IIIX
¨ Solo protejo lo que me importa"
Casi es media noche cuando despido a la estrella frente a la casa de Dalton, me mostro quienes eran los chicos que lo atacaron. No les hice nada si eso es lo que están pensando.
Camino hasta la puerta para entrar a la casa, pero unos ruidos en el granero y las luces encendidas despiertan mi curiosidad, me acerco lentamente y me asomo por la puerta.
El hermano de Dalton está sentado en el piso junto a una moto que se encuentra por pedazos, con mucha habilidad él trabaja por ella. Según mi punto de vista se ve pura chatarra, pero el parece verle un futuro prometedor. Camino hacia él y me siento en el piso cerca suyo, algo en el me recuerda tanto al niño de mi recuerdo.
Tienen muchas diferencias pero su aire, un poco de su personalidad parece encajar con la actitud del mío, o como al menos lo percibo. La moto parece de carreras, como esas que ves en la tv en programas de motocross, interesante. Tiene las manos y la ropa sucia, pero nada de eso parece importarle.
De una radio sobre una mesa, llena de herramientas, rock clásico se escucha, grandes bandas que en algún que otro momento escuché hablar a las personas, suena bien. Una música termina y otra un poco más rápida comienza a sonar, el mueve su cabeza al ritmo y tararea la canción. La música es tan pegadiza, que pronto yo también la tarareo.
- Zac, mamá dice que la cena ya está lis...- la voz de Dalton me sorprende, cuando el me ve también se detiene, pero rápidamente vuelve a retomar la palabra.- lista la cena.- dice y mira a su hermano. Este levanta la vista hacia Zac.
- Claro, ya voy.- se levanta y limpia la grasa de sus manos con un trapo que saca de su bolsillo.
- ¿puedo mirar?- pregunta Dalton dirigiéndose a la moto.
- Si, iré a cambiarme, no toques nada.- le advierte y sale del granero, apenas Zac se va me habla.
- Hola.- me saluda.
- Hola.- sonrió. No dice más, mete sus manos a sus bolsillos en una pose nerviosa.
- Yo... debo irme ¿quieres venir?- pregunta.
- Iré luego.- sonrió. El asiente y sale del granero.
Pasan horas antes que vuelva a escuchar la puerta del granero abrirse y por ella ver entrar a Zac, viene directo hacia su moto y sigue con su trabajo. Verlo trabajar es un poco frustrante, al menos desearía poder pasarle las herramientas cuando están muy lejos y no las alcanza... pero sería demasiado raro. Juego distraídamente con una ramita de paja mientras lo veo trabajar, en un momento mira hacia donde estoy y me sorprendo ¿me mira? No, no me mira directamente a mí, bajo la vista hasta el suelo y veo la ramita, vuelvo a moverla. El sigue con la mirada el movimiento y me detengo ¿acaso soy o me hago? Uff, soy una tonta.
A pesar de poder asustarlo, muevo la ramita hasta el, como si la corriente de aire la arrastrase, la ramita se detiene justo al lado de su mano y él lo toma. Mira hacia a su alrededor, suspira y la guarda en su bolsillo, sonrío.
Una punzada de dolor muy poderosa atraviesa mi cabeza, es como si la estuvieran martilleando desde adentro, me retuerzo de dolor en la silla hasta que caigo. Las luces comienzan a tintinear, estoy liberando energía sin poder contenerla... duele mucho.
Pensará que un demonio lo persigue, mal momento para pensar en todo eso. Una escena muy diferente a esta llega a mí, me veo caminando hacia una mesa de trabajo, donde un niño con muchas herramientas parece armar algo alrededor hay muchas piezas de metal, madera y planos de... ¿eso qué es?
-¿Qué haces? - el recuerdo se reproduce y me siento solo como una espectadora.
-Es solo una trampa - señala las partes.
-¿Trampa para qué?- esa es mi voz. ¡Ese niño es el de mi recuerdo!
-Sí, no lo toques, es delicado - me lo quita de las manos - y es para avisarnos quien se aproxima en la casa, ya nada es seguro - explica.
- Oye, no debes preocuparte por esas personas, muchos temen a lo que no entienden o no conocen, pero si somos inocentes no hay nada a que temer - ¿de qué lo estaré tranquilizando?
- Laura, no todos entienden... no ser cauteloso puede ser el fin y si puedo hacer algo para evitarlo lo haré, quiero ayudar - me veo quitando las herramientas de sus manos.
- Siempre estaré aquí para protegerte no debes temer... ¿de acuerdo?- lo veo abrazarme y siento la calidez de ese abrazo, hasta ahora nunca supe que mi cuerpo estuviese tan frio.
El recuerdo se detiene y desaparece lentamente de mi mente, como del humo que se lleva el viento se tratase. Siento mi respiración irregular, pero el dolor desaparece. Me mantengo en la misma posición sin ser capaz de mover un solo músculo... no tengo fuerzas para moverme. Cuando lo noto, las luces están apagadas, creo que los focos explotaron... debo aprender a controlarlo.
Sólo una luz ilumina todo, proviene de la linterna que Zac encendió. Su silueta se acerca a la moto y escucho el sonido de herramientas juntarse, luego de unos minutos Zac apaga la linterna y se aleja del granero dejándome sola. Quisiera ir con Dalton pero creo que ninguno estamos preparados para estar juntos. Cierro mis ojos y revivo el recuerdo es increíble, es lo más lindo que he recordado hasta ahora. Afuera se desata una gran tormenta los truenos me sobresaltan, por fin cayó la lluvia. Vuelvo a cerrar mis ojos y relajo mi mente.
IIIV "Si tienes miedo a vivir, ya estás muerto¨
En medio de la oscuridad veo una luz acercarse y abrir la puerta del granero, Dalton debe venir a buscarme. Me levanto y me acerco a la puerta cuando noto que lo que viene no es Dalton. Oigo un susurro.
-¿Estás aquí?- es la voz de la estrella. ¿Qué hace aquí?
-¿Qué haces aquí?- pregunto cuando la puerta termina de abrirse.
-Vengo a buscarte - responde.
-¿Para qué?- pregunto.
-Vamos por el libro de la bruja- responde.
-¿Acaso tú no ves películas? Justo así es el comienzo de algo que terminara mal - espeto molesta.
-No, eso es ficción, vamos.- insiste.
-No que te crees un ser muy omnipotente, ve tu solo, a diferencia de ti yo aprendo las lecciones.
-Ya estas muerta, necesitamos su libro.
-Corrección, tú lo necesitas yo estoy bien sin el.- respondo.
- No es para nosotros.- responde mirándome fijamente.
- ¿Entonces?- pregunto.
-Es para tu médium.
-Ahora si linternita, definitivamente no pienso involucrar a Dalton en esto y menos con la bruja que casi lo mata.
-La bruja ya está muerta y estamos juntos, tal vez encontremos algo que pueda servirnos para saber que eres.- contesta, lo miro desconcertada.
-Pero yo sé lo que soy, solo estoy atrapada aquí. – sonríe y niega.
-También lo creía, pero no, eres algo más que aún no estoy seguro.- responde.- así que iremos por el libro de la bruja y se lo daremos a tu médium.
-¿Qué me darán a mí?- la voz de Dalton me sorprende. Ambos lo miramos sorprendidos.
-Vuelve a la casa Dalton, no es nada.
-¿Ya puedes verme?- pregunta la estrella.
-Te vi una cuadra antes, brillas demasiado.- responde Dalton.
-Basta de esto, Dalton vuelve a la casa y tú, lucecita de navidad, vuelve por donde viniste.
-Es importante que vayamos por el libro, tú también lo quieres.- responde la estrella. Es cierto, lo quiero.
-Sí, lo quiero pero existe el día, porque ser tan dramáticos e ir por la noche a ese horrible lugar.
-¿Y la bruja?- pregunta Dalton.
-Ya no existe, no hay peligro.- responde la estrella.
-¿Entonces cuál es el problema?- pregunta Dalton.
-Que es inseguro.- respondo.
-Si está muerta no lo es.
-¿Acaso crees que es el único problema que puede haber? ¿Acaso no ves que esto es una estrella?- respondo histérica.- eso ni se supone que exista aquí.
-¿Eso eres? – pregunta asombrado, la estrella se encoje de hombros.
- ¡Eso es asombroso!
-Lo se.- responde la estrella.
-No iremos.- sentencio.
-¿Desde cuándo crees que puedes mandarme?- pregunta Dalton.
-Desde que tú no puedes cuidarte solo.- respondo sin pensar.
- ¿Quien crees que eres? ¿Qué crees que me debes? Sobreviví toda mi vida a eso y más cosas, no creas que eres una heroína solo por desatarme, resuelve tus propios problemas antes de intervenir en los míos.- retrocede unos pasitos.- ah, y lárgate de mi casa.- se voltea y camina hacia la casa dejándome completamente perpleja. Permanezco estática sin poder decir una sola palabra, soy una tonta, como pude decirle eso... yo no pienso eso, no quise lastimarlo.
-Laura, vamos...- la estrella interrumpe mis pensamientos.
-Aléjate de mí.- espeto muy furiosa y me alejo de él y la casa.
Me siento una completa tonta, yo jamás debí tratarlo de esa manera, pero tiene razón, es su vida y no en la mía, si él quiere apeligrara yo no puedo evitarlo. Me volteo y veo a la estrella caminar en la distancia, voy hacia él.
-Vamos por ese libro.- respondo.
-Tu médium es un inmaduro.- responde.
-Solo cállate y camina.
Caminamos en silencio por el bosque, no necesitamos linterna por que la estrella alumbra lo suficiente, el suelo se siente húmedo y lodos, el mal tiempo solo da un aspecto más atemorizante, por más Dalton se haya molestado conmigo por mis duras palabras agradezco que no haya venido.
-¿Te importa el humano?- pregunta.
-No quisiera que algo le pase por estar tras nosotros, él tiene una vida y una familia a quien le importa.
-Ya estamos cerca.- me avisa.
Llegamos a la casa de la bruja, se ve más solitaria que cuando la dejamos, como si eso fuese posible. Caminamos con cautela hacia la puerta, la cual sin mucho esfuerzo se abre ante nosotros.
La estrella camina frente a mí, adentrándonos así en la vieja casa. Toda esta en penumbras y los cuerdos de la última noche de cuando estuve aquí me inquieta. Llegamos a la habitación donde la estrella estaba cautivo, él se detiene antes de entrar.
-¿Qué pasa?- pregunto.
-Nada, vamos.- me insta a entrar - tu busca por aquí y yo por allá.
Busco por cada esquina pero no lo encuentro, todo está un completo desastre.
-¿Oye lo encontraste?- pregunto mientras sigo buscando.
- No, aquí estaba y ahora ya no - un escalofrió recorre mi cuerpo.
-¿Crees que alguien lo tomo?- pregunto y lo miro.
-Tal vez - responde.
-¿Dónde está el cuerpo de la bruja?- pregunto preocupada luego de recordar que la última vez que la vimos estaba aquí.
-No lo sé...- responde preocupado.- creo que debemos irnos.- se incorpora del suelo y me toma de la mano.
-¡Laura!- un grito de ayuda con mi nombre me sobresalta... es Dalton.
- ¡No te muevas!- la estrella me sostiene.
- Suéltame!- me libero y sigo la voz suplicante de Dalton.
- Dalton! ¿Dónde estás?- grito en respuesta, recorro la casa pero no lo encuentro por ningún lugar.
- Por aquí.- me indica la estrella. Al salir de la casa en el patio trasero encuentro a Dalton junto con la bruja que lo sostiene por la espalda y tiene una daga en su cuello. Su estruendosa risa hace que se encienda antorchas de fuego alrededor de todo el patio trasero.
-Volvieron – ríe maliciosamente la bruja - me pregunto que vinieron a buscar.- habla con ironía.
-Suelta al niño bruja - habla la estrella.
Lo soltare.- acepta.- pero tú a la jaula.- ordena y luego me busca con la mirada pero no logra encontrarme, intento avanzar hacia ella pero no puedo a cercarme, algo me lo impide.- y tu guardiana... al círculo.- el mismo circulo de sangre dibujado ante mí. Al mirar a mí alrededor veo animales muertos amontonados en una esquina.
- ¡Al círculo!- grita y aprieta más a Dalton hacia ella.
-¿Qué quieres hacer?- pregunta la estrella.
-Voy a desterrar a esta perra y tú vas a darme tu luz.- explica.- si no entras de una vez voy a matar a tu médium.
-Solo nos necesitas a nosotros así que suelta el muchacho, no tiene nada que ver en esto.
Avanzo hacia el circulo, apenas pongo un pie en el medio el circulo también arde en llamas y la bruja puede verme.
-Ya puedo verte.- corrobora mi teoría.- qué bonita guardiana.- de alguien tan fea eso es un halago.
-Suéltalo de una vez, o te prometo que saldré de aquí y voy a terminar lo que la estrella no pudo.- hablo con toda la convicción que puedo. Ignora por completo mis palabras y mira a la estrella.
- A la jaula - la estrella camina hacia la jaula.
- No entres ahí.- grito y el me mira, una mirada extraña... ¿Por qué me mira de esa forma? Porque me mira con culpa... de su cuerpo un destello de luz incandescente comienza a cegarnos, la bruja suelta a Dalton y este corre hacia el bosque desapareciendo, lo incandescente del brillo hace que cierre mis ojos y los cubra con mis brazos, lo último que veo es la bruja intentando alcanzar a la estrella. Cuando recupero mi vista lo único que veo es a la bruja en su suelo golpeándolo con fuerza enojada, busco con la mirada a la estrella o a Dalton por algún lugar pero no los encuentro... solo estoy yo y la bruja, se han ido. Intento liberarme, salir del círculo pero una fuerza me lo impide, estoy atrapada y sola.
- Se han ido.- corrobora la bruja - Después de todo no eres tan importante.
- A que te refieres con que soy una guardiana.- pregunto ignorando su intento de hacerme sentir mal. Quería que liberara a Dalton y lo hizo, no esperaba que la estrella también me dejara pero no tengo miedo, no de ella.
- Solo eres un espíritu atrapado, con más fuerza que muchos, te quedaste aquí porque no pudiste proteger a lo único que debías, tu condena es vagar por la tierra buscándolo, pero ya no puedes, ya no existe.
- Y los recuerdos que tengo, que son?- pregunto.
-Es una vida pasada, tu primera vida. Siempre la recordaremos y nos sentiremos atada a ella, pero no puedes volver, nadie te espera, debes irte.
- Por qué debo creerte?- pregunto
-¿Acaso tienes a quien puede darte otra respuesta? – Ríe - o prefieres desaparecer en tu ignorancia - prefería no saberlo...
La bruja me da la espalda y comienza a hurgar entre unos arbustos hasta que parece encontrar lo que busca, cuando se voltea veo su gran libro en sus manos, lo contonea mostrándomelo.
- ¿Esto era lo que buscaban, no?- se burla – ni tu ni la estrella podrían leerlo, tal vez tu médium sí, pero al parecer no le importas mucho - finge pesar y luego ríe.- necesito ganar tiempo.
- Qué pena que seas una de ellas.- respondo cansada.
- ¿Una de qué?- me reta a que le responde.
- Una de las que solo sabe hablar de cuan mala y terrible es, pero en el fondo solo es una sensible e inútil que nada le sale bien - cierra de golpe el libro y lo tira al suelo para acercarse amenazante.
- Cuidado brujita, puedes quemarte el vestido.- bromeo cuando está muy cerca. En realidad no sé si esto funcione de algo pero si voy a desaparecer por su culpa, al menos debo molestarla un poco.
- Como disfrutare entregarte al diablo.- responde furiosa.
- Pues estaría honrada de estar frente a alguien digno de representar las fuerzas oscuras, y no una charlatana - sonrío - como tú - me burlo.
- Te mostrare que tan mala puedo ser cuando te destierre de al mismo inframundo y luego me coma los ojos de tu médium.
- Bla bla bla... apuesto a que se te volverá a escapar - bromeo.
- Sabes, considere entregarte a tu ancla para que haga contigo lo que le plazca, pero disfrutare tanto acabar yo misma contigo.
- Que pena me da - respondo con ironía.
Furiosa se voltea y agarra el libro... ¿qué hago ahora?
- Buscas alguna anca de rana para tus truquitos de magia.- se voltea lentamente y con un dedo toca su cabeza.
- Sé que quieres ganar tiempo, puedo dártelo, pero no habrá diferencia - ríe.
Busca entre las páginas. Necesito liberarme de alguna forma de aquí, debo salir para... ¿para qué quiero quedarme? Supongo que he estado tanto tiempo aquí que me asusta el hecho de dejar lo único que conozco y desaparecer en manos de esta bruja no es una de mis maneras favoritas de irme.
¿Y si desaparezco a dónde iré? ¿Solo me esfumare? La bruja interrumpe mis pensamientos cuando recita las primeras palabras en un dialecto que no logro entender, solo siento como poco a poco y con cada palabra mis fuerzas se van, caigo al suelo sin fuerzas, sintiendo como si la tierra me tragase lentamente.
- Detente - imploro, pero me ignora continua.
- ¡Por favor, basta!- imploro cuando un estruendo parecido a un disparo se oye, el canto de la bruja se detiene por completo. Observo su rostro adolorido y sorprendido mirándome como si no entendiera que pasara, veo bajar su mano hasta su vientre, donde sangre mancha su vestido, la veo tambalearse y caer al suelo. Al caer la bruja veo los zapatos de un hombre acercarse, al subir mi vista veo un rifle en sus manos y... me encuentro con el rostro de Zac mirándome y pronto apuntándome también.
- Sal de ahí- me ordena. Intento responder pero me cuesta hablar.
- Yo... no puedo salir - respondo al fin.
- Eres lo que me seguía en el granero y en la casa.- ups alguien me descubrió.
- Sí.
- ¿Que buscas?- pregunta.
- Nada, solo no entiendo que hago aquí.
Baja su arma y patea tierra en los bordes del círculo donde está el fuego. Se extingue al instante.
- Ahora sal - me ordena y vuelve a apuntarme.- me siento una tonta, debí patear un poco de tierra.
- Zac, déjala.- la voz de Dalton se oye acercarse, viene corriendo del bosque hacia nosotros y se pone frente a mí.
- Muévete Dalton y aléjate de ella.- ordena.
- No, ella es buena - me defiende.
-No me interesa que es, te ordeno que te alejes de ella.
-No lo hare.- niega.
-Basta de este espectáculo, apártate de ella - lo toma del brazo y lo quita de enfrente - Y tú, levántate y lárgate de aquí, aléjate de mi hermano, ahora puedo verte y si lo vuelvo a hacer por aquí, terminare lo que esa bruja empezó.
Me levanto del suelo, miro a Dalton
- No lo mires, aléjate - insiste.
- Me iré,- respondo- adiós Dalton
- Laura no...- le doy la espalda y me alejo de ambos. Me adentro al bosque, mientras me alejo volteo por última vez y luego me alejo.
Zac es un hombre, y sé que solo lo hace porque quiere lo mejor para su hermano, sé que debo alejarme de ambos.
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