Especial de Halloween
Estaciono la Suv afuera de edificio y tomo la bolsa del asiento trasero. No solo festejaremos Halloween, sino los 6 meses de Jackson con nosotros.
Compré un pequeño disfraz adorable, aunque tal vez no salgamos a pedir dulces porque hace mucho frío esta noche.
Abro con mis llaves, aunque sé que podría tocar la puerta y Laura abriría. Ella y Rodriguez están en casa, cuidando a Jackson.
—Hola Laura, ¿Cómo se portó?
—Muy bien, comió toda su papilla de frutas — Dejo la bolsa de papel sobre el sofá.
—Gracias — Voy hasta el corralito para sostener a mi bebé — ¡Hola mi amor! ¡Hola mi vida!
Jackson balbucea feliz, sus hermosos ojos grises me miran con un brillo divertido. Y el olor a bebé y shampoo lo hacen irresistible.
—¿Quieres ver lo que mamá trajo para ti?
La puerta se abre detrás de mí, pero los chillidos que se escuchan definitivamente no son de Jason.
Mierda.
Nina, Louise y Marie entran al departamento como una tromba, amenazando con arrebatarme a mi bebé de los brazos. Cada una de ellas trae una bolsa con lo que supongo sin regalos.
—¡Bebé!
—¡Chiquito!
—¡Mi niño precioso!
Las tres mujeres se apresuran a rodearme, así que dejo a Jackson en brazos de su abuela. Luego unas manos firmes se apoyan en mis hombros.
—Nena — Jason besa el costado de mi cabeza.
—Hey, vienes temprano.
—Si, fui emboscado en la oficina.
Giro para verlo, pasando mis brazos por su cintura. Su pantalón de vestir negro y su camisa blanca arremangada sobre los codos le dan un aspecto ligeramente formal.
Aún se rehúsa a usar saco y corbata, pero siendo el dueño de la empresa no hay quien le reclame nada.
—¡Vamos a vestirte! — Chilla Nina.
—Yo traje algo para él — Dice Louise.
—Yo también — Señala Nina.
—Y yo, y como soy la abuela, debería llevar mi conjunto.
—No hagas trampa, mamá — Reclama la voz más chillona — Yo también quiero vestir a Jackson.
Ella saca de la bolsa un pequeño disfraz naranja, una calabaza sin duda. Intenta tomar a Jackson en brazos, pero Marie lo aparta.
—¿Una calabaza? Mi traje es más bonito.
Louise busca entre sus cosas hasta sacar otro traje de bebé, pero está vez es marrón y tiene algo de felpa alrededor.
—El mío está precioso y seguro resalta sus ojos.
Louise cruza los brazos sobre el pecho con gesto de molestia, ella y Nina enfrentadas. Marie sonríe victoriosa.
—Yo también tengo uno para él — Marie estira los brazos hacia Jason.
Cuando él sostiene a Jackson, su madre busca en su bolso un trajecito amarillo que luce increíblemente tierno.
—Aww, es precioso — Digo imaginando a Jackson ahí.
Ahora siento que mi disfraz no es tan lindo como el que Marie trajo. Los tres son disfraces maravillosos y seguro que Jackson luciría genial en ellos.
—¿En dónde está? — Pregunta Nina.
—¿Quién? — Le digo.
—Jackson — Louise señala detrás de mí — No está aquí.
¿Qué?
Giro rápido hacia mi espalda, pero Jason ya no está ahí, ni Jackson. No está en el corralito tampoco, así que asumo que huyeron juntos.
—¿Ya terminaron de discutir?
Jason sale de nuestra habitación con Jackson en brazos. Mi pequeño bebé lleva un disfraz interesante, que me hace mirar de forma acusadora a su padre.
—¿De verdad?
—¿Qué? Aún puede ser Elvis, ¿No te parece?
—¡Pero Jason! — Chilla Nina — ¡Se supone que sería una hermosa calabacita!
—O Leoncito — Agrega Louise.
—Bueno, pues no me importa. Papá dice que será Elvis y así se hará, ¿Cierto, hijo?
Jackson balbucea de nuevo, con la mano en la boca. ¡Bien! ¡Jamás podré ponerle el disfraz que traje para él!
—¿Te gusta?
Jason se acerca a mí con el bebé.
—Preferiría que llevara algo más... Tierno. Yo también compré algo para que use este día.
—¿Y qué es?
Pregunta con curiosidad, así que vuelvo a tomar la bolsa del sillón y saco el pequeño disfraz que traje de la tienda de bebés. Las mujeres frente a mi gritan de emoción.
—Es perfecto, nena. ¿Por qué no se lo pones?
—¿Seguro? ¿Puedo quitarle ya esa extravagancia?
Señalo las piedritas brillosas en su traje de Elvis. Dios mío, incluso le hizo un pequeño rizo en la frente. Tomo el trajecito y a Jackson en mis brazos para ir a su habitación.
Le quito la capa que lleva, luego el pantaloncito, y finalmente deslizo sus brazos fuera de la chaqueta blanca con brillos. Cuando la pongo a un lado, noto el pañalero blanco que lleva con un mensaje.
—¿Pero qué...? — Balbuceo confundida.
Estoy segura que llevaba uno rojo cuando llegué. ¿Y esto? ¿Es una broma?
—¡Jason! — Le grito sin soltar a Jackson.
—Shh, aquí estoy nena.
Cuando miro sobre mi hombro, él está arrodillado detrás de mí. No es su sonrisa deslumbrante la que me hace girar, sino la cajita de terciopelo negro que sostiene en su mano.
—Contesta a la pregunta — Señala a Jackson con la cabeza.
—Dios mío — me llevo la mano a la frente — ¿Es en serio?
—Si.
—¿Qué pasó con eso de las cenas románticas y las flores?
Lo miro con los ojos entrecerrados, pero la verdad es que estoy nerviosa por esta situación. Y no entiendo por qué, si me lo preguntó cuándo nació Jackson.
—Tendremos nuestra cena, nena, más tarde. Y habrá postre — Guiña un ojo y vuelve a sonreír.
—¡Jason! ¡No más cenas especiales! ¡Ni postres con bebé incluido!
—¿Segura?
—Mierda... — Jackson ríe de nuevo, así que estiro mi mano hacia su padre — Acepto.
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