Capítulo 040
Un par de días después, el miércoles de la misma semana, Taehyung estaba en plena primera clase del día cuando su celular vibró. Era extraño, normalmente no recibía mensajes por la mañana porque ¿quién querría hablar tan temprano? Así que simplemente lo ignoró, hasta que empezó a vibrar más de la cuenta bajo su banco.
Taehyung tuvo que agarrarlo para que dejara de hacer ese sonido molesto por estar pegado a una superficie, y lo colocó encima de su muslo, sin despegar la vista de su profesor de literatura.
Así que, contra todo pronóstico, prendió su móvil con la huella digital y bajó la cabeza sutilmente, deslizando su dedo en la pantalla hacia la barra de notificaciones.
Era Jungkook.
Taehyung entró al chat rápidamente, leyendo con una velocidad exorbitante los mensajes que le habían llegado.
Jungkook: buenos días mi principe
Jungkook: te vi entrar pero te fuiste tan rapido que no me diste tiempo a saludarte :(
Taehyung sonrió ligeramente ante la carita utilizada.
Jungkook: tal vez pienses que soy un pesado por hablarte tan temprano por celular (si) pero quería saber ya mismo si quieres salir conmigo hoy en la tarde :D
Jungkook: ya sabes, comernos un poco, hablar, besarnos, pasear tranquilos, comernos, seguir hablando, volver a besarnos, etc
Jungkook: no podia esperar dos horas hasta el recreo jeje
Jungkook: pero puedo esperar por tu respuesta todo lo que quieras mi amor, eso si ;)
Taehyung sonrió inconscientemente esta vez, poniendo el celular en silencio antes de empezar a teclear rápidamente.
Taehyung: buenos días, cariño :)
Taehyung: sí quiero, pero ahora lo hablamos mejor en el receso, sí?
Taehyung: presta atención a tu clase
Jungkook ya se encontraba escribiendo.
Jungkook: señor, si señor
Jungkook: te amo
Jungkook: dime te amo también
Taehyung: me te amo también
Taehyung se sentía el ser más gracioso sobre la faz de la tierra, riendo internamente por su propia ocurrencia (ya usada muchas veces de cien maneras distintas, por supuesto).
Jungkook: jajaja... :|
Taehyung rió en voz alta por la carita que Jungkook había usado, y ese fue el final. Al darse cuenta, apagó su celular como si de un rayo se tratase, y lo colocó bajo su mesa, elevando la mirada hacia su profesor, quien oportunamente, se encontraba anotando quién-sabe-qué-cosa en su libreta, sentado frente a su propio escritorio.
Taehyung suspiró en alivio por lo bajo.
—Las malas influencias... —susurró Jimin, sin dejar de escribir sobre su carpeta.
Taehyung rió —esta vez más silencioso— y sostuvo su bolígrafo, arrastrando la carpeta de Jimin hacia su lugar para saber qué debían hacer.
***
—Oye, Jungkook, ¿quieres-
—Tengo prisa, lo siento —interrumpió, acomodando sus cosas en su escritorio rápidamente, agarrando su móvil antes de trotar hacia la salida del aula, hablando en voz alta para no ser tan descortés—. ¿Me mandas mensaje y lo hablamos por ahí, va? —no esperó respuesta, simplemente salió del espacio casi corriendo.
—Hey, Mina —Tzuyu la llamó al darse cuenta de la situación, acercándose a Mina, la compañera de trabajo que le habían asignado a Jungkook—. Mándale mensaje después y te hará caso. No te preocupes.
—¿Segura? No quiero hacer todo el trabajo sola.
—Para nada. Jungkook es bastante responsable, no te dejará con todas las actividades. Sólo háblale después y ya está.
—Okay... —asintió Mina, encendiendo su móvil para agregar el contacto de Jungkook desde el grupo del curso de una vez—. Gracias, Tzuyu.
Ella le sonrió, negando con la cabeza.
Por otro lado, Jungkook corría a través de los pasillos en busca del salón de Taehyung. Honestamente, se sentía bastante necesitado de su novio. Tal vez se debía a los dos larguísimos días en los que estuvieron distanciados, o bien, simplemente porque Jungkook siempre necesitaba de Taehyung. Cualquiera fuera la razón, anhelaba verlo y arreglar aquella tarde junto a él ya.
Después de trotar entre pasillos, estaba por llegar a la puerta del salón de Taehyung cuando este salió de la misma, y ambos casi colisionan si no fuera porque se detuvieron justo a tiempo.
—¡Ay! —Taehyung exclamó, exaltándose por la presencia repentina de Jungkook frente a él—. Dios, Jungkook. Casi me matas del susto.
Jungkook sonrió enormemente, y se acercó rápidamente a su novio, rodeando su cintura con sus brazos.
—Alguien tenía muchas ganas de verte~ —canturreó Jimin, saliendo del aula detrás de Taehyung.
—Que sorpresa... —Yoongi ironizó y también salió, siguiendo a Jimin.
—¡Hola, Jungkook! —Jisoo fue la última en salir del grupo de amigos, saludándole amigablemente.
—Hola. —Jungkook sonrió, apoyando su cabeza en el pecho de Taehyung, apretándose contra él.
—Los veo luego chicos. —Taehyung dijo en alto, rodeando a su novio para arrastrarlo fuera de la entrada a su salón.
Jungkook no intentó alejarse, simplemente se dejó hacer, caminando abrazado a Taehyung hacia un costado.
Taehyung soltó una corta risa.
—¿Me extrañaste mucho, mhm?
—Por supuesto —Jungkook asintió, enderezándose finalmente, pero sin soltarle ni alejarse—. Además... Tenemos cosas que planificar, amor.
—Uhm... Sobre eso...
A Jungkook le cambió la expresión rápidamente, adoptando una entre preocupada y triste, temiendo que Taehyung no pudiera o no quisiese pasar la tarde con él.
—Pensaba que podríamos tener un picnic —propuso felizmente, interrumpiendo los funestos pensamientos de su novio justo a tiempo. Jungkook mordió su labio inferior—. ¿Te gustaría? En el parque que está a unas cuadras de aquí.
—Me encantaría. —asintió, completamente embelesado, acariciando la mejilla de Taehyung, quien sonrió. Jungkook apartó un mechón de su cabello castaño, dejándolo tras su oreja suavemente.
Sin embargo, no pudieron seguir en aquella pequeña burbuja suya, pues una voz se escuchó tras ellos; un "uhh" entusiasta y burlón.
Taehyung giró hacia la voz, encontrándose con el amigo de Jungkook. Su novio también le miró, entrecerrando los ojos. Dowoon alzó las manos en señal de inocencia al notarlo.
—Lo siento, lo siento, me emocioné. Sigan. —él otorgó, siguiendo con su camino tarareando alguna canción cualquiera.
Taehyung volteó nuevamente a Jungkook, y ambos se sonrieron con un poco de diversión.
—Entonces... ¿En qué estábamos? —Jungkook preguntó, carraspeando. Atrajo a Taehyung con sus manos en la cintura contraria, mirándole con una sonrisa bastante arrogante y coqueta.
—Picnic —recordó Taehyung, alejándose un poco al notar sus intenciones. Varias personas a su alrededor estaban observándoles, algunas menos sutiles que otras—. Y tengo que recordarte, cariño, que estamos en el instituto —murmuró, aunque no se apartó del todo—. Agradecería que no me pegues a ti como chicle.
—¿Y siquiera lo pides? Bebé, estuve como... mil días extrañándote. ¿No merezco un poco de compasión? —abultó su labio inferior, atrayendo a Taehyung nuevamente, persistente y ambicioso.
Taehyung soltó una risa nasal.
—Fueron dos días... Y de todos modos —siguió antes de que el otro pudiera replicar—, lo entiendo. Pero en cualquier momento podría pasar un profesor y ya sabes lo que ocurriría.
—Mhm... Detención suena tentador. Podríamos estar juntos. —alegó inocentemente tras ver la expresión de su novio.
—Sí... Eso no pasará. —negó Taehyung con una sonrisa, y cuando notó nuevamente a todas esas personas mirándoles como si no tuvieran nada que hacer, pasó sus brazos alrededor del cuello de Jungkook.
Por otro lado, Jungkook decidió que no hacía falta ir a detención si Taehyung parecía ceder lentamente.
Enrolló por completo la cintura de su novio, con sus fuertes brazos rodeándole.
—Umh, ¿no? —Jungkook preguntó, alzando las cejas—. Ya estoy muy pegado a ti.
—Estoy siendo compasivo. ¿Quieres que me aleje? —preguntó y dijo aquella verdad a medias. Lo cierto es que, necesitaba marcar territorio de alguna forma. Hacerles saber a todos que ellos dos seguían juntos; así entonces, dejarían de buscar la jodida atención de su novio. Realmente odiaba que los últimos días fueran así.
Oh Dios, Taehyung se desconocía completamente cuando pensaba en aquellas cosas.
Jungkook negó efusivamente, presionándolo más contra su cuerpo.
—Así está bien, precioso... —murmuró, sin despegar sus ojos del rostro de Taehyung, quien alzó una de sus cejas por el silencio repentino—. Uhm, respecto al picnic —carraspeó. Era de esos momentos donde llegaba a sonrojarse al recordar que Taehyung era su novio—. Sí quiero, por favor.
—Muy bien, bebé Kook. ¿A qué hora estás disponible?
—Para ti, a la hora que sea.
Taehyung golpeó su pecho con una pequeña sonrisa, separándose parcialmente.
—¿A las cinco?
—¿Tan tarde?
—¿A las tres?
—En realidad a las cinco estaba bien —Jungkook sonrió—, pero a las tres está muchísimo mejor, amor. Mientras más pronto pueda verte, mejor.
—Me estás viendo ahora.
—Ya... ¿Pero y esas horas en las que no? ¿Quieres que me vuelva loco, dulzura?
Taehyung rió genuinamente.
—Eres un exagerado —expresó, sobresaltándose cuando la campana sonó. Jungkook gimió en frustración por ello—. ¿Tan rápido? Pasaron como dos minutos...
—El tiempo pasa rápido juntos —siguió Jungkook con aquellas frases matadoras. Taehyung volvió a reír, y Jungkook sonrió, separándose de Taehyung, sosteniendo su mano mientras lo hacía girar en su sitio—. Permítame acompañarle hasta su salón, príncipe.
—Oh, claro —cedió Taehyung—. No obviemos el hecho de que estamos al lado, Su Alteza.
Jungkook sonrió un poco más, sintiendo sus mejillas doler porque probablemente estuvo sonriendo desde que el receso comenzó. Se acercó al rostro de su novio y le robó un corto beso inesperado. Taehyung exclamó en sorpresa por ello.
—Oh Dios. Agradecería también que no me robe besos así, Su Alteza.
—Uh, lo lamento, mi príncipe, pero no podré cumplir con eso. —negó Jungkook, robándole otro mientras los estudiantes se dispersaban en el pasillo, caminando hacia sus respectivos salones.
Y, bueno... tuvieron que llegar los amigos de Taehyung para poder separar de una vez por todas a esos dos.
***
—Si tuvieras que ser un animal... —Jungkook empezó, observándole bastante cautivado, incluso si Taehyung estaba hecho un desastre—. ¿Cuál serías y por qué?
Taehyung masticó la fresa que tenía en la boca, entrecerrando las ojos para pensar en la pregunta que le había hecho su novio. Jungkook sostuvo una servilleta y la acercó hacia las comisuras de Taehyung, limpiándole con delicadeza.
Ambos se encontraban sobre una manta en el parque de la ciudad, bajo un inmenso árbol ofreciéndoles sombra. Taehyung estaba sentado con sus piernas cruzadas, y Jungkook recostado, con su mejilla apoyada sobre la palma de su mano, dándole un buen soporte para mirar a su novio tranquilamente.
—Uhm... —Taehyung masticó un poco más lento, frunciendo los labios por costumbre—. Un tigre.
—¿Un tigre? ¿Y por qué?
—No lo sé. Son fuertes y lindos —explicó sencillamente, agarrando otra fresa del recipiente que Jungkook había llevado para él—. También me gustan los ositos.
—Mi osito... ¿O mi tigrecito? ¿Cuál te gusta más?
—Mhm... —Taehyung sonrió, acercándose a él para otorgarle un pequeño beso—. Tu novio.
—Oh, en ese caso... los tres juntos. —Jungkook asintió, con sus ojos brillantes expectantes a lo que fuera que hiciese o dijera Taehyung.
—No vale eso... —refunfuñó el mayor, dándole un mordisco a la fruta—. Entonces... ¿Tú cuál animal serías?
—Es fácil; un conejo.
—Cierto. Pero, ¿por qué?
—Bueno... Mi abuela, cuando era pequeño, decía que mis dientes delanteros eran bastante grandes —sonrió exageradamente, mostrando sus dientes. Taehyung rió—. Y cuando crecí, decía que mi sonrisa me asemejaba a un conejito. Sólo... quedó así.
—Ow, lindo —sonrió, abultando sus labios ante la ternura del relato—. Tu sonrisa es muy bonita, estoy de acuerdo.
—No hablemos de sonrisas bonitas porque habría que hablar de la tuya.
—Oh Dios, estamos hablando de ti. No me metas. —frunció el ceño con sus mejillas sonrojándose, golpeando su brazo suavemente antes de sostener otra fresa.
—Donde yo esté, también estarás tú. Mejor que te acostumbres, bebé Hyung.
—Bueno, pero entonces, tú también acostumbrate a hablar de ti y no de mí a la vez. Por favor y gracias.
—Imposible~ —canturreó Jungkook, acostándose de espaldas en la manta, encontrándose con las hojas del árbol en lo alto.
La brisa golpeó suavemente a la pareja, y la tranquilidad rigió entre ambos, con Taehyung comiendo felizmente de sus fresitas. Algunas aves cantaban en la copa de los árboles, y varios niños correteaban a lo lejos, en los juegos del parque. A la distancia, también se escuchaba el sonido de los vehículos pasar. Ruidos cotidianos y serenos; al menos para ellos.
Jungkook giró la cabeza hacia su novio, y posó sus brazos tras su cabeza para usarlos como almohada. Inspeccionó con atención sus movimientos; cómo sostenía otra fresa (si Jungkook hubiese sabido desde antes que le gustaban tanto, le hubiera comprado más de aquella fruta mucho tiempo atrás), y la llevaba hacia sus labios, dándole un pequeño mordisco. Sus labios se fruncieron mientras masticaba, como un patito, y él cerró los ojos brevemente.
Jungkook palmeó a tientas hacia sus lados, buscando su celular, y cuando lo halló, fue rápidamente hacia la cámara. Si no guardaba un momento así, se arrepentiría por el resto de sus días. Una imágen mental eterna no era suficiente a este punto. Quería tenerlo allí para verlo cuando quisiera.
Taehyung apoyó una de sus manos tras su cuerpo, degustando la fresa, el momento, la brisa, la tranquilidad y la compañía de su novio. Se sentía tan bien.
Y Jungkook, por supuesto, capturó ese momento para siempre. Tanto en su celular, como en su cabeza.
—Eres tan hermoso. —murmuró inevitablemente, ido e hipnotizado por la belleza de su novio, sacándole otra. Taehyung abrió sus párpados tras escucharle, notando el celular frente a él. Sonrió, bastante avergonzado, quejándose por ser fotografiado desprevenidamente.
—¡Oye! Te cobraré por derechos de autor. —apuntó con la fruta entre sus dedos y las mejillas abultadas.
—Pagaré lo que sea. —murmuró Jungkook con una sonrisa, estirando su mano hacia Taehyung, quien la sujetó al instante.
—Está bien, te cobro —aceptó—. Qué tal... ¿por un par de besos? —negoció en broma, tirando de la mano que sostenía. Jungkook rió, con sus cachetes pintados de un suave rojizo.
Taehyung siguió jalando de él, sin éxito alguno, ya que Jungkook era bastante pesado —y él estaba orgulloso de presumirlo gracias al gimnasio.
Taehyung se rindió en algún punto, dejando caer sus hombros, y la fresa en el recipiente. Jungkook le observó curioso, acariciando la mano que sujetaba.
Abultó su labio inferior cuando su novio le soltó, limpiando sus manos con un paño.
—Ven —Taehyung palmeó sus piernas cuando se enderezó—. Pon tu cabeza aquí y recuéstate.
—Oh, ¿por qué eso sonó como una orden?
—Porque lo es, duh. —obvió, acomodándose en su sitio.
—Ah, eres un mandón. —Jungkook fingió quejarse, pero por supuesto, le hizo caso, sentándose en la manta para arrastrarse cuidadosamente hacia su novio.
—Y tú muy bueno para cumplir órdenes. —sonrió Taehyung, recibiendo a Jungkook gustosamente, acariciando sus cabellos tan pronto como tocó sus piernas.
Jungkook, en cuanto levantó la mirada hacia él, le vio con ojos acorazonados. ¡Dios! Nadie podía culparle. Su novio era tan jodidamente precioso. ¿Cómo era posible que Taehyung pudiera ir tan tranquilo por la vida siendo tan lindo?
—Amor, si no tengo tus labios sobre los míos pronto, voy a enloquecer. —Jungkook avisó repentinamente, sin apartar la vista de Taehyung, quien rió ante su comentario.
—Bien. —Taehyung dijo sin embargo, alzándose de hombros con una sonrisa altiva.
Jungkook abrió la boca, indignado.
—Eres tan malo —expresó, llevándose una mano al pecho, encima del corazón para enfatizar más su punto—. Voy a llorar, no mires. —olfateó, y para sorpresa de Taehyung, sus ojos se aguaron un poco.
Taehyung le picó el estómago, y Jungkook se retorció, soltando una risita traicionera.
—Eres un actor de primera —Taehyung puchereó, a pesar de que quería sonreír. Se inclinó a su novio, dispuesto a besarle como tanto pedía —quería—, pero entonces, se quedó quieto a mitad de camino—. Cariño... mi cuello no es tan flexible. Acércate.
Jungkook no pudo evitar reír, sosteniendo el rostro de su novio con ambas manos, levantando su propia cabeza hasta que sus belfos, finalmente, se encontraron en un tierno y dulce beso, con sus corazones rebosando en sentimientos indescriptibles; parecía que aquella sensación no se iría jamás, y no se quejaban.
—Mhm... Sabor a fresa. Delicioso. —Jungkook suspiró satisfecho cuando se alejaron levemente, lamiendo sus labios, para posteriormente elevarse de nuevo y picotear los de su novio dos veces.
Taehyung, ulterior a aquellos besitos, se enderezó un poco porque le empezaría a doler la espalda y no era lo que deseaba.
Jungkook dejó caer su cabeza con suavidad, acomodándose en las piernas contrarias.
—¿Ahora sí? ¿Feliz? —preguntó, llevando sus manos al cabello azabache de su novio nuevamente, acariciando con parsimonia las hebras oscuras.
—Muy feliz, bebé. —sonrió enormemente, cerrando los párpados cuando se dejó hacer, relajándose entre las manos de Taehyung.
No obstante, la calma finalizó cuando escucharon la voz de un externo.
—¿Jungkook?
Ambos viraron en dirección a la desconocida voz, encontrándose con un chico bastante alto, de figura esbelta y, al parecer, unos pocos años mayor que ellos; Taehyung jamás lo había visto en su vida. Sin embargo, Jungkook se sentó al instante, con la sorpresa centelleando dentro suyo.
El silencio se hizo presente, y Taehyung se preguntó mentalmente quién era aquel chico que ahora le sonreía a su novio.
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