—¿Emocionado? —Jisoo cuestionó mientras lo observaba ordenar su escritorio.

—No sabes cuánto. —respondió de forma sarcástica, rodando los ojos, agarrando sus libros y presionándolos contra su pecho cuando terminó de ordenar apropiadamente su banco.

—Yo pienso que será divertido. Si tan...

—¡TaeHyung, te buscan! —aquel grito interrumpió a Jimin, quien hizo una mueca con sus labios antes de sonreír al ver a Jungkook en la puerta del salón.

—Es hora, mi querido Tae. Ve con tu príncipe azul —fingió secar un lágrima falsa de la esquina de su ojito derecho—. ¡Crecen tan rápido!

Y antes de tener que seguir escuchando las estupideces que su mejor amigo tenía que decir, se encaminó a la puerta de la salida del salón, vislumbrando a un sonriente azabache, tanto así que casi lo deja ciego por tan resplandeciente sonrisa.

—Precioso. —le saludó, sosteniendo su mano y sin espera, le arrastró hacia la cafetería, o eso intentó.

—¡Hey, hey! —frenó Taehyung— no tan rápido. Debo llevar estos libros a mi taquilla. —una mueca adornó su rostro, apuntando con el mentón los libros que sostenía con una mano. Posterior a ello, se soltó del agarre que Jungkook tenía en su mano, encaminándose hacia su dicho locker.

Ah, estaba volviendo loco a Jungkook, en el buen sentido.

Con una sonrisa sutil en sus labios, siguió al castañito que iba delante de él.

Taehyung abrió su casillero, observando de reojo cómo Jungkook se apoyaba en la taquilla a su costado, contemplándole con una sonrisa en los labios. Su cabello cayendo suavemente hacia atrás ante la posición.

—¿Puedes... dejar de mirarme así? —preguntó Taehyung, agarrando los libros que necesitaría para la clase siguiente.

—Lo siento. Eres muy hermoso, bebé. Es tu culpa. —murmuró.

Una sonrisa, una negación de cabeza y unos ojos rodando hizo ver gracioso al castaño.

—Mira, una vez más que me llames de esa forma y te quedas sin descendencia. —sentenció, cerrando su casillero, con los libros que necesitaría para la clase siguiente en sus manos. Prefería agarrarlos ahora y no al final del receso.

—Tan difícil. Cada vez me gustas más. —confesó el pelinegro, sin molestarse en considerar lo que le decía de forma literal.

—Ajá, sí. —asintió con sarcasmo, dándose medía vuelta y caminando hacia el sentido contrario por donde se suponía era la cafetería.

—¿A dónde vas? —Jungkook frunció el ceño, siguiendo al castaño y pasando una de sus manos por su cinturita.

—A la biblioteca —contestó, alejando con una mano el agarre que Jeon tenía en su cintura—. Si no quieres ir, eres totalmente libre de irte con tus amigos.

—Casi, casi te sale, bonito. —sonrió y ahora pasó uno de sus brazos por encima de los hombros de Taehyung, y este simplemente lo dejó ser.

***

Luego de unos tres minutos, ambos llegaron a la extensa biblioteca que el instituto ofrecía.

Jungkook tenía una radiante sonrisa mientras seguía el paso de Taehyung, su brazo permaneciendo por encima de sus hombros.

El castaño también sonreía un poco, pero por observar todos los cientos de libros que había allí.

—¿Sabes? Hasta hace una semana no sabía de la existencia de esta biblioteca. —contó el pelinegro mientras se separaba de Taehyung cuando entraron a un pasillo, visualizando los muchos libros que allí había. Comenzó a indagar entre ellos, observando los estantes y sosteniendo algunos libros para ojearlos.

—¿En serio? —Taehyung cuestionó, haciendo una mueca después—. El primer día que entré a esta escuela, mi primera parada cuando empezó el receso fue esta biblioteca. Hace cuatro años. —dicho esto, comenzó a buscar con la mirada un estante en particular, aquel que tenía el libro que necesitaba.

Jungkook le miró después de dejar un libro en su lugar. Taehyung estaba observando las páginas de un libro color rojo. Sonrió, acercándose a paso normal hacia "su chico", posándose detrás de él, abrazándole por la cintura y apoyando su mentón en el hombro de Taehyung para ver qué era lo que el mayor leía.

—Suelta. —ordenó el de cabellos castaños en un volumen bajo, pasando casualmente de página.

—¿Por qué? —un tierno puchero en sus lindos labios se formó.

—Porque sino te patearé, me iré y adiós receso juntos. —dijo mientras pasaba de página, "atento" a lo que veía.

Jungkook bufó. ¿Qué tan difícil era caer por sus encantos? El pelinegro no era una persona paciente, ya quiera poder tener a Taehyung y besarlo, pero bueno, apenas y había descubierto su nombre ayer.

—Bien... —accedió antes de dejar un beso en el cuello de Taehyung, separándose completamente después como quien no quiere la cosa.

—¡Ay! —exclamó Taehyung con sorpresa, tapando con su mano la parte besada de su cuello y mirando con horror al pelinegro—. ¡Deja de hacer ese tipo de cosas, idiota! —gritó molesto—. No soy tu jodido novio para que me andes besando en partes que no debes a menos que yo te dé mi permiso.

—Ay, no grites, angelito —puchereó—. Bien, ya sé, tengo la solución, soy un genio. ¿Qué tal si...

—No, no seremos novios.

—Pero...

—Jeon, no. —negó otra vez, dejando aquel libro rojo en su respectivo estante, indagando otra vez entre ellos.

—Entonces sólo déjame abrazarte. —pidió, el puchero quedándose en sus labios mientras se posicionaba al lado de Taehyung, esperando porque lo dejase.

Taehyung suspiró.

En serio, ¿Estaba tan equivocado a la hora de opinar de Jungkook? Jamás pensó que el chico fuese de aquella manera, solo sabía que era un playboy en ascenso —según todos y lo que él vio con sus propios lindos ojitos— pero nada de aquello estaba saliendo a flote y por un momento dudó en que aquello fuese una vil broma por parte del fuckboy del instituto.

Así que, a riesgo de sonar muy paranoico, preguntó mientras sostenía otro libro que curiosamente encontró, aunque ya lo había leído.

—¿Cuando fue que me notaste? Recuerdo, que no sé si tú lo hagas, que habías botado un smoothie en mi uniforme y ni siquiera me pediste disculpas. —comentó mientras ojeaba "Carrie" después de bastante tiempo sin haberla leído.

—Nam y Hobi estaban hablando sobre la chica que a uno de ellos le gusta, ¿Tu hermana? Y...

—¡¿Qué?! —Taehyung gritó, dejando el libro en la estantería y concentrado toda su completa atención en Jungkook, cosa que le fascinó al azabache—. ¿Quién gusta de mi hermana? —preguntó, aparentemente muy emocionado.

—Yo... Se supone que no puedo decirlo...

—¡Por favor! —rogó, cosa que sorprendió totalmente a Jeon.

—Pero... Es que..

—¡Por fis, por fis! —pidió nuevamente, sus ojitos de cachorrito apareciendo y, esta vez, pasando sus manos alrededor de su cintura, abrazándose a Jungkook por completo, elevando la mirada para verle desde cerca.

Los ojos de Jeon brillaron inevitablemente a causa de la emoción, a sabiendas de que el castaño estaba haciendo eso para convencerlo, pero importándole muy poco aquello, pasando de igual forma sus brazos por la espalda de Taehyung.

—Está bien, hermoso —susurró, y como Taehyung había decidido aprovecharse del poder que tenía en su persona, él también lo haría, así que besó su frente, viendo la mueca de Taehyung y riéndose ante aquello—. Nam Hyung gusta de tu hermana: Hanna. —confesó. Esperaba que aquello no fuese traición hacia sus amigos, aunque así era.

Taehyung vio al azabache con ojitos grandes de la impresión que le proporcionó enterarse.

¡Entonces no era un amor no correspondido como su hermana decía!

—Como decía. Nam y Hobi estaban viéndote a ti porque eres el hermano de Hanna, y cuando casualmente te ví, mi corazón sintió como mil estrellas y mi estómago una epidemia de abejas. —retomó lo que quería contar, haciendo reír sin poder evitar al castaño.

Y cuando intentó separarse de Jungkook al tener la información que necesitaba —sí, muy feo de su parte usar sus poderes especiales de domador—, él no se lo permitió, sosteniendole con más fuerza.

—Y como fui tan considerado en confesarte aquello al costo de la confianza de mis amigos —empezó—, debes quedarte aquí, así... Conmigo. —y dicho aquello en un susurro, atrajo más a Taehyung hacia sí mismo, y rió cuando escuchó al castaño bufar.