Capítulo 020
Taehyung se tiró de espaldas en la cama que había escogido como suya.
—Wah~ Es una linda cabaña. —Jisoo suspiró encantada, girando en su eje para ver la pequeña casa.
—Sí —Jimin asintió, sonriendo mientras dejaba su cepillo de dientes y pasta dental en el baño. En cuestión de segundos volvió a aparecer en el lugar—. Me encanta. —posó sus manos en sus caderas y visualizó el lugar, dándole una vista panorámica.
—Traje el parlante —avisó Yoongi, el cual se encontraba desempacando con el bolso en su cama, y de allí sacó aquel aparato para escuchar música—. ¿Quieren escoger algo o lo hago yo?
—Voto porque escojas tú. —Taehyung levantó la mano, aún acostado en su cama.
—Pero rápido porque debemos ir a almorzar como dijo la guía. —Jisoo le recordó.
Yoongi asintió, prendiendo el parlante y conectándolo por bluetooth a su celular. En cuanto hizo el característico sonido de que estaba conectado, buscó música en su reproductor.
—¿La conocemos? —Jimin cuestionó, emocionado por escuchar un poco de música con sus amigos. Él realmente disfrutaba eso.
—Sí —Yoongi asintió, distraído por buscar de arriba abajo la canción en su celular—. Lo reconocerán tan rápido como coloque la canción.
—Apuesto a que es un rap.
—Oh, no. ¿Música latina?
Yoongi negó—. No es nada extravagante, pero sí bueno —sonrió para sí mismo cuando lo encontró—. Ya. A ver, escuchen. —pidió, picándole a una canción.
"Doh
Doh doh doh, doh doh doh, doh doh"
Los tres restantes en la cabaña reconocieron la canción tan pronto como comenzó. Jimin y Taehyung comenzaron a aplaudir siguiendo el ritmo, acompañando. Jisoo comenzó a bailar.
"Doh doh doh, doh doh doh, doh doh
Doh doh doh, doh doh doh, doh doh
Doh doh doh, doh duh (Aw!).
Yoongi sonrió, dejando el parlante sobre la mesa.
"This hit, that ice cold
Michelle Pfeiffer, that white gold
This one for them hood girls
Them good girls
Straight masterpiece
Styllin', willing
Livin' it up the city
Got Chucks on with Saint Lourent
Gotta kiss myself i'm so pretty."
(Uptown Funk; Mark Ronson & Bruno Mars)
Jimin comenzó a bailar al ritmo junto a Jisoo con una sonrisa plasmada en el rostro. Taehyung solo pudo comenzar a carcajear, sin dejar de palmear sus manos entre sí, siguiendo los aplausos de la canción. No entendía del todo la letra, ya que lamentablemente no era tan bueno en inglés, sin embargo, conocía la canción como casi el resto del mundo, por no decir que absolutamente todos.
Luego de un rato, Yoongi anunció—. Ahí va otra. —dijo, clickeando a otra canción en su celular.
Entre risas y bailes pudieron esperar hasta tener que ir a almorzar.
Taehyung sabía algo, y es que amaba a sus amigos.
***
Jisoo y Jimin reían mientras veían a Yoongi y a Taehyung bailar al ritmo de "Uptown Funk". Estaban caminando hacia el punto donde la guía les había dicho que debían reunirse. Ellos habían decidido llevar el parlante en mano por un momento, y cuando decidieron repetir la canción por pedido masivo de Jisoo, Taehyung le invitó a bailar a Yoongi sosteniendo sus manos mientras seguían dirigiéndose al centro. Las carcajadas de sus amigos no se hicieron de esperar mientras los bailarines reían.
Taehyung agitó su cabeza mirando al cielo mientras cantaba "Don't believe me just watch". Yoongi soltó una carcajada, siguiéndole la letra.
Jisoo y Jimin se encargaron de crearlas en su mini escenario con sonrisas plasmadas en sus rostros, aplaudiendo al son de la canción. Escenario de pasto y tierra, ya que seguían caminando rumbo a la guía.
Algunos grupos que se dirigían de igual forma al centro veían el show con sonrisas divertidas.
Cuando llegaron al centro casi todos estaban reunidos allí, el parlante había disminuído el volumen y ellos estaba tranquilos con sonrisitas en el rostro por lo recientemente ocurrido. Sólo faltaba que llegasen algunos y estaban listos para ir a almorzar. Apenas llegando, Taehyung sintió su cuerpo sacudirse cuando alguien se abalanzó hacia él, abrazándole por la espalda y apoyando sus brazos en su cintura.
No tenía que voltear para saber que se trataba de Jungkook.
—Amo verte feliz de esa manera, bebé. —dijo en un susurro, refiriéndose al espectáculo que tan solo hace unos minutos habían dado, enterrando su rostro por un momento en el cuello de Taehyung.
Y es que rara vez veía a Taehyung con una sonrisa tan enorme y sincera. Jungkook decidió que era una de sus cosas favoritas en el maldito planeta.
Taehyung sonrió. Bien, sí, se sentía feliz. Él lo admitía.
***
—'Cause you're hot then you're cold, you're yes then you're no, you're in then you're out —Jisoo cantó al ritmo de Hot N Cold con el parlante en mano; había sido su momento de elegir. Estaba empezando a oscurecer y ellos se dirigían a la cabaña para abrigarse, puesto que tendrían una fogata en breve—. ¿Alguien podría acompañarme con el canto? —preguntó en un bufido, bajándole el volúmen—. Al menos decir que canto muy bonito, o algo así.
—Me estoy cagando. —Yoongi hizo saber, ignorando a Jisoo para decirlo.
—Ok, no requería de esa información. —Jimin rió.
—¿Por qué nadie me hace caso? —Jisoo estaba apunto de hacer un berrinche, así que Taehyung fue rápido en actuar.
—Yo sí lo hago —se apresuró a decir—. Cantas muy bonito, Jis. No sé por qué necesitas que te lo digan, seguro lo sabes.
Jisoo abultó su labio inferior, corriendo pocos pasos para abrazar a Taehyung.
—Eres tan adorable, pequeño saltamontes. —Taehyung quiso creer que eso era en parte un halago, así que le devolvió el medio abrazo.
—¿Gracias? —agradeció, riendo.
Cuando llegaron a la cabaña, Taehyung se encontraba tarareando con un aura tranquila y despreocupada.
Entraron y cerraron la puerta para que el frío no entrase mucho más a su pequeña casita. Todos se propusieron en vestirse con cosas más abrigadas mientras hablaban de cualquier tema.
—¿Qué fecha es hoy? —Yoongi preguntó, revolviendo su bolso en busca de ropa.
—Lunes. —Jisoo contestó.
—Fecha —volvió a insistir—. Número, no día.
—Veintiséis. —contestó Jimin, riendo levemente por Jisoo y la mueca pensativa que repentinamente había adoptado.
Yoongi asintió. Por el rabillo del ojo pudo observar que Taehyung ya no estaba buscando ropa, ya que sus camas estaban una al lado de la otra. Levantó la cabeza para mirarle, notando que se había quedado completamente congelado.
—¿Taehyung? —llamó su atención, sin éxito.
Jisoo y Jimin pronto se dieron cuenta del silencio prolongado en el lugar, levantando la mirada para ver a Taehyung sin mostrar reacciones ni acciones, mirando un punto fijo en su cama mientras sus manos yacían inmóviles en el bolso.
—Veintiséis... —murmuró, llamando la atención de sus amigos—. Hoy... Es veintiseis. —repitió.
Jimin miró a los otros dos con confusión.
Y entonces, luego de un segundo de pensar, la mente de Yoongi hizo "click".
—Taehyung... —se acercó a él con rapidez, abrazándole.
***
Mamá: No quería recordárlelo. Te veías tan emocionado por el campamento que lo que menos quería era verte mal
Mamá: No estés triste, mantén esa sonrisa tan bonita que tienes contigo. Mamá te ama
El veintiséis de junio era una de las fechas más difíciles para Taehyung y su familia, por no decir que la más difícil. Cada veintiséis de junio, se encargaban de encontrarse lo más cerca posible el uno del otro. Apoyarse entre ellos aunque fuera desgarrador.
Cada veintiséis de junio, le llevaban flores a su tumba. Intentaban recordarlo con la más bonita de las sonrisas. Pero eso para Taehyung era imposible, incluso después de intentarlo por años, no podía mantenerse de pie cuando la fecha llegaba. Quería hacerlo por él, pero aunque lo deseara, no lo lograba, sólo lloraba por horas y horas en la oscuridad de su habitación, sintiendo aún el tacto de sus abrazos, de sus palabras diciéndole que todo estaría bien. Así que naturalmente, ese veintiséis de junio no sería diferente, y mucho menos al estar lejos de su familia.
—¿Dónde está?
Jisoo hizo una mueca—. En la cabaña. Pero no vayas, nos dijo que quiere estar so- ¡Jungkook!
Su madre le había dicho que estaba bien estar triste y llorar, desahogarse, pero Taehyung lo que no podía era tomarlo con calma. Se le hacía muy difícil. Su madre le había dicho que era tiempo de seguir adelante, pese al dolor, pero Taehyung no podía mantenerse de pie cuando el veintiséis de junio se acercaba, mucho menos cuando el mismo día era el presente.
Intentaba... realmente intentaba tanto mantenerse con una sonrisa para recordarlo. Para decirle que lo amaba a pesar de no estar allí. Para contarle cómo se encontraba. Contarle su día a día, pero simplemente... Esas eran palabras que no podía recitar en voz alta, porque su llanto era mucho más prolongado de lo que le gustaría.
Había intentado calmarse por aproximadamente quince minutos. Él deseaba tanto estar con su familia en este momento.
Sus manos fueron a parar a su rostro, sollozando suavemente para no hacer demasiado ruido en el insoportable silencio. Se encontraba sentando en el borde de la cama, su celular a un lado suyo con el chat de su madre en pantalla.
"No le hagas caso a la bruja esa —recordó a su padre diciendo, tocando sus dulces mejillas para sacarle las saladas lágrimas—. Tú puedes gustar de quién quieras, Taehyungie. Si te gusta un chico, bien, si te gusta una chica, bien. Aquí siempre vamos a querer conocer a la persona que te haga feliz, ¿Sí?"
Sollozó, su llanto haciéndose más fuerte.
"Con que mi campeón quiere una novia, ¿Eh? —las imágenes de su padre apareciendo a la sala de estar invadieron su mente—. En un futuro la tendrás, pequeñín —le sonrió mientras pellizcaba sus mejillas, haciendo reír al pequeño Taehyung— y yo voy a recibirla con un fuerte abrazo por hacer a mi bebé feliz."
Un sonido lastimero salió del fondo de su garganta. Quería ir a casa, estar con su madre y hermanos.
Unos golpecitos en la puerta se hicieron presentes, y la puerta abriéndose segundos después hizo que Taehyung girara su cabeza hacia el sentido contrario, en busca de deslizar sus manos a sus mejillas, queriendo descartar las lágrimas que descendían por allí.
—¿Tae? —la voz de Jungkook hizo presencia en la oscura cabaña, y sus pasos apresurados hicieron a Taehyung querer exterminar todas sus lágrimas para que no tuviese que verle así—. ¿Qué pasa?
Taehyung negó con la cabeza, sorbiendo por la nariz.
Jungkook se posicionó frente a él de cuclillas, con sus rodillas sobre el suelo de madera, sosteniendo las manos contrarias entre las suyas.
—Tae... —llamó, sintiendo sus ojos picar al ver cómo más pequeñas lágrimas seguían descendiendo de las mejillas rojitas del mayor, aún si este intentaba con todas sus fuerzas dejar de soltarlas. Taehyung le miró con un pronunciado puchero, tratando de no sollozar ni que su llanto volviera a desatarse—. Dime qué pasa, amor. —le dijo suavemente, acariciando con su pulgar los nudillos de Taehyung.
La luz de la luna era la única fuente que tenían para mirarse, y parecía bastar.
—Jungkook... —le llamó, y el mencionado se preocupó terriblemente cuando más lágrimas comenzaron a salir de sus ojitos almendras.
—Sí, aquí estoy —asintió, acercándose un poco más a él entre sus piernas—. ¿Qué pasa, bebé? —cuestionó en un susurro casi inaudible, sus ojos brillando bajo Taehyung.
Tenía ganas de llorar junto a él.
—Jungkook... —llamó con la voz rota, rompiéndose inevitablemente ante él, y fue lo ocasionó que sin espera Jungkook le abrazara fuertemente.
—Tranquilo, Tae... —susurró, acariciando su espalda mientras miraba al techo con su mentón apoyado en el hombro del mayor—. No llores, amor. —dijo con suavidad, sabiendo que era tonto pedir algo así.
—Jungkook, lo extraño mucho. —confesó, aferrándose al chico frente a él, cerrando sus ojos con fuerza.
El pelinegro frunció un poco el ceño al no saber a qué se refería.
—¿A quién, bebé? —cuestionó más suave, sintiendo el llanto de Taehyung en su cuerpo, marcándolo lentamente de tristeza—. Sólo si quieres... Puedes...
—A mi p-padre —interrumpió, porque sabía que podía hablarle a Jungkook, desahogarse con él y sentirse escuchado, acompañado—, lo extraño tanto, maldita sea. —maldijo en un susurro, enterrando su rostro en el cuello de Jungkook.
Y entonces, Jungkook supo de qué se trataba. Apretó sus labios en una fina línea y acarició su espalda, tratando de consolarlo y apaciguar su llanto, besando su cuello. No necesitaba escuchar nada para saber que Jungkook estaba con él, junto a él.
—N-No sabes... No sabes c-cuánto desearía p-poder verlo una vez m-más —mordió su labio inferior, evitando sollozar—. D-Darle un abrazo y jamás soltarlo. —susurró.
—Estoy seguro que él está aquí justo ahora, contigo —Jungkook murmuró, siguiendo con sus caricias sobre su espalda—. Orgulloso de ti. Feliz porque tú lo estás.
Taehyung lloró un poco más.
—Él debe estar t-tan... —se detuvo a sí mismo, no queriendo romperse frente a él; eso no serviría de consuelo—, tan orgulloso de ti, mi amor. —acarició sus hebras castañas, escuchando a Taehyung volver a llorar, aferrándose con más fuerza a él.
—Lo extraño... —puchereó, la angustia en su interior doliendole en el pecho.
—Lo sé, Taehyungie, lo sé —susurró, separándose de él para acunar el rostro lloroso de Taehyung, mirándole a los ojos con un brillo sin igual—. ¿Pero qué es lo que él querría? —le preguntó, pasando sus pulgares por sus mejillas y pómulos—. ¿Él cómo querría verte? ¿Querría verte triste?
Taehyung negó efusivamente.
—Él... Querría verme bien. —murmuró, su pronunciado puchero quedándose en sus belfos.
—¿Verdad? Él querría ver a su pequeño niño feliz —asintió, acercándose más a Taehyung—. Él quiere verte sonreír, que aquella sonrisa tan hermosa que tienes siempre esté contigo y que lo recuerdes de la forma más dulce que puedas, Taehyungie —murmuró, viendo sus ojitos brillosos—. ¿Él querría verte llorar de tristeza?
Taehyung negó, bajando la mirada.
—No, claro que no, estoy seguro que él quiere verte feliz. ¿No crees que eso sería el más maravilloso regalo? Recordarlo y saber que está contigo a pesar de todo, con una sonrisa.
Taehyung jugó con sus dedos.
—No llores, cariño —pidió, besando su frente—. Eres tan adorable, corazón. Él querrá ver a su pequeño amor feliz, sin angustia en su interior al recordarlo. —negó con la cabeza, acariciando sus mejillas aún acunando su rostro.
—Él... no querría verme triste. Pero... R-Realmente.... Realmente lo extraño mucho, Jungkook. —mordió su labio inferior, no queriendo volver al llanto.
—Sí, amor, y eso está jodidamente bien. Extráñalo, él seguro también te extraña. Pero no estés triste por eso, extráñalo con amor; el sentimiento más bello que puedas conservar, ese es el que debes brindarle a tu padre, no la angustia ni el llanto, bebé —levantó su rostro, tratando de que Taehyung volviera sus ojos a los suyos—. Está bien llorar a veces, pero tú feliz, es el mejor concepto que puedes darle a la vida, amor. Tan hermoso. —susurró, sus ojos brillando en anticipación al llanto.
—Jungkook, no llores. —pidió, riendo levemente por su dulzura. Se sentía mejor, sí.
—Eres tan hermoso, Taehyung —murmuró, apoyando su frente contra la contraria—. No llores porque haces que mi corazón se parta en muchos pedacitos. —pidió, acomodando sus frentes juntas, manteniendo sus manos en las mejillas del mayor.
Sus ojos estaban conectados y de repente no había otra cosa que el latir de sus corazones en el pleno silencio de la cabaña.
Se mantuvieron así por unos cuantos minutos. El llanto de Taehyung había cesado un poco, permitiéndose a sí mismo cerrar los ojos y disfrutar de la cercanía tan familiar de Jungkook, con sus brazos alrededor suyo, con las palabras de consuelo aún rondando por su mente. Con su esfuerzo y llanto por intentar que se sintiera mejor. Por hacerle ver más allá de la tristeza.
Taehyung no sabía con certeza si desde ese momento podría llorar sin desmoronarse cada veintiséis de junio, pero tenía en claro una cosa, y es que ese día, Jungkook había logrado hacerle sentir mejor, incluso si su familia no estaba presente, Jungkook lo había conseguido.
—Gracias, Jungkook —agradeció en voz baja, sus narices rozándose—. Te lo agradezco —susurró, abriendo los párpados para mirar por un segundo los labios contrarios, posteriormente posicionando sus manos en los hombros de Jungkook—. De verdad... Gracias. —murmuró, ladeando la cabeza con lentitud, acercando su rostro al contrario.
Jungkook sintió que su corazón dejaba de latir.
Y automáticamente, sus ojos se cerraron cuando sintió los belfos de Taehyung contra los suyos; tibios, dulces y suaves.
Estaba en el mismísimo cielo.
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