos son correctos- menciona, como si fuera lo más natural del mundo. Vaticano niega ¿Cómo es que nadie había dado aviso de un ser tan peligroso como este? ¿Cómo es que nadie había intentado exorcizar a este ser demoniaco?

El cuerpo de Vaticano es jalado, una vez más; siendo cargado por el demonio y siendo el demonio quien se siente en una banca, observa divertido al country que con su boca abierta deja correr un hilo de saliva por el placer, México lame su saliva, introduciendo su lengua nuevamente a la boca ajena para volver a danzar con la propia en un baile de deseo que acaba con Vaticano sin aire y extasiado

-Te diré un pequeño secreto que nadie más ha podido descubrir de mi- menciona divertido, estrechando el cuerpo del contrario contra el suyo; mordiendo su hombro, se inclina cercas de su oído, lamiendo la zona antes de hablar con un deje de diversión palpable

-Al tener más jerarquía, puedo incluso leer la mente de mis presas mientras están sometidos por mi cuerpo... ¿Y qué crees encanto? Puedo no solo leer tu mente... además te diré que alguna vez intentaron exorcizarme y lo único que consiguieron fue una orgia de la que no pudieron escapar hasta un mes después~- se burló divertido, empujando sus caderas con más fuerza haciendo a Vaticano soltar otro fuerte alarido de placer que hace reír a México

-Dios... dios puede... acabarte... haaaa~- ahogo otro gemido más obsceno en cuanto sintió el miembro de México entrar todavía más profundo en su interior. El tricolor negó divertido, jalando ahora con ambas piernas de Vaticano para que su cadera quedara por fuera de la mesa y, desde esa nueva postura, comenzar con una ronda diferente, mas rítmicas y rápidas, haciendo más fuerte el chapotear de ambas carnes

-Si pudiera, ya lo hubiera hecho encanto... pero Dios se ha olvidado de los humanos, ahora, solo somos ustedes y nosotros los demonios- se rio divertido, empujándose con violencia contra el cuerpo ajeno, Vaticano negó, abriendo su boca en necesidad de aire al tiempo que México se inclina, lamiendo y mordiendo las clavículas

-Haaaa haaaa haa haaaaaaaaaa haaaa ggg!!~- ahoga gemidos cada vez más necesitados; su cuerpo se mueve contra su voluntad, sus brazos se aferran al cuello del latino, sus manos se entierran en la espalda del tricolor mientras su cuerpo continua siendo marcado por el demonio. Sus ojos se cierran, la necesidad de aire se le dificulta el poder suplicarle ayuda a dios y, mientras trata de concentrarse para dar una oración y poder escapar, siente la velocidad aumentar todavía más, haciendo a su mente quedar en blanco y finalmente, en alaridos cada vez más fuertes y desesperados, sentir como nuevamente su cuerpo, en pequeños espasmos adictivos de placer, lo traiciona, haciendo su cabeza hacia atrás, aferrándose con todas sus fuerzas del demonio mientras llega al clímax de nuevo, corriéndose entre ambos cuerpos y sintiendo como, las embestidas de México aumentan hasta finalmente correrse también en su interior haciéndolo perder por segundos el sentido de donde es que se encuentra

*Me... México* se ahogó en su mente aquel único pensamiento, llamarlo por su nombre mientras él era envuelto en el placentero orgasmo

El tricolor sonrió, deteniendo los movimientos para con el cuerpo contrario, observando gustoso como continuaba su cuerpo dando pequeños espasmos por el placer y finalmente, mientras el besa sus labios de un modo suave y dulce, susurra sobre ellos

-Di mi nombre y serás mío para la eternidad Vaticano~- Vaticano, quien apenas iba volviendo a la consciencia, pega un brinco, girando la mirada hacia adelante, la escena cambia bruscamente y, nuevamente, se encuentra sentado en la banca, solo, lejos de todo el mundo y entre sus manos, el libro que había estado leyendo, justo entre las páginas que hablan sobre los súcubos he íncubos

... ... ...

México observa gustoso, recargado en un barandal a la distancia, observando como el asustado country se pone en pie, corriendo acomoda el libro en su lugar y sale lo más rápido puede, huyendo del lugar tan pronto como puede sin levantar sospechas... el latino sonríe interesado

Por fin había encontrado alguien que escuchara su nombre

Notas finales:

Momento idóneo para preguntarme hacia donde putas vergas está encaminándose esta historia... no lo sé... yo solo quería un lemon hard bien puerco entre México y el vaticano... lo demás no lo pensé y ahora me estoy preguntando que mierda espera en realidad México de Vaticano... porque es seguro que solo sexo no es o.o

Bueno, ya saben, no veo necesidad de datos extras, si tienen dudas, yo respondo con mucho gusto

¿Les ha gustado?

Que tengan lindo día

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