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🤧ONLY PART🥺

En una fría mañana de invierno en Seúl, las primeras luces del amanecer apenas comenzaban a iluminar el horizonte. El aire estaba impregnado de un silencio helado que calaba hasta los huesos, y las calles vacías parecían susurrar historias de amores perdidos y corazones rotos. En un pequeño apartamento en el centro de la ciudad, Jungkook se despertó con la sensación de un vacío inmenso en el pecho. Llevaba días sin poder dormir bien, y la ausencia de Taehyung se sentía como un agujero negro que devoraba todo a su alrededor.

Jungkook y Taehyung se conocieron en la universidad. Ambos estudiaban música, y aunque al principio sus caminos no se cruzaron, el destino tenía otros planes. Fue durante un ensayo de coro cuando Jungkook escuchó por primera vez la voz de Taehyung. Esa voz profunda y grave resonó en su corazón de una manera que nunca antes había experimentado. Después del ensayo, Jungkook se acercó tímidamente y le preguntó si podían practicar juntos alguna vez. Taehyung, con su característica sonrisa cuadrada y dulce, aceptó sin dudarlo.

A partir de ese momento, sus vidas se entrelazaron de una forma tan natural que parecía predestinada. Pasaban horas juntos componiendo canciones, tocando la guitarra y cantando en armonía. Su relación se fortaleció rápidamente, y lo que comenzó como una amistad basada en su amor compartido por la música, pronto se convirtió en algo más profundo. Jungkook se dio cuenta de que estaba enamorado de Taehyung, y aunque al principio le aterrorizaba la idea de confesárselo, no podía seguir ocultando sus sentimientos.

Una noche, después de un concierto en el que ambos habían participado, Jungkook reunió el valor para hablar con Taehyung. Estaban sentados en un banco en el parque, las luces de la ciudad brillando a lo lejos. El aire estaba lleno de la promesa de la primavera, y Jungkook sintió que era el momento adecuado. Con el corazón latiendo frenéticamente, tomó la mano de Taehyung de manera timida y le confesó su amor. Para su sorpresa y alivio, Tae sonrió y le respondió con un beso suave y tierno. A partir de ese momento, fueron inseparables.

Sin embargo, la vida no siempre es justa, y la felicidad puede ser tan efímera como un suspiro. Taehyung había estado luchando en silencio contra una enfermedad que le había estado robando la fuerza lentamente. Nunca quiso preocupar a Jungkook, así que mantuvo su enfermedad en secreto, pensando que podría superarlo por su cuenta. Pero a medida que pasaba el tiempo, su condición empeoraba, y finalmente no pudo ocultarlo más. Una noche, después de una actuación especialmente agotadora, colapsó en el escenario. Jungkook, aterrado, pidio ayuda al publico y llego una ambulancia que los llevo al hospital, donde finalmente descubrió la verdad.

Los médicos fueron claros: Taehyung necesitaba un trasplante de corazón para sobrevivir. La noticia cayó sobre ellos como una sentencia de muerte. Los días siguientes fueron una mezcla de esperanza y desesperación mientras esperaban noticias sobre un donante compatible. A pesar de su estado, Taehyung nunca perdió su sonrisa ni su espíritu, y Jungkook se aferró a esa esperanza con todas sus fuerzas.

Una tarde, mientras estaban en el hospital, Taehyung le pidió a Jungkook que le cantara su canción favorita. Era una melodía que habían compuesto juntos, una que hablaba de amor eterno y promesas inquebrantables. Jungkook, con lágrimas en los ojos, tomó la mano de Taehyung y comenzó a cantar. Su voz era un susurro tembloroso al principio, pero a medida que avanzaba la canción, se hizo más fuerte, llena de amor y tristeza. Tae, con una débil sonrisa, cerró los ojos y dejó que la música lo envolviera. Fue el último momento de paz que compartieron juntos.

Esa noche, Jungkook  fue despertado por el sonido del monitor del corazón de Taehyung  emitiendo un pitido alarmante. Los médicos y enfermeras entraron corriendo en la habitación, pero a pesar de todos sus esfuerzos, no pudieron salvarlo. Taehyung se fue en silencio, dejando a Jungkook solo en una fría habitación de hospital con el corazon destrozado.

Los días siguientes fueron un borrón de dolor y soledad. Jungkook no podía aceptar que el amor de su vida  se había ido. Sentía que parte de su propio corazón había muerto con él. La música, que antes había sido su refugio y su alegría, ahora solo le traía recuerdos de lo que había perdido. Cada nota, cada acorde, le recordaba a Tae, y el dolor era insoportable.

Pasaron semanas, y Jungkook se encontraba en un estado de inercia. Apenas comía, dormía o salía de su apartamento. Sus amigos intentaron consolarlo, pero nada parecía ayudar. Se había hundido en una tristeza tan profunda que no podía ver la salida. La vida ya no tenía sentido, y se sentía perdido en un mar de desolación.

Un día, mientras revisaba una caja de recuerdos, encontró una carta que Tae le había escrito antes de morir. Con manos temblorosas, Jungkook la abrió y comenzó a leer:

"Mi querido Jungkook,

Si estás leyendo esto, significa que ya no estoy a tu lado. No quería dejarte, pero sabía que este momento llegaría. Quiero que sepas que cada momento que pasé contigo fue un regalo, y estoy agradecido por todo el amor y la felicidad que me diste.

No quiero que te hundas en el dolor. Quiero que sigas viviendo y encuentres la felicidad de nuevo. La música siempre fue nuestro refugio, y sé que puedes encontrar consuelo en ella. Canta nuestras canciones y recuerda los momentos felices que compartimos.

Siempre estaré contigo, en tu corazón y en cada melodía que toques. No digas adiós, solo hasta luego. Prométeme que seguirás adelante y que vivirás una vida plena y feliz, por los dos.

Con todo mi amor,
Tu oso de invierno"

Las lágrimas de Jungkok caían sobre el papel mientras leía las palabras de Haneul. Sentía una mezcla de tristeza y consuelo al mismo tiempo. Tae siempre había sido su ancla, y aunque ya no estaba físicamente, sus palabras le dieron una chispa de esperanza. Decidió que honraría la memoria de su enamorado siguiendo su consejo.

Con el tiempo, Jungkook comenzó a reconstruir su vida. Volvió a la universidad y retomó sus estudios de música. La primera vez que se subió al escenario después de la muerte de Haneul, su corazón latía con fuerza y el miedo lo invadía. Pero cuando cerró los ojos y empezó a cantar, sintió la presencia de Tae a su lado, como un cálido abrazo que le daba fuerza.

La canción que eligió fue la misma que había cantado en el hospital, aquella que hablaba de amor eterno y promesas inquebrantables. La audiencia estaba en silencio, y cada nota resonaba con un profundo sentido de pérdida y esperanza. Cuando terminó, las lágrimas fluían libremente, tanto en el rostro de Jungkook como en los ojos de aquellos que lo escuchaban. Fue un momento catártico, y por primera vez en mucho tiempo, Jungkook sintió que podía seguir adelante.

A medida que pasaban los años, kook encontró consuelo y propósito en la música. Se convirtió en un exitoso compositor y cantante, y su música tocó los corazones de muchos. Cada canción que escribía era un homenaje a su enamorado, una forma de mantener viva su memoria. Aunque el dolor nunca desapareció por completo, aprendió a vivir con él y a encontrar belleza en los recuerdos que compartieron.

En una entrevista, Jungkook habló sobre su amor por Taehyung y cómo lo había inspirado a seguir adelante. "Taehyung me enseñó que el amor verdadero nunca muere", dijo con una sonrisa triste pero sincera. "Aunque ya no está aquí, siempre vive en mi corazón y en mi música. Todo lo que soy, es gracias a él".

La historia de Jungkook y Taehyung se convirtió en una leyenda en la comunidad musical, un recordatorio de que el amor puede trascender incluso la muerte. Jungkook continuó viviendo su vida, llevando consigo el legado de Tae, y cada vez que cantaba su canción favorita, sentía que el estaba ahí, a su lado, sonriendo y susurrando que todo estaría bien.

FIN...

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