Tan simple como el queso.
Algunos días habían pasado desde que Alister aceptó ser el compañero de Ladybug en su otra identidad. Entre ayudar a la heroína y buscar nuevos objetivos para sus fechorías, no tenía mucho tiempo para dormir por las noches así que las visitas matutinas al Vagabond Blues café se suspendieron por completo.
Esa tarde se levantó con pesadez sintiéndose aún cansado por la noche anterior, por luchar contra uno de esos tipos raros que la pelinegra insistía en llamar ¨Akumas ¨ , llego tarde a la joyería que planeaba robar encontrándose con la ronda de vigilancia, estuvo a pocos segundos de ser atrapado en el acto, en otro momento no le habría importado nada eso sabía que un simple policía no podría pararle. Pero si a heroína se enteraba lo alejaría impidiéndole robar los ansiados aretes, tampoco podía renunciar a cometer sus fechorías menores necesitaba pagar las cuentas además de ayudar a los niños del orfanato. Era él quien hacía las donaciones anónimas que le permitían a los niños tener un techo sobre su cabeza.
-¿Sigues molesto? - preguntó el kwami que comía su queso tranquilamente.
-No estoy de ánimos – decía con sarna.
-Vamos lograste salir sin ser descubierto, aunque podrías haber pasado por queso también - hablaba sin ser escuchado.
-Nunca pensé que robar esos aretes sería tan complicado. - se quejo el rubio mientras se vestía - eso de jugar al héroe comienza a cansarme y esa mujer dándome órdenes, ¿Quién se cree?
-Parecen quejas, pero me suena a amor – bromeó la criatura negra.
-¡Eso no es verdad! - gruño con un leve sonrojo.
-Pero si ayer pintaban un cuadro de ella – sonrió el kwami volando hacia el lienzo, en el se encontraba una imagen de la del traje rojo.
-No lo toques aún está fresco – corrió para apartarlo. - no lo ensuciaste ¿verdad? - las risas no se hicieron esperar por parte del come queso.
-¿Por que esa pintura es tan importante? - inquirió burlón.
-No es lo que crees, es solo que un artista debe cuidar sus creaciones – suspiro pesado mirando a otro lado.
-Por eso prefiero el queso a las personas, el queso jamás se miente a sí mismo solo es delicioso.
-Ya te dije que no me agrada de esa manera, ni siquiera es mi tipo prefiero a las chicas con más curvas y menos complicadas – decía entre ademanes exagerados.
-¿Cómo esas que te visitan en ocasiones? Las que abrazas y besas en la cama....
-Exacto – respondió sin pensarlo – espera tu – su cara se tiño de rojo pensando que todo ese tiempo fue espiado por aquel pequeño ser - ¡Cierra la boca! , necesito salir de aquí . - se apresuró a la puerta saliendo de su habitación.
Camino hasta el Vagabond Blues café por inercia, no es que tuviera otro lugar donde ir no era alguien precisamente ¨sociable¨ aquel café y su hogar eran los únicos lugares donde pasaba sus días. No negaba el visitar algún club de moda para llevar a una de esas ¨chicas fáciles¨ a su hogar, durante las noches libres en que encontrarse solo en casa le desesperaba en gran manera.
Entró tomando asiento en su mesa habitual , observó aquellas calles que en la tarde eran transcurridas por aquellos que se preparaban a recibir la noche y algunos empleados regresando a su hogar.
-Alister cuanto tiempo sin verte – sonrió la delicada chica pelirroja parada frente a el.
-Buenas tardes Alexia – sonrió el rubio con ternura- ¿Dónde está Mea?
-¿No lo has escuchado? - le miro examinado su semblante, este negó con la cabeza – Ella fue aceptada en la escuela de enfermería, así que redujo sus horarios aquí. Algunos tenemos más ambiciones en la vida – dijo lo ultimo casi como un regaño para el chico.
-Dos años y aun me regañas por dejar la escuela de arte – dijo entrecerrando los ojos.
-Claro que si, eres uno de mis mejores amigos y decides desperdiciar tu talento, solo por esconderte de tu padre – aunque los reproches de la chica no le agradaban, sabía que esta los decía con cariño.
Era la única amiga que aún conservaba, la que le recibió con los brazos abiertos cuando decidió irse de la casa paterna en New Orleans.
-¿Podrías traerme un café antes de proseguir tus regaños? - le miro suplicante sabía muy bien que nada ganaria peleando con ella.
-No – dijo firme – te traeré un almuerzo, seguramente no has comido nada en todo el día, puedo notar que has bajado de peso. - dijo girándose para caminar a la cocina.
Los recuerdos comenzaron a transcurrir en la mente del ojiverde.
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Creo habrá más de un cap hoy *o* ando inspirada con la historia. Bueno quería agradecer a cierta personita por el regalo del otro dia asi que le meti en el cap jo jo jo.
Lo siento si no te gusta el cabello rojo ;-; fue el primero que imagine (?)
Avisos:
Decidí que el fic se dividirá en 2 partes no les dare mas especificaciones para que sea sorpresa XD.
Recuerden si quieren mandarme algo, desde dibujos hasta sicarios (?) pueden hacerlo a mi pagina de facebook, se encuentra en mi perfil c:
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