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Prologo

Katsuki bakugo es un alfa de 16 años, solía vivir en un pequeño vecindario en Texas, tranquilo y alegre donde todos se conocían y eran amigos. Katsuki era lo más cercano a feliz.

Tenía amigos, era de los mejores en clase y todos esperaban de él grandes cosas al ser un alfa fuerte, inteligente y muy guapo.

Sus padres trabajaban en su pequeña tienda de costura donde arreglaban ropa o diseñaban para algunas personas con suficiente dinero extra para pagar una prenda hecha desde cero. Su vida no era tan mala.

Sus padres casi no tenían tiempo por las mañanas, así que pasaba a desayunar a la cafetería publica del pueblo, donde todo era, bueno, basícamente gratis. Tomaba un pan y un pequeño café negro. Su camino a la escuela era lento, pasando por todas las granjas de sus vecinos y los pequeños lugares donde podían comprar la despensa o donde los adolescentes podían perder el tiempo.

Solo en una ocasión un vecino fue lo suficientemente tonto para tirarle el agua sucia encima. Katsuki grito tanto que su voz estuvo bajo revisión médica por semanas, incluso no pudo hablar por días.

Algunas de sus compañeras omegas le sonreían y lo saludaban con una sonrisa coqueta mostrando sus atributos como sus dulces aromas o su figura. A katsuki ninguna le interesaba. Algunos de los omegas masculinos intentaban caminar a su lado y intentaban coquetearle, sin embargo, el siempre los rechazaba.

Sus amigos hacían preguntas extrañas, como, ¿por qué no elegía a ninguno? ¿cuando se comprometería? ¿por qué no buscaba un omega o una beta con la cual casarse y tener bebes? Katsuki entendía que, al ser un lugar tan pequeño, la mayoría aún eran conservadores. Incluso varios de sus amigos ya estaban casados o comprometidos, Sukishima que era dos años menor que el y ya estaba esperando su primer bebe, había dejado de estudiar trabajando en la granja de su familia, lo saludaba todas las mañanas camino a la escuela.

En definitiva no quería eso para el, no tenía nada de malo, claro que algún día tal vez se casaría, pero el no quería hacerlo sin terminar sus estudios y quería trabajar en algo agradable para el, tampoco quería un adorno como esposo (por que habia descubierto recientemente que las mujeres no le llamaban la atención, solo varones) y tampoco quería que solo estuviera en casa con sus hijos, el quería un esposo dedicado como el. Todas las abuelas del pueblo le hablaban cosas maravillosas de sus nietas o nietos, dispuestas a presentárselos, todo por ser lo que el mundo catalogaba como ''el alfa perfecto''. El creía estar lejos de eso.

Todos veían su talento con básicamente cualquier cosa. ¿mecánica? dominada ¿literatura? dominada ¿artes? dominada ¿labores domésticos? super dominada. Todos esperaban grandes cosas para su futuro y eso incluía el conseguir una pareja bella y perfecta como el.

Sus días en la escuela estaban llenos de expectativa que el no quería ni pensaba cumplirles a todos esos extras.

Después de la escuela caminaba por los enormes huertos y pequeñas granjas de sus vecinos platicando con sus amigos sobre el día, sobre si Hanako era la omega más linda de la escuela, si tsukishima comenzó a cortejar a Namuri, sobre la tarea etc. Sus amigos eran todos betas, lo que lo hacía resaltar en el grupo. Lo acompañaban hasta la tienda de sus padres donde ellos seguían su camino al único restaurante cercano donde había música de los 20 (la adolescencia de la mayoría en el lugar al casi todos de tercera edad ser en el pueblo) y comida rápida a buen precio, él se quedaba a ayudar a sus padres a cargar cajas grandes con miles de botones, hilos y trozos de tela, les ayudaba a atender a sus clientes colocando música en un pequeño tocadiscos negro. Omegas y betas mujeres susurraban al verlo y reían cuando él las miraba, sabía que muchas y muchos de ellos querían su dirección, nunca se la dio a nadie, estaba esperando a ver si alguien llamaba su atención, pero eso no sucedía muy seguido.

Solo una vez un omega llamó a su atención, era un extranjero según escuchó decir a las clientas "disimuladamente".

Era un chico de 17 años proveniente de México, su piel era morena por naturaleza y ojos eran marrón oscuro al igual que su cabello lacio amarrado en una pequeña coleta, vestía con botas vaqueras y tenía un asentó algo chistoso. Era muy bonito y delicado a katsuki le gustó su cara y su sonrisa coqueta. Estuvo en la tienda al menos 3 días seguidos en los que veía el proceso de su nueva camisa, se sentaba en el recibidor escuchando la música de fondo y mirando la ventana, bakugo lo miraba por el rabillo del ojo creyendo que él no lo notaba. Le gustaba ver como su piel morena brillaba con el sol y como sus cabellos castaños le recordaban al chocolate, incluso su aroma era como el café caliente que tomas en la mañana, mezclado con algo picante que katsuki no sabía distinguir. Los aromas demasiado dulces no le llamaban la atención, el prefería este tipo de aromas, fuertes o relajantes. Su madre decía que se debía a su peculiar aroma, caramelo quemado y canela, incluso había un poco de picor en su aroma.

El chico solía estar todo el tiempo en la sala de espera justo a la puerta. Eran dos sillones largos y uno individual colocados en forma de cuadrado con una planta en la esquina y una mesita en el centro, todos del mismo color y con algunos resortes sobresalientes. Junto a los sillones había otra mesita más pequeña donde solo había una lampara de aceite que combinaba con lo antiguo que parecía el local, junto a el un pequeño librero contenía diccionarios y libros, debajo de la mesita una canasta con periódicos recientes, revistas y unos separadores.

El chico solo llegaba estampando la puerta contra la pared anunciando su llegada con una brillante sonrisa desafiante que siempre le sacaba sustos a katsuki. El solía sentarse en un viejo sillón verde oscuro pegado a la ventana, justo enfrente del recibidor, a veces leía un libro, otras veces veía las imágenes de los artistas en las revistas, incluso a veces se las mostraba a katsuki diciendo con voz calmada lo guapos que eran algunos actores y lo hermosas que eran las modelos. El cenizo solo asentía y continuaba estudiando o haciendo sus tareas, a veces también haciendo cuentas para sus padres. El soñaba ser como ellos, un diseñador de modas, solo que el planeaba construir su propia empresa de diseños y modelaje.

Fue una tarde mientras escribía un ensayo en su libreta que el chico dejo de mirar la ventana y le sonrió, viéndolo por un largo rato. Se sentía un poco incomodo con los ojos cafés tan atentos a el.

-Se dice que eres el alfa más guapo de este lugar ¿tu que opinas de eso?

Le sorprendió escuchar su voz.


-No opino nada, me da igual lo que esas viejas chismosas digan- el chico rio y a katsuki se le sonrojaron un poco las orejas.


-Que delicado........- sus ojos chocolate le escaneaban y katsuki trataba de n observarlo por mucho tiempo- muchas de las omegas y betas dicen estar en proceso de cortejo contigo ¿es cierto eso?


A katsuki le hirvió la sangre de enojo.



-Por supuesto que no es cierto, a mi no me interesan las mujeres- eso pareció motivar al más bajo.




-me estás mirando mucho desde que llegue ¿no crees?





-Té equívocas- contestó por puro impulso.




El chico rio a carcajadas y se levantó caminando hasta él y recargando su cuerpo en el mostrador como si le contará un secreto.




-Si lo haces, te he visto hacerlo desde antier ¿tienes algo que decirme?- sus ojos chocolate lo dejaron desconcertado al igual que su aroma a dulce picante.




-No, no me interesas de esa forma, así que no te preocupes por eso- su voz salió más cortante de lo que esperaba. El chico se desanimó visiblemente y su aroma se volvió un poco agrio, regresó a su asiento tomando un periódico de la canasta con libros y revistas. Cruzo las piernas con una evidente decepción y oculto sus ojos acuosos detrás del periódico.


-De acuerdo- su voz salió rota y katsuki se sintió culpable.



Fue la última vez que habló con el, después de unas horas su camisa estuvo lista y después de una pequeña prueba se la llevó con una sonrisa de suficiencia y katsuki nunca más lo volvió a ver. Al parecer el chico se acaba de mudar al lugar con su tía y semanas después de su platica (si es que se le puede llamar así) comenzó una relación con un chico beta con bastante dinero.


No es necesario mencionar lo mucho que se arrepintió de no pedirle su dirección o algo para comunicarse.


Un año después se casaron y él tuvo la oportunidad de verlo embarazado aunque nunca volvió a hablarle.




Después de todo ese desastre sus padres parecían cada vez más desesperados por que el encontrara pareja, le presentaban omegas masculinos, omegas femeninas, betas femeninas y todas hijas de amigas de su madre. El no podía entender la urgencia de sus padres, pero tampoco le importaba para preguntarles.



Una tarde una mujer llego desde Los Ángeles Nueva York, la mujer quería un vestido de novia para su sobrina que se casaba dentro de un mes. Ese no era tiempo suficiente para diseñar un vestido y hacerlo, pero aceptaron el reto. Trabajaron día y noche, no durmió bien por semanas y falto a la escuela por varios días, todo para lograr terminar el vestido a tiempo. La clienta se fue satisfecha y una semana después tenían miles de clientes esperando por sus diseños.




Al parecer la mujer era alguien conocida en el mundo del modelaje y había tenido un accidente con el vestido de novia con sus antiguos diseñadores, y ellos al arreglar su problema fueron recomendados a todos los invitados de la fiesta donde los ricos abundaban. El vestido además salió en todas las portadas de las revistas de ese mes.

Luego de algunos meses su popularidad fue creciendo y ahora hasta habían logrado abrir otra de sus tiendas en Nueva York por petición de los clientes. Ellos no vivían allá aún, pero sus padres estaban ganando tanta popularidad que una revista les pidió permiso para tomarle fotos a sus diseños y publicarlos. Les pagarían lo suficiente para pagar todo un año en la universidad de sus sueños Oxford. Aceptaron y pronto la gente exigió más de sus diseños y por la demanda sus padres, por fin, tomaron la decisión de mudarse y atender su tienda en Los ángeles.


Obviamente estaba feliz por sus padres que por fin estaban cumpliendo sus sueños, pero al mismo tiempo estaba muy triste. El no quería dejar su pequeño hogar. Su casa no era la más lujosa, pero era acogedora. Una pequeña casita de un piso con maderas pintadas de color jade y con un porche color blanco con muchas platas, dos sillas y un columpio, su perrito King Explosion Murder jugaba en el césped y entre los rosales de su jardín que el mismo mantenía. Le gustaba jugar con mascota mientras cuidaba de sus rosas, obviamente no podría llevárselas con el hasta Nueva York, pero el nuevo dueño de la casa disfrutaba de la jardinería así que el las cuidaría.


Se despidió de sus compañeros y amigos y empaco sus cosas. Cuando todo estuvo empacado metió a King en su jaula y le dio una pastilla para los mareos en el avión. Le hubiera gustado llevar a King con el, pero eso no fue posible. No supo cuanto duro el vuelo por que se quedo dormido casi todo el camino, solo despertó con la sonrisa de su madre y su platica de cuanto estuvo dormido. Cuando llegaron a la ciudad rentaron una camioneta, se encargo que King estuviera cómodo en su jaula y estuviera alimentado, que fuera un pequeño Pomerania ayudaba con el espacio, se sentó a su lado y sus padre manejaron la camioneta.



Habían preferido viajar en auto para disfrutar mejor la ciudad. Los enormes edificios en la noche parecían brillar, miles de restaurantes le dieron hambre, pararon en uno de ellos, fue la primera vez que Katsuki comía pollo frito. Sinceramente estaba mucho mejor que los macarrones con queso o el chile con carne. KFC se volvió su restaurante favorito. King también lo disfruto.


Su viaje continuo hasta su nueva casa que era notablemente más grande que la anterior. Tres pisos, madera rojiza y aunque tenía un patio incluso más grande que el de su antiguo hogar no se sentía igual. King disfruto del nuevo patio y el exploro el lugar. Por dentro la casa era de un amarillo pastel y las lámparas colgaban del techo color rojizo que combinaba con el café de las lámparas. La cocina era grande y espaciosa, incluso tenía un horno y dos refrigeradores. La sala era cómoda y con suficiente espacio para poner su comedor también.
Los baños eran decorados con azulejos celestes y bañeras en cada uno, había por lo menos 4 baños, uno para cada uno y la visita, incluso King ahora tenía una habitación propia. Dos habitaciones de invitados no sonaban tan bien.


Su habitación era del tamaño de su antigua sala y tenía un baño propio, ayudo a sus padres a desempacar y la casa ahora parecía un poco más acogedora que hace unos momentos, pero la soledad seguía presente.

Tomo una de las cajas y comenzó a abrirla, en ella se encontraban todas las fotos de su familia. Tomo su favorita, una donde el estaba sentado en la mesa con sus padres a los lados y a king en sus piernas oliendo el pastel frente a el. Era una foto de su cumpleaños de hace algunos meses.

La coloco en una repisa de la sala y comenzó a colocar las demás fotografías en las repisas y en los clavos en las paredes. Sus padres comenzaron a bajar los muebles del camión de mudanza y a dejarlos regados en la sala, donde katsuki se encargaba de acomodarlos en sus lugares. Un sillón verde en el centro, una mesa pequeña frente al sillón y un pequeño florero vació. De su mochila saco dos rosas que estaban comenzando a marchitarse, eran de su jardín y las coro para tener algo de su hogar en su nueva casa, las dejo en el florero y les puso agua, tal vez no sobrevivirían tantos días.

La mesa quedo en el comedor y puso las cuatro sillas alrededor de la mesa, debajo de un lindo candelabro con focos blancos. King saltaba emocionado por el nuevo lugar sacándole una sonrisa al rubio.

Sus padres terminaron de bajar todos los muebles, que no eran muchos por lo pequeña que era su antigua casa.

Ellos parecían bastante emocionados preparando el ramen instantáneo mientras le hablaban de todo. Al parecer su contrato incluía que el fuera a una preparatoria llamaba UA, donde asistían los hijos de varias personas en la industria como; su jefe, empresarios, modelos, actores, diseñadores etc. Básicamente era una escuela de niños ricos y algunos con becas, que seguían los pasos en la industria. Esto incluía la protección de la escuela para sus estudiantes.

-El hijo de nuestro jefe estudia en esa escuela, hasta donde sabemos es un Omega y tiene tu edad- rodo los ojos, ya iban a empezar- Queremos que se lleven bien.

-Si claro, yo amigo de un omega mimado- su madre le dio un golpe con la cuchara y su padre se rio.

A la mañana siguiente preparo sus cosas, le dieron libros y libretas en menos de 24 horas y su uniforme no era necesario, la mayoría solo lo usaban en eventos importantes. Se vistio con la mejor ropa casual que tenía, no quería causar una buena impresión, pero tampoco quería que fuera una terrible. Se puso unos pantalones negros no tan ajustados y una camisa roja simple, arriba se puso una chaqueta de cuero y unas botas negras con naranja. Su madre beso su frente aunque intento zafarse de su agarre.

Su padre le indico donde estaba la estación de autobuses y camino hasta haya esperando el que lo llevaría hasta la escuela, el carro que tenían era rentado y apenas estaban haciendo tramites para comprar uno. El camión llego y se subió, por la radio sonaba ''It's now or never'' de Elvis Presley, los adultos renegaban la canción y los jóvenes la disfrutaban, como siempre los mayores piensan que la música de sus tiempos es mejor, cuando es un 50/50. El cenizo observaba las calles de la ciudad, siempre llenas de gente y música, algunos bailaban en las calles con disfraces u otros regresaban de fiestas.

La escuela se veía a la distancia, era enorme y con vidrios celestes, se veía muy moderna para el estilo clásico y cinematográficos que tenía Nueva York. Tenía que bajarse ahora mismo, entro en pánico cuando el autobús comenzó a dar la vuelta, se levantó rápido y comenzó a empujar a la gente que iba de pie intentando llegar a la puerta, una señora noto su desesperación y más cuando el autobús ya casi daba la vuelta por completo.

-¡Deténganse el joven se va a bajar!- las demás personas comenzaron a gritarle también al conductor junto con el cenizo que ya había agarrado confianza.

-Gracias- dijo simple cuando el autobús se detuvo y bajo corriendo para cruzar la calle ahora que aún estaba en rojo el semáforo.

Corrió unas cuantas calles y por fin tenía la escuela justo enfrente.

-Mmmm- se rasco la cabeza un poco desorientado- ¿Qué se supone que debo hacer ahora?

Sus padres no le dieron indicaciones.

Por suerte un chico alto y musculoso se acerco a el.

-Hola ¿tu eres Bakugo Katsuki?- asintió y el chico jalo su mano estrechándola en un saludo, el cenizo hizo una mueca, pero lo dejo por el momento- Soy Iida Tenya, el presidente de tu salón por lo que estoy encargado de guiarte y explicarte todo el día de hoy.

El chico, que parecía ser un beta, lo hizo seguirlo hablando sobre la escuela, desde cuando fue fundada y por quien, hasta quienes eran los miembros del consejo estudiantil.

A katsuki en realidad no le interesaba.

Caminaron por unos bellos jardines y se distrajo viendo las rosas de los arbustos mientras el chico hablaba sobre los clubs de jardinería y otras cosas. Derrepente escucho a Tenya gritarle a una persona.

-¡Midoriya! Te he dicho muchas veces que- fue interrumpido por una voz.

-Que no puedo fumar en horario de clases lo se- miro a los lados buscando al dueño de la voz hasta que lo vio cuando levanto la vista.

Sentado en la rama de un árbol un chico de cabello rizado los observaba. Estaba recargado contra el tronco y con una pierna colgando de la rama y la otra doblada en ella, sus brazos medio cruzados mientras sus dedos sostenían un cigarro casi nuevo. El chico era bonito, de cara delgada con bonitos cachetitos pecosos y una nariz pequeña, ojos y cabellos verdes.

El chico (que era bastante obvio era un omega) lo miro con curiosidad dando otra calada a su cigarro y dejando salir el humo de sus rosados labios con una sonrisa coqueta. Su aroma a menta fresca con jazmín se mezclaba con el del cigarro dejando un poco aturdido al rubio. Odiaba el aroma a cenizas y humo.

-No estoy en horario escolar presidente, es hora libre- el peliazul renegó con la cabeza y lo señalo con el dedo.

Su ropa era bonita, una camisa de manga larga blanca con rayas delgadas negras doblada por encima de los codos y unos lindos pantalones cortos negros por debajo de donde terminaban sus glúteos , por debajo unas medias trasparentes negras y unos botines negros con tacón. Además tenia en la cabeza unos lentes de sol en forma de corazón con el marco rojo. Katsuki admitía que era bastante bonito y esas curvas le daban un plus extra a su belleza.

-Mas te vale no llegar con eso al salón de clases o esta vez te castigare- el omega asintio con un puchero.

-Lo que diga el presidente, por cierto ¿Quién es ese pájaro perdido que llevas ahí?- katsuki frunció el seño ¿se refería a el?- Es bastante guapo, deverías mantenerlo vigilado- izuku fumo de nuevo suspirando con delicia- ya sabes como son algunos omegas aquí.

-Me encargare de eso, tu encárgate de que ningún profesor- fue interrumpido de nuevo.

-Me vea, ya lo se, relájate- el peliazul asintio y ambos comenzaron a alejarse del pecoso quien bajo los lentes de sol recostándose en el árbol.

Cuando estuvieron alejados se atrevió a preguntar.

-¿Quién era ese?- Tenya lo miro y acomodo sus lentes.

-Ese era Midoriya Izuku, es un buen chico, pero es demasiado rebelde.

-Hablame más de el- el beta lo miro con el seño fruncido.

-Bueno, es uno de los chicos con más dinero de esta escuela, solo lo superan dos personas y a ganado cada concurso de moda desde hace 2 años- el cenizo silbo y el beta lo regaño, al parecer era en contra de las reglas- Bueno, si tienes alguna duda te recomiendo acercarte a el, es muy listo y ordenado, será de buena ayuda, o si no puedes buscarme a mi o la suplente Momo- asintió y el presidente le dejo un papel, era su horario y donde se ubicaban todos los salones.

El presidente se retiro del lugar alegando que tenía que hacer preparativos para el baile de invierno.

Avanzo por los jardines buscando a alguien en especifico. sonrió cuando lo encontró,

Ahora estaba recostado boca arriba detrás de los arbustos de rosas y continuaba con el cigarillo entre sus labios tarareando una canción.

-¿Puedo saber que cantas?- el pecoso bajo sus lentes mirándolo a los ojos, verde y rojo se encontraron aunque uno estaba acostado y el otro de pie frente a su cabeza.

-Oh, eres el nuevo- se levanto sentándose cruzado de piernas y palmeo el lugar a su lado- Estaba cantando una canción de cuna.

Katsuki tomo lugar junto al omega quien de su bolsillo saco otro cigarro ofreciéndoselo, asintió y el pecoso coloco el suyo entre sus dedos y el nuevo entre sus labios rosados, saco de su otro bolsillo un encendedor y comenzó a encender el cigarro. Estaba un poco nervioso, solo había fumado una vez y no le había salido tan bien. El peliverde le extendió el cigarro encendido y el lo tomo con cuidado y le dio una calada profunda, por suerte al sacar el humo no tosio y no hizo el ridículo.

-¿Cómo te llamas?- el humo los rodeaba como si fuera una cortina acercándolos más y más.

-Mi nombre es Katsuki- el chico extendió su mano y el la tomo, estaba fría y suave.

-Un gusto conocerte katsuki, mi nombre es izuku.

.........

El pecoso era interesante.

-Y entonces Hanna mordió mi trasero- el cenizo se rio y por consecuencia casi se atraganta con el humo- es por eso que ya no ando desnudo por mi habitación, nunca sabes si tu perro se rebelara ante ti y te morderá el trasero.

-Mi perro no muerde traseros- el pecoso soltó un ''ay aja'' mientras encendía otro cigarro, era el segundo y cuando se acabaron los primeros decidieron compartir el segundo ya que era el ultimo- Es enserio, tal vez te muerda un pie cuando lo pises por estar dormido en el suelo, pero no muerde traseros- el ojiverde le tendio el objeto y el lo tomo absorbiendo fuerte haciendo al pecoso reírse, se lo dio soltando el humo y el chico tambien absorbió el contenido- Yo sigo pensando que Hanna tenía hambre.

-No oh- el humo salio de sus labios con el cigarro aún entre ellos- ya había comido un rico salmón irlandés, además pague para que que le dieran un masaje en sus patitas en la peluquería de mascotas, ella lo adora, así que estresada tampoco estaba.

''Estos ricos malditos'' pensó katsuki al oír todas las cosas que el pecoso pagaba por sus mascotas.

Una campana resonó entre los jardines y cada rincón de la escuela y el pecoso se levanto sacudiendo su ropa.

-Ven guapo, es hora de ir a clase- se levanto y ambos fumaron por ultima vez entre risas, izuku le tiro un ligero empujón cuando intento quitarle el cigarro mientras el chico fumaba, este le dio un manotazo y luego se lo dio, fumo lo más fuerte que pudo y el chico apago el cigarro contra el piso recogiéndolo y botándolo en un cesto de basura.

-Oye...-ambos estaban un poco abochornados por el humo- ¿Dónde compraste esos cigarros, eran ligeros y...-movió sus manos haciendo ademanes que el pecoso no entendió, pero se rio al verlos- ya sabes...?

-Bueno.....no lo se- se encogió de hombros y de los arbustos saco una enorme mochila amarilla- son de mi padre, los robe de su oficina mientras el iba al baño- saco un perfume que intuía era más caro que toda su antigua casa con todo y muebles y se lo perfumaba en casi todo el cuerpo.

-Mierda.....- se paso las manos por la cara- yo no traje ningún perfume- olisqueo su ropa cual perro- ¿huele mucho?- el pecoso se acerco olfateando y asintio- mierda.

-Descuida- saco otro perfume de su mochila- siempre llevo otro para alfas, ya sabes para mis amigos.

El cenizo se perfumo y ambos corrieron al salón de clases donde Tenya ya los esperaba.

-Cinco minutos más y no los dejo pasar- cerro la puerta y el pecoso tomo su lugar- Katsuki tu lugar es ese- señalo el lugar frente al pecoso.

Este le sonrio y saludo.

El resto del día transcurrio normal, excepto por que izuku se encargaba de molestarlo entre clases arrojándole su basura para que la tirara al cesto por el.

-Oh vamos, tienes al cesto frente a ti, vamos tiralo y te doy uno- le estaba dando una envoltura de chicle.

-Hecho- tiro la basura y el pecoso chillo feliz dándole uno.

Para el atardecer miro el reloj del salón.

''Las 7 de la tarde ¿el autobús pasara a esta hora por aquí?''

El pecoso parecía alistarse para irse y el comenzó a hacerlo tambien.

-Oye ¿los autobuses pasan por aquí a esta hora?- el chico lo miro confundido y despues comenzó a reírse.

-¡Pero por supuesto que si! Katsuki estas en la ciudad que nunca duerme, el autobús pasa a casi cualquier hora.

Se sintio regañado y se volteo cruzado de brazos.

-Oh no te enojes- coloco una mano en su hombro y el gruño- ¡ya se! Te invito una malteada, ven vamos por ella- fue arrastrado de mala gana, el solo quería ir a su casa a dormir.

El pecoso revoloteaba feliz por las calles saltando y cantando, empezó a sentirse incomodo cuando pasaron por un grupo de hombres tomando frente a su casa. Izuku nerviso dejo de caminar tan rápido y se aferro a su brazo viendo hacia el frente.

Katsuki podía oler su miedo y estaba bastante confundido ¿Qué era lo que lo asustaba?

Al pasar frente a los hombres estos comenzaron a silbar y aplaudir soltando comentarios lascivos al pecoso, este se aferraba más a su brazo y intentaba no verlos. El cenizo rodeo los hombros del chico gruñéndoles a los hombres haciendolos reír.

-Ohhh el alfita se enojo por que molestamos a su putita- eso fue el colmo, se safo del agarre del pecoso dispuesto a ir a golpear a ese tipo, pero unas manos lo detuvieron.

-¡No! Basta, vamonos, no es nada ya estoy acostumbrado- lo miro con el seño fruncido ¿Cómo alguien podría acostumbrarse a algo así?- vamonos por favor.

Acepto dejarlos en paz y continuaron su camino, por primera vez noto como era los ojos de los demás ante un omega bonito. Las miradas lascivas de alfas y las envidiosas de los omegas y betas mujeres, todo por unos shorts y una cintura delgada.

Abrazo los hombros del pecoso, le caía bien, podía decirse que eran amigos, quería que el se sintiera seguro.

Llegaron al local y el pecoso entro haciendo un escandalo.

-¡Denki!- grito y un omega rubio casi se le caen las bebidas de la bandeja, miro al pecoso asustado.

-Izuku.....- lo regaño con la voz,el más bajito corrió hasta el- ¡no, espera!

Y ambos chocaron, las bebidas salieron volando regadas por el suelo y el rubio termino resbalándose con ellas y llevándose al pecoso al suelo con el.

-¡Izuku!- le reclamo el rubio y el chico se sonrojo avergonzado por el desastre que causo- ya te he dicho que no puedes hacer eso cuando estoy trabajando- el omega hizo un puchero- ya esta bien, te perdono.

La sonrisa volvio al más bajito y abrazo al rubio por el cuello ante la mirada del alfa y de todos los clientes.

El peliverde termino pagando extendiendo un montón de billetes que casi le sacan los ojos al cenizo de la impresión por todo el desatre que hizo y la cantidad de dinero que había ahí. El pecoso no parecía preocupado por el dinero.


''Estos ricos malditos'' penso de nuevo.


Luego de unos minutos de limpieza todo quedo como nuevo, incluso les trajeron bebidas y el omega se sento con ellos en una mesa de tres.

-Katsuki te presento a Denki- señalo al chico quien sonrio saludando- es un amigo que ya se graduo de la UA.

-Un gusto- ambos se saludaron el pecoso parecía bastante emocionado.

-Denki esta ahorrando para comprarse un auto- el chico asintio orgulloso- sus padres lo castigaron por no graduarse con buenas notas, así que el esta ganando el dinero para conseguirlo.

-Y es taaaannnn duroooo- se quejo tomando de su malteada de vainilla- nunca en mi vida había trabajdo y derrepente ¡pam! Tengo que conseguir un empleo. Mis viejos si se pasaron.

''Estos ricos malditos'' repitió katsuki en su mente, un pequeño tic se hizo presente en su ojo.

-¿Por cierto como esta todo con Eijiro?

-Todo va genial, acaba de volver a los Angeles, termino de fotografiar a las modelos en España, las fotos fueron geniales- suspiro enamorado- es el alfa perfecto.

-¿Quién es Eijiro?- como no se conocían casi no lo incluían en la platica.

-Oh el es mi novio, bueno prometido- presumio su amillo y katsuki tomo la mano el chico observándolo con detalle- ¿no es lindo?- katsuki asintio.

-Tiene buen corte, es de buena calidad- movió la mano del omega observando el anillo en otro angulo- esta bañado perfectamente en oro y los diamantes están bien pulidos, es duro, pero ligero, es delgado y lizo no se romperá fácilmente- ambos omegas se miraban sin entender nada- parece que es un buen ejemplar- soltó la mano de denki quien lo miro con una sonrisa.

-Gracias, es un anillo especial, perteneció a la madre de su padre, es de familia.

Izuku ronroneo moviendo el popote el círculos con una sonrisa y los ojos cerrados.

-Suena tan romántico.....me encantaría tener un alfa y estar comprometido- puso su mano frente a su cara- quiero un enorme diamante y una boda de lujo ¡saldra en todas las revistas!

-Tiene que ser una alfa guapo- dijo denki y el omega asintio.

-Tiene que ser inteligente y saber cocinar- denki asintió- debe ser amoroso y sexi- se mordió los labios con los ojos cerrados imaginadose a su ''alfa''- debe tener buenos músculos y una sexi ''v'' en las caderas- denki anotaba las exigencias en la libreta donde anotaba sus pedidos- debe tener un cabello rebelde y suave, debe oler bien y ser higiénico.

-Debe ser educado- sugirió el cenizo y el omega peliverde asintió, denki lo anoto en la hojita.

-Debe ser amable y serio, pero no aburrido. Deben gustarle las aventuras y viajar como a mi- el cenizo arqueo una ceja, izuku se estaba poniendo exigente. En algún momento seguro dejaría de cumplir con las exigencias.


¿Pero por que le importaba tanto cumplir con las exigencias del pecoso?


Sinceramente no lo sabía.


-¿Alguna otra exigencia?- denki se burlo.


-Que tenga mucho dinero- Junto sus manos esperanzado mirando el techo del lugar.


''Estos ricos malditos'' pensaba el cenizo con cada exigencia que salía de la boca del pecoso. Bebió de su malteada de chocolate con una mueca.

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