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IV

 "En ocasiones es mejor conservar tus dudas a saber más de la cuenta"

Despierto de golpe y agitada, miro a mi alrededor desconcertada hasta que entre las sombras de la oscuridad enfoco mi vista en Dalton, está a mi lado acostado en el suelo, en lo que supongo es una posición incómoda.

 Me siento y curioseo mí alrededor, algunos rayos del sol aparecen en el cielo, el sonido de los pájaros cantando es tranquilizador, está amaneciendo. Vuelvo mi atención a Dalton, debo despertarlo pero un rayo de luz ilumina parte de su rostro y se ve... luce bien muy dulce, me recuerda a alguien pero no sé a quién.

- Dalton.- lo llamo y no se mueve.- Dalton debes irte de aquí, despierta. Comienza a moverse perezosamente y vuelve a dormirse.

- Levántate Dalton, tus padres deben estar muy preocupados.- eso parece hacerlo reaccionar y abrir un ojo, como la luz es muy intensa hace muecas de disgusto. Me entretengo viendo su rostro y hacer sus expresiones perezosas. Se aparta de la luz y me pilla mirándolo, aparto la vista.

- ¿estas mejor?- pregunta adormilado.

- Si.- respondo.

- ¿Qué te paso?- pregunta en un gran bostezo.

- Recordé algo.- me mira sin entender.

- Parecía que... no se te dolía - comenta y asiento.

- Lo hacía, cada vez que recuerdo algo de mi vida esto pasa, cada vez un poco más intenso.

- ¿Te duele recordar?- pregunta incrédulo

- Me hace sentir.- aclaro.- Prefiero sentir dolor a no sentir nada, no es una sensación que recomendaría.- se hace un largo silencio que decido romper.- Tienes que ir a tu casa, tu familia debe estar muy preocupada.- el asiente.

- ¿no te levantaras?- pregunta.

- No, quiero estar sola.- el enarca una ceja

- Estuve pensando que tal vez si haya alguien que podría ayudarnos.- giro tan bruscamente para mirarlo que temo parecerme a la protagonista del exorcista.

- ¿Es enserio?- pregunto ilusionada.

- Si, estuve leyendo en la biblioteca sobre las brujas, espiritistas y unas cuantas más.- asiento interesada.- Aquí no encontraras todas esas opciones pero hay una.

- ¿Quién? No importa que sea, iré igual.

- Una bruja, todos en el pueblo le temían y se propusieron sacarla de la ciudad.

- ¿y cómo la encontraremos?- pregunto.

- En el bosque, una zona a la que nadie se acerca desde que ella se mudó por ahí.

- ¿es mala?- pregunto y se encoje de hombros.

- Según lo que dicen es una bruja de un aquelarre muy poderoso, pero no creo que haga todo lo que le atribuyen.- explica.

- ¿Qué le atribuyen Dalton?- pregunta curiosa.

- Hacer pactos satánicos, sacrificar animales, maldecir a las personas.- un escalofrío me recorre el cuerpo y comienzo a dudar.

- Ya no sé si me convence la idea de ir con ella.- el asiente y me mira.

- A mí tampoco, pero lo necesitamos.- hace una pausa.- Ayer parecía que morirías y suena ilógico porque supuestamente ya lo estás.- asiento.

- ¿Cuándo iremos?- pregunto.

- Primero debo ir a mi casa o terminare como tu.- enarco una ceja y él sonríe.

- Muerto.- me levanto y el también.

- No vuelvas a quedarte conmigo, fue muy peligroso.- advierto.

- Tú me salvaste de esa pandilla, no podía solo dejarte.

- Debiste hacerlo, débil no podría ayudarte y tú solo no podrías.- voltea los ojos pero asiente. - Trataré.- acepta.

Caminamos hasta llegar a su casa y me quedo sentada en la entrada, preferí darle su espacio para el regaño de sus padres, creo que en el fondo me lo agradeció. Luego de algunas horas me canso de mirar las plantas y decido entrar, subo las escaleras y atravieso la puerta. No lo veo pero escucho la regadera del cuarto de baño, me acuesto en su cama y paseo la mirada por su habitación. 

Hay muchos posters de ciencia y otros de súper héroes, un closet mediano y un escritorio donde tiene su computadora y algunos cuadernos, sus paredes son de color azul y su cama es muy grande y cómoda. 

La habitación en si es grande y a la ves simple, no tiene muchas cosas y hay mucho espacio libe, seguro le gusta el espacio. Lo veo salir del baño ya vestido con una remera gris y unos pantalones cortos de color negro, su cabello esta mojado y lo seca con una toalla, no repara en mí presencia hasta que levanta la vista y me encuentra. Da un respingo y luego pone una cara molesta.

- No me acostumbro aun a ti.- responde pero ignoro su comentario.

- ¿Qué dijeron tus padres?- pregunto.

- Están molestos.- dice mientras se sienta en su cama dándome la espalda y se seca los pies con la toalla.- Me sentí como un delincuente por tantas preguntas.

- ¿Nuca llegas tarde o te saltas volver a tu casa?- pregunto y el niega

- No, aquí no hay mucho por hacer.

- Que mal.- el asiente. Se sube a la cama y se acuesta por completo, luce cansado y hace muecas de dolor cada que se mueve.

- Pareces un viejo.- me burlo. El saca el brazo que tenía sobre su cabeza y me mira.

- Perdón, mi almohada de tronco no era tan cómoda como la tuya.- volteo los ojos.

- Eres joven y lleno de vida, deberías soportar más que eso.- vuelve a cubrir su cara con su brazo.

- Soy un viejo.- admite.- ¿Puedes alejarte? Espacio personal.

- Si quieres me siento en el piso, no hay problema.- hablo con sarcasmo.

- Esa es una gran idea.- dice sin mirarme.

- No, puedes irte tú.- respondo.

- Es mi cama.- me recuerda

- Y yo tu invitada.

- Discrepo en eso.

- Deberías sentirte honrado de tener a esta preciosura en tu cama.- me mira.

- Si estuvieras viva, tal vez considera esa posibilidad.- ríe.

- Muy simpático.- entrecierro mis ojos y el vuelve a ignorarme.

- Quiero dormir Laura, estoy castigado hasta el próximo año así que déjame dormir.- me da la espalda.

Yo también me giro y cierro mis ojos, me siento cansada.

- ¿Estás seguro de saber dónde vamos?- pregunto por quinta vez.

- Si.- y él responde eso por sexta vez.- ¿Cuándo dejaras de preguntar?- pregunta cansado. Llevamos cerca de 40 minutos caminando por el bosque, No me incomoda caminar... es solo que estamos demasiado alejados del centro de la ciudad o de cualquier forma de vida humana. Pero el bosque es lindo, no hay basuras, es bueno que cuiden el medio ambiente en esta ciudad.

- Debemos practicar que le diremos.- dice.

- Si...- acepto y lo miro.- ¿Qué le dirás?- pregunto.

- ¿Por qué todo yo?- pregunta indignado.

- Bueno, dile que crees ver un espíritu.- respondo y el me mira confundido.

- No lo creo, estoy más que seguro que te veo.- dice convencido.

- Lo sé, pero solo dile que te pareció ver a alguien.- el asiente

- Está bien.- concuerda.

Seguimos caminando hasta que encontramos el sendero de un camino casi borrado por las plantas y un cartel de "No se acerque"

- Creo que no quiere que nos acerquemos... mejor vámonos.- dice

- Que valiente.- murmuro.

- Ay... terminemos con esto.- se llena de valor y comienza a avanzar por el sendero.

Al final del sendero vemos una casa, es de madera vieja y se ve muy dañada, tiene enredaderas que suben por sus paredes y muchos animales amarrados en la entrada, cabras y ovejas. Un olor nauseabundo inunda mis fosas nasales sorprendiéndome ¿Qué pasa? Yo no puedo oler. A medida que nos acercamos me siento más intranquila y asqueada, miro a Dalton pero el parece normal.

- ¿hueles eso?- me tapo la nariz y el me mira confundido.

- ¿Qué?- el olor debe ser demasiado fuerte como para que llegue hasta mí.

- ¿Cómo no lo hueles? Es asqueroso.- me quejo.

- No huelo nada Laura.- responde confundido, lo miro sorprendida. - Vamos a tocar la puerta.- dice. Cuando va a pasar el portón de la entrada lo detengo.

- No, llama solo de aquí.-sugiero. Voltea los ojos.

- Laura...- me reprende.

- Dalton, no me agrada este lugar.- continuo tapando mi nariz y la intranquilidad es mayor, el lugar me inquieta.

- Okay.- vuelve a mirar hacia la casa y comienza golpear las manos, dura así unos minutos pero nadie sale.

- Creo que ya no vive nadie aquí.- comento.

- Debe haber alguien, mira los animales.- dice

- Los veo y están flacos, seguro los olvidaron.- me alejo de la entrada.- Vámonos

- ¿y los dejaremos ahí?- pregunta señalando a los animales.

- Si, vámonos.- el duda pero se prepara para seguirme cuando escuchamos la puerta de la casa abrirse.

Por ella vemos a una mujer vieja salir por la puerta, viste un vestido de telas ligeras y de estampados raros, uno aretes enormes y el cabello desordenado, en sus manos puedo ver que esta llenos de anillos y pulseras diversas. Parece más una gitana que una bruja.

- ¿Qué quiere?- grita desde la puerta. Dalton se acerca más al portón y solo deseo poder arrastrarlo lejos de aquí.

- Vengo a preguntarle una cosas señora.- responde. La mujer lo mira detallándolo y luego busca con la mirada si hay más detrás de él, pero en ningún momento parece notar mi presencia.

- Tiene su costo.- responde la mujer.

- No se preocupe por el dinero.- dice Dalton a lo que la mujer sonríe y me pone nerviosa.

- Pasa muchacho.- Dalton entra y yo tras él, pronto estamos en la puerta de la casa y siento que pronto vomitare, el olor es insoportable.

- No recibo visitas seguido.- dice la mujer dándole espacio para que pase.- Y mucho menos de un jovencito tan guapo.- lo alaga.- No al menos por su voluntad.- ríe.

- Donde vinimos a meternos Dalton...- me lamento cerca de su oído y el me ignora pero noto que tampoco se siente muy en desacuerdo conmigo.

- Por aquí encanto.- dice la mujer y lo guía a una pequeña mesita llena de cosas que no sé qué son.

- Quería saber si usted puede darme unas respuestas.- comienza Dalton

- Dime tu nombre cielo.- dice la mujer tomando asiento en la silla frente Dalton

- Dalton señora.- la mujer ríe.

- Señorita para ti Dalton.- responde tuteándolo.- ¿Qué quieres saber?- toma sus cartas y empieza a mezclarlas. No puedo evitar mirar con más detenimiento el lugar, los estantes están llenos de libros y frascos con cosas dentro, macetas con plantas extrañas y una puerta que no tengo idea a donde va.

- Esta semana creí ver algo.- comienza Dalton.- Vera, estaba en el lago y...

- No reveles que puedes verme todo el tiempo, no me inspira confianza.- intervengo.

- Creí ver una sombra, si eso... una sombra.- responde nervios. La mujer enarca una ceja insatisfecha, se esperaba más.

- ¿viniste hasta aquí porque creíste ver una sombra?- ríe incrédula.

- Soy supersticioso.- miente y la mujer asiente.

- ¿Te molesta o lo ves siempre?- pregunta y el niega

- No, solo creí verla.- responde cauteloso.

- ¿y te siguió?- pregunta.

- No lo sé, no la vi mas.- dice convencido.

- hablas como si supieras que era.- responde la mujer curiosa.

- No, es solo mi forma de expresarme.- la convence.

- No puedo ayudarte si no me lo dices todo.- responde la mujer.

- Eso es todo.- responde nervioso.

- Ya veo, tal vez solo te confundiste... si quieres puedo hacer que se valla.- ofrece.

- No... No creo que sea necesario, solo quiero saber por qué la vi.

- No lo sé, una equivocación tal vez.- insinúa.

- No creo.- responde Dalton.-pero si pusiera ver

Me alejo y traspaso la puerta sin esperarme lo que encuentro.

En un pentagrama en el piso un gran luz blanca en medio lucha inquieta por salir, Veo a su alrededor y está lleno de velas rojas, plantas y cabeza de animales en cacerolas, el lugar es un desastre total. En las paredes cuelgan muñecos horribles y cruces invertidas como decoración. La luz se queda completamente quieta cuando me ve, deja de revolotear por todos lados, solo me contempla.

- ¡salgan de aquí, no vuelvan!- pide la luz sorprendiéndome. Dios ¿cómo puede hablar?

- ¿Qué eres?- pregunto asustada.

- No importa quién soy, lárgate antes que esa bruja te sienta.- responde desesperado.

- Déjame ayudarte.- quiero acercarme.

- No pises la sangre o estarás atrapada como yo.- advierte.

- ¿necesitas ayuda?- pregunto desde mi lugar.

- Lárgate, estaré bien.- la luz comienza a tomar forma y rostro, un joven con ropas blancas y el cabello lleno de rulos rubios me mira.- Aléjate de aquí.- puedo sentir algo diferente en él, algo totalmente opuesto a lo que sentí desde que llegamos.- ¡lárgate!- grita y me apresuro a salir de la habitación, llego a la estancia y alcanzo a ver como la mujer le ofrece una taza con una infusión humeante a Dalton él se lo lleva a los labios.

- ¡No lo tomes!- grito. Da un respingo y lo suelta cayendo así la taza al suelo.

- Lo... lo lamento señora... digo señorita.- la mujer lo mira furiosa pero rápidamente cambia la expresión a un "tranquila" aunque intente ocultarlo se siente su molestia.

- Descuida cariño, iré por algo con que limpiarlo.- dice y se aleja.

- ¡vámonos!- concentro mi energía en jalarlo hasta la puerta. Él lo entiende y se adelanta.- ¡Corre!- lo apuro y ambos empezamos a correr desesperados por alejarnos.

Los animales hacen ruidos desesperantes como pidiéndonos que lo llevemos con nosotros pero no podemos, Dalton parece dudar.- ¡corre Dalton!- lo apuro, ignora a los animales y me sigue, nos adentramos al bosque.

- ¡por aquí!- pronto él es quien que marca el camino para salir del bosque.

La imagen de esa luz en forma de hombre no sale de mi mente y siento la gran necesidad de ir a liberarlo pero sola no puedo y arriesgar a Dalton no es opción. Corremos tanto y sin mirar atrás, que no notamos que ya casi salimos del bosque y nos dirigimos a la ciudad, Dalton se detiene abruptamente y también yo.

- ¿Qué pasa?- pregunto y él se sostiene el pecho.

- Aire...- musita agitado. Saca de su bolsillo un inhalador y lo utiliza varias veces. Pronto se calma y se deja caer en un banco que está cerca.- ¿qué... que paso?- pregunta.

- Era una bruja negra, investigue la casa y encontré cosas horribles.- explico. El me mira unos segundos para luego abrir su mochila y sacar una botella de agua.

- ¿quieres?- ofrece antes de terminársela. Lo miro mal.- Disculpa, es la educación ¿Qué viste?- pregunta.

- Una habitación llena de cosas horribles y pentagrama en el suelo que parecía pintadas con sangre, cacerolas con cabezas ensangrentadas de animales y plantas raras a su alrededor.- el me mira atento.- Pero lo peor era una luz blanca en medio luchando por salir, moviéndose inquieto sin poder conseguirlo.- el me mira asombrado.- Cuando la luz me noto me exigió que me fuera.

- ¿¡te vio!?- pregunta. Asiento frenéticamente.

- Era... no sé qué era, hasta que tomo forma un poco más humana pero sin dejar de ser luz.- niego.- Repetía que me fuera, no quería que lo ayudara.- Dalton se pasa una mano por el pelo nervioso.

- Dios... jamás debimos ir ahí.- le doy la razón.

- Fue una malísima idea tuya.

- Tu querías ir.- se ofende.- ¿Qué más te dijo?- pregunta.

- Solo repetía que nos fuéramos, eran advertencias para protegernos y no de intimidación.

- No podemos confiarnos, no sabemos que era.

- No... ¿Pero si necesita ayuda Dalton?

- ¿Estás loca o que te pasa Laura? No pienso regresar a ese lugar - Laura no, no volveré ahí y menos por algo que no sabemos que es.- dice rotundo.

- Está bien, pero gracias a eso supe que debíamos marcharnos.- lo defiendo.

- De todos modos no pensaba quedarme mucho tiempo ahí.- replica.

- No parecías tan incómodo cuando aceptabas la bebida que te daba.- reclamo

- Ella... ella solo me ofreció un jugo.- se excusa.

- ¿¡y tú te lo ibas a tomar!?- pregunto y él se rasca la nuca

- Si, no lo pensé demasiado hasta que llegaste y bueno ya sabes el resto.- explica.

- No servimos para estas cosas.- repito frustrada

- No... Pero averigüe algo.- comenta y lo miro.

- ¿Qué sabes?- pregunto

- Que tal vez te vea porque... sea un médium Laura.

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