Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

La grabación


La cámara apuntaba directamente a la cara cansada de James, aunque James estaba a unos tres metros de distancia. Hubo un poco de estática, se vio que James dijo algo, pero debido a las fallas técnicas no se le pudo comprender.

— Ya. Ya está — dijo el muchacho que sostenía la cámara.

James tenía los labios fruncidos y se le veía nervioso. Estaba sentado sobre un sillón. James era rubio, el cabello lo tenía largo, pero no como una chica. Tenía puesto un cono de fiesta. Parecía tener once o doce años.

— ¡Mamá, la cámara está lista! — gritó el camarógrafo.

La cámara apuntó ahora hacia la cocina, de donde salió una mujer de mediana edad con un pastel de chocolate sobre las manos. La mujer sonreía tiernamente.

— ¡Feliz cumpleaños! ¡Te queremos tanto!

La mujer caminó hacia la mesa de té (enfrente de James), mostró el pastel a la cámara y finalmente lo dejó en la superficie. James sonrió.

— Mi pequeño hijo está creciendo demasiado rápido. ¡Oh, Dios!

— Es todo un hombre— agregó el muchacho.

La mujer abrazó a James con todo y el suave afecto de una madre. Le dio un centenar de besos en la cara y James parecía estar concentrado únicamente en el muchacho detrás de la cámara. La cámara se tambaleó un poco y pareció que el muchacho hizo alguna seña; a lo que James respondió asintiendo y abrazando a la mujer. La cámara captó un lindo momento madre e hijo.

— Deberíamos cantar feliz cumpleaños.

— Tienes razón. Pero primero los obsequios.

La mujer se levantó y se apresuró a ir a la cocina con un entusiasmo casi infantil. La cámara mostró a James, observando con nerviosismo el pastel de chocolate. Se escuchó, muy por lo bajo, un "¿Qué ocurre?" de parte del muchacho. James se encogió de hombros y no dijo nada porque la mujer estaba de vuelta. Le dio una cosa pequeña envuelta en papel de regalo. James lo abrió delante de la cámara mientras la mujer observaba.

— Son Hot Wheels— dijo James por fin y paseó la tira de seis carros de juguete empaquetados por la cámara.

— Sé que los amas. Desde que tenías dos años te las pasabas el día con los carritos.

— Son geniales— James procuró sonar convincente. Nunca en su vida había tenido un Hot Wheel.

Hubo un silencio. La mujer no parecía complacida con la reacción.

Feliz cumpleaños, Dustin... — inició a cantar la voz detrás de la cámara.

La mujer dudó, pero al final lo dejó pasar y comenzó a cantar también, a la vez que encendía las dos velas sobre el pastel (que formaban el número 10). James sonreía detrás de las chispas de las velas. Al acabar la cancioncilla, la mujer aplaudió y volvió a dar un abrazo al niño.

— Pide un deseo Dustin. Iré por los platos de mientras.

La cámara grabó a James apagando las velas (demasiado rápido como para haber pensado en algún deseo) y a la mujer desaparecer otra vez por la cocina.

— ¿Qué pasa? — murmuró la voz.

James puso una espantosa cara de ansias que intentó disimular mirando al suelo. Lo que dijo a continuación apenas fue captado por la cámara y era muy difícil de escuchar:

— Soy alérgico al chocolate.

Y la respuesta también fue muy difícil de escuchar:

— ¡Mierda, James! ¿Qué tan alérgico eres?

— No podré respirar si lo pruebo.

— Mierda.

La cámara se sacudió abruptamente. Desenfocó a James y apuntó por solo unos instantes al suelo. Se pudo ver un par de pies pálidos y descalzos, con uno de los tobillos vendados.

— ¡Siéntate! ¡No te alteres!

— ¡Ya viene! — chilló la voz de James.

La cámara mostró a James sentado, pálido como una hoja de papel, pero completamente quieto, y a su lado, estaba la mujer con los platos, los cubiertos y el cuchillo.

— ¿Listos para el pastel? —ella repartió las rebanadas mientras silbaba una melodía —. Sé que te merecías una gran fiesta con todos tus amigos, pero estoy corta de presupuesto.

James dirigió una mirada suplicante al muchacho, una mirada de vida o muerte que podía reflejar un millón de temores. El camarógrafo se aclaró la voz llamando la atención de la mujer.

— Mamá...

— ¿Qué ocurre, Luke?

— Dustin no quiere comer. Se siente mal del estómago.

— ¡Qué tontería! Dustin ama el pastel y más cuando es de chocolate. Nunca dejaría pasar una oportunidad así— la mujer le dio el plato a James.

— De verdad que se siente mal.

— Sí mamá, quizás mañana — susurró el niño estremeciéndose.

— ¡Están arruinando la fiesta de cumpleaños! ¡Todos comeremos pastel!

El grito saturó el audio de la cámara. James temblaba de forma obvia. El muchacho esperó hasta que la mujer dejó el cuchillo en la mesa de té.

— James enserio que no puede comer. Está demasiado enfermo.

La mujer dejó caer el plato al suelo. Abrió mucho los ojos, su cara se deformó hasta adquirir un aspecto demasiado agresivo. Parecía otra persona. James se escondió en un extremo del sillón, se hizo un ovillo y se cubrió los oídos.

— ¿Lo llamaste James?

— ¡No, no es cierto!

— ¡Maldito infeliz! — lentamente la mujer se acercó al muchacho. El muchacho retrocedia.

— ¿Por qué sigues insistiendo en eso? ¡Su nombre es Dustin! ¡Dustin! ¡Así es cómo yo le llamé desde que lo tuve en mis brazos!

— ¡Lo siento! ¡No quería llamarle así!

— ¡Cállate! ¡Arruinaste la fiesta de cumpleaños!

El muchacho salió corriendo. Podía verse su recorrido tambaleante desde la sala de estar hasta subir por las escaleras. Su respiración era lo suficientemente ruidosa como para apreciarse por la cámara. En la pared de las escaleras se podían ver con dificultad las fotografías enmarcadas de algún par de niños: uno pequeño de ojos verdes y cabello rubio, el otro de cabello castaño.

Cerca del final de las escaleras, se escuchó un ruido sordo y después la cámara voló por el aire hasta estrellarse contra el suelo.






++++

Inspiración tomada de la canción Breezeblocks de Alt-J y de la película Cautiva.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro