•Lo que soy•
Yūichiro Hyakuya, un niño huérfano, de apenas 6 años, que se reusaba a ser aceptado por los demás, creando su propio muro "anti-humanos".
Bueno, eso cambio cuando conoció a Mikaela...
A pesar de sus grandes esfuerzos por tratar de alejarlo, este siempre insistía de una u otra forma, al igual que la madre del nombrado, Krul, quien jamás admitiría, le caía bien.
En un abrir y cerrar de ojos ya se había acostumbrado a la presencia de ambos, y así la mayor terminó por adoptar al pequeño Yuu.
El pequeño rubio quería de sobre manera al pelinegro, demostrandoselo cada qué podía hacerlo, recibiendo como respuesta golpes de un sonrojado ojiverde.
Krul no podría pedirle nada más a Dios, pues tenía un buen esposo, una gran casa y unos hermosos hijos a los que adoraba mucho.
Pero claro, no todo lo bueno dura para siempre.
Al pasar los años el padre de ambos enfermo gravemente, haciendo que dejara de trabajar, llenado a la pelirrosa de angustias y preocupaciones, sin contar el trabajo extra que tenía al ocuparse de sus queridos hijos.
Un día paso lo que todos temían, su esposo murió mientras dormía, se fue silenciosamente dejando a la deriva a su familia, la cual ya estaba empezando a verselas difícil.
Mika dejo al chico dulce y risueño para madurar y tomar responsabilidades que no eran acordé a su edad, pues teniendo los 14 años comenzó a trabajar para apoyar a su pobre madre y solventar los gastos de la casa.
Yuu, al ver aquel problema optó por estudiar para conseguir becas beneficiosas, pues era rechazado en cualquier trabajo, quien lo viera diría que aún es un niño de unos once años a pesar de ser tan solo un año menor que el rubio, el cual si contaba con la apariencia de un joven de 15, casi 16 años, lo cual golpeaba el orgullo del pelinegro.
Krul con sus trabajos de medio tiempo no podía darse el lujo de estar con sus hijos, Mika estudiaba y trabajaba por lo que Yuu pasaba casi la mayoría del tiempo en su casa, solo, estudiando.
Raramente los tres podían disfrutar tiempo juntos, como la familia feliz que alguna vez fueron.
Pasaron 3 años para que por fin aceptarán a el azabache en un trabajo decente que no interfiera con sus estudios, disminuyendo la carga del rubio en cuanto al trabajo, dándole oportunidad para que se concentrará un poco más en sus estudios
Las tardes se volvieron más alegres para Yuu, pues ahora contaba con la presencia de su hermano, el cual aveces solía molestarlo, pero al fin y al cabo era muy agradable.
Jamás se dió cuenta que eso le afectaría en su futuro...
>
.
.
.
.
Dos años después (salto en el tiempo :v) ...
Yūichiro, un chico un tanto problemático y huraño, había cambiado con el paso de los años, dándose la oportunidad para conocer a más personas aparte de Mika y Krul, un claro ejemplo eran sus actuales amigos.
Shinoa, su mejor amiga y confidente, Mitsuba, buena chica aunque aveces un poco molesta, Yoichi, muy tímido y Kimizuki, el poste de luz.
No sé quejaba de ellos, eran buena compañía, lo hacían olvidarse de su pequeño martirio diario.
El soportar ver a la persona que le gustaba con otra que no era el...
El azabache vivía con una venda en los ojos, una verdad que disfrazaba de mentira la cual no quiso aceptar hasta que el daño se había hecho, pues si, Yūichiro era homosexual, y no lo acepto por miedo a ser rechazado por su familia.
Pero todo se fue al caño cuando vio a aquel ojiazul junto aquella peli café.
Qué decir, el mayor defecto del azabache no fue negar su preferencia sexual, si no que fue haberse enamorado de la persona equivocada.
Haberse enamorado profundamente de su hermanastro, Mikaela Tepes...
Solo paso y ya, no fue algo que el pudiera evitar o mucho menos ignorar pues cada vez que veía a Mikaela con Akane, su corazón se estrujaba y retorcía de dolor, uno muy fuerte.
Lo único que podía hacer era revolcarse en su miseria, ya que había perdido toda esperanza de que el rubio lo mirase de la misma forma.
Aguantaría el dolor, el tiempo que su corazón le permitiera, pero créanme cuando les digo, que ya casi estaba llegando a su límite, las ojeras bajo sus ojos y su piel pálida lo demostraban.
" No sé si podré continuar con este sentimiento asfixiante"...
>
.
.
.
.
.
— Si sigues con esa mala alimentación no tendré piedad para avisarle a Krul-san, así que cuídate o si no enfrenta las consecuencias Yuu-san —
— No es mi culpa que sea de estómago chico —
— El hecho de que Mika-san tenga novia no significa que tú tengas que estar en este estado para que apenas y voltee a verte — el cuerpo del pelinegro se crispó ante ese comentario.
— ¿Quien dijo que estaba así por Mika? —se defendió — Por si no lo recuerdas tengo un empleo después de la escuela, así que llegando a mi casa tengo que hacer mi tarea —
— Ajá, lo que tú digas —
Ambos se quedaron en silencio, observándose, bueno, más bien, Shinoa observaba a su amigo, el cual quería que ya no sufriera más.
Ella lo sabía, no por nada era una Hiragi, los sentimientos que el oji verde le tenía a su hermanastro eran los mismo que ella le tenía a Yuu.
Claro, ya se había confesado, pero fue rechazada en segundos, así que para no perder el contacto con el menor le propuso que olvidará ese pequeño momento y siguieran su rutina con normalidad.
Aunque ahora más que nunca se había decidido a luchar por Yūichiro, pues no dejaría que siguiera sufriendo por alguien que no lo ama.
— Yuu-san, yo...—
— Oh vaya, me tengo que ir — se levantó de la banca interrumpiendo a la chica —Espero que ya no sigas reclamándome sobre mi alimentación, ni que me fuera a morir — bromeó un poco — Bueno, nos vemos — y se fue dejando a Shinoa con la palabra en la boca.
— Estúpido Yuu-san —
>
.
.
.
.
*7:30*
El pelinegro se dirigía tranquilamente hacia su hogar después de una jornada más de trabajo.
Entró a su casa encontrándose con una vista no muy agradable (a su parecer), en la sala se encontraba Krul, Mika y su novia Akane.
—"Maldita vida"—pensó.
— Ah! Yuu, Bienvenido — grito la pelirrosa emocionada mientras corría a abrazar a su hijo. Sip, para tener 38 años de edad Krul solía ser muy infantil.
— Oye Krul, deja de abrazarme así —trataba de alejar a la mujer sutilmente.
— Bienvenido Yuu-chan — y ahí estaba esa maldita voz de nuevo — Creí que llegarías temprano — Mikaela pronunció con una sonrisa.
"No sigas"
— Yo Mika — dijo secamente para después voltear a ver a la persona a su lado — Akane —
— Hola Yūichiro-kun —
— Bueno, me voy a mi cuarto, tengo que terminar mi tarea —
— ¿¡Eh!? ¡¡Pero apenas acabaste de llegar, quédate un rato, no puedes estar aislado todo el tiempo — Krul empezaba con una de sus rabietas para convencer a el oji verde, lo cual no funcionó, al menos no está vez.
— Perdón pero es importante —
— ¡¡Mika también es importante!! —
Dió una última vista a los presentes en la sala para salir caminando hacia su cuarto sin decir una palabra, obviamente dejando a la pelirrosa con la palabra en su boca (ese Yuu es un poco descortés con las chicas).
El rubio observaba seriamente el lugar donde anteriormente estuvo parado su hermano, para después mirar a su madre.
— Perdón Mika, pero lo que quieras decir puedes hacerlo ahora — hizo una breve pausa — Yuu no podrá estar con nosotros, cada día se vuelve más y más distante, ya ni siquiera sé que hacer, el no poder ayudarlo me hace sentir pésima madre —
Hace unos dos meses Mika y Akane habían empezado a vivir juntos, por lo cual el mencionado ya no veía tanto a Yūichiro y cada vez que iba de visita a la casa de su madre siempre se encontraba con lo mismo, un Yuu distante, frío, grosero y ausenté, lo cual le preocupaba mucho, pues su Yuu-chan era una persona alegre, ariscamente lindo, pero sobretodo era un libro abierto que el podía leer a la perfección, ahora mismo no podía ni descifrar su estado de ánimo lo que lo tenía frustrado de sobremanera.
— Tranquila Krul-san — Alentó Akane — Tal vez Yūichiro-kun esté pasando por un mal momento, solo hay que darle tiempo y tendrá a su hijo de regreso —
— Me alegro que Mika te haya encontraba Akane-chan, estoy segura que llegaras a ser una buena esposa — ante el comentario la peli café no pudo evitar sonrojarse, a Mika solo le causó gracia el comentario.
— Pues no tendrás que esperar tanto para eso Madre —
— ¿Qué? — pregunto asombrada la mujer.
— De eso queríamos hablarte —
>
.
.
.
.
.
— Yuu-chan, ¿Puedo pasar? — el rubio tocaba la puerta suave pero constantemente, espero un rato hasta que no recibió respuesta — Ya tengo que irme, solo quiero hablar contigo un momento —
Después de unos largos minutos la puerta fue abierta dandole acceso al mayor para entrar.
— ¿Qué es lo que necesitas? — pregunto toscamente — Aún tengo que terminar unos trabajos —
— Siempre que tienes un problema te encuentras a la defensiva, así que dime, ¿Qué es lo que te pasa? — pregunto dulcemente.
"Si sigue tratándome de esa forma puedo malinterpretarlo..."
El pelinegro se le quedó viendo por unos segundos — No es nada importante, ¿Tú qué querías decirme? —
— ¿Acaso Yuu-chan ya no confía en su hermano mayor? — hizo una mueca triste causando dolor en el pecho de Yuu.
" Hermanos..."
— Al grano Mika —
— Vaya que frío — y en realidad le estaba molestando el hecho de no poder ayudarlo — Bueno, te lo diré... Akane y yo vamos a casarnos en una semana —
" No por favor..."
— Ah, Gua — internamente se desmoronaba poco a poco — Pues felicidades, Mika...— trataba de que su voz no saliera quebradiza — Les deseo lo mejor, pero si nadamás era eso, ¿Puedes irte? Necesito continuar con mis deberes —
— Está bien — avanzó hacia la puerta deteniéndose en el marco — Ni se te ocurra faltar, será un día muy importante para mí —
— Vale, estaré ahí —
— Bien, nos vemos Yuu-chan — sin mas el rubio se fue cerrando la puerta detrás de el.
Yūichiro no tardó en caer de rodillas en el piso, sus ojos empezaban a picarle, su boca comenzaba a soltar gemidos lastimeros, y para cuando se dió cuenta ya se encontraba llorando hecho un ovillo en el piso.
El dolor en su corazón se le hacía más insoportable que de costumbre mientras que la frase "Akane y yo nos casaremos" se repetía una y otra vez en su cabeza haciendo que su dolor solo aumentará.
Un poco más de tiempo llorando hizo que se quedará dormido en el frío piso, soñando con un futuro junto al rubio, el cual sabía que jamás sería real.
>
.
.
.
.
.
* 3 días después *
— Bienvenida Hiragi-chan — saludo cortésmente mientras invitaba a pasar a la nombrada — Me alegro que hayas accedido a venir a pesar de que estés ocupada —
— No se preocupe Krul-san, sabe que puede contar conmigo para todo lo que necesite — pasó directo a la sala seguida de la mayor — ¿Yuu-san se encuentra en su habitación? —
— Sí — su ánimo decayó al recordar a su pequeño hijo — No a querido salir de su cuarto desde hace tres días, tampoco comer, no se si a dormido, se niega ir a la escuela, ni siquiera a querido hablar conmigo, no se lo que le pasa, me siento pésima por no poder ayudarle en nada...— la pelirrosa ya se encontraba llorando, Hiragi no dudó en ir a abrazarla.
— No ponga esa cara, ahora mismo iré a hablar con el — se separó de la mayor — Veré si puedo hacer algo, déjelo en mis manos Krul-san —
Y dió marcha hacia el cuarto de Yūichiro, tocó la puerta esperando autorización para entrar pero al no recibir respuesta decidió a abrirla con un pasador que traía en su mochila.
— Yuu-san, tenemos que habl...— las palabras se esfumaron de su boca al observar al nombrado.
Se encontraba en su cama, con notables ojeras, ojos llorosos y nariz completamente roja e irritada, su cabello todo revuelto y despeinado, sin contar que aún seguía en pijama a pesar de ser ya las dos de la tarde.
— ¿Shinoa? — susurro débilmente.
— Por dios Yuu, ¿Quée te han hecho para haberte dejado en tal estado? — pronunció temerosa a la vez que se dirigía a abrazar al azabache.
— Shinoa...— se aferró lo más que pudo a ella, sintiéndose de alguna manera protegido — Mika, el...— hizo una pequeña pausa tratando de que su voz no se quebrase — Mika se va a casar...—
— ¿Qué? — soltó atónita mientras sentía que el agarre de su amigo se hacía más fuerte.
— Ahora yo no tengo ninguna oportunidad con el, se va a casar con Akane, y entonces jamás podré estar con el... Mika ya no podrá estar más conmigo —
Lo único que pudo hacer fue escuchar a Yūichiro el cual se desahogaba.
Shinoa en verdad empezaba a tener rencor contra el Rubio, pues éste tenía el amor incondicional de Yuu el cual solo pisoteaba e ignoraba, si ella fuera Mika ya le hubiera profesado amor eterno al azabache.
La tarde paso y con ello el malestar de Yuu también, ahora ya se encontraba hablando con su madre, se disculpaba por haberla preocupado de ese modo pero ella solo lo llenaba de besos y abrazos, estaba feliz de que su hijo ya se encontrará mejor, la peli lila solo los observaba desde lejos con una sonrisa nostálgica.
>
.
.
.
.
— Bien, creo que es hora de ponerme en marcha...— susurro mientras sacaba unas hojas de papel mientras comenzaba a escribir sobre ellas — Realmente no puedo con esta carga — suspiro frustrado — Mika, espero que tú y Krul me lleguen a entender...—
>
.
.
.
.
Holi :3 ya volví.
Con una nueva historia lo sé, pero como dice el título solo serán tres capítulos de esta, así que no esperen algo largo, no se ilucionen mis pequeños niños :v .
Jaja ok no, me recorde yo misma a la mamá Isabella :'3 (chales ya se acabó la temporada, pvta que SAD :'v).
Weno, como ya no tengo nada más que decir o informar (se me seco el cerebro we :v) pues me pasó a retirar a sumirme en mi depresión :P.
Chau :u/
Himeka Uchiha Okumura de Zoldyck :3 ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro