XII Final
"Recuérdame con amor, mas no me pidas volver cuando no tengo nada que ofrecerte."
-¿Aún falta mucho?- pregunto.
-Si.- responde la estrella.
-¿Exactamente a donde debemos llegar?- pregunta Zac
-Solo síganme.- repite.
El bosque se torna cada vez más impenetrable, encuentro que para Zac es cada vez más complicado avanzar ya que las plantas lo hacen casi imposible.
- ¿Estás bien?- pregunto cuando veo que tropieza con unas enredaderas.
- Si - responde cortante.
-Ya casi llegamos, es bajando la colina - indica.
Zac y yo intercambiamos una mirada insegura, pero lo seguimos. Descendemos la colina con cuidado, lo único que vemos es un claro ante nosotros.
- Aquí no hay nada... - observa Zac. Ambos miramos a la estrella.
- ¿Dónde están?- pregunto.
- Allí vienen - apunta con un dedo tras nosotros.
Al voltearnos vemos un grupo de individuos con máscaras de animales muertos en sus rostros, pieles en sus hombros y el torso desnudo. También hay mujeres con capas rojas que cubren todo su cuerpo solo dejando su rostro descubierto.
Zac apunta su arma hacia ellos - ¿dónde está mi hermano?- demanda una respuesta. Todo es silencio. Dispara una bala al cielo pero nadie parece inmutarse y continúan acercándose. Con un movimiento de mano uno de los hombres con máscaras hace volar el arma de la mano de Zac y continúan acercándose. Me atravieso frente a él, puede que sea un hombre descortés pero no puedo dejar que lo lastimen.
- Aléjense, él no tiene nada que ver en esto - Todos se detienen y abren paso para que alguien se aproxime, este es diferente, lleva una capa negra. Camina lentamente hacia nosotros, (muy lentamente...) su figura es jorobada y pequeña, se asemeja a la postura de un anciano, al llegar quita la gorra de su capa que cubría su rostro. Una de las mujeres enciende una antorcha y la acerca hacia mí. Gracias a esa luz puedo ver con claridad su rostro, como lo sospeche es un anciano, sus ojos son blancos, es ciego.
- Aquí están como lo prometí, quiero que me devuelvan a mi hija - interrumpe la estrella dando un paso adelante. Las mujeres sueltan una risita cómplice entre si - ¡exijo que me la devuelvan, aquí están como lo prometí!- replica desesperado señalándonos.
El anciano me mira de una forma extraña, como reconociéndome - te he buscado tanto tiempo, me dice - Acompáñame.
- ¿Dónde está mi amigo?, pregunto. Sin apartar sus ojos de mí, habla.
- Apresen al muchacho y traigan a la estrella su hija.
- ¡No me toquen!- protesta Zac cuando dos de los hombres con máscaras lo toman de los brazos.
- Vamos - me ofrece acompañarlo. Decido aceptar, intentar escapar o luchar sería imposible, nos superan en número y ya apresaron a Zac.
Caminamos juntos por el claro hasta encontrar un sendero que nos interna al bosque, me concentro en la cabeza de Zac, intento no perderlo de vista. El camino se hace interminable hasta que todos se detienen y se desvían del sendero, caminamos entre los arboles hasta que llegamos a otro claro, rodeado de frondosos árboles que en la oscuridad de la noche no dimensiono que tan altos son.
Todos forman un círculo dejándonos a mí, Zac y el anciano en medio de la oscuridad, un hombre aparece cargando en brazos a una joven. Ella parece dormida, no puedo alcanzar a verla bien cuando la estrella corre a su encuentro tomándola en sus brazos, con desesperación intenta despertarla pero ella no lo hace. El rostro de la estrella se vuelve triste, toda su luz abandona su cuerpo, como si apagaras una lámpara.
- ¡Laura!- la voz de Dalton llamándome. El intenta corre hacia nosotros cuando cae al piso, alguien lo trae atado de manos y lo hizo tropezar.
Zac intenta correr hacia el pero lo detienen. Vuelvo mi vista a la estrella y la veo levantarse con su hija en brazos y caminar fuera del circulo internándose en el bosque, solo desaparecen.
- ¿Está muerta?- pregunto al anciano.
- Su sacrificio era justo y necesario - responde.
- ¿Para qué?- vuelvo a preguntar.
- Para salvarte a ti - responde mirándome fijamente a los ojos.
-Estás loco - niego alejándome, el me sigue a cada paso.
- ¿No me recuerdas Laura?- pregunta. ¿recordarlo?
-No.
- Soy yo, tu hermano - responde
- Eso es mentira, yo no tengo hermanos.
- Si lo tienes, soy yo - responde entre lágrimas - te he buscado toda mi vida, voy a llevarte a casa, al momento en que nos quedamos, volveremos a estar juntos.
- ¿Laura que está diciendo?- pregunta Dalton. Me encojo de hombros, este tipo perdió la razón.
- Estas aquí porque me estabas buscando, así como yo lo hice todo este tiempo, puedo regresarte a la vida - me explica mientras continua acercándose - Eres una guardiana porque separaron tu alma de tu cuerpo y se llevaron tu corazón cuando te capturaron, eres un espíritu protector porque diste tu vida para salvar la mía, y ahora yo puedo regresártela.
- No entiendo nada - respondo.
- Traigan el ataúd y el corazón de la estrella.- la desesperación llena mi cuerpo cuando recuerdo lo que me explico la estrella sobre el corazón de su pequeña, si él se la llevo en brazos significa que ya se lo arrancaron. El anciano ordena y una de las mujeres corre a obedecer.
Pronto se aproximan hombres cargando un ataúd y una mujer con un paño lleno de sangre azul en sus manos.
- Solo entra a tu cuerpo y con el corazón de una estrella volverás a la vida, y esta vez todo será diferente - intenta convencerme.
- ¿Para qué tienes a mis amigos entonces?- pregunto.
- Sus ojos y cuerpo son para mi - responde - volveremos a ser jóvenes.
Volteo a ver a Dalton y a Zac mírame cautelosos y suplicantes, desean que me niegue...
- Laura...- Zac me habla - No te conozco pero si hay algo que se, es que nada de lo que pensamos que hubiese sido diferente, lo puede ser.
- Es la ley del destino - continua Dalton.
- No puedes recuperar el tiempo que perdiste robando la vida de los demás - dice Zac - No pienses en nosotros, piensa en la vida de esa niña a quien le arrebataron de los brazos de su padre y robaron su corazón... para ti, no seas parte de algo tan bajo.
- No los escuches, si todo está escrito, que tu vuelvas a la vida también lo está, solo acepta hermana - replica el anciano - Debes recordar... canten - pide a sus subditos y ellos lo hacen. Sus cantos aturden mi mente.
Mi vista se vuelve borrosa y mi cabeza me da vueltas, una explosión de recuerdos llegan a mi... pronto imágenes llegan a mi cabeza, la escena cambia y me encuentro en medio de un camino de tierra en la noche, a lo lejos veo a una mujer con una capa negra y a un niño corriendo pasar frente a mí, desesperados intentando escapar ¿de que escapan? Observo un poco más atrás y veo a una muchedumbre que los persigue. Los sigo hasta que se desvían del camino y corren hacia los árboles para despistar a sus perseguidores.
- No puedo más - repite el niño cansado. Sin responder la mujer lo carga en brazos mientras el niño llora. Juntos llegan a un arroyo, la veo detenerse y bajar al niño.
- Mírame - toma su rostro en sus manos - ¿sabes cómo llegar a la casa de tía Clara?- pregunta. El niño asiente - Quiero que corras lo más rápido que puedas hacia ahí, dile lo que paso y que te cuide - el niño niega mientras llora - Mírame, se fuerte... ¿está bien?- lo tranquiliza.- Yo los distraeré.
- No puedo separarme de ti - responde el niño.
- Te prometo, que en esta vida o en la otra nos volveremos a reunir, está bien?- ella lo abraza - Ahora corre.- ordena.
El niño cruza el arroyo y se pierde entre los árboles. Ella lo observa hasta que desaparece, cuando decide irse intenta tomar otra dirección pero la muchedumbre la acorrala, continua tratando de escapar pero la capturan. Deja de luchar y se la llevan. Los sigo hasta que le quitan la capa... soy yo. La escena desaparece y vuelvo a la realidad, miro al anciano reconociéndolo, por fin recordándolo todo.
- Ya te recuerdo - me acerco a él - Lamento tanto haberte olvidado - me disculpo - También lamento haberte dejado solo - lo abrazo con todo el amor contenido por el pasar de los años.
- Te quiero - contesta entre lágrimas.
- Debes detener todo esto, de inmediato y dejarlos ir.
- No, he trabajado mucho para que este día llegara, no puedo terminarlo - responde.
- No puedo permitir que lastimes a mis amigos - lo reto.
- Acaso te importan más que haberme encontrado y recordar todo?- pregunta molesto.
- Tú no eres el niño que yo recuerdo, el no se hubiese convertido en un brujo.- respondo despectante.
- Yo soy un hombre que creció sin lo único que tenía en la vida, te necesitaba.- cuenta molesta.
- Debes dejarme ir - repito y me acerco a él. Él se aleja.
- A ti no te importa que estemos juntos, solo te importan esos inmundos humanos.- repite - destiérrenla - ordena a sus brujas - Ese corazón será para mí.
- Si me importas pero no permitiré que los lastimes - lo abrazo y concentro todo mi poder en tomar la daga que tenía en mi bolsillo y clavarla en su estómago. El me mira a los ojos mientras pierde sus fuerzas y cae al suelo, lo acompaño mirándolo a los ojos para que no sienta miedo mientras su alma abandona su cuerpo en compañía.
De reojo veo como un alboroto se forma cuando la estrella vuelve en compañía de la manada de lobos que atacan a las brujas y brujos. Así Zac y Dalton quedan libres y escapan alejándose del lugar. Vuelvo mí vista a la estrella que arrebata el corazón de su hija de las manos de la mujer que lo tenía para luego atravesarla con un sable de luz. Cuando todo el alboroto termina vuelvo mi vista los ojos de mi hermano, está muerto... De sus labios una pequeña luz brota y se eleva hasta separarse por completo de su cuerpo, pronto va tomando una forma, la forma del niño de mi recuerdo para luego desvanecerse y separarnos de nuevo.
- Laura.- la voz de Dalton me llama. Lo veo acercarse a mí junto con Zac y los lobos.
- ¿Estás bien?- pregunto mientras me limpio una lagrima.
- Si, gracias, nada de esto hubiese sido posible sin ti - responde.
- Supongo que después de todo si era mi culpa - me encojo de hombros.
- Mi tribu puede ayudarte - me dice el lobo - Si lo que quieres es descansar ellos pueden ayudar a buscar que es lo que te ata a esta vida.
- Está bien - acepto.
Juntos dejamos el lugar y seguimos a los lobos hasta llegar a sus cabañas, el lobo me lleva junto a un hombre que cree poder ayudarme, pero no dejo de pensar en mi hermano, supongo que la sangre llama. Luego de preparar el ritual, uno muy diferente y pacifico a comparación al de las brujas, el hombre me pide que me acerque.
-Estas segura que deseas irte?- pregunta.
-Sí, estoy lista.
- Laura.- Zac me llama - si deseas quedarte prometo ya no tratarte de la forma en que lo hice - propone.
- Ni yo asustarme y ser un cretino - apoya Dalton.
- Gracias, pero es hora de buscar al lugar que pertenezco - les sonrío - Nunca los olvidare - prometo.
- Ni nosotros a ti.- responde la estrella.
El hombre me canta una canción tan suave acompañada de una flauta y muchos aromas que adormecen mis sentidos, antes de dormirme veo por última vez a Dalton y por primera vez desde que desperté, siento paz.
Fin.
D.G. NIVEN
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