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🌹 Trece

TaeHyung recordaba a la perfección como arrancaba la carta de Seulgi. La leyó varias veces en esos días de descanso.

"No hay forma en que comience esta carta de la manera correcta. Seré completamente honesta contigo porque eres ese amigo que siempre desee tener y tú me presentaste al amor de mi vida. Incluso por encima de tus propios deseos y anhelos."

TaeHyung quedó sin aire al leer el primer párrafo, pero el resto de la carta hizo que fuera realmente complicado contener sus lágrimas.

"Querido TaeTae:

Sé que esta carta llega en un momento doloroso. No sé cuánto tiempo me queda, pero necesito decirte la verdad.

SeokJin y yo tuvimos un matrimonio de ensueño, y aunque él nunca lo supo, yo sí. Siempre supe de tus sentimientos hacia él. Tus ojos siempre brillaron en demasía al mirarlo, y tu sonrisa se ensanchaba cada vez que compartían momentos juntos. Pero también sé que SeokJin te ve de la misma manera. Él también está enamorado de ti, aunque nunca lo admitió y nos puso primero. Estoy segura de que no sabe lo que sientes por él.

Nuestra vida juntos fue una mezcla de amor, complicidad y secretos. SeokJin y yo compartimos risas, sueños y noches de insomnio. Pero tú siempre estuviste ahí, en la sombra, como un fantasma silencioso que nos unía y nos separaba al mismo tiempo. En su momento solía pensar que si fueras mujer, definitivamente yo no existiría en la ecuación.

Ahora, mientras lucho contra esto, me doy cuenta de que no puedo llevarme secretos a la tumba. No puedo dejar que mi amor por SeokJin y mi amistad contigo queden enredados en el pasado. Por eso, escribo esta carta. Porque mereces saber mi verdad.

TaeHyung, no te culpo por amar a SeokJin. Él es un hombre increíble, lleno de bondad y ternura. Pero también mereces ser amado, mereces encontrar la felicidad. No quiero que vivas en la sombra, como yo lo hice. No quiero que te quedes con preguntas sin respuestas, fui un obstáculo que está siendo quitado del medio de la forma más cruda, pero acepto mi destino.

Cuando leas estas palabras, quizás ya no esté aquí. Pero quiero que sepas que te aprecio, que valoro nuestra amistad y que siempre te he deseado lo mejor. Si alguna vez encuentras el coraje de confesar tus sentimientos a SeokJin, hazlo. No dejes que el miedo o la incertidumbre te detengan.

TaeHyung, vive tu vida con pasión y autenticidad. Ama sin reservas, incluso si eso significa amar públicamente a tu mejor amigo, aquel al que negaste porque creías que no correspondía a tus sentimientos. No hay nada que te impida hacer lo que realmente deseas, y si tengo que ser honesta, quiero que SeokJin sea feliz después de perderme. Y sé que solo sería feliz contigo.

El amor es un regalo precioso, y tú mereces recibirlo. Ambos lo hacen, todo pasa por algo de todos modos.

Con todo mi cariño,

Seulgi."

La parte que dejó a TaeHyung sin aliento fue: fui un obstáculo que está siendo quitado del medio de la forma más cruda, pero acepto mi destino.

Aquello logró que TaeHyung se sintiera entre la espada y la pared, no queriendo corromper el recuerdo de su amiga y su matrimonio con SeokJin, con la prueba de su amor en la forma más pura que eran sus tres ahijados.

En la carta, Seulgi lo alentaba a seguir sus sentimientos pero las palabras provocaron en TaeHyung todo sentimiento negativo y contradictorio. Se sintió sucio, como si el destino solo lo estuviera castigando por haber escondido por tanto tiempo lo que sentía por SeokJin y ahora solo pudiera vivirlo con un constante sentimiento de culpa.

Pero luego cambió. Pensó en que en realidad era hora de vivir su amor y por eso SeokJin correspondía. Estaba seguro que su vida sería diferente si hubiera sido valiente y no un jodido puberto cobarde que ignoró los sentimientos de su amigo, de su primer amor (su único amor) por creer que este no podía sentir lo mismo. Y así fue de un lado a otro en sus días de descanso. Pensando positivamente y luego imaginando los peores escenarios.

Agradeció que SeokJin lo conociera tan bien y lo dejara ser y estar simplemente con él mismo para pensar y repensar sus opciones. Aún así sabía que habría cierto rencor por parte de su amigo en el futuro. Sí, SeokJin estaba tan... Dios, era una locura incluso pensarlo. SeokJin enamorado de él ¿Todo este tiempo?

— Te necesito —susurró TaeHyung entre besos, dentro de ese pequeño cubículo. Perdido en el sabor de SeokJin, en su calor. Su aroma y su cuerpo. Pero también en sus pensamientos.

SeokJin tenía su boca en su mentón y sus manos acunando el rostro de un TaeHyung que parecía drogado, con sus manos desesperadas debajo de su camiseta negra. Aquello lo hizo sonreír y TaeHyung se dió cuenta dónde estaban y lo que había dicho demasiado ido.

— También yo —le respondió SeokJin de vuelta, buscando sus ojos. TaeHyung tenía la mirada nublada, los labios rojos e hinchados y su cabello húmedo caía sobre su frente—. Eres tan hermoso.

La piel de TaeHyung se volvió de gallina una vez más, estaba seguro que sus mejillas también se enrojecieron más de lo que ya estaban, hasta que parpadeó aturdido.

— Carajo, Jin... Estamos en el baño de la estación —dijo sacándose el cabello húmedo de la frente.

SeokJin sonrió—. Sí. Pero no podía esperar a besarte —respondió con voz ronca, perdiéndose en los labios hinchados de TaeHyung.

El azabache rió, era tan extraño como embriagador tener a SeokJin de esta forma con él, no pudo evitar jalarlo una última vez para chocar sus labios y morder, sorber y gemir junto con SeokJin por otro beso salvaje.

— Hay que salir —dijo TaeHyung, solo un poco estúpido y crudo, SeokJin le sonrió tan despreocupado que sintió ganas de estar nuevamente en otro lugar para hacer con este hombre todo lo que había deseado por años y que lo ponía todo nervioso y ansioso como un virgen adolescente inexperto—. Saldré-... Saldré primero.

SeokJin asintió despreocupado, no era la primera vez que se metían a un cubículo juntos. En su defensa, había tenido un jodido problema con sus pantalones una vez y la otra, TaeHyung había tenido un percance con un dolor físico en su espalda. No era nada nuevo si las camaras los captaban o no entrando al mismo cubículo una vez más, pero TaeHyung no parecía pensar lo mismo cuando intentó abrir la puerta con manos temblorosas y sonrisas nerviosas.

Aquello tiró de todos los botones correctos e incorrectos dentro de SeokJin y besó el cuello de TaeHyung con un chupón fugaz que no dejaría marca, pero parte de su saliva estaba allí y TaeHyung gimió, cerró lo poco que abrió de la puerta y corrió su rostro para recibir otro beso con lenguas y chupones para nada disimulados que sumaban dientes que mordieron su labio inferior y lo dejaron ardiendo segundos después.

Era la mismísima gloria cada vez que los labios de SeokJin estaban sobre los suyos (o sobre cualquier parte de su cuerpo) haciéndolo sentir hambriento, sediento y necesitado. Gimiendo de nuevo, SeokJin lo soltó y se alejó divertido.

— Jin —sollozó entre el enojo y el anhelo.

— Lo siento, puedes salir —dijo Jin, abriendo la puerta y empujándolo fuera.

Bueno gracias, maldición. TaeHyung no se sintió capaz de dar un simple paso por su cuenta para salir del baño y alejarse de SeokJin. Sus ojos fueron a la pequeña camara en la esquina y recordó cuando  le llamaron la atención días atrás por haber dejado que Jang chupara su polla.

Oh mierda.

Las voces del jefe y alguien más se acercaban a los vestidores y TaeHyung decidió poner manos a la obra para comenzar a vestirse. La cámara no daba en dirección a los casilleros, sino más a las puertas y estaban allí luego de que un loco entrara en la estación años atrás, amenazando con cortar a todos si no le daban morfina. Por suerte no había sido en su turno, pero desde entonces fue un anime poner camaras en lugares estratégicos porque el tipo salió caminando y no pudieron encontrarlo luego.

«De los errores se aprende» pensaba TaeHyung sudando la gota gorda.

— Aquí Markie, esta fue la que dañaron los chicos —dijo el capitán Choi a alguien que estaba colocando una escalera junto a la cámara y subiendo para sacarla.

TaeHyung frunció el ceño—. Capitán —saludó.

— Hey, Kim —el hombre se acercó y estrecho su mano con la de TaeHyung mientras SeokJin salía del cubículo del baño—. Mis chicos favoritos. Espero hayan descansado.

TaeHyung evitó mirar a SeokJin con sus lentes y su cabello también húmedo para concentrarse en el tipo en la esquina.

— ¿Qué sucedió?—preguntó mientras sacaba su ropa de paramédico.

SeokJin a su lado hacía lo mismo en silencio.

— Los chicos del otro turno la rompieron mientras jugaban lanzándose la pelota —respondió el capitán negando con su cabeza.

SeokJin rió a su lado cuando TaeHyung suspiró desinflándose y dejando toda la tensión.

— Los chicos me dijeron que fue JoonMin —exclamó el bastardo relajado.

— Si. El maldito tiene el mejor brazo, pero es un niño que no aprende. Ah, terrible, voy a descontarselo por imbécil hiperactivo —mencionó el jefe saliendo de los vestidores con el tal "Markie" tras él llevando la cámara dañada.

TaeHyung miró inmediatamente a SeokJin con una mueca de "maldito seas" y SeokJin volvió a sonreír divertido mientras se quitaba la camiseta negra con sumo cuidado de no tirar sus lentes.

— ¿Qué? Creí que sabías —dijo divertido.

TaeHyung dejó vagar sus ojos por ese torso blanquecino sutilmente trabajado y pensó en como había saboreado parte de ese cuerpo y en como quería seguir descubriendo cada rincón que le faltaba.

— ¿Se te apetece algo? —se mofó el bastardo.

TaeHyung suspiró y decidió ser honesto—. Absolutamente todo —admitió, mirándolo una vez más que hizo que la piel de SeokJin se volviera de gallina.

"¡Kim S! A mí oficina, discutiremos unas cosas que deseo que hagan mientras esté tranquilo" ordenó el jefe Choi a la distancia, cortando todo momento para el par de amigos que tenían en común sentirse como si tuvieran nuevamente dieciséis y estuvieran descubriendo lo que pueden sentir en sus cuerpos y lo que pueden hacer juntos con estos.

— ¡Voy! —dijo SeokJin tomando su pantalón rápidamente—. Haré esto luego, lamentablemente no podré verte mientras te cambias —añadió divertido, saliendo de allí con una mirada fija al rostro y a los labios de un TaeHyung que quedaba sediento de más.

Rápidamente se recompuso mientras veía a Jin alejarse, pero antes de eso preguntó—: Jin ¿Todo bien con Gyu-Ri? Me refiero ¿Se tomó a mal que dijeras que había alguien más?

SeokJin suspiró y negó—. No realmente. Aunque estaba dispuesta a jugar en primera, no iba a servir —mencionó encogiendose de hombros—. Después de ocultar mucho tiempo lo que siento, intentar enterrarlo y solo verlo resurgir más fuerte luego, me enseñó que no estoy para perder el tiempo donde no quiero estar —exclamó seguro.

Dios, TaeHyung no entendió como seguía de pie ante cada palabra perfecta y declaración de ensueño que salía de la boca de SeokJin. El hombre al que siempre amó. Al que siempre deseó y quiso con cada fibra de su ser.

— Entonces — TaeHyung se quitó su camisa y remera, los ojos de SeokJin se volvieron oscuros y estaba seguro que aquella mirada crispó la polla dentro de sus pantalones con una facilidad aterradora—. ¿No deberías disculparme? —agregó.

SeokJin relamió sus labios y se encogió de hombros—. Depende que tipo de disculpas quieras darme. No perdí nada, pero si quieres disculparte por haberme hecho una cita que no pedí con todo eso que cargas... No me ofendo, de hecho lo exijo.

TaeHyung mordió su labio y agradeció sentirse cómodo debajo de su piel para que esté hombre simplemente lo admirara como si quisiera comerlo y lamerlo por todos lados. Era increíble. Jin realmente lo miraba como si fuera todo un banquete que quería disfrutar solo y con tiempo.

Mordiendo su labio miró a SeokJin de arriba abajo y asintió—. Me disculparé por el resto de mis días —y sonaba increíblemente sincero, si tan sólo Jin supiera todo lo que TaeHyung calló.

Y lo sabría, pronto.

SeokJin relamió sus labios y sonrió como ese culo engreído que era en ocasiones—. Perfecto.

"¡Kim!" La voz del capitán hizo que ambos rodarán sus ojos.

— Te veré luego —dijo Jin caminando hacia atrás sin dejar de ver a un TaeHyung que por poco y se sonrojaba ante la mirada lobuna y prometedora de su amigo.

Cuando esos ojos se despegaron de él, notó que su piel estaba de gallina por centésima vez. Nuevamente tan crudo y a flor de piel listo para dejarse hacer lo que SeokJin quisiera con él.

Todo un maldito adolescente hormonal.

Suerte para ambos, si bien el turno nocturno estaba tranquilo, los quehaceres eran demasiados.

Eso los mantuvo distraídos, pero lamentablemente lejos del otro, y para desagrado de SeokJin, Jang no se mantuvo lejos de TaeHyung como esperaba luego de que su amigo confesó que había alguien más.

Eso lo hizo enfurecer bastante. Más de lo esperado, porque el tipo seguía siendo el mismo mano larga y desesperado que babeaba por TaeHyung todo el tiempo. SeokJin podría sentirse más posesivo si no fuera porque TaeHyung lo miraba cada dos por tres para que estuviera tranquilo y seguro de que nada estaba pasando allí de nuevo.

De hecho sus mensajes de texto eran bastante coquetos entre sí.

"Si te palmea el culo, está muerto"
Jinnie.

TaeHyung rió de forma sonora en su lugar mientras limpiaba las alfombrillas de la ambulancia. SeokJin por su lado estaba reponiendo todo lo necesario. La risa fue grave y retumbó en los pasillos de la estación. SeokJin lo miró con una sonrisa engreída y TaeHyung mordió su labio permitiéndose jugar un poco. Solo un poco antes del posible caos.

"Nadie va a tocarme un pelo nunca más... Excepto, (quizás) tú. Quien sabe"
Yo.

SeokJin sonrió a la distancia y TaeHyung se sintió más enamorado.

— Ahora, me importa un bledo los compañeros de cama o aventuras de mi hermana —sonó la voz de Jang nuevamente cerca—. Pero ¿Quién carajos hizo a Kim cambiar de opinión?

TaeHyung pasó saliva y lo miró—. ¿Qué te hace creer que yo lo sé? —cuestionó con seriedad—. No debería ser tu asunto de todas formas.

— Tú los reuniste. ¿Sabes? La mayoría aquí quiere con Gyu-Ri, pero ella quiere a Jin y él le dijo que no —el tipo se sentó al lado de TaeHyung, no parecia enojado y estaba demasaido cerca—. Dijiste que estaba listo para el romance, pero le dijo que había alguien más ¿Quién? —preguntó mirándolo fijamente de nuevo, cerca y coqueto.

TaeHyung se sintió sucio. Seguramente JoongHyuk no sospechaba de ellos y aún si lo hiciera no era su asunto. Debía agradecer que SeokJin fue sincero con su hermana.

— Le dijo a Gyu-Ri lo mismo que tú a mí —susurró.

TaeHyung apretó sus dientes y lo miró con seriedad—. ¿Qué estás insinuando?

JoongHyuk alzó sus manos—. No insinué nada —dijo, TaeHyung estaba tenso secando las alfombrillas para ponerlas en su lugar y escapar de este tipo—. Pero no soy estúpido. Sé cómo lo miras.

TaeHyung se puso de pie y lo enfrentó listo para sacarle la mierda si era necesario, pero la sirena sonó (finalmente) con la primera emergencia del día.

Minutos rápidos más adelante, estaban todos dentro de sus vehículos y conduciendo a su destino, TaeHyung sin embargo estaba demasiado serio dentro de la ambulancia y SeokJin no ignoró eso.

— Suéltalo —mencionó sin quitar los ojos del camino. TaeHyung suspiró, no era momento de distraerse con su mierda—. Ví que no te veías feliz con Jang antes del llamado.

— Jin, luego. Ahora no es momento —afirmó.

El castaño lo miró con ceño fruncido y asintió—. Bien. Pero luego me dirás. Tu lindo culo no huirá de mí el resto de la guardia.

TaeHyung no pudo evitar sonreir ante eso y su humor negro se apaciguó—. Creo que tienes una obsesión con mi culo, hombre.

SeokJin sonrió—. Y te acabas de dar cuenta. Que divertido —dijo con sorna.

Sin embargo a TaeHyung no le causó tanta gracia, SeokJin no lo dijo con una intención de ponerlo tenso o sacarlo en cara, él hizo un chiste, pero a TaeHyung le dolió pensar en el tiempo desperdiciado, una vez más. Maldita sea.

Hora más tarde estaban en la estación de nuevo. La emergencia fue leve, gracias al cielo, luego de eso, SeokJin estaba sobre la comida con uno de los bomberos y TaeHyung ayudando alrededor. La cena fue tranquila y divertida como de costumbre. Jang no volvió a acercarse a él, pero lo miró constantemente mientras TaeHyung interactuaba con un SeokJin más liviano y suelto de boca.

Suelto solo para ellos, pero la mirada de Jang sobre ellos le hizo preguntarse si el resto de los chicos notaba el cambio.

No es que le incomodara y cada uno tenía su historial e indecencia en la historia del equipo, pero esto era demasiado personal para él, no quería a nadie mirando o juzgando esto que estaba comenzando a suceder entre él y SeokJin.

Para las once de las noche, el equipo comenzaba su partida de póker, TaeHyung no era aficionado en absoluto por lo que tomaba su libro favorito y se iba a las camas con luces tenues para poder leer y aprovechar la calma. Usualmente siempre era de los primeros en acostarse, porque le gustaba guardar su energía para la verdadera acción. Sin embargo, esa vez fue diferente, porque cuando estaba en la mejor parte de su libro, una figura se materializó frente a él y condenenlo si no conocía ese aroma que le acompañaba y la silueta frente a él a la perfección.

— ¿Perdiste? —preguntó dejando su libro descansar en su pecho.

SeokJin suspiró y asintió, luego se estiro, su remera, apenas dejo ver la piel de su bajo vientre y TaeHyung tuvo que apagar el fuego dentro de él.

— Tu cama te está esperando —dijo relajado, sabía de antemano que SeokJin era el segundo en relajarse en una cama.

Los bomberos tenían la adrenalina demasiado disparada en turnos nocturnos y la mayoría carecía de niños, por lo que era raro que estuvieran en las camas antes de las tres.

— ¿Comenzó a llover, cierto? —preguntó TaeHyung para no dejar que el silencio se volviera ensordecedor.

SeokJin asintió—. Espero la gente ande con cuidado, pero sabemos que en una madrugada así, hay que estar atentos —respondió comenzando a estirarse encima de TaeHyung.

El azabache se tenso al verlo gatear encima de él—. ¿Qué estás haciendo? —dijo más divertido que preocupado.

Aunque estaba jodidamente tenso desde el segundo en que Jin se paró en la punta de su cama.

— ¿Tú qué creés? —dijo la voz grave de su amigo. Al instante lo tenía encima, acomodándose entre sus piernas.

Cuerpo caliente ajeno, apretándose al suyo. Aplastado debajo del peso de Jin (dónde perteneció siempre) su amigo sonriente y descarado quitó el libro de su pecho y dejándolo a un lado de la cama, se acomodó como si nada. Quiso decirle que bajara de las nubes y saliera de encima, pero contrario a eso, rodeo el cuello de Jin con sus brazos.

Esto era demasiado perfecto, dios.

Sus dedos se deslizaron por la nuca de SeokJin enredándose en ese cabello lacio y el castaño gimió complacido. TaeHyung mordió su labio porque sintió la presión en su polla, presión que era tanto por la imagen de SeokJin como por su peso sobre su cuerpo. De hecho ambas pollas estaban sobre la mesa en este juego peligroso en el que cualquiera podría entrar y verlos así.

— Deberías ir a tu cama —susurró rascando el cuero cabelludo de SeokJin con lentitud.

— No si me rascas así la cabeza. Aparte estás abrazándome —dijo con ojos cerrados el culo engreído.

TaeHyung resopló—. No me dejaste más opción que abrirte mis piernas cuando te tiraste sobre mí.

Su cuello se calentó ante lo dicho y SeokJin abrió los ojos ante eso. Oscuros, sombríos y sexys como todo lo jodido y prohibido allí afuera.

— Me gusta eso —dijo SeokJin—. Me siento bien recibido y no te ves... —dijo, mirando hacia a la puerta por encima de sus cabezas y luego inclinándose para hablar al oído de TaeHyung con voz ronca, pero suave—, no te ves, ni te sientes ofendido al respecto. Estás tan duro y deseoso como yo.

TaeHyung pegó su cabeza a la de SeokJin, mordió su labio y su pierna cruzó por encima de la cadera de su amigo y lo apretó aún más. Su mano en su cabeza masajeo el cuero cabelludo con más precisión y su otra mano, sobre la espalda ajena, se clavó allí con sus dedos y uñas romas. SeokJin sonrió complacido, seguido a eso, jugó con el lóbulo de la oreja de TaeHyung y el azabache se perdió una vez más.

Cerró sus ojos, olvidándose que estaban en la estación y se dejó inundar por las sensaciones que la boca de SeokJin provocaba en su cuerpo cuando jugaba con su lóbulo. Tirando con dientes y chupando con sus labios hasta pasar a su mejilla, su mentón y moviendo su pelvis para crear fricción sobre sus pollas con una lentitud que era tan placentera como tortuosa.

TaeHyung gimió tan bajo, tan sucio que SeokJin se apresuró a tomar su mentón y guiar sus bocas a un encuentro brutalmente intenso. Ambos separaron sus labios sin restricción, abriendo sus bocas en gran manera para comer la ajena con las ganas que venian aguantando desde que entraron y de ese tiempo separados. De tantos años sin corresponder.

TaeHyung gimió y SeokJin se tragó ese gemido e intensificó tanto su forma de besarlo como la forma en que su cuerpo se fundió al suyo sintiéndose más poderoso y desaforado cuando TaeHyung lo apretó y clavo uñas en su espalda y su pierna apretó su cadera para más fricción.

Jin dió un embiste y ambos gimieron y se besaron sin importar si estaban haciendo ruido. Su lengua bailaba con la de TaeHyung de forma perfecta. Besar nunca se sintió tan mágico y caliente y que lo perdonarán por pensar así. Se disculpaba mentalmente en el fondo de su cabeza con el recuerdo de su difunta esposa, pero esta boca y este hombre eran...

"Mmm... Dios" SeokJin apenas se alejó un poco para verbalizar la perfección de ese beso. De ese momento. Lo primero que hizo para atacar a TaeHyung de nuevo, fue acariciar los labios ajenos con su lengua, aquello dejó la lengua de TaeHyung a medio camino. Por supuesto que SeokJin sonrió ladino y lo hizo de nuevo, empujando su lengua entre los labios de TaeHyung sin introducirla en su boca. Burlándose. Haciéndolo desear.

— Bastardo —ronroneó TaeHyung la segunda vez, para la tercera imitó el movimiento de Jin y se sintió electrizante la caricia que sus lenguas se dieron por fuera de sus bocas, mientras SeokJin embistió de nuevo para más fricción.

Era crudo, caliente y hermoso como sus lenguas volvieron a encontrarse otro poco de esta forma sucia, hasta que TaeHyung chupó la lengua de SeokJin y volvieron al ruedo, mordiéndose y besándose como si estuvieran en cualquier otro lugar, pero cuando la mano de TaeHyung intentó bajar y meterse entre sus cuerpos para tocar la dura carne dentro de los pantalones de Jin, la alarma sonó, enfriandolos repentinamente.

SeokJin casi cayó al suelo por el empujón de TaeHyung, Pero ambos estaban separados al instante en que Jang apareció.

— Accidente en autopista, la lluvia es un asco. Prepárense para lo peor —indicó, SeokJin asintió y salió corriendo acomodando su remera dentro de su pantalón. TaeHyung lo había dejado así, este por su lado se había puesto rápidamente sus zapatos y salía acomodando su cabello, sin embargo la mirada acusadora en el rostro del bombero no pasó desapercibida.

Minutos más tarde estaban concentrados y conduciendo a través de la lluvia torrencial que apenas estaba cesando cuando llegaron al lugar del accidente. Y pese a que se prepararon mentalmente para lo peor, tanto SeokJin como TaeHyung sintieron su bilis subir y bajar.

Un auto había derrapado saliendo del carril y pasando las cercas de seguridad para quedar colgando de una peligrosa pendiente de fango, pasto y muchos árboles desprolijos en la orilla.

El jefe Choi a cargo, se enfrentó a la ambulancia que ya estaba ahí.

— ¡Chicos! —saludó rápidamente—. Informe.

Uno de los paramédicos lo puso al día— Mujer de unos treinta y cinco años con un niño de cuatro. Derraparon por ir a alta velocidad, estábamos cerca así que los llamamos antes de nuestro equipo porque su estación estaba más cercana, pero no podemos bajar.

—La mujer tiene algo incrustado en su muslo, no puede moverse y el niño se golpeó la cabeza, está sangrando e histérico. Necesitamos estabilizarlos antes de moverlos —dijo el otro compañero.

En ese instante el capitán de bomberos estaba al lado—. El más ligero de nosotros con el más ligero de ustedes. Un mal movimiento y los perdemos, el auto está entre las ramas de los árboles y el fango, pero no va a resistir —ordenó sin perdida de tiempo.

— No lo hará, cayeron y volvieron a caer en el proceso en que se movieron asustados —dijo el segundo paramédico mirando a TaeHyung y a SeokJin—. Casi pierdo mi mierda ante ese momento.

Al instante el jefe Choi giró y miró a su equipo—. Kim, vas tú —dijo señalando a SeokJin.

TaeHyung sintió la bilis amenazando con subir otra vez, la lluvia no cesaba y su corazón galopaba al ritmo en que el agua los mojaba.

—Jefe, soy más rápido que Jin —dijo de inmediato.

— Pero no eres más ligero, y muchos menos cuidadoso. No entra en discusión —dijo el jefe.

TaeHyung apretó sus dientes y miró al otro par de paramédicos, fácil tenían más de 90 kilos cada uno y estaban más grandes en edad que ellos, cuando giró SeokJin ya estaba comenzando a vestirse con el traje de rescatista.

— Iré yo, puedo hacerme ligero —pidió preocupado y ansioso.

SeokJin lo miró inmutable—. No entra en discusión, Voo. Soy el más esbelto de todos aquí, yo iré. Cubriré al niño y estabilizaré a la mujer.

TaeHyung quiso detenerlo desesperado—. Jin, si algo sale mal y-...

— Estaré anclado —respondió Jin con el traje de rescatista ya casi puesto.

— Sólo hasta anclar al niño y subirlo, luego estarás un tiempo por tu cuenta. No. Es peligroso —repitió TaeHyung, su cabello húmedo y su rostro mojado comenzaban a poner sus nervios de punta—. Tienes hijos, carajo. Yo voy.

— ¡Basta! —dijo Jin—. Enfócate, carajo. No es el primer trabajo peligroso, y tu buen culo pesa más que el mío. No irás, no se discute más. Estate listo para cuando envíe al niño —sin más tomaba la nuca de TaeHyung y besaba su mejilla, casi rozando la comisura de sus labios.

La preocupación de TaeHyung se reflejaba en su rostro—. Vamos. Un trabajo más —dijo Jin—. Quita ese puchero —fue la última frase antes de ir con el resto de los bomberos para que estos comenzarán a atarlo correctamente y prepararlo para bajar. Los primeros segundos iban a depender pura y exclusivamente de SeokJin con las víctimas en peligro.

El resto era trabajo en equipo, y TaeHyung sabía que eran buenos. Habían pasado por muchos momentos tensos, pero justo ahora se sentía con un hilo a punto de romperse. El clima era su peor enemigo, junto con el tiempo, y no confiaba en que SeokJin quedara con la mujer en el auto sin soga alguna, excepto la que sostendría el vehículo con sumo cuidado. Un solo margen de error y lo peor podría ocurrir. Carajo, era peligroso.

Por favor, Dios, haz que vuelva a mí’, fue su último pensamiento.


Momentos tensos🥹

Gracias por su amorcito, espero leerlxs❤️🫂

Con amor niñita Nanykoo 💜

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