Capítulo 1.- Una nueva era
Ojalá pudiera volver. La fría lluvia acariciaba mi piel con suavidad a la vez que agrandaba su fuerza por cada segundo que pasaba. No tengo miedo, al contrario, esta lluvia normalmente me traía tranquilidad, el único momento dónde podía refugiarme de la sociedad y quedarme en soledad, tranquila, sin nervios.
Ojalá pudiera volver a aquel momento, pero las cosas han cambiado tan rápido. Lloro desenfrenada y furiosa mirando el río. Nadie más pasa por este roto puente, está muy alto, un mal gesto podía hacer que cayera y chocara con esas afiladas rocas, acabando esta vida. Justo lo que estaba buscando desde hacía un tiempo.
Doy un último paso. Solo debo dejarme caer para acabar con este sufrimiento. He observado la zona detalladamente durante mucho tiempo y sé perfectamente que nadie viene aquí seguidamente. Solo he visto una persona llegar y no es lo suficientemente estúpida como para acercarse. Yo soy esa estúpida.
Alzo mis brazos por una cuestión de normalidad. Lo menciono porque, en todas las pelis y series donde una persona quiere suicidarse siempre alza las manos, y eso ha quedado tan grabado que ahora mismo, en la misma situación, me encuentro haciendo lo mismo. Cierro mis ojos y doy un respiro. Inhalo. Exhalo.
Este debe ser mi final. Sin más problemas. Sin dolor. Sin sentirme insegura de lo que estoy haciendo. Esto es lo que quiero hacer, y nada ni nadie puede hacerme cambiar de opinión. Ni yo misma. Después de buscar durante tanto tiempo una solución a cada problema, nunca fue suficiente. Ninguno de mis dieciocho años ha merecido la pena. El único, ahora.
Empiezo a dejar mi cuerpo libre, esperando que al fin ser libre y estar ahí arriba como me habían enseñado. Ser feliz entre las estrellas. Al lado de las nubes que transportaban esa lluvia que para muchos es tan triste y, para mí, relajante.
Pero justo cuando empezaba a sentir el aire fresco pasar por mi cuerpo, no caigo. Abro los ojos sorprendida y veo el espléndido paisaje que hay abajo, pero por un motivo no caigo: alguien está sujetándome de mi sudadera, y lo aprieta con tanta fuerza que siento la ropa mucho más estrecha, incomodándome. Sé quién es.
―Déjame, Rayan ―Con un nudo en mi garganta trato de hablar, sin contestarme―. Rayan, suéltame y acabemos con esto, por favor.
―No. Por favor, no me dejes ―suplica y noto como empieza a temblar. Está asustado.
Mis lágrimas salen y asiento, notando como con su fuerza alza mi cuerpo y nos aleja del río, y no tarda mucho en abrazarme con sus brazos. Se une a mis llantos y no puedo evitar aumentar los míos.
―Te quiero Ada, por favor nunca te vayas. Me quedaré así todo lo que haga falta.
―Está bien, me quedaré un tiempo más.
La lluvia deja de caer lentamente, alejo su cuerpo y me levanto del suelo, ofreciendo mi mano que no tarda en tomar. Siempre es tan amable.
Caminamos hacia mi casa donde pertenezco, acompañada del hombre que intentó salvar mi vida, del que creía capaz de salvarme si en algún momento caía. No creía en, literalmente, un inicio diferente de una nueva vida, pero también de una última, empezando por él y yo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro