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VII

 "No te acostumbres a la indiferencia con cual te segas, solo para ignorar más a gusto una injusticia"

Me levanto de banco y camino por las calles sin rumbo, tratando de estabilizar mi mente y no hacer algo de lo que luego podría arrepentirme.

- ¿estás bien?- esa voz me saca de mis pensamientos, me volteo lo más rápido que puedo.

- Aléjate de mí.-se acerca pero no retrocedo, temo desquitar mi ira con quien no lo merece.

- ¿estas así por lo que le paso al médium?- pregunta. ¿Cómo sabe lo que le paso?

- Tiene nombre.- respondo y se encoje de hombros.

- Para mí ese es su único nombre.

- ¿Cómo sabes que le paso?- se rasca la nuca antes de responder.

- Te estuve siguiendo.- lo miro molesta.- perdón...- agrega apenado, no tiene toda esa luz con la que lo conocí, así hasta parece un humano normal.

- ¿por qué no brillas?- pregunto. Me señala el sol, el día mejoro y un sol radiante ilumina el cielo.

- Es de día.- explica. Lo miro de pies a cabeza, tiene una simple camisa blanca y suelta, no parecen de esta época, su tela se nota que es muy ligera, sus pantalones del mismo tejido y color. Unas zapatillas de cuero, con eso termino de comprobar que es totalmente de otra época toda su vestimenta.

- ¿Qué eres?- pregunto, sin ya poder evitarlo, omití esa pregunta mucho tiempo.

- ¿No adivinas?- sonríe de lado, mi rostro serio lo hace dejar sus bromas.- Una estrella.- ¿una qué?

- ¿una qué?- bueno, eso no solo lo pensé.

- Técnicamente eso soy, o era.- se contradice.- La esencia queda.- termina.

- ¿Por qué estás aquí?- pregunto.

- Creo que estar en medio de una calle, tu furiosa y demás, no lo convierte en un lugar ideal para hablar.- dice.- Propongo buscar un lugar mejor y te cuento un poco de mi.- mi curiosidad supera a mi medio y el recuerdo de como mato a la bruja, el comienza a caminar y lo sigo.

- ¿Cómo te llamas?- pregunto mientras lo sigo.

- Tal vez un día te lo diga.

La ahora "estrella" me guía hasta la parte trasera del instituto, se sienta bajo a un árbol con mucha sombra. De su cuerpo una ligera luz lo envuelve, sin dudas es algo espectacular y asombrosamente mágico, no puedo evitar verlo sorprendida. Jamás creí que seres así existieran o mejor... que las estrellas en el cielo fueran algo más que, no sé, estrellas muy lejos de la tierra.

- No me mires como si fuera un espectáculo.- ríe.

- Es que lo eres, jamás cruzo por mi mente que esas miles de estrellas en el cielo fueran... no se ¿estuvieran vivas?- respondo con tal asombro.

- No lo están.- ladeo el rostro desconcertada.

- Perdón... pero ya no entiendo nada.

- Debes abrir tu mente para que tus ojos lo hagan, hay más criaturas sorprendentes de las que pueden imaginar tú y todos los humanos, pero si sigues pesando como una... jamás las veras.

- ¿Cómo caíste de... ya sabes, ahí arriba?- indago y el suspira.

- Cuando estas allí arriba solo eres una bola de gas y muchas cosas más.- ríe.- no eres nada, pero si caes, este mundo te vuelve vida. Te adapta a si y te da forma.

- ¿Hay más como tú?

- Hay más cosas y diferentes a mi.- dice.

- ¿Recuerdas cuando caíste?

- Si, fue hace como 2 siglos. El mundo cambia de forma muy radical y rápida.

- Eres muy viejo... digo, tienes muchos años.

- A diferencia de algunos seres, yo soy energía un poco diferente a la tuya, la mía es eterna y más poderosa.- dice orgulloso.- Para mí el tiempo se mide en una forma diferente a las de estas criaturas. Tú deberías comenzar a medir el tiempo de una forma diferente a la de los humanos, o pronto te cansaras de esta vida.

- ¿y estás solo aquí en la tierra?- pregunto.

- Con el tiempo descubres que no apegarte a seres temporales cuando tú aparentemente serás eterno, es lo mejor.

- ¿siempre estás solo?- asiente y mira hacia arriba.

- Pero no me quejo.- ninguno dice algo en mucho rato.

- ¿Cómo te capturo la bruja?- pregunto y el duda en responder.

- No es algo de lo que desee hablar... mejor cambiemos de tema.- propone.

- Vamos...- lo molesto.- ¿si eres tan poderoso, como te capturo?- pregunto.

- Soy curioso.- enarco una ceja. El rueda los ojos y se rinde.

- Esa bruja me engatuso.- confiesa apenado.

- ¿Cómo lo hizo?- pregunto divertida por sus expresiones de disgusto hacia la situación.

- Ya olvídalo.- dice molesto.

- ¿me pregunto qué te sedujo más, sus sexys arrugas o su nariz te insto a tocarla y no podías controlarte?

- Eres un ser irritante.- dice molesto pero sonríe... si, sospecho que la bruja lo atrapo así.- ¿y tú médium?- pregunta a lo que mi sonrisa se borra, solo espero que haya llegado bien a su casa.

- En su casa, no sé.

- ¿Por qué estas con él, te obsesionaste con la idea de que alguien te vea?- pregunta curioso.- Algún fin debes tener para el intermediario.

- ¿El qué?- pregunto intrigada

- Eso es el, solo un intermediario entre la vida y la muerte.- dice seguro.- Uno un poco cobarde que le falta un entrenamiento.- explica duramente.

- Yo... no lo sé.- admito.- Tal vez pueda ayudarme a descubrir por qué aún estoy aquí.

- ¿ese niño?- ríe.- No creo que él sea de mucha ayuda, tiene demasiados conflictos personales como para saber resolver alguno tuyo.

- ¿cómo lo sabes?- indago.

- Es obvio, tu misma lo viste.- dice como si fuera lo más claro del mundo. - Tiene un don muy extraño que solo humanos muy especiales lo poseen, y él lo limita.

- No entiendo... - repito y el suspira hastiado para luego explicarlo.

- Veras, lo que detiene a los humanos de ser la raza más poderosa, es su constante miedo a lo desconocido. Nacen con miedo y mueren con él. - se acerca mas. - A través de las generaciones se fueron perdiendo todas esas habilidades que antes poseían, sus ojos se adaptaron para solo ver aquello a lo que no le temen. 

Aquello capaz de vencer, ya que el conflicto es su naturaleza. Todas las demás criaturas desaparecieron ¿verdad? Y solo quedaron vestigios y recuerdos en formas de leyendas, que ahora se encuentran en libros infantiles. Pero lo que ignoran es que de verdad existió y aun lo hace, solo que ellos decidieron que ya no deseaban ver más y se aislaron del mundo mágico. Destruyendo a travez del tiempo lo poco que quedo a su vista.

 Pasan miles de años hasta que la naturaleza vuelve a premiar a alguno con el poder de ver más allá que los demás, si el no abre su mente, perderá su don. 

Me tomo mucho tiempo entender a estos seres, son complejos y a la vez todos diferentes pero en esencia iguales. Son tan extremistas y egoístas, codiciosos y destructivos. Lo que los asila de todo aquellos que los podrían acompañar, si lo piensas solo se tienen así mismos y aun así se destruyen entre sí.

 ¿Has visto el mundo? Literalmente acaban con todo, no saben compartir. El aire está sucio, los animales se extinguen, el clima vuelto loco. Están solos, sin nadie dispuesto a ayudarlos, ¿y que hacen ellos? Se destruyen entre sí, destruyen a su mundo por un pedazo de papel que lo mueve todo. No razonan, y los que lo hacen solo crean más inventos para destruirse. 

Su problema radica en sí mismos, en su egoísmo innato, en lo oscuro de su alma. Temerosos, valientes, hermosos y horribles, buenos y malos, sorprendentes. Nunca terminas de entenderlos, pero siempre terminas cayendo en ellos.-sonríe.- no Entiendo por qué te aferras a ellos.- ríe sarcástico.

- Soy una. – replico.

- Lo eras. – me corrige. – cambiaria mi superioridad, mi inmortalidad, y todo mi fuerza por salir de aquí, daría lo que ellos muren por tener para no volver.- suspira

- Él es diferente, estoy segura.- cambio de tema y lo aseguro, él se encoje de hombros.

- Si tú lo dices... solo no deposites demasiadas esperanzas en quien no las tiene en sí mismo.

- ¿tú lo viste cuando lo atacaron?- pregunto a lo que el asiente apenado por mi disgusto.- ¿quieres hacerme un favor?- sonríe maliciosamente entendiendo por donde voy y se pone de pie.

- ¿Iras por ellos?- asiento. Me da la mano y me ayuda a levantarme. Woow... puedo tocarlo y el a mi.- Oye suéltame, no me gusta que me toquen.- dice y quita su brazo de mis inquietas manos.

- Perdón... es que esto es sorprendente.- el ríe.

- Vamos, te ayudare a buscarlos.

- ¿fueron muchos?- pregunto sorprendida.

- Unos cuantos.- admite.

- Gracias.

- Gracias a ti, por volver por mí.- siento la gratitud en sus palabras.

- Tranquilo, comprendo que no te hayas podido resistir a semejante monumento.- sonrío para fastidiarlo.

- Cállate.- se adelanta y lo sigo.

Casi es media noche cuando despido a la estrella frente a la casa de Dalton, me mostro quienes eran los chicos que lo atacaron. No les hice nada si eso es lo que están pensando.

Lo guardare para hacerlo cuando tengan público.

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