Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 041

Advertencia: mención de temas sensibles. Se recomienda discreción, prudencia y cuidado a la hora de leer y comentar.

***

—Entonces... ¿No me dirás quién era ese... chico? —Taehyung preguntó, después de un rato andando.

A un lado, Jungkook caminaba con la mano entrelazada a la de su novio, luciendo más tranquilo que minutos atrás. Taehyung estaba honestamente preocupado, ya que en esos momentos, parecía como si Jungkook hubiera visto un fantasma.

Su expresión petrificada y blanca le dejó más que claro a Taehyung que, quien fuera ese tipo, lograba generarle algún tipo de reacción negativa a su novio.

Jungkook mordió su labio inferior con sutileza, y apretó la mano que sujetaba por instinto.

—No tienes que decírmelo. —Taehyung tomó la palabra nuevamente, porque si le hacía sentir mal a Jungkook de alguna manera, entonces prefería no presionarlo.

Jungkook le miró con ojos grandes.

—No es que no quiera hacerlo, amor. Sólo... —tragó saliva antes de continuar, deteniendo el paso en medio de la acera para observar a su novio de frente—. Es un ex estudiante del instituto al que iba antes.

Taehyung asintió al recibir dicha información, notando que Jungkook estaba algo indeciso entre hablar o no.

Hasta que suspiró, dejando ir la pesadez y la tensión en su cuerpo ligeramente.

—No es el mejor lugar para que te cuente lo que pasó, bebé. ¿Quieres ir a mi casa?

—No es necesario que lo hagas si no te sientes cómodo, Kook. Lo digo en serio.

—Lo sé —susurró, acariciando su mejilla suavemente, con aquel brillo especial en sus orbes apareciendo sólo por y para Taehyung—. Pero quiero hacerlo. Siento que... es algo que tienes que saber porque me marcó de algún modo. Tal vez así puedas entender mejor alguna cosas. Aparte, así sabes por qué me he puesto así al verlo.

Taehyung entonces asintió sin decir nada, sonriéndole levemente, a pesar de estar preocupado porque parecía ser algo que realmente impactó en su vida antes. Jungkook se acercó para otorgarle un pequeño beso en la punta de su nariz, para posteriormente sostener su mano con más fuerza y caminar hacia su moto, que los llevaría hasta su hogar.

***

—¿No hay nadie? —Taehyung preguntó tan pronto como entraron.

—No. Hoy mis padres llegarán para cenar.

Taehyung asintió, escuchando la puerta principal ser cerrada tras su espaldas, sintiendo segundos después, la presencia de su novio allí, rodeando con sus fuertes brazos su cuerpo desde atrás.

—¿Quieres algo para tomar o para comer, dulzura? —Jungkook cuestionó dulzón, apoyando su mentón en el hombro de Taehyung.

Taehyung negó, descansando su espalda en el pecho de su novio.

—No. Gracias, Kook. —murmuró, cerrando los ojos. Se sentía muy ansioso por saber lo que ocurrió como para que Jungkook se tensara por la presencia del —para él— desconocido. Estaba preocupado y temeroso por lo que Jungkook le contaría, no podía evitarlo cuando no tenía ni un poco de conocimiento al respecto, pero otra vez, no le presionaría ni un poco.

Soltó un suspiro, concentrándose en disfrutar el tacto de su novio.

Jungkook besó su cuello suavemente.

—Lo siento por hacer que te preocuparas, mi amor —susurró sobre su piel, como si pudiera adivinar lo que pasaba por su cabeza—. Me puse así porque me sorprendió mucho verlo después de varios años. No hay nada que ahora me perturbe, ¿está bien? No hay nada de mi pasado que me afecte ahora. Tenlo por seguro.

Taehyung dejó escapar otro suspiro, asintiendo, derritiéndose a la par por los besos que Jungkook depositaba en su cuello.

—Está bien.

Jungkook dejó un último sonoro beso, abrazando fuertemente a su novio antes de alejarse y posarse frente a él. Sostuvo su mano gentilmente y lo guió hacia las grandes escaleras, con el objetivo de ir hasta su habitación.

Caminaron por algunos minutos, y Taehyung no se privó de volver a echarle un vistazo al elegante pasillo, con sus respectivos cuadros costosos, los muebles y las flores, los retratos en familia, los ventanales gigantescos y muchas otras habitaciones a lo largo del mismo. Sin contar que las escaleras seguían hacia el segundo y tercer piso.

Jungkook se detuvo en una puerta, y Taehyung no tardó en reconocerla como la habitación de su novio. Con estampas y pegatinas de notas musicales, y un gran "JK" pegado en medio de la superficie blanca.

Ambos entraron cuando Jungkook la abrió, cerrándola tras ellos. Taehyung soltó su mano y se adentró, dejando su celular encima del escritorio de Jungkook.

—Ponte cómodo, amor. Iré al baño y vuelvo. Acuéstate por mientras. —sugirió, acercándose para darle un corto beso en los labios. Taehyung le sonrió y asintió.

Cuando se vio solo, empezó a despojarse de sus zapatillas, dejándolas a un costado, al lado de la puerta. No llevó ningún abrigo porque no hacía frío, así que simplemente se echó en la cama de su novio, abrazando una almohada a la vez que cerraba sus ojos.

Un recuerdo repentino atacó su mente: el primer encuentro sexual sobre sábanas que tuvieron en la misma cama, y su rostro no tardó en enrojecerse, empujando su cara contra la almohada, avergonzado por el pensamiento.

Sintió el aroma de Jungkook invadir sus fosas nasales tras enterrarse en la almohada. Definitivamente era algo característico suyo, y Taehyung no sabía si se trataba de un perfume o si era naturalmente así, sólo sabía que le encantaba. Que amaba su olor. Era como un aroma a hogar. Taehyung se sentía bien y seguro con ello.

Así que inhaló profundamente, maravillándose con la fragancia a su novio que desprendía cada tela de la cama.

Se asustó ligeramente cuando unos brazos rodearon su cintura, y unos labios susurrando sobre su oreja hicieron que sus vellos se erizaran.

—¿Qué estás haciendo, amor? —preguntó Jungkook en un tono bajo, entre divertido y algo más que Taehyung no supo descifrar.

Taehyung volvió a sonrojarse.

—N-Nada —respondió, pero sonó de todo, menos convincente—. ¿No tardaste muy poco?

—Huh —Jungkook expresó, sonando ofendido—. ¿Quieres que me vaya, cariño?

Taehyung rió suavemente, sosteniendo con sus propias manos los brazos que lo rodeaban, procurando que no se escapara de su lado. Pronto, e importándole poco si seguía rojo de la vergüenza, volteó en la cama hasta quedar frente a su novio. Su corazón se detuvo por milisegundos al notar que tenía el cabello mojado y el torso desnudo.

—¿Te bañaste?

Jungkook rió, y negó con la cabeza.

—Sólo me mojé el pelo y... bueno, ya sabes que estoy más cómodo en la cama sin ropa.

—Oh. —emitió, y sonó más ahogado de lo que le gustaría admitir. Sus ojos se desviaron hacia sus pectorales, y viajó un poco más abajo, notando los abdominales que tanto le gustaba presumir a Jungkook. Humedeció sus labios, y definitivamente hubiese seguido con su recorrido si unos delicados dedos no se interponían en ello, sosteniendo suavemente su mentón para levantar su rostro al de su novio nuevamente.

Los brillantes ojos de Jungkook lo recibieron.

—Estás muy curioso hoy, amor. —murmuró, pasando aquella mano que sostenía su quijada hacia su cuello, donde la enganchó alrededor y posó su dedo pulgar en su manzana de Adán, acariciando delicadamente la zona y apretando un poco.

—Jungkook. —advirtió, porque su novio sabía lo jodidamente sensible que era su cuello, receptivo a cualquier mínimo toque.

—¿Mhm?

—Vinimos a... hablar sobre eso. Compórtate.

—¿Yo soy quien no se está comportando, bebé? Primero hueles mi almohada, y después recorres mi cuerpo con tus precioso ojos. ¿Piensas que eso a mí no me afecta en nada? Estoy duro ahora. —a pesar de que era un comentario para apreciar la reacción de su novio, para Jungkook no estaba lejos de ser una realidad si Taehyung seguía comportándose así.

—¡Jungkook! —y si es que era posible, un rubor más potente se expandió por todo su rostro, reincorporándose un poco con su codo como soporte. Necesitaba alejarse un poco del rostro de su novio—. En serio, compórtate.

Jungkook sonrió, y no le permitió alejarse mucho más, tirando de su cintura para arrastrarlo aún más cerca suyo. Escondió su rostro en el cuello de su novio, dejando suaves besos en la tibia dermis.

Taehyung chilló cuando sintió una mordida juguetona.

Decidió ponerle un límite por su cuenta, y sostuvo la cabeza de su chico con sus manos, separándole a la fuerza de su cuello, tan solo unos pocos centímetros lejos.

Jungkook le miró con un pronunciado puchero al no poder salirse con la suya cómodamente.

—No hagas esa carita. —pidió Taehyung, acariciando sus pómulos.

—Amor... —puchereó Jungkook, apretando más su cuerpo—. Estamos solos hasta la noche... ¿No quieres aprovechar?

—No es eso, es que... —se quedó en silencio tras procesar las palabras de su novio, mirándole con la boca entreabierta—. Oh Dios —dijo al caer en cuenta—. Todo era una trampa para que... para q-que...

—¿Para que te haga el amor? —completó Jungkook, mirándole con una pequeña sonrisa. El maldito lo estaba disfrutando—. Bueno, definitivamente no lo era. Pero puede serlo ahora.

—Jeon Jungkook, detente ahora mismo. —ordenó Taehyung, con el tinte rojo sobre sus mofletes tan persistente y caliente. Jungkook no pudo evitar reír con boyante adoración. Era probablemente el ser más hermoso y adorable que sus ojos pudieron apreciar alguna vez.

Jungkook negó con la cabeza, y lo atrajo nuevamente hacia sus brazos, rodeando su cintura con más ímpetu mientras le otorgaba a su rostro pequeños besos por todas partes. Taehyung se dejó hacer finalmente, rodeando su cuello.

—Está bien, amorcito —Jungkook aceptó y besó su sien—. Me comportaré... —besó su frente—. Pero sólo por ahora. —advirtió, besando su mentón.

Taehyung sonrió, acariciando sus hebras negras, dejando escapar un pequeño zumbido de satisfacción cuando sus bocas se encontraron, y Jungkook inició un lento vaivén.

***

Poco tiempo después, Jungkook al parecer comprendió que ese día no pasaría lo que estaba insinuando, así que, de igual modo contento y cariñoso, se dedicaron a acariciarse mutuamente, mimándose entre pequeñas charlas, risas y de vez en cuando, cómodos silencios, simplemente contemplando al otro.

Como en este momento, donde Taehyung estaba con sus dos manos sobre el rostro de su novio, acariciando distintas partes de este, hablando sumamente bajo.

—Tu nariz es muy bonita —susurró, acariciando el puente suavemente, dándole un pequeño toque a la punta—. Tus mejillas... —paseó sus dedos por los dos mofletes con parsimonia, pasando la yema sobre estos. Jungkook no pudo evitar cerrar los ojos ante la gran calma que sentía. Completamente ameno, tan a gusto como jamás estuvo con nadie—. Tus párpados que esconden tus bellos ojos. —mantuvo aquel tono bajo, sereno y dulce, acariciando dicha parte muy delicadamente.

Jungkook sentía que podría empezar a llorar en cualquier momento. Apreciaba cada detalle que su novio hacía, tanto material como verbal, o físico, como sus toques. Pero esto era otro nivel completamente. Toda la casa estaba en silencio absoluto, escuchando solamente la voz baja de Taehyung marcándole las partes de su rostro, expresando los bonitas que eran para él, mimándolos tan lentamente. Definitivamente empezaría a llorar y a dormirse de lo tan cómodo que se sentía.

—Tus labios... —siguió Taehyung, acercándose para darle un pequeño beso, volviendo a su posición para observarlo—. Y todo tú. Eres precioso. —dijo por último, acunando su rostro. Jungkook abrió ligeramente los ojos, encontrándose con los brillantes de Taehyung.

Y se sentía tan jodidamente afortunado.

—¿Kook? ¿Qué pasa? —Taehyung se alarmó tan pronto como los orbes de su novio se cristalizaron.

Él sorbió por la nariz, acercándose al cuello de Taehyung para esconderse allí. Afianzó el brazo que rodeaba su cintura, y simplemente lloró en silencio, dejando salir todas aquellas puras emociones que Taehyung le provocaba. Todas aquellas horas que habían pasado juntos, reafirmaba cada vez más lo tan enamorado que estaba de él. Lo tan feliz que lo hacía sentir.

—Eres todo lo que quiero, ¿sabes, amor? —Jungkook dijo con la voz ahogada por el llanto—. Y agradezco tanto tenerte en mi vida. Haces que todo sea más bonito.

Taehyung sonrió, pasando su brazo por encima de la cintura de Jungkook, igualando condiciones. Apoyó su rostro sobre el de su novio, ya que el que estuviese oculto en su cuello ayudaba para ello.

—Te amo, Jungkook —susurró, sintiendo cómo el llanto de su novio se desataba con más fuerza tras sus palabras—. No llores, bebé Kook. Sh, sh... —y de algún modo, comenzó a mecerlos a ambos suavemente, cerrando los ojos.

Jungkook inhaló profundamente, arrimándose un poco más a la curvatura, dejando dos besos antes de descansar allí, intentando calmarse con su corazón acelerado y sus sentimientos a flor de piel.

—Sabes, a pesar de que pasemos el resto de nuestras vidas juntos —empezó Jungkook, sin hacer el amague de reincorporarse. Estaba demasiado cómodo en el cuello de su novio, se sentía cálido. Taehyung sin embargo sí abrió los ojos, escuchando a Jungkook— eres probablemente las pocas cosas, por así decirlo, que me hicieron feliz en mi adolescencia. Mis amigos también, pero tú, amor... me devolviste algo que creí que estaba perdido.

Taehyung no entendió muy bien sus palabras, pero supo que Jungkook extendería el tema cuando se acomodó mejor, acostándose correctamente en su sitio, de modo en el que ambos terminaron cara a cara nuevamente. No obstante, en ningún momento sus manos abandonaron el cuerpo del otro.

—Soy joven aun, pero ¿sabes de esa tristeza que sientes cuando te pasa algo siendo tan pequeño, que crees que jamás podrás superar algo como eso? —preguntó retóricamente, sin esperar a que Taehyung le respondiera. Taehyung sabía que solo debía escucharlo, y estaba atento a todo lo que le contara—. Algo que podría parecer una estupidez, pero cuando te pasa siendo un niño, simplemente es algo que puede marcarte de por vida.

Taehyung asintió, usando la mano que tenía en la cintura contraria para llevarla a su rostro, donde secó las lágrimas en sus pómulos.

—Eso me ocurrió a mí —confesó Jungkook, humedeciendo sus labios—. Creí que no valía la pena esperar por alguien que me quisiera de verdad, porque aquello me marcó tanto siendo tan pequeño que no quería arriesgarme a sentirme tan vulnerable de nuevo. Porque te expones a eso cuando gustas de alguien, o cuando te enamoras; a ser más vulnerable de alguna forma.

Taehyung volvió a asentir, haciéndole saber que estaba prestándole todo su cuidado, interesado en sus palabras, y que estaba de acuerdo con él. Jungkook, quien tenía su mano firme alrededor de su cintura, subió ligeramente la camiseta que llevaba puesta, comenzando a acariciar su piel por debajo de la prenda.

—Pero todo cambió cuando llegaste tú —murmuró, reflejando a través de sus ojos todo aquel amor que sentía por él—. Realmente no sé qué me pasó. Habrás pensando que me gustaba una persona nueva cada semana si me encaprichaba con alguien tan rápido como parecía que lo había hecho contigo, pero puedes ver que no era un simple capricho. A día de hoy sigo preguntándome qué fue lo que me empujó de forma tan abismal a ti. Tu belleza me atrajo, por supuesto, pero... —mordió su labio inferior al recordar cómo se sintió las primeras veces que lo vio en el instituto— Joder, de verdad te sentía como un imán, y lo sigo sintiendo así. Pero en ese momento, no podía dejar de pensar en ti. Era como si una fuerza magnética me llevara a tus manos sin dudarlo. Algo que no podía manejar ni aunque quisiera.

—Tal vez estábamos destinados, y fue la forma en la que el universo lo manifestó.

Jungkook le sonrió.

—¿Ahora sí crees en el universo, mi amor?

Taehyung sonrió inocentemente, asintiendo. No dijo nada más porque quería seguir escuchándolo. Jungkook lo interpretó a la perfección, por lo que sólo se acercó a besar castamente sus labios, y lo sostuvo desde su espalda para subirlo encima de su cuerpo. Taehyung se dejó hacer, acomodándose encima de su pecho. Jungkook lo rodeó con ambos brazos ahora, apoyando su mejilla en la cabellera preciosamente castaña.

De ese modo, ambos podían estar más cómodos y juntos. A Taehyung le gustaba que su novio sintiera que estaba ahí con él. Que iba escuchar cada una de sus palabras.

Soltando un último suspiro antes de hablar, Jungkook comenzó.

—Ese chico que apareció hoy en la plaza, era de mi... grupo de amigos, de mi anterior colegio.

Taehyung se mantuvo en silencio, acomodando su cabeza sobre su pecho más cómodamente, escuchando los latidos de su corazón calmados, en sintonía con los suyos.

—Hace algunos años, cuando tenía trece, entré a primer año de secundaria —dijo como inicio, metiendo su mano nuevamente bajo la prenda de su novio, queriendo sentir su piel bajo sus dedos para mimarlo—. Como muchos niños de mi salón, me sentí como un puto rey. Había pasado a secundaria, el colegio de los grandes... Ya sabes, sentía que por fin podrían dejar de verme como un niño, y pasaba a ser un adolescente, alguien ya "mayor". Ese año supe que todo era diferente a la primaria, y sobre todo, las personas —su voz bajó en las últimas palabras—. Había un grupo de amigos de último año que todos los días se reunían para jugar básquetbol en el patio del receso. Mis amigos y yo a veces observábamos el juego mientras comíamos, por supuesto que desde lejos, pero lo hacíamos. Era algo entretenido. Desde mi perspectiva en ese tiempo, se veían geniales, ¿sabes a lo que me refiero? De los estudiantes más grandes del instituto, ellos sí se veían como los jodidos reyes de ahí. Era estúpido, muy estúpido, pero así se sentía cuando apenas entré a la secundaria.

Taehyung asintió a sus palabras, y Jungkook quedó en silencio por unos largos segundos, como si estuviera rememorando aquellos tiempos en su memoria. Lo escuchó y sintió resoplar, por lo que supuso, estaba recordando todo. Jungkook volvió a hablar.

—Había una chica en el grupo —comentó, parando un momento antes de seguir—, era una de las más "respetadas" del colegio, por así decirlo. Le tenía mucha admiración, verla jugar junto a sus amigos, siendo tan genial, me había cautivado por completo y me gustaba, se veía cool —lanzó una pequeña risita, como si estuviera burlándose—. Obviamente, quería ser parte de ellos, su grupo se veía bueno, quería formar parte. Además, estaba ella ahí, fue una de las razones más grandes para querer unirme. Mi amigo en ese entonces me dijo que era una locura, no recuerdo con claridad las cosas de las que hablábamos en sí, pero recuerdo que él no estaba de acuerdo, le parecía tonto y sobre todo, sabía que no me iban a aceptar por ser un niñato. Debería haberlo escuchado... —murmuró

Taehyung comenzó a acariciar su cuello y parte de los cabellos de su nuca —solo un poco ya que se encontraban aplastados por la almohada bajo la cabeza de su novio—, creyendo que Jungkook querría largarse a llorar ante los recuerdos, pero lo único que vio al levantar la cabeza, fue una sonrisa incrédula en su rostro.

—Sin decirle a mi mejor amigo, me acerqué a ellos mientras practicaban esta vez en el gimnasio. No había un grupo oficial, pero se reunían ahí si la cancha del receso estaba ocupada. Era más pequeño y caluroso, pero aún podían usarlo de reemplazo. Fue un alivio para mí, porque significaba que podía acercarme sin que nadie me viera, ya que el gimnasio generalmente estaba vacío. Ese día no fue la excepción, solo estaban ellos, practicando, por lo que me acerqué y les hablé —murmuró, haciendo pequeños círculos sobre la suave piel que acariciaba—. Al principio me miraron como si les diera ternura, o fuera una cosa rara de jardín de niños. Me sentí algo mal en el primer momento, pero entonces... ella se posó frente a mí, y calló a sus amigos.

—Hey, silencio —pidió la muchacha, posándose justo frente a un Jungkook de trece años—. ¿Dices que quieres jugar con nosotros, eh? —preguntó la chica con una pequeña sonrisa en el rostro, sosteniendo la pelota bajo su brazo.

—Uh, sí. —asintió, tratando de verse lo menos avergonzado posible. Sabía que necesitaba verse confiado para poder acoplarse a la perfección con ellos, para verse como un chico grande.

La castaña de un bonito y largo cabello sonrió abiertamente.

—Pues bien, juguemos —sostuvo una de sus manos, jalando de Jungkook para llevarlo más al centro de la cancha—. No les hagas caso, son unos idiotas. —susurró a su lado, haciendo reír un poco a Jungkook, quien asintió.

—Ese día, me hice parte del grupo. Jugamos, y no me fue tan bien, pero ella me dijo que me ayudaría a practicar. A ser uno de los mejores de la institución. Con el paso del tiempo, empecé a alejarme de mis amigos, y a pasar los recreos y horas libres con mi nuevo grupo. Me sentía genial, era parte de los populares del colegio, como un Dios —rió burlón nuevamente ante el recuerdo—. Mi atracción y gusto hacia Kyora aumentaban cada vez un poco más. Nos hicimos muy cercanos, a veces hasta íbamos a su casa para jugar al básquet. Era genial en ese momento, hasta que... en uno de esos días, me propuso algo diferente.

—¿Algo diferente?

Jungkook asintió.

—Sí... Me invitó a su habitación, con la dicha de enseñarme los trofeos que ganó en básquet.

—Jeon, ya me aburrí. —resopló la mayor, parando el juego cuando sostuvo la pelota y la posó bajo su brazo.

Jungkook asintió, sentándose en una banca para tomar algo de agua. Ya había pasado casi una hora y media desde que empezaron a practicar y jugar.

Kyora se sentó a su lado, abrazándole desde los hombros y pasando una de sus piernas encima del muslo de Jungkook.

—Juegas bien, eh. Con un poco de práctica ya eres casi mejor que Sannie. No le digas que dije eso. —una risa escapó de los labios del joven Jungkook cuando la chica dijo la última oración de forma rápida. Asintió.

—Gracias, Kyo. Tengo una buena profe.

Kyora sonrió, mordiendo su labio inferior.

—¿Quieres ir a mi habitación? Puedo enseñarte mis trofeos. —sugirió, a lo que el pequeño le miró.

—Por supuesto. Seguro tienes muchos.

Kyora asintió con una sonrisita, y ambos se levantaron de la banca para empezar a caminar.

—Pero fue una estúpida excusa, tuve mi primera vez ese día.

—Espera, espera —detuvo Taehyung— ¿Cuántos años tenía esa chica?

Jungkook pensó un poco, pues no lo recordaba del todo.

—Dieciocho, según recuerdo.

Taehyung abrió la boca en asombro.

—¿Tú trece?

Jungkook asintió.

—No tenía idea de nada, era tan solo un adolescente primerizo en todos los aspectos y sentidos, casi un niño, pero sólo me dejé guiar por ella —desvió la mirada, suspirando después. Taehyung volvió a su trabajo, acariciando su cuello con los pulgares—. Desde... desde esa vez, iba con frecuencia a su casa y... bueno, ya sabes. Sus padres nunca estaban ahí, por lo que solo íbamos para eso. Desde ese momento, entre Kyora y yo sólo habían encuentros, todo se reducía a eso. Por supuesto, mi corazón ingenuo empezó a alimentarse de ella, de todo lo que hacía y... ha-hacíamos —le costaba un poco contar aquellas partes, ya que no quería incomodar a su Taehyung, pero este parecía concentrado en escucharle—. Me enamoré, o lo que a mis trece años podía considerar amor. La tenía como prioridad. Recuerdo a la perfección las veces que me pedía alejarme de mis amigos para pasar más tiempo con ella, o las veces en las que me sugirió dejar canto para ir a su casa por la tarde. Si no hacía lo que ella quería, me sentía la persona más insuficiente del mundo. Y si se enojaba conmigo, lloraba por horas para que me perdonara, así que siempre intentaba complacerla...

—Deja eso, Jungkook, por esas estúpidas clases no puedes venir conmigo tanto tiempo. —bufó, cruzándose de brazos.

—S-Sí, lo siento... —ella bufó nuevamente, volteando el rostro con el entrecejo fruncido. Jungkook tragó saliva—. Lo... lo dejaré para venir más seguido contigo. Le diré a mis papás.

—¿De verdad? —Kyora viró hacía el pequeño Jungkook, quien asintió frenéticamente, buscando satisfacer cada uno de sus pedidos, incluso si eso le hacía daño.

Ella sonrió entonces, lanzándose a besarle.

Taehyung tensó la mandíbula tras escuchar el relato, pero se mantuvo en silencio; no quería interrumpirlo.

—Unos cuantos meses después, habían organizado una fiesta para mi cumpleaños número catorce, pero unos días después, ya que el primero de septiembre la pasé con mis familiares. Por supuesto que no me negué, era una fiesta para mí y estarían mis amigos, y sobre todo, estaría Kyora, así que claramente acepté —hubo un pequeño silencio. Jungkook se veía algo sumergido en sus pensamientos, como si estuviera recordando cada cosa de esa vez—. E-Esa... Esa noche... —tragó saliva. Taehyung se alarmó automáticamente cuando la voz rota del azabache se hizo presente, elevando sus manos hasta posarlas en las mejillas de Jungkook para que le mirase.

—No tienes que seguir si no quieres. —susurró Taehyung, besando cortamente sus labios al acercase.

Jungkook besó su frente y nariz, sus mejillas y párpados, demasiado suave y dulce, como un tacto casi impalpable. Agradeciendo que le tuviera paciencia y no le exigiera.

Estuvieron un momento así, con Taehyung mimando sumamente a su pequeño y Jungkook agradeciéndole de igual forma, y cuando se sintió mejor, prosiguió, recostando su cabecita en la almohada, mirando el techo con el labio inferior entre sus dientes.

—Esa noche... ella me drogó —comentó, con la voz algo apagada. El entrecejo de Taehyung se frunció automáticamente. Maldita sea, aquella mujer de tan solo escuchar lo que hacía le daba asco—. La policía llegó tras una queja de los vecinos por la música tan alta. Estábamos teniendo... relaciones cuando uno de los chicos llegó a avisarnos con pánico, y nos arreglamos antes de salir. Tenía tanto miedo... —recordó con tristeza los sentimientos que en aquel momento aparecieron en su interior. Por supuesto, era tan solo un niño—. Nos llevaron a la comisaría porque claramente encontraron sustancias en la casa. Kyora no tenía ni una pizca encima, solo alcohol, y era mayor de edad, así que la dejaron ir. Por mi parte, llamaron a mis padres, así que se enteraron de todo lo que pasó. Desde ese día, me prohibieron volver a juntarme con Kyora y los demás. Mi ingenuo corazón y tonta cabeza adolescente se negó a seguir las órdenes de mis papás, por lo que quise acercarme de todas formas cuando volvimos al instituto —una sonrisa amarga de asomó en sus labios, y otra corta risa incrédula se escuchó—. El rumor corrió por todo el instituto, y un puto video mío con Kyora esa misma noche se viralizó en el colegio...

—¿Un video de ustedes teniendo...? —no siguió la pregunta, sabiendo que Jungkook entendía a lo que se refería.

Jungkook asintió, mirándole.

—Cuando llegué ese día al instituto, la vi riéndose con los demás, como si fuera gracioso y humillante verme allí. Como si estuviera burlándose del vídeo, y de todo lo que pasó.

Taehyung abrió ligeramente los ojos, y sus cejas se levantaron.

—Luego me enteré que solo me había usado, que para ella tan solo era un chiquillo ingenuo y enamoradizo, alguien perfecto para manipular y amoldar a su manera, con quien tener sexo cuando quiera y algo de diversión por meterse con alguien menor. Ese fue su plan desde siempre, y por eso me aceptaron en su grupo, solo para jugar conmigo entre todos ellos, y sobre todo Kyora.

—Pero —Taehyung no pudo evitar querer acotar algo, completamente molesto con lo que escuchaba— ¿No fue denunciada por el video que se difundió? ¿No tuvo problemas penales por tener relaciones con un menor de edad, siendo ella mayor? ¿Por... drogarte?

Jungkook negó.

—Mis padres nunca se enteraron de eso. Creyeron que me había drogado para ser parte del grupo, así que sólo me prohibieron juntarme con ellos y nada más, nunca les conté el resto porque me avergonzaba demasiado. Sobre lo otro, era muy pequeño para querer desatar una denuncia en su contra, y ninguno de sus amigos la delataría. Así que, nunca se hizo nada realmente. Tampoco se sabía que fue ella quien difundió el video, a pesar de que era obvio. Pasando los años, quedó en el olvido y simplemente busqué superarlo. Me cambié de instituto porque no podía soportar que todos me conocieran por el video de mierda, ni el bullying que recibía por parte de Kyora y sus amigos, así que les inventé a mis padres la excusa de que no quería seguir relacionádome con esas personas que me llevaban por caminos incorrectos.

—Eso explica por qué nunca había escuchado de esa tal Kyora... —susurró—. Así que ese chico que te saludó en la plaza, ¿era amigo de Kyora? ¿Él fue parte de todo eso?

Jungkook asintió lentamente, perdiéndose en sus pensamientos nuevamente. Hacia tiempo que no recordaba todo lo que le había ocurrido siendo tan pequeño, que le parecía doloroso ahora que un Jungkook tan joven tuviera que pasar por ello. Era tan lejano, como si le hubiese pasado a otra persona. Si no recordara lo que sintió cuando todo su pequeño mundo se derrumbó, pensaría que se había tratado de un mal sueño. Pero definitivamente, la angustia que sintió para ese entonces, era muy real.

—Nunca olvidaré las sonrisas en sus rostros al verme al borde del llanto —susurró, queriendo terminar de una vez por todas—. Jamás olvidaré cómo se burlaron de mí por ser tan idiota y caer de esa manera. Les pareció tan chistoso, y nunca se enteraron que todo ese daño que le hicieron a un niño de trece repercutiría en mí de alguna manera. Me costó muchísimo olvidar todo aquello, superarlo.

Taehyung se dedicó a observarlo con el mentón apoyado en su pecho.

—Me volví rebelde y empecé a acostarme innumerables veces con gente cualquiera, o al menos, así empezó con mucha frecuencia a mis quince, o dieciséis. Se me hizo un estilo de vida, y por eso es que... me tachaban tanto de playboy, fuckboy o como quieras llamar a esa mierda. Me aseguré de jamás volver a sufrir de aquella manera, de ser usado y manipulado. Pero lo hice a costa de otras personas, usándolos a ellos para desquitarme. Ahora, estando aquí, me doy cuenta de lo estúpido que fue, y lo estúpido que fui hasta hace meses atrás. Ya sabes lo demás, llegaste tú y diste vuelta por completo mi mundo. Lo demás es historia, y ahora sólo puedo pensar en lo mucho que quiero mimarte —bajó la mirada nuevamente tras ello, observando a Taehyung—, amarte y cuidarte. Lo mucho que te amo y deseo estar así contigo siempre. —terminó por decir. Sus ojos sin embargo estaban algo cristalizados.

No le afectaba de esa forma, lo había superado, pero el recuerdo siempre será funesto en su memoria. La tristeza de haber sido usado a tan temprana edad de aquella forma, a cualquiera podría quebrarle. O al menos a él, lo hacía. A todos les afectaba de distinto modo.

Taehyung le miró con aquellos lindos orbes, y suspiró, la tristeza embargando en su ser al terminar de escuchar cada cosa, y ver cómo se encontraba Jungkook ahora por las menciones.

—Mi bebé... —susurró, atrayendo de nueva cuenta a Jungkook en un abrazo. El menor se dejó hacer, fundiéndose en sus cálidos brazos tan pronto como Taehyung subió levemente hasta rodearle. Ambos se sumergieron en una pequeña burbuja.

Taehyung besó sus mejillas, y Jungkook se conmovió enormemente cuando su novio dio indicios de querer largarse a llorar, con los labios abultados y los ojos cristalizados luego de alejarse para mirarle. Intentaba retenerlo con todas sus fuerzas.

—Hey, amor, no, no llores —negó con la cabeza, apretujandole más entre sus brazos, besando sus pómulos—. Ya pasó, verdaderamente no pensaba en ello desde hace mucho tiempo, pero te quería contar sobre esto. Sobre todo cuando notaste cómo me puse por ver al chico de la plaza, que era un amigo de ella. —terminó de decir. Taehyung asintió, apretando sus propios labios para no llorar. No era lástima, más bien, sentía impotencia por lo que tuvo que pasar Jungkook. Su lindo novio, que no merecía nada ello, y menos a sus tan cortos añitos.

Ambos quedaron en completo silencio, abrazándose, hasta que Taehyung habló.

—Odio a esos chicos —dijo repentinamente, aquellas ganas de llorar convirtiéndose en molestia—. Pero odio aun más a esa tipa.

Jungkook rió.

—Ya pasó hace mucho, quién sabe lo que es de ella ahora.

—La detesto —frunció los labios y con ello el ceño, mostrando su inconformidad—. Ya estaba bastante grandecita como para hacerte eso, y sobre todo porque sabía que estaba mal.

—Shh... Mejor hablemos sobre lo mucho que te amo.

—Espero que se le haya fundido la vagina.

Jungkook se ahogó tras escucharlo.

—¡Taehyung!

—De verdad, así no disfrutaba de su sexualidad y a lo mejor, si tenemos suerte, no podía orinar bien.

Jungkook soltó una carcajada, los costados de sus ojitos arrugándose.

El rastro de enojo en Taehyung despareció un poco y quiso reír también, pero trató de contenerse. No era su culpa haber dicho eso, estaba muy molesto.

Jungkook merecía sentirse verdaderamente amado. Si bien, sus edades eran tempranas, Taehyung estaba convencido de brindarle todo el amor que le arrebató aquella amarga experiencia.

Cuidaría enormemente de su novio, y de su sensible y dulce corazón, el cual, hasta hace poco, estaba escondido en una faceta de defensa contra lo que ocurrió años atrás.

Luego de aquella pequeña charla, siguieron mimándose por largos y largos minutos, amando la sensación que sentían al estar tan juntos y darse tanto amor.

—Gracias por escucharme. —ronroneó Jungkook, viajando a su cuello para esconderse allí como tanto le gustaba.

Taehyung acarició los cabellos de su nuca, besando su sien.

—Gracias a ti por contarme. Me alegra que ahora estés muchísimo mejor y no te afecte de esa forma, Kook. Nadie merece pasar por algo como eso. Esos chicos eran unos idiotas. Espero que el karma haya hecho acto de presencia en sus vidas de alguna manera —suspiró—. Que horribles personas. Y tú siendo tan pequeño...

—Uhm... Espero que al menos hayan recapacitado. Pero no me importa realmente, ya no me importa nada de eso —negó, la honestidad desbordando en su voz—. Ahora me interesa mi presente, que eres tú, mi precioso Hyung bebé.

Jungkook se inclinó hacia atrás con el fin de mirarle, y se sonrieron mutuamente cuando lo consiguió, sus iris brillando bajo la obscuridad, y la luz de la luna reflejada tras la ventana.

Ambos, juntos, intentarían cuidarse de la mejor manera mutuamente.

¡hola!

ojalá les haya gustado, quería
más o menos narrar por lo que pasó
jungkook en su pasado, estaba pequeñito:(
de ahí sus múltiples inseguridades

ya nos acercamos al final. <3

-fcksign.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro