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"No me pidas que me aleje si no puedes protegerlo"
Han pasado días desde que no veo a Dalton, pero considero que haberlo dejado atrás es lo mejor... ¿qué podía esperar estando cerca suyo? solo acompañaba mi soledad. Pero debo admitir que no hay nada más doloroso que no hablar con alguien a quien estabas acostumbrado a tener en tu día a día.
Queda acostumbrarme a mi antiguo pasatiempo, observar vida... yo no tengo una. Eh llegado a considerar que hubiese sido mejor ser desterrada por esa bruja, saber que tenía un propósito y no pude cumplirlo... no es muy alentador. No eh vuelto a ver a la estrella, me la paso en el lago, el invierno cada vez se acerca más, las noches se vuelven frías, lo más frio es que mis recuerdos se han detenido por completo ¿Cómo lo sé? Siento que comienzo a olvidar lo poco que recordé cuando estaba cerca de Dalton. Estar lejos de él es como un vacío, trato de evitar pensar como la estará pasando en sus clases, es solo un niño grande.
Considere marcharme por usarlo, que te hace pensar que tu si?- bromeo.
- Yo si soy un médium completo.- responde seriamente.
- Nos hiciste creer que no sabías nada sobre esto.- reclamo.
- Mi propósito es alejar a mi hermano de este mundo, llevo toda mi vida cuidándolo como para que tu insignificante guardiana vengas a introducirlo algo para lo cual no está ni remotamente preparado. Crei que solo me molestabas a mi, no sabia que el tambien podia verte. De lo contrario ya te habria alejado de él antes que lo metas en todo lo que hiciste hasta ahora.
- No soy mala.- me defiendo.
- Tal vez tu no, pero hay más espíritus que solo tú en la tierra y él no está preparado para esto - responde.
- Ya no puedes cuidarlo de todo, si de verdad quieres hacerlo entonces debes prepararlo para enfrentarlo.
-Es complicado.
- ¿Por qué?- pregunto.
- Nuestro don es hereditario en algunos hombre de mi familia, mi abuelo fue quien me enseño todo, pusimos un encantamiento sobre Dalton para que no se manifiesten sus poderes antes que yo vuelva pero algo fallo, y tu apareciste antes que yo volviera, ahora está desaparecido y no puedo evitar pensar que es tu culpa.- explica.
- Yo jamás permitiría que algo malo le pasara, tal vez al comienzo tuve dudas y creí que podía ayudarme, pero ahora solo quiero que este bien para poder alejarme de él y de ti.
- Dejare que me ayudes a buscarlo si eso es lo que quieres, pero luego solo deseo que te alejes de nosotros.
- Lo hare.- acepto.
- Entonces vamos a la casa, necesito algunas cosas de ahí, no hay tiempo que perder.
Juntos nos dirigimos a su casa por sus armas, el cree que algo se lo llevo.
Cuando llegamos a la casa acompaño a Zac a la planta alta a buscar sus cosas, él va directo a su habitación mientras yo me detengo en la puerta de Dalton al oír un ruido.
- Zac.- lo llamo.
- Que pasa?- pregunta desde su habitación.
-Ven.- lo llamo. El sale con una mochila en su espalda y un arma en sus manos.
-Qué?- pregunta.
-Hay alguien más en la casa?- pregunto y el niega. Cuando está a punto de preguntarme la razón de mi pregunta, el también escucha el ruido.
Con su arma en posición, me hace una señal con la cabeza para qué abra la puerta, centro mi energía y la puerta se abre. Todo se encuentra en penumbras hasta que enciendo la luz, ambos nos quedamos impactados cuando vemos a la estrella sentada en suelo, de lo que parecen heridas en su rostro brota un líquido azul. No posee ni un poco de luz.
-¿Que te paso?- pregunto acercándome.
- Laura aléjate.- me lo impide Zac, tuve que aceptar que él es quien toma las dicciones y debo obedecerlo.
- Zac no ves que está herido?- lo reprendo.
-Solo veo que está en la habitación de mi hermano desaparecido.- responde frio y cortante.- ¿Qué haces aquí?- pregunta.
-Quiero su ayuda para recuperar a mi hija.- responde limpiándose el líquido azul haciendo muecas de dolor.
-¿Tienes una hija?- pregunto asombrada.
-Sí, y la van a sacrificar junto con tu hermano si no vamos por ellos.
-¡Quien los tiene!- pregunta Zac.
-Un aquelarre de brujas que están buscando a Laura.- responde mientras se incorpora.
-Que no habías matado a la bruja Zac?- pregunto.
-Hay más - responde la estrella.- La bruja a quien enfrentamos tenía que entregarte pero no lo hizo, por ello secuestraron a mi hija y me obligan a llevarte ante ellos, pero sé que es una trampa y no me la entregaran, necesitamos armar una estrategia.
-¿Y mi hermano?- pregunta Zac.
- Se lo llevaron junto con mi hija cuando fue a buscarme, es la única forma de llevar a Laura hacia ellos, no pueden verla, por eso se lo llevaron.
- Hay que ir.- respondo.
- Son demasiados, no podremos solos.- responde la estrella preocupado.
- Debemos ir por más ayuda.- responde Zac.
- ¿Pero quién?- insisto.
- Los lobos- responde. Con lo bien que me caen los perros.
- ¿Tu sabes cómo encontrar a los licántropos?- preguntan la estrella.
- Si, vamos.- responde este.
- ¿Enserio veremos hombres lobos?- pregunto algo incrédula.
- Sí, no son muy amigables con espectros como tú... ya sabes.- responde Zac.
Zac se apresura a salir de la habitación sin esperarnos ni ayudar a la estrella.
- Déjame ayudarte.- me acerco a él y lo sujeto del brazo para que se ponga de pie.
- Laura lamento haberte dejado con la bruja, no tenía manera de ayudarte.
- Para que querías que volvamos?- pregunto buscando que me diga la verdadera razón de su insistencia anterior.
- Porqué necesitaba ese libro para buscar algo que me ayude a mí y a mi hija a volver, estar aquí es una constante huida, somos casados por todo tipo de espectros, no es un lugar seguro para ella.
- No lo entiendo.- ¿qué tendrán de especiales?
- Es por nuestro corazón capaz de volver a la juventud a cualquiera, curar todo mal y darle una vida eterna.- responde cansado.- El mío ya está viejo, pero el de ella es tan joven y puro... es una joya.
- Prometo que la recuperaremos junto con Dalton.- lo consuelo.
- Eso espero.
Llevamos horas caminando por el bosque, según dijo Zac no estamos muy lejos de su territorio de caza, ya que no sabe dónde encontrarlos en su forma humana. Lo sé, eso no es nada alentador.
- Falta mucho?- pregunta la estrella.
- No... ya estamos aquí.- responde.
- ¿Cómo lo sabes?- pregunta mientras se sienta en un tronco viejo. Sus heridas ya sanaron... es sorprendente. Un poderoso aullido se escucha no muy lejos de nosotros, cuando lo notamos una manada de lobos nos acorralan. ¿De dónde salieron? Grandes y fieros, nos acorralan con recelo y gruñen... que modalitos.
- ¿Seguros que estos son?- pregunto preocupada cuando uno está demasiado cerca mío y al parecer si puede verme.
- Soy amigo de Jack.- grita Zac. Solo gruñen en respuesta.
- ¿Cómo sabemos que es cierto?- pregunta en medio de gruñidos un lobo gris... retrocedo unos pasos ya que son tan impactantes! Zac mete su mano dentro de su camisa y saca un relicario, no alcanzo a ver que tiene dentro cuando vuelve a cerrarlo guardarlo de nuevo.
- Tú puedes venir, pero esos dos no.- responde otro lobo.
- No puedo irme sin ellos. - se niega Zac.
- Se quedarán aquí mientras tú nos acompañas. – sentencia el mismo lobo. – mis hermanos se quedaran a vigilarlos. Los demás lobos asienten y se acercan más a nosotros, nos miran de forma amenazante y despectiva.
Zac se aleja en compañía del lobo gris, lo sigo con la mirada hasta que desaparece en la oscuridad. La estrella solo se acomoda mejor en el tronco donde está esperando y me insta a que me siente con él.
-¿crees que tardara mucho?- pregunto.
- Espero que no.- responde él.
- Nos miran como si fueran a comernos.- murmuro.
- El preocupado debo ser yo, a ti ni siquiera pueden tocarte.- responde.
- Estoy preocupada por Zac.- admito
- Fue su idea venir, seguro estará bien.- me tranquiliza.
Los minutos parecen horas, veo ansiosa entre los arboles esperando que Zac aparezca con ayuda, buenas noticas o lo que sea. No podemos darnos el lujo de perder tanto tiempo. Los lobos ya no nos gruñen pero no dejan de mirarnos recelosos, son tan majestuosos. Son grandes, peludos y feroces, sus ojos son profundos, igual a la mirada de un humano. Expresivos y hermosos, tengo ganas de acariciar su pelaje... lo sé, me acaba de agradar un perro.
Todos dejan de mirarnos para fijar su vista hacia el bosque, luego de unos segundos veo a Dalton volver junto con otros cuatro lobos. Llegan ante nosotros y un lobo marrón comienza a hacer caras raras y contraer su cuerpo hasta tomar forma humana. No puedo estar más asombrada. Cuando se vuelve a mirarnos está completamente desnudo, dejo de mirar para no incomodarlo... o incomodarme yo.
- Laura - me llama Zac pero no volteo. La estrella me da un toquecito y musita la palabra "ya" entonces volteo.
- ¿Qué?- pregunto como si nada hubiese pasado. Zac enarca una ceja y la estrella ríe un poco. No miro al nuevo integrante porqué me da un poco de pena.
- Lobos, ayudaremos a Zac a buscar a su hermano, lo tienen cautivo el aquelarre de brujas que hemos estado buscando.- habla el recién convertido, levanto mi mirada y para mi gran asombro es el mismo chico de la cabaña doce que había visto el primer día que llegue aquí. Lo lobos aúllan en respuesta, están preparados.
-Usaremos a la guardiana y a la estrella como carnada para distraerlos, irán primero ustedes - nos señala a mí y a la estrella, la estrella asiente y se levanta.-Mientras ustedes los distraen nosotros recuperaremos al hermano de Dalton y a la hija de la estrella. Cuando los tengamos, no hay perdón, los queremos a todos muertos.
- Eso es muy drástico.- intervengo.
- Laura.- ay se sabe mi nombre.- Sé que tu naturaleza te impide causar daño, pero esto no es un juego.- responde serio, su mirada es tan intimidante.- Si fallamos todo será en vano, puedo perder a mis hermanos, Zac al suyo y la estrella a su hija... si no puedes con esto solo retírate.- sentencia.
- Si puedo.- respondo rápidamente. La estrella nos guía por el boque, los lobos están atentos a cualquier movimiento o ruido, son muy cautelosos.
- Ya casi llegamos, debemos separarnos.- informa la estrella. Todos se detiene y nosotros dos continuamos.
- Iré con ustedes.- informa Zac.
- No es una buena idea Zac, quédate aquí.- advierte el lobo.
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