27 de enero del 2018, 10:34 pm. 

Hola, mamá. 

No, ya no te llamaré mami, ya sabrás porqué cuando vayas leyendo el contenido de esta carta, pero déjame advertirte que no es bonito y que no es algo que creo que te agrade leer, pero es algo que llevo guardando mucho tiempo y que ya necesito sacar. 

Llevo ya casi un año sin escribirte nada y no es porque no quisiera hacerlo, era porque realmente me dolía si quiera recordar tu simple existencia, me hacía desear morirme, me hacía desear correr a abrazarte y decirte tantas cosas que hiciste mal que era doloroso, no quería que nadie me viera sufrir... Así que no lo hice. 

Pero estoy completamente harto de esto. 

Y sí, me referí a mí en masculino, ¿sorprendida? Claro que sí, y lo entiendo, pero déjame explicarte a detalle desde el inicio todo esto, sé que lo necesitas. 

Mamá, al leer mis anteriores cartas me di cuenta de que estaba cegada por el inmenso amor que te tenía, que yo estaba siendo controlado por ti de una manera demasiado tóxica y que el daño que me hacías era mayor que un bien, y lo peor es que yo me daba cuenta de esto, lo que más me duele es leer a mi yo del pasado sobajándose y pisoteándose por lograr obtener un poco de tu amor o de tu atención, joder, en serio me dieron ganas de vomitar de lo asqueado que me sentí. 

Ahora resulta que no solo me lastimaste a mí, lastimaste también a lo más preciado de mi vida, lastimaste a lo único que yo amaba, lastimaste a un pedazo de mí más grande que mí mismo. Latimaste a mi hermanita menor. A MI HERMANA MENOR, ¿QUÉ NO TE BASTÓ SOLO CONMIGO, MONSTRUO INFELIZ?

Te puedo soportar lo que sea, incluso podría soportar que me destruyeras completamente de mil maneras, pero no te permito que lastimes a mi tesoro, no le permito a nadie que lastime a mi tesoro. Porque, adivina qué, madre, yo soy más su mamá que tú, yo soy más una figura materna para ella de lo que tú lo haz sido y yo soy una mejor madre que tú. Cualquiera es mejor madre que tú. 

Y mira, aún para este momento no te odiaba del todo, pero hoy me enteré de algo que me da unas ganas colosales de vomitar, unas ganas de mandarte a la mierda tan grandes... 

¿Recuerdas como me despreciabas por ser pansexual? ¿Te acuerdas de los insultos? ¿Te acuerdas de las amenazas? Pues parece que todo eso estaba vacío, como tu corazón, tu cerebro y tus promesas. Resulta que sé que te pusiste borracha cuando prometiste que no lo volverías a hacer, resulta que me enteré que te acostaste con una de tus amigas, sí, amigas, una mujer, algo que, según tú, te daba asco y era una aberración. 

Te
acostaste
con
una
MUJER

¡¿Después de tanto desprecio de tu parte me sales con esto?! Maldita sea, madre, más decepcionado no puedes dejarme. Nunca esperé nada de ti más que amor y aceptación, después no esperé nada y ahora solo logras decepcionarme, solo logras que me sienta asqueado. 

Porque eso me das, asco, ASCO, ASQUÍSIMO.

ASCO

ASCO

MUCHO ASCO

ERES ASQUEROSA 

TE ODIO

TE ODIO, TE ODIO, TE ODIO, TE ODIO, TE ODIO, TE ODIO, NO QUIERO VOLVER A SABER DE TI, NO QUIERO QUE JAMÁS TE ACERQUES A NOSOTRAS DE NUEVO Y, DE VERDAD, ESPERO QUE TODO LO QUE HAZ HECHO SE TE REGRESE. TE ODIO, TE ODIO Y ME ARREPIENTO DE NO HABERLO HECHO ANTES. 

Sé feliz ahora que no te estorbamos, haz tu vida ahora que no tienes a nadie que pueda impedírtelo, haz de tus nalgas un papalote si quieres, pero eso sí, no vuelvas a acercarte ni a mí ni a mi familia porque estamos muy bien sin ti. 

Espero que al final tu amargura y rabia con el mundo no te hagan quedar en soledad, porque para allá vas.

Vete a la mierda. 

Atte: Tu hijo mayor.