La 'Operación Rescate' estaba en camino.

Las chicas lo habían apodado 'Operación Rescate' porque creían que tal vez si nombraban su plan, especialmente llamándolo tan insulso, entonces no parecería tan aterrador.

Por supuesto que ese no era el caso. Independientemente de cómo lo llamaran, el hecho era que iban a embarcarse en una peligrosa misión de rescate que potencialmente podría costarles la vida.

El primer paso de la 'Operación Rescate' era hacer los arreglos. Habían discutido todas las cosas que tenían que hacer la noche anterior mientras se acostaban una al lado de la otra en la cama

Jungeun estaba acostada con las manos a su lado. Jinsoul, que anteriormente había tenido los brazos cruzados sobre el estómago, los desenredó lentamente, entrelazando sus dedos con los de la castaña.

"Necesitamos un coche". Anunció Jinsoul. "No hay forma de que podamos llegar allí o salir a pie".

Jungeun asintió mientras escuchaba a la chica que yacía a su lado. Estaba disfrutando de la sensación del pulgar de Jinsoul frotando suavemente contra el suyo.

"Podemos encontrar algo en un lugar de automóviles de segunda mano".

Hubo un silencio entre las chicas durante un rato.

"Además", comenzó Jinsoul, "de ahora en adelante no deberíamos ir a ninguna parte sin la otra. Es demasiado peligroso".

Una vez más, Jungeun asintió con la cabeza. Jinsoul tenía razón. Personalmente, no le importaba la idea de estar con la mayor; pensó en el beso que habían compartido la noche anterior y su corazón se apretó de emoción. No habían hablado de sus sentimientos, el beso parecía decirlo todo. Después, se habían ido a dormir abrazadas.

"Está bien entonces, preparémonos." Jinsoul anunció retirando su mano de la de Jungeun y poniéndose de pie.

Una sensación de frío atravesó a la menor ante la repentina pérdida de contacto.

***

Jungeun se quedó de pie con la sudadera sobre la cara y un par de lentes oscuros cubriendo sus ojos mientras escuchaba a Jinsoul hablar con la mujer del concesionario de automóviles a poca distancia.

Era una anciana de cabello castaño con ropa que parecía extremadamente incómoda.

Jungeun se movió torpemente sobre sus pies, había estado parada allí por algún tiempo. No entendía la conversación que Jinsoul estaba teniendo con la mujer; parecía ser mucho más consciente de cómo funcionaba todo que ella, así que Jungeun dejó que su mente divagara.

Por alguna extraña razón, empezó a pensar en la Guardiana de dimensiones. La misteriosa chica con la que se había encontrado la última vez que estuvo en esta dimensión. Se encontró pensando en cómo le había advertido que se mantuviera alejada de esta dimensión. Sin embargo, aquí estaba. Ahora se encontraba pensando en Wong Kahei, la amante de la Guardiana que había sido capturada y asesinada por los Agentes de la Fuerza Interdimensional. Sintió que se calentaba al pensar en eso e instantáneamente sintió que su sangre hervía, sus manos apretadas a sus costados.

"Jungeun".

La mencionada miró hacia arriba. Sus ojos se abrieron lentamente mientras miraba a Jinsoul ahora parada frente a ella.

"¿Estás bien?" La pelinegra preguntó mientras miraba a la más pequeña, sus ojos se detuvieron en sus puños cerrados.

Jungeun sintió instantáneamente que la ira que había estado sintiendo hace unos momentos se dispersaba dentro de ella mientras miraba los suaves ojos de Jinsoul. Sonrió mientras asentía con la cabeza, abriendo los puños.

"Bueno." Jinsoul dijo y entrelazó lentamente sus dedos con los de Jungeun. "Por suerte la mujer que trabaja aquí parece ser bastante vieja y además es extranjera, por lo que no me pidió muchos detalles. Así que acabo de comprar el auto más genial de todos, vamos".

Una gran sonrisa se posó en los rasgos de Jungeun cuando vio lo emocionada que se veía Jinsoul y permitió que la chica de pelo negro la llevara a donde estaba estacionado el auto.

"¡Voila!" Jinsoul anunció mientras extendía los brazos dramáticamente.

La menor parpadeó un par de veces, viendo el vehículo que estaba frente a ellas. Era marrón y golpeado. Parecía algo que estaba a punto de romperse. Era idéntico al carro que tenía Jinsoul en su dimensión.

"Wow." Jungeun dijo en estado de shock más que nada.

"Lo sé ", exclamó Jinsoul mientras caminaba hacia el auto y comenzaba a trazar sus manos sobre la superficie lisa del vehículo. "¿No es una belleza?"

Sí, lo eres, pensó Jungeun para sí misma mientras miraba la felicidad que se extendía por el rostro de la mayor.

"No es idéntico al mío, pero servirá". Jinsoul dijo mientras retrocedía, mirando desde diferentes ángulos.

A Jungeun le parecía exactamente igual, pero ¿qué sabía ella?

"Vamos", dijo Jinsoul, haciéndole un gesto: "Vamos a dar una vuelta con este bebé".

La castaña sonreía ante la expresión de felicidad que se había posado en el rostro de Jinsoul. Deseaba poder ver a la chica mayor así más a menudo.

El coche hizo mucho ruido cuando las dos chicas subieron a él y Jungeun se abrochó el cinturón de seguridad mientras Jinsoul arrancaba el motor.

Cobró vida casi de inmediato. Para algo que parecía que se estaría cayendo a pedazos en cualquier momento, su motor parecía bastante bueno. Esto consoló a Jungeun, ya que no le gustaba la idea de que el auto se averiara repentinamente en medio de la carretera.

Jinsoul salió lentamente del estacionamiento del concesionario de automóviles antes comenzar a acelerar por la carretera. Bajó las ventanillas y las dos disfrutaron de la sensación del viento golpeando sus caras. Fue refrescante.

Jungeun se sentía como si estuviera en un video musical, disfrutando de la sensación del aire en toda su piel. Los primeros minutos del viaje fueron en silencio. Ambas chicas estaban en sus propias cabezas. Disfrutando silenciosamente de la compañía de la otra y paseando por la carretera como si no les importara nada en el mundo, como si no se fueran a embarcar pronto en un viaje que amenazaba sus vidas.

Jungeun casi saltó cuando sintió la mano de Jinsoul descansando suavemente sobre su muslo. La menor se volvió para mirar a la contraria, quien le sonrió suavemente, se inclinó y colocó su mano sobre la de la pelinegra.

Hubo unos momentos más de cómodo silencio entre las chicas. Jinsoul ya no estaba acelerando, el auto ahora se movía a un ritmo constante que combinaba con la atmósfera pacífica que se presentaba en el automóvil.

"¿Qué piensas?" Jinsoul preguntó de repente, tomando a Jungeun con la guardia baja.

La menor se debatió en decir lo que quería, luego pensó que podía hacerlo ahora. Quién sabe cuándo tendrán otra oportunidad.

"Hey Jinsoul", comenzó Jungeun, "¿te importa si vamos a un lugar? Creo que hay alguien con quien deberíamos hablar".

Jinsoul la miró con curiosidad, pero asintió con la cabeza a pesar de todo. Jungeun le dio la dirección, recitándola perfectamente tal como la recordaba.

Sin preguntas, Jinsoul detuvo el auto en un cambio de sentido y comenzó a dirigirse a la dirección que la menor acababa de dar.

Al mirar la casa de la Guardiana, Jungeun se sintió invadida por una extraña especie de calma. Jinsoul continuó mirando a la chica a su lado con curiosidad. Todavía no tenía idea de dónde estaban.

"Ven." Jungeun dijo mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad.

Jinsoul hizo lo mismo. Aunque no tenía idea de dónde iban, tenía la sensación de que no estaban en peligro. Ella sintió que estaban a salvo. Además, sabía que Jungeun también se sentía así, lo cual era suficientemente bueno para ella.

La castaña caminó hacia el conocido edificio gris, que parecía abandonado. Todo seguía luciendo exactamente igual que la última vez que había estado aquí, con las paredes todavía desconchadas. Jungeun sonrió.

Tocó la puerta.

"¿Estás segura de que este es el lugar correcto?" Preguntó la mayor, con las manos metidas en el bolsillo.

Jungeun sonrió suavemente. No esperaba que hubiera una respuesta. Llamó una vez más por si acaso antes de entrar a la casa.

"Woah, woah, woah, woah, woah, ¿qué estás haciendo?" Jinsoul susurró mientras miraba a la chica frente a ella que acababa de entrar en la casa de un extraño.

Jungeun no respondió sino que siguió caminando hacia adentro. Jinsoul la miró en estado de shock por un momento antes de seguirla. De ninguna manera iba a dejar que la más joven hiciera lo que fuera que estaba haciendo sola.

El interior de la casa parecía contrastar con el exterior. Las paredes estaban cubiertas de papel tapiz morado que tenía diferentes patrones. El suelo estaba cubierto por una alfombra roja aterciopelada que tenía dibujos por todas partes.

Sin una palabra, Jungeun se inclinó y comenzó a quitarse los zapatos, Jinsoul ni siquiera dudó mientras imitaba sus acciones.

"¡Hola, Choerry!" Jungeun gritó. "¡Guardiana!"

Su voz pareció resonar en la silenciosa casa. Jinsoul la siguió en silencio mientras caminaba hacia el interior de la casa. ¿Guardiana? Curiosamente, este nombre le resultaba familiar a Jinsoul, y poco a poco empezó a comprender dónde estaba.

"Es curioso, me preguntaba cuándo aparecerías."

Jinsoul giró el cuello tan rápido hacia la dirección de la voz e instantáneamente se sorprendió al ver a una chica parada en la esquina de la habitación en la que estaban. Era una chica que parecía tener más o menos su edad. Su cabello era completamente morado y tenía una brillante sonrisa en su cara.

"Choerry". Jungeun simplemente dijo. No parecía haberse sorprendido por la repentina aparición de la mujer.

Jinsoul trabajó en tratar de que su ritmo cardíaco volviera a la normalidad mientras miraba entre la chica y Jungeun.

"Oh", dijo Jungeun, volviéndose hacia Jinsoul como si acabara de recordar que la chica todavía existía. "Jinsoul, ella es Choerry, la Guardiana. Choerry, ella es Jinsoul."

"Encantada de conocerte." Jinsoul dijo torpemente mientras miraba a la chica frente a ella.

La Guardiana examinó a Jinsoul lentamente. Miró a la chica con interés. Cuando sus ojos finalmente se encontraron con los de la pelinegra, Jinsoul vio algo en ellos, una extraña especie de tristeza.

"Has conocido mucho dolor". Choerry dijo en voz baja, sosteniendo la mirada de Jinsoul.

La pelinegra no sabía cómo responder a esto, así que se quedó fija, mirando a la chica.

"Oh, ¿dónde están mis modales?" Choerry de repente exclamó mientras sonreía ampliamente: "Síganme chicas, déjenme hacer un poco de sopa para ustedes".

Jungeun sonrió tranquilizadoramente a Jinsoul mientras seguían a la Guardiana a una pequeña cocina. Jungeun y Jinsoul tomaron asiento en la mesa una al lado de la otra mientras observaban a la chica dirigirse hacia una olla grande en la estufa.

Jinsoul estaba asombrada por el tamaño de la olla y le echó un vistazo a Jungeun quien no parecía en absoluto sorprendida, todo esto era nuevo para la pelinegra. Pero, curiosamente, la compañía de Choerry no era una que le resultara incómoda.

Las chicas ahora vieron como la pelimorada servía dos cuencos diferentes antes de tomar asiento en la mesa a poca distancia de ellas.

"No voy a mentir y decir que estoy feliz de verlas aquí". La Guardiana de repente dijo, una mirada dura en sus rasgos, "Te hablé de la gente peligrosa".

Jungeun asintió lentamente. "Sí, nos encontramos con ellas la última vez."

Una mirada de sorpresa cruzó los rasgos habituales de calma y serenidad de Choerry.

Luego, Jungeun procedió a informarle de su encuentro con los Agentes de la Fuerza Interdimensional. Empezó desde el principio, Jinsoul intervenía de vez en cuando. Jungeun concluyó hablando de Hyejoo y Kim Lip que habían ayudado a que escaparan, y cómo sospechaban que las agentes las habían agarrado.

Un tenso silencio quedó suspendido en el aire después.

"Te lo dije." Choerry murmuró. "Estas son personas muy peligrosas, yo estoy a cargo de los cruces entre las dimensiones, no sé qué puedo hacer para ayudarlas".

Jungeun y Jinsoul se quedaron en silencio. Jungeun se preguntó qué esperaba. No era como si la Guardiana tuviera poderes mágicos extraños.

"Sin embargo," dijo Choerry en voz baja mientras miraba directamente a Jinsoul, "hay una cosa que puedo hacer que podría ayudar".

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