Capítulo 48
¿Ahora qué?
La costumbre me hace creer que podría ser Mark, pero la punzada en mi estómago me dice que sin importar quien sea, será un problema.
Salgo de la oficina detrás de Gini, ignorando la mirada asesina que Jason nos da a ambas. Cuando paso las puertas dobles, puedo ver al estúpido chico de la otra vez.
—¿Él?
—Si.
—Bien, yo me encargo.
—Escucha — La voz de Jason suena detrás de mí — Sin importar quién sea, nadie puede ver a Julie, ¿Entendido?
—Si, jefe — Dice Gini en voz baja.
Camino directo a la mesa del chico, que esta vez viene sin su amigo. No quiero ser grosera con él, pero mi relación con Jason avanzó tanto durante el fin de Semana que no quiero cometer algún error.
—¿Puedo ayudarte en algo?
—¡Hola Julie!
—Hola, ¿Qué necesitas?
—Quería saludarte — Sonríe — Y preguntarte si te gustaría tomar un café conmigo.
—No puedo tomar café — Señalo mi vientre — Así que gracias.
Giro sobre mis pies para alejarme, pero el chico Tyler me sostiene de la manga de mi blusa blanca.
—¿Entonces jugo? ¿Un batido de frutas?
—No puedo, de verdad, es que... — Balbuceo, buscando con la mirada a Jason — Mi esposo es muy celoso.
—¡Oh! — Dice sorprendido, luego frunce el ceño — Pero no llevas alianza.
—No en este momento — Justifico — Pero esto otro es bastante obvio.
Vuelvo a poner las manos sobre mi vientre para que lo vea con claridad y deje de insistir antes de que sea echado a patadas.
—¿Cariño? — Como si lo hubiera llamado, Jason viene hacia mi.
—¿Él es tu esposo?
Pregunta y el chico de los ojos grises lo escucha, una gran sonrisa de satisfacción en su rostro.
—Soy el esposo, ¿Quién eres?
La respiración de Jason en mi oído me estremece, pero sus manos sobre mi vientre de forma protectora me hacen sonreír como boba.
—Soy solo un chico que quiere hacer amigos — Tyler le sonríe.
Mierda.
—Pues ve a hacer amigos a otra jodida parte, porque este es un restaurante.
—Oye, con calma. No me estoy robando a tu chica, amigo.
—No somos amigos, ni debes hablar con mi esposa, si necesitas algo pídeselo a la camarera.
—¿Y si quiero quejarme del servicio? ¿Con quién hablo?
Tyler se pone de pie y lo reta. ¡Chico idiota! Le van a patear el trasero antes de que pueda meter las manos para defenderse.
—Entonces hablas conmigo — Jason me suelta y me aparta, luego se cruza de brazos — Soy el dueño.
—Ah, ya veo — También se cruza de brazos — ¿Entonces hay que tener dinero para tener una chica así?
Él me señala con la mirada, haciendo que Jason tense los hombros. ¿Pero qué le pasa a este idiota? ¿Cómo se atreve a hablar así de mi?
—No importa amigo, puedes quedarte con el bebé, yo solo quiero a la chica.
Eso es todo, el chico puso el último clavo en su ataúd, porque Jason sonríe. Y es una sonrisa que me da miedo.
—¿Jason? — Intento alcanzar su cintura.
Pero él da un paso rápido hacia el universitario bocón y lo lanza hasta el piso. Se inclina para sujetarle el pie, lo suficiente para comenzar a arrastrarlo hacia la puerta.
—¿Qué mierdas haces? ¡Déjame ir!
El chico intenta levantarse, pero ojos grises lo lleva a través de la puerta principal y hacia la acera.
—¡Jason! — Por fin reacciono — ¡Gini! ¡Refuerzos!
Le grito para que vaya hacia la cocina y llame a los chicos. No tengo miedo por mi cabezota, sino por el pobre idiota que tuvo la mala suerte de cruzarse en su camino.
—No salgas — Rosie pone sus manos en mis hombros — Deja que los chicos se encarguen.
Apenas lo dice, Kim, Terry, Cole y Raúl pasan corriendo por nuestro lado, y escucho la puerta de cristal abrirse. Giro para ver a Rosie.
—¿Pero...? ¿Y si algo le pasa?
—De todas formas, no hay nada que puedas hacer, si te acercas podrían lastimarte.
—Sé que tienes razón, pero tengo que intentarlo.
Cuando aparto mi vista de ella, puedo darme cuenta que el resto de los pocos comensales de hoy nos miran con tristeza. Algunos voltean hacia la salida tratando de ver algo sobre la pelea.
—¡Dios mío! — Jadea una mujer.
—Se lo merece por idiota — Bufa el hombre a su lado.
—No te preocupes, cariño — Otra chica me sonríe — Tu esposo tiene razón para actuar así.
Mi esposo.
Mi Jason. No puedo evitar compararlos, pero, ¿Cuántas veces Mark peleó por mi? Ninguna. Él prefería ignorar o enviar a sus empleados a hacer el trabajo sucio.
No es que esté a favor de la violencia, pero de vez en cuando una chica quiere sentirse segura con el hombre a su lado. Y Jason nunca anda con tonterías, no lo piensa, no teme.
—Ven conmigo — Rosie vuelve a hablarme — Ven con nosotras.
Ella y Gini me sujetan de los brazos para regresar a la cocina.
—Recuerda que no debes alterarte, por el bebé.
Gini sirve una taza con agua caliente y trae un sobrecito de un té para remojarlo. Me siento en un banquillo libre de la cocina para tomar la bebida caliente, pero mi atención sigue puesta en lo que ocurre afuera.
Espero escuchar gritos, golpes o algunas sirenas de autos policías, pero nada ocurre. Apenas unos minutos después, las puertas metálicas dobles se abren y Terry y Cole entran sonriendo.
—¿Qué pasó? ¿Esta todo bien? ¿Y Jason? — Me apresuro a preguntar.
—Ahí viene — Cole señala a su espalda.
—¡Eso fue muy emocionante! ¡Creí que iban a arrestarnos a todos!
Kim grita emocionado y me quedo paralizada pensando en lo que pudieron haber hecho. Me imagino buscando a Jason en la estación de policías.
—¡Pero ni lo toque! — Se queja el chico de los ojos grises.
—¡Jason!
Salto del banquillo para ir a revisarlo. Tomo su rostro en mis manos y muevo su cabeza para revisar si tiene algún golpe o alguna seña de pelea.
—Estoy bien, nena. El bastardo tuvo suerte, el auto patrulla se detuvo antes de que él pudiera ponerse de pie.
—Yo creo que te tuvo miedo — Se ríe Raúl.
—¿Seguro que estás bien? ¿Te duele algo?
—Estoy bien, siento haberte preocupado tanto. Ven conmigo.
Me abraza para sujetarme fuerte con sus brazos, haciéndome caminar de espaldas en dirección a la oficina de Nina.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro