Narra Dark.

-Vuelvo y repito. ¿Qué se supone que haces aquí? -Esta vez, ya me exigía una respuesta y su voz era muy arrogante y de pocos amigos.

Apreté mis puños mientras respiraba profundamente.

Ahora sí estoy en problema.

Terminé expulsando todo el aire comprimido para finalmente voltear con mi frente en alto.

-Jefe... yo...

-¿Acaso crees que tengo escondido algo tuyo? -Pasos fuertes daba acercándose a mí.

-Y-yo... sólo...

Nervios eran lo que menos quería sentir. Lo único que trataba era mostrame seria y decidida en mis respuestas, pero eso era algo muy difícil de lograr.

Mostró una sonrisa malévola mientras seguía dando pasos, por un momento creí que se estaba acercando a mí para esperar lo peor. Pues me equivoque al respecto, pasó a mi costado rozando su hombro con el mío. No me digne a voltear debido al miedo que me recorría, pero claramente logre escuchar el rechinar de la cajonera el cual yo tuve la intensión de abrir.

-¿Acaso buscabas esto? -Me preguntó mientras llegó estar al frente mío. En su mano derecha llevaba unas cuantas hojas.

-¿Qué es eso? -Pregunté fingiendo ignorancia. Estaba segura que esos papeles era lo que estaba buscando.

-¿Qué crees que es? -Preguntó cínicamente.

Empecé a negar lentamente con mi cabeza. -No tengo ni la más mínima idea.

-¡No mientas! -Exclamó dándome una abofetada.

Automáticamente lleve mi mano sobre mi mejilla en la que recibió el golpe. Pues aquel hombre si tiene fuerza y con lo que me acabó de dar, siento mi mejilla palpitar de dolor.

-¡No estoy mintiendo! -Exclamé tratando de evitar que lágrimas salgan.

-¿Crees qué no me entere que  andabas preguntando a todo mundo sobre tu pasado?

-Solo era curiosidad. -Terminé aceptando.

-Claro, tanto es tu curiosidad, que hasta te atreviste a buscar entre mis cosas. -Su rostro estaba a poco centímetros del mio. Claramente se le podía ver sus venas de la frente dilatarse de lo furioso que estaba.

-Lo... siento.

Mi miedo llegó al limite, haciendo que finalmente agachara mi cabeza.

Sombra soltó una risa sarcástica. -¿Sabes lo que haré con esto? -Movía desesperadamente aquellas hojas. Yo ni siquiera movía un musculo.

De pronto, empiezo a escuchar el sonido del papel rasgarse. Pequeños trozos empiezan a caer al suelo. Mi única posible solución a recuperar mi memoria estaba en ese momento siendo destruida por el crápula de Sombra.

-Me enoja que una de mis mejores ladronas desconfíe de mí. -Dijo secamente. -Creí haberte dicho tu pasado. Y aún así andas dudando de mis palabras.

-Yo... no estoy dudando de usted.

-Entonces, ¿Por qué haces esto? -Agarró mi mentón con el objetivo de alzar mi rostro.

-No sé. -Mentí encogiendome de hombros.

-Yo confió en ti y tú en mí. -Miraba fijamente mis ojos. -Aquellas hojas que acabe de romper no son más que reportes viejos.

Aún no soltaba mi barbilla.

-¿Reportes de mi accidente?

Se quedó callado por unos segundos. -No... Bueno, sí, pero nada importante. -Sonrió. -Sólo eran resultados de unos exámenes... Bien, ese no es el caso. Pero me decepciona que tú hayas hecho esto.

-Ya le dije que lo siento. -Mi tono era bajo.

Él suspiró.

Su mano empieza a sobar lentamente la mejilla que me había golpeado. Mi mirada seguía su mano que no paraba de recorrer aquel lugar.

-Lo siento. -Susurra. -No lo quise hacer... Fui muy precipitado.

-No se preocupe. Fue mi culpa... Tiene razón, no debí buscar algo que, gracias a usted, está muy claro.

Lo único que quería era irme lo antes posible de aquel lugar y mantenerme alejada de Sombra. De sólo estar tan cerca de él, me hace sentir un gran escalofrío recorrer cada centímetro de mi cuerpo. Aparte de miedo, también sentía un gran odio hacia aquel hombre que hizo de mi vida una miseria.

-Perdonada... Mejor olvidemos lo sucedido.

Yo apenas pude mostrarle una pequeña sonrisa. Traté de alejarme de él, pero me detiene agarrando mi brazo.

-Debo irme. -Repuse temblorosa.

-No sin antes de esto. -Acercó su rostro para darme un corto beso en mis labios.

No lo niego, sentí repugnancia después de aquello. Al final, una lágrima logró salir y mi pulso se aceleró en un instante.

-Vete. -Me exigió dirigiéndose hacia su silla.

Sin pensarlo dos veces, salí de su oficina con paso acelerado mientras sollozos y lágrimas no cesaban.

No me agradaba para nada esto, lo único que quería era huir e ir corriendo hacia donde está mi verdadera familia, el cual no veo hace unos días.

-Querida, ¿Qué sucede? -Preguntó Rarity preocupada mientras yo entre de golpe al dormitorio.

-¡Ya no aguanto esto! -Exclamé entre sollozos mientras tiraba de mis cabellos y caminaba de un lugar a otro.

-Pero... ¿Qué sucedió? -Volvió a preguntar.

-Sombra... Me atrapó buscando en su oficina, me abofeteó, rompió mis reportes de lo que no tengo ni la mas mínima idea de lo que es y por último... me... beso. -Dije con desagrado.

-Espera, espera... ¡¿Te beso?! -Gritó sorprendida. Asentí con mi vista pérdida después de haber parado de caminar por toda la habitación.

-Debo irme de aquí cuanto antes... Ya ni sé como Sombra me ve realmente.

-Quieres decir, ¿ir con tu verdadera familia? -Preguntó desanimada.

-Pues sí. Ya sé quien soy realmente. -Respondí de inmediato. -Con lo que acabó de suceder, no creo que me va a ir bien con Sombra, al menos de mi parte.

-Pero ¿Cómo? No sera fácil alejarte de la guarida, Sombra te encontrará de inmediato. -Apoyó sus manos sobre mis hombros. -Piensa en el agente y sobre todo en tu hija, ellos serán el primer blanco.

-Lo sé y aún no encuentro una solución a eso. -Agaché mi rostro. -Pero debo hacerlo ya, pero sin perjudicarlos.

-Y yo sé qué lo lograras. -Me dijo Rarity mostrándome una sonrisa. -Lo que más quiero, es que tú seas feliz.

Narro yo.

Al otro lado de la puerta, se encontraba apoyada aquella mujer que tanto odia a Twilight, bueno, más bien a todo el mundo. Pero el caso es que, Trixie acabó de escuchar la conversación que acabaron de tener las dos amigas.

Frunció su ceño mientras mordía su labio inferior de los enojada que estaba.

-No creí que esto sucediera tan rápido. -Pensó Trixie alejándose de ahí. -Tendré que actuar antes que ella. Algo me dice que mi plan tendrá que anticiparse.

Caminó hasta llegar al consultorio de Fluttershy. Sin tocar la puerta ni pedir permiso, termina entrando.

-¿Trixie? -Fluttershy se asustó por la repentina presencia de ella.

-¿Le dijiste a Dark la verdad? -Le preguntó secamente.

Pues ella fue la primera persona que se le vino a la mente que le pudo haber dicho quien es realmente Dark.

La doctora abre sus ojos hasta más no poder debido a la impresión.

-Yo-yo sólo le dije del aborto. -Respondió de inmediato. -Ahora ella me odia. -Su rostro se entristeció al recordar aquel día donde una de sus pocas amigas dio por terminada su amistad.

-Entonces ella lo buscó. -Supuso ella.

-¿Qué sucede Trixie? -Preguntó nerviosa. -No me digas que Dark terminó descubriendo completamente todo.

-Pues por culpa de tu lengua floja provocó que las cosas empeoraran. -Golpeó con sus puños el escritorio.

Acto seguido, dio vuelta y se encaminó hacia la puerta y salir de ahí sin darle tiempo a Fluttershy para hablar.

-Mi venganza ya está por empezar, aunque no creí que llegara tan rápido. -Trixie mostró una sonrisa malévola.