Horas después, en el segundo recreo, Taehyung se aisló de sus amigos, escabulléndose hacia la biblioteca solitariamente. Disfrutaba mucho de la presencia de ellos, pero necesitaba estar solo y dudaba mucho que sus amigos quisieran dejarle por cuestiones de subirle el ánimo y cuidar de él. Lo agradecía mucho, pero realmente necesitaba un momento consigo mismo.

Asomó la cabeza hacia el interior, virando hacia ambos lados para procurar entrar sin llamar la atención de ningún conocido. Le sonrió nerviosamente a la bibliotecaria cuando esta le miró con una ceja alzada, creando una pequeña venia antes de finalmente entrar.

Decidiendo sentarse en una sección más alejada y oculta, pasó por entre las mesas del comienzo, sosteniendo fuertemente los libros que tenía en manos contra su pecho.

Leer le despejaba la mente, sobretodo porque podía distraerse y tal vez —entremedio— pensar en cualquier otra cosa. Le gustaba la calma que eso le generaba.

—¡Hyung!

Taehyung volteó al escuchar la reconocible voz de Younghoon, encontrándolo sentado a unas cuantas mesas de distancia. Alzó la mano, sacudiéndola en un cortés saludo, girando para volver a su objetivo.

Se sentó finalmente en una alejada y solitaria. Dejó sus cosas encima de la superficie, aprovechando que estaría a su merced por el resto del receso. Ocupó una de las sillas y empezó a sacar sus cosas.

—Oye, Hyung...

Taehyung levantó la cabeza, encontrándose con Younghoon —otra vez—. La diferencia, es que ahora se hallaba frente a él, con un libro en una mano.

—Yo- Quería hablar contigo...

—¿Sobre...?

—Sobre lo que pasó en... en el club.

—Oh.

Younghoon se tomó la libertad de sentarse frente a él. Taehyung se limitó a rodar los ojos, guardándose para sí mismo cuánto odiaba que se tomaran atrevimientos —sobretodo si era alguien no deseado, y Younghoon sabía que él no lo era.

Lo dejó pasar y esperó.

—Quería disculparme contigo y con tu novio, aunque él no esté aquí... —Younghoon empezó. Taehyung quiso ignorar la horrible sensación que se instaló en su pecho ante la mención de Jungkook—. Yo... No estaba en todos mis sentidos, como... como habrás notado ese día. Y-Yo... Bueno, creo que ya sabes que... que m-me gustas y... eso no es una justificación, p-por supuesto que no, pero yo...

—Oye, está bien —le detuvo Taehyung, mirándole directamente—. Entiendo, pero asegúrate de no emborracharte si así te pondrás siempre, porque no aceptas un "no" por respuesta y eso es peligroso, además de que no está en absoluto bien.

Younghoon asintió frenéticamente—. L-Lo sé, Hyung. Lo siento de verdad y...

Taehyung le detuvo nuevamente, deseando estar solo por una vez en el día—. Vale, ya está bien. ¿Eso era todo?

Younghoon tragó saliva, probablemente más avergonzado que otra cosa. Sin embargo, asintió suavemente. Taehyung volvió a su libro, suponiendo que ese era el fin de la conversación.

—Sólo... ¿E-Estás bien, Taehyung-ah?

Taehyung se quedó quieto, y asintió ligeramente cuando entendió la pregunta repentina, apretando en una fina línea sus labios, negándose a mirarle porque sus ojos se había cristalizado tan pronto como comprendió su duda.

Younghoon también entendió su falta de palabra, decidido a no hacer más preguntas—. B-Bueno... Adiós, Hyung. Y lo siento otra vez.

Cuando Younghoon se marchó, Taehyung agradeció silenciosamente el espacio recuperado. Se dio la libertad de fregar con el costado de sus muñecas sus ojos, suspirando profundamente.

No le interesaba estar enfadado con Younghoon; él no tenía la culpa (al menos no por completo). Sus acciones provocaron las de su novio, pero Jungkook no había sido obligado a decirle todas aquellas cosas que le dijo la otra noche. Había un problema no conversado ahí por ambas partes, y eso no era en absoluto la culpa de Younghoon. Él se había disculpado sinceramente por lo que le correspondía; su insistencia cuando Taehyung le había dicho que no, y eso era suficiente, sobretodo cuando Taehyung no quería tener más problemas encima.

Él resopló, apoyando el codo encima de la mesa, descansando su cabeza con su sien sobre su mano hecha un puño. Leyó las palabras impresas en el papel, deseando distraerse.

Y por primera vez en lo que iba de la secundaria, Taehyung se saltó una clase.

***

—¿Jungkook? ¿Quieres algo para beber o comer? Iremos a la cafetería.

El silencio se hizo presente en el salón de clases. Jungkook no respondió, simplemente acomodó mejor sus brazos que yacían sobre su escritorio, con la cabeza sobre estos, usándolos de almohada.

Tzuyu y Dowoon compartieron miradas al percatarse de que Jungkook no hablaría. Por mucho que lo intentaran, parecía imposible subirle aunque sea un poco el ánimo. No esperaban que sonriera, o que riera como si nada pasase, pero tampoco les gustaba no conseguir ninguna reacción positiva.

Así que lógicamente, se alarmaron tan pronto como los hombros de Jungkook se sacudieron suavemente, advirtiendo el probable llanto que se había desencadenado en él. El salón estaba vacío, ya que era receso, así que no dudaron en acercarse a su amigo.

—Jungkookie... —Tzuyu puchereó, abrazándole, apoyando su perfil en su espalda.

Dowoon también le abrazó, acariciando su cabello suavemente.

Se mantuvieron así por varios segundos, con Jungkook descargando sus emociones libremente. Cuando tuvo demasiado de ello por el momento, dio indicios de querer destaparse, así que ambos amigos se enderezaron. Jungkook también lo hizo en su asiento, fregando su rostro y ojos con las mangas de su abrigo.

—Lo siento —expresó primeramente con la voz ahogada, secando las huellas mojadas de sus pómulos y mejillas—. S-Supongo que no fue buena idea venir a clases hoy.

Tzuyu acarició su espalda alta, tratando de reconfortarle.

—Ah —resopló, sorbiendo por la nariz—. ¿Alguno tiene pañuelitos?

Dowoon buscó rápidamente entre sus bolsillos, hallando unos pañuelos descartables, tendiéndoselo a su amigo. Jungkook agradeció en voz baja, sacando uno y usándolo.

—¿Te sientes mejor? —Tzuyu preguntó, sin detener los mimos en su espalda.

Jungkook sólo asintió cortamente. Tanto para Tzuyu como para Dowoon, aquello no fue creíble en absoluto.

—¿Kookie?

—Solo... —olfateó, sin dirigir sus ojos a sus amigos en ningún momento—. No se preocupen. Estaré mejor.

—¿Y... —Dowoon habló ahora, queriendo ser suave al preguntar su próxima duda—. ¿Piensas hacer algo con... el tema?

Jungkook rió, lo que fue bastante extraño para ambos.

—¿"El tema"? —él preguntó con una pequeña sonrisa, virando hacia su amigo—. ¿Ahora usaremos códigos? Sólo... No prohibamos su nombre.

—Está bien, entonces —aceptó Dowoon, comprendiendo—. ¿Piensas hacer algo respecto a Taehyung?

—S-Sí, por supuesto, pero yo... no lo sé —su voz salió un tanto más aguda. Alzó sus hombros ligeramente, sintiendo cómo las lágrimas volvían a agruparse—. No quiero arruinarlo más, ¿saben? Conozco a Tae. No quiero apresurarme a hablar con él si él todavía no lo desea. No quiero que se enfade. No- No quiero que esto escale más alto. Yo... —suspiró, deteniéndose porque definitivamente no quería volver a llorar.

Tzuyu retomó las caricias en su espalda—. Es entendible, pero necesitas arreglar esto, Jungkook. Es necesario que ambos conversen al respecto.

—Lo sé, pero ¿Y si necesita tiempo? ¿Si no quiere hablarlo aún? —un segundo después, giró a Tzuyu como si acabara de pensar en algo realmente trágico—. ¿¡Y-Y si hablamos y me pide un tiempo!?

Las mejillas de Jungkook volvieron a empaparse de cristalinas lágrimas mientras observaba a sus amigos. Dowoon y Tzuyu no sabían qué decir o hacer mientras Jungkook balbuceaba, aterrorizado de que algo como eso pasase.

Así que, realmente, fue un alivio cuando unos toques en la puerta del salón se escucharon, interrumpiendo el llanto de Jungkook, al igual que sus palabras presas del miedo.

Y probablemente, fue un gran alivio para el sensible corazón de Jungkook cuando notó que era su Taehyung el propietario de ello.